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Pablo Rieznik LAS FORMAS DEL TRABAJO Y LA HISTORIA Una introduccién al estudio de la economia politica Editorial Biblos PENSAMIENTO SOCIAL indice pista: una introduc estudio dg, i aba Presentacién ... INTRODUCCION ‘Las formas del trabajo y la historia El trabajo en la historia ‘Una actividad vital... | ‘Trabajo y naturaleza humana il cerebro, la mano, el ‘trabajo, de 2008 Hoes etcin: ages Pre ‘Trabajando para no trabaj Sound elcid 2004 " eae: bro de 2007 seb de tap: Luciano Trabassi U. PRIMERA PARTE Capitulo 1 | Laeconomia como ciencia aparienca ylasencia 1 Rennik, 2008, 2004, 2009 fay algo mas, cada ver mas: el movimiento. ° abla bls, 208, 2004, 2009 materialismo y especulacién .... Hager Giufra 318, C1064ADD Buenos Aires La ciencia como economia y la ciencia social initials com / we. Capitulo 2 echo el depéita que dispone la ey | Laanatomia de la sociedad moderna ..... [press en le Argentina Lastres fuentes se | a historia la economia y su mistrio ‘Nose permite la reproduceién parcis Eltrabajo del hombre... ‘la ranma de eter, en Eltrabajoalienado 6 mini, mediante fotos, digital ‘sci del eit, Su infactién esta penada por las eyes 11.723 y 25:46. | Capitulo 3 ‘Trabajo alienado y mercancia sta cuarta edi fue impresa en | ‘oo al . Primera Clase, Califrn os ‘Buenos Aires, Rep aoe en septembre de 2009, | Comprende Se _ capil ya ey deh ater * pas a un ars Ia sous De Sanithy Be ent, 1a alines prasvale aaresumen) * Laie cia cay capitulo 6 n 1 fundamento de Ia decade a esis y su manifestacion «. i Tn rovin sitima de la crisis. -..2+200s0eseeseees oe historia contempordnea La ex Unién Sovidtica y el Stalinismo y posguert® Final de época 109 : ee mundial como punto de partida Internacionalizacién del capital e imperialismo Introduccion .. Se agit 2 Economia mundial (comercio exterior) y capitalismo . Monopotio y capital financiero ........- Imperialismo e internacionalizacién del capital. [Nota sobre los pafses atrasados oe Economia mundial: tendencias y contradicciones .. Bibliografia citada ... Presentacién Las formas del trabajo y la historia, Una introduccién a la economia politi- ca es el resultado de una ya :periencia en el dictado de la materia, 0 de cursos vinculados al tema, en facultades de varias universidades naciona- les, especialmente en la de Buenos Aires. Se trata de una labor demorada, en particular si se tiene en cuenta su factura especffica. Nos referimos al hecho de que su base son clases grabadas, cuyo registro particular ha motivado co- rrecciones y agregados que, no obstante, no alteran lo esencial. El punto de partida fueron las versiones de los ultimos afios, que acreditan el acervo de una labor decantada con el tiempo. Aniadimos, adem4s, una introduccién que, deliberadamente, denominamos con el titulo de la obra y que original- mente fuera publicada en la revista Razén y Revolucién, como parte de las tareas de investigacién realizadas en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. ro que ahora presentamos define el objeto de estudio de la econo- imfa politica como una forma social especifica e histéricamente determinada que asume el trabajo de los hombres. No es lo que normalmente se acepta en los manuales y textos convencionales, en los cuales la economia se presenta como una suerte de légica abstracta que relaciona medios (escasos) y fines (miltiples), una especie de técnica de la administraciénn eficiente. La econo- mia tampoco puede comprenderse como una ciencia referida al metabolismo de la produccién en términos genéricos y ahistéricos. Al revés, es un produc- to de las circunstancias muy precisas que se identifican con el modo de pro- duccién capitalista. Esto significa también, que lo que aqui introducimos es. el estudio de lo que se llama la “critica de la economia politica” en el sentido que tiene tal concepto en la tradicién marxista, insustituible en la materia. La “critica”, entonces, desbordando el limite de lo “econémico”, se plantea en los términos de una visién cientifica mas general de la dinamica de la socie- dad moderna. Por esta misma razén el énfasis es colocado, de manera siste- mética, en un enfoque histérico y sociolégico que contribuye a destacar la es- Pecificidad de la economia politica. Esto domina el hilo de todo el texto, como (9) lo historia Les formos del trobel? I en los pucde verificarse dudablemente, poner &” ica, tulos y aun cierta informal rayoria 2 ST glia una produccin de este ee fo es 1a pri er san ue ‘ol autor no necesita explicar. Theoder ment tee Teme ae publiensones do esta ndole. Aludig a) eg dnd on 84 Pore del discarso del habla en contraste con la eight? efimero y POV crite, Bl argumento, sin embargo, preset neaesn previa de i algta, presentado como el protocalo de un feeqen et? Intredccion oe eon su propia transitoriedad”.y que pron aeee al que tuvo “su ve ise trata de justificaciones, entonees, ¢ ome fara eoteedentsrlevantes go, Por supuesto, apenas sirven de He hea Je comy ; ee iotpajo ne hubiera sido posible sin la colaboracién de Maria an, quien me load desde siempre a encarar su produccion ye St iterate, ein yleetora del texto, at come dela wenn capitulo X, "La economia como punto de partida’, En este cago ia “aren ee per rere tiene las ventajas del texto escrito, Marine wea; Pet® que matu- Molle dedicaron también su tiempo a la lectura del Todas tuvieron ol tino de formular reparos a ciertas imprecisiones que fueron on nadas y la indulgencia de escuchar los argumentos que, en veer sen tffcaban el cardcter de una trama del habla que el autor frecucnte' aon mucha profesionalidad en un drea que ciertamente no doming, Miven Urrestarazu contribuy6 a dar el formato a la edicién definitive, Por eve el agradecimiento que corresponde por toda la ayada para que este libre coe entregado a la consideracion de sus leetores, entre quienes imaginamos no sélo a universitarios vinculados a las carreras de humanidades y eencias so- ciales sino también al piblico no especialista interesado en indagat la natu- raleza de la sociedad en la cual vivimos, que natural. Adorno con, BR INTRODUCCION Les formas del trabajo y la historia Ba un hecho que, en ol nacimiento de la economfa politica y de la sociologin Imodernaa —acplinan au cietamente conacan wt origan comin ol or Topto de trabajo y su significado ocupan un lugar central y privilegiado, setmones evidence que al descubsimiento y In dilucidacion 40) papel del tra- Bajo en nuestra época deriva de las proplas transformaciones que hicieron Gal trabajo humano y de mus resultados materiales una potencia préctica sin procodontes en cualquier perfodo histérice previo. En este sentido, el trabajo Como fuerza productiva aparece como um produto del capitaliamo, es decir, de las relaciones de produccion que ton la peculiaridad de eueca Es claro, sin embargo, que la propia modernidad es imposible de ser concebida sin un desenvolvimiento propio de los remultados del trabajo. Es la capacidad humana de transformar Ia naturaleza la que en un estadio histé- rico determinado de ou evolucion cred las condiciones que permitieron, pri- de capital y, mas Ja condicién de su misma supervivencia. Pe social del trabajo encuentra una dinamica y un modo de produccién que hacen de su rendimiento ereciente la clave misma de su cxistencia. El crecimiento sistematico es una necesidad de la propia produccién capitalista y una forma de oxistencia compulviva de los propicta~ rios de los medios de produccién. El eapitalismo se const haciendo de I ee i“ Los formas del rabol? Y loti prebitas os fondante FOF 08 ag, (a en particular i860, mente desconocids > épocas nom jal moderna y para 18 6° El trabajo en le histor? serio, traba gies 0 cONebiD cong vistorn aren gs dea, como un atrbutoespectin da prio de jones de su propane del hombre diri pio, No se identificaba la riqueza eon foun nods Sey 016 TT general enel mundo antique yn pj on ning sentido ela Edad Media prevalecié ung ot tan largo laps0 pee ‘y sexuada: “La Tierra concibe por el Sol y de 6 ques mmovisidn organics gdos los afos” segtin la expresién aristotlica [5 prefiada, ai dela tierra, imposible de ser ereada o reproducida poy, aera amo Bembre qe, od cas, ge Hime a dec int 2 f extraeria ¥ cxssanirs a la Antigtiedad. Domineba Ja ahr estaba completamet'® que aseguraban al ser humano su reproduecién o aque aquellos mater sltado del vinculo mencionado entre la Tierra y lar tian apenas cm? Fas que normalmente se les asignaba el atributa dey, + En la union, entonces, del Cielo y la Tierra debia busearse fas plantas olos minerales “paridos” por esta time ejaso no fatan mites y leyendas que atribuyen al propio hombre este oy, fe gia de la fecundidad de la agricultura, del arado y dela mety be ya bajo el dominio del dios fuerte, del macho fecundage, re-Tierra, del dios del cielo que clavaba en la tierra su hacha y 9; ‘partillo,originando asi el rayo y el trueno. De abt el cardcter magico asigng, do primero al hacha de piedra y después al martillo del herrero, que no hacia sino imitar simbélicamente el gesto del dios fuerte. agricolas nacieron como ritos tendientes a propiciar este los frutos obtenidos. El arado comenzé senda rituales de cult a la fertilidad: trad yor Por un sacerdote, pene- traba en las entrafias de la Madre-Tierra asegurando su fecundidad; la siem, bra misma y el abonado constituian otros tantos ritos para propiciar la fet ta cual se asociaba la propia vida sexual del hombre. Bs el ‘motivo por el cual las précticas orgidsticas estab te relacionadas con la agricultura en la historia mente también pudo obedecer a la intencién tre el Cielo y la Tierra, y la cor sacién de esta ultima, la idea de recubrir de hierro la punta del arado que iba a ponetrar en la Madre-Tie 4, Vase JM, Naredo, La economia en evolu seas del pensamientoecondmico, Madrid, ceancepts sobre eat tema, meee icidn. Historia y perspectvas de las eategoras bs Siglo Veintiuno, 1987. De agut se extzaeron ls Introduccion el primero en u influencia celeste la pro- o erece por la influencia del Sol, la pl el cobre gracias a la de Venus, el hierro a lade », el plomo a la de Saturno... ber te pa pei ‘en consecuencia, la idea misma de poses noah: carecia de sentido; la riqueza no era producida ni acumulada por e! hom te Una visién de tal cardcter implicaba ademas la idea de evolucién y aera algo que se encuentra completamente ausente en las diversas item ets anteriores a la modernidad. Prevalecia, al contrario, la idea de la degeners ‘Gdn de la sociedad humana. El verso de Horacio “Damnosa quid non inmt nuit dies” "El tiempo deprecia el valor del mundo”) expresa el axiome Po- simista aceptado en la mayor parte de los sistemas de pensamiento de la Antigiiedad, A ‘trabajo para el mantenimiento de la vida era concebido, por lo tanto, ‘apenas como una compulsién, tarea obligada y penosa, ejercicio propio del lo que podria caracterizar lo més elevado de la esencia del hombre como tal. En la Grecia clas el trabajador era escla no era hombre; el hombre no trabajaba. No hay en la lengua griega una pal para designar el trabajo humano con la connotacién que le otorgamos en la actualidad, Tres sustantivos designaban, a su modo, activi- dades que hoy identificamos con el acto propio del trabajo: labor, poiesis y praxis? Labor referia a la di in corporal en las tareas pertinentes de! hombre para mantener su ciclo vital y, por lo tanto, asegurar la perpetuacién de in especie, bajo el dominio de los ritmos propios de la naturaleza y del me- tabolismo humano. El campesino ejerce una labor cuando, mediante su in- }6n, se pueden obtener los frutos de la tierra; pero también se expresa como labor la actividad de la mujer que da luz a un nuevo ser. La labor ex- cluye una actitud activa y un propésito propio de transformar la naturaleza ode conformarla a las necesidades humanas. Implica pasividad y adaptacién del agricultor yes Suprahumanas que determinan la fertilidad de la tierra y de los naturales. lefine, en cambio, el trabajo que no se vincula a las demandas es el hacer y la creacién del artista, del escultor, del produce un testimonio perenne i tas de la reproduccién de su vic is es la trascendencia del ser, mas fe manifiesta en una obra perdurable, le afirmarse en el mundo natural y sobrenatural, Praxis, finalmente, es la identificacién de la mas humana de las activi- dades. Su instramento es también algo especificamente humano: el lenguaje, 1a palabra; y su dmbito privilegiado es la vida social y politica de la comuni- dad, de la polis. Medi praxis el hombre se muestra en su verdadera 2. Véase Susana Albornoz, O quee trabalho, Sio Paulo, Cortez, 1998. 16 Los formos del traboje y !0 consecuentemente de animal politico, saturates d hombre 19° vidad, ave e 10 qu le da sent g gy ve dano, de iembro de lado al respect, el concepto de “dorechy met al, Come ha 4 gible para los griegos. Como es sabide, grt” ‘eién recién citada de que el hombre os, i. de ciuda. pas ‘a Aristoteles la def * Bor sobre todas las cosas, un animal Pe ove quel rnaturaleza anterior al individuo, or nats at mismo deberd estar con ol tedo polit ot lates lo eatin con 80 respectvo todo, El quo sea inant ee ae ipaci6n comin, 0 que, a causa de su propia suger” o entrar iciencia, tia oun & formar istante de inculada con la cong i la comunit UN principi ae aay el trabajo que lees intrinseco al trabajo cuando se lp consis actividad exclusiva de la especie humana. — Bn el mundo antigu, el trabajo que podcmos Hamar “inteledagr que se identifica con Ia libertad y Ia esencia del hombre, se presenta! puesto ala naturaleza servi y humillante del trabajo fice, Larges gone? tason, aun cuando no fuera esclavo, no resultaba una menifernes co fet produto, puesio que era una elaboraciin dirigida y cones saison do una necesidad inmediata del consumiory al masd® 818 un recurso, un medio, para el sostenimiento del mismo products: Ee del bao y dela ncesidades del usuario, el artesanonose fener ee? herramientas y los medios de trabajo de que dispone, Im eee de trabajo sino su resultado, que no aparece como ereacién si furan eterminada por la valdad independiente o determina toa ser usado oconsumido, La actividad libre es la que no genera noah manifesta externa ala eompulsidn fisic del objeto ola nettsidad ee Una actividad que no se presenta, ademés, como resultado social dew des terminado desarrollo produetivo (que permite que el hombre libre ne porgue subsste merced al trabajo de otros) Trabajo ynotrabaio, on late nificado aqui descripto, se encuentran en una oposicién dada irreductible, natural y eterna. Los mitos y la religion fijaron esta caracteristica como escatolgica: en la tradicién judeo-cristiana el trabajo productivo se presenta, entonces, como carga, pena y sacrificio impuestos como castigo a la caida del hombre en la miseria de la vida terrenal. Trabajo y sudor, parto y dolor: consecuencia del pecado original es la célebre expresién biblica del trabajo que lo cestigmatiza ‘como condena, doblemente asociada a la tarea material para mantenerse en. el hombre y para reproducir a la especie en la mujer. Esta concepcién primitiva del trabajo se encuentra, asimismo, en el sentido etimolégico de la propia palabra en la lengua latina. Trabajo deriva a de ella, no es més parte de la ciudad, sino que-es una beg ne et tos los hombres hay, Pues, por naturaleza, una tendengg, 0s. O®:Acones de esta especie”. La praxis griega, por lo tanto, tan di asociacione’ Introduccién 7 de tripalium, una herramienta configurada con tres puntas afiladas, que se ttilizaba para herrar los caballos o triturar los granos.* En cualquier ¢as0, tripalium er smo, un instrumento de tortura, y por esto mismo tripa- Tiare en latin significa torturar; identifica el trabajo con la mortificacién y ¢ frimiento. aa tras palabras latinas tienen un contenido ms atenuado para denotar esfuerzo humano dirigido a un fin, una connotacién implicita en las defini- ciones genéricas de trabajo, como aparecen en los verbos /aborare y obrare. El énfasis en el padecimiento de la actividad —o, alternativamente, en su re- sultado y en el cardcter creative de ésta~ recorre el sentido etimol6gico de ‘ambas expresiones, sentido que se traslada a la mayoria de las lenguas mo- dernas, no s6lo a las de origen latino, y a la definicién misma de trabajo en cualquier diccionario moderno de nuestro idioma, Los sustantivos labour y work en inglés, Arbeit y Werk en alemén, acentdan la misma dicotomia; la- bour y Arbeit se usan para denotar pena y cansancio; work y Werk, para ex- presar més bien el cardcter activo de la tarea humana definida en el campo del trabajo, Como en alemén Arbeit deriva del latin aroum, que significa te- rreno arable, numerosos estudios infieren que la palabra traduce el pasaje prehistérico de la cultura de la caza y de la pesca a la cultura agraria basada en la crianza de animales y en la labranza de la tierra. Una actividad vital En la misma medida en que trabajo implica una relaci6n de actividad entre el hombre, sus dispositives fisicos y biolégicos, y el medio circundante, su apreciacién esta histéricamente dominada por el tipo particular de vinculo que se postula como humano entre el individuo, la sociedad y la naturaleza. La relacién entre el hombre y el mundo natural no implica tadavia, per se, la conciencia clara de actividad propia o diferenciada; para esto debemos consi- derar la historia concreta de tal relacién, es decir, que el hombre se humani- za, se convierte en ser natural diferenciado, como resultado de su creciente independencia del medio, La conciencia sigue a la existencia y es claro que la existencia humana se construye como tal en un sendero que conduce de la extrema dependencia de las fuerzas elementales de la naturaleza a la capaci- arlas, En la Antigiiedad, por la completa su- i ida activa sélo puede puro mundo naturaleza ser concebida como humana cuando se emancipa latu sensu. La vida activa, como elemento diferenciador de lo humano, con- tradictoriamente, es contemplacién e inclusive pasividad con relaci6r tividad productiva. Las palabras y sus connotaciones, en consecuenci cen de significado si son abstrafdas de la historia real, 4. Vease Istvan Meszaros, La tor‘a de la enajenacién en Mar 4. Véase Marcelle Stroobants, Sociolagie du travail, Pars, N a tos formas bajo y 2 7 08 fo lizar este tiltimo «al peligro de unilateral criterig. Existe, no obstants Phumano y su representacion en el pengay € el tral idad de encontrar un ey, 0 Jo que nos cup de los hombres—» ‘un sustrato comin, 2 44 oncuir en 1a impos al de cont que el trabajo designa en diversas ape i fo, que el trabajo es una “invencién” my, ricas. Se ba dicho, Le ro puede ser concebido como inherente amin’ jem anteamento invoca como prueba el hecho de quo humana TH Pe en numerosa sociedad y que slo eng tg nocién de cal ‘purgués, se lo distingue de otras actividades y gy gut 3d, en el undo Pare a, ind en cualquier época 2 vata propi; Precedentes berms he erieado To que considera una eonegt 1 trabajo porque la primera aludirig °°! ‘atropotdgica y no histérica del tat q ludiria @ antromalis pac, wage ¥ eendtea, que identifen al trabajo gong ot snecesidad derivada de 1a supervivencia.” Ps Por, son necesariamente opuestas y excluyentes la concepcién ant, poligien e istérica del trabajo, como sugiere Brest Mandel? La custgn, poltjnen este punto al campo de la epistemologia porque es indudable yt Supera el terreno circunscripto de la realidad material y de la categora get sual del trabajo. Coneeir la historia sin continuidad es un error sin fe obordaria como un proceso sin rupturas. La sustancia antropligic rahaj no vilenta su cardcter esencialmente hist6rieo que se manifieata cy tl hecho de que el trabajo ~como lo conocemos hoy~ no existia en el passa 5 que debernos reeonoerlo aun ali donde ‘no existia”. Precisamenta pag existe ahora, debemos advertirlo a partir de su ‘no existencia’, es dec te pleno de precariedad natural y de naturalided lori, del mism< como es el orgunismo desarrollado el que permite explicar el menos demas lado y como -segin la conocida tesis~ es la anatomia del hombre la que 4 nite entender la del mono. El trabajo moderno permite, entonces, entender el trabajo pasado, iluminar lo que en una circunstancia historia precedente no podia ser delimitado ni pensado. De esta manera, aunque el eoncepto de trabajo es, segiin Marx, una “categoria totalmente simple” y como represen- tacidn del trabajo en general es muy antigua, es la “més simple y antigua en a Hoe bone aparecen como productores”; sin embargo, solamente en su eal le existencia moderna, cuando se presenta como indiferente con rela- a ‘un trabajo determinado, como la facilidad de pasar de un trabajo a 0, como medio general de crear riqueza y no como “destino particular del ta con una fisono ‘También Jurgen He similar 5.Véase 8. Albornos, ob. cit, du travail’, en Jacques Bidet y Jac «Presses Universitaires de France, 1095 rmacién del pensamiento econdmico de Karl Mars, Mésic, Siglo raga le coneepein de Habermas que contrapone laa ano Introduccion ne individuo", es que se vuelve, por primera vez, “précticamente verdadera", una categoria tan moderna como las relaciones que la producen: las aia aa ‘es mas generales, de hecho, “surgen sélo donde se da el desarrollo rico de lo concreto”.® El cardcter sustantivo, antropologico, natural, del tr fn Marg, a pesar de que no son pocos los marxistas que intentan negarlo, En uno de los mas conocidos y fundacionales manuales modernos d¢ ‘sociologia del trabajo se plantea que nadie ha definido con més vigor que © mismo Marx la relacién del hombre con la naturaleza en la actividad del a bajo; concebido, entonces, como un rasgo especifico de la especie humana. Conforme a tal definicién: jel trabajo humano es El trabajo (dejando de lado todo sello particular que haya podido im- al o cual fase del progreso econémico de Ja sociedad) es, ante to- do, un acto que tiene lugar entre el hombre y la naturaleza. Al trabajar, el hombre desempefia frente a la naturaleza el papel de un poder natural, pone en accién las fuerzas de que est dotado su cuerpo, brazos y piernas, ‘cabeza y manos, a fin de asimilar las materias dandoles una forma vsti pa- ra su vida. Al mismo tiempo que, mediante este proceso, actua sobre la naturaleza exterior y la transforma, transforma también su propia natu- raleza desarrollando las propias facultades que en ella dormitan."? En lo que se refiere al propio Marx, esta definicién del trabajo de su ‘obra mas elaborada se encuentra en total armonfa con el concepto fijado en sus trabajos juveniles. Casi, diriamos, de un modo brutal: “El total de lo que se llama la historia del mundo no es més que la creacién del hombre por el trabajo humano” 3? Trabajo y naturaleza humana La formulacién marxista es, de todos modos, el punto culminante de un largo perfodo de desarrollo del pensamiento cientifico que debe remontarse a Jos finales de la Edad Media, Se trata de una época en la cual la relacién en- tre el hombre y la naturaleza adquiere una nueva dinémica y se busea una definicién nueva y original del trabajo. Pierre Naville y Georges Friedmann i sofo inglés Francis Bacon sobre el arte (en el sen- icios) como “el hombre afiadiéndose a la naturaleza’, formula ccuyas prolongaciones pueden encontrarse en Descartes y en los enciclopedis- tas franceses, En lo que Bacon denomina “arte” se habia refugiado durante 9. fdem. 10. Véase Mario A. Manacorda, Marz ¢ « pedagogia moderna, Sio Paulo, Cortez, 1996, 1 Pierre Navley Georges Friedmann, Sontoga de raj, Méxice, Fondo de Cultara Econémica, 1958. ie i " 12. Karl Mars, Bl eapite 1864-1877], México, Siglo Veintiuno, 1977, cap. VIL tos formas del abso v1 stor? <-y emptica ¥ prtica que designaba la gis a a naturaleza: la tranaormacin ae objeto, br cterizal , Bla eat a ti dey alquimia; un saber intercambio en pproduccién de la “ot artesan, Ia tarea da ‘consideraba ajeno al Ps Ta ciencia, excusivos de taminarse con el experi teri tériea que carat -semiesot naa samyampo intelectual y espiritual que no vette smento 0 con la materialidad inmediata, azargg,” ba el dominio del ate" Eran, por lo tans, qe! pensaba que la cencia pudiera informar, greg a el sentido y con el alcance que entones jcotamia se encuentra el significado ryt moderna ciencia experimental, Coming, de Galileo y Descartes, entre otros, seri uns dela ciencia en la Antiguedad n't run saber fundado sobre las nyt ; alsa pa el campo de las ideas abstrae, ‘mucho més rico de las experiencias concretas. a ae ‘que esta referencia presenta para nuestra indagacia ebre el trabajo reside en el hecho de que el supuesto social que posiilits x so cise Ia conslidacign vieoriosa, decid, de un mundo de nueye tigoeasdirectamente vinuladas con el trabajo x, por lo tanto, eon el surg, mento de grupos cada vez més numerosos de cientificos profundamente sen. Sibes a les intoreses de la produccién y capaces de darse buena cuenta de Snidad indisoluble entre la préctica y a teoria’. Es la realidad creada por ig actividad del hombre la que determina la base material de este nacinients de la ciencia moderna, asociada a las obras resultantes del trabajo colective la canalizacién de los rfos, la construccién de puentes, la excavacién de puer. tos, la ereccién de fortalezas, el tiro de serie de problemas que no pueden resolverse empiricamente y que exigen ne. cesariamente un planteamiento teérico. Una importancia especial adquitie. ron en la 6poca los problemas practicos suscitados por la navegacién, que de- bia afrontar viajes cada vez més extensos hacia las ricas tierras reciente. mente descubiertas# Del trabajo y sus resultados a la ciencia de la cencia al trabajo y sus resultados. La concepcién de trabajo que encuentra su definicién en la formula ya citada de Marx es indisociable de esta evolucién que florecerd con el Renaci- ‘miento y que, como sefialamos, es el punto de partida de todo el pensamiento sientifico mederno. El trabajo mismo tiende a pensarse como una categoria ica desde el momento en que se concibe precisamente como la es- lad del ‘ser humano en su vinculo con la naturaleza. El ideal, ahora, es una relacin préctica y activa; el postulado de que por medio y a través de Te Last K Mars, Manuserios condi flosfieos 1844), Madrid, Alana, 198 ‘adovco Geymonat, El peasamiento cientifco, Buenos Aires, Budeha, 1984 we Invroduecién 2 wanifiesta 6) cea relaci6n el hombre se hace pee yy se muestra hombre, se m in hist6rica. ongame a rea ye foe at an Monopoly Capital, de 1974), Harry Braverman comients 88 00 Me finicidn del trabajo que sintetiza y esquermatiza adecua’ ame a ica do moderno y cuya dimensién natural y antropolégica no MPAA TAT Ay fi Se parte en esta concepcién de la ee sae de la cual partié el propio Marx: todo ser vivo para eobrevivir depots Cs 5 {ntereambio detorminado con la naturalera de la cual él mismo provers te intercombio puede ser totalmente pasivo, caso mene Ant pocies del rein vegetal. Se trata de una primera distincién perineti® © hhora de considerar lo especifico de cualquier conducta animal ig ied ‘supervivencia, mat ‘entonees, por un comportamiento activo 0 ae 7 tn propésta determinado. Apoderarse de los materiales de la naturaleza fo constituye de por .bajo alguno. El trabajo s6lo comienza cuando una de termi altera los materiales nat S, modificando su forma original. De cualquier manera, lo que compete al trabajo humano en su par ticularidad son las diferencias que lo separan de un modo radical de lo que puede considerarse como trabajo puramente animal. En consecuencia, dice Marx en El capital: No tenemos frente nosotros aquellas formas primitives e instint- vas de trabajo que nos reeuerdan la de los animales. (...] Presuponemos el trabajo en una forma que Jo hace exclusivamente humano. Una arafia rea- liza operaciones que se asemejan a las de un tejedor y una abeja hace avergontar a un arguitesto en Ia construciin de sus celdas, pero lo qve Aistingue al peor de los arqoitectoe de la mejor de las absjas estriba en «que cl arquitecto Tevanta su estructura en laimaginacin antes de erigiria fn Ia realidad, Al final do todo procsso qe ya existinen la imaginacién del ts slo efectia un cambio de forma en el que también realiza un propésito propio que rige su modus operandi al cual debe subordinar su voluntad. Conciencia y propésito como rasgos esenciales del atributo humano del trabajo se delimitan, en consecuencia, del acto meramente instintivo, ancla- do en mecanismes congénitos, innatos. El trabajo del hombre reposa en su cardcter ‘inico a partir de la posibilidad del pensamiento conceptual, de la capacidad de abstraccién y de representacin simbélica. Su origen es la natu- raleza tinica del cerebro humano, De este modo el trabajo como accién a pro- pésito, guiada por la inteligencia, este signo especifico del trabajo humano. Como sefiala Braverman, a partir do esta caracteristica de la biologia humana el trabajo del hombre puede emanciparse de la exigencia instintiva a supervivencia propia de cual quie de las acciones dirigidas 2 ed itudes cerebrales el hy an tir de sus aptituc 8 el hombre «in, Nose trata de que a Pare presenta la inadaptacin de Ciera dg, resolver ciertos p’ ign 0 consumo; esto también jg °°" de la naturaleza para su human: i 1o ugg, igunas especies no humanas. El quid de la cuestign Pued, cretar al 8 aut ga de representacién, del lenguaje Ee de la eapacidad oa be ae 5 dels signos que le corresponden, el hombre p eee snitiry delegar la ejecucién de un trabajo: ne dad de concepcin y eeeusion puede ser disuelta, 1g sin prcle y rige Ia ejecta, pero Ia idea concebida per aig. alguien ser jecatada por otra persona. La fuerza restora del trabajo sigan Pte Sieado Conic humana peo a una ente doe puede sr rota eg (hey cafablecda en el grupo taller, la comunidad, la soci ona todo. El cerebro, la mano, el trabajo Hay que evitar, sin embargo, la tentacién de identificar trabajo eon las cuslidades del cerebro privilegiado del hombre, cute fe per expire dominio humano sabre el resto do ls niga tropélogos y paleontélogos creyeron durante mucho 0 que el desan deere eral verdadera cave para explics el principio misma ee lun de nuestra especie y del cual derivarian la postura erecta yoo artiado camo manifestaciones seeundarias. En un princi, ate mente, Las deseubrimientos dela cieneia y el hallazgo defile noe 2 tieronverifar el senderohistrico del desarrollo de nuestra espece goo sein sin embargo, el rigor de tal esquema interpretatio, ona ea de rie recientemente Stephen Jay Gould! Ahora sabemosr en suena, que el eerobro del hombre comenz6 a creer debide al laos n'y pestura erecta; por el estimulo poderoso que suministré ala inteleeas hecho de que las manos fueran liberadas dela locomocién. La evleean ty en un cambio mas rapido en la Postura que en el tamaio eraciOn de nuestras manos para usar herramientas prow dié ala mayor parte del crecimiento de nuestro cerebro. Notablemente, Gould destaca el “brillante resultado” quo, en tomo de esta cuestidn, anticipé “una fuente que sin duda sorprenders los lectores”: Friedrich Engels en su EI cin del mono al hombre tunadamente no tuvo it dera tres puntos esencial ~publicado péstumamente en 1896-, que desafor- acto visible en 1a ciencia occidental. Engels consi: es en la evolucién humana: el habla, el tamaio del 18. Harry Braverman, Trabajo y capi Buenas 4 SzPheD Jay Gould, “La postura hizo al hombre” en Rozny Revol, 2 uenos Aires, primavera de 1996, Sa Introdvecién 23 cerebro y la postura erecta. Plantea que el primer paso debe haberse logrado cuand 0 ciertos monos empezaron a deseender de los Arboles, hecho que pro- ‘movio la subsecuente evolucién de la postura ereeta de nuestros antepasados terrestres. Cuando se movian en el nivel del suelo estos monos comenzaron a adquirir el hdbito de usar sus manos y de adoptar una postura mas y més erecta, Este fue un paso decisive en la transicién del mono al hombre. La postura erecta libera las manos para fabricar herramientas (trabajo, en la terminologia de Engels). El crecimiento de la inteligencia y el habla vinieron después. En consecuencia Las manos no son s6lo un érgano de trabajo, son también un produc- to del trabajo. Sélo por el trabajo, por adaptac {..1 por el siempre renovado empleo de estas a cada nueva operacién as heredadas en nuc- ‘as, més y més complicadas operaciones, alcanzé la mano humana el alto Arado de perfeccién que Ia a eapacitado para hacer realidad las pinturas de Rafael, las estatuas de Thorwaldsen, la misiea de Paganini,!7 Este punto de vista, no obstante, no es original de Engels puesto que ya hhabfa sido adelantado por un contempordneo, el antropélogo y arqueélogo es- tadounidense Lewis Morgan. En cambio, Gould subraya que la importancia del trabajo de Engels consiste no en su conclusién sustantiva sino en su inci- isis politico de por qué la ciencia occidental es tan comprometida rmacién aprioristica de la primacfa cerebral. Cuando los humar aprendieron a manejar su propio entorno material dades fueron afiadidas a la primitiva caza-agricul do, alfareria, na- vegacién, artes y ciencia, ley y politica, y por ultimo “la reflexién fantdstica de las cosas humanas en la mente humana: la ”. se acumul6 pequefios grupos de hombres al otros hombres a trabajar para ellos. El trabajo, la fuente de toda riqueza y la fuerza motriz de la evolucién humana, asumié el mismo devaluado status de aquellos que trabajaban para los gobernantes. Desde que los poderosos go- bernaban a su voluntad, las acciones del cerebro aparecian como si tuvieran oder por si mismas. La filosofia profesional persiguié un ideal inmaculada de libertad. Los fil6sofos descansaron en un patronazgo estatal-religioso Aun si Platon no trabajé conscientemente para reforzar los privilegios de los gobernantes con una filosofia supuestamente abstracta, su propia clase dio ‘vida a un énfasis en el pensamiento como lo primario, lo dominante y en par- ticular més importante que e! trabajo por él supervisado. Esta tradicién idealista dominé la filosofia hasta los dias de Charles Darwin. Su influencia fue tan subterrénea y persuasiva que incluso cientificos tan apoliticos y ma- terialistas como Darwin eayeron bajo su influjo. Un prejuicio debe ser reco- nocido antes de ser combatido: la primacia del cerebro parecia tan obvia y natural que era aceptada como dada, més que reconocerla como un prejuicio con la afi zaron poder y obligaron a 11. riedsich Bngels, BI pope dl trabajo en la transormaciin del mono al hombre (1896), tok Marcy # Rapa Ober gles Nach Peper 88 e 24 Los Formos del trabojey '0 histone _relativo a la posicién de clase de social profundamente scsi av ari _ ores profesionales y $US al veloz avance de la civilizaci6n fue adscripty epee to vlad dol cerebro. Los hombres se acy, 1 fecones desde st pensamiento en lugar de aq. veifue come foe nando importancia en el ery gt sus necesidades.- ¥ tiempo esta mirada nit de la escuela darwiniana son todavia ineapaces de fy del origen del hombre porque bajo esta infuenen, ren el papel que en él Ie toca al trabajo, 2 ns nator rmarse una clara idea {deolégica ellos no reconcet bl énfasis en una definicidn antropol6gica del hombre subraya ter humano concreto, su desarrollo istérico, y no debe ser confundide at tina caracterizacion genérica abstracta que lo designa como un “media gy tividad” cuya esencia ser‘a la “biisqueda de un resultado en el men; = lo que afirma Jacques Bidet cuando sefiala que sin el t SU carge, trabaj est el lengeaje, no puede ser pensada la especificidad del home gS tat aso a Lica iomanente del trabajo seria entonees la economia de ie fo auzente en otras actividades humanas, como el juego o la vida ual; estas tltimas, al contrario, reclaman una duracién extendida ee sindnimo de su realizacién mas exitosa, La ventaja o el rigor de esta definicién consistiria en que no imp) asumir la hipétesisdifcilmente demostrable —segtin Bidet— del Homo het fs decir, de la esencia humana definida por el trabajo; tampoco imple restringr el abordaje de toda sociedad en términos de “modo de profes’ No obstante, esta peculiar definicién “antropolégica” vacia de eontenide definiién de trabajo humano en la misma medida en que queda referida 9. lusivamente a una suerte de légica hueca, careciente de finalidad. Es dite) amir, ademas, que los rits, el juego, el deporte o el sexo no contengen también una particular “economia” de tiempo. ‘De todas maneras, en esta particular definicién de su trabajo, el hom- bre queda defnido en su especificidad como una suorte de ser rrador de minutos y segundos dad propia del trabajo y su s istoria real. En esta abstr. cién particular el trabajo queda definido como mero instrumento de una ra. Gionalidad dirigida @ adecuar fines miltiples a recarcos excasos, Ex dec, a definicién vulgar de la economfa “moderna” convertida asf en una suerte de istérica y asocial— del comportamiento eficaz (y nto ideolégico de la sociedad capitalist, él culares de explotacién y alienacign del trabsjo mercado y sus formas parti hhumano) 18, Véase J. Bidet,“ : Part Abani uth, Le travail fait époque’, en J. Bidet y J. Texier, La crise du tres ‘Presses Universitaires de France, 1995, Introduecién 25 Trabojando para no trabajar Lo cierto ex que el Homo aber es el hombre, recordando aquellia gein\- {én de toolmaking animal de Benjamin Franklin citada por Marx en EI ¢2- J, y que retoma su conocida afirmacién de que el hombre se distingye 2 ‘animal en el proceso histérico real, cuando produce los elementos que hacen cuando produce su vida. El trabajo, el modo de produccién, la acti- 1, pueden ser uilizados como sinénimos si 1a consideracion antro- polégica hunde sus raices en el sujeto hist6rico auténtico, en las etapas de su ollo real. deratr decir, el abordaje antropoligio sobre el concepto de trabajo debe ser al mismo tiempo una aproximacién hist6rica, el andlisis del proceso de dife- transformaciones opera- trabajo asi como con el resultado de la actividad de produccién de su vid En términos generales podemos definir tres grandes etapas en esta evolu- cidn: 1) las manifestaciones iniciales del hombre en la preparacién y el mej ramiento de herramientas seminatur incipio de supervivencia diferenciada como especie bi caracteres definidos una divisién social del trabajo, mas alla de la dictada por la diferencia de sexos; 2) el neolitico, con la sociedad humana que se afin- ca en un terreno y se organiza como tal en la produccién y en los pios de la agricultura y la crianza de animales; 3) el nacimiento de la indus- tria y el desplazamiento moderno del centro de la produccién del campo a la ciudad Carlo Cipolla ha dicho con razén que no debemos abusar del término “revolucién” al estudiar la dinémica més amplia de la historia de la pobla- lista, a la separacién de los productores de sus medios de produccién y al surgimiento de la clase trabajadora moderna resultante de la expropiacién de los viejos trabajadores (campesinos, artesanos) de sus condiciones de tra- bajo. Por la misma razén, el trabajo moderno es el trabajo asalariado, la con- versién de la capacidad de trabajar en mercancfa y su delimitacién muy pre- cisa, en consecuencia, como actividad remunerada, en una esfera definida de Ja vida social. ‘La mutacin actual en el trabajo deriva enteramente de los resultados de esta iiltima revolucién y del antieipo de la préxima. Esto es, de la posi dad del hombre de emanciparse del trabajo mismo o, si se quiere, de m car radicalmente el carécter social de éste, su actividad vital por excelencia 19, Véase Oves Sewartz, “Circulations dramatiques, efficactés de la activité industriouse", cen J. Bidet y J. Texer, ob cit. 20, Vase Carlo Cipolla, La poblacién mundial, Buenos Aires, Budeba, 1968, robo y lo Fistor? resto que si el fF 0 forms Gecirlo con palabras ya cargadas de ume +f eonformacién material y social dg} ee jucionarios 0S harén pasar de a prehistoria una Re cues aleances revolucionetrs’ 1 pganje del reino dela necesidad a rans fora aténtcamente HUEY jo considerar més exhaustivament sit Ia libertad, Por 10 mismes entre el trabajo y el no trabajo en la reg podemos pe mente constituido, son convenientes algunas pregig, Mt ae hombre pat ve introduecién a este problema, Sertamen adicional neo. prosente en ee ee con la produccién activa de la vidq le ed a ta, a primera vista, en o na, es deci, en ane Serraino de otro modo: en In seiedad moderne humano se despiega con el modo de pro tencia oe a rygn esa misma medida se corporiaa ey sta de un mode fabajadora no como actividad vital sino como me Balada or es misma, Bs trabajo explotado y enajenado en el cu] pegacén deo os af mismo” Mario Manacorda, entre muchos otis ue sagve que es en Marx donde encontramos esta apreciacién del tak de relive au Gtradictorio con la humanidad misma y, en apareneg, oy humorgiidn intern con Ia caraterizacign del propio Marx sobre el ig etl unico y especfio del trabajo del hombre. ranteatradiceién, sin embargo, debe ser resuelta y puede ser resus en el andlisis de las formas histdricas materiales y sociales de la evolucig no eh pamano, ast como en la indagacién sobre la conelusin de we ae arabe) eno enol carcter concrete que adopta el mismo trabajo en lip, as tempordnea En la base yen el origen de las formas historic divenas eactadopa la enojonacién de a actividad laboral del hombre se encuat, se aaomeno que deriva y estimula la productividad del propio trabajo de nuestra especie. Asfes: con la divisiOn del trabajo comienza al mismo tiempo la historia humana e inhumana del trabajo. del teabajo condiciona la divisién de 1a sociedad en clases sy0on ella, a division del hombre. ¥ como éste se torna verdaderamente {al solo cuando se presenta como divisién entre trabajo manual y trabajo mental, asi las dos dimensiones del hombre dividido, cada una de las cua- ‘es es unilateral, son esencialmente las de trabajador manual, de obrero y de intelectual. Ades, como la divisién del trabajo es, en su forma am- plinda, divisién entre trabajo y no-trabajo, asi también el hombre se pre- fenta com trabejador yno trabajar. Y el propio trabajador ~aparecien {o el trabajo dividido, o alienado, como miseria absoluta y pérdida del pro: hung, ersal de riqueza~ en el trabajador estA contenida también una pesbilidad humana universal24 21,M. Manacarda, ob it, 7 Introduccion 6 Una obsorvacién fragmentaria y no rigurosa del planteamient® eae ta supone que el desiderétum de la emancipacién humans comity suerte de retorno imposible al salvaje primitive, al hombre | besa Sho unilateral que se identifica con su actividad laboral no divi Sts, pecializada y que es expresién del cardeter prec naturaleza y, més bien, de su adaptacién y someti tural. Es decir, del retorno al animal humano natural, a una cual “el hombre sélo se distingue del cordero por cuanto su con iciencia sustitu- stinto oes el suyo un instinto conscients”,afirma Marx. Pero la nae ‘humana, hist6ricamente construida, esté en los antipodas de este © tadio original. El hombre natural histérico es 1a naturaleza producida por ia y su nueva condicién natural es la universalidad generada por s¥ ropia actividad, por su trabajo. ProP' Bn otras palabras, el trabajo produce la naturaleza humana en la mis- ma medida en que la d y diferencia de la naturaleza puramente ai mal, a través de una apropiacién especifica del propio mundo natu Universalidad del hombre se manifiesta practicamente en la universalidad por la cual toda la naturaleza se transforma en su cuerpo inorgénico”, Un hecho que se verifica en que, mientras «ol animal se hace de inmediato uno con su actividad vital [.. el hombre it el objeto de su voluntad y de su concien- jad vital consciente: no existe una esfera determinada Este cardcter voluntario, consciente, universal, de la actividad humana, por la cual el hombre se distingue de los animales y se sustrae al dominio de ier esfera particular, esté en oposicién a todo lo que es, a su vez, na- esponténeo, particular, esto es, al dominio de la naturalidad (Natur- wuechsigheit) y de la causalidad (Zufaelligheit) en la cual el hombre no domi- na sino que es dominadi una determinada esfe Con el capitalismo moderno, con la universalizacién de las relaciones mereantiles y con la conquista del mercado mundial, la divisién del trabajo ~y con ella la productividad del trabajo humano— alcanza una dimensién irrestricta e ilimitada. En estas condiciones la deshumanizacién del trabajo ‘encuentra su expresién més clara en la conversién de la labor humana en el proceso productivo directo en una actividad descalificada, en la transforma- cin del trabajador en una suerte de apéndice de la méquina conforme a una ‘élebre definicién que pasé a la historia con el Manifiesto comunista. Pero, al mismo tiempo, en las antipodas de este trabajo real, enajenado y por eso in- 22K, Marx, Manuseritos. 28. ML Manacorda, ob. cit, 28 tos formes dl troboie¥ © histori de las fuerzas productivas ere humane, el desarrl s an ho apae. de modifica de modo erosion SE ay produccién. Es el desarrt 1e posit ia 9 fi abajo ae ie Bhecién sea sustituido POF © Maravo mocinicoeletr6Nio,automgye® Pe lo material co, tng rn a somo de 1a.caal Mars realiz6 un andlisis excepeigna indrisse- xi ia posibilidad de termine’ con ol taba 2 samedita de a supervivendia recondici6n decisiva para ques vty social eontemporanes © ‘asiente en una es tomo un todo. Bs 18 wi partir de un ‘umbral ht . : a RIMERA PARTE ‘mo especie. Elreino de la libertad mpee donde termina ol ra puesto por I los fines externos; queda pues, deda la natu porla con orn coe den ria da verdadere produosin materi Shar con Ia naturaleza para sa rustento de su vida y reprod aay mis nas de su naturalera on ripe un rel de i acesia Al er de Capitulo 1 Heed La economia como ciencia I propsit de este libro es abordar la economia eomo ciencia. Cuando deci- mos “ciencia” nos referimos a una forma especifiea de conocimiento. En es 5 no sélo la economia sino lo que denominamos “ciencias sociales” en general deben comprenderse como un aspecto del gran desarrollo del saber del hombre que forma parte del escenario hist6rico propio del final de la Edad Media y comienzo de la Moderna. Un fenémeno, a su turno, ble del progreso do la capacidad productiva y, por lo tanto también intelectual, que acompafia el surgimiento de la sociedad burguesa y que, por eso mismo, es el punto de partida del fantastico despliegue de la ciencia moderna. En un sentido més amplio, naturalmente, los fundamentos de algunos prineipios bésicos de la labor que es propia de la ciencia se remontan hacia el pasado, en particular a la eivilizaci6n griega. Ya algunos siglos antes del ini- cio de la era cristiana los griegos se preocuparon con un coneepto clave para la ciencia, el de la demostracién. Es decir, verificar mediante pruebas riguro- ‘sas la consistencia de una tesis determinada. Al plantear este problema de la demostracién, los griegos pusieron de relieve, al mismo tiempo, algo que tie- ze que ver con una condicién basiea, elemental, primaria, original, de cual- quier ciencia, y es el hecho de que la realidad no se nos aparece exactamente como es. Al respecto Aristételes resumié una visién de la época cuando dijo que Ia ciencia comienza con el asombro, porque las cosas parecen pero no son exactamente como parecen.Un conocido historiador de la ciencia, Ludovico Geymonat, hizo la correccién de que, para ser més pr i i za.con la indagacién de lo asombroso, es decir, con una deo de aquello que aparece como opaco, dad no es tr » naturalmente, para todas las ciencias y en consecuencia también para la economia politica, [31] ister tok as dl voto! 2 tailor a, en lo que se refiere a lag 1 i Gel hombre, presenta on oo vie mie e ell ei amb, 9 gay ncia debe Pro, esa contradictiOn, on propins 4° ed anterior, en 1 que tiene qu yet en la ‘ec Precept 15 aa Pena mala cosecha. No habia ye habia une pacer muchisimas on, jn mori de se pues a ia mori eer 10 x oi ein comes rerente,erstaling 8 entendimiento ny cu so es mas 0 mene vr que tiene que ver con la agricultura, ita particular S180 bio, puede Hover, cosecharse me mentos, y-- est todo mal: los precios a oro consecuencia 0 eto, de otros fe ay Scie, la depresion inunda el dmbito de ign? niece la desocupacion y 1a gente deja de ae ‘asombros0”. : : i we doy es un ejemplo que esté en el Fentempordnea. Las estaditicas ofc a herra hay 33 por ciento de seres humancsquepy, plane guen si, ta] YeZ se ProUw2EA NA transom, sas Sietovertit en una SUESpECI con careteritgn san hambre piolica y ellos 8 ¥ peealares. Esto ya est Penta desnutricion, maldad, y sobrevive, e ester Linite¥ el indviduo se transforma en una sue ae cipas “human” por su analogia morfl6gica con otros i anim uniamente humane, peo qv Jno es ftalmene humans Y gue am fompe que sce esto, nel mundo “obra” de tdo en materia de aad produ, Sobreproduccin ymisera socal: polos de una ce capardaPprovecanasombro y uno de Tos grandes temas que relamaa na rntifea, Tan significativa es la cuestin que ineluso se enue fe, como veremos, de Io que la economia clésica o conven puede explcar. ‘Como retrato de esta miseria social que recorre el planeta se pusie senciona lo que sucede con el sida. En el mundo, en el umbral del sig, pestina que habré aproximadamente 40 millones de enfermos de sida. De ‘los, 30 millones, aproximadamente, viven en Africa, donde répidamente ‘amos a tener ya no una subespecie humana sino un genocidio monument En la industria farmacolégica mundial est muy avanzado el deseubrinies to, sino de una vacuna, de drogas que pueden disminuir mucho el efets terrible de esta enfermedad. Pero, segtin lo que se lee en la prensa, sts si ven para combatir el tipo de enfermedad existente fundamentalmente en Ee tados Unidos, donde hay 600 mil de los 40 millones infectados pore vist ere 33 Le economia como ciencia det sie. Hace poco, par ejempl, se conocd una now et tee gue rr on jel sida Hoss poy Pique pasan en nvestro mundo, Pare peme- Ing cosas “aso dcidieran que el Bstadova 8 EDT ye dio par 1 SMfgnto untare de dear a i "200 {élares, cuando la vacuna la fabrican empresas 4.200 {0 dleres, cuando son hechas por el Estado, Este solo dato sirve para derrumbar un mito —de los tantos que vamos & trat aeique el Estado es ineficiente y lo privado es eficiente. ele para plantear algunos de los “asombro agen una investigaciin particular sobre e6mo e8 la Gola muerte) en esta sociedad. Produccién hubo, naturalmente, tes de la Edad Moderna y antes del capitalismo, pero no abundaba la posibilidad de asombrarnos” con cosas que merecieran una investigacion especi en los terminos {que aqui estamos explicando, Por ‘ejemplo, antes del capitalismo, en la Edac $fedia habia siervos de Ia gleba. Los siervos de la gleba cultivaban s buerta cantidad de dias a la semana y alguna parte de ese producto se 1a entree Aas algin sefio. {Por qué? Porque ellos eran siervos y los otros eran Sef res, La condicién politica del servilismo feudal determinaba un tr: productos de unos a otros. ZPor qué uno lo daba esto a otro? Pr porque era siervo uno y sefor el otro, 0 sea, por una desigualdad explicita y triginaria, En cambio es “asombroso” que las diferencias en las condi de vida sean hoy més brutales: siendo todos “iguales” ante la ley, habiéndose producido la Revolucién Francesa y la declaracién de los derechos del hom- bre y el ciudadano, habiéndose inseripto en la Constitucién que el derecho a tun salario digno es elemental, ete. Todos somos iguales, pero parece que no tanto. Del libro Rebelién en la granja de George Orwell es la frase “todos s0- ‘mos iguales pero algunos somos més iguales que los demas’. Alli se habla de tuna granja donde también, como en la Revolucién Francesa, habiendo echa- do al patrén, todos los animales empiezan siendo iguales entre si, hasta que los chanchos se transforman en los que manejan la vida en la granja. Y, como mangjan la vida en la granja, convierten el “comunismo” en “una cosa para los zorros, una cosa para los chanchos, una para las ardillas, una para los chanchos, otra para los perros y otra... para los chanchos”. Es un comunismo sey para, algunos aon igual y aro en me Sala todavia. En . fue muy utilizado como propaganda anticomunista en sobre la cual escribié otro libro que se llama base de la pelicula Tierra y libertad del director brinico Ken Loach, Est libro también habla do otra con asombrosa del i- flo Xx que vale a pena que seilemos de pasnda. Qué pasé en Catalufa en 3877 En medio de la Guerra Civil hubo una rebelién de los obreros catala- nes, que luchando contra Franco quisieron instalar una comuna, como en ci6n igualitaria on una organizacién igvalitaria y sog Paris en el a "atalanes? El a Comunista espasait vy aquién reprimi * aban disparando contra Franco yg fe ‘con Tos tanques con 10s Rs decir, no cité una frase de cualquier itl ne her el es abi autor 2 un tere Ii, 8d Georg porgue un gran éxito tlevisivoleva gy. ra tiene certa net" Gran Hermano de 1984. Esta novela fue eps su personaie central que pasaba en el reino del comunismg aut 1o anterio®, ‘los obreros del 40y zQuién era el Gran Hermano? B] ‘anit? de le Unibn Sor prpano sobre todos los habitantes de ea gy Tin. Bl dominio or al panto de que habia una cémara de yy deseribia 1984 tel “ euarto de cada uno de ellos Pare registrar y controlar sus movin a ene : regiva. As( el titulo Gran Hermano pert. Snel oem re fpoa va juego de jévenescarilindos encerr al primer concepto planteado es el vineulado con Ia cenrpocimient especial, riguroso relacionado con la abservacén com0 mq aeincia en Tos siglo XVI y XVIL en cuyo desarrollo gut oN El segundo concept tiene que ver Con Precsar que el pune tafe del cena sel hecbo de quel realidad no es directamenta ty paren para deci con un conocido aferismo, sa eparienia de re, onvode los cosas coinidiera con su esencia, toda ciencia estaria de még) ¢ por um lado, el hombre que hace ciencia opera en este terreno particular gy, pe ytiende entre Ia apariencia y Ia esencia, el punto requiere un excare, Se Sato adicional, relativo a cémo se mira, e6mo se observa la realidad; ale ietotien el principio de toda actividad cientific. La observacion dare Tidad no es tan simple como parece. En primer lugar porque observar noes vimtraviamente o no tiene como resultado el refleo mecénico, directo, dea Tealidad, El mirar, el ver —el sentido de la vista es uno de los més vinculado; Tiproblema de la observacién-, son funciones cerebrales. Cuando obsery cualquier abjeto, lo que estoy viendo es la transmisién de cirtas neurnas que en mi cerebro forman una imagen a partir de que veo determinada cua Es posible, ademés ~aunque incursiono en un terreno que no domino, qu estimulando eléctricamente ciertas partes del cerebro podamos “ver” ciertas esas que no estin fuera de nuestra propia cabeza. Y como observar es una funcién de tipo cerebral a veces podemos ver cosas que parece que son dete ‘minado objeto y no lo son. Asimismo, uno no puede observar sin prejticis, no puede vaciarse de “teoria” y de conocimiento antes de acceder a una ob servacién. En este sentido no hay observacién pura, como una suerte de kilé- metro cero de la tarea de la ciencia. En un libro introductorio sobre el tema de Alan Chalmers, Qué es esa cosa llamada ciencia, se muestra el dibujo de tuna escalera y el autor demuestra que lo que “para todo el mundo” es una escalera no necesariamente lo es, B] mismo dibujo mostrado a hombres de alguna tribu primitiva que no conoce la escalera a éstos les parecia, por st tna so dos ena 35 Lo economia como ciencio 1 otra cosa, O sea que observar no es una cosa tan simple Bertrand Russell plantea otro caso interesante. Si yo miro a alguien & Wit clase, a Juan por ejemplo, todos desde sus respectivos lugares tM también pueden mirar a Juan y todos entonces podemos repetir 1a fr Be miro a Juan’, y estamos hablando o refiriendo acerca de una misma cosa. yo jes ast? Yo estoy frente a Juan y lo veo de determinado modo. La persone {que estd sentada al lado de Juan lo mira y dice que también lo ve, ¥ Pare que ambos estuviéramos viendo lo mismo, Sin embargo, sabemos que no Ti ramos lo mismo porque yo lo veo desde mi posicidn y el otro lo ve desde otro ‘ngulo, 0 sea que el Juan que vemos es di iniera un fisico dria que cuando miro a Juan lo que estoy registrando es un conjunto de on- ddas bajo un fondo particular, que se refracta de determinada manera y llega ‘a mi corteza cerebral de tal otra manera y, sin embargo, no es 50 lo que yO ‘estoy viendo cuando miro a Juan. Al margen de todo eso, cuando yo digo que miro a Juan no sé lo que el propio Juan est pensando. {A qué Juan estoy snirando, qué aleance y qué signifieado tiene mi enunciado sobre la visién de ‘Juan? Bs claro que la situacién no es tan simple como parece. Por todo lo que acabo de sefialar: realidad, apariencia, esencia... obser- vvacién; un tercer concepto que debemos retener sobre los atributos propios de toda ciencia es que hay que precisar con mucho cuidado que una de sus partes constitutivas es la que tiene que ver con los instrumentos del conoci- miento y de sus lenguajes particulares. Saber Smo, en qué contexto y con qué posibilidades hacemos los que se Haman “enunciados observacionales”. Ya que mencionamos a los griegos, digamos que con ellos el conocimiento cienti- fico empez6 tratando de depurar el lenguaje comiin, normal, lleno de equivo- ‘os, para expresar el resultado del conocimiento. Por eso uno de los primeros insirumentos del conocimiento fue la matematica, un lenguaje abstracto que trata de limar muchos equivocos. Ya citamos al comienzo a Geymonat, quien también plantea que, en esta cuestién de mostrar la importancia de los. medios para indagar lo asombroso, los griegos fueron muy lejos. Geymonat dostaca a los sofistas, aquellos que sembraron de paradojas aparentemente irresolubles el mundo de la época y que perduraron por la originalidad de aquellas paradojas, como la de Aquiles y la tortuga. La funcién de tales para- de la tortuga y Aquiles, es la de la flecha que nunca podré llegar a destino porque antes de llegar tiene que llegar a la mitad del camino y luego a la mi- tad de la mitad y asf sucesivamente al infinito. Como tiene que recorrer infi- nitos pasos nunca va a llegar a su objetivo. Se trataba de una contradiccién que requeria, entre otras cosas, el perfeccionamiento de los instrumentos del conocimiento, algo que sélo mucho mas tarde se resolvi6, cuando las ciencias mateméticas pusieron de relieve que la suma de una serie infinita puede te- ner un resultado finito; algo que también parece paradéjico. 36 {os fxas del weboie 2 HHH? enti lot amos que cada cienia, POF To tant g ed een om {al evando tiene un terreno prop a mia también, 8¢ > jyoradar Ia apariencia ¢ 1° © Inetenca a ree Py indagar lo asombroso, TO specifica en relacén con otro terreno y gq 68 conformacin dew CAPS TG Is cuales 0 delimit. Bn cnseing® Je Ie cual ono se constituye 1a economia eon ‘se la pueda considerar una discipling cient,” Jas razones qU° seni ego mas coda ver mal meviminte ; ue la ciencia €s un conocimiento nna hn ita i con in abservai tO tercero, que €8necessro Precis con cuidad fn sible inmedivanatrumentasy lenguajes pariculares de cada ci sre ioe en ae varantenaa moter, tee qe ver on una etn desi an mara ee penariento teri, I indagain sobre el logue yg ani ci, allen Galle es uno Gs undadoes eta ran ge nein een cnas qu estaba separadas. La cienca que vena de ca moles una Genia abstract, no comprometida cone exer, to eeepajoconceta, con laimperfecciny las don ate aa on oreo la cienia griegn era una ciencia de as materia, fenca vinculada a Ia experiencia sino de aquella qu ge a perfeceién del pensamientoy la l6gia en una sure de nade, Naturalmente estamos simplificando y aludendo en at atonlmmo mds que ala cencia de los griegos en su diverse Pari ee empieza la ciencia moderna, la que une 1a teortay la pric, Sobran esto porque al plantear estos puntes hablo de cosas vineuads eon rae cturacin del pensamiento cientifico que explican también el ac ta ory de la economia. Repitiendo una tesis muy eonocida: la terrenalidad saecalguier pensamiento pasa por Ia veriicacién préctica , dicho de ota espera la verdad de vn planteamiento al margen de la préctica es una ‘estén abstracta. Ello vale para la economia y vale para la historia, en el Sentido de que el material de la realidad debe ser confrontado con la labora cién del pensamiento. “Abstracta es un término que usan a veces los juristas; por ejemplo siyo aro Ta esquina soy culpable de tn homicidio culpose, que en términos jurdicos significa no intencional o no premeditado. Feo si yo me muero antes de que se me juzgue el juez diré que ya el problema de e En ee lain, sentido el pensamiento abstracto no tiene sentido, es provecho; es abstracto en el sentido de desvinculado dad entre la teoria y la préctica. No es a esta “abstraccién’ a la que hacemos referencia cuando hablamos de ella como un momento de la dinémica de! 7 La economia como cienci ji6n es un re- rensamiento cientifico. En ciencias como la economia la abstracci nea rire en el método de investigacién para poder form nem funcionamiento de la realt ‘esa misma realidad. Estoy somo ajena o extrafia Pp curso fgeneralizar,establecer leyes o principios del Sbservada y volver a verificar las conclusiones oo8 S28 10 concebida hhablando de otro tipo de abstraccién, ya no conct ; = Tn realidad, La unidad entre la teoria la pritica del cone mints cien 1a Je para cualquier ciencia, incluso, por supuesto, la ciencia SO Ia con la inta caracteristica de todo pensamiento cientifico se vine’ 8 rad lar 7 ‘con el cual todo lo que existe regularidad, el carécter estructurado, sistémico, aa ruviera, Jpajo de cierta complejidad, te presenta, Si la realidad no tuviera, por debajo de ter egularidad, un cierto orden, una cierta estructura, tampo Treva Esto ha avanzado tanto que una rama de Ia ciencia moderna ie teoria del caos", es decir que hasta lo que antes parecia puramente ra puramente caprichoso, puramente ‘nico e irrepetible porque ora ca¢ti sev es tan asi El ca0s no es singnimo ya de azarose, de eaprichoso, quizé Side complejidad, pues revela cierta estructura. Del mismo modo como ne puede haber ciencia de to que no existe, de lo que no puede ser abordado, Pvestigado, probado, etc., no puede haber ciencia de lo tinico e irrepetible, ‘alli donde lo que normalmente llamamos “causa y efecto” no se manifiesta de alguna manera. ‘Una sexta caracteristica muy importante en cualquier ciencia es el he- cho de que el pensamiento cientifico progresa siempre en el sentido de gene- ralizaciones crecientes. Tiende a tener una visin holistica del mundo que tnfrenta. Holistico es lo contrario a reduccionista, es una visién totalizante. Reduccionismo significa que si divido una cosa en partes, veo cada cosa después, sumando, tengo el todo. Por ejemplo, un libro es una coleccién de palabras. Lo puedo separar en todas las palabras componentes y después unirlas, Pero la unién de las palabras no da un libro. Un libro s6lo puede comprenderse en la escala del todo; tiene leyes particulares en la escala del todo y no puede ser simplemente una suma de sus partes. Esta vision holisti- ‘a de la realidad ha ganado muchisimo terreno en los tiltimos afios en el pen- samiento cientifico general, aunque ya en el siglo XVIII hubo una reaccién contra la ciencia puramente analitica. Esto es, el método cartesiano de sepa- izar en partes, el puro medir y contar de la ciencia que empieza to de la realidad; no medible, no contable por lo menos en los términos més simples de la matemética. Naturalmente cuando uno dice “holismo” o “reduc- cionismo” esta haciendo algo que generalmente hay que tratar de evitar, que es separar las cosas en polaridades absolutas. El holismo integra el reduccio- nismo, porque medir y contar es una parte del proceso para llegar a una visin integradora, para avanzar realmente en el conocimiento. Dicho en tér- minos més académicos y més rigurosos, y por eso muchas veces més incom- prensibles sin una preparacién adecuada: la dialéctica o la légica dialéctica no da por abolida, 0 no liquida, 0 no inval pica aristotélica, la l6gica for- ‘mal, La integra en un programa de investigacién mas amplio y mas abarcativo. tes formes el robo también tiene que $°P ronornia politica tam ins 50 ar aa Sore debt e088 aes seria, Hubo und g780 TOO jg mas que la indagacin de algungy pisora tna, La histori S75 To modiciones recortadas on un gga fn de sor parte de ningin todo, Ha py rae ibe ae donominabs “To Dequeto es hermat® Maanuy eomplicado. Pero qUué Basia ung mit az cinco y las siete de la tarde puede fans ce ha fragmentado. Hay una historia ey, i ry pa aeie de precios sobre Ia productin de por, i hacer grandes escenarios sobre lo qua pt dor. De un modo burdo, sha petra palabra abareatvo, la palabra ampli votalitario. Le pretensién de explicar un todo? ite a oom ee a "Engels, ciencia y socialismo'— en ocasin de yy ‘el centenario de la muerte de Friedrich Engels, a ‘muy dura a uno de los ideslogos de esta visi a, Ernesto Laclau. El defiende su posicién de una manera ‘hace que una posiciOn reaccionaria y anticientica apy. ento es mas 0 menos asi época de un modo totaliza ee i co tod ai a palabra ftaiza Mei igo del mundo de los cieos, de los dioses. Era el mundo dela re Sion, Laci dice que cuando la Baad Medin se eae pasa alg trégic uyé alos dises, y mediante la razén y sus capacidades pai. eres dl traté de explicar todo, y por esto se convirti6 en unser totaltrin, evo ése es el afin de toda la ciencia: tratar de explicar el todo, La den- ‘ia avanza hacia la explicacién del todo. Hay un joven fisico argentino que tet tratando de descubrir ahora en Estados Unidos algunas cla jacién con una explicacién unitaria del origen del universo. (Mi tador en potencia! En fisica hay cuatro fuerzas que explican el mundo ds racroscépicas y dos microsedpicas. La gravedad y el electromagnet el nivel macrosodpico, y una fuerza, lamada “fuerza fuerte”, y otra d nivel mierascépico, Todo el esfuerzo de la fisica se encamina a encontrar una fuerza que explique el conjunto, de la cual las otras serfan manifestaciones particulares. Naturalmente, se critica a veces a la economfa, a veces al merxismo, por esa pr . ¥ como digresién digamos que el marxismo es una vision cientifica de la sociedad moderna, quiero decir que ciertos at aque le son earacteristicos no lo son porque sea “marxista” sino porque es ciencia. La ciencia es asf. Ademds, los marxistas no inventaron el termino un interesante trabajo sobre cimoy or qué surgié elcalificativo “marxista”, originado en la trinchera de los ene tnigos de Marx para desacreditar su lucha. El propio autor del Manifesto 39 fa como ciencio Lo economia i después la sunista dijo en alin momento, ¥ ay marrsta". En general se la usa para deni realidad Marx Ic Marx es que la destinados, una conclusién que, ciertame ‘Una séptima carectristea indisocabie de TTT como cientifica es la constatacién de 4 d ed eaizada como tun todo, que es ordenada, que debe ser indageds oe i area de tooria y préctiea para comprender las mediaciones GN ToT Ir opariencia y a esenca; esa realidad es una realidad en pormocntrs te gato, en permanente transformacién. La frase de Hegel “Todo fo Has Oi merece perecer” es iva. Es decir, todo lo que es, ¥ que poraue es 02 ‘en un momento desaparece, se transforma en 9 iemos porque existimos merecemos perecer, y antes de ite transformacién. No somos nunca los 1s mismos, 0 no, seguin los contextos. ismo de la mafiana, y no lo ico, poco tangible, sino en un que no os. Nosotro perecer estamos siempre en consta mismos. Depende para qué, somos Cuando a la noche vuelvo a mi casa no soy el soy no en un sentido abstracto, espiritual, psf sentido absoluto y tangil ianza, por ejemplo, se verifica- ria que mi peso es dst ‘cabo de algunos afios uno no tiene en el cuerpo ‘hi una de todas las células que tenfa hacfa un tiempo. ¥ sin embargo uno si- zzue siendo el mismo. Este problema de la transformacién, de la continuidad y la ruptura, invita otra vez a pensar las cosas no en términos puramente polares, antagénicos. Hay continuidad pero con rupturas, y hay rupturas pe- ro con continuidad. La clave es que el mundo es un mundo en permanente transformacién. Por eso la realidad siempre es hist6rica; las cosas suceden en un contexto determinado, en un momento, dentro de coordenadas del gran movimiento en el que deben ser abordadas. Y dentro de esas coordena- das algo que es puede dejar de ser. En el prélogo a la Contribucién a la erttica de la economia politica Marx dice que sus inves es lo llevaron a comprender que para producir los hombres contraen ss de produccién in- dopendientes de su voluntad, y esas que contraen tienen que ver con la capacidad productiva que tienen. Se relacionan de determinada mane- ra si su potencia para transformar la naturaleza es muy primitiva, y de otra manera si la potencia para transformar la naturaleza y hacer el mundo ma- terial es més avanzada. En la economia de subsistencia, propia de una época muy antigua, el mecanismo era, para llamarlo de algin modo, tribal. En la époea de la gran méquina, funcionar como tribu no sirve. Cuando hablo de relaciones sociales se debe tener en cuenta que la palabra social no tiene ningun tipo de significado valorativo en este contexto. Quiere decir que los hombres no producon slo, separados u los otros, sino cooperando de una u otra manera, Certs relacones 6 impulsan el desarrollo de las r2as productivas. Y ese mismo desarrollo de las fuerzas productivas en oor formas del trabei® Y lo historio _— es xis 787029109 ag otro momen bait ipo de relaconeseoiter tas fueras produstivas ToT rm en lo que no eS. La realidag Peay senvolerse 10 Orient, Nada bay fers el tiompo y del espacio 8g, porque ten? que esas oy especulacién [Absoluto y relative, mater ‘octava caracteristica. Estoy intentandy st la entumeracion do ciertos atributos de la ciencia seria, tag i sronfa. He aprendido de los mateméticns que la arp lends, mot tae ensas es muy importante en 1a len met? tanta, Los que entienden de lenguale ratemético, porque la maton te un lenguaje, encuentran que la formala de Albert Einstein B = 1g, an Ge una armonta llametiva y de una Bran, simpleza para explicar cosas g. memente com ‘Si fuera muy inarménica y muy poco bella no se ar ‘iempre coinciden Ia simpleza, 1a ermonta y la belleza con una gran coal jentifica. < octave caracteristica de todo pensamiento cientfgy ciencia no hay verdades absolutas poet todo esté en movimiento. Val a decirlo porque, si vamas a habla tod ett vamos @ hablar de marxismo, uno de los mites més dione seve el marxismo es que el marxista pretende la explicacion total cae atin marxista no puede pretender dar una explicacion absoluta de nad, reeque el punto de partida del marxismo es el abandono de le prelesin ora es abelutas. Esto lo escibieron Marx y Engels cuando empse fon a estudiar la sociedad moderna. Plantearon quo no hay posibilided de jutas, que era la pretensi6n de la filosofia alomang neu 3. Hegel habia llegado @ un sistema absoluta para, ‘omprensién de todo Tenemos que pasar, dicen, alas verdades positivas ssurgen del desarrollo dela ciencia positivas y relativas. en ‘Hay que tener cvidado con el adjetivo “relativas”. No se debe caerenlo que ce llama “relativibmo”, o sea que todo vale. No, no todo vale, En un con ferto determinado, dentro de coordenadas precisas, hay verdades absolutas .e prefiere, ‘inicas. Son relativas cuando el contexto cambia: “Todo lo que existe merece perecer”. Si no, eaemos en que no hay ninguna posiildad de conocimiento riguroso, cuestién que también est muy extendida en ambi- tos de la ciencia. A veces se la pinta de una manera muy especial, para que suene agradable, Entonces, por ejemplo, alguien va a dar un exemen yd can: “Diga, alumno, qué marco te6rieo eliga?”. Se ofrecen mareos tetris c- mo papas en e] mercado, ¥ no, asi no vale, Hay que ver cual marco teérico es el adecuado para una circunstancia determinada. Eso existe on el marco de fae que abunda en las ciencias sociales —y que es una pecu- eee Ae ee sociales. porque hay charlataneria en todas las cien- cienciag les hay mds—. Uno no puede decir que la man- Bato nos lleva a una diez porave al Lo economia como cioncio saon sein Newton sca porla raved, y vein chert de ot reg, segue hay alguien ciflando de abajo y a atrae con so ehifida, Novo Pema ley de gravedad es “ttaltaria’. Newton fue consi ena sjo todavia un monstruo de la ciencia por el grandiose CE sere rade fy Bl hecho de que una sola cabeza haya, en tres grandes Ey Sado el movimiento de las galaxias que estén a 10 mil millones de aos 1u2 y sii la manzana que se caia es propio sélo de un monstrve genial. Hay una relacién entre Isaac Newton y la economia: John Maynard Keynes, uno do los grandes economistas del siglo XX, compré en un remate manuscritos Ge Newton y descubrié que era un loco total; era Iquimista, hizo ex jo que Ilevé a Keynes a decir que Newton no es uno de fos grandes fundadores de la ciencia moderna sino el iltimo de los grandes tos gos del pasado, Se sorprendié con las cosas que encontré en los manussri- tos de Newton, que era una especie de ermitaiio. No queria verse con nadie, fhunea tuvo una mujer, no queria publicar lo que escribfa. Era realmente un monstruo en el sentido humano, cotidiano, de la palabra, y un genio para la humanidad. Entonces parece que Newton se hizo mistico por el abismo que |e provocé su propio descubrimiento. (Que fantastico que se explique aquello de las galaxias y de las manzanas por una sola ley, tan simple y tan elegan- Ta que dice que los cuerpos se atraen en una proporcién que es igual al inverso del cuadrado de las distancias: I de la gravedad. Que algo que std a 10 mil millones de afios luz se vincule con nosotros por una fuerza in- ‘material, cuya formulacién esté en esa ley, a Newton le parecia que requeria un dios. Y entonces era terriblemente mistico. Esta anéedota viene bien para explicar esto de las verdades relativas. Porque después de Newton vino Einstein. Einstein revel6 que la explicacién tan abrumadoramente universal de Newton no permi in embargo, en- tender aspectes decisivos de la realidad. Sus leyes no servian para compren- der qué sucede cuando se investiga el movimiento a altisimas velocidades. Binstein llenard esa laguna y sus formulaciones tendran entonces un al- cance todavia més amplio. Y luego vendré otro a incorporar a Einstein, Nevrlony# les anteriores a Newton en el gran eontexto de una nuova vision sueradara: La Gas gor aac lenin da Geocities da La Verdad con maydscula y de la conversién de La Verdad en una especie de deidad, Es un avance progresivo, por aproximaciones sucesivas a verdades relativas, a la comprensién cada vez més amplia del todo, del mundo que se va sranefarmanis y siempre va, por decirlo de alguna manera, delante de Una caracteristica m: ena de nu Mamarence el career mate dela ental aosoge de Marcus coments, 6 dice algo camo lo siguiente: sogdn son. a Fae eereatcles fara a gin son las relaciones entre los nn relacién con sus fuerzas productivas, asi es el id ee ast so share round, Sere ea hae real, omer iene |, construyen una cantidad de ideas, de mitos, de moral, fo religin. Has. t 2 ae de moral, ‘ién... Has- ‘a ahora el mundo traté de explicarse a partir de lo que los seres humanos = jensan: del mito, [eGhen Plantes hsicamente UE vida toy no cl pensamiento a la vide rina la conciencia y 00 ‘ ico, Y y despats Sac terialistae, incluse, determinista de toda ciengia refiere el card jue confundir determinism con ey ciencia es determi Sealed la totalidad con las verdades tay ast camo no ay seria algo eterno. No hay nada eterno y univer qi aa verdad yer ensas abst. No hay que confundr el deter, < 2 ee yl cienia ha 52 ado mucho en esto, porque el que? de 1a moral, dela leternj. con la exaitncia ahora es probabilistic, no exacto en el sentidg née nismo en la cienc jabra. tringido de eae una décima propiedad dave de toda cincia se ving, Sobre ad de predecr. Toda ciencia tiene due ser pr ee See Y las leyes permiten predecir, eso yal ue le son propias. 80 vale pany ee ae aencia. Por ejemplo, si el siglo XX no puede ser explicade alaluz de wa a el marxismo dice, no serfa lo que podemos lamar wna sciologia eat tifa, ¥ sila economia del mundo moderno que analiz, critics y rears Marx no sirviera para predecir ciertas cosas que pasan, no sera cienia. mayor parte de las cosas que se dice que dijo Marx y que no se cumpliyon son cosas que Marx no dijo. ¥ hay que ver también cuales la entida dey ‘que dijo, Es decir, qué lugar ocupa en el disenio mas general de su temie rin cientifco dejé de tener limitaciones en sus planteamientos. La een cia de un planteamiento es correcta cuando hay algo de fundamental e no algo marginalmente equivocado. Volveremos sobre esto. aly La ciencia como economia y la ciencia social Analizamos qué serfa la economfa como cieneia, es decir, qué caracteris. ticas del pensamiento cientifico en general debe tener la economia si preten- de ser realmente rigurosa, Ahora vamos a ver la ciencia como economia, 6 decir, qué hay de especifico en 1a economia como disciplina. Para ello debe. ‘mos situar el surgimiento de la economfa como ciencia particular en el cam. po de lo que yo denominaria “la fundacién de una sociologia moderna’, En- sels dice que Marx es el Darwin de la teorfa social: este dltimo habia inte- ‘grado una comprensién de la evolucién de las especies, habia completado ‘una historia totalizante del mundo animal, y Marx habia completado una historia coherente, habfa integrado una explicacién, a partir de los elemen- {as preexistentes, de la evolucién de la sociedad humana y en particular de 'a comprensién de las determinaciones de su existencia en la época contem- porénea, Be 43 economia com’ 5 0 tiempo el punto de El punto de partida de esta ciencia, que es ern ‘en forma sinté- c I ciencia social y de Ia economfa pol bre tiene que Parte ge ativan, en el siguiente: antes de pensar Smo se produce a fica y provocativa- es ak elle ara investgareémo es el hombre, hay que ver cémo se Pros OT ca enn sentido bilge y material. Se produce eit bio rmisgn carbal.Y se produce como especie, més all fel fat rc aecil Irie, reproduciendo y acumulando Ios elementos de una Wee Meee determina, Mars dice que “el hombre es el mundo de los homirer hombre es lo que el mundo de os hombres constraye y exterionna, EA de su ser el hombre produce un mundo determinado, Y eo rene? como produce soialmente exe mundo escomprender al hon oe, Ne Fay nada fuera de eso. Es decir, no hay nada que no ee ee eri de la materalidad. No se trata de un enfoque “econémico” do lo huma- rey parcial y fragmentario, Al contrario, es un abordaeenpenited, ivo y total del fenémeno del hombre como tal 7 OA tremens ela Rese teaser cienca bilgi, cuando en- tenis qu el to es superar as partes y que habia partes del ado que no fe podian comprender simplemente sumando las partes, dijo: debe haber a fo que nos explica orl bilgi ipa a sien ni por la quimise algo que dé una explccin de oo. Estes ean ls vitalists.¥ halaban de wna sus- tancia etérea, desconocida, incapaz de ser descripta, analizada o investiga por los métodos propios de la ciencia, que era lo que le daba a la vida esa particularidad que es la vida, Més tarde vino la biologfa sistemtica, organi- tista, y dijo que no tenemos que salir del cl todo, Hay que volver a comprender el funcionamiento del todo y vamos a poder explicar el todo segtin las leyes que emanan de él ‘A esto se refiere Marx cuando dice que “e] hombre es el mundo de los. hombres”. El hombre es un producto. Un producto porque se produce me- diante la relacién sexual y porque, como hombre de una sociedad determina- da, nacemos en un terreno determinado por la labor de gencraciones provias. En ese sentido somos un producto, existimos en el tiompo y en el espacio. Pero somos un producto que se produce todo el tiempo, que se eleva sobre aquello que lo prodyjo para cambiarlo, para transformarlo, para desarrollar- Jo, La pasién de la naturaleza para un mundo ya no natural sino puramente hhumano: eso es el hombre. El principio es analizar las cosas no yendo del tierra al cielo. Este es el principio de la soci ‘mo Marx y Engels dirdn en alguna parte de Lari bre predicado, del hombre re del hombre rea. B ndiciones de hacer la tine, Jo ala tierra sino de la cientifica. No a partir, co- eologta alemana, del hom- presentado, del hombre pensado, sino a partir de la historia requiere un hombre, y para estar en storia el hombre tiene que comer, protegerse, ves- crear un émbito adecuado para su supervivencia. Y ése es el primer ac. to fundante de la historia tanto en la antiguedad como ahora, Todos los dias uno tiene que garantizar la produccién de los elementos que hacen a su vida Para poder seguir existiendo, y para poder pensar, y para poder enamorar, y 4 Los formes del trabajo y le bi yy para hacer una canting de Cosa a fon i itwal. El punto de partida, sin embargo, ead 12 eres el comprender algo oculto por la ideologta «oan Le contribueign histrica de Marx en el momento de su mu J egut nace una nueva cienca, una nueva posibildad de entngy, snetabadno del sociedad humana, que es entender la historia del hy En el prologo ya citado de Contribuctén a la critica de la economia al Marx die que para entender 1a sociedad de nuestro tiempo no hay ggg aearmar por entender qué es Ia idea, ni la moral, ni el derecho, o Para entender la sociedad an 2 eatfomia de la sociedad civil. Y la anatomfa de la sociedad civil Moderna tiene que ver eon la forma en que se organiza socialmen ducirse. Es decir, “los hombres para producir se relacionan de sovial determinada”. Esa relacin social que contraen no es arbitraria, Rae ‘Snculada con cierto desarrollo de las fuerzas produetivas. Las fuerzas pre Guetivas y las relaciones de produccién forman un determinado modo de Guecidn, Una clerta estructura de la produecién sobre la cual se eleva cers forma de pensar, cierta forma de razonar, cierta forma de moral dominante ciorta forma de religién, cierta forma de filosoffa, a la que Marx lama ‘supe estructura” y de la que dice que est4 condicionada por la estructura, No determinada en un sentido mecénico, sino que hay una cantidad enorme de grados, de posibilidades, amplitudes y libertades. Esta concopcién es la que permite comprender el lugar més especifico que ocupa la economfa politica ‘como ciencia social, la misma que posibilitara su critica y su superacién, para eriar a sus hijos, eon el rte render |g en la Bdag e Para pra ‘una manerg Capitulo 2 iavanatomia de la sociedad moderna Nuestro punto de partida fue el anélisis del pensamiento cientifico en gene” ral, o de la ciencia en general, tratando de establecer Ia aparicién de la eco vromnfa politica como disciplina de este campo, en un contexto social ¢ hist- Heo adecuado. Por eso mismo pasamos de esta visién més o menos amplia a na precisién sobre la naturaleza cientffica de lo que puede denominarse “ciencia social” en la época moderna. Para esto hicimos alusién al método fandacional del marxismo, en el sentido de estudiar la sociedad humana no partiendo del hombre que est pensando en ella sino del que esta constru- yyendo su propia vida. Reiteremos aquello de que “no vamos del cielo a la tie- ra sino de la tierra al cielo”. En funcién de esto llegamos al eélebre pérrafo del prélogo a la Contri- bucién a la critica de la economéa politica en el cual Marx dice que la anato- mia de la sociedad moderna debe estudiarse por la via de la economia politica, porque el secreto esté allf. ;En qué sentido? En el sentido de que el hombre produce su vida material, y por lo tanto se produce a s{ mismo, se autoprodu- ce, a través de determinado tipo de relaciones sociales, que son la trama fun- damental de la sociedad en cuestin. Y esas relaciones sociales, cuya existen- cia es objetiva, independiente de nuestra voluntad, no se articulan en el vacfo, no existen por capricho, sino que estén estrechamente vinculadas con el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad de que se tra- te, Relaciones de produccién y fuerzas productivas, entendidas como determi- nada capacidad del hombre de transformar la naturaleza para elaborar los materiales que hacen a su vida; una y otra cosa forman lo que se ama “mo- do de producci6n”. En un sentido muy general, los modos de produecién que histéricamente acompafian o son propios del i mana son la sociedad py El elemento dinémico de todo modo de produccién esté dado por el desenvolvimiento de las fuerzas productivas. El hombre transforma la natu- raleza y se transforma a si mismo. ¥ en esa transformacién erece el mundo material que construye, crece la exteriorizacién del mundo humano que sur- ge do la produecién de los hombres. Y a ose desarrollo deben adecuarse las [45] 46 os formas del raboje le Pistoia relaciones de producion correspondientes, Esta adeouscin Noes, natu rea ose, sisemie, progresivay sn Pau, POTGUE 1s relagg ments, riya esan fertoment ancladas en intereSeS My Preto, By es para tomar el aso de la sociedad! moderna: emp eldean tipo de entre los homby F fuerzas productivas requiere un nn Sooel eraas racién de los medios de produccidn, mas all de ea gy spendin o celets el iterés soil de aquellos ae tienen la rp ser aaa de estos mens y que se opanen 2 [a soializacn. Por sup, ed pido tambin ue sane sentido de qu siempre ha habitat ontrapuestos entre clases 0 fracciones diversas de esas mismas clases §, vevera habido una revolucign moderna, o una revolucién burguegs doa ésta también en un sentido general. Porque hablar de la rey. qe parguesa es hablar de un proceso de alrededor de trescentos ai, {ue eumienza con sus prmeras manifestacones en el siglo XVI en los Pais, jgue en Inglaterra, con Oliver Cromwell y las dos revoluciones dy ‘se expresa de un modo paradigmatico en Francia en 1789, y fia) toda Europa con las revoluciones de 148, dirigidas a consumar |, tarea de liquidar el viejo pasado feudal. Todo un cielo que, tomando sus gran. . eulmina precisamente con las revoluciones de 1848 en Europa y norteamericana, alla por 1865, cuando se impone el norte ‘a moderno, sobre el sur latifundista y esclavista. Un vasto proceso histdrico que configuré las relaciones de produccién eorrespondientes ‘ala gran industria moderna. ‘Luego de definir el significado de “modo de produccién'”, y haciendo hin que lean con cuidado la definicidn de Marx en ese prélogo ala Cor- la critica de la economéa politica, hay que sefalar que la econo- lia, o se concentra, como ciencia social, en la indagacién laciones sociales de produccién, y especificamente en la época capitalista. La economia politica no aborda el de- o la especificidad de las fuerzas productivas, que en ‘materia de indagacién son propias de una cantidad de ciencias que no son la economia politica. La economfa politica es una ciencia social; trata acerca de las relaciones entre los hombres. Esta definicién de economfa entra en coli- jones convencionales, académicas, que dicen que la eco- ra, sobre el vi entre las cosas. Porque, por ejem- plo, un par de zapatos vale lo mismo que alguna otra cosa, en términos de valores de cambio, O con aquella otra corriente que plantea que la economia es una ciencia cuyo objeto es ire los hombres y las cosas, como hace la econom{a neoclisica, la economia marginal, la economia ae a convencional moderna, que enfatiza el tema de la utilidad y dela telaciin que tienen las esas con los hombres y a partir de la 31 se forman los precios. Todo eso es una especie de degradacién de la economia politica, orn definitiva estudia vinculos entre los hombres cuya particularidad, © ime vamus a Yer, 8 que estén mediados por la cosas, como denominamos« ral a los productos del trabajo humano. no, no bi centendien le anctomia de Ia sociedad moderna 7 r mo como ciencia no es haber consolidado, parti virtud del marxisi de wiuce ina especie de pensamiento totalmente origina Mares laste sis de lo mejor del pensamiento de su época sobre la socies lac a id Eneste sentido, como cualquier otra diseiplina, el marae como en las eorrientes preexistentes y, al integrarlas, eritice ‘et ant, reelabora algo novedoso en término de una sintes® origins) Le pijca nos brinda una analogia clara de To que estoy planteando, retoman' veeptos del capitulo 1. Newton integra los deseubrimientos de una cant cot gr | » fisicos 0 astrénomos precxistentes, dandoles una so lar oo fa famosa ley de la gravedad. Luego, en la 6poca contempors: tegra todo lo anterior en una visién todavia mas amplia. Cr recontextia y lo “resignifica” para usar utilizar siendo profesor, sobre todo si se eS iencias Sociales, generando un nuevo panora- tun término que siempre con graduado de la Facultad de fra y una nueva lectura del universo, Las tres fuentes ‘Aligual que Newton o Einstein en sus respectivos contextos, el marxis- mo integra las grandes corrientes de pensamiento de su propia época. Estas hormalmente se resumen en tres vertientes bdsicas. Una es la vertiente he- Ta vertionte de la filosofia alemana, que tiene en Hegel su maxima Gxpresién y cuyo componente fundamental es la idea de que el proceso del ‘universo y el proceso del hombre estén en constante mutacién, en constante transformacién, que no pueden ser analizados con los elementos propios de un andlisis estético, de la légica formal i , la T6gica silo- sfstica (todos sindnimos de lo mismo). wva a pensar en compartimientos estancos, tratando de comprender las propiedades y las ca- cosas, hasta cierto punto, con un rasgo de inmutabilidad. fia alemana es, en cambio, que todo cambia, heredando el ‘arsela. La légica hegeliana, que en contrap. ala anterior se llama “dialéctica”, es la légica de la transformacién, vimiento permanente, de aquello que conduce a la negacién de lo que es, so- bre la base del desarrollo de eso mismo que es. Este punto es muy importante, y tiene que ver con los desarrollos de la cioncia més reciente, que ha pasado a preocuparse, como lo seitaléramos, no s6lo por los problemas de la cantidad, sino también de la calidad o, con ma- yor precisién, de los vinculos particulares entre lo cuantitativo y lo cualitati- vo. ¥ ésta es una de las leyes de la dialéctica, en términos controvertidos pe- ro que valen por lo pedagégico, pues toma este punto de la transformacién de mE ™O, que reinay mientos de Newey eeT%e el siglo aornee ool c2ztesianisme del mecanice, ue tiene el valor air 1a eco trabajo en 1a penciove de haber deseubiert, ooo nombre del ar oduccién de 1 “erto el enorme pay lel libs Hasta esa época 1 t8™ Smith, De la rigue 2 de qué estamos hablando. ra ln do eared 00 era la propiedad de 18 ata ternacional. En ese fe cualquier otra ran corporacién, de aleance in. Bula ae 4a propiedad era estar afincado en algin lagen ser un paria, para ser un ¢ rente, la condicién minima para no asf como Adam Smith transformé la propiedad en una construccién sul va, en el resultado del trabajo del propio hombre. Ambos, sin embargo, Parten la misma limitacién: la humanizacién de la religién por parte de la Reforma de Lutero y compaiita no liberé al hombre de la religién, lo mismo que la humanizacién del trabajo y de la propiedad, por parte de Adam Smith y de la economfa politica, no liberé al hombre de la propiedad. La economia, en una representacién falseada, esta sociedad —la mercantil capitalista— va a ser la tiltima, la forma defini- tiva de la sociedad humana conforme a una naturaleza supuestamente eter- na y universal del propio hombre para siempre. Por eso Marx elabora la ert- tica a la economta politica, que es el subtitulo de su obra cumbre, El ca El descubrimiento de que es el trabajo el que crea la riqueza es revolu- cionario. Los griegos, por ejemplo, no consideraban el trabajo como algo hu- Lo anatomi edad modemo “ao a 0 jen como algo animal, como algo extraio al hombre, ¥ PO" 0 ra ease wn la Antigiiedad la palabra “trabajo’ De eeeT tanto ProF ‘a. o tenia una connotacién completamente distinta de la ual be jabra “produccién” tampoco tenfa sentido. Incluso en los mitos primit La palebimbre no trabaja ni produce, pues esto no existfa ni siquiera como vos el Nombre se limitaba a extraer de la tierra aquello que surgia como ‘idea: @ una gran unidad césmica entre el Sol y la Madre Tierra, ya que és- parte is mitos sexuados, basados en la fertilidad. Hay quien dice que estos tas era gos basados on la feildad tienen que ver, desde el nealitico, con areal arados, de los elementos ‘mano sino Mi a umana: los hombres se asientan en la tierra para poder trabajarla masnaue correr mucha agua bajo el puente para que se elaborara el concepto ‘Wtrabajo como fuente de riqueza, : [ TB trabajo fue “descubierto” cuando empezé a tener una potencia tal nunca antes habfa tenido. Es decir, en la época moderna, y no antes. De- qetjos indicar asimismo que la econom{a politica inglesa es, por supuesto, rrollo de las fuerzas productivas propia era capitalista tenemos a los ‘a pensar las cuestiones del mercado mundial, pero limitadas al ‘exterior, y a interrogarse sobre cudl es la fuente de la riqueza (que rian a la acumulacién del oro) y cémo se daban precisamente los inter- cambios on el mercado mundial. Después tenemos a los mitad del siglo XVIII Su tedrico més importante es Frangois Quesnay, que aporta algunas contribuciones muy importantes a conceptos que hoy son clave en el pensamiento econémico y que puede ser considerado el fundador de la ciencia econémica moderna. A los fisiéeratas les debemos el aporte deci- sivo de haber comprendido el sistema econémico como un gran metabolismo social. Quesnay ha pasado a la historia por haber disefiado lo que llamé el “cuadro econémico”, que mostraba a la economia como una serie de flujos en- tre distintos tipos de sectores sociales, aunque la definicién de esos sectores 0 capas fuera todavia relativamente primitiva. El “cuadro econémico” era una especie de gran organigrama para tratar de entender el metabolismo de la produccién social. En los tres vértices de ese organigrama habia lo que un s0ci6logo moderno llamaria “actores sociales”, colectivos, sujetos, clases so- iales. Quesnay agrupaba a los hombres seguin el lugar que ocupaban en la produccién: una clase terrateniente, otra a la que llamaba “estéril” la que estaba en las ciudades (estéril porque crefan que las riquezas se producian en la tierra) y una clase productora, los que producian en el campo. Para los fisiéeratas el incremento de riqueza s6lo provenia de la produccién rural, del trabajo en la agricultura. A ese incremento, o excedente de produccién or encima de lo producido anteriormente, lo llamaron “producto neto” (aho- Ete mos del robojo y Ie historia ra seria valor agregado); una idea clave que va a eieular en conocimiento econémico posterior. 2 evan vortiente qUe 8¢ inteRra en el marrsmg g atopic) francés, o pensamiento social francs, Lg ay asforinacién de la sociedad en términos de earin yt ton les franceses. ¥ lo coneretaron. Entre otras cosas por es ii Francesa y sus consecuencias alcanzaron un valor histérien ang, Francia florece el “socialismo utépico” y también Tos pensedon tL acre nencia de la frustracion de la propia Revolucion Francesa, an coo tenismas en defensores de una igualded que fuera més Tormal, dado que la “igualdad, fraternidad, libertad” —Ies grands al a, formal te de 1760- no acababan de imponerse porque, pene ees vor igualesy hermanos (recuerden la referencia a 1984 de Ory, levers, franes que eran més iguales que otres. Entonces el saialisma feat tne does socialists francese se ntegran también como part ag ensndertativa, de lo que luego ser el marxismo. Entre lot mis qn ve listas utépicos se encuentra Charles Fourier junto a otros oe sociales ciedad mejorada respect de Ia que habia pardo la silt patce modern, pero & partir de S05 propics Pensamients, «pair tbe ins enconacones de so propa ceatividad, no a partir dele gi, Tip del desarvllo de la sociedad en la cual estabaninstalads a were ae iismo utdpicn el socalsmo cientifico es la tontatva de ate, dad de transformacién de esta sociedad a partir d ie rrollo de inclus Figuroso-, el papel revolucionario del capit Fropia extiniony alurbrar Ia posibilidad de un orden soca super Tp aoe integra, se asimila y se supera en la elaboracién de un nue pass sent, el marxista, al que también debemos encuadrar en la evolu gi tonjunto del pensamiento ocsidental que erece a partir de la época yam SGonada, al final de la Edad Media, del Renacimiento y comienzos de nen capitalista. lo lei La historia, la economia y su misterio Estas tres grandes corrientes del pensamiento moderno Ia fins alemana, la economia politica inglesa y el socialismo franeés— confirman ‘mismo tiempo la tesis segiin la cual primero viene la existenciay desuts pensamiento. La economia politica surge en Gran Bretaiia, porque es a donde se da la Revolucién Industrial y el mayor impuls del capital mo. Habia que entender e6mo fur aba esta nueva socie bn Alematia, ‘en cambio, la filosoffa sustituyé el fracaso préctico. Los alemanes llegw tarde a todo, Tenfan un pais dividido en una gran cantidad de pequebss rritoros, incluso eada no posefa su propia aduana. Por eso la unidad io? nal de Alemania es uno de los grandes problemas del siglo XIX y ¢¢ be nig de to soeieded modern to onotomio toria del 6! ta tiene aU tos de vari yyolucionario, rotagonist jal”, 0 Te tos se integran en UNA fe dice del marxismo, niin pertenece & weiones, ssocialismo d& ciencia: el a ciencia, 1s considera ‘9 algiin moment .rxismo para Una jiendo para explicar Jas tres partes int 1, como toda cie’ es uni quien es Lenin. E ito Je pidieron enciclopedia- esto, ya que es abi marxismo. Af empieza ° trina abjerta, que es lo con namovible. wn este contexto, em tor ‘ores histéricos, que ite surge. La primera condicion tiene ie producefén material de la vida hu- ca tuvo antes. Porque el capitalisio de la humanidad de una forma des- para otra sociedad, para su egrantes del cia, os una d algo cerrado, a politica emerge ¢! de tres grandes fact que el marx trario de un dog Podemos dé no de tres grandes condiciones, 0 a ee rel medio en el cual precisamen Jue ver con el hecho de que Ia orbita de mana adquiere una dimension que nunc ha desarrollado las fuerzas productivas: ‘comunal, creando las condiciones para otra cosa, a ‘SCporacién, Hay una famosa frase del Manifiesto comunista que sintetiza es- qarfue habla sobre el cardcter de eambio permanente que es ProPio, ‘especifi- +o ge Paptasmo y de su tarea de revolucionar las fuerzas productivas, y que incluso ha sido ada como titulo de un libro reciente, porque hasta re frase dice “todo lo sélido se desvanece en el aire”, hace sin a est rar del capitalismo que ha dado a la 6rbita de la pro- dvceién una autonomia y una envergadura sin antecedentes en el pasado. ‘Antes la produccién estaba subsumida en otras érbitas, como la del consumo, Jade un consumo muy restringido. Ahora es la produccién la que toma la proa de este gran barco de la actividad humana revoluciondndose constantemente. ‘La segunda condicién para el surgimiento de la economfa politica tiene que ver con que, por primera vez en la época moderna, las relaciones de pro- Auecn no estén detorminadas par factores extraeeonémcos, como en el pa- sado cuando la sociedad estaba estructurada sobre la base de estamentos, casas, ivisones, que asignaban a eada hombre su rol eeonémico, Un obra moderno no tiene una distincién de = al onto Je sangre, de casta o de estamento en rela- ‘iin cone patrén desu empresa. Por o tant, la eompulsién de ir a trabajar por el hecho de que no tiene ot venta de su fuerza de trabajo, la libertad de ne tener nade' Ie Wiesed eee ner que ir a trabajar porque ni no tener nada, la libertad de te- io oa rn phe ned pata Fey so Gin do os eselavos oes serves en el parade, Pn POF Semple, la situa. ———————

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