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22 ALGUNOS ASPECTOS DEL DESARROLLO FUNCIONAL Y PSIQUICO DEL NINO El desarrollo del sistema nervioso central en los primeros 18 meses La teoria psicosocial del desarrollo Las leyes del aprendizaje Relacién entre el alimento y el desarrollo psicosocial del nifto Bases de la técnica de la libre demands en Ia alimentacién Hambre y apetito Significado de la libre demanda Desarrollo funcional y psiquico del nifto (Capitulo 22) EL DESARROLLO DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL EN LOS PRIMEROS 18 MESES DE VIDA El desarrollo simulténeo del hombre en el aspecto biol6gico, psicosocial ¥ cultural tiene como base ont6gena el nivel de madurez que alcancen ¢p forma gradual sus estructuras biologicas y en especial el sistema nervioso central, El grado de madurez. observado en los primeros 18 meses de vida extrauterina es de particular interés De manera permanente, pero en especial durante el primer affo, la vigt lancia del desarrollo del sistema nervioso debe ser una prioridad, porque el organismo es un sistema de tefidos diferenciados pero interactuantes, directa © indirectamente conectados entre sf por el sistema nervioso y en el que ¢s imposible disociar un érgano o parte del cuerpo de las funciones nerviosas, de modo que el organismo actia como un todo debido principalmente a que fs, en cierto sentido, un sistema nervioso.” La funcién principal de este Sistema es el ajuste del organismo frente al ambiente que lo rodea y ello se ogra por la coordinacién de los diversos mecanismos de homeostasia o man- tenimiento, del aprendizaje y Ia formacién de hdbitos y, después a través del pensamiento reflexivo y de la adaptacion. Pero dada Ja complejidad que en estructura y funci6n caracteriza al sistema nervioso, conviene sistematizar Su estudio, dividiéndolo en tres aspectos: (a) desarrollo neurol6gico, (b) desarrollo afectivo y (c) desarrollo intelectual.** El orden no corresponde a .una secuela cronologica de diferen: en estos elementos, pero en bue- nna parte expresa niveles ontogenéticos y filogenéticos de evolucion que plantean diversas jerarquias funcionales y prioridades en los requerimientos. Kasi lo demuestra el hecho de que la desnutricién en si pueda alterar prime- {6 en lo neurol6gico al funcionamiento del sistema nervioso; que en una segunda etapa lo altere en el terreno de lo afectivo y que solo por excepcién pueda lesionar a la corteza y en forma permanente a la inteligencis LLos gradientes de desarrollo, fisico o funcional, tienen algunas caracterfs- ticas propias y universales; por ejemplo, tienen una direccién, pero también tito, velocidad y “momento”. En el hombre estos atributos revisten cier- tas diferencias con relacion a otros seres vivos del reino vegetal o animal, {que lo distinguen como Homo sapiens. Esto puede interpretarse con diversos triterios teleolbgicos o explicarse por la compleja estructura a que ha llegado ‘en su evolucién el sistema nervioso. Por otra parte, “. . por el hecho de tener un sistema nervioso Gnico, mucho més plistico y educable que el de cual- dquier,otro ser viviente, el hombre es capaz de ponerse a s{ mismo en peli- gro”. En su propio desarrollo el sistema nervioso humano es distinto al de otros animales, y de este modo, si en muchos aspectos fisicos y funcionales el proceso abarca los primeros 20 afios de vida, en lo-espiritual no tiene mas Limite que la muerte. eee we ° ageeee g & (aati. Desarrolio funcional y psiquico del nifio 433 La direcci6n del desarrollo debe conducir a la madurez; ésta debe ser la meta. Fromm afirma que la tarea del hombre es humanizarse; es decir, tras- cender su animalidad y convertirse en un ser humano.”? Freud, a su vez, defi- ne Ia salud del adulto, y por tanto la madurez, como la capacidad de amar ¥ trabajar. Bien analizada, esta definicién no difiere en nada de la que acepta Ja Organizacion Mundial de la Salud; corresponde ademds a la meta propues- fa por Buber.* Ese largo proceso evolutivo reviste un cardcter “logistic” de modo que los cambios en el “momento” de desarrollo se traducen en la clinica por crisis precedidas y seguidas por lapsos de relativa inercia; por ello Puede hablarse de etapas llamadas a veces edades vitales, pero si éstas deben conocerse por sus caracteristicas propias y bien definidas, las crisis de desa- rrollo en las que hay una alteracién del equilibrio anterior, que conducen 4 un nuevo nivel de maduracién, no son menos importantes."* Un esquema de estas etapas usado con frecuencia es el siguiente: 1. Edad vital: Prenatal o intrauterina. Duracién: De Ia concepcién al momento del nacimiento, Crisis de desarrollo: El nacimiento. 2. Edad vital: Lactancia, Duracién: Del nacimiento a los 15 + 3 meses. Crisis de desarrollo: Oral-motora. 3. Edad vital: Preescolaridad, Duracién: De los 15 + 3 meses a los 6 afios + 6 meses. Crisis de desarrollo: Normativa. 4, Edad vital: Escolaridad. Duracion: De los 6 afios + 6 meses a los 10 aflos + 1, en las mujeres; de los 6 afios + 6 meses a los 12 afios + 1, en los hombres. Crisis de desarrollo: Puberal. 5. Edad vital: Adolescencia. Duraci6n: De los 10 afios + 1 a los 16 afios + 2, en las mujeres; de los 12 afios + 1 a los 18 affos + 2, en los hombres. Crisis de desarrollo: De! paso a la juventud. 6. Edad vital: Juventud. Duracién: De los 16 affos + 2 a los 25 6 30, en las mujeres; de los 18 afios + 2 a los 25 6 30, en los hombres. Crisis de desarrollo: Del paso a la etapa adulta. 7, Edad vital: Etapa adulta, Duracién: De los 25 6 30 afios a los 45 6 SO. Crisis de desarrollo: Climaterio. 8. Edad vital: Senectud. Duracion: De los 50 6 55 afios en adelante. “st emt sate canna meni Desarrollo funcional y psiquico del nifio (Capitulo. 22) ificacion se acepta y analiza bajo los incrementos de algunos pardmetros fisicos, el significado de las edades vitales y crisis de desarrollo se hace mucho mas manifiesto. La etapa expansiva de la vida en realidad esté constituida por dos subetapas bien diferenciadas, por dos ““adolescen- cias” (fig. 22-1), que —como se ver mas adelante— se reflejan en la ali- mentacion. En el primer brote de crecimiento o primera adolescencia, que abarca de la concepci6n a los seis afios biolégicos, el sujeto alcanza la capacidad, la Potencialidad de perpetuarse como individuo. Toda accién negativa sobre Jos menores de esa edad los minimizara como individuos, y toda accion posi- tiva tendré influencia permanente y definida en la plena realizacion de la individualidad. La segunda adolescencia se inicia, y es necesario entenderlo, aproximadamente a partir de los seis afios biol6gicos y habré de otorgar al individuo la capacidad de contribuir a la perpetuacion de la especie, en tanto que ésta es de seres humanos y no de animales. 2 DESARFOLLO PUBERAL DESARROLLO PUBERAL J Fig. 22-1. Los incrementos anuales de peso y las etapas pedistricas, BRR Saag de iS x & * ¥ Pe bs Ree BRQ°H2e BZ agoae Swann eraes Desarrotto funcional y pstquico del nifio 435 En el largo proceso del desarrollo, el nacimiento constituye una etapa critica que conduce al nifio a un nuevo ambiente —el extrauterino— en el cual ha de continuar el desarrollo ordenado de tejidos, organos y funciones; por otra parte, la capacidad de permanecer con vida fuera del titero supone el haber logrado el grado minimo de maduracién que caracteriza al feto viable.'? Pero si durante las etapas de la diferenciacién embrionaria y orga- nogénesis, ‘el desarrollo se cumple por una accin directriz independiente del sistema nervioso, desde que el feto es viable, la accién integradora de este iiltimo se hace evidente y cada vez més complicad: Al nacimiento, el sistema nervioso dista mucho de haber terminado su desarrollo anatémico o funcional. Considerando las aportaciones de Pavlov, Frolov, Sechenov, Krasnogorski,!” Thomas,” Esente,” Piaget,*?5 Rank,” Sontag,» * Spitz? y otros? 9.23.3 puede decirse que en el momento del nacimiento es muy importante para el desarrollo de ese sistema y da una vision del esquema del desarrollo futuro del nifio normal. En efecto, la acti- vidad cerebral se realiza en ese momento a través de reflejos instintivos © primarios; describiéndolos con criterio finalista, estos mecanismos preesta- blecidos pueden agruparse en: (a) reflejos de conservacién del individuo (como los de defensa y alimentacién) y (b) reflejos de conservacion de la especie. Con ellos, el recién nacido logra respuestas orientadas en dos senti dos diferentes, segin las caracteristicas del microambiente: (1) de tipo noci- ceptivo (estimulo ofensivo o de dolor) y (II) de tipo no nociceptivo. ‘A diferencia de los animales, la esencia del hombre es una constante y dramética contradiccién, cuya razén parece estar en la potencialidad que ‘el hombre tiene de ser libre.'!»"? Por una parte, el hombre nace como el ser mas desvalido de todos, con el equipo instintivo mencionado, insuficiente e incompleto, que por si solo no le permitiria Ja supervivencia. Por otra, es capaz de aprenderlo todo y llegar a tener conciencia de si mismo, pero sobre todo puede aprender a tomar decisiones. Si bien el nifio nace social y culturalmente indiferenciado, esa capaci- dad para aprender todo —bueno y malo, lo que ha de destruirlo y lo que ha de salvarlo— lo define como un ser sociable. Y es por eso, como ya se ha dicho, que el hombre tiene necesidades bisicas que debe satisfacer; una sobre la que,conviene insistir es Ja respuesta emocional por parte de los de- mis, no s6lo activa sino con un contenido emocional positivo'’ . . .y frente a la cual el nifio y el hombre reaccionan de modo distinto, con matices propios de asimilacion y relacion. TAI progresar 1a mielinizacion por su considerable capacidad cibeméti cat® se observan diversos fenémenos: en el aspecto neurolégico hay un acen- (dado desarrollo psicomotor y el nifio puede sostener exguida la cabeza, para iets tarde mantenerse sentado, después de pie y por altimo caminar; balbu- cear para luego hablar; ingerir alimentos sOlidos, morder, user la cuchara, Ste. Visto desde otra sistematizaci6n, el nifio —que al nacer posee mecanis- jnos preestablecidos mediante los cuales se relaciona y asimila— establece Teflejos condicionados temporales que Piaget define como asociaciones rerciosies adquiridas y califica de “reacciones circulares primarias” *°* Por ello, pronto hay una ‘afectividad orientada en sentido positive o nega- 436 Desarrollo funcional y psiquico del nifio (Capitulo 22) tivo, segin el medio que rodea al recién nacido; de las actitudes de la madre 4 partir del nacimiento de su hijo, depende en buena parte el futuro afecti- vo de éste. AA ellas seguirdn, en tercera fase, las reacciones circulares secun- darias y otras mas ~a mayor edad— que completan el esquema de Piaget. Dentro de los primeros semestres de la vida, Spitz describe los que llama niveles organizadores, para expresar “la integraci6n completa de varias co- Trientes de desarrollo que operan en los diferentes sectores de la personali- dad” La manifestacin clinica del primer nivel organizador se encuentra en la sonrisa de los tres meses, que traduce la capacidad inicial de simboli- zacion y es una respuesta de agrado al rostro del ser humano. Para enton- ces, no hay duda del progreso en Ja estructuracién afectiva del nifio. El segundo nivel se expresa en Ia angustia de los ocho meses, como reaccion de desagrado a la ausencia de la madre, a Ja que ya identifica entre diver- sos rostros humanos. Este es, por otra parte, el incipiente nacer de la inteli- gencia. El tercer nivel marca el final de la ‘primera edad vital extrauterina =la lactancia—; significa la posesion plena de Ia capacidad de ser inteligente y corresponde al primer signo seméntico, es decir, a la adquisicion del signo de negacion y de la palabra no, que acompafia ahora a la voluntad de negar. As{ la accién integradora del sistema nervioso se manifiesta en los fen6- menos de desarrollo del organismo como un todo. Este es un proceso ar- ménico, con un ritmo o secuencia, pero no uniforme. En su conjunto, los Procesos que se integran ocurren por periodos de maxima actividad, que alternan con otros de menor intensidad. Estas etapas se suceden unas a otras en forma gradual, variables de un organismo a otro, independientes del tiem- Po cronologico, pero estrechamente dependientes de factores genéticos, neuroendocrinos y ambientales (nutricionales, sociales, culturales).2° LA TEORIA PSICOSOCIAL DEL DESARROLLO En 1950, Erikson”»** propuso un esquema de desarrollo psicosocial que quizé sea el mas operante y sugestivo de los que existen y es muy adecuado ara los fines de este capitulo. El autor describe dicho desarrollo como una ordenada resolucion de tareas que acosan y desafian al ego, desde el naci- miento hasta la madurez. En esta progresiOn, los “‘desaffos” se identifican or etapas y metas u objetivos que superar; para lograr el éxito depende en parte de los obtenidos, que se han incorporado a una personalidad que ma. dura. Como en otros aspectos del desarrollo, catla desafio puede ser aborda- do y resuelto en parte o en nada, de lo que resulta una personalidad sana y fuerte, o vulnerable y débil. Erikson establece ocho etap: as que el hombre debe superar; las descri- be como “ocho edade s” y las considera las rafces de la virtud, dando a esta palabra su connotaciOn original de “fuerza inherente” 0 “cualidad activa”. Para su mejor comprensién el autor las integra en un diagrama o secuencia epigenética de gran interés, basado en dos consideraciones: 1. El ser humano se desarroll6 en principio conforme a pasos teleon6- micamente establecidos, que lo conducen a radios sociales cada vex Desarrollo funcional y psiquico del nifto 437 mds amplios! a tomar conciencia de ese &mbito y a interactuar con a. La sociedad tiende en principio a constituirse de modo que satisface y provoca esa sucesién de potencialidades o logros (las “virtudes") para la interaccién social.® Ast, se puede decir que el desarrollo es en gran medida sociogenético y bésicamente teleondmico (capitulo 21). En otras palabras, se sigue una ruta ctitica que es posible porque esas cualidades activas son humanas y estén implicitas en la evoluci6n psicosocial. __ En el cuadro 221 se enumeran las ocho edades o “desaffos” secuen- ciales mencionados. Las cinco primeras corresponden a Ja etapa expansiva (Pedidtrica) de la vida; Ia sexta es la del adulto joven; la séptima, involucra al adulto en plenitud, productivo (no atesorador), y la tltima, al anciano. De las primeras, son tres las de mayor interés para este texto, y se cumplen ‘durante el primer brote de crecimiento (seis primeros afios postnatales). En su teorfa, que postula Ia dependencia de etapas previas, Erikson hace énfasis en la importancia fundamental que para el posterior desarrollo y salud mental tienen las relaciones tempranas entre el nifio y el adulto. Esto es légico; si el desarrollo tiene continuidad y progresa en forma logis- tica, sus primeras etapas son mds criticas que las siguientes, pues durante ellas es més répido. En general, la primera tarea del ego se logra cuando al finalizar el primer afio de la vida el nifio ha desarrollado un sentimiento positive muy firme hacia Ia persona més importante en su tiema vida (la madre o la figura ma- tera). Sobre esta base, el ego encuentra fuerza para enfrentar un ambiente personal cada vez mis amplio y para desarrollarse en sentido de autonomia primero y de iniciativa, industria ¢ identidad después, lo que le permitiré ‘obtener un ego integrado que soporte las més poderosas presiones culturales adversas. Pero aunque la relacién madre-nifio (establecida en los primeros meses de la vida de éste) es muy importante como primera etapa y base del futuro desarrollo, no es la Ginica responsable del equilibrio y madurez del nifio cuan- Cuadro 22-1. Secuencia en el desarrollo psicosocial (segin E. Erikson) Consecuencia de no haberla tapas. | Meta por alanzar necia do ‘Confianza bésica Desconfianza bisiea ‘Autonomfa Vergiienza y duda Iniciativa Culpa Industria Inferioridad Identidad Confusién del papel Intimided Aislamiento Integridad Desesperacién Generatividad Estancamiento wuauaunH Desarrollo funcional y psiquico del niffo (Capitulo 22) do lega a ser hombre, De hecho, Ia supervivencia psicosecial del hombre esta salvaguardada por cualidades activas que se desarrollan en Ia interac cion de generaciones sucesivas y superpuestas. A partir de su nacimiento, las etapas de la vida del individuo actaan engranadas por la vida de otros seres humanos que lo impulsan del mismo modo que é1 los impulsa (capitulo 21). Nadie duda de Ia acentuada dependencia ¢ invalidez del recién nacido, que sobrevive porque tiene junto a él a una madre (0 figura materna) que Io pro- tege y alienta, la que a su vez es apoyada por una familia 0 un grupo y por tradiciones culturales que le dan continuidad, y con ello seguridad, en la conducta que observa frente al nifio. El nifio, por su parte, requiere de todo este “escenario” para crecer y desarrollar plenamente sus potencialidades biologicas y sus distintas cualidades psiquicas, y para integrar estas ultimas en distintos momentos o crisis de desarrollo.® Por el contrario, supéngase el caso de un nifio que por diversas razones no alcanza un nivel adecuado de confianza bésica al finalizar su lactancia; sobre esa base de “cierta desconfianza” ha de luchar por adquirir autono- mfa, lo que le seré dificil, de modo que al terminar el tercer afio de su vida, su capacidad afectiva podré estar no s6lo matizada de desconfianza, sino ademés de “vergiienza y duda” en el desempefio de actividades que significan autonomia. Hay aqui un componente que debe considerarse: entre niflos y adultos hay una interrelaci6n (capitulo 21); el adulto estimula al niffo, pero éste estimula al adulto.* Si éste no es “generativo”, sino estitico, estancado en sus actitudes, seré rigido frente a los esfuerzos y actividades del nifilo y frente a sus dificultades emocionales. Tal es el caso de los adultos que pro- testan ¢ imponen su voluntad en una forma arbitraria y poco objetiva. En situaciones como las descritas, el estrés originado puede ocasionar una regresion a conductas més tempranas y “seguras”, propias de “campos socia- les” més restringidos. La regresion puede ser temporal mientras el ego reor- ganiza su fuerza y el peligro desaparece, pero también puede producir de- tencién; ya se coment6 cémo una base débil en la infancia originaré una superestructura menos estable de la personalidad, menos capaz de enfren- tarse con éxito a los problemas inherentes al desarrollo.’ La energia psfquica tiende entonces a verse atrapada en etapas intermedias. Por tanto, debe quedar muy claro que en el desarrollo psicosocial: a. Cada momento critico de adquisicion de fortaleza psicosocial esté sistematicamente. relacionado con los demés (previos 0 posteriores), Y que todos son dependientes de los otros y de su secuencia adecua- da. Cada uno de ellos existe en grado variable antes que llegue, en forma normal, su momento critico (de maxima accién). De la proporcién favorable de soluciones positivas frente a las negati- vas (es decir, confianza vs. desconfianza, etc.) dependen los logros finales en la fortaleza psicosocial. Tan absurdo serfa esperar que el desarrollo psicosocial sea perfecto, como lo contrario, A ello se refie- te Foncerrada cuando afirma: “.. Hay muy sobradas evidencias de ue la mayorfa de los seres humanos tenemos el potencial suficiente orrue a re Desarrollo funcional y psiquico del nifto 439 como para poder, en calidad mds que en cantidad, responder a les necesidades de los nifios en las etapas tempranas de su desarrollo”. De la “proporcién favorable de soluciones positivas frente a las negati- vas” surge una serie de fortalezas esenciales derivadas de esa garantfa mutua de fuerza dada y recibida por todos aquellos que interactéian porque sus ciclos de vida se encuentran y entrelazan y que Erikson denomina los mila- gros de la vida cotidiana; segin él, de la confianza basica como meta predo- minante alcanzada, se deriva impulso y esperanza; de la autonomia, auto- control y fuerza de voluntad; de la iniciativa, direccion y propésito; de la industria, método y capacidad; de la identidad, devocion y fidelidad.* Cuando el ser humano llega a los 18 afios de edad con una buena dosis de esperanza, fuerza de voluntad, propésito, capacidad y fidelidad, es capaz de tener como adulto, fidelidad, amor, productividad y cuidado, para llegar a la senectud con la capacidad de mostrar renunciacion y sabiduria. LAS LEYES DEL APRENDIZAJE Basicamente se aprende por mecanismos de ensayo y error que el sujeto debe ejercer por si mismo, que no pueden regalarse, comprarse ni imponer- ‘se, tienen que experimentarse.'* > * En ellos participan las vivencias pre- vias, memoria, voluntad y propésito, expectativas, curiosidad, iniciativa, confianza en si mismo y muchas otras circunstancias en las esferas de lo orgénico, emocional y cognoscitivo. Las leyes que rigen el aprendizaje pue- den enunciarse como sigue: 1. Madurez orginica: Para aprender se requiere de un grado determi- nado de madurez ¢ integridad orgénica. 2. Secuencia y masa critica de habilidades: El aprendizaje es un conti- nuum. Hay una secuencia basica y se aprenden nuevas cosas en tér- minos del conocimiento previo. 3. Estimulo inicial: El aprendizaje requiere de un estimulo inicial que depende del ambiente que rodea al individuo y de las caracterfsticas de su sensorio. 4. Propésito: El aprendizaje es, en esencia, un acto volitivo que requie- re de un propésito; depende de una circunstancia subjetiva. 5. Influencia cultural: La cultura del grupo influye necesariamente en el aprendizaje; “conspira” para determinar lo que se aprende. Bl mejor aprendizaje seré el que se inicie al alcanzar un nivel adecuado de madurez orgénica, no antes ni después; que ponga en juego habilidades previas; se inicie por un estimulo positivo y respetuoso, y obedezca a un propésito del que aprende. A pesar de esto, tendré una influencia y un matiz determinados por los hébitos familiares y la cultura del grupo. __ Cuando se introducen alimentos s6lidos o semisélidos en la dieta del nifio, éste debe aprender por ensayo y error: descubriendo, por ejemplo, Ja manera de manejar su alimento en la boca. El gusto o disgusto por los 440 Desarrollo funcional y psiquico del nifo (Capitulo 22) alimentos se adquiere mediante diversos procesos de asociacién, y durante el periodo de desarrollo el nifio aprende a comer y gustar de-muchos ali- mentos, Adquiere ademés destreza en el uso de los utensilios y, por aso’ cién verbal y Practica, aprende los aspectos agradables de la conducta social en la mesa,’ Lo que es verdad en el desarrollo funcional temprano, Jo es atin mas en la adquisicion de funciones de nivel més alto. Cada detalle en el logro de las multiples habilidades motoras, intelectuales 0 sociales que se tienen que adquirir para lograr una conducta exitosa dentro de la complejidad que caracteriza a una sociedad, se obtienen conforme a las leyes mencionadas. RELACION ENTRE EL ALIMENTO Y EL DESARROLLO PSICOSOCIAL DEL NINO En diversas ocasiones se insiste en este libro en que el alimento forma parte de los aspectos psicosociales y culturales de la conducta del hombre y de los grupos humanos, sin sefialar en forma explicita cOmo actaa sobre el desarrollo psicosocial del nifio. Después de lo expuesto pueden hacerse —a modo de resumen— las siguientes consideraciones: En el aspecto biolégico o fisico y funcional, el alimento, como vector de nutrimentos, es esencial para ¢] mantenimiento de la vida y el mejor apro- vechamiento del potencial de crecimiento y de nutricién que el nifio ha heredado. (A ello se han referido los capitulos dedicados a los enfoques nutriolégico y dietolégico de los alimentos). Sin embargo, el hombre nace social y culturalmente indiferenciado; esto es, no nace humanizado. Exa- gerando, podria decirse que el hombre solo es un hominido al nacer, pero por su desarrollo mental logrado mediante una adecuada socializaci6n, el Homo sapiens adquiere naturaleza humana, Esto no significa que un recién nacido no sea un ser humano; lo es, pero como promesa, no como realiza- cién, lo que s6lo por aprendizaje podrd alcanzar. En otras palabras: “poder desempeftar el papel de ser humano en base a Ia capacidad que ese status implica, es algo que se aprende”.” Como ya se indicé, la socializacién se obtiene por interaccion de persona a persona, persona a grupo y grupo a srupo, siendo ésta fundamental para el desarrollo de una cultura 0 subcul- tura; se mencioné también que el aprendizaje, por el que se adquieren nor- mas y muy diversas habilidades, se logra en la medida en que se ajusta a cinco leyes generales: la de la madurez orgénica; de la secuencia y masa criti- ca de habilidades; del estimulo inicial; del propésito, y de la influencia cultural. En relacion a la madurez orginica, lo que tipifica al sistema nervioso y estd presente desde el nacimiento es su capacidad cibernética y de simbo- lizacion; ademés, el niffo tiene capacidad de succionar (capitulo 26) y de aprender a mamar, ya sea del pecho mateo o de un biberdn. Por otra parte, desde el punto de vista de su desarroll emocional, el recién nacido tiene una gran invalidez y dependencia, asi como necesidad de adquirir confianza bisica y desarrollar “impulso” y sentimiento de esperanza. Desarrollo funcional y pstquico del nifio 441 Dado que es tan estrecho el ambito social del nifio, su interaccion tam- bién.es estrecha (en forma directa sélo la tiene con la madre o figura mater- na), ¥ como su mielinizacién esta tan poco avanzada, la interaccion madre- nifio se logra fundamentalmente a través del alimento (que satisface una necesidad bdsica y vital) y del contacto amoroso (que satisface una necesi- dad bisica de tipo emocional). Por ello, desde la primera tetada, el alimento se constituye en instrumento de interrelacién, es decir de socializacion; como tal funcionaré de manera permanente a medida que el desarrollo psicosocial avanza y el ambito social se amplfa; también funciona en los grupos segin el cardcter social y la cultura dentro de la cual actaan. El més alto significado del alimento como instrumento de socializacién se alcanza en las etapas més tempranas del desarrollo (los primeros seis afios de vida), siendo mayor a medida que el nifo es menor. Entonces puede suponerse que el nifio adquirira confianza bisica, impulso y esperanza, segan la forma en que la madre le ofrezca el alimento (al seno o en biberén), ¥ si esta primera etapa es fundamental en la secuencia del desarrollo psi iicoso- cial, también lo es la alimentacién del lactante. Recuérdese que Erikson considera el sentido de confianza bisica como la piedra angular de una per- sonalidad sana. Los efectos permanentes de los primeros encuentros con la figura materna se reflejan en la conducta del niflo y del adulto. La descon- fianza irracional y el aislamiento en la vida adulta puede deberse a no haber alcanzado en forma oportuna esa confianza basica. La ablactacién, egado el caso, tendré éxito conforme se establezca considerando no s6lo la ley de la madurez organica alcanzada, sino también Ja secuencia y masa critica de habilidades; hacerla de manera precipitada, brusca, irrespetuosa o impositiva, impedira un advenimiento adecuado de os procesos de separaci6n, individualizaci6n y posterior autonom{a; por lo tanto, obstaculizaré el desarrollo satisfactorio del autocontrol y la fuerza de voluntad por no haberse aprovechado 1a oportunidad de estimulo para el desarrollo de la personalidad que una ablactaci6n bien conducida significa, ‘Asf, en el nifio surgirén sentimientos de vergienza y duda que pueden tener ulterior efecto negativo. Al término de la ablactacién, cuando el niffo debe estar ocupado en de- sarrollar su autonomia y la iniciativa que caracteriza al preescolar, la ali- mentacién debe ofrecerse en tal forma que signifique estimulo y respeto al “propésito”, pero al mismo tiempo que induzca a la aceptacin de normas necesarias para una interrelacién adecuada dentro de un contexto social cada vez més amplio; de lo contrario, el nifio desarrollard sentimientos de culpa y seré incapaz de incorporar a su ego la capacidad del propésito y de la di- Tecci6n.en sus acciones. Si todo ha marchado en forma satisfactoria, el acto de alimentarse no ofrecer dificultades para las tareas de socializacién ca- racteristicas del segundo brote de crecimiento; en efecto, es poco probable que el nifio sea relativamente més fuerte, sano, alerta, inteligente, positivo, cooperador, talentoso, alegre, tierno y humano de lo que marcan los niveles aleanzados al finalizar la preescolaridad.”” Por lo tanto no ocurrirdn situacio- nes como la anorexia psicdgena o la obesidad exdgena. 442 Desarrollo funcional y psiquico del nifio (Capitulo 22) Los anteriores son ejemplos del importante papel que el alimento y la manera de proporcionarlo juegan en el desarrollo psicosocial del nifio; en otros capitulos se insistiré en algunos aspectos especificos de estas acciones en las distintas edades pediatricas. BASES DE LA TECNICA DE LA LIBRE DEMANDA EN LA ALIMENTACION Hambre y apetito Con frecuencia se supone que cuando un nifio no tiene hambre o apetito €s una situacion patol6gica; por desgracia de esta suposicion derivan conduc tas inadecuadas por parte de los adultos. Sobre fisiologia del hambre y del apetito hay numerosos estudios realizados principalmente en animales ho- meotermos. Sin embargo, el conocimiento de estos aspectos es insuficiente y no siempre aplicable al hombre y en especial al nifio. Hace poco Kissileff y van Itallic'® hicieron una exhaustiva revision, de la cual se han tomado la mayorfa de los conceptos que se exponen a continuacién. Un primer punto de utilidad prictica es precisar el significado de térmi- nos cuyo contenido semantico suele confundirse: EI hambre se define como “. . .un nivel 0 estado interno que dispone a a persona a comer”. En forma verbal se anuncia por expresiones relacio- nadas con el deseo de comer. El hambre es desde luego algo més que la sen- sacion de vacfo en el est6mago y presenta diversos grados de intensidad. El apetito se refiere “‘.. .a un estado de disposicién para aceptar el ali- mento por propiedades que resultan agradables, sin que se acompafie de urgencia para ingerir nutrimentos”. La saciedad es un estado que en condiciones normales conduce a termi- nar Ia ingestion de alimento y en forma verbal se traduce en expresiones de comodidad, satisfaccion o agrado. En el nifio muy pequefio suele manifes- tarse por suefio. Por sed se entiende “la necesidad de ingerir agua’; por lo general, se de- riva de situaciones de hipernatremia relativa o absoluta. Ya se indicé que las necesidades de agua suelen satisfacerse en forma anticipada que puede o no coincidir con la ingestién de otros alimentos y que no est4 motivada preci- samente por la sed.! Como es obvio, el concepto de “alimento ingerido” se refiere a la canti- dad de alimento consumido, juzgado con frecuencia por medidas arbitrarias de peso o volumen, o bien, a posteriori, en unidades de energia (kcal, kJ 0 MJ). La ingestion de alimentos tiene variaciones circadianas pero en la mayor parte de los primates es muy uniforme cuando se mide por lapsos més o menos largos, lo que sugiere un sistema de control de la ingesti6n que corrige “errores” derivados de la ingesti6n diaria o de alguna de las comidas del dia. Uno de los aspectos de interés ¢s la influencia de diversa dilucién 0 con- centracion de la comida, En ella participan factores como: tipo de dilucién; duracién de los cambios en dilucién y concentracién; contenido graso de la Desarrolio funcional y psiquico del nifio 443 Gieta diluida; tiempo concedido para la ingestién del alimento; composicion corporal del sujeto que la ingiere y, por supuesto, Ia especie animal en que s@ hace la observacién. Por lo anterior puede suponerse que cuando un nifio toma agua con las comidas y no se le molesta al respecto, la dilucién no ser ¢xeesiva y Por tanto lesiva para su fisiologia. Asi mismo, la concentracion de las mezclas lécteas por la agregacion arbitraria de concentrados proteinicos bajo la forma de especialidades comerciales, cereales, harina o huevo, tendra efecto significativo sobre el hambre, el apetito y la saciedad del nifio (cuanto mas tiempo consuma el alimento concentrado, menos cantidad diaria de ali- mento ingerira). Por iiltimo, se debe ser tolerante, dentro de lo razonable, gon el tiempo que el nifio emplea para comer y se debe tener presente que segin su composicion corporal (relacion grasa/musculo), la cantidad de ali- mento consumido puede variar de un nifio a otro. _Existen otros aspectos que conviene considerar; por ejemplo, que la regu- lacion del consumo de alimento se refiere més a la ingestion de energia que a otro tipo de nutrimentos. De este modo, en condiciones normales, el ser humano elige dentro de los alimentos que ingiere un buen equilibrio en los vectores energéticos consumidos, pero ello depende de las cualidades oro- sensoriales de la dieta, de modo que a este respecto “la sabidurfa del orga- nismo no ¢s una guia infalible para una buena nutrici6n”.* En otras palabras, se tendré cuidado en ofrecer al nifio una dieta normal conforme a las leyes de Ia alimentacion y permitirle que la consuma por libre demanda. La ingestion de alimento es inversamente proporcional a la temperatura ambiente y el efecto se produce sobre todo en el niimero o espaciamiento de Jas comidas; por otra parte, después de cierto tiempo de cambio se retorna en’ forma gradual a la ingestion inicial. Sobre los intervalos influye también el tipo y la densidad energética de los alimentos, la hora en que se toman y ‘el'estado de nutricién. Aunque parezca extrafio, no hay estudios satisfacto- rios sobre la relacion entre ingestion de alimento y peso corporal cuando ste se mantiene en lfmites normales (esto es, no se trata de un obeso ni de un individuo con cierto grado de desnutricién evidente). Lo anterior sugiere la existencia indudable de respuestas compensato- rias para sostener la ingestion de alimento y la composicién corporal; por ellas se detectan los efectos de una determinada ingestion de alimentos y se regulan las siguientes. Muchos estudios han originado diversas teorias que pretenden explicar la intimidad de esos mecanismos, pero ninguna es satis- factoria si se le considera en forma aislada; por lo demds, quedan fuera de los limites de este capitulo, Lo que debe tenerse presente es que el hambre y el apetito dependen de un complicado control cerebral con activa partici- pacién de los diversos neurotransmisores;.con estimulos bioquimicos y otros de origen oral, gastrico o intestinal, asi como visual, olfatorio y gustativo; con multiples circuitos de “retroalimentacién” y también con la participa- cin de muy diversas vivencias. ‘Significado de la libre demanda Puede decirse que, bien conducida, la técnica de libre demanda contribuye a que cl nifio realice los siguientes “trabajos de desarrollo”:? (1) Progresar = 444 Desarrollo funcional y psiquico del nifio (Capitulo 22) en sus pautas de desarrollo mediante sus capacidades fisicas y mentales. @ Trascender con més facilidad los momentos de crisis en su desarrollo. 3) Relaciones con los adultos en compromisos mutuos Y separaci6n eficaz. (4) Progresar en la conformacién de su identidad. La libre demanda” en la ingestién del alimento significa respeto & la personalidad del nifio, pero no se puede hablar de respeto circunscrit9 s6lo Fr campo de la alimentacion. Una madre que sigue la técnica de libre denon Ia vida. La libre da, muestra respeto para su hijo en todos los aspectos de a lib demanda no significa que el nifio debe comer “Jo que le venga en gan » sino que de una dieta légica puede comer cuanto desee y lo que él desee, teniendo derecho a no ingerir alimentos que no son de su agrado y a consumir en mayor cantidad los que més le gustan. Es obvio que la técnica de libre de- manda debe aplicarse desde la primera tetada y que no tiene justificacion en individuos mds 0 menos neurédticos, cuyos habitos alimentarios ya estén modificados por la accion inconveniente del medio que lo rodea. En ellos se requieren otras medidas reeducativas, incluso dietoterapia. La alimentaci6n tiene por objeto satisfacer la sensacién de hambre de modo que quede una experiencia agradable, y casi todas las dificultades en la alimentacién se originan porque existen relaciones incorrectas entre el nifio y los adultos que lo alimentan y en la mayor parte de los casos son evitables.!5:> Fuera de la alimentacion al seno, y aun dentro de ella, sélo hay una forma de lograr plenamente que el alimento cumpla con esta fun- cién de estimulo emocional: la de ser capaz y lo bastante auténtico como para ofrecer con amor el alimento, pero no rogar que se tome ni forzar su ingestion. Esta actitud correcta frente al alimento en todos los momentos de la vida significa permisividad; la dificultad frente a los nifios y los enfer- mos esta en no confundir permisividad genuina y sana con rtinaje, y en lograr que dentro de la comprensi6n y tolerancia que implica la permisivi- dad se sigan las “normas”, es decir, se ‘aprenda y socialice en forma adecua- Ga. Vale la pena recordar que libertad no es libertinaje; en tanto que éste representa desenfreno en las acciones y constituye de hecho la peor de las esclavitudes, la primera implica responsabilidad, telaciones respetuosas con Ios demas. En efecto, la libertad puede definirse como “|. Ja facultad de aetuar de una manera u otra o de no actuar, por lo que se es responsable de los actos”, y ha de adquirirse en forma gradual comenzando con el trato respetuoso que los adultos le den a los nifios bajo su cuidado. Si se ha hecho mencién a tales aspectos seménticos es por la necesidad de insistir en que al instruir a una persona sobre el significado de la libre de- manda y la forma de aplicarla se debe ser muy explicito, pero sobre todo se debe propiciar el didlogo e investigar y hacer preguntas que permitan esta- blecer la conveniencia o inconveniencia de recomendar total o parcialmente la aplicacion de la técnica, y para ello debe estimularse a que se hhagan tantas preguntas como se desee, dando respuestas claras y objetivas sin importar cudnto tiempo sea necesario emplear. Por otra parte, esta conducta debe ser fundamental en todo acto en beneficio de la salud; no en vano se ha dicho que el hombre es un ser “dialogal” y que en donde falta la pregunta LS Desarrollo funcional y psiquico del nifio 445 6 la respuesta se enseftorea el silencio y falta la luz. Otra ventaja de la técnica de libre demanda es que si un niflo al que se le ha respetado, rechaza el alimento por enfermedad —en cuyo caso es obvio que no debe forzirsele a comer-, el hecho resulta indicador de que algo “anormal” o indeseable esté ocurriendo. REFERENCIAS 1. Andersson, B., Leksell, LG. y Rundgren, M. Regulation of water intake, Ann. Rev. Putr,, 1982, 2:73-90. Baldwin, A.L. Theories of child development. N. York, John Wiley and Sons Inc., 1967. }. Brackbill, L. Infancy and early childhood. N. York, The Free Press, 1967. Buber, M. ;Qué es el hombre? Breviarios del FCE (10), Méx., 7a. reimpresién, 1973. Di Leo, J.H. Child development. Analysis and synthesis. Brunner/Mazel Pub. N. York, 197. . Epstein, SN. Oropharyngeal factors in feeding and drinking. En: Anand. B.K. (Ed.). Handbook of physiology. Vol. 1. Alimentary canal. Sec. 6. Food and water intake Washington, D.C., C.F. Code Ed., 1967, pags. 197-218. . Erikson, EW. Infancia y sociedad. Bs. Aires, Arg., Ed. 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