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UNA TEORIA DEL URBANISMO ACERCA DE LA ORGANIZACION- CONSTRUCTIVO-ESPACIAL DE CIUDAD. Segunda edicion— DIETER FRICK & ‘maiiamssasiace Skin de, Th de Sdn Be natin ‘Sa Dr Fk ne Warm Vlg Tg, et 208 inet lin ep Roe DC. mara 0. ‘Spl di pf a D.C nn 0 Isans7i58 785199 a SN 7A98 76505 id A. Introduccién. 1. La ciudad como objeto La ciudad es considerada en este trabajo como ciudad construida, como construccién, no en ¢l sentido de un edificio individual, de una edificacién cerrada, sino en el sentido de un “agrupamiento de albergues, pucstos en relacién y comunicacién mucua” (Cerda 1867, Tomo I, p. 32). Sigue ademés siendo vigente que la ciudad debe entenderse como sociedad localiza- da, como mercado, como biotopo y también como construccién, es decir, como obra social, econémica, ecoldgica asi como constructivo-espacial. La atencién, aqui esté centrada en el proceso de produccién mate- tial yfisica de la ciudad y en su planificacién, en amo la ciudad es producida y transformada a través de la actividad de la construccién y en cémo la coordina- cién 0 la gestién de la actividad de la construccién se evan a cabo; esté centrada entonces en el urbanismo. La ciudad en el sentido estricto La ciudad, en el sentido estticto, es una forma de asen- tamiento con una historia de mas de cinco mil afios. Se caracteriza por ciertos rasgos que se han conservado hhasta el presente, a pesar de cambios drésticos en las condiciones sociales, econémicas y tecnolégicas. La ciudad se ha definido socialmente por formas de vida y formas de organizacién que implican la comunicacién en alto grado y favorecen por lo tanto la innovacién. Eeo- némicamente se ha determinado por la divisién del tra- bajo y los correspondientes procesos de productividad, intercambio de bienes y prestacién de servicios, que sélo han podido desarrollarse sobre la base de una sobreproduccién agricola. En términos ecoldgicos, por la acumulacién en un espacio limitado de recursos cenergéticos y materiales en abundancia, particular- ‘mente agua, biomasa, materiales de construccién y fuentes de energia. Y, no en diltimo lugar, en términos ‘constructivo-spaciales por la concentracién de muchas cdificaciones, instalaciones técnicas y plantaciones en ‘una superficie limitada de suelo y por el tipo de distri- bucidn, relacién y conexién entre éstos. Vistas fisica- mente las ciudades son existencias (stocks) de edificios tunidos por el espacio y la infraestructura. Vistas fun- Gionalmente, son el soporte de procesos econbmicos, sociales, culturales y ecolégicos (Hillier 1996, p.149). Desde el comienzo y hasta el dia de hoy, la ciudad ‘onstruida les ha servido no sélo a las neoesidades précti- cas de la vida sino que, al ser percibida sensorialmente, hha desarrollado un efecto simbélico y ha alcanzado un sentido, ello representado en la distribucién espacial 0 geométrica de los elementos constructivo-espaciales y en la preponderancia de determinadas edificaciones 0 de ciertos grupos de edificios, espacios publicos y barrios: muros y torres, palacios y bodegas, templos, iglesias, monasterios; recintos feriales, plazas de mercado, pla- zas publicas; la parte alta de la ciudad (acrépolis,for- taleza) frente a los bartios bajs; alcaldias, hospitales, teatros, salas de conciertos, museos y universidades; en dl siglo XIX, fabricas con chimeneas alta, ferrocarrles, centrales eléctrcas; més tarde, en el siglo XX, autopisas, los altos edifcios de los bancos, aseguradoras, grandes casas comerciales y empresas industriales que caracteri- zan hoy alos centros econémicos mundiales; la ‘iy, el (Central Business District (CBD). Los reyes arcaicos, los representantes de las ciuda- des-repiiblica antiguas y medievales, las autoridades religiosas, los soberanos absolutisas, los regentes de los burgueses, los dirigentes modemos de la economia, todos ellos se sirvieron del efecto simbélico de la arquitectura y de la ciudad construida y sus suoesores lo siguen haciendo hoy. Los habitantes se apropian de ‘su ciudad no en tiltimo término por este efecto simbdli- co. También los forasteros reconocen una ciudad, entre otras cosas, por sus edificios caracteristicos, sus espa- cios piiblicos y sus barrios, por su silueta’ urbana o skyline, La ciudad en el sentido amplio Hasta nuestros dias se ha diferenciado la ciudad del campo y del pueblo en que estos diimos no posefan casi ninguno de los particulars rasgos sociales, econd- micos y' constructivo-espaciales de aquella. Esto se transformé de manera considerable en el transcurso de los siglos XIX y XX, en los lugares del mundo desarro- llados econémicamente. Aqui, debido a la disminucién de la poblacién dedicada a la agricultura de un 80 a ‘mucho menos del 10% en los pasados 200 afios (Fou- rastié 1954, pp.133 y ss), por la migracién constante de los asentamientos pequefios y medianos a unidades urbanas cada vez mayores (urbanizaciSn) y por la dispo- nibilidad de casi todas las conquistas técnico-civilizato- as ina en dlogar mis ans, accadneate hay condiciones de vida urbana en todas partes. En el mismo corte de tiempo, mumerosas ciudades con desarrollo histérico crecieron de manera extraordinaria aglomeraciones urbanas junto con ios de sus alrededores, representando nue~ regionales para la vida. En general ya no pueden, por lo tanto, proponerse diferenciaciones sig- nificativas basadas en el carécter urbano o rural de los asentamientos, aun cuando (por ejemplo en Europa) todavia se deja ver bastante bien la estructura basica de los sistemas urbanisticos preindustriales que se remon- tan a la Edad Media principalmente y en parte tam- bién a la Antigiedad. Los nuevos espacios de vida regionales conforman la ciudad en un sentido amplio. ‘Sin embargo, las diferencias en la importancia de Jos lugares, de las ciudades en un sentido tradicional del término, no han desaparecido de ningiin modo, tanto en el nivel supra-regional como en el regional Estas diferencias, que a primera vista tienen principal- mente razones econdmicas, aparecen también como determinadas cultural y socialmente al mirarlas mas de cerca. Son en cierta medida dependientes del tamafio de las aglomeraciones y de las uniddades de asentamien- to, asi como de su ubicacién en las redes viales. Dichas redes por una parte, cosa que parece notable, tienen tuna fuerte orientacibn a la estructura histérica de asen- tamientos (carretera, vias férreas). Por otra, sobre todo al interior de las aglomeraciones, siguen el nuevo desarrollo urbanistico (nuevas vias principales, autopis- tas, lineas del transporte piblico). Por un lado, relacio- nados con la importancia de los lugares, estin los factores clisicos, explicables racionalmente, ‘duros.. Por otro, han ganado influencia Factores emocionales,liga- dos a la imagen, ‘blandos, a los cuales pertenece, entre otros, la herencia histérica Es cierto que los niveles de centralidad contempla- dos, marcados por la estructura de asentamiento prein- dustrial (Christaller 1933, Lasch 1944) han perdido interés 0 han sido abolidos. Sin embargo, los lugares verdaderamente importantes son atin casi siempre los de aquellas ciudades con rica influencia histérica. Y las aglomeraciones que crecen a partir de éstas llevan sus nombres con pocas excepciones. Cerd manifiesta que las lineas (de calles y) de caminos son el origen y el punto final de la gran vialidad universal (Cera 1867, Tomo |, p. 271). Cerdé, hace casi 140 atios, va clara- mente mis alld de la concepcién limitada de la ciudad tradicional. Incluye todas ls formas pensables de aglo- rmeracién, entre ella la extensién, la expansion y la dis- persién, y tiene ya en cuenta todos los tipos de movimiento y — movilidad, —incluidas-—_las telecomunicaciones. a ciudad, en tanto objeto, como es considerada en este trabajo, se refiere al sistema de asentamientos en su otalidad, a todas las formas y manifestaciones de uunidades urbanas y aglomeraciones que existen hoy en dla; se refiere ala ciudad en sentido estricto y en sen- tido amplio (a esto corresponde el término de la plani- ficacién urbana como parte de la planificacién espacial). No obstante, el término de ciudad utilizado csté unido a una idea de calidad, de calidad de las con- diciones de vida urbanas, que permite diferenciar entre ciudad y no-ciudad, al interior del sistema de asenta- rientos. Esto evidentemente no corresponde a la vieja diferenciacién entre unidades de asentamiento urbanas yy rurales y tiene solamente de manera limitada algo que ver con la centralidad. A la ciudad existente en sentido amplio, es decir, a sistema de asentamientos constatable empiricamente en su distribucién espacial, se le contrapondré una idea de calidad dirigida al fucuro que le dé una direccién a la tarea del urbanis- ‘mo, ala ciudad por planificar. En el Cuadro 1 estin agrupados conceptos bisicos relacionados con objeto, desarrollo y planificacién de Ja ciudad, que serin tratados en éste y en los apartados ientes. El aparte del urbanismo esti especialmente ido. 2. Organizacién constructivo-espacial Toda ciudad material y fisicamente dada es resultado de la actividad de construccién, en otras palabras, del levantamiento de edificaciones, instalaciones técnicas y plantaciones, as! como de la aparicién de espacios inter ‘medios, més 0 menos planeados. A este resultado, cuando se trata de un sector especifico, lo denomino inizaciin constructivo-espacial. Esta organizacién construcio-capatal en triacs de Cord ve rer a la distribucién de parcelas y edificios, asf como a la relacién y la conexién entre éstos y, en mayor escala, 2 las estructuras de asentamientos regionales -la ciudad en sentido amplio— dentro de la distribucién de secto- res construidos unidades de asentamiento. La gran complejidad en ello queda expresada en el término onganizaciin. El diccionario define organizacién en tér- minos de un sistema social dirigido a objetivos en el cual las personas y los objetos mantienen una relacién estructural.’ Cuando las edificaciones, las instalaciones téenicas y las plantaciones estén ya organizadas entre si © estin siéndolo de una manera especifica, adquiere adicionalmente el espacio publico una calidad que va més alli del simple espacio intermedio. Como se demuestra més adelante, el espacio piblico tiene una fancién clave tanto en relacién con las edificaciones, etc, como con el uso, la percepcién y la funcién social de la ciudad. La organizacién constructivo-espacial constituye, desde la perspectiva que aqui se expone, el verdadero objeto del urbanismo. No es independiente en si de la organizacién social de la ciudad (ver més adelante), pero si esté sujeta a regularidades propias y de descripcién particular. Respecto a la ciudad, Jirgen Friedrichs, en cuanto a la sociedad, distingue la organi- zacién espacial de la social. Anota que las formas defi- nibles de la organizacién social conducen por lo fener a leas Dorr de I orgaizarién cope 7 que ademés falta por explorar cules consecuencias tendria a organizacién espacial sobre la social (Priedri- chs 1977, p.50). Cuadro 1. La ciudad como objeto, desarollo, planificacién El concepto de espacio Mientras la construccién y las edificaciones aportan un spectro terminolégico relativamente claro, el término de ‘espacio’ es polimorfo y debe ser delimitado y preci- sado en el contexto del urbanismo. Dieter Lpple se ha cocupado exhaustivamente del concept de espacio (desde las ciencias sociales). Constata que el espacio no ‘es una cosa en s{ misma, sino que la percepcién espa- cial se orienta a los comportamientos y configuracio- nes espaciales del mundo concreto, espectfcamente a Ja coexistencia y la sucesién, la cercania y la distancia, la profundidad y la altura y al caricter Bjo 0 mévil de los objetos. En cambio de espacio, propone que ten- dria mis sentido hablar de sérminas espaciales o de con- ceptos espaciales y, al mismo tiempo, indicar a cudl Plpccemdento da problema se febee coda téomino espacial: isico, geogrifco, social, ecolégico (p. 164) pple erica camo inmaciene al toread! concepss de espacio de la geografia que consiste solamente en tun modelo espacial bidimensional de la distrbucién de los sitios donde se localizan los artefactos materiales (incluso aquellos de la naturaleza que ha sido apropiada socialmente) y las personas, pucs la dimensién social y ‘econémica de estos artefactos es dejada de ldo (p. 191). Lo mismo serfa vilido para la propueste (tridi- mensional) del espacio como ‘contenedor’ 0 ‘recipiente’ Lipple parte en cambio de la idea de un “espacio. ordenado de forma relacional”, segin el eual espacio y ‘materia (los artefactos) no son considerados de forma separada sino en interrelacién, como en la fisica moderna. Aboga por un concepto ampliado de espacio para poder explicar los espacios sociales a partir de la relacién social de su funcién y su desarrollo y poder incluir las fuerzas sociales condicionadas hist6rica- mente que conforman y crean su sustrato material y fisico y las estructuras espaciales. Lipple menciona aiatro’componentes de un ‘espacio social’ 0 ‘espacio- atria’ adecuado: (1) el sustrato material y fisico, (2) has estructuras sociales de interaccién y accién, (3) un sistema regulador institucionalizado y normativo y (4) tun sistema espacial de representaciones, signos y sim- bolos unido al sustrato material y fisico (Lipple 1992, pp. 194 ys.) Usilizo esta clasificacién teniendo en cuenta dos aspectos: en primer lugar, que el espacio urbano cons- tuido es social y por consiguiente no se considera en términos puramente geogréficos 0 topoldgicos pues es percibido a través de un sistema de signos y simbolos (Componente 4) y su funcién la obtiene de las estructu- ras sociales de interaccién y accién (componente 2) ‘que definen tanto la produccién como el uso del espa- cio. En segundo lugar, que e! espacio urbano construido a cseic als miles a oa f ahora y {Seva rere, como aut tna loo (oar ponente 1), si es que ha de convertrse en objeto de un dlisefio consciente y de un plan de construccién ya que en éste deben especifcarse la medida y el volumen (ongitud, ancho y altura) asi como los intervalos y las distancias, de acuerdo con los cuales puede construirse. Para la coordinacién y direccién de la actividad de cons- truccién resulta itil un sistema normativo ¢ institucio- rnalizado de regulacién (componente 3). Una descripcién y una explicacién acertadas del espacio turbano y, con base en éstas, la formulacién de obje- tivos para producirlo y para que se desarrolle poste- riormente requieren una consideracién permanente ¢ iterativa de los cuatro componentes. propuestos por Lipple y al mismo tiempo la definicién més precisa de cada uno de ellos asi como de sus Configuracién El concepto de orgunizacién constructivo-espacal que ocupa el lugar central de ete abajo hace referencia al sustrato material y fisico (Lapple), a aquello que la actividad constructiva crea 0 transforma con ht cons- truccién, la habilicacién técnica urbana y la planta- ign, Esto se presenta (al interior de una zona specifica que esté siendo considerada) en una distri- bucién especifica de los objetas materiales y isicos, de las edificaciones, las instalaciones técnicas y las planta- ciones y luego en la forma que se dan la relaciin y la conexidn entre éstos. A través de la actividad de cons- ‘truccién se crean espacios al interior de las eiicacio- nes (espacios interiores); a través de la distribucién de las edifcaciones, se crean espacios entre las edificacio- nes (espacios exteriores) y las dreas no construidas (es- pacios libres). Los espacios exteriores y libres tienen también una distribucién determinada, por asi decirlo, Ja imagen en negativo de la distribucién de las edifica- ciones. Los espacios exteriores pueden ser cerrados y discontinuos (los patios, por ejemplo) 0 pueden ser abiertos y continuos (por ejemplo, las calles y caminos) y-conforman de este modo el esnacio puiblico que puede diferenciarse_ por fragmentos espaciales, subespacios. La especial significacién y la fancién clave del espacio priblico radica en que como red espacial determina la relacién y la conexién entre los terrenos, ls edificacio- nes, las manzanas, los bartios, etc. La Teoria de la configuracién de Bill Hillier (Confi- _gurational Theory of Architecture) brinda una base apro- piada para la descripcién y la explicacién de la o én constructivo-espacial; con ella ha anali- y expuesto las regularidades de la organizacién. constiuctivo espacial. Voy a remitirme a ella reiterada- mente, Su concepto de la configuracién se refiere pre~ cisamente a la distribucién, la relacién y la conexién de las unidades constructivas 0 espaciales, a la manera como esté compuesta la ciudad a partir de subespacios © lugares. Segiin este autor, la configuracién es una serie de relaciones (espaciales) independientes, en la que cada una de ellas esta determinada por las otras (Hillier 1996, p. 35. Ver el espacio ordenado de manera relacional que Lipple propone). Una ciudad 0 tuna unidad de asentamiento estén compuestas por un mimero de subespacios 0 lugares, cada uno con un determinado trayecto en la distancia con respecto a los ‘otros subespacios o lugares. Se diferencian entre sf en que la suma de estas distancias es diferente en cada caso. La distancia se mide teniendo en cuenta el iiimero de fragmentos espaciales que es necesario atra- vesara pie o en un vehiculo. Este ntimero depende, en mer lugar, de la ubicacién del punto de partida y, Gn cg lugar del permeable loa Ege tos espaciales que se atraviesan al dirigirse al otro lugar. ‘As{ mismo, la conducta de las vias estd determi- nada por la permeabilidad, lo que significa que para tun camino solo pueden usarse aquellos fragmentos cespaciales que tienen paso directo hacia por lo menos otros dos de estos fragmentos colindantes. Sélo es posi- ble caleular el grado de integracién de uno de estos fragmentos espaciales o subespacios en el “contexto glo- bal” de la zona considerada. El valor numérico resul- tante no es otra cosa que la suma de las distancias de los trayectos con respecto a todos los demas subespa- cios. Mientras més bajo sea este valor, menor seré la distancia y mayor la accesbilidad del subespacio; esto define su ubicacién (Hillier 1996, pp. 285 y ss.). Mientras las edificaciones colindantes y las manzanas participen més en dicha accesibilidad, més directa seré su relacién con cada subespacio. Para él, la integracién es una medida crucial para la configuracién de los subespacios o los lugares. Segtin su propuesta, se trata sobre todo de una’ medide puranente espacial (o ‘métrica) que sin embargo da también testimonio del ‘uo, cuando se examina el grado de integracién de las unidades espaciales 0 lugares en los que se practican cada uno de los tipos de uso o actividades (p. 249). ‘Considerar la ciudad como configuracién de subes- pacios, 0 lugares y como distribucién espacial de la accesibilidad que se ha calculado para étos va de la ‘mano con los requisitos y las consecuencias del uso y con la percepcién de la ciudad (ver expansién en B). Las regularidades del desarrollo de la. organizacién constructivo-espacial que Hillier deriva de sus investi- gaciones tebricas y empiticas entran en vigor en el pro- cso de produccién de la ciudad. Este tiene repercusiones negativas cuando en la planificacién de la ciudad no se tienen en cuenta dichas reglas 0 se infringen, por ello tendrian que encontrar aceptacién en los objetivos del urbanismo y ser utilizadas en su evaluacién, Organizacin EI concepto de la organizacién constructivo-espaci tiene una dimensién analitica —cémo esté organizada la ciudad (cxistente) y cémo podria estarlo- y al ‘mismo tiempo una dimensién normativa ~cSmo debe organizarse la ciudad (que va a ser planificada)-. La dimensién analitica es objeto de descripcién y explica-

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