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Ul La antresala de Lo peor: La econoasia axgentina entre 1914 y 1930 parJOAN MANUBL PALACIO LIBRERIA Acuarela’s APUNTES- THXCOS EVA PEROW {237 ~ AYELLATEDA Tireinanbtoinnlion 163 4CONTINUDAD 0 RupTURA? Laconsideraign del do que media entre el esta dod Primers Guerra Mu ily ba vss de 1930 ba ge- era alin debate entre los Istaria eosin. 8 teal, ded} punto de vista dele econo’, dun periodo istinto det que lo presei, om oan: tiou opin que justiican su cataient sepa- to 0 08 slo et pructo dl inevitable inpulso perioaiza dor, congueet historiavorpar- cela Ja realidad historica en fagmentos nds apeehansibes al andlsi) Una y our posi ein paecen encour boenas rnzenes para responder en for- sme cisimisota pregunta y acuerdo enue elas wo pate evestara avian, asa perspective dea contin, ese peo, en el que la produceion agrope- cuatia sigue sido el sector sn importante de fa produc cidn nacional yenel uel ex esta de productos prima ag sigue eonstituyendo el elemento dino del desu solo, pestensce caramente Jaelagn de ecenomai prima rio-expartadora © dal “crock ‘mint hacia fuera”, que $6 habia inayguradocon a insexe ‘ein del pais en el mereado ‘mundial a mediados del siglo anterior no se nterrumpe sino has- tala crisis de 1930, En estos afios, tanto la naturaleza del crei- imjento como su signa son los mismos que ankss de 1914 y a6lo ‘pede percibise un cambio nel ritmo del desazollo que respon de, mis quea acontecimientos loceles, sun erecimiento rds lento {en economiz mundial en su conjanto, Pare esta Gptica, esta o de Ja Pritera Guecr, lejos de implicar un corte Fundamental ‘cone pasado oun cainbiv et la ati del crecimiento, representa una momentiuen alteraci6a del sistema, que n0 era la priener i iba wscr|a ima de ests cape, y que va ase eficazmente sorten- dda con la conclusign del coatienta. A lo sumo, logue la gera inaugura ca una eiape en la que Ise fuera intepredoras de Ia eco- ome mondial —el movimiento internacional de captales ns co- rrienes migretoris y el omersio—pienden el impulso expansivo de In etapa anterior, con lo que e} crecimiento sufre alguna desucelesaciny se lace uns ertico. Bl producto brat interno dela Argentina orece en promedio en el perfodo a una tee anu {13,5%, frente al 61% de Tos 40 aon anteriores a 1914, mientras ‘que las exportaciones lo hacen } 3,0% anual frente al 5% previo a Ja guonsa. Pe esa desacsleracion no implied una interrupei¢n de 1s prosperided, ya que todos los fndives relevantes de la ectividad cesonémica, de hecho, cecen —y algunos de ellos mucbo—entre 1910-14 y 1925-29, Sin discatr estas ciftas, una perspeetiva mids atenta a Tas discemtinwidces considera # os aos que van de 1914 hasta 1930 ‘como un perio definido en a istoris econdmica argentina, que ‘es necesarioconsiderar separodamente, Siatin se ha hecho hasta ore es porque, al consderarlo Ja sition expresién de una época, Jos historindores econdmicos Ie han quitado identiad al perfodo, ‘dejéudolo encerrad entre lox de "gran expansi¢n” (1880-1914) y “estaneamiento" (luego de 1930), eparentemente més definidos pare cl andlisis, Los afos que separan uma y otra época, que ven ‘de La primera gran crisis al colapso final de los wos docedos del sistema basado en el crecimiento “hacia fuera", repretentan tn delinido perfodo de tansicién quees necesarivestudiar con herra- mientas conceptual expecticas ara esta parspectiva, Ia Primera Cncrra Mondial representa el ‘cimer pran shock externa del siglo veintey un core fundamental ca le historia econémice argentina —tnés ain que lecrisis de 1930, entre los més extremos—, aunque no inaugure un nvevo modelo — 104 — 164 de ctocitninto, Bu primer lugar, porque por su inensided no ce vata de una crisis mas entre otras. La paralizeciOn dst comercib y os flujos de eapitales y mano de cla fue tan cefstica que hizo necesario un importante proceso productiva destinado a sustitvir mporaciones, que muchas vieron ucgo come decisiva en Ja for- smacién de Jn industria nacional. Esta crisis, por otra ledo, hi2o lambalear el sisterna monetario internacional y fe necesatio el inerveacionismo estatel para reeneavzar las economfas naviona- les, al punte de generaren todo el mundo mnareflexién sobre rot de] Esiada en |a eccnomfa que, sino era nuevo, venis hora de la smano den jusificaa deseonfianza en "te man invisible” del smereado, Pero ademée, I ersis de 1914 es importante en tanlo eristaliza certs precesor que ys venian anmeiéndose en os afl: previos y que iban a cambiar el escenario econémico mundial de manera desisiva al final dela contend. Por ua lao, cambios en la composicién deta rgueza hacen que los mercados para las smaleras primas se estrechien y se voelvan mis volitiles de ahien inks; por lotro, fa e-gemontabritdaica en la regia, ya debiltads por el rezago de su propia economia, recibe con Ia guerra un golpe ‘de pracia y ser reemplazada inexorablernente por la de los Es dos Unidos, que se convertrg en estos afios en el centro dens finanzas rundiales y el principal proveedor de editn, Este he eho, lejos de ser cl simple reemplazo de wie potencia hegemionica por ot, signified para los pases lainonmericanos un cambio ee dical en la rdalided Ge insereida al mercado mmacal, en patti cular para aquellos cuyas econonntas estaban esirechamente liga ‘das a Gran Bretada, corto era el caso de In Argentina Mucho mis, entonces, que la Ultima expresién, més mederada, dea “gran expansi6a’, el periodio que inaugura Ie guerra es clan mente uno de transicidn entre wos €poce y our, que ala vez que sigue viviendo del “crecimiento hacia fuara",convivetambién con fg elememios del ramndo que viene, Indios inequivocos de la teva etapa soa e Kimite de la expensi6n horizontal ce la agricul cura el gradual ineremento dele participacién relative dela ids tria en el producto bruto nacional; el estancanvento de las inver- sionesbritinicasy el aumento exponencial ce las norteamerica- nas; a rorientacién de comeacio eateror; iacreciene importaa cia de! peubleo sespecto del earn yo eonsesuente desarrollo de Jos eaminosy de Los automotore, en detrimento del frrocaril ‘Gualuiea sea a perspectiva que se adopie para estudiar este — 105 — perfodo, un hecho parece innegable: cou la vuelta de Ja pez nadie ‘quedé en la Argentina en el mismo lngar enol que estaba antes de Ta gucra, mds all de que esto haya sido avert por los protago ‘ists de entonces —y sou muuch ls indicias de to contrario—. Y esto, por al hecho fundamental de que “e mundo al eomo se Jo comceis en la Argenting antes de Ia yuera, yo no ile a ser el siamo. Inglaterra —el Sol de ese miverso—s= apagahn inevita blemente haciendo tambalear todo el orden que ella sosten’a. Con sit irremediable decadencia, lo que se plerde luego de la goests en pafses coco la Argentina es, pare usar une as immportaciones vo otros efectos no me nos {mpociantes. Uno de ellos —el que pudo tener sob el dss role de wa industria ssticutiv de inaportaciones— sigue gene rando hoy wlgiii debate. Por un lado, es evidente que le guerra tuvo in efeto protections para ainda en tea Latino rica, dda ie proteci6a tural” que nics ef dest amen (Ge precio de as importaciones provenientes de Eurupa. Ese solo bhecko no bastaba, Sin embergo, para desarrollar, de la noche a la mafia, us indussa que padiesaproveer al metcado inenno de Jos pais latitommericancs los proctor inca que ates ce compraben en el exeroe. Por To tanto, 60 pudieron apzove charestacircunsancis aguellos paises que pozalian de un desa.- lo previo de fa indusriay extibjan una capacidad insalada con siderable, Beas instalaciones sirvieron en palses como Brasil, Chi. Teysenmeoor ede, Uruguay, pare destrollar wa considerable industria sustitutive y, de la mano de talieres de separacion de tndguinas repuestos gue antes se itpporaban, un incipient see- torde produosin de bienes de capital El cato argentino ex contraictoco, Sv indus pod exhibir, en 1914, uno de los mayores desarolios en Latinoaméicsy vine considerable cepacia maalda, Por oo ldo, los ends comer ales favorables durante la guerra servian de efectivo sostén de Ia emda de pres industiates.Sepio una visién tradicional. uno y oie becho busaron «Je indus Jocal para expandir 62 jrodiccién, aetinyerdo lsimpostaconessibilamente esas 8 unritmo vertiginoso durante la guerra, especialmente en los rubros: de slentactén, resid, metalugi liviaca y reparacidn. Sega 1m observcor de Is €poca, el eapialpatrimonial de la indostria ‘reci¢ durante la contienda un 22,5%, y el valor de la produccién 1m 08. Sin embergo, etadios mds recientes semibrandudas sobre el i cefectd neto de la guetra en Ja industria nacional. Por ua Tado, le recesida dela yuets tabla provecado wna cic ce! salario realy ‘ma creciene desocupncin, afectando directament el consumo. Porel to, a mima caida en lasimportacioncs —ls importacio- nes cle maguinatia yeiposen 1917 no llegaba oun erode las de 1913—afectaba a ciertasramas dela indus, que dependian de inurnes importados para su cadens procutiva. De esta mane- +; mieatas ls indosrite que tenfommebon materia primas na clonlea(alimentacidn vestido, toueblefa) as! couno fos ‘aller Ue eepatacién de maquinasy bervamnientas padiron crecer consi devablement, tos runs como ot mealgicn (ue depenian de! hero importa) se vieron resemidos. sto explica qe, aun cue el seciorlngra vecer en el contextorecesivo general de Ia conienda —y, por lo tanto, aumentar su partcipacidn relative ea af producto truto—,elerecimiento del 9% ene icce de a in- Sustrisentie 1914 y 1918 resulte dacepekomante, comperado, por sjemplo, can Jos jdioes de Chile o Brasil para Tos isin aos, Finalmente, uo efecto importante de a dstnimci6n ce fo ime joccions fi impacto negative que ty abre las ares fee les. Como esta se alimentaban fundamentalirente de Tos wav’ tnenes al eomezeo exterior, cl nivel de xceandacén se vo ec: dio arésienmenve, Ls ingtesos por derechos de mporiacion se cesplomaron 3 Ia tsitad mienas que por efecto de fa resin también enyé inrecaudacin de impuests intemos, pa provocat una contaeion de alrededor ge un treo en el total de inuesos inpositivas, Este panorama fiscal se agravaba por el ese de La inversd cs tener, tno ens forma directa come indirect (pss tapos para obras piblias), dada ia agua excasca'de. capitals iinpecante ene nd, lsitando serarsente la forma habitual de saléa’l deficit fice oon erdoudamiento exter Aun ef et Bs- tao revuird ]eudeudamiento tnt extern, sobre todo can ba cosnateamercanes, on into, emitiendobligaciones, Como resuliado, la deada plea fotanteauments de 256 millones de pesos papel en 19142711 millones en 1918, cos multplicéncose or (es, a pesar de que los gates foteles no se inerementaron: ‘ran 122 millones en 1918, a 0 menos igual que en 1974. TBs endeudausento mo bast para solnciona la isis finncie- sa del Estado, que se vio obligado a una reduceién foreosa del gasto publica en dos seotrescrticos come son los de Tas obras y €enples pililicos, Las seovtes en ess reas, alos que se sue — 10 — 167 ron la paralzacién de la construcei6a privads (lade Fercarsiles se detuvo durante Ia pueted),y las numerosas quiebras de emote sas generaron importantes niveles ce desocupacicn, Pata empeo- rar lag cosas, el desemnpleo wo pu contar comn ea tiempos de pazcon la valvila de eseape den cmigracion, ye que el expedien fede partir, ademas de resgoso, se habia eacavecida macho debi do al aumento de ls tatifas de los pasajes, por la esceser de em bbarques.Si bien el sldo migratorio es negstivoenire 1914 7 1918, esto no aleanes para evita, por ejemplo, que ene el 16h y el 200% de la poblacig de Buenos Ainestrensitara los ans le gue tra sin empleo y que quiones lo tenfan viecan severaunenterecuci- {os sus salarios. [La cada del salaio real fue especialmente pronuneiads en los dos lkimes afl de I guerra, no tanto por el detesiowe del salario ‘nomial eom por el autento cu Tos prceios ie los artcabos de ‘cousumno, En efecto, con ef repunte cle ls precios dle las export ines en esos aos llegé Ta inflacién de los imteos, que afesis cipecialmente al cousuino popolar: Ins preains de Jos abinsentos ‘auutentaron er un S0M% entce 1914-y 1918 y Tos de Los ertfoulos de vest sencillos en un 300%, Io cud origin entre: las misma Fe cas woa caida ce] $0% ce! salavio real. No por nada el elma so cal se enrarece hacia esos aos, provocanto wo instal nivel de rotestas, Parcesa que, al menos para algunos, la belle frogue hn~ ‘fa voncluide en la Argentina EL largo plazo Pero la guetra, ademés de generar estas problemas sigudos y coyunturales propios de una orsis ecomtiice global, vo algunas cconsecuencias més indirectas ue, sin embargo, afectaron decid ‘damente el sistema econsmico muncil y la inpercién de hos pal ses latinoammeicanos en él. Ba primer lags, la guerra expres en toda so dimensidn el leato proceso de cecalencis ce Inglaterra y del pat ore.como jes del orden econdmico mundial y sue plazo paulotio por Js hegemouta de Estarks Unidos. Aungue La ‘moneda de Graa Bret sigu'd stood ol patron de referencia del sistema, sus declinantes indostrine venian perdiendo terreno des- ide principios del siglo con la mls compettivas de tos Estos ‘Unidos, creando una coniradicciin cecients que ardeo temprang — 1 — no ibaa poder sostenerse. Para 1913, la mayoria de los pafses iati- ‘nonmericunoe ya importaban mas de los Estados Unidos que de (Oran Bretaiay las inversiones de aguel pris eran predomninantes en sectoresestatégicos de sus economas. Tal era el caso, por ejem- plo, de la minetfay los ferrocaniles mexieatos, e] cobre peruano 41 salitrechileno, las bananas en Colombia ool anicar cubano, Durante 1a contienda, Estados Unidos adquiris ciertas ventajas Felativas tanto en el aspecto comercial, debido a su posici6a geo préfica reletivamente aislada de la conflagrae\én, como en elf hnaneiero, dela Ja solide. de eu cracient» economfs, comparative mente indemne a los dafos que Ia guerre estaba ovasionanco en [uropa. Paralelamente, los paises europeos de mayor influencia ceomercial y ccondmica en Amética Latina tenian enormes obs- ‘culos para aender adecuademente esos mercedos: 0 laa dificul (ades de Gran Byetafa para comesciur pore guerra submarina se sumaba la sospensin de ins lezos comerciales y Financieros de ‘Alemania con Latinoametice, todo fo cual provoeaba un. impor- lane vacio de importaciones. Por otra Indo, el disloearmieato del sistema bancavio y creiticioy la ensis de hiquicer que gener la cexpecialnente en Ensopa, eresban oto nich que Bstados char Comm resultado, a balanza comercial de este pate ee invirié daranie1oe ufos de la guerra, mientras que cus inversiones privads en el exterior casi se duplicaron. Fa Latino america, el reeu)tado fue el estancamiento dels inversionos bité- jas yelemocine crecimiento ce las norieamericenas, proceso que se irfa comsolidando en la dcada de 1920, en la que Latinoam éi- ca va‘ absorber el 449% de las inversiones directas de Estados ‘Unidos en e extranjero. También sus imversiones inirectes —en especial, {inanciamiento a gobiemos por medio de las bancos— sumenteron cnormemente y asimismo e comercio, dela mano de las ventajas competitivas de sus productos, en expecial de los més moderna (2) mejor ejemplo, el autaendvil), Este recarnbio en el centro del poder financiecoe industrial del sistem eeordmico capitalista iba a provoear importantes trans- foymaciones en Ia estructura del comercio y de les inversions en 1 mundo, dado el diferente caricter de las economas y las politi- ces delos dos paises A diferencia de Gren Bree, Estados Uni- es era un pais altamente- protecionisa, que aplicaba eleveds gravémnenes al comerciy intemaciunal. A su vee, era un pas pro: tiuctory expottador ds alimentos y prexhictos de cima cemplade, slinfmiieos == i ee 168 con lo que no repeesentaba un merceda pare apellos paises que se especializsban en.esos mismos productos, como la Argentina, Esto inplicaba, en general y en pardcula pare mest pals, gue las inversines novteamericans iban& tne oto destino y otra na raleza que los que trodcfonalmente posefan ls britiions. Yana se ata de iaversiones que eran sobsdiatias del comescio ince cional, ene sentido de orienlarsealaexportacn ce bienes desde los pales dewores baci ls seresdores, Mas que 2 Gnanlar la xporiei, la inversiones ie origennovtenmeriaro se destin rena finencinr obras pobicas 0 produce inte. Esto generabe cto tp de rlaciéa eon el pafsacseedor, que ya no era mescado part las exporteciones: vo que las denis se saldeban con Nena de productos exporables, el sistema depend, paa seguis fancionando de continuns y socesivasinyecciones de copital, eo blema gue se revelarfa con tod su oradeze ouande 1a eis 3 1930 Teva a detene: casi jor completo les expovtaciones de cap tal, provocanca seria ifieataes en ns cuentes externas de Tos pales latinoumerieanos. 1 segundo prnceo de ergo plano que venta fete el onde CCeeales pera emaracn en el puerto de Banas Ara, yo de 1025 Pe ee econdmica nuncis! desde anes dea goon, 9 que éte lo iba a convertion definitivo, era el de una creciente sobveoferta de pro- ducios primarios, que # su ver gencraba una incstabiliadcstruc- tural de las mercacos deesos productos, Este fenémepo reszondit tanto &eamnbjos en Ia oferta como ea la demanda de alimentos y ‘ters pris uivel candi. Dosde. la oft, ia moderniza cin el cambio tecnol6gico abian redunade en una mayor pro- dhuctividad de Jo sectores agropecuarios, inet yextractivos en sgenetal 2 lo que se habla sumado une expansion conacante dela frontera agrico)aen lor plses mevos, paraprovorar un inpostan- te aumeruo de la oferta global. Bato se agraveba con as rigideces ‘qc In ilizaciGn de teonologtas rs capital intereiva i irapo- nig [a oferta de esos progctos, qutdadole veteatildad em el cor to plazo, Desde Is demand, pox cto lai, las coses no ayudaban, La tendeneia dctinante de! crecimiento de a peblacién evropea se agravaba con las muchas muertes que provecsia guerra, mien tras que el apmento de los niveles de ingreso hacfa dectinar pro- porcicnalmente la cemanda de alienenos, de acuerdo vo la Tey de gel, El resultad de la combinacin de estos fenbmenos va a ser tot tendencia secular ls excedentes agricola eréaizs y aos precios doctecients de Joa productos primarios, aunque presen- Cando grandes vetiaciones de corto plezo. Ex Latinoamérica, ests tendeucias se viviedn como una gran inestabiridad de 103 benai- cios de Is exporacion qus, salvo en aquells pases que producfan pets u ols minereles estaléuicos, como Venaracla 0 Méxi- 9, se traduce en bojes tas de crecimiento anual del poder de compra de las exportaciones. Una conseevencia de est tendencia decinante de os mereados de peodctos primasios, nls indirecta pero igualmente mmportanie pot sus efectos ex Latinoamérica, va a sera insetistace6n de los precustores egrfoolas europeos y noreamericancs que, sdemts de soporar Jas tendencias delinantes del mercado, debian aftcatar une diffe competcncia conics productos més beretos proverie tes de paises comnc la Argentins Esto ve a redudar en una incl sucidn, tambign secular, a wu mayor protecionismo tanto en E+ rape comy ex Estados Unies y,parlo anfo, en un gradual este- chamento ée los mereados pera Latinoaroérca en gener y paia te Argentine en peticulas. Por un lado, los aranceles y controles| ‘que se haben impoesto durante ta guerra como disgostelones $0 ppaestamente temporarias ian a tenet una vide ds larga que ia — 14 — 169 conflagracién mundial y siguieron vigentes poralgunos aos tds, trabando ol ibe intereambio de bienes en el mereado mudd Por ef 010, el desorden raonctaro que sigui a la guecra y as depreciacioaes, m4s omenos violentas, dels diferentes movedes ‘europeas también obsiacli2ston el comercio internacional y die on jugar tepresalss comerciles entre los pales. Por fin, también existieron prcticas proteccionstas muy con creias en lo distin.os paises, durante y después de Ia gues. ae cago de los Estados Unidos, ladegresion que sigai6 a auge prove cade por el ineremento dela derantay les precios de ies roduc tog primavios durante i guest, as vex que. ponin en suacién critica a productores agropecuatios,fucrtements eudeasados, se fialaba una preceuzente tendencia¢ a sobreproducciu. ewe! ve tor. Como consecuencit —y como resultado del incesao'e lobby de estos proguctores en el Congreso norteamericand—, en el ano [921 se impuso un scares de emergeneia por el que se clevaban dsticamente los derechos para lp imparteeién de. productos agropecuarics. Aflos mis tarde, ese mismo pas iba a lira la ‘importaciéa de ceraes, con le excusa de Ia implemestciin de nuevas y mis estrictas nedides saitarins, que tn nocivo efecto shana tener en avesto pa. LOS ANOS VEINTE En la economia mundial, Los primeros wos de Ia déeada del veinte se ceracterizan por una tabujosa vuelta al equilibria de an vez dela guerra. Laeconomi de Baropa —y en particular Inglate- ‘74, principal soatenedor de ene equilibria través de su monedn— habia quedado ventida con Ta contienda y uertemnente enendacta, tapenialmente con Estados Unidos. Hv situacién News a vatios pefees europeos a financias le eeousucci‘n de ss economins por medio dal endeudacniento interme y J inflecién, que eo Ale ‘mania Legs a wiveles extras, dada Je pessda carga financiers que en concepco de reparacioges de guem. le ebiau impesto los vencedares, Esta depreviacn generalizata de as monedes SUC nfo un desorden no s6io financiers, Le devaluacitn opera tam bidn creando ventajae comerciales frente a patses de monedas més fuertes, lo que a su vez pont er cis el sistema de intercambios {internacionales en forma libre y sin cupos ui aranceles. Es pox sto i ue, durante os primerus aos dela déceda,diversos enenentros inernacionales intentaron acordar el eordenamiento del comer- cio mundial de acuerdo com ls pats anteriores Ia gosta, por imei de ehajas de aranceles y levantamiento de controles, Pero estos desarreglos en leéconomta mancil todavia iban a persis por algunos ais, Gran pare de la demora tuvo que ver «ou a polite econdéimica ortodoxa que adopt Gran Bretaa para reconstuir 30 coonomfa, que consi esenciatmente en eferrarse al patén or hasta recuperar la pacidad exisiene antes d i sa Esto signifiod aplcarstas tas de interés para atraer met co hacia el paisy de esa manera aleanzar la deseada valeizeei6n de 1a bra cosa que va a Hogear rien en 1925. Las vitades y detectos de este politica se hn debstido mocho. Sus eficas mas extremos ven en ell larazsin del lent recuperacé del pats en 1a posguerray del mengundo ritmo de orscimiente de a sonoma ‘munca ent déeada de 1920, respesto dels niveles ce pregacira, ir an lejos, sus efectos negativos Sobre ls pases que eaban bajo la étita econémica de Gran Brot, parosen més ovidentes eats poitcas crtwioxashabrfan cbsiaclizad a snejor deseai- (refi ie pales como a Argentina, Canada o Australia durante los aiios vein. Le valorzacién de |a ibra sfeciaba drectameinte Ia Ccompetitividad de las exportacionesinpless, que ya estaba tas- {ante yolpealas port vompetencia de otro pabe, en espeeitl de Estados Unidos. Hs tenfa conseeueneies sens pare aquellos pat- sescuyos mercados estaba cle alguns manera atadce a Gran Bre laf, como ers el cago de Ia Argentina, en especial en algunos rubiot de importacién que, por convenics de exelusividad o, sa sillsmenic, pot azeei6n de lobbies ray efectivos,resukaban er «eados eautivos para las eaportacionesbriténicas (coma por ejem= a el cas0 dls insumos Ferocanilecos en fa Argentina). Aunque por poco tiempo, hacia mitad de la dSceda se consigue un cetoro la nommalidad en el sistema monetario mandial. [n= slater encienralepariad bascada, xl vez que se corigen Los ‘motos de las eparavionesimpuesta' Alemeni (queiban ¢eyn- dara ese pasa salir de su ciclo infscionato) y Estados Unidos concede mevos exéitos para estabilizar las monedss europens, ste nevo equilib, sin embargo, sa ser ebfmaro, MA ali do Js razones fenicas que caplcan el acaso del nueva sistema mo- netario de posguetra —Ilamnado “pettén carbio-oro", que ipo: ‘la que les reserva pier etesorarse, en ver deen medlico,cn — 16 — 170 rmonedas respakiadas por el o°o, com In ibray el délar—, la ra- nce fondo radiata en Ta debilidadreotive ela que hnbia que dado Ie economia inglese después de la guerra, que le impeda seguir cumpliondo el rol de cent financico mundial que habia tendo haste ertonces, Estados Unidos, por el contario, sili fortnecio de Ia guerra Lejos'de sus evastacores efectos, su economia se mentiene bis ‘camenteintactay erece a ritmo vertiginoso, de la mano de un re~ novado auge industrial y gracias a wn s6lido merezdo interno, Durante la contiends fue el principal proveedor de Europa y a] finalizar ta se habia convert ca su principal acreedor, lo cual se acrecicnta durante los afos veins, con la radicacin de sus in- dusts inversiones en ese continent, En le Argemtina, con ia paz, vuelve la prosperidad. Las inves sionesetoman dex cidaments al pals, los precios ge recuperan, 98 ‘normalize el eamercio y as areas pibices encuentran estailidad. Sin embargo, lo que mejor define alos afos veinteen lieconorata argentina es Ia inestabildad del ciclo econémico y una gran volaildad en los precics. La tasa de crecimiento tiene algonos aos notables, igntleso superiones 1 los dels preguera,sewuidos de otter de baja o estancamiento, Si pare todo el peifado 1914+ 1929 Je tasa de erecimionta del PBL aroja un promedio anual cla- raenteiferio a a del anterior petfodo, esto se Uebid = la fuerte cafda de La époea de la guerre, pero también «gue la recuperaci¢n dlr muy paca, ya que fe interrampicie por socesivas crisis, antes de ques desesicasenaran los fectores que conden ak de 1930. Si, ex cambio, lamedicién se realiza dejando de edo los aca de Je guerra, se obient que a tasa de evecimiento de] PBL real entre 1917y 1929 fue my ata —det 5,0% y dal 34% per cépita— aun considerando in breve pero profanda depresion ce posguerra(1921- 23). Lasciftes de inmigracién neta yuelven arevectirsey los sala- rios reales se reeuperan ampliamerie, doblando en 1929 la cfrt de 1918. La base de esa renovade prosparidad sigue siendo e se {or ral, aungue el indusiealexece notablemente, aumentando su partcipaciGn relative en el producto brato interno, de la mano de importantes inversiones del cepitel vorteamericano. Por su parte, cl gasto pablico vuelve a aumeotay, pasando del 8,5% al 13% del PBTence 1920y 1925, con el consiguieate efecto expmisivo sobre le demands inten, Considerado en forma com paratva,e) cre tnenta dela Argentina tampoce es despreciabie: durante Jos aos — 117 — Comercio extetior ¢ inyersiones | principal motor dc est eacivacin fae la dries reeapers- cin del comer exes, co volumen xa en 1929 cx el do | ble quel dees de ager, Las enportsones, nt eu nme te ls cate medidas per capt, nosaban el prado wo Ge os nayeres izes de cece ge nndo, Ext, in sui | fans moalcactoesen va comporcin nen 5 dei. 1 erie lor a acint e987 de sas expiciones toda con Sane prouconagropecuacin, nics que el 85% de elas seyutedends como deine Lrop oedema, cowcentind- teens en Gran Bret ls expertacaaes ae pals ptron del 26,1% ea 1911-13 al 32,5% en 1928-30. Las exportaciones a Tos Estados Unido, en cambio, se incrementan ry mocestament, fn del 6.1% de oul durante (911-13 a1 93% on 1918-, Doce] cota, ra cami se darken er dev mporachnes. Erincemento deus i portcionet provenienet de los Estacios Unidos es consane de 43 loves te pos oo en 1938, pe gam a 169 millones en [ota a 30 en 1920 yn Si6milloresen 1929. Da- tae goer xt rc mint de pata. nes wetearicane 6 do pobre do experts de ‘Alerania, eo os act eins crocza nena det Cura con cues ara er exprindos en el pa te Baenot dive nara 182. 11 bwiicas, cuya petivipacion en el mweceado argentina descend del 20% ¢0 1917-13 al 19% en 1929-20, al empo que la neni americena aurentaba del 15% ai 24% Los ingleses mantuvieron {y aumeatacon su participeeién en las traportetones de caxbon y ‘material ferroviati, pero ne pudieron competi con Bsiacos Uni {dos en rubtos de gxnu crecimiento coma las automdvilesy otros bienes de capita pera la agriculture y le industria, cuya demands creel rapidement ete ascenso de los Estados Unidos en el comercio exterior at senting se alzaba sobre el deteriora del bilaealisuo que habla taracterizado al comercio ex'eior entre Argeniinay Grau Bretafe hasta antes dele guerra, Ea “relacin especial” catce los dos pa ex esiaba basedaen la dependencia del comercio argentino con et rnescaco briénico y on lairmportancis de las inversiones xiténi- cas ene pas, especialiente los fenozarles. Hacia 1900, el 85% tle lesexistonsias de cept extranjer ents Argentina ere de pro pledad inglesa, micrtcas que el 27% de todo el copital Fo tena cs crigen. HI inforearbio entre amubas econonifas suponia qe, como conirapartida de la venta de procuotos agropecuarios en el mercado inglés, la Argentine satisfacta gran pate de sus neccsida~ des de productos ranufacturades importados con productos brits nicos, Mas espoeficamente, el eje alrededce del cal grab toda laelaci6s estaba, del lado argentino, en ol senior ganadero —e1 6% de los prosvcos ganadetos y pricticamneatc la totaled dela carne enfiiada (chilled) tenfan como destino el mercado ingles, contra so el 10% del maf. y el 34% dl irigo— y del lado bets co, en el sector fenrocariloro, cuyas impresiomaies seimeses eran Taotta pata de la “relaciéa especial”. Se puede decir entonces que cen Je dupla invetiadores argentinos (en extrchs asociaciou cow Tos igorticos)y empresas fenvearilees iilénicasresdia el alae deLbilateralismo cnre los dos paises. Bs imposible comprendes a {fondo los ovataes de [a economfa —y en buena medida, cambién de la pollica— axgcatina en los efios posesiores x Ie gucsa, ain considera la agociaribn de inteeses que cxsta entre esi08sect0- res y Tos poderosos lobbies que legaton «constimiren el pas. Bs sraclas al poder de presida de esos lobbies que Gran Bretatalogra sosieoese en un hiparprotrnente para la ecuocinie argentina gs AUld do lo que la ogica del mercado hubiertindivado, demorando tin desplazamiento que, daca Ia debi reatva des economia, cca inevitable deade por lo menos fa Primera Gaeera Mund. Sobre las cenizas de la relacién bilateral entre la Argentina y Gran Bretatia, se erige entonces, durante los afios veinte un tet gulo comercial y de trantaceiones de capital, entre etos patses Jos Estados Unidos, que fincionaba de la siguiente manera. Del Jado del comercio exterior, Ik Argentina tenfa excedeates comer- siales con Gran Bretaa, gracias les sostenidas exportaciones de cares y cereales ya a calda de las irnportaciones de ese ctigen, y ‘dict con los Estados Unidos, dada que las compra de procivc- tos manufacturacos norteameticanos no eren compensadas con exportaciones sipentinas a ese pais, ue podia abastecer su merca- ‘do intemo de produce primarios con sa propia produceitr, Ka la dévada de. 1920, tos productes indusrialesbritfnicos son clara- mente desplezados por los ms competitivos de los Bstaéos Uni- dos. Hacia 1925, ese pafs pav6 definitivamente-e ser primer pxo- veedor dele Argentng, siendo los prineipeles bros los sutomo- tores (lx Argentina pesd ase el ercer mercado del mundo para Los ‘astoméviles norcamericancs) y producics complementarios como neutnéticos y derivados del petrélea. También, ls magainaria © ‘mplementos agricolas —de mayor demande después de la con- version a agriculera de mechs empresas, luego de Ia crisis gana- dere ce posguerrs— acernds de Tas maquinarias para la industia texti, Con el expediente de esiabloce sucursales de ss empresas ‘enel pal, a industrig norteameriesra se asegoraba la demanda de. insumos y prodictos semiterminados para sus empresas attomo- trices, farmacéutica, de cemento o petrdleo, superando ast cul- {ier truba edvenera que se presentese alas importaciones asccas. De-esta meneta, hacia fines de la década del vente, la Argentina representabael sexto mercado mundial para las exportaciones nor- tenmericanas Del lado de las corientes de capital, e! sentido de los fjos dentro del tiingulo era el inverso. Et blanc dc pagos argentino con Inglaterra era defictario, debice a las importantes remeses —compuestis ce interest, beneficios y amortizaciones del ea- pita! bcténico en la Argentina, mientras que la balstng com Beta, dos Unidos era positive, dado el constante fiujo de inversiones. ‘Con a guerra mundial, la corsiente de capital briténico a la Argen- tina se habia intermumpido y Inego de ella —y por el resto del pe- sfodo— se transforms en claramente negative, ya que las empre- sas britnices no uelven a hacer apeutes de capital, pasando fas remieses a superar a las inversiones. En cambio, la contibucin i Wz neta de capital worteamericano fue postive ea el periodo. Bocce 1924 y 1933 se instalaron 23 filiales de compaties de ese pats en le Argentina y las inversiones de ese origen legaron 2 doblar alas botinicas, pasendo de 40 millones de pesos oro en 1913 a 611 en 1929. Pero este nuevo orden de cosas afectaba a los intereses britén ‘cos en més de un scatico. El desarrelo del pets6lea competie con el carbin dritinico y amenazaba cambiar toda le bose de Ia de ‘manda energética; el desarrollo del automotory el camino amenz. zai el desarrollo ferroviatio; fa importaciéa de mequinarias pare ‘e industria tent, destinadas a aummentarla industria nacional, afos- tube directamente las importaciones al pafs de productos textiles terminsdos; por fin, las inversiones dinectas en 12 industria, a La vez que desplazaban del mercado sxgentino x los productos brits nicos, volvian a achicer lz demanda de insumios industriabes de se crigen. En sama, el nuevo orden pereofa desafiar les mismas bases de le division internccional del trabajo impuestss por Gren Bretala en sus dominios y reas Ge influencia. Bn la Argentina, x0 significaba quebrarta tradicional estructura deespecilizaciGn cena produccién primacia, que slo admitfa une industializacién restringida al procesariento de e308 misinos produetos print ‘Como respuesit aestos cambios en a composicién del comer- io mundial yal ascens inevitable de Estados Unidos coma cen tro de las finanzas mandiales, Gran Bretaiaintenté preservar log privilepios comerciales que tenia en sus dominios y zonas de in- fluencia, x través de tratados especiales y nepocinciones especifi- cas. En el exs0 de la Argentina, los intereses briténiccs imtentaron por todos los medios restablecer el bilateralismo, apoyados en hecho de representar un importante mercado para los productos argentinos de exportacisa Para esto contaron con el apoyo decid do del sector més poderoso de los ganader0s argentinos, los inver- adores dedlicados a ta preducci¥n del chilled, cuyo mercaslo se encontsaba cas ctalinents en Ingletere. Pra esos sectores ganaderos argentinos, a tenor de perder ese mercado decisiva se sumzba el descontento con los Estados Uni ‘dos. por la desigual relaciGn comercial que es pais tenfa com la ‘Argeatina y, on peticular, por ls limitaciones que ponian Jos nor teamnericanos para Jos productos agropecuarios argentincs. sie escontento rdlo se vt 8 agudizar en 1926, caano se decreta en ese pats la peohibicin de importar cere argentina, con la excuse — a de la Fiebre wfiosa. Pera estos sectores, el avanice del capital norte ‘anericano significa eolonces ne amteanea concrete «sa mte- reses, cose que fie apravechada por los intrases brits en la Argentina La alinnza em estratégia @ cambio de poder seguir ubicanda sus productes en el mercado de Londtes, los in-vernadores prome- Lian ayoclar a Tos ilereses bricénicos para presionar al gobiten2 fugentina, de manera de Jogcer om tratamiento preferencil para sus declinantes productos industriales de exportacicn, en especi¢l Los ipsumos para los leocantiles, pero también las textiles, Dena oblener eve tratamiento preferencial, esos preiuctos hana serckes- plazados del mercado argentino por los ds competitivoste-ork- gen norleamericano Lacampana, organizada porel ministcobritdnico en a Asgeiti- 1a, sir Maleolm Robertson, apantabe entonces a tevextr le balane 2a comercial desfavorable que tenfa Gran Bretaia con ie Asgenti- ney evaba beseda ene idea de que, porbuexas zones econdini= cas y de sentido comin, a1 economia argentina lecon yen come rar a quienes a su ver poéian comprar sts productos. Bat Hlosc- fia fe adoplade huego por los grandes yanaderos, nucleados en la Sosiodsa Rural Argentine, quienes, a fines de 1926, decieron ‘imprimir el Jeme “comprar @ quien nos comora” en a eubierta de ‘1 revista Aneles, convintiéndose ase los primeras propauandis- tas locales de lo idea, Como resultado de Ja campais, se firma en 1929 el Convenio de Comercio y Créifos Reeiprocos entre Gran Bretata y la Ar- gentina —mas eonocido tomo Tratado D'Abernan—. Par el con ‘ebio, la Argentina se comprometia a eornprar material Ferovie~ tio beiténico pata el sistema estatal, mientras que Gran Bretana slo prometie preocuparse de que las erpcesas britiniens cotrt- ran una centidad equivelente de productos argentino$, Como esa caatided no era superior a la que ya adguirian Los britinivos « la Argentina, el convenio no agicg6 a ellos ningune car adivion ‘Tanto par su espftity como por los resultados obtenidos, pucde considerase# este tratado corao un antecedente directo del Pacto Roci-Runciman de 1933. Sila polénice que suscit Ja Firma de sue trasda, en a politica y en la historiografia, no trascendis taro coro ix que sicedid este itimo fue tal vez, snicemente, porque debida al golpe de Estado de 1990 éste nunca leg a wpli- cans. — 12 — El sector agropecuario Con Je vuelta de 1a paz, el sector rural ex los afios vein tam bign tratzba de volver asus cavees de! perioco anterior ala gucra [a produccicn asrieole retome la preeminencin gue haba pexido dducante la contienda, mientras que la came enftia (filled) es- mine de imponerse definitivamente como principal prxlwets de exportaci6n. Ambos procesos sean et un context mas estestn) sn oportunidades, oon una frontere peoductiva que aleaaza el li- te de su expansibn horizontal bacia el final dela deada y con wna gran volatlidad en los precios intecnacionales de los productos patios. ‘Durinte a contienda,e1 aumento en el precio de as cares ‘ventajas relatives que enian pera los embarquesintemcionales y Iainversi6n del signo ea el saldo migratorio —que afectaba espe cialmente Ia ofecta de trabajadoces pack la agricultu— habian {avorecido ala ganaderfa por sobre ks cultvos, Por esas azones, si bien el dea total seanbrada en e) pa ge habia manieniéo esta- ccionstia, los cereals y el lino habian redueido la suyaen favor de Ia alfalfa forte por exceleacia en Ia regi6a pampeans—mien- tras qu las exisieucies de ganado vacuno durante ex0s sos cre cian en once millones de eabecas Hine (918 y 1930, as dreas semabradas rotomen gu site a cendents, Ge la meno de ks cereals y cl lino y a expensus de Ja alfa, que tetrocede. Bsin express los teacomodamnientos que habian tenido Inger en el secior ganadlero —para el que 1a yuelta do la poz na habia sucedio sin solnesaltes— a la vex que daba ‘cnonta de Ia dil reepmesta de ls productores pampeenos al emt bio en a situacién del mercado. Los precios de la came, atificial ‘mente inflodos durente i guerra, se desrumbaron rl acomodacse 8 Ta demanda de tiempos de pax y con reaccidn a la cvidencie de ‘un mercado més reducido por los efectos del creciente proteecio hismo ngricola de Europa, Esto prodyjo wna profana crisis gana idera que se extend por més dé dos afios, entre 1921 y 1923, que afecié especialmente a los ganederos mds pequetos y rneacs di ‘ersficadios. Pera ‘odos, sin embargo, fue una neva constancla Ge que cl mercado ert un arma de dDble filo Fin efteto, esta volatlidad en los precios no iba a er privaiva — 13 — de lo ganaderfa, sino un vasgo carateritico de le décade pera toe dos lo productos agropecuarios. Tanto en ganaderia comoen agri- caltur, 10s babituales ciclos de alzas y bajas se hacen especial- mente aguidos y ttecuentes, destucdndose entre ellos, ademés dela visi de In came tefialads, Ja lenge tendencia dectinante en los precios det tigo desde 1925 y hasta bien avanzada In década si- iene Deato de In ganaderia, el chilled e consolida luego dea inte- ‘rupeign de la guerra. El agcenso vertiginoso del enfriado, inicia- doen el pafsen 1908, habia sido interrumpica por lacontienda, ya «que la Guevre submarina importaba in seio siesgo para los erbar- qucsde exe producto, que solo tolera un mes y medio en as oérmi- 15 antes de porder sus condiciones éptimas de frescura, Con el advenimicnta de: la paz, el chitled desplaza detinitivamente a lo carne congelaca como principal producto ganadero de exporta- ign: entre 1919 y 1924, 14 exportacidn de enttiado pass de 2.500 £8 395,000 ioneledas, superando en forma defnitva al congeledoy Jas conservas, Esta consolidacién ibaa sella una divisia entre 4 ganaderos, que iba ¢ tener importentes repercasiones tanto eco- ‘némicas como politicns en los atos si ‘Mucho se ba seorito sobre esta division entre les ganateros, coma dos grupos antagSnicos. Por un lado, estaba ede los criadoe res, eto 6s dedicados exciusivamenie ala produccin de ganado seiiterminado, que debia ser enigordado antes de su venta en el ‘mercado, En el ox0 extiemo estaban los invernadores, que com- [raban el procueto alos primeros pata, luego de engordati, veo- ‘desloa los frigorfficos para su faenayy exportseién. Dentro deeste esquema, el mayor giado de valnerabilida l tena los eriacores, dado que, ademiés de posser empresss més riergosas —con altas inversiones en capital fijo como planieles de exia y teproducto tee—, dependian vitelmente de lis compras de los invernadores, ios lhimos, pr el coutraro, ademas de ser duos de las mej. res toeras de la regia panpeana —que permitien wn usa altema- tivo del belo, tanto para gemadccia como para ggpigulur— te. non menos inversiones fins Io qa les perm tania aa ‘ersitily especviative de su empresa. Esto significaba que, en mo- tneutos decisis de los precios dela carne, estos genaderos podian ‘optar pos no comprar genado a ios eriadores —dedicando sus tic ‘ras ala agriculture, por ejemplo — haciendo receer todo e! peso dela crisicen los eriadores — 14 — nesta divergencia dé intecses, La histviogmat trlicfonal en- contraba la explicacidin de diferencias irreconciliables, tanto en el seno elas oxpanizecionesagrasas (la consoidacin de os inver~ adores en la dirigencia de la Sociedad Rural Argentina haci nes de le décade del veinte iba e provocar un ciswna que terrain con Ia conformecién, por parte de los crindores, de Ja disidente Confederacién de Asociaciones Rurales de Buoncs Aires y La Pam- pe —CARBAP— en 1932), come en Jas actitudes de los sectores ce campo hacia el capital extanjera (en especial, con el oligopolio nortsimericano en el sector frigorifico) y en la politica nacional como cuando, en os célebres debates de la década en tomo alas eyes de came, los invernadores, en esociacién de intereses con los figorficoe, se enfrentaron en el Parlamento con los represen tantes de lor etiadores,slisdos cirunstancisimente «os consu rmidores de Buenos Aires, debates que adquirieron desgrasiada notariedad en Ia historia pottiea de nuestra “deal infame”) ‘Més recientemente, esta imagen ha sido maiizace: Sin negar Aivisiones entre los genaderos, lo que ha caribind es la explica- cid de esas divergeacias. No eran tanto las I6gicas procuctivas las que ividiew ales productores sino la envexgaduraeconsica delos cmpresarios, Criac invernada no s6lono Fucron actividades incompatibles y antagénicas, sino que las empresas que se dedica- ban a las dos actividades —es decir, a todo el ciclo productivo ganadero— fueron muy frecuentes en Ja regién pampeana y gozA- ban de la més amplia versatlidad ezonémica, ya que podixn ore ‘esr una rultplicided de producto al mercado simalténesments Montaceste tipo ce emsprec, sin ambargo, no esta tl aleance ée todos, yaque ademas de us considerable centidad de capitl para invert, ce necevtaba de ny buenas terres dentro de la regicn pampeana, espcfficmente aquellas que tavern un buen ren siento agricola para producir su propio forraje. Quienes no pe- dieron remirese capital ni seceder # ext calidad de eras queda- ron fuera de ese grupo selecio de grandes gevadros paipeavas —infs que de"“invemadoses"—que sf se diferenciaban de Tos mas pues, que estaban por ese motivo més exestos ls iesp0s tel mercado, De! lada de la orgenizacién productiva, la regién pampeana asisle en la década de! veinte 2 la consolidacién definitive de la ‘estan. ‘cia mixta”, un tipo de organizaci6n productive que combinaba la ria y engorde de ganado coala produccidn agricola, con el propé- — fii silo de evitac riesgo y responce eficermentéa les varaciones.en tos mercados, La consolidaciin de la estancia mini —inbito por eaxcelencia de pmduccién del efutied-— tiene relacin diresta com los fenémenos que caracterizan a la década del yelote, come Ia alta yolatliad en Los precios y, sabre todo, ) fin de a expansin horizontal dels prodoccién. Bsto timo exif que cualquier aue- vo vance ée la preduceidn éehin depender ahora, més que de nay ores auregados de tetra, de un aumento de La productivide a través de-una mejocy més eficiene aignacin de recursos dentro de in ecapresa apropecuaia, La logics productiva datris do Ja estancia minte era un panto de egaca en le region pampema: La eaforia de la ynera y La depre~ sn que le siguié solo terminaron de convencer alos productores de la inconvenieacie de una excesiva exposicién los mescades ‘ntemacionales, Durante machos aos e experiencie de esos mer caclos tan volatiles ev6 al productor pampeano a disefiaresrate- sas reectives, que pereegaian menos Ia maximizacién de las ge nancias provenientes de cada peolucto des empresa que. a ate- ruaciOn y minimizeeiOn de vesgos a través de una ganancia pro- imasio de ide Ia produceién, probablemente més baja pero tam- Dign mds estable y segura, Bsto oe Jograba eombinand un mix productive altarente diversificada gon el mentenimieat® ce wna baja docacion de capital fio, para dar a a exapresa la sufciente versatlidad que Ic permiliera operar en situaciones de mercado van cambianies La mejor expresidn de ls esrategias prodactivas elaborules con estos citerios fue la estancie mixta, empresa que combinata Is gamierie con la gricultura,dedicando nfs 6 me nos terra una u ota activided segin distara la coyumtnes del neve Laclave para qucestos deeplazamiontosonié-una y tr ctv daa! se prvijeran con la rapidea'que los cambios en el mexcad exigfan er una yenecosa cantdad de buen terra en la empresa —aguela que por su calidad pesmitiera buenos endimientos ag colas—, una baja doteeisn de capita jo y un abmero variable de auvendalaros, que se encargaban de ls produecién agricola. Esto ‘imo pennitis Ios tertatenientas desligarse de la inyesionte- queria para esa actividad, como las earpras (0 ariende) de ma duinase Is conratacionea de le mano de obra La ligica prodctiva de exis estableciniatosjauecehaber sida te fGimula del éxiw en le reglén pampeaan en ests tiempos on — ni — 175 jnestables, La versnidad de est empresas pata reconverise ‘ante las crisis qued demostrade una ver més con el reacomtace- inlenio de los mercados durante despuésde ls guerra, cuando los productozes parpeaoosrecomiiliinn sus empresas con evidente fecildad, para la produccion ganadera primero y para la agecole poco tiempo despues, en ln inmediata posguerta. As coron del "0% de las casi cuatenta mil mevas empress agropecains «pe surgen eu la provincia de Buenos Aires entre 1914 y 1937 cores ‘pond a la cetegoria “mina”, se ipo de orgtaizecidn dc Ia ex rosa agropecuaria se difundi extensémente aun entre los plo: dactores agreolas, especialmente Ios tiguers inclenos y gr des, caanda Inege de ma lerga crisis en. Ios precios de los anos deciden abandonac parcialmente esa producciss y reconvertir us empresas a esta aveva modalidad. En la zond triguera, todas Tes empresas nuevas que se instalan ence 1914 y 1977, yun boen porventajede as que eran solo agrfooes o ganadeves en ia primera de las fechas, pasan a ser mints en la segunda Pera sila consolidaci¢n de i extancia mixta era una buena uo- tieia para los estancieros pampeanos, no lo fve tanto para Joa pe- «ques y mecianos chacereros agrculttes, especialmente pac aquellos encargados de Ja producciém agricola dento de e5ne e8- laucigs, Yara estos itis, las eonicones era pavicularmente duras, ya que ellos can Ta “variable de njuste” de ese exuaei6n productive ln exitosa que se acaba de deseribir. Los desplaze- tnlentos entre la actividad agricole y lo ganadera como respuesta ddeesss empresas a la variaciGn de fos mercado, implicaban des- plazamiegtes peri6dicos de los arrendataroa, 10 que suponis un sisieme de tenencia dla titra particulatinen'eprecario. En oss palabcas, en i inestabiliad y prcorieda de a fenencla de la de tra on manos de los agriculores resid el éxio Hs a estralagia divessfieadora de toda le emprese. [La forma en que lis empresas provoceban st inestabilided 6s ‘uvetural era a través del manteninienio de un buen maero de rrendatarios pequeiae alos que no se les esigaabatirza jaca it ‘estancia, a excapcidn dele que sles fiecia sembrar en cada vile agricola y por el periado de uns cosecha Con est, Ja ermprese podia redefinir Ja extensidn do le actividad agefcola en el cori plaza y,en caso de querer smplista, eoconraba en ce0s agriculto ses resideates sin icra una permanente ssposieida a senbeat ms predios para complementar su ingreso, Pero adem, estos arren — 07 — Aatacice y sus familias representaban para la estancie una impox- ‘unte reserva de mano de ob, sermpre necesiteda de complomen tar el agro ingreso monetario qoc Ie dejabam sus reducids pre~ dios agricola. Esta reserva era utlizada en especial pars la pro luceibn de forraje, cada vez que las sefales del mercado favore- clan el negocio del engorde de gonad por sobre otras actvidnces proviuctives Estos feodmenos deseripiaspueien verse reflejatios en los cen- 06 de 1914 y 1937. Bl nimeco de arrendatarios, quo sicmpre he bia sido bastante elevico en Ta tegi6n pampeans, crece enorme ‘mente en estos nfos (en le provincia de Buenos Aires, los predios snmenados pasan del $44% del tots de las explotaciones agrope- ‘cuarias al 65% en el ilkimo de los do nfs} mientras que se regis- tcauun crecimiento explosive de 1s empresas agrfoolas mds chices (menos de 100 hectfveas), fendmanos especialmente notables en las repiones ganadera. Esa estructura agraria era la cara visible no sto de Tas strate ics roduetivas, sino también ce complejos negocios mobili fins, Junto a los teraveoientes inés produetivas, una buena parte {de los propicariog de a regi6n pampeana eran stmpes rentstis ‘que areodaban la totalidad de sus campes, a veces 2 Jos mismos, procuctoses, pero otras yeces a grandes arendatariosycomercia- les que arendabar tieca al solo efecto de subarrendasia Ios que, porfin, se dodicaban al cultivo. Reta siwacisn definfa un universo, {Us locadores y sublocedores que, ante a asgencin de wha norma, spectfiea que regulara Jos convenios, mantenfa un fidgil equil bri. Los eontstos, si existion, eran verbales en uns abrnmadora nnayorfa —espeviehnents si éstos ern de subecriendo— y Ios ha- a anwale, bianuales , mucho més Frecientemente, “sin técal- 10", todo lo cua) generabs grandes incertidumbres para lox locatarios, ‘Las leyes nacionales de arencamiento de 1921 y 1932 a0 solve «ioaaron estos probleme. La primera pretendfa tacar cl mal de la Inestabiidad de nuestrasogricalicnes en dos frees: a drain, de los contratos:y la proteccidn de los mas pequefcs Asi os al- cances dla key liegaban silo a los arrendamientos de predive de ‘menos de 301 hectdceas (ar. 1") para ellos se establecta im plaza Infninoo y obligatocio de cuatro ats (rt 2), Sia embargo, coma Jey no obligaba eo forma explicita a firmar eontratos por escxi= (o, In prdetica del ariendo verbal, von todas las yentajas que su 128 — 116 Molinos, Soran Fe, 1820, amiga eintangibilidad nfs pars Jos lacs dors, se hizo més extensiva. La oa ley, del iio 1992, quisosubsaner los defectos de 1 anterior: xa et, ce eislaba pase toda los predic ules swrendacos, cualqieca fuera tamato,extipulado ua pesiode ininimo de aniendo de cineo af (at. 2°) y —Io més impertan- ese cbigaba x celebraros coniratos por e:io ate escribano ‘aen el Jurgada de Parc cada prt (art 4). Pero sibien en este caso a Ita de nly ea mds sabi, al n0 enti efeaces madios {contol esata elas alejadas eas rurales, un allo poseenaje ‘eos contratossiguicrontcéndose verbanente. Segtn el cxn- to citelo de 1937, ostea de It milad de los anendateros dela powvinein de Benos Aires revista en la categoria “sn corto ‘Acends de hacer todavla mds nesta In tenencia par] cxe- centenimero de os que arerdaben, fn cea ronereericoln hizo més dif el acceso ala prociedad de Ia era que siendo ans escaa bia anmentado 81 presi. En es sentido, los aos ‘oie cioman in largo pefodo mds generoco eo oportuniiades — 2 para ol acceso la propiedad de ta terra en fe region panes Les fnmigrentes que legen al pais después dee gue vequellos ehacereos —inmigrantes 0 no— que venfan trabajo la esa desée los primesosafas del siglo, com la esperanza de acuslar alg capital para adqsirc wn pedazo cetera, van « encontraren Jos ace veinte wn mercado més reducido y wn rivel ce procios ms clevado. La ocapteién del espacio prodactivo babia dleanca do sus limites en Ja pampa himeda y cl seo de Ja terra propia ebia ahoca vsjer mds joa para hacerserealide Un efecdo postive del fin de le fromtera fue, sin embargo, el aumento de le productividad, de la mano de un importente proce- sodemecanizscién, Seguin datos dela CEPAL, entre 1900 y 1980 ia formacién de capital par el sector crece aunt test anual del 43,64. El capital fifo invertido (alambrados, solives, borabes, ‘alpones,viviendes, magquinas 3 vehfouloe) pasd ce 12.850 millo- as de pesos de 1950, en el quinquerio 141-1904, a 29.281 mi Hones en Ige fos 1925-1928, lo que equivale a un aumento de 128% Pero el mayor cambio se da en le composi de ese cepi- tals el pubro maguicazie y vehfoulos exgerimenta un gran cteci- riento proporcionsl, a costa del ganado, la vivienda os cexeados y lax oejorar ce icras como molinosy aguadas. Le pareipacin Gel primer cubxo pasa del 89% al 24% hacia el final de la guerra (1919) y 404% cel total del stock de capital ural en el timo ao Gel periogo ‘Las razonssde este gren cumento del coil rural han yenerado mucho debate en le bibliogratis especializad, desde ls coxten- order al proceso basta hoy En su versign més iedicional argumento estalecfa que, cadas ies limitaciones econémicas que supoafa el arrendamiento —esenciekment, a falta de inoenive {que suponia para los chacareros no poseer las temas € pie= clad —, 6103 desestimabon las inversiones y cnejoras. como no fue- ‘an as tnd indispensables. tra versn mis ecient establece en cambio gueestoechacazeroseran empresarios aces eaivateate judsperss, que, pacstas © optar por ln mejor estrategia productive Dara sus empresas agricola, fueron coutngiadospar sala ‘peculativa que se habia impoesto ena paraps dma en los aos \einie, consstente en diverifcary evita riesgos. Pr Lo tanto tice esa adicon—, al chacareio amendaario, que imitaba los grandes invemedoresy terratenientes, uo le interes el capita, {joy nivo ana mareade aversion al iesgo y consecaertemente & — 130 — a7 Je ioversin en maquinasis y el endeudementa él sto persigui6 Je obiencidn de nna répida gonancia, a través de un manejo espe= culativo de sus empresas agricols, Los datos censales, sin embargo, contredicen a uma y ote trac iG, Sega esos datos, lz tenencia de la tierra no parece haber sido un Dbstctlo insalvable peel cambio teenohdgico. Puera de ‘que seguramente, gran parte de ste nuevo taquinaria que regs- 11a el censo fue adguirics por grandes estncias —y todavia ext pondioni un catadio dtalledo que distings este fendmauo—, «2 evidenie queen un imparts poreentae fue conrad por agi- eultores medians y gremds que, com se sabe, en sy gran my o- sa slo eran srrendaiacios dla tiomas do sus empresas. Even cias més recientes refueraan esta percepcitn. Segin ello, los cha careros siempre que su situaci6n econdmica lo perma, ro eta yeron mi In adguisicién de méquines nie endeudamiento —m- has Yeees oneroso— que significabe $4 eomapea & exéito, Esto ecu especialmente cieto par los agricutores tigueros,tadicio aalmente mis tecaificadas que el produelor prometio de a regien ppampeans. Muchos chncaresos acc=dina& La compa de estas ii ‘ques por medio de facilidades de pogo que concedian las ofc nas cals de fs miss febricantes, con sélo pret la mdqui- 1a adquizida, posibilidad que se consolida ene] ao 1914 con la (ey 9.GH, de premda agraca Mais alla cle tas Pampas Fuera de le region pampeana, los aos veinecuvienon una ding ‘mica mis homogenca. Gran parte del crecimiento que twvo el sec- tor sur) del pats dante el perio esaliato se dio fuera de esa regitn, gracias alos amados cutivog industiales, en eapecal Toa de clima tropical. Se refieren éstos a aquellos calves exyo pro- ducto requierecirtetransfornizeiOn teniea antes de ser destins- do al consueno, como ese) ceso del azar o el vino. Si biew en ‘érminos absolutes son todavia poco importanes ex el peated —ropresentan s6i0 el 2% del total de Te supeficie sembrada ea 1929, su crecimiento despots dela impasse dee gue es table, aumentando su pasticipacén eu le production ayfeola cond! del 25% al 35% enze 1910 y 1980, De todas maneres, aera ‘i losculivosinciusiraies queda fuera de perfedoestudiado au, BI — aunque muchas raices del Jen¢meno se encucntven en este: £8 re= cign en la década de 1930 cuando estos cultives creeen exponen: alesis siplicdndase en s6lo diez iis ol drea bajo cultivo, lazicer de Selea Jujuy y Tocunnéa, os vinos cuyanos, las fru- ta cel valle de Rfo Negro, el algodon del Chaco y la yerba mate fen Misiones basan su crecimiento dhirante estos afios en el inceati- vo de una demand interns en expansidn, en activa polfsices mu cionales de proieccion y, en alganos casos (como al de los terito toe naclonales de Rio Negro, Chaco y Misiones), en politicas de colonizacion por parte del Beiado. 1a rons de Mendoza, San Juan y Rio Negro contaba ye a princi pios de siglo con 43 mil hectireas culivadas de vif, que con, ayuda do ls inmigraciény la ineorporacién de téenieas europeas se hhabien wansformado en 1914/15 en 124 mil. La guerra provocs un ligero retroceso en la superficie sesibrada, gue retome st orec= siento on la déouda de 1920, Uegando en 1920/30 1 Ios 140 mn hhectreas, La produccidn de vinos, por su part, que aba crecido poco entre principios de siglo y 1920 (de 3 4 millones de hectolitros entre 1908 y 1920), en 1929 alcanza los 6 millones de ecole de frases 1925, 132 178 dectolitzos, duplicando una produccicn que 62 consume en su to ‘wlidad en el mercado interno, La ave, por parte, mejorada mu calidad » través de rmevas téenices y Viriedades, eomianzs sir onecee en e} mercado externa en Iadéveda de 1920, anmentando sm exportacién de (00 mil kilogramos en 1920 a 5 millones en 1929, Enis zonanoroesie de Nuouunén, Salta y Jujuy le prodaccién de azcar pasa el mercado intemo se habfa desarrellado desde la dé- ceada de 1880 gracias a una muy efectiva proteccisn del Estado nacional, por medio de elevades talaga azicarimportado—con cl que la beje productivided de las plantaciones argentinas no po= ‘a competir— y de gensroses exétitos de los bancos oficiales, Eso limo permiti6 le madernizaciGn tSonica de la industria y sv ‘ransformaci6n, desde los antiguos tapiches hasia los grandes i ‘genics. Brel siglo XX, la evoluci6n de as superfcies gombradas 5 smllar ala de los vifesos cuyanos, pues luego den aumento sustancial entre 1900 y 1914 (de 50 mil a 133 mal hectérese) ge rewrocede a menos Ge 100 mif durante la guerra y se yuelvea ere cer lentarente cn los afos vein, para alcanzar las 140 nil heeté= as sembradas en 1929. Los grandes ingenios de Jujuy y Salta ‘consistian en a6lidos complejos de plantacién y fbrica, que pro- 16 un bucbuja de prosperid en le economa mundial durante Los silos veinte una “danza de los millones” en vacics paises latinoa- rmericanos, provocada por un flujo renova de capitales exteaje- tos hacia sus econoines. Pero esasinversiones y ranserencias de capil, nayovitariamente nosteamericanas, i bien genoraron er ‘imicnioe importantes desarrollos productivos en esos past, en ppocos aios demestravon ser una peligsose arma de doble file para sus economies Pera los que lo quisiran ver, la economia munich exibia che ‘ante los eos veinte indcios suficientes de que el sistema todo consafa, an realidad, en uma constelacién de equiltviesineste- bles. Porun lado, remetaurado pain aru nunca funcioné como anles de fs guerra —en paricolay, « Gran Bretaia le cost argos sijos de ceflaciSn ol watar de mantener la alta patidad de ta preguerra— y surgi6 ua renovada inestabilidal gracias a) ocoei- tnento de movinnientos de capital de caro plaza, sutnamenie vo lattes. Por oxo lado, aywdado por cl auge de lo exéditos norte- ‘anericanos, la producci6n de materies prima y alimentos erecis noememente luego de la guerra, de Ia men ce ung renowein {conoldgica —gue inclays, adem de la introcuockén de maqui- narias,cl uso ctociemce de fetilizante,sisiemas deciego y mses Infondos-, agravando el problem# setalado de sobepracucei¢n 4 cafia secular del nivel de precios de los produeias primatios, porn e ergo plazo. Por Tin, Je dimensida del excedeate comercial porteamericeno, sunado al manteniniento de un ceitado protec- éonismo, agravaba paulstinameate los problemas de pago de Jos palses petifices. Si bien esto fue en pert contearrestado con el ‘age de invorienes privads novteamesicenes a el exterior, que — 143 — ‘nigrsban por ! atractivo de mayores tas, creaba un acuciante probleana pare el largo plaz0. ‘No tan largo. Com el elza de Ins tasas de interés on los Estados Unidos en 1928, pare cevertirel boon especvlativo en ese pas, la diroccidn de este flujode cepitales 9 invierte, lernados ahore por Tas ms aractivas tases dle tomo que prometfa ese meccedo, &

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