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Jerome S. Sut elatle Manual de re para ¢ psicdlogos Pmrit=te (exes) Ov ali-tana— cel) e trabajadores sociales e pedagogos e maestros {indice de contenido Agradecimientos 5 Prefacio 9 Prologo 13 PARTE I, CONCEPTOS BASICOS Cap. 1. Introduccion 19 Cap, 2. Principio del analisis conductual 41 Cap, 3. Principio de la medicién de la conducta 47 PARTE Il, PRINCIPIOS PARA INCREMENTAR LA CONDUCTA Cap. 4. Principio del reforzamiento positivo 57 Cap. 5. Principio del reforzamiento negativo 63 Cap. 6. Principio del moldeamiento 67 Cap, 7. Principio de programas de reforzamiento B Cap. 8. Principio del reforzamiento social 77 Cap. 9. Principio de generalizacion 83 Cap. 10. Principio de Premack 87 Cap, 11. Principio de entrenamiento asertivo 91 PARTE Ill, PRINCIPIOS PARA DECREMENTAR LA CONDUCTA Cap. 12. Principio del castigo 1: estimulaci6n aversiva 99 Cap. 13. Principio del castigo 2: tiempo-fuera 103 Cap. 14. Principio del castigo 3: costo de respuesta 109 Cap. 15. Principio de extincion 113 Cap. 16, Principio del contracondicionamiento 119 Cap. 17. Principio de la practica negativa 125 Prefacio Virtualmente todo graduado de preparatoria se enorgullece a si mismo por poseer una habilidad instintiva para conocer y entender algo acerca de las personas y de aquello que los motiva. En el apogeo de la era freudiana también se acept6 que en este proceso la mayor parte de las personas eran aficionadas, y que para apreciar las profun- das complejidades del funcionamiento humano era necesario tener una comprension cabal de las fuerzas inconscientes, que tan sdlo podria conocer el experto y el especialista con entrenamiento psicodinamico. Incluso el mas sofisticado teérico freudiano supo cual era su puesto y dej6 la mistica en toda su gloria al psicoterapeuta o psicoanalista pro- fesional. El avance relativamente reciente de la terapia conductual —un tér- mino que utilizamos aqui en forma mds o menos sinonima con el de modificacion de conducta— produjo cambios radicales en este modo de pensar. Los principios de interaccién humana ya no recaye- ron mas en el dominio del especialista en psicologia profunda. En aquellos primeros y felices dias de la terapia conductual, hace menos de una década y media, el cambio se produjo hacia el otro extremo. Todo se volvié simple, estereotipado, con poco espacio para los “si”, los “pero” y la equivocacion. Es el destino irénico de todos los rebel- des el terminar fundando sus propias ortodoxias; y estos primeros te- rapeutas de la conducta no fueron una excepcidn al rebelarse contra la ortodoxia del pensamiento psicodindmico tradicional. En la década de los 30, J.B. Watson intent6, de un modo grandi- locuente, cambiar la imagen de la psicologia americana y solucionar las habituales enfermedades sociales y econdmicas de la especie hu- 9 10 PREFACIO esterrar toda forma de introspeccién i mare oe ere aun estado de inexistencia angie de deseo! A finales de los 50 y comienzos de los 60, ciertog paete tas de la conducta, igualmente ingenuos e Impetuosos, Siguieroe cambio similar. En ambas eras las Teacciones del piiblicg en ge = Un de sus ms sofisticados colegas en las profesiones Telacionadas a salud mental fueron resueltamente adversas, Ona Resultan asombrosas las similitudes entre el aspecto de] clima la terapia conductual de finales de los 50 y comienzo de log 60 era de J.B. Watson. Ambas se caracterizaron por la Sobresimplificacign pontificacion, intolerancia, terminologia mecanicista, €vangelismo ferviente y generalizaciones precariamente fundamentadas, Por un lado, se negaron o se consideraron como irrelevantes las fuerzas endo. genas, asi como las determinantes extrapsicolégicas. Hubo una creencia optimista completamente extraordinaria cuando se le considera con la conveniente retrospectiva de la década de los 70— que consideré que todo lo que era necesario para transformar al mundo, tipificado por distinguidos escritores, como Aldous Huxley, H. G. Wells e incluso el mismo B.F. Skinner, era un conocimiento practico de los simples principios del condicionamiento clasico y operante. Se otorg6 poca © ninguna importancia a unidades familiares, organizaciones sociales, a problemas sociales y éticos, y a contribuciones de disciplinas o datos derivados de otras escuelas de Pensamiento. La vida era engafiosa- mente simple y directa, sin ninguna raz6n o lugar para la duda, com- Plicacién, segundos pensamientos 0 cualquier cosa que vaya mds alld de los claros confines del simple paradigma E. R. : Hoy la situaci6n es diferente, aunque todavia no mucho. La terapia ual esta viva, bien, y en todas partes se manifiesta intensa- mente vigorosa; pero todavia abunda la sobresimplificacion y el entu- Siasmo que podria considerarse enfermizo, Tiende a atraer a aquellos que buscan caminos aparentemente faciles hacia la fama y la fortuna a ra comprensi6n de lo que es en absoluto la terapia de Ia condut iheteea individuos la terapia de la conducta es poco mas aoa Bs apliced a unas pocas técnicas rapidamente adquiridas que rs del entrenamiento eaumente Por cualquiera, independientemen® an eufemismo, « me ‘4 orientacién. Tales individuos se a ae tres ances . tae acaso Corresponde alguno en institutos Oe terapia ene pe como especialistas en entrenamiento Be le Tetroalimentaci at S mpresas, reducci6n de la ansiedad, ne oa Presrios conductuales, eet otra cosa que puedan so me ciante fa simple Utilizaci6, a Suposicion consiste en creer que M casi todas las en| nc, tales procedimientos puedan corregitse ae to “tmedades del mundo, yendo desde el condicionamie™ PREFACIO. 11 alfa para la eliminacién del acné y la tension mental, hasta la resolu- cién de las tensiones irracionales o los problemas de polucién y con- trol de aseo mediante economia de fichas. Por lo tanto, no debe causar asombro que el piiblico profano y el profesional no-conductual reaccione con disgusto y rechazo. Aque- llos que enfatizan la tecnologia —y a menudo, sin mas, la seudotec- nologia antes que la comprensi6n, y el proceso mecdnico antes que la libertad y la dignidad humana, a veces resultan los mas vociferantes entre nuestras filas, incluso aunque no representen a la mayoria. Estos individuos, que no son cientificos conductuales bien entrena- dos ni clinicos sensitivos, estén prestos a publicar, trabajar o dar con- ferencias publicas sin el minimo de cuidado, e incluso sin reflexionar acerca de las consecuencias. Afortunadamente no todo es tan desconsolador como podria suge- tir este cuadro. Por el lado positivo se encuentran las actividades de la mayoria, cauta, responsable y bien entrenada, tanto de cientificos conductuales como clinicos. La terapia conductual es mucho mas que un paquete de sorpresas, o que la practica de unos pocos procedimien- tos conductuales. Un vendedor de técnicas no hace lo que un terapeuta conductual. La terapia conductual es una prescripcion metodolégi- ca antes que una escuela de pensamiento. El rasgo distintivo de esta metodologia es un anilisis objetivo y sistematico —algo que los psi- coanalistas parecen desdefiar— seguido de una intervencién contro- lada en el curso de un proceso de evaluacién y explicacion continua. En 1976 se cumplié el 300 aniversario de uno de los mas importantes aforismos en la historia de la ciencia y la cultura. El 18 de febrero de 1676, Sir Isaac Newton establecid: “Si he podido ver tan lejos es por- que me encontraba parado sobre los hombros de gigantes”. Esto no solo se aplica a las ciencias naturales, sino también a la expansion del conocimiento en cualquier 4rea del aprendizaje. Tal vez la principal diferencia en el caso de la terapia conductual es que muy dificilmente el gigante sea —si es que alguna vez sucede— producto de algin indi- viduo aislado o alguna ruptura. El gigante es aquel deposito de unida- des de informacion esmeradamente acumuladas y ensambladas por un conjunto de cientificos de la conducta que pavimentan el camino para cualquier investigador posterior. Pionero entre los activos cientificos conductuales se encuentra el doctor Jerry Stumphauzer, un dedicado investigador clinico que co- noce bien tales adelantos, muchos de ellos paquetes de programas engafiosamente seductores e innovaciones técnicas que operan prin- cipaimente en niveles irreales y que constituyen la marcada antitesis de lo que es la terapia conductual contemporanea. El terapeuta conductual competente de la década de los 70, es cauto, discreto, 12 pREFaciO interesado en el andlisis de los datos antes que de la Psique, Y abierto a las hipotesis alternativas y al reconocimiento de las limitaciones de aquello que estd tratando de lograr. : on Esta nueva y modesta obra del doctor Stumphauzer elemplifica lo mejor de esta tradicion. Sus metas son modestas y claramente delinea. das: presentar la terapia conductual dentro de la perspectiva de] cien- tifico conductual; inculcar al lector un saludable respeto tanto por sus €xitos como por sus limitaciones; ofrecer una clara referencia de los principios de terapia conductual y de sus aplicaciones, Pero lo més importante todavia, es que la estructura del mismo libro se Predica sobre los principios de la modificacién de conducta. Se hace hincapi¢ en el modelamiento, la retroalimentaci6n y el aprendizaje activo; se es- pera que el lector sea un participante activo al experimentar aquello que significa disefiar e implementar algin programa conductual de su eleccién. La instruccién formal, la lectura adicional y la oportuni- dad de discutir e interactuar con un terapeuta conductual experimen- tado aumentarian atin mas el valor de esta experiencia de entrena- miento. Lo anterior no significa que este libro deba usarse tan sdlo de la manera anteriormente descrita; si asi se lo planea, podria quedar slo como una introduccién a la terapia de la conducta. Podria proveer una vision panoramica de aquello que los terapeutas de la conducta esperan hacer y, en consecuencia, ofrecer una mayor apreciacion y miento doctoral apropiado. Este es uno de los POCcos textos bdsicos que brindan estas oportuni- dades en forma concisa, clara y amena de leer, Desde luego que no habria esperado algo menos de un individuo como el doctor Jerome pee yun ieee cientifico conductual, un clinico com- \ in ser humano empatico. Des, és " en que este libro logre alcanzar sus metas d Saeco moan 4 1 lector, se aplique al mismo, €penderd de cudnto usted, ¢! Cyrit M. Franks, PH. D. Prélogo PROPOSITO Al comenzar a aprender y luego ensefiar terapia y modificacion de conducta, hace ya varios afios, he quedado sorprendido por la mencién repetida de los “principios” de modificacion de conducta, pero jamds por haber visto una lista o una presentacién breve y clara de tales principios. Pensé que una lista semejante seria especialmente util para el estudiante iniciado en modificacion de conducta, por lo que en 1971 comencé a compilar una. Aunque una lista de principios ha sido util como clave para aprender terapia y modificacién de con- ducta, por si sola no era suficiente. Pese al hecho de que hay numerosas introducciones a la modificacion de conducta, crei que estos princi- pios no estaban disponibles a los estudiantes e instructores en un texto conciso, y me propuse esto como objetivo. En el presente volumen he dado: 1. la perspectiva de los principios al incluir una introduccién a la historia y a los conceptos; 2. el afiadido de un programa para en- sefiar cada principio; 3. un modelo de la aplicacion de cada principio tanto con nifios como con adultos; y 4. la oportunidad de que el lector o el estudiante practiquen utilizando cada principio. La intencién ha sido proporcionar un libro que sea muy conciso y breve (el tiempo requerido para trabajar sobre el libro habitualmen- te varia entre dos y seis horas). La intencién es que quede por si mismo como una introduccién o un manual de entrenamiento que pueda ser utilizado en clase, en discusiones 0 practicas, y que posible- mente pueda ser empleado junto con otro texto, otras lecturas, 0 Practicas supervisadas. 13 14 AUDIENCIA Esta obra est dirigida a una amplia varie See di d dad de lectop, diantes universitarios, aprendices de talleres, Maestros. ~esty consejeros y terapeutas que buscan una introduce enfermen? estros, ents, 16n basicg (Me, ACION de ¢o Un nual de referencias de los principios de modific; ma. Nut a. AL ESTUDIANTE Al comenzar a aprender modificacién de conducta encon; este libro una guia Util para “establecer sOlidamente” los mas importantes del campo, a la vez que las secciones d “conceptos”, importantes para obtener Perspectiva. Encontrargg ta bién, que estos mismos principios son la clave para comenzar a ey, tender, y posteriormente, cambiar, la conducta. El leer este libro 9 aprender los principios bdsicos no te convertird en un terapeuta conductual, pero s{ puede ofrecerte una base sélida Para aprender te. rapia conductual, especialmente en conjuncién con otras lecturas, practica y supervision. trards en eee tnCipios e “historia” AL APRENDIZ Es muy probable que el tiempo de que dispones para estudiar y aprender nuevos enfoques sea muy limitado, y que éste probablemente incluya el tiempo que dediques para aprender modificacion de con- ducta. Encontrards que este libro requiere poco de tu tiempo, y te in- volucra activamente en el aprendizaje de principios practicos ‘para cambiar la conducta, Se hizo un esfuerzo para que estos principios resultasen “reales” para ti. A muchos de ellos les encontrards utilidad en forma inmediata, y seran fundamentales para un entrenamiento Posterior en modificacion de conducta. Este libro se desarroll6, en i te, para responder a las necesidades y sugerencias de los aprendicn asimilaron estos Principios a partir de un antiguo borrador del libro. AL MAESTRO, CONSEJERO O TERAPEUTA : ie ee ean naesto, consejero o terapeuta, encontrards en beh pri mer apr Buia de estudio, un libro de referencias ¢ “ideas” P: sonduct Y su apt zaie de los principios basicos de modificacion de con a Plicacion posterior en tu trabajo cotidiano. Muchos de '° PROLOGO 15 plos provienen de aulas y casos clinicos; sin embargo, esto no pretende ser un “libro de cocina”, por lo que seran necesarios estudios y super- vision adicionales. AL INSTRUCTOR O ENTRENADOR Encontrards en este libro medios particularmente atiles para ense- fiar, en poco tiempo, los principios basicos de modificacién de con- ducta, También podrfas usarlo, si asi lo deseas, juntamente con otro texto o serie de lecturas, observaciones, discusiones y practicas super- visadas. Los ejemplos de cada principio fueron elegidos, en parte, de- bido a su facil acceso en la mayorfa de las bibliotecas universitarias 0 librerias de psicologia; tal vez te gustaria obtener algunos de los ar- ticulos completos para utilizarlos como lecturas. Aunque actualmente existen numerosas introducciones voluminosas a la modificacion de conducta, encontrards que éste es un modo eco- nomico y poco usual de ensefiar estos fundamentos. Puedes, si asi lo quieres, cambiar el orden de presentaci6n o utilizar solamente aquellos principios que encajan en tu curso particular o programa de entrena- miento. El libro puede servir como texto o texto suplementario en cualquier curso que trate de modificacion de conducta (en psicologia, psiquiatria, enfermerfa, educacién, trabajo social, etc.). El libro ha sido utilizado exitosamente como un manual de entre- namiento basico en una comunidad de trabajadores paraprofesionales (Teicher, Sinay y Stumphauzer, 1976; véase introduccién), con oficia- les de carceles para menores infractores (Burkhart, Behles y Stum- phauzer, 1976; véase introduccion) y con personal en el drea de la salud mental (Stumphauzer y Davis, 1983), con un formato de entre- namiento de, bésicamente, un “capitulo por semana”. Los instructores y aquellos que realizan entrenamiento encontrardn que los ejercicios denominados Hoja de practica también sirven como tarea, los cua- les pueden ensayarse en detalle o tenerse como buenos puntos de par- tida para pequefias discusiones de grupo. ACERCA DEL AUTOR El doctor Jerome Stumphauzer es un profesor asociado clinico de psicologia y psiquiatria clinica en la Universidad del Sur de California (USC), Escuela de Medicina, donde realiza entrenamiento e investiga- cién en modificacién de conducta en una amplia variedad de proble- mas, desde delincuencia, autismo y abuso de drogas, hasta prevencién 16 PROLOGO Graduado en la Universidad d el E; Stado de hauzer ha editado Behavior Terapia conductual con delincuentes) y Prone? With th Delinquents (Progresos en terapia con: i in Beha. nan ha publicado una amplia ae con it ento y tratamiento, d edad aD area Daily Behavior Card cae dos on yi : udio cassette”: Six Technic COtidian, Delinquent Behavior (Seis técnicas de ae a Modifying n de la cond ucta delincuente). comunitario. y cambio doctor Stump Florida. el Delinquents ( vior Therapy Wl delincuentes, 1979). A‘ articulos sobre entrena: Parte | Conceptos bdsicos 1 Introduccion En general, la modificacion de conducta o terapia conductual puede ser definida como Ja aplicacin sistemdtica de los principios psicol6- gicos del aprendizaje en la modificacion de la conducta humana (Wol- pe, 1973, 1976a; Stumphauzer, 1973; Rimm y Masters, 1974). A esta 4rea se le han dado diversos nombres: modificacion de conducta, te- rapia conductual, terapia de condicionamiento, etc. El término “tera- pia conductual” parece haber sido acufiado independientemente por Skinner-y Lindsley (1954), Lazarus (1958) y Eysenck (1959). Los estadounidenses parecen haber preferido el titulo de “modificacion de conducta” en las:décadas de los 50 y 60, especialmente en referen- cia a los enfoques de tipo skinnerianos (Krasner y Ullmann, 1965; Ullmann y Krasner, 1965). Este libro aceptaré la practica mas reciente de utilizar intercambiablemente los términos “modificacion de con- ducta” y “terapia conductual”. En los ultimos 20 afios la modificacion de conducta ha experimen- tado un crecimiento gigantesco. Esto es cierto al menos por tres im- portantes razones. Primera, la modi icacion de conducta ha demostra- do ser efectiva y econémica en una amplia variedad de sitios, desde las aulas escolares hasta los hospitales mentales y la comunidad. Segun- da, ha habido un gradual desencanto con las psicoterapias tradiciona- les, los programas comunitarios y los sistemas educacionales. Tercera, y debido al disefio que emplean, la modificacion de conducta puede demostrar claramente relaciones de causa-efecto, y esto es exigido consistentemente por las instituciones que demandan ‘“‘claridad” y ‘costo efectivo”. Los principios de modificacion de conducta se aplican actualmente en forma amplia en escuelas, hospitales, prisiones, clinicas y programas 19 20 PARTE |, CONCEPTOS BASICOS itarios. El campo ha crecido tanto que un artic Se ipo aungue el trabajo de Krasner (197) 00 be teri, cion. Para el estudiante mis avanzado existen dos text profundos: Principles of Behavior Modification, de Bang y Learning Foundations of Behavior Therapy ‘de Kan 1259), (1970). También se recomiendan los manuales clinicos de rillins (1973, 1976c) y las series del Annual Review of Behavior Th Olpe de Franks y Wilson (1973-1982). Del mismo modo pueden onerany muchos otros textos generales y limitados a topicos Patticy, erse Incluso es posible obtener una introduccién en formato a lates, cémicas” (Malott y Hartlep, 1972). tira: Se ensefia gran cantidad de principios y técnicas que tienen am, Li uso, Aunque en los tiltimos afios se han publicado numerosog libro. manuales y casos de estudio, en ninguna parte los Principios bisicoy aparecen especificamente ‘“‘deletreados” (como tales) de modo claro, muy breve y en forma de instruccién programada dirigida al estudiante recién iniciado o al practicante. Tal es la meta de este libro, Antes de comenzar paso a paso las instrucciones de como usar este libro al aprender los principios de modificacién de conducta, se discuti- rn dos topicos. Primero, para tener una Perspectiva de estos principios, es necesaria una revision histérica del movimiento de modificacion de conducta. Segundo, es importante una discusién critica de los asun- tos éticos y legales como un modo de orientarte hacia algunas de las controversias con que actualmente se enfrenta la modificacion de conducta. HISTORIA DE LA MODIFICACION DE CONDUCTA En los escritos antiguos hay muchas referencias de lo que actual mente denominarfamos modificacién de conducta, desde la discusion de Plinio el Viejo sobre como detener el alcoholismo al crear una aver sion a la bebida, hasta Socrates, quien explica que los hombres hacen cosas placenteras y evitan las experiencias dolorosas. Pero esto es MO- dificacion de conducta en retrospectiva: denominar actividades histo Teas con modernos Principios de aprendizaje que parecen haber sl i usados de modo inadvertido, Posteriormente el tratamiento se bas oe en la ciencia del aprendizaje. oe mento mienzo de la terapia conductal puede situarse en Ei a una penton del fisiologo ruso Ivan Pavlov. Franks (196 Paes tudios clasin on, Completa de la importancia de este trabajo. L are as vaste Pov (1927, 1928) sobre los reflejos condie do: i se sus Sy las variables due lo controlan, fueron el terreno fértil par CAP.1.INTRODUCCION = Zé} posteriores especulaciones sobre la parte desempefiada por el condi cionamiento en la conducta humana anormal (1932, 1941), y mucho mas tarde para la aplicacion clinica de sus hallazgos, por parte de otros. En América, Thorndike (1913) encabezO nuevos estudios acerca de resolucion de problemas y aprendizaje. Su /ey del efecto —la con- ducta se aprende en funcién de su efecto— permanece como un hito. Sin embargo, fue el trabajo y la personalidad de John B. Watson lo que finalmente logro una amplia atencion. Su libro Behaviorism (1924), con una posicion radical (en ese entonces) sobre la condicion humana, establecié una direccién que en gran medida los psicdlogos estadounidenses todavia continuan. Ademds, Watson y sus colegas hicieron contribuciones criticas a la terapia conductual en sus prime- ros estudios. Watson y Rayner (1920) demostraron dramaticamente el aprendizaje del miedo en un nifio. Se adjudica a Mary Cover Jones (1924), estudiante y colaboradora de Watson, la primera aplicacion verdadera de la terapia conductual. Basandose en el trabajo de Watson, empleo su modelo de cémo se aprendia el miedo al tratar a Peter, un joven que padecia miedo a los animales. En otra aplicacion anterior de terapia conductual, Mowrer y Mowrer (1938) desarrollaron una téc- nica para tratar enuresis (colocando un circuito eléctrico-en una almohadilla debajo del nifo, el ‘cual al humeceder la cama activaba un timbre); dicha técnica todavia es ampliamente utilizada. En los siguientes 20 y 30 afios se produjo lo que parece haber sido una curiosa laguna en el desarrollo de la modificacion de conducta. Franks (1969) explica razonablemente este periodo de inactividad con el siguiente razonamiento. Primero, el psicoanilisis fue creciendo continuamente y se convirtio en el centro de atencion para la comu- nidad terapéutica que estaba dominada en gran medida por la psiquia- tria, Segundo, no hubo nadie que practicase la terapia conductual. Watson, Jones y Mowrer fueron principalmente psicdlogos académicos. No habia psicélogos clinicos tal como los conocemos hoy. No habia nadie que comprendiese suficientemente los procesos psicologicos de aprendizaje, a la vez que intentase aplicar directamente este conoci- miento en la practica clinica. Sin embargo, durante este periodo le sucedid algo criticoa la terapia conductual. Los psicologos académicos estaban desarrollando lo que habria de Hamarse teorias del aprendiza- je. Cuidadosamente se desarrollaron experimentos criticos y teorias resultantes que proveian una explicacion cientifica de la conducta, basada en la investigacion controlada, y se construyeron los principios del aprendizaje para que los ampliaran posteriores investigadores y para que los aplicasen clinicamente terapeutas conductuales. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la mitad de la 22 PARTE I. CONCEPTOS BASICOS década de los 50, hubo un cambio Profundo en el cam, quiatria y, especialmente, en la Psicologia clinica, Se abrice, dey a lugares nuevos de entrenamiento y trabajo para los psicgign "hoy los hospitales de la administracion de veteranos), 4 Pesan si psicologos estaban en Posiciones subordinadas q la de Ios Si comenzaron a cuestionar criticamente los fundamentos, supecitts, amplitud de la aplicabilidad del enfoque Psiquiatrico en gener hy Practica psicoanalitica en particular (Yates, 1970). By concepy 2 enfermedad mental, aunque quizd congruente con la form , ° de dica, no parecié ser capaz de dar cuenta nj de comprender adecuady, mente los problemas Propios de la vida o de ayudar a Jas persona” superarse (Szasz, 1961, ha sido el vocero y critico elocuente de “nite de la enfermedad mental”). Los psicdlogos formados en la investigacion comenzaron a analizar el diagnéstico Psiquitrico y hallaron evidencias negativas en cuanto g su confiabilidad y validez. Mas importante aun: iComenzaron a de. mostrar que la Psicoterapia no era mds efectiva que la ausencia com- pleta de tratamiento, 0 que, incluso, resultaba negativa (Eysenck, 1952)! El tratamiento Psicodindmico, desarrollado a partir del trabajo de Freud, fundamentado €n constructos mentales hipotéticos (p. ej. id, ego, superego), sus formulaciones especulativas a partir de casos ticos en los términos Cientificos del aprendizaje, pero su trabajo bee Solo produjo una confusion adicional de la practica clinica que Mire via se basaba en la teorizacion no cientifica. E] antiguo libro Si cional Reflex Therapy (Terapia del reflejo condicionado) de es (1941), debido a su utilizacion més directa de los principios As dicionamiento Pavloviano para entender y tratar pacientes, se mucho a lo que habria de ser la terapia de la conducta. en tes de la década de los 50, tres desarrollos Sal Ib artes del mundo, condujeron simulténeament’ no oder ia conductual, Es importante entender que se los fe oniginé de una sola fuente, lo cual ayuda a explicar algunos Unidos: Omens que se discutirén posteriormente. En los Estados os FB. Skinner (1938, 1953) tuvo un profundo efecto en la ponte) ' dnvestigacion sobre aprendizaje (condicionamiento OPE" Método de clarificacién, demostrando relaciones de ca a) ¥ : Creanismos individuales (analisis experimental de 1a Cont vero ™plia gama de trabajo de sus prolificos estudiantes, Com CAP.|.INTRODUCCION 23, Jos métodos de comprender y cambiar la conducta que fueron for- mando una base de principios establecidos. En su primera novela Walden IT (1948), Skinner sugirié que una sociedad “feliz” podria basarse en la utilizacion de la comprension cientifica de la conducta. A finales de la década de los 50, los psicé- logos comenzaron a intentar justamente esto, primero con pacientes hospitalizados (Lindsley y Skinner, 1954: Ferster y DeMyer, 1961), y posteriormente en programas educacionales (Baer y Wolf, 1968). Ayllon y Azrin (1965, 1968) comenzaron una serie de experimentos en un hospital psiquiatrico estatal, desarrollando una “economia de fichas” donde los principios del aprendizaje se aplicaron directamente en un ambiente programado para pacientes hospitalizados. En Amé- rica, otros pioneros comenzaron a aplicar los principios del aprendizaje en muchas clinicas y sitios educacionales diferentes; a este nuevo en- foque lo llamaron modificacion de conducta. En Sudafrica, Joseph Wolpe (1952) demostré experimentalmente que los tipos de conducta en los animales eran en realidad debidos a conductas aprendidas (tarea también emprendida por Masserman, 1943). Wolpe razond que también la ansiedad neurotica y el miedo eran aprendidos en los humanos, y en consecuencia, deberian utilizarse los principios del aprendizaje en el tratamiento. En su principal obra Psychotherapy by Reciprocal Inhibition (Psicoterapia mediante inhi- bicion reciproca, 1958), desarrollo mas su tesis con el apoyo de casos clinicos y datos cientificos (véase capitulo 16). En forma independiente, un grupo de investigadores clinicos del Institute of Psychiatry del Maudsley Hospital, encabezados por Hans J. Eysenck y Michael B. Shapiro, también contribuyeron para el re- ciente desarrollo de la terapia conductual. Por una parte realizaron investigaciones que resultaron severamente criticas de la psicoterapia tradicional (Eysenck, 1952); por otra parte comenzaron a utilizar el aprendizaje de un modo experimental en casos de terapia individual, es decir, demostrando y verificando relaciones de causa y efecto (Yates, 1970). El primer trabajo del grupo briténico culmin6 en el desarrollo de la primera revista dedicada exclusivamente a esta area: Behavior Research and Therapy (1963), con Eysenck como director. La década de los 60 presencié una proliferacion de la modificacion de conducta, Hubo una explosién de escritos acerca del tema, con ar- ticulos y libros que se incrementaban raépidamente (Ernst, 1971). Las primeras presentaciones tomaron la forma de casos de estudio indivi- duales en los que se demostraban los principios basicos con cualesquier tipo de paciente y conducta concebible. Patterson (1971a) ha deno- minado a este periodo la “fase de la gran parranda” en el desarrollo de la terapia conductual, y demandé criticamente su fin, ya que no 24 PARTE! CONCEPTOS BASICOS pia duda alguna de que tales principios “funcionaban” habia ci ome "Lg itaba, insistio, eran evaluaciones mis criticas ae ort a : i en forma amplia, 0 de una investigacion sistematicg : 4 ¢ cados da hacia un progreso acumulativo, En 1969 ) ie yunta 3 la : plazo, ap’ que una “era experimental” semejante ya doe A Cg. Paul encontrd forma exitosa. : el la década de los 60, la terapia conductual demostrs « efectividad en una amplia variedad de poblaciones y condy aplicacion especialmente fructifera ha tenido lugar en el campo ge la educacion (Baer y Wolf, 1968). Otras areas de aplicacién son log hospi. tales psiquidtricos que emplean la economia de fichas (Ayllon Y Aztin 1968; Kazdin y Bootzin, 1972), la enfermeria psiquidtrica (Schaefer y Martin, 1969), las técnicas de terapia conductual (Franks, 1974 Ullmann y Krasner, 1965; Wolpe y Lazarus, 1966), y la investigacign en terapia conductual (Krasner y Ullmann, 1965; Franks, 1969), Igualmente en la década de los 60 Albert Bandura condujo nuestra atencién hacia el aprendizaje social, la importancia de la exposicidn a modelos, y el aprendizaje por imitacion (1962, 1969, 1975). Lazarus (1968) se apart de lo que era la tradicion en ese entonces y opt por una posicién de “amplio espectro” o terapia conductual “multimodal”, en la que cualquier técnica que originaba una mejoria en la conducta puede y debe usarse. Wolpe (1969) objet6 duramente esta clase “no cientifica” de terapia conductual; y ambos investigadores permanecen inflexibles hasta la fecha (Lazarus, 1971; Wolpe, 1973, 1976). En 1968, el Journal of Applied Behavior Analysis hizo su aparicion como el portaestandarte del enfoque skinneriano a los problemas “aplicados”, El articulo clasico de Baer, Wolf y Risley (1968), defi- nié las dimensiones de la modificacion de conducta americana siguien- do el andlisis experimental de la conducta, de Skinner. Durante este Periodo la educacion de los psicdlogos, y posteriormente de los ps! quiatras, comenz6 a incluir, e incluso en algunos casos a ser dominada, a la modificacion de conducta o enfoque de terapia conductu descripeing mamente Psychology Today, Noviembre 1972, para Ui décad, 4 n del quién” y el “donde” de la terapia conductual en 4 de los 60 y comienzos de los 70). cio actificacién de conducta se bas6 légicamente mis en la forms ind6 a log wyco SH nfasis dual en el aprendizaje y la investiga Que fue sure] ew OlESS Una identidad y pericia muy distinta i (Yates, 1979) Brio 8 “seudopsiquiatras” y “tomadores de prueba” ‘oque Psicodinamice Periodo continuaron los conflictos entre °" Ramicos opinaron <)>; eMfoque conductual. Los tedricos PsiCe ‘sintomas” (cong, duc |@ tentativa ingenua de tratar simplemente © ‘Onductas) a la vez que se ignoraban las tal UL Cas. Ung CAP.1,INTRODUCCION 25 nas no conducirfa a un cambio ulterior 0, al menos, conduciria nece- sariamente a una “sustitucién del sintoma”. La produccién literaria de aquellos afios no apoyo ninguna consideracion respecto de la sus- titucion de conductas 0 resultados temporales. También este periodo contemplé diversos intentos fracasados de unir el psicoanilisis y la te- rapia conductual, por lo que la separacion continta (Wolpe, 1976b). Hasta ahora, tanto la década de los 70 como la de los 80 han pro- porcionado, durante su desarrollo, éxitos y nuevos problemas criticos. La modificacion de conducta se ha incrementado en extension e im- pacto, pero también se ha enfrentado a cuestiones éticas y legales que posteriormente se expondraén con mayor detalle. Se han desarrollado dos organizaciones internacionales para los terapeutas conductuales. Ellas son: Association for ‘Advancement of Behavior Therapy (junta- mente con su revista Behavior Therapy) y Behavior Therapy and Re- search Society. Otras revistas conductuales han aparecido: Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry; Behavior Modifica- tion; Revista mexicana de andlisis de la conducta; the Behavior The- rapist; Behavioral Medicine y Child and Family Behavior Therapy. La Asociacion Psiquidtrica Americana designé a un panel de ex- pertos para estudiar la terapia conductual y su contribucion potencial a la psiquiatria. Concluyeron que los principios de la terapia conduc- tual... “indiscutiblemente tienen ahora mucho que ofrecer a los cli- nicos formados en el servicio clinico moderno y en la psiquiatria social” (Birk ef al., 1973, pag. 64). Esta aceptacion mas 0 menos “ofi- cial” de la Asociacion Psiquidtrica Americana puede ser el comienzo del fin de la division psicologia-psiquiatria en torno a la terapia con- ductual. En la década de los 70, asi como en la de los 80, la modificacion de conducta ha tomado numerosas “direcciones nuevas”. Krasner (1971) sugiere que la investigacion futura de la terapia conductual “estard dirigida tanto dentro del organismo, al relacionar el funciona- miento autonomo y neuroldgico con el proceso de cambio de conduc- ta, como fuera de él al relacionarlo con las miltiples variables del medio social” (pag. 518). En cierta medida éste ya es el caso. La re- troalimentacién, el control del aprendizaje visceral mediante procedi- mientos de condicionamiento, est4 recibiendo actualmente una mayor atencion (Miller, 1969, 1972). Este “ir adentro” también ha incluido la modificacién de procesos cognoscitivos. Un ejemplo lo constituye la terapia de modificacion de conducta cognoscitiva de Meichenbaum (1971, 1973, 1975). También est4 siendo extendido el modelo con- ductual de terapia racional-emotiva de Ellis (1962) (Goldfried, De- centeceo y Weinberg, 1974). Ha habido una mayor atencién por parte de la literatura a las cuestiones ecoldgicas (Clark, Burgess y Hendee, 26 PARTIC CON nett tendencia hacia amplios programas de oe hauzer, 1976; Stumphauzer, Aiken y Velo, Apidos progresos de esta “era electronica” : nte y de la conducta se hace con Mayor Contr) TADide, lez 1972), y una nitaria (Stump! Debido a e ve e ico de la fecinitzgsbel y Schwitzgebel, 1973). i Actualmente se ensefa en forma amplia la terapia conductuay psicdlogos, psiquiatras, no profesionales ys cada vez mas, a in tros que estan utilizando economia de fichas” e “ingenieria de cee con sus alumnos (O'Leary y O'Leary, 1972). La terapia conduct, ha seguido creciendo en el occidente de Europa y en América Lati a Existe un programa de maestria en modificacién de conducta sts UNAM, ENEP Iztacala, México, desde 1978. Los avances han Side ampliamente documentados en trabajos hechos con retardados (Neis worth y Smith, 1973). La terapia conductual ha sido utilizada €Xito- samente con criminales y delincuentes en instituciones, Clinicas y en la comunidad (Stumphauzer, 1973, 1976, 1979). Las dos obras de Skinner (1971, 1974) han establecido una estra- tegia conductual adicional que puede posibilitarle al hombre manejar su propio destino. La modificacion de conduta ha sido Popularizada mediante revistas, como Psychology Today; en libros para padres (Pa- tterson, 1971b, Becker, 1971), en centros donde se controla el peso y el habito del cigarrillo y en los “‘mass media” (medios masivos de comunicacién) en general. Sin embargo no siempre han sido “buenas noticias”. Algunos de los abusos de la terapia conductual, especial- mente en instituciones, han sido ampliamente publicados juntamente con una “mala propaganda”. Los terapeutas conductuales, en forma individual y colectiva, estén observando actualmente las consecuencias a las que se enfrentan, y por esa raz6n volveremos sobre ellos en una discusion més detallada. El éxito y curso futuro de la terapia conduc- tual dependerd en gran medida de como se manejen estos hechos. CONCEPTOS DE LA MODIFICACION DE CONDUCTA El uso ético del poder siempre es un problema, Actualment? !0s Leora due se ofrecen en esta obra son practicados con amplitu i ioe poderosos: funcionan. La fuerza de estos prin aes ee deliberado de su aplicacion, han originado Pea ins trumentos didos y problemas. Los principios en si mismos 5 con las aplicaciones eee 7 iene los problemas surgen en relaci ‘; ras y legales. plia 7 Sack Y abusos de la modific: Pablica atencion, Complica iben una a i6n de conduta reciben Jos i iones adicionales surge" CAP.1.INTRODUCCIGN 27 tentos de regulacion legal (Martin, 1975). La siguiente es una lista de problemas a los que se enfrentan actualmente los que practican la modificacion de conducta, juntamente con una breve exposicion de cada uno de ellos y referencias para una discusién més detallada. El que éstos sean problemas “vivientes”, no implica que ya estén firme- mente arraigados o que la lista sea completa. Naturaleza de la modificacion de conducta Un problema que se enfrenta en esta 4rea consiste en determinar claramente los limites y la naturaleza de la modificacion de conducta. jCudles son los aspectos claves en lo que ésta difiere respecto de otras terapias? jEn qué aspectos coinciden o se asemejan? Bachrach (1965) y Eysenck (1959) han enumerado lo que ellos consideran las principales semejanzas y diferencias entre terapia conductual y tera- pia psicodinémica. Otros estudiosos no distinguen claramente tales diferencias (Marmor, 1971; Shectman, 1975). Con ello se relaciona el problema, ya mencionado, de la terapia conductual de “amplio espectro” contra la “cientifica” (Lazarus, 1968; Wolpe, 1969, 1976b). Asimismo, jhay una terapia conductual, o hay terapias conductuales? Como se sefialé al hablar sobre la his- toria, la terapia conductual moderna se difundié a partir de tres fuen- tes: el grupo de Sudéfrica (Wolpe y Lazarus), el grupo britaénico (Eysenck y Shapiro), y el grupo americano (Skinner, sus colegas y estudiantes). En cierta medida han desarrollado terapias completa- mente diferentes, y sus trabajos a menudo han aparecido en revistas separadas, especialmente en el caso del enfoque skinneriano y el Jour- nal of Applied Behavior Analysis. Sin embargo, todos se denominan conductistas. Wolpe (1976a, 1976b) ha explorado criticamente lo que considera errores en este campo mediante cinco categorias de “malentendidos”: . aquellos que niegan los fundamentos mismos de la modificacion de conducta; — 2. aquellos que quieren una fusion con el psicoanilisis ; 3. aquellos que defienden técnicas “multimodales”’; 4. aquellos que ven enteramente a la terapia conductual como un cambio cognoscitivo; y, . : Pas aquellos que lo ven simplemente como una tecnologia de “ex: Posicion”. a 28 1 Manipulacion y contro a preocupaciOn, expresada my Estos conceptos See de Mfleacion de conducta otorga aa nudo, respecto de ae anipulacion para controlar a otras, que i. personas el poder oi en un sentido moral o ético. Skinner (I9sq manipulacion es ia o repetidamente que la manipulacion y ¢ an 1971, 1974) ha anes a la condicion humana, aunque utiles trol son aspectos in! ‘on del infante, en la educacion, en nuestro sist : (p. ¢j., en la ee relacion con la psicoterapia, Birk ef ai. (1973 ma politico, erate que una “terapia efectiva sin manipuiy ae in espeiismo que desaparece ante una mirada més atenty (pie. 46), Tal control y manipulacion, aunque ya inherente a nuestra sociedad, a menudo se aplica azarosamente con resultados dificiles de medir o predecir. En la modificacin de conducta la aplicacion de] control es totalmente directa e intencional, con efectos que se inten. ta hacer publicos. Es este aspecto —es el claro, efectivo y deliberado uso del control— lo que produce el hervidero. 4Quién debiera ser el que controla? Esta pregunta relacionada pue- de responderse al establecer que nuestro sistema politico y social ya ha asignado el control y asi lo seguird haciendo (p. ej.: a padres, a maestros, a ejecutantes de las leyes y a los individuos en relacion con su propia conducta). Como lo sefialo Smith (1973),! a menudo los Programas de modificacion de conducta comienzan con un nivel rela- tivamente alto de control externo, pero evolucionan hacia el propio Sea al parte del individuo de su medio ambiente y conducta. En » ¢l autocontrol de la conducta se ha desarrollado en aftos e- cientes como una importante tendenci i i6 : cia en la m¢ nducta, (véase capitulo 20; odificacion de co L Wat eae y Mahoney, 1974), atson y Tharp, 1972; Bishop, 1973; Thorensen Consentimiento Este e terapias, derado como una cuesti blecio que los Paciente: informados” Sobre tamiento que se ntos y ri " itr oft Y tiesgo, en el {8 del tratamiento } rece, y, ademé 80s involucrados Ss, de ser liby desistit ego de ,.~ S€t libres para acordar 0 de conduct, ce como un ore Sido informados. El consentimien"® tual yun ae . E ea Probablemente mejore i fist he et, para 7 7 } : cas. raun, 29 Procedimientos aversivos y castigo Este es un problema especialmente complicado al que se enfrentan los terapeutas conductuales. Las técnicas que emplean estimulos do- Jorosos han sido criticadas, sobre bases éticas y legales, tanto por inmo- rales como por ser “un castigo cruel e inusual”. Como se discutira posteriormente, dichos procedimientos se encuentran especialmente abiertos a la critica en casos de pacientes “cautivos”, prisioneros y estudiantes. Al tiempo que la investigacién sefiala que tales procedi- mientos funcionan, esta misma investigacion no determina las decisio- nes éticas, como cuando debieran utilizarse. El castigo y el reforzamiento negativo han sido dos de los pocos procedimientos efectivos para detener el comportamiento autodes- tructivo en los nifios “‘golpeadores de cabeza” y en el desarrollo de contactos iniciales con nifios autistas (Lovaas, Schaeffer y Simmons, 1965). Puede plantearse esta inquietante pregunta: jes ético o humano el no aliviar problemas tan severos incluso cuando se conocen métodos efectivos? ;Acaso nuestro sistema legal y correccional no se basa ya enteramente en el castigo sin consenso? (Brady, 1974). La tendencia en la modificacién de conducta esta dirigida hacia controles positivos de la conducta (Stumphauzer, 1973, 1976, 1979). A menudo se emplea el castigo para suprimir una conducta, y al mis- mo tiempo, implementar controles positivos para desarrollar una con- ducta deseable incompatible con la anterior (véase capitulo 12). El consenso aliviaria muchas de las preocupaciones respecto de las téc- nicas aversivas, empledndolas, al menos, como Ultimo recurso o en combinacion con otros medios positivos para desarrollar la conducta adaptativa. Por lo menos un estado (Minnesota) ya ha desarrollado una regulacion de la modificacion de conducta en sus hospitales esta- tales y, en efecto, ha excluido totalmente los programas de reforza- miento aversivo (Lucero, Vail y Scherber, 1968). Las representaciones erréneas de estos métodos por parte de los medios masivos de comu- nicacién hacen que el problema resulte aan més confuso (p. ej., la pelicula Naranja Mecdnica de Stanley Kubrick). Pacientes cautivos, estudiantes cautivos, prisioneros Este problema se relaciona con la aplicacién de los métodos de modi icacion de conducta a grupos “‘cautivos”’. Grupos “cautivos” sig- nifica conjuntos de personas que se encuentran obligados a formar Parte de programas a través de medios legales o casi legales. Buehler (1973) diferencia estos sistemas sociales “cerrados” de los sistemas 30 PARTE! CONCEPTOS BASICOS “abiertos” donde la asociacion es voluntaria, De abarca algo mds que la sola modificacién de tas cuestiones se ventilan habitualmente sociales problema ientras es! Pace sige haat de los pacientes” y “derechos de los prision, bién hay motivo de preocupaci6n por los “derechos de tes” (Lee y Jacobs, 1973). F ; Se ha criticado a la terapia conductual en hospitales, Prisiones yo cuelas, aduciendo que existen tratamientos sin consenso y tratamient i mediante coercion. Sin embargo tales criticas no alcanzan a reconce, que ya hay coercion y falta de consenso en casi todos los Programas tradicionales institucionales. Hay un serio cuestionamiento acerca de si, incluso, podria haber algo asi como un consenso voluntario en am- bientes cerrados (Schwitzgebel, 1971; Buehler, 1973; Brady, 1974), Mientras que la comunicacion explicita pudiera ser: “Eres libre para tomar parte en este programa, si asi lo deseas...”, el mensaje implicito puede ser entendido “...0 de lo contrario, jsufrirds las consecuencias!” Parece que mientras el problema de programas forzados para pacientes, prisioneros y estudiantes es muy amplio, se eligié la modificacién de conducta debido a que sus métodos son deliberados y sus resultados, publicados. De esta forma, la critica estd dirigida a un método par- ticularmente efectivo que, abierta y deliberadamente, logra la inten- cién implicita de los programas institucionales (p. ej., mejoras en la educaci6n y en la conducta). EN Telaci6n g TOS", tay los estudian, Conflicto con el humanismo Otros problemas consisten en que el humanismo y la modificacion de conducta necesariamente entran en conflicto, 0 son incompatibles Smith (1973) aborda directamente esta cuestion, y una a una van yendo las falacias de este argumento, Primero, el control tal come se utiliza en la modificacién de conducta no es dafiino o inhumane, ie humano no utilizar un método que puede detener el sufrimiento- 7 gundo, el control no siempre proviene de fuentes externas, in? 7 mas bien el autocontrol es, a menudo, medio y fin a la ve2- ae Tuentras que la modificaci6n de conducta ha sido elegida Pee ni ner el “ . ; et Status quo” en los sistemas escolares, por eiemplo n Sonal ef tivo, Catto : que sucede con cualquier método educa ciones precis cl interés que tiene el terapeuta en la megN y un error dat oe causa y efecto, y evaluacion del prozresos yc os simplemeig? & Aue es “mecanicista”. La medicion de 10°, pus iene una herramienta para estimar la efectivieel >) jcjot Ser consistente ¢o te con las meta: i “ nc 7 i me! anis e ‘autoco! ¥ “actualizacion”, ‘tas humanisticas de “al 31 Certificacion {Quién practica la terapia y modificacion de conducta? El meollo de esta pregunta estriba en saber si debiera hacerse algin intento por certificar aquéllas que de algin grupo considera como “calificadas”, Actualmente los principios de modificacion de conducta se aplican de modo amplio en escuelas, hospitales y en la comunidad: los practi- cantes varian desde profesionales altamente entrenados (en modifica- cién de conducta) hasta individuos virtualmente sin entrenamiento que han concurrido a un “taller” de fin de semana (Stein, 1975). No obstante, desde el comienzo los conductistas se apresuraron a entre- nar a no profesionales en la modificacion de conducta (Ayllon y Mi- chael, 1959; Wahler, Winkel, Peterson y Morrison, 1965) debido a que: 1, se consideré que una aplicacin en amplia escala era posible a la vez que deseable; y 2. los no profesionales (p. ej., padres y maestros) fueron considera- dos como los mediadores naturales de la conducta; ellos son el medio que ensefia y cambia la conducta. Pero las personas comenzaron a llamarse a si mismas “terapeutas de la conducta”, y con una creciente preocupacién sobre los abusos y la naturaleza misma de la terapia conductual, las dos asociaciones pro- fesionales comenzaron a examinar lo deseable de autorizar a practi- cantes profesionales; ambas no parecen estar de acuerdo. Mientras que la Behavior Therapy and Research Society ha publicado una “lis- ta de miembros clinicos” (Journal of Behavior Therapy and Experi- mental Psychiatry, 1973), la Association for Advancement of Beha- vior Therapy ha sido mds cauta; ésta ltima ha estado debatiendo los pro (Cautela, 1975) y contras (Stuart, 1975a) de la autorizacion y ha consultado a sus miembros. Los resultados sugieren que una mayoria esté en contra de la autorizacion como propuesta (Stuart, 1975b). Parece probable algtin tipo de autorizacién “desde adentro” tal vez mediante la autorizacion en un momento posterior o tal vez mediante el desarrollo de un estricto codigo de ética. Un cédigo de ética La mayor parte de los problemas ya considerados tienen que ver con la practica ética de la modificacion de conducta. Algunos creen que es necesario un cédigo de ética claramente formulado. Braun (1975) sefialé los argumentos en favor y en contra del desarrollo de Un c6digo de ética para la terapia de conducta. Un argumento en favor de un cOdigo de ética es el argumento filo- S6fico que establece que un codigo de ética es necesario para proteger 32 PARTE |, CONCEPTOS BASICOS chos de Jos individuos. Un segundo argume, bed ioe resend y profesional necesita un code? SuBicre uy referirlo como un patron. Un tercer argumento (legal) favonti Par, sarrollo de un codigo de ética, porque si los terapeutas de la on “de. no lo hacen, la profesion legal los forzara Mediante t, lacion. . Otros argumentos, revisados Por Braun (1975), se OPonen g digo de ética, pues lo consideran innecesario y/o poco Préctiog 6. de estas posiciones establece que los terapeutas de la Conducta Una cesitan defenderse a sf mismos, ya que no han hecho nada malo. = contraargumento consiste en que los problemas han sido e resulted, de un pdblico ignorante; y, una vez mas, no debieramos ser forzadog hacia un codigo obligatorio por aquellos que en Tealidad no han py tendido completamente la metodologia. Otros argumentos contrarios al desarrollo de un es demasiado complejo Para regularlo legislativam: momento no estamos preparados Para un cédigo si mente, que la responsabilidad Por tal cddigo no p ninguna organizacion especifica. De acuerdo con las conclusiones de Braun (1975), los terapeutas de la conducta necesitaran estar Prepa- tados para tomar una Postura reconocible en torno a la Practica ética de la modificacion de conducta, Una vez mis, si los terapeutas de la conducta no se regulan a si mismos y no regulan el entrenamiento de otros en este aspecto, entonces la regulacién necesariamente vendré de otra parte, como resultado de la presién social y legal. ius Onda, Munales yes Codigo, son: que lente; que en este emejante: y, final. uede ser asignada a como UTILIZAR ESTE LIBRO La mModificacion de conducta es la aplicacion sistematica de los. ee ipios del aprendizaje que han sido desarrollados a través de ey “ Practica © investigacion Psicologica bdsica. Estos principios son a Propios bloques que forman el edificio de todo cambio de oe Ademds, éste es un campo que cmon con rapidez, y los nuevos arrollos se basan Continuamente en los fundamentos de los bape “quf presentados, Por €sa azn no hay mimero limitado de ee arecere Modification de conducte Leone principios ¥ ri. oat cambiaré conforme a la experiencia e investigacio™ et tes aqu yi iPi0s no han sido aplicados e investigados Cor te ao tican! de mes 2qut se encuentra un desaffo para el estudiante y Pract terapia de Conducta, 1 este lib 7 i 2 ma brine dro hay Cuatro partes. Los tres primeros capitulos de conducta, Los _ parte gacio” ji can Conceptos basicos comunes a toda moern i “aPitulos del 4 al 1] —parte segunda~ ens

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