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reyolucionario Gaias. Himber Unt NORTE DE MEXICO, IMPULSADA POR UN PODEROSO EJERCITO POPULAR: LA DIVISION DEL NORTE, DOS ANOS DESPUES ESE PROCESO FUE REVERTIDO. TRAS SU DESTRUCCION EN LOS CAMPOS DE BATALLA, ¥ SU RECUERDO FUE SISTEMATICAMENTE ARRANCADO DE LA ‘MEMORIA COLECTIVA Y REDUCIDO AL MITO DE SU JEFE VISIBLE, PANCHO VILLA ‘siército del Noreste, Ecitoriai Plane ancho Villa encarna uno de los misterios més interesantes de nuestra historia. Era tun peon de campo sin educacion for mal que desempené los mas diversos tra- bajos en el norte de México, desde Jos ilegales, como asaltante de cami. nos en Durango y ladrén de ganado en Chihuahua, hasta ¢! muy humilde de peén de albanil o el mas prestigio so de criador de gallos de pelea. Ese hombre rudo e iletrado, sin militan- cia ni preparacion politica previas, cuyos origenes estan sembrados de aS perry ‘Los trenes ocupados Fondo Casaao8. * SINAFO, INAH leyendas muchas veces creadas por él mismo, sali6 del anonimato en no viembre de 1910, a sus 32 anos de edad, para convertirse en un caris matico y audaz capitan guerrillero que, en menos de cuatro afos, era cl jefe indiscutible de un poderoso ejército revolucionari y la cabeza de un proceso de revolucién social en marcha, Trataremos de explicar ese ejército y ese proceso. u o De noviembre de 1910 a agosto de 1913 Pancho Villa fue un capitan guerrillero que, sobre la marcha, ‘Fomis Urbina fucompansre ce (ela Grigaca Morac, ‘conetes ia SINAFO, INAH aprendio el arte de la guerra, El 26 de agosto de 1913 gané su primer batalla verdadera contra fuerzas le les al gobierno de Victoriano Huer ta, Tras el combate, convocd a una reunién a numerosos jefes rebelde de Chihuahua, Durango y La Lagi na, los cuales se habian levantado e armas contra el régimen militar ¢ Vietoriano Huerta y hacian todos ls {guerra por su cuenta y riesgo n la reunién, que se celebro a9 de septiembre de 1913 en la he cienda de La Loma, Durango, los jefes revolucionarios del norte é cidieron unir sus fuerzas (brigads en una nueva unidad de combat Dis dl Norte ere corer Fengues de Univer Aut aca que lamaron Division del Norte eligieron a Pancho Villa como jefe la misma. Los caudillos que eli jeron a Villa tuvieron siempre la Bonciencia de que éste les debfa su Bando y era responsable sélo ante Hos. Alguna vez, puesto en tela de icio el mando de Villa, los jefes de igada expresaron claramente a Ve stiano Carranza la conviccion de je el mando de Villa la legitimidad colucionaria del movimiento nor J, emanaba de ellos en tanto jefes Bb vez que representantes de sus lacos. Porque hay dos caracteristicas ejército villista sin las cuales no le entenderse su caracter popu- y revolucionario: el origen social sus dirigentes y los mecanismos Seleccién y ejercicio del mando. Bre estos mecanismos, la docu- acion original que he podido GSultar deja claro que la Division INorte funcion6 como la Guardia Fional del siglo xix: los rebeldes Jenecientes a un mismo pueblo 0 Gn se encuadraron en regimien luego brigadas- y eligieron a Bficiales y al coronel. Y el coman- le en jefe fue, a su vez, electo por es de las brigadas, que siempre tuvieron claro que a ellos debia el mando, como ellos lo debian a sus soldados. La actuacién politica de estos dirigentes, ya como gobernan. tes de hecho de comarcas enteras, ya como delegados a la Convencién, 6 como impulsores de reformas agra: tias y laborales efectivas, se hizo siempre de cara a sus hombres, La actuacién de oficiales técnicos, como Felipe Angeles, y la de los intelec tuales maderistas utilizados como administradores, siempre subordinada al mando efectivo de la Divisién, formado por Villa y los jefes de brigada La mayorfa de los jefes de bri gada de la Division del Norte eran caudillos de los hombres de sus re- estuvo, giones de origen. Contando a quie nes tenian ese rango en marzo“de 1913, seis pertenecian a familias de pequefios propictarios agricolas de esos pueblos del Norte que habian sido despojados de buena parte de sus recursos y de su preciada auto- nomia politica por la dictadura por firista. Ademas, habia dos maestros rurales, un bandolero, un escribano, un herrero, un pequeio hacendado, un tenedor de libros y un militar de carrera. Al menos cuatro de los jefes 63 las MISTORIAS en nic de brigada y una veintena de oficia- les del segundo escalon de mando habjan tenido una importante parti cipaci6n en la oposicion politica y la defensa de las tierras y la democra cia de sus pueblos Todos se levantaron en armas al grito de “iViva Madero!” en 1910. Casi todos (12 de los 14) combatie- ron la rebelién de Pascual Orozco, en 1912, La mayoria eran jefes u oficiales de un regimiento irregular ‘cuando Madero fue asesinado, y nin- guno dudo en desconocer al gobier: no de Huerta de inmediato. Todos tenian demandas sociales, agrarias y politicas mas © menos vagas que fueron condensdndose y dando vida al programa villsta. La abrumadora mayoria de ellos (y de los yenerales villistas que alcanzaron ese grado en 1914) murieron en combate o fusi Iados antes de 1920. Trece nacieron © hicieron su vida adulta en Chihua hua, Durango y La Laguna, Con ese liderazgo y ese estilo de mando se construyé el ejército re volucionario del norte que derrat6 en memorables batallas al ejército profesional porfirista. Por supuesto que no fue solamente la Division del Norte la que destruy6 las insti luciones del porfiriato, culminando la revolucién politica en agosto de 1914, pero sf fué#bn los villistas los que rompiefoaPla Yoluntad de resis. tencia de 168 federales en las batallas mas espect@eulafes,dela revoluciong Huetta-y/pritner®, tomaroh Torre6n, en Ogiubre dé 2913 loque,, consolidé el mando déVilla,y tiegd.. se apoderaron del @stado dé Ghihua hua ganando tres célebrés Batallas, Entre el 20 de mardly él a dé contra abril de 1914, los s6ldados ‘villistasy” combatieron sin? dgseansp, "en usta larga batalla. dé pésicione’ que’past a la histosia cn @l nboibre:de bata lla de Wérré6nly batalla déSan Pedro pee eee eee eee eee de las Colonias, aunque en realidad se trato de una sola accién de armas. En esos combates, los villistas derto- tarona los mejores comandantes del Ejército Federal y destruyeron dos poderosas divisiones que sumaban mas de 22 mil soldados: la mayor concentracién de hombres y poder de fuego hecha por el gobierno de Huerta. ¥ la Division asest6, todavia, dos formidables golpes al antiguo ré- gimen en la batalla de Paredon y la toma de Zacatecas, EL8 de diciembre de 1913, la Divi sién del Norte desfilé triunfalmente en la ciudad de Chihuahua y Pancho Villa se hizo nombrar gabernador de un estado que llevaba tres afios en tuna guerra que habia destruido bue- \ na parte de sus bases econémicas. Faltaban trabajo, alimento y dineto circulante y el descontento social era aiin mas notable que en 1910. Pan- cho formé un gobierno con intelec- tuales y periodistas que se habfan distinguido como férreos opositores al porfirismo y, tras resolver las ne- cesidades més apremiantes de una poblacién que estaba al borde de la hambruna, publicé un documento espectacular y de hondas reperct: siones, algunas de ellas inmediatas: el"Decreto de confiscacisn de bienes de Jos enemigos de la Revolucién’, que entregaba al gobierno revolu: ionario las inmensas riquezas de la oligarquia agrupada en torno a los ex gobernadores porfiristas Luis Te- rrazas y Enrique Creel. Desde ese momento y durante dos anos, los gobiernos villistas de KE aN Chihuahua administraron cerca de cuatro millones de hectéreas, un fundidora de hierro, molinos de trig empacadoras de carne, cuatro fabricas de hilados y tejidos, una compania d= twanvias, un banco y otras negociac nes que, descontando las empress de capital extranjero, constituian 4 grueso de la riqueza del estado. Al triunfo de la causa, decia el dectet una ley reglamentaria determin: Jo relativo a la distribucién de esos bienes que, en tanto, serian adminis trados por el Banco del Estado, creada por otto decreto del mistno dia, com esos bienes como garantia de capi Tales recursos, administrados por volucionarios de confianza, permiti= ron financiar el aparato militar villis ta, asi como su politica social, durante los dos afios que la Division det Nor dominé Chihuahua En el decreto del 12 de diciembre de 1913 y en “el suetio de Pancho Villa’, que por esos mismos dias le conté al periodista John Reed, estan las lineas principales del proyecto agrario del villismo, que se habria de complementar con otros documen- tos promulgados, en abril y mayo de 1914, porlos gobernadores que lo su- cedieron, los generales Manuel Chao y Fidel Avila y que, pasando por la Ley General Agraria de julio de 1915, habria de alcanzar su expresién més El generat sosé Isebel Robles lamoion es une con au Drgada & Divsion Sel Notecvanao esta guns, en septemere se 1915, Feograta de was. Loe doesirigadoe unten ala bol ote os Pan i, Cal Gecree G Ban Bblotace cel Congreso de Weshingen EU Jose Mendeea Cate ‘ae Eaudos do eto de Wena, CARSO acabada, luego de la confluencia de! villismo con el zapati gtama de Reformas Politico-Sociales de la Convencion. Por el decreto del 12de diciembre, no s6lo se expropia- ban los latifundios, también se pro metfa restituir “a sus legitimos due ‘tos, las propiedades que valiéndose del poder les fueron arrebatadas por dichos individuos, haciéndose asi plena justicia a tanta vietima de la uusurpacién’, Pronto se entendié que esta promesa rezaba con las tierras no, en el Pro. {yt6 do a Brigada hao, tue qobernacor aie Gamuanse Senos t fe Comenctn Cl Geage 6. Bo Bbinteca cel Congroso de Washington EUA 65 ‘elas MISTORIAS on exo de los pueblos despojados durante los tltimos anos del porfiriato. Aparecen asi los pueblos como sujetos activos, y esos pueblos son Jos del norte, base de la concepcién democratico-militar del ‘sueno de Pancho Villa’: la repiblica de pe- quenos propietarios independien- tes, armados, agrupados en pueblos © “colonias militares’ autarquicos y autosuficientes. La legislacion vilis- ta posterior traté de dar forma no tanto a esta utopia, pero si al ideal de Ja pequefia propiedad agraria, pro- ductiva e independiente, como base de la riqueza del pais. Las disposicio- nes villistas estaban encaminadas @ impulsar por todos los medios la pequeita propiedad: tras la expropia: cion de los latifuundios vinieron otros decretos sobre compra de terrenos, fraccionamiento de tierras munici- 1 1 1 ! 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 ' 1 1 1 1 1 1 1 pales y baldias y expropiacién “por causa de utilidad piblica” Pero no se proyectaba repartir las tierras y dejar a los nuevos propie- tarios a su suerte, pues entre las res- ponsabilidades y funciones del Ban- co del Estado estaban las de otorgar créditos de avio a estos agricultores ¢ impulsar las obras de irrigacién y otras mejoras. Por su parte, el go- bierno se comprometia a construir escuelas en los muicleos rurales y dar vida a escuelas agricolas y a labora torios de experimentacién con se las e insummos. Segin las leyes agra- rias, las adjudicaciones de tierras no serfan gratuitas, sino en e6modos y ‘médicos pagos, y la venta o enaje- nacion de las tierras adjudicadas en- contraba innumerables obstaculos 0 prohibiciones. Este programa agrario era uno de los dos pilares principales del pro- yecto villista. El otro, el de la demo- cracia politica, era herencia directa del maderismo insertado en las filas villistas. La democracia universal y directa, la restauracion del orden constitucional, la division de pode- res, el federalismo y la autonomia municipal, que conjuntaban tanto los ideales de Madero (muchos de cuyos colaboradores y parientes mi litaban en las filas villistas) como la vocacién de autonomia pueblerina y democracia plebeya de los jefes po- pulares del villismo, fueron los gran- des temas articuladores de este ideal democratico, que por ahora s6lo de- jaremos asi enunciado. En tomo a esos dos principios, la reivindicacién agraria y el ideal de mocritico, se fue construyendo el proyecto de nacién del villismo en el verano y el otono de 1924, en el que ademas de desarrollarse y decantar- se lo relativo a la redistribucién dela propiedad raiz y la restauracién del orden constitucional, se afiadieron proyectos sobre la conduccién eco- n6mica del Estado, el federalismo y el municipio libre; sobre las condi ciones de vida de los obreros y el ca récter del Estado como arbitro entre las clases. O DE PAN /ILLA © La Division del Norte fue vencida en la serie de batallas mas duras de la historia de México, en una guerra que ensangrenté a todo el pais, aun- 1 1 1 1 1 1 1 1 1 ' t 1 1 t 1 1 1 1 1 1 1 1 1 i 1 1 1 1 1! ' 1 1 1 1 1 1 1 a que se la ha reducido a las llamadas batallas de Celaya’. La mayoria de los historiadores afirman que los ejércitos populares encabezados por Pancho Villa y Emiliano Zapata te- nian todos los elementos necesarios para ganar esta guerra en noviembre de 1914, pero que la perdieron por su carencia de proyecto de nacién y de concepcién del Estado. En reali- dad, Pancho Villa si disené una es trategia de alcance nacional. La derrota militar de la Divisién del Norte y st disolucién, en la ha- cienda de Bustillos, Chihuahua, el dia de navidad de 1915, permitié que se suspendiera la revolucién social en marcha, no sélo la de Chi- huahua: también a Hamada “comu- na de Morelos’ y los procesos de transformacién de la propiedad de la tierra que estaban efectuando cau- illos como Calixto Contreras 0 Al berto Carrera Torres. Terminaba la guerra, empezaba la resistencia, que seria implacable y se prolongaria por cinco terribles y desesperanza dos aitos. En 1920 Pancho se rindié con sus tiltimos leales para vivir tres anos més, en Canutillo, una especie 6 ‘las MISTORIAS ves de exilio interior hasta su asesinato, ordenado en julio de 1923 por el pre- sidente de la Republica para evitar el resurgimiento de su vigorosa voz en defensa de los pobres, para conjurar el fantasma de la revolucién campe- sina y el contagio del experimento social que estaba desarrollando en Canutillo. Durante muchos afios la historia oficial mostré a Villa como un ban dolero inescrupuloso y un asesino despiadado. Su tumba fue profana da, sus seguidores acorralados p ticamente. Se intents borrar su me- moria, Pero siempre hubo quienes rescataron al Villa protector de los ‘menesterosos y surgieron una mul titud de leyendas sobre el personaje, sus tesoros enterrados, sus pistolas, sus hazafas guerreras y sexuales, hasta que adquirié una estatura mi- tica que rebas6 ampliamente el si- lencio oficial Pancho Villa y la Divisi6n del Nor- te permanecen en la imaginacién popular como el gran ejército de los desposeidos, como los vengadores de los necesitados, como los timicos que invadieron Estados Unidos, como simbolo de “lo mexicano’, lo que quiera que esto sea. Todavia se grita, se seguiré gritando "{Viva Villal” & Francisco Vile pret Hecends golamuere ce fog a tos sede pa2 de Toa0Pes Mo ie spr acacia oearapenr a. Porclbesatla BLA Nae La convencin e Aguaccalionts) 5 propureame Unnuvo gdberg ‘expose 2B Sangreria cela revolsien. Osegados ‘negra de oe Mendoza, tbe de 1914 Cento de Exucos Histor do Merce, CARS)

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