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LA ENCICLOPEDIA un éxito editorial del Siglo de las Luces AN pronto como llegé a los suscriptores, en 1751, el primer volumen de laedicién inicial de la Encyelopé- die de Diderot, obra cumbre della Hustracién, se hizo evidemte para las autofidades francesas que el libro era cligroso, P*No oolo falta informacién sobre todo lo imaginable, de AZ, sino que exponia los conocimientos de acuerdo con los principios filosdficos planteados por D’Alembert, su coeditor, en su “Discurso Pzeliminar”. Aunque reconocia formalmente la autoridad de a Iglesia, D'Alemibert afirmaba alas claras que el saber provenia de los sentidos y no de Roma ni de la revelacién divina, El gran agente organizador era la razén, que combinaba los datos sensoriales gracias a tuna labor eonjuata con facultades afines como la memoria ¥ Ia imaginacién, De este modo, todo lo que el hombre conocia, proventa del mundo que le rodeaba y de su propia actividad intelectual La Enciclopedia lo demostraba geficamente con un graba- do del &rbol del conocimiento en el que todas las artes y las, ciencias surgian de las tes facultades intelectuales. La filoso- fia cra el tronco, mientras la teologia ocupaba una rama muy remots, préxim2 a la magia negra, Asi, Diderot y D'Alem- bert presentaban su obra a la vez como una compilacién de informacién y una expresisn de philosophie. Lo que preten- dian era fundir ambos aspectos del libro, haciéndolos apare- cer como las dos earas de una moneda: el enciclopedismo. Quienes trabajaron en el proyecco Hlegaron a ser conocidos, ‘no como meros colaboradores sino como los enciclopedistas.. A sus ojos, el saber tradicional no tenia més valor que los, prejuicios y la supersticién ‘Asi, tras cl enorme volumen de los 28 tomos en folio de la Enciclopedia y la extraordinaria diversidad de sus 71.818 articulos 2.885 ilustracioncs habia un cambio epistemologi- co que transformé la topografia de todo cuanto el hombre La Enciclopedia fue producto de su tiempo, la Francia de mediados del siglo XVIII, en que los escritores no podian debatir abiertamente las cuestiones politicas y sociales, a diferencia de lo que iba a ocurrir en la era prerrevolucionaria cuando un gobiemo tambaleante harfa posible una discusién mucho mis libre de los problemas. Fl carécter radicalmente innovador del libro no surgia de una visién proféties de la revolucién francesa y Ia revolucidn industeal, todavia muy, lejanas, sino del intento de fijar para el mundo del conoci- rmiento nuevos limites determinados exclusivamente por la raz6n, Como proclamaba en ef titulo, pretendia ser un “dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métirs* —esto es, analizar toda la actividad humana de acuerdo con criterios racionales, suministrando asf las bases para una nueva concepcién del mundo. Los contemporineos no tardaron en comprender el pro- pésito de la obra, que era por lo demas reconocido abierts- ‘mente por sus autores en algunos articulos clave. Diderot ¥ D'Alambert habian abierto senderos tan gratos 2 través de [as fridas vastedades del conocimiento que sdlo era cuestién de seguirlos, deteniéndose aqui y alld para admirar las flores del camino, y experimentar por aiadidura 1a satisfaccida de pertenecer a la vanguardia intelectual. Ni siquiera hacia falta 28 POR ROBERT DARNTON: Copyright © 1979 by the President and Sate Ge alte a ly silk bi leer muchos més libros pues la Enciclopedia era por si sola tuna biblioteca, Los redactores no enumeraban las obras que ‘gracias a ella se tornaban anticuadas, mas para toda persona que consultara el “Discurso Preliminar” saltaria a la vista facilmente la diferencia entre los pesidos tomos del saber tradicional y su versién moderna y actualizada Desde la aparicidn del primer volumen en 1751 hasta la grave crisis de 17594, la Enciclopedia fue atacada por los partidarios de las viejas ortodoxias y del antiguo régimen, los jesuitas, los jansenistas, la Asamblea General del Clero, el Parlamento de Paris, el consejo del rey y el papa. Los ataques eran tan virulentos y reiterados, a través de articulos, panfle- 105 y libros y en edictos oficiales, que en un momento dado la Enciclopedia parecié ireemisiblemente condenada, Pero la «asa editora habfa invertido en ella una fortuna y sus protec~ tores eran poderosos, especialmente el liberal Chrétien Guillaume de Lamoignon de Malesherbes, entonces Direc- ROBERTDARNTON, extadownidene, exprefor de hatorn de Erapa ga Je Universidad de Princtuom, Nev Jersey Ha txerto numerous obra sobre aed aura ral ete abe dear The Bune of lighten ent —a Publiching History of the Bneyelopédie, 1775-1809 (La sre Bsa dl pb de Eciapedi, 177-100, es (que ve bara nactro arene teur de Ia ibrairie, que supervisaba la actividad editorial en los afios cruciales de 1750 a 1763. El escandalo siguié intensificindose a medida que apare- cfan los vohimenes tercero a séptimo y que hibiles polemis- tas como Charles Palissot y Jacob-Nicolas Moreau echaban leia a a hoguera tomando partido en favor del clero. En el bando contrario, Voltaire puso su pluma y su prestigio al servicio de la causa, y Diderot y D’Alambert vieron engrosar las filas de sus colaboredores con otros escritores ilustresy entre ellos muchos de los que empezaban a ser identfieados, como philorophes: Duclos, Toussaint, Rousseau, Turgot, Saint-Lambert, d’Holbach, Daubenton, Marmontel, Bou- langer, Morellee, Quesnay, Damilaville, Naigeon, Jaucourt y Grimm. Llegaron incluso a jactarse de las contribuciones de Montesquieu y de Buffon, cuyas obras citaban constante- mente, aunque al parecer ninguno de ellos escribié munca, expresamente para la Enciclopedia, ‘Nada podis dar més impulso a las ventas que la controver- sia permancate y la prescacia de numerosos autores volunta- ros. En efecto, aunque se habia previsto una primera edicion de 1.625 ejemplares, las suscripciones Hegaban con tal rapi- dex que se decidi6 tiplicarla hasta aleanzar 4.255 ejemplares en 1754, En sus ediciones sucesivas’, fue reduciéndose el ramafo de Ja obra asf como su precio. El formato disminuyé de folio 2 euarto y a octavo, bajé el importe de la suseripeiém y aumentaron las tiradas. Habiendo satisfecho el “mereado de calidad”, los editores procuraron llegar 2 un puiblico més amplio produciendo ejemplares en gran cantidad. Pero la democratizacién de la Enciclopedia tenia sus limi- tes, pues aun Ia edicién mas barata no estaba al alcance del hombre de la calle. Seguia siendo demasiado cara para el poder adquistivo de campesinos y artesanos, aunque tal vez, algunos de ellos 1a consultaran en los cabinets littéraires (Clubes de teccura). ‘Volimenes de la Encyclopédie ow Dictionnaire raisonné des sciences, ds ats et des mien de Diderot y D’Alembert. La primera ediion info- de Pats (1751-1772) contaba con 17 volime- net de texto y 11 e lusteaciones, Primera pigina dela letra A en el primer vole smen de Is primera edicin de [a Encilopedia. ENCYCLOPEDIE, DICTIONNAIRE RAISONNE DES SCIENCES, DES ARTS ET DES METIERS. a peat eae FSIS ‘opm Timprimerte en Letirts 0peice tee ciin Imprimerie en lettres, lopération de bs case (La renta en letras, Ia operacién de 1a cai). ina de a Enciclopedia de Diderot y D'Alem= bere que muestra lar operaciones eucesivas del trabajo del iperaa Arba laiequierds, te ‘etiraplomos” delacaja,como la"$" mayascu- Iaylos espacios”(blancos que separan ls pala- bras) miso menos finos que apareven ena ig. 1, Yylosensamblaen una especie deregla el “come onedor”, para formar uaa linea (lig. 2) Ea el Fentroy el tipagrafo onta las lineas asi com puertas en una tuerte de bandeja de maders, la falera” instal sobre un popitre. Ala dere- cha, coloes al mismo nivel todas las galeras; sta constituyen la forma. Grontes forge, lage dela mine, one perspective im pstoniller (Grandes lori, Iavado en la ‘ina, imagen en perspectiva de un. taller de Iavado del mineral de hserro} lamina dela Enci- clopedia de Diderot y D’Alemabert. — 30 a Rg Ve, Pa Diderot y sus colaboradores habian hecho su parte del trabajo, pero sélo se trataba del comienzo de un largo proceso que culminé alrededor de 1780 con la reproduecign y distribuci6n masiva de su obra en toda Europa. Sin embar- 0, el texto que lleg6 al pablico lector en general, ya.que no a Jas masas, diferia un tanto del original, pues tovo que someterse a las limitaciones del proceso de produccién. En su prospecto para Ia edicién en cuarto (1777-1779), Joseph Duplain, un librero de Lyon encargado de la empresa, no s6lo prometié reimprimis fntegramente el texto original sino ademas mejorarlo en tres aspectos: corregir sus numero- sas deficiencias tipogrificas y erratass agregar gran cantidad cde material nuevo; e incorporar en él los cuatca vokimenes en folio del Supplément, De ninguna manera pretendia hacer tuna copia literal de la primera edicién en folio, sino més bien crear uns version superior 0 al menos convencer al piblico de que lo habia logrado. Las tres tareas exigian un cuidadoso twabajo de revisién, por lo que en los contratos estaban previstos los servicios de un rédacteur. Duplain nombréen el ‘cargo al abate Jean-Antoine de Laserre, oratoriano y figura literaria menor de Lyon. Laserre se convirtié de este modo cen ol sucesor de Diderot y en el intermediario a través del cual el texto de éste lleg6 a la mayoria de sus lectores en el siglo XVII. El abate apenas toc6 el original, no porque deseara respe- tarlo sino por falta de tiempo para introducir eambjos en ‘Trabajé a un ritmo febril,eliminando referencias a los ocho voltimenes de ilustraciones que no se incluirian en la edicién ‘en cuarto, incorporando troz0s del Supplément a la obra principal mediante adiciones de su puto y letra y leyendo la amalgama final del texto impreso y del texto manuscrito que debia enviarse a los impresores. Como media docena de talleres trabajaban simultdneamente, Laserre se vefa en aprie- tos para entregarles el material para imprimir que le pedian. Disponiendo de texto, prensas, tipos, tina, papel, tampo- nes de enero vels, plumes, pldrss de imponer, gales marcos y un centenar de otros articulos, los impresores necesitaban personal para echar a andar la maquinaria. Trata ban de conseguir trabajadores del mismo modo que hacian sus pedidos de material y se encontraban con los mismos problemas de oferta y demanda. Pero también debian tener en cuenta las peculiaridades de los obreros tipégrafos. Estos Retratos de algunos de los Enciclopedstar en torno s una visa del cafe Procopeseleafe lite rao mis antiguo de aris, del siglo XVII En tentidoinverso al de Jas agujas del reloj_y partiendo de areiba3 [a [nquierda: Butfon, Gil bert, Diderot, D'Alera- bert, Marmontel, Le Kain, J-B. Rousseau, Voltaire, DiHobach. Fae © jrtow Ch, Pa, Be Ral Ps no sabian Jo que era un trabajo colectivo y estable. Labora ban, en cambio, a destajo y se desplazaban de un puesto a tro sextin los que estuvieran disponibles 0 impulsados por su propia inclinacién. Su oficio era eminentemente némada. Iban adonde hubiese algo que hacer aunque taviesen que recorrer cientos de kilémetros. Cuando el trabajo era abun- dante solfan cambiar de puesto afin de viajar con lo que se es, pagaba o simplemente “por capricho", como ellos mismos decian. Durante el auge de la Enciclopedia iban y venian aun ritmo desenfrenado y este movimiento migratorio se hizo sentic con similar intensidad en Francia, Suiza y parte de ‘Alemania; se produjo entonces una competencia para conse gir trabajadores tan fuerte como la que existia eespecto del papel. Pricologicamente esta actividad debié de ser muy diferente de la forma de trabajo que entonces se imponia a la clase obrera en Inglaterra. El ritmo del trabajo en las fabricas se fijaba com relojes y campanas, con la apertura y cierre de las puerta, aplicandose multas y castigos corporales y, en defi- nitiva, fo determinaba el proceso mismo de produccién. Después, con el sistema de produccién en serie, los hombres, se vieron reducidos a la categoria de “manos” que debian ‘cumplir una tarea yelozmente como parte de una cortiente interminable e indiferenciada. Los operarios encargados de la composicidn y de las prensas trabajaban, en cambio, a su propio ritmo y podian hasta cierto punto organizar su labor. Pero el hecho de que pudieran icervenirenel proceso de produccién no significaba que los teabajadores sintieran rningtin afecto especial por los verdaderos amos de ésta. Los Dburgueses eran los que mandaban realmente y lo hacfan con brutalidad, contratando y despidiendo a su arbitrio, y los trabajadores s6lo podian defenderse con los eseasos medios de que disponian, Asi, aunque por un lado tuvieran un cierto orgullo profesional, también procuraban terminar su labor lo sas répidamente posible y sacrificaban la calidad si ello les facilitaba la tarea, Los resultados pueden verse hoy dia en evalquier cjemplar de la Enciclopedia: tipografia clara y legible en su mayor parte, pero margenes icregulares por aqui, paginas mal mumeradas por alli, registro disparejo, espacios desagradables a la vista, errores tipogrdficos y ma chas; todo ello testimonio de la actividad de artesanos andai- mos de hace dos siglos. En Ia época del libro hecho a mano la labor tipogestica se realizaba con una coneiencia que desaparecié a poco de surgir la composicién y la impresién automsticas. Como sus antecesores del Renacimiento, los impresores que trabajaron en Ia Enciclopedia hacfan los renglones trasladando los caracteres de las eajasa los componedores, las piginas levan- do las lineas armadas de éstos a las galeras, y las formas imponicndo las paginas en un marco. La velocidad y la eficiencia de los métodos de composicién no mejoraron hasta el advenimiento de la mecanizacién, con las miquinas de metal en frfo aparecidas en el decenio de 1820, la linotipia en cl de 1880 y la composicisn electeOnica en la actualidad. En cuanto a la impresién, tampoco se produjeron grandes pro- gresos en el plano tecnolégico hasta a adopci6n de la prensa de cilindro a partir de 1814 y de la maquina de vapor en el decenio de 1830, La Enciclopedia se imprimié en la venerable prensa comin, bisicamente de Ia misma manera como se habian producido los libros en los doscientos 0 trescientos affos anteriores. Para poder darla a luz fue necesaria una gran movilizaci6n, Recolectorcs de trapos; financieros y fildsofos desempefiaron ‘todos un papel en la produccién de una obra cuya existencia coxpérea correspondia a su mensaje intelectual. Como objeto fisico y como vehiculo de ideas, la Enciclopedia sintetz6 mil antes ¥ clencias y represent a la Mustracion en cuerpo y alma, a Tp enero de 1789] procusdr gel et Panes de Pas ais gu tae Encclopedi atcha une conypisin ecaminda adrian ymin be

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