ENTENDIENDO LA ADICCION SEXUAL Cuando la adiccién sexual se hace presente, lo que todos debemos consi-derar es que somos vulnerables a llegar a estar vinculados a aquellas cosas que nos hacen sentir mejor, mas seguros, amados, protegidos, y satisfechos, llegamos a ser adictos a aquellias cosas que nos dan un sentido de autoes-tima, y que nos ayudan a enfrentar dificultades en nuestra vida. Sin embargo todos estamos propensos a adicciones de uno u oto tipo. Los procesos psicolégicos y neurolégicos que estan involucrados en la formacién de un alechélico 0 drogadicto son los mismos responsables de las adicciones al trabajo, al estrés, a las fantasias, a las relaciones dependientes, a la comida, a la television, a la limpieza, a los deportes, al ejercicio, a la apariencia fisica y a las rutinas diarias jtu di el nombre! Un dicho comtin es: "jSomos criaturas de habitos!" y cuando aparecen diferentes tipos de adicciones, simplemente decimos: Si hago algo que me haga sentir bien, probablemente lo haré de nuevo. Si continuo haciéndolo, y me sigue haciendo sentir bien, probablemente haré un habito de ello, una vez que sea un habito, llegara a ser mas importante para mi y lo echaré de menos si lo dejo. En otras palabras he llegado a estar vinculado a ello. Y cuando llegamos a estar ligados a algo o a alguien, la adiccion a menudo esta presente. Para entender y tener compasién sobre lo que un adicto sexual atraviesa, podemos empezar por compenetramos con su lucha, relacionando nuestra propia capacidad para pecar de este modo. Todos tenemos algo que aprender de la restauracion de un adicto sexual. NUESTRA TENDENCIA HACIA LA ADICCION «Donde est tu tesoro, también estaré tu corazon». A menudo llegamos a estar vinculados © adictos a gente, posesiones, o formas de poder. Aquellas cosas que comienzan a distraemos, también pueden desplazar o llenar los vacios de nuestro corazon en los cuales hemos experimentado profundos deseos de no estar solos, de conocer y ser conocides por Dios y por otros, de amar y ser amados. Nuestras adicciones llenan un vacio que solamente Dios puede saciar verdaderamente. En vez de canalizarlo hacia El, tratamos de satisfacer esas necesidades a nuestra manera. Podemos llamar a las adicciones idolatria ya que pueden llegar a ser “dioses" para nosotros. Muchas veces buscamos "Idolos" para suplir nuestras necesidades. Ellos pueden proveernos seguridad, valor, autoestima, un sentimiento de ser amado, una forma de aligerar nuestras cargas 0 de escapar de elias. Al confrontar nuestra capacidad para la adiccién la pregunta es: ¢te permiten estas cosas amar a Dios, amarte a ti mismo y a tu préjimo con mayor libertad, o no? eSOY ADICTO? Casi cualquier cosa en nuestra vida puede llegar a ser un objeto de afeccién que nos conduzea a la adiccién. Las verdaderas adicciones son compulsivas, comportamientos habituales que interfieren en nuestro caminar con Dios; las adicciones en vez de liberamos nos ciegan. A menudo prometen y proveen un falso sentido de seguridad 0 satisfaccidn. Siempre, en diferentes grados de intensidad, estarén caracterizadas por tolerancia, sintomas de aislamiento, pérdida de poder de la libertad y distorsion (distraccién) de la atencién. :ADICCION SEXUAL - EL PROBLEMA Alguien una vez describié la adiccién sexual es como el pie de atleta de la mente: "nunca se quita, siempre quiere ser rascado, prometiendo alivio... sin embargo el rascar, causara dolor e intensificara la comez6n". El comportamiento sexual adictivo es un pecado contra nuestra propia alma. Como dijo el apéstol Pablo en 1 Corintios cuando cometemos un pecado sexual pecamos contra nuestro propio cuerpo. «Huid de la fornicacién. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, esté fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 40 ignordis que vuestro cuerpo es templo del Espiritu Santo, el cual esta en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio, glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espiritu, los cuales son de Dios.» (1* Corintios 6:18-20). A menudo la gente que lucha contra una adiccion sexual, se siente atrapada, deseosa de detenerla pero sin ser capaz de hacerlo. ‘Algunos pueden pasar meses, semanas, e incluso afios presumiblemente libres, hasta que algo pone en movimiento la adiccién nuevamente: la tensién, el tiempo libre, cambios en la vida, un periodo del affo, un lugar, una vieja cancién. La adiccién por si misma ataca la voluntad y la autoestima, divide el corazén en dos. La gente que es adicta sexualmente a menudo dira que se siente como si fuera dos personas diferentes. Una parte de ellos realmente desea obedecer al Sefior, para honrar su matrimonio o su solteria, la otra parte s6lo desea continuar el comportamiento adictivo. En medio de una adiccién sexual nos identificamos con el apéstol Pablo cuando escribe en Romanos 7:19-25: «Miserable de mil Quién me libraré de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Sefior nuestro». (versiculos 24, 25a) NIVELES DE ADICCION SEXUAL Hay cuatro niveles de adiccién. Estos ayudaran a catalogar y comprender el alcance de la adicci6n de alguien. Todos los niveles son destructivos y cegadores para el alma. 1. Masturbacién compulsiva, vida de fantasia, codicia del corazén, masturbacién habitual en el matrimonio. (Aunque la fantasia y la Iujuria estan en el primer nivel, a menudo estos pensamientos y recuerdos son los mas dificiles de erradicar) 2. Uso de pornografia (generalmente acompafiado por masturbacién), "sexo telefénico", pornografia "sutil", libros explicitos. 3. Encuentros con adultos que lo consienten, encuentros anénimos, con personas que practican la prostitucién, frecuentar librerias para adultos, espectéculos de desnudo. 4. Cosas que involucran a otros ignorantemente o en contra de su voluntad. Estas incluyen: llamadas obscenas, exhibicionismo, vouyerismo, vejacién infantil, violacién e incesto. Estos niveles se entremezclan facilmente y a menudo progresan hacia las actividades del nivel cuatro si continuan desenfrenadamente. RECUPERACION Jesiis es el tinico que puede verdaderamente liberarnos de este cuerpo de pecado y de corrupcién, Reconocer esto es el principio de la recuperacién. La libertad nos ilega inevitablemente como gracia. (La gracia no es algo ganado, manipulado, o una seduccién de Dios. Simplemente es un regalo. Podemos orar por ella, buscarla, recibirla o desearla). Uno puede pelear contra este "monstruo interno” odiandose, o uno puede empezar a ver 2esta rea de ruptura y dafio en su vida como un lugar que necesita desesperadamente la presencia de Dios. Esto viene con humildad, permaneciendo en quietud y practicando la presencia de Dios. Escuchar, como dice Leanne Payne, es obedecer. Esto no es algo facil. El verdadero amor es una decisién dificil penosamente nos alejamos de amores menores (idolos), hacia el Dios verdadero, Jesucristo EL CAMINO HACIA LA LIBERTAD 1. Voluntad personal / honestidad: La honestidad personal es un primer paso. {Quieres se libre? Zs mas importante parecer libre o ser verdaderamente libre? 2. Aprender a confiar en otros: Una actitud falsa es: ";Puedo manejar esto sélo!" El siguiente paso es traer al conocimiento de aquellos en quienes hemos confiado, lo que realmente esta sucediendo en nuestra vida. Debes encontrar a esas personas que te acepten y te amen a la luz de tu adiccién. 3. Confesién y arrepentimiento: Rompe el secreto de tu lucha a través de la continua cobertura de otros. La presencia de gente a la cual mantienes informada ayuda a romper todas las racionalizaciones que hayas utilizado para mantener viva tu adiccién. Dietrich Bonhoeffer escribe en Vida Juntos: Un hombre que confiesa sus pecados en la presencia de un hermano (0 hermana) sabe que ya no estaré solo consigo mismo; experimenta la presencia de Dios en la realidad de la otra persona. Mientras vaya por mi propia cuenta en la confesién de mis pecados, todo quedara en la oscuridad, pero en la presencia de un hermano, el pecado tiene que ser traido a la luz. 4, Reclamando la voluntad: El adicto tiene que reclamar a Dios la voluntad que El le ha dado. Esta es la habilidad de tomar decisiones para bien o para mal. No importa cuan débil sea, la voluntad siempre esta alli. Un comentario sobre “oracién por liberacién". No negamos las fuerzas demoniacas que estén involucradas en la adiccién sexual. Sin embargo, la "oracién por liberacién’ (el nombrar y arrojar fuera demonios) no quita la responsabilidad personal, esto es, la propia voluntad de uno para tomar decisiones para bien o para mal. No quita la capacidad de ser adicto. Lo que puede ocurrir esta ejemplificado por las palabras de Jestis que se refieren a los malos espiritus que regresan a la casa barrida y limpiada, y nuestra postrer condicién volviéndose peor que la primera. 5, Encarando la verdad interna: Mientras los habitos adictivos y patrones comienzan a romperse, muchas de los aspectos de raiz empiezan a salir a flote. Qué necesarios son aqui momentos de quietud, oracién de escucha, cobertura, cuidado pastoral, consejeria, y grupos de apoyo. Uno debe reclamar su propio corazén, no cambiar de lugar lo que hay en él con distracciones. 6. Aprender a dar ylo recibir amor no erético: Mientras que la persona con adiccién aprende a caminar en su nueva personalidad, aprender a ver desde una perspectiva no sexual, y que la intimidad no equivale a sexo. No se tiene que consumar toda relacién en una forma sexual.7. Gracia continua y cobertura, grupos de apoyo y terapia: La mayoria de los adictos sexuales necesitaran un contexto de seguimiento para confesar pecados, compartir luchas y tentaciones, y recibir aliento. ;Procura no ir solo a través de este proceso! 8. Consideraciones especiales para matrimonios: El cényuge también es afectado por el pecado. Un cényuge no puede sélo enfocar su atencién sobre el "adicto" o sobre el "tipo de adiccién". Un cényuge también necesita apoyo personal. La confianza ha sido violada y ambas partes necesitan diferentes tipos de apoyo. Un cényuge no deberd ser la fuente principal o Unica de cobertura para el adicto. Ambos necesitan buenos limites aqui. © DESERT STREAM MINISTRIES P.O. Box 17635 Anaheim, CA 92817-7635 Traducido del inglés por Oscar D. Galindo