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LOS LiMITES DE LA CULTURA crtica de las teorias de la identidad alejandro grimson sae 7p ecto vein a.m ers, meno. “igi i eos, apres sallode pigina _—_blotoca nueva ———atvopos A Lucila, Mater Lene Tite rec dea evade identi 2° ‘inp Duenos Arex So Van etre 212 {ape hel tem (blots Cann de So Von) 1. Soclogla dea Cala. Tile (© 201, Sig Vina Eater SA i de cae un Pablo Cree tsa ore anrn 69 Inpro en: Are Gefen Dela // Ae Sie 245, lands / fnelimesde ago de 012 Hecho el depo que mac ey 1.728 Ingres en Argentina / Mad Agen {Conoces ls propiasdeterminaciones~incluyendo enue ellasy de modo deco fos tends hogs egemnicos sediments, "eter etrogene ytensonado de danas pono los perio de ln autoidealision ye roreanicane soe ‘es condicién ies sie gua non para sear na eed coca ae permit el sugimiento de over heron us prcicassoiaes dex eto, tes imaginatvos y 3, Las culturas son mas hibridas que las identificaciones ‘Una perspectva teGrica emergente, enrazada en tradi- cones parcales y dapersas, require dstinguir con la mayor clar- {dad posible algunas nociones clave para el andliss cultural de la hhegemonfa. En este capitulo nos ocuparemes de In “Yrontera", como referente empirico y como nocién teria, con el objetivo {de comenzar a desindar el concepto de cultura del de identidad. Las fronteras en general son expacis cruciales paral investiga én cultural y polities. En el conexto poseonsiruetivits, au inte és raica en que los agenciamientos humanos para edifiarlas re- sultan tan claros como sus resultados. Es deci, son espacios {donde antes no existian limites y donde los Extados y otros actores sociales -a veces hegeménicos, a veces sublternos- intervienen {de modos mniiples para fabricarlos e insitucionalizalos. Estos procesos conducen a la incorporacién -las fronteras hechas ‘uerpo- y ala fetchizacin “los mites contingentes consruidos por personas devienen fronteras naturals ente cosas En Ine iimas décadas, términos como “identidades, “fronte- sas"y “erritoroe” se conviteron en metiforae conceptual, aps- ‘entemente ies para eferir als mis ariadas dimensiones ys tuaciones. La expansién de esos usos metaféricos se combiné en ciertos casos con una perspectiva que ponta demasiado énfasisen la textual de “lo real” y unilateralizaba la eséica de lo social cen detrimento del anslsis de los conflicts de inereses no sélo cexpresidos en las identificaciones poliias, sino también en las politias de idensdad. En diversas regiones del mundo las nuevas formas de agrupamiento, asf como la reaparcion o el fortalec siento de otras mds antiguas, expresanluchas contra la desigual- ad y a favor de los derechos de la diferencia. A través de estos procesos, algunos conceptor centrales para comprender mejor hhuestra época 4e convirteron en prolonas, “no [en] problemas analfdcos, sino [en] movimientos histéricos que todavia no han sido resueltos", Cuando esto rucede “no ene sentido presar of dos asus sonorasinvtaciones oa ss rexonantesestruendos’ (Wir Iams, 1980: 21, ya que esa resonancia noes sino una convocator ‘ina la reproduceign de un cierto saber, de wna cierta prictica, de tun cierto campo. “Williams proponia esa stvaciones de eis, trabajar no solo sobre la etimologia sino sobre Ia historia social de Ia semanica (1980, 1988), En nuestro caso (yaqut el plural dela primera per- sona no es un mero arlugio enunciauvo) elegimos oto camino: fn lugar de concentrarnos en los sgniicados histricos buscamos| hacerlo -i se me permite decirlo~en uno de ss "eferentes. Es Gecir que en vez de hacer un estudio sobre el término “frontera realizamos varts etnografias sobre zonas fonterizas. En vex de ‘una historia semantic, hicimos una historia territorial, relacion ¥ sociocultural de expaciosfronterizos especificos. En lugar de pear a ia historia de las ideas, apelamos al trabajo de campo. Se trata de sina entrada complementaria (no contrapuesta) ala de ‘Willams para analizar esos conceptos/problemas. En los ails del cambio de siglo varios emgrafos encontriba- mos potencalmente productivo avanzar en el estudio del pro- blema “ronterss” porgue lo considerdbamos consiutvo dl pro- ‘lema “identidades’, ex decir, de los movimientos histricos que festaban implicados en estas conceptos. EI dilema era cémo en frentar esas investgaciones con fuerte base empirica para que, aun cuando en un fuer contsibuyéramosa las concepciones me- taforieas sobre las fronteras, estos aportes cuestionaran nes ‘ras prope visiones etnocéntricas. Ns parecia muy riesgosoha- blar constantemente de Ins fronteras sin conocerlas. En ese marco, sin un plan arménico de los diferentes trabajos, varios in- ‘estigadores decidinos concentrar nuestros estudios en zonas Te tres entre Estados nacionales. No se trataba, por cert, slo de tematizar ls fromterasexata- lesy-ande alld del fuerte énfasisempirico, que valorabamos~tam- ‘poco de empirismo, Antesbien, tatamos de ira las fronteras este As CULTURAS SOW aks HiBRIDAS QUE-LAS IDRITIFCALIONES 135 tales con una perspectiva ablerta que no a6lo nos permitiera de- tectaty comprender Ia muliplicdad yla mixtua de identidades sino también sus distinciones y confitos. Petendiamos conocer Jas combinatoras transfromterzasy tabi ls ligias locales de Aispotas interfronterizas, Ir lr fronts para mostrar I contin sgeaclay la istorcidad del limite no implicaba enfatizarexelusva- ‘mente su porosdad y sus cruces sno también las luchas de poder, tos estgmas petstentesy ls nuevas formas de naconalismo. En exe sentido, ls fronteras polticssofrectan un terztoro especial: mente productivo, no slo porque alli comivian poblacones que rupuestamente adscribfan 2 nacionalidades diferentes sino por- {que eran expacios con peculiar interés einterveneién del poder esata Los estudios etnogrificos desarvollados en los limites entre la ‘Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay relizaron tun aportetedrico a. exe debate dissnguiendo lo dos tipos de fon: tera que mis se confunden en el debate actual: las fronteras cules rales y Ie fromteras identitarias Ins fronteras de significado ye Sonteras de rentimientos de pertenencia, En los sltimossios, gran part de la investigaciones sobre fom terascn el Cono Sur se vinculé a una dsconformidad tedrieay po- ligca respect de In mods posmodernas que enfin la mlt- plicidad de las identidades y su fragmentacién, ocluyendo las felaciones de poder en general y la inervencién del Estado en. particular Las fronteras poliieasconstnuyen un terreno suma ‘mente produtivo para pensar ls relaciones de poder en el plano socfocultural,ya qe lot intereses, aciones eidentfcaciones de los actores locales encuentran diversas aticulaciones yconflctos con lo planes yl penetracién del Estado nacional La eri del Estado, come ha vst en diversas rontera, ex pres fundamentalmente através del etoceao de a protecciin so- ‘lal. Pero lo sttensas de contol yvepresién (del contrabando me- 11g Los theres be 14 cutruma nor fontriao, de las igracioneslmuof'en varios contexton se mansiniron o reforaron. Por ello, el Exado conta deve plan wn papel dominant como 4bivo del contol, la vole Ga, elorden yn organizain para aquellos cyasidentifiaciones ‘stinsendo wansformadas por a fuer gloales. Es iesgoso = teainar el papel del Esa en lava cotiana de los ciudadanos cinch ela de los iudadanos de oto pales Cuando exe papel ex sbestimadose core el seago de caer en cl exencalisma de la hermandd o, en st defect en et eencis limo de ia hibidacion generaizada. Enos dor exencilsmos han develo sentido comin academic ypoltico en hares an e- ‘motos ome a frontera ene México los Estados Unidos y arias frooteras del Cano Sur (Grimson y Vis, 2004). Ambos se susie tan en metiforas que refleren sl concepto de “win yhacen hie ‘apie, respectimente, en las Qguras de Ia “hermandad”y de “cruce" A es muy reciente excuchar babar acerca dela “her smandad de le pucblo fronterizs” en el Cano Sug de América Lina y dela “hermandad” de los inmigrantes mexicanos ymé lcoamericanos en Ia fromtera de MesicoBstados Unidos (Re- ‘condo, 1997; AAV, 1097a yb; Anzalda, 1998; Rosado, 1991; Salis, 1997). Come ha mostrado Vila (2000 yb) la metfora del “cruzador de fronterae” ha sido ampliamente ada paraiden- tfcar un “aevo jet dea hisovia"(limigrante mexicano © ‘centroameticano en los Estados Unidos ex tal ver el mejor een plo de este so} y como paradigin para pensar los contacto te ferularsesen general (Ate, 1095) Ambas metforas OS ‘igentes en cera producciinacadémica -ente ellas, la que so tiene que las ronteraa slo tienen tna exten real en los ma pal, ienen ua pinto en comin: invsbiizan ol confeto que Ths woes caactria sla ronteras potas. A subesimar el ‘conflict como dimensdn central del contacto entre cultures" se icles fa vnalizacin de as asimetras entre sectors, pos xaos y de las dinnicas de inchsi6n/excusin, at como de modaldadesespctias de incorporacion. revalece ala inagen de ques poblacione tofe han le ‘ado ala prcica desde hace ya miicho tempo una “imtegraion por abajo", ye, mis all cd las hipstesie de confits bélicos de Jos Estados, los pueblos fronterizos han dado muestras des her: rmandad. Estas pretensiones de totalizacién cultural eidenttaria impiden percibir Is relevancia de lor procesos de agregacion ‘equivalencia, ast como la articulacion de interes y diferencias Por oua parte, en un esfuerzo teria y politcamente orien {ado adeconsirui as dentfiaciones nacional, sha puesto de- _masiado énfasis en Ia “inexstencn"de ns Sronters para las pobla- ciones locales, produciendo una imagen congelada previa a Ia construccién del Esto, como si se crejera posible que se com plejos dispositivos no afeetaron ni afectan cultural e identiaris- mente a esas poblacones. Esta versinroméntcay exencialista ha Impedido comprender de modo cabal la relevancia cognitive, sfectiva y politica del Estado y de la nacién, nel caso del Gono Sure solo hecho de que cierasairmacio= nes sobre I “cultura compartida” a awencia de conflict inter- fronterizo fermen parte del discurto naive debesia hacer sospe- char alos exnégrafos de su carter dscriptivo de lo real. O por Jo menos a aquellos antropélogos que no adseriben al romantic cismo ingenuo y advierten las esuatagiasy las manipulaciones de lasidentidades (Grimson, 2000). Sin embargo, micas veces si- cede lo contraro, Ese discursonativo fascina al etnografo roman coy se presenta como una “demostracin empircs” del impacto nulo de las politica extaaes. Este arulugio conceptual reine los conceptos de “flea concien- ‘a"y populismo. Si bien Ia macin serfa par esta isin tna alsa concienca, In supuestarelevancia de em ientiGcacion se adju- dica ala capacidad de resistencia y de produceién auténoma de los sectores populares. Las expresiones de deseo de lo investiga: dores obstryen la comprensin de ls setidosprcticos que te- nen las identifieaiones para los sujetos que dicen estudiar. Los estos sobre las fronteras de Europa, Africa y Asa (véanse Donnan y Wilson, 1994; Wilson y Donnan, 1998) muestran que 116 10s tires ne 2a CULTURA las fontras del mando son my heterogencas y mumamente iteduedoles No slo ls eaconesinterexatales son dives thnbi oon los vinclos ene as soled fromtrizas 750 nadosnacioales Cada Estado consid wn vinelo pete far eon la ncn, el ertoro ya pobacn En as enters en- tran en contacto os pecuie entumaor olocaluraes de wn y oir pais To fonter ffanco-sptiol avec haber un contrat entre tos Psncon oecidemules (donde se verifies una oer nterven- ign estna, como analiza Douglas, 1998) os Prineos orent- tes (con acta partipaion local siguiendo Salis, 1989) Frente a una vin ei que eteradamente cima s po- ‘acones locales (no sin razones, por apes), Salis muestra {ue los pobladoresFonerzos pueden ydebem ser Vstos com Aenes de mu propa historia (en cirnstancar que evident tmente no han legide). Aunque exten simeuyaesuctral The eos plladore sus respec Estados, ern ingen ones quelaspblaiones saan unis conven en emo $i cuando hs fenterassorpesvamente les eayeron encima. En Cerda, ta fontera dai tna pobaeém que hablaa Ia ‘ma lengua responds a aditonescomumnes. Sn embargo, ‘Cr miana plain, por crcnstancis Nini expels, se involvrs sesvamenteen propa ds, {En el Cano Sut, aunque no cononeao aon tan extremes, cigncomenzaner pensar como opis fontrzra oes de las teducclone aos gunantes, tow Sondarant, To fds Fograndenesyamnchos tox score seis que tavern pepelelevant staves de wit €xtory nn fracas emo a Ge Fx Gunranfea de medindos del siglo XVI (Quarles, 2009) en Inconsrvecon de as ronerspoisas. i bien el proceso de de Sheian de ens roneras ose gots en as aetonen de eto 2" fered yu ls respects Estadon vero wn papel ae, ‘Shpoco puede comprenders In cin etata in analizar su mpl vneulos com Io ators ecales enn Santer (Cri son, 2003), {a relevnela de estos problemas hisiricos se hizo evdente en ;nuesiro propio wabsjo etnogrfica sobre los procesos socioculare As CULTURAS SOW MAS HIBRIDAS QUE LAS DENTINCACIONES 117 Jeven las fronteras contemporineas (Gordllo, 2000; Escolar, 2000, Karasik, 2000; Vidal, 2000; Grimson, 2000a y b). Fue entonces ‘sande comenzamos a comprender que las pricticas cultures ‘ruzan fronterat que las identifiaciones eproducen y refwerzan. Por mencionar silo un ejemplo: en las ciudades de La Quiacay Villazin, styadas en la fromtera entre Ia Argentina y Bolivia, se realizan dos festa de carnaval con trajesidéntcos. En 3000, por cicaser de sastres, slo pudieronfabrcarse trajes en Vilaxén, Bo- livia, que Gnicamente alcanzaban para un grupo de bailaines. Cuando los axgentins cruzaron a Villazén y compraron todos los trajs de diablos que encontraron, dejaron alos bolivianos sin ta- {Jes para su carnaval. Eto prowe6 un escéndalo en la fronter, ya {ue los boivanes lo consideraron un “robo de cultura” (Karas, 2000). Las dos poblacionescelebran la misma fest. Pero a nadie se le ocuri imaginar entonces que pudieran celebrarlaconjunta- ment. Eve podria ser un deseo de los antropélogos, pero, paralos pobladores locales, la fontera consiuye y limita su imaginacién, Visuaizar las fronteras del mundo —susIteraturas, ss peliculas y sus vidas cotdianae~equivale a hacerse de un caleidoscopio. En (Colombia, hablar de fronterasesen buena medida aludir a terr- torios en poder del Estado, de la guerrilla, de los paramiitares © el narcotritico, Teritorios nacionsles en disputayfronteras en ‘expansién son dos conceptos que allfcobran una vigencia drams- Nica. En el caso de Bota, ls conficios teritoriales por la pro- duceién de coca también estin presents, Pero hay otras conexio- nes y contrasesfuertes entre Colombia y Bolivia, sobre todo si ‘pensamos en la frontera interéinicasenfazadas en susreformas consitucionales de las décadas de 1990 y 2000, asi como en sus politica publica de los dimosafios. En Bolivia, el concepto de frontera vemite también ala frustracion que conllea ni cond ‘ign mediterrénea, producto de una guerra decimonénica, pero habla asimismo del Parlamento con mayor presencia de disintos 18 Los uheres bea cuxruma _grupor indigenas de América Latina. En Uruguay la frontera puede aludir tanto as constnicién como pais (con el antiguore- lato del Esado‘apén entre Is Argentina y Brasil) como 2 una de las regiones en Ins que se aivide e! mapa nacional. En la Argen- tina, en cambio, reflere histricamente a la “frontera con el in ‘do", asi como ala expansin territorial conta las poblaciones in digenas (Ja asi lamada "conquista del desierto"), momento ‘ervical en In consisicién del Estado moderne: frontera agricola, Sonera militar, rontera de ciudadania, A aver conllevaremini- cenctas del dicurso miiarisa de la década de 1970 acerca de “marchar a ls fronteras" contra el "enemigo” limttrofe, sobre todo Chile y Brasil. En In actsaidad, el Con Survive simultines- mente los anuncios de dsolucién de sus fronteras a rair del Mer- cost, dtolueidn que en una primera instanca slo se veriicaba para cl gran comercio internacional. En el plano de las socieda- ‘er las coltures, durante In primera fase del Mercosur so se au- ‘mentaron los contrles catidianos, euesionados por la agenda politica del derecho aia migracion libre en la gin. Investiga las fronterasy comprender los sentidos que revisen para la gente del lugar impliea spender lox presupuestos etno- ‘énicos, derivados ya cea de In geopoliicaexatal ya sea de los ‘divetsos romantcisos populist. Al analiza yrevelar conflictos sociales y simbélicos entre grupos subalternos, no pretendemos ‘estableer cules son nuestros descoséico-poliicos de porosidad yyantculacicin, sno asumir la tarea de reconocer los efectos soci- lesy culturales del largo proceso de construccién de los Estados nacionales ycomprender los sentidos prcticos dela nacionalidad pra los distints sectors sociales. “La accion sistemdtica de los Estados modifié, en algunos eos, Jas propiascasficaciones identitarias de los grupos sociales. Por ejemplo, los grupos indigenas que habitaban ls mirgenes del Pi- comayo uslizaban el rfo como exiterio de demarcacién entre los pobladores “xf arriba” y "vio abajo" La creciente presencia de fos Estados nacionale en la region ~a uavés de sus fuerza militar rer-implicd un cambio en la percepcion de los aborigenes, que ‘comenzaron en algusios casos &definir los limites intetribales en funeidn de una w otra margen del rio ya claficar alos grupos en , 1S CULTURAS SOW 1S HIBRIDAS QUE LAS DENTIFCACIONES 119 funcién del ronterainteresatal (Gorllo y Leguizamén, 202) £1 Estado y la nacin fueron incorporados 2 las eategorias y lat préesicas nativas, Por supuesto que en el heterogénes territorio Istinoamericano las relaciones entre identifcaciones éticaey na cionalesvaran tegin lt poblacionesindigenasy su relaciones ‘om lo dissintos Eads nacionales, Pero incluso en zona donde los Estados han egado de manera comparatvamente débil, ‘pmo la Amazonia os natvos Taku han incorporado la nacio- alidad bradileia, peruana y colombiana como parte de los mo- dos locales de identifiacion (Léper, 2001), ‘Los interes sentmnientos euelendefinirse en términos nacl- pales en varias ciudadesfronteriza (véanse Karasik, 2000; Grim son, 2003). Si bien ls sistemas de intercambio (comerciales, po cos, culeuales)implican una mayor o menor permeabilidad de Ja frontera, no necesariamenteconllevan una modificacién de ls clatfcacionesidenuitaris yautoafliaciones nacional. ‘Actualmente, palabras como “glabalzacién”e “integracén” se dnan puesto tan de moda como el postulado de la desparicién de Jas fromterasy las naciones. Brigida Baeza (2009), analizando la frontera argentino-chilena, most que todo esto no es sino una mers expresin de desear de los ensyistas que desconocen los proceso sociales que atraviesan los habitantes de carme y htso pobladores para quienes las marcaciones nacionales no tenfan smucho sentido hace poco més de un siglo aris, y en quienes esas categorias tienen hasta hoy sedimentos poderosos y activos, En ‘10s proceso, atraverados por Is nacionalizaién y Ia provincali- ‘cin, las elaciones entre los pcblosinigenss, los inmigrantes| chilenosy los inmigrantesgaleses configuran un entramado com plejo, en el ual “los grupos sociales denominados fendadors, por eres, patits, etablecdoso ye construyeron una representacicn del tempo de residenciaindependientemente de una nocién ob- Jetva del dempo real” (Baeza, 2009). Como muestra Baeza, el "empo de resdencia” ex una fabricacién politica que vene a le- 10 peer una expr recent on ona pg sgn serum pron "naa ee ena age gar una desigualdad social cuya sociogénesis debe recons. ‘rulrse en otros lugares, Enel proceso hitério de largo plazo puede notarse cOmo a gunas fronteras, que efectivamente"sélo existian en los mapas", fueron consttuyéndose a través de Ia intervenci6n del Estado -y ‘en algunas ocasiones de las poblaciones locales como marcado- res tervitoriales de nuevas dstinciones polities y culturales. Mientras algunas fronteras nunca slieron de los mapas (an cjemplo paradigmético fe Tordesilla), owas se hicieron palpa- bes, Una enorme eantidad de territories fueron fronterizados. sos procesos de fronterizacién que tornaron muy reales 1s fronteras aduanerae, migratoria y de cudadania para las perso- nas y los grupos sociales hicieron que los Kites territoriales Smbélicosfaeran parte consticutiva de la vida cotiiana de los ppabladores fronterizos, pero umbign de Ia cosmovision y de una tiversidad de prictcas de todos los habitants y ciugadanos de os paises implicados. ‘Un resultado general de ls invesigaciones en cl Cono Sur esa clemental consataci6n empirica -por lo dems irrelevant, de no Ser por certs tess globaisias o de un culturalismo extremo= de {que las fronterascontingan siendo barrera arancelaras, migrato- ‘as, pereeptivasyclaiieatorias, Es continuidad es histriea, ya {que Ine caracteristicas y los sentdos de esas harreras son actual thente recreados en el marco de los discursosy ls polieas de “ine tegraciin regional"y de las dinfmicas de globalizacién, —~ Pablo Vila, en su estadio sobre la ftontera méxiconorteameri cana, habia mostrado un fenémeno similar. Sefilé entonces que ‘compartir algunos arpectos de a cultura no necessriamente in plea tener una identidad comin. Delo contraro, gcmo podemos explicar que muchos méxicoamerica- thos en Is frontera orgullosamente celebran la fests 7 1s CULTURAS SOM MAS HBRIDAS QUE LAS EITATCACIONES 121 mexicanas (sobre todo el § de Mayo), comen comida ‘mexicana, hablan castellano ycantan canciones mexics- nas, pero simultineamente aplauden todos los esuerzos aque hacen las autoridades estadounidenses para detener Jn inmigracién (legal eilega) de los mexieanos "reales", quienes, para algunos méxicoamericanos, representa, Ja verdadera otredad? :Cémo deberiamos interpreta el caso de los mexianos fronterizos que continuamente mezclan el castellano con el inglés ("Se me ponché Is lant” [se me pinché una goma del auto}, "No pude parquear Ia efoea” [no pude estacionar la camionetal, “Vamos a comernos unas winnies”[salchichat, et), co- ‘men hamburguesas en MeDonalds, continsamente van al “oo lado” a comprar mercaderfasnortesmericanas, ‘escuclian ocksmericano, pero al mismo tiempo ertican himica y experiencia cobrason retevancia sobre las arculaciones se comunidad, cultura y teritorio, La frontera fue, en diversas siseiplinas, un modo de condensar fa nueva importancia que de 1s CULTURAS Son WS HEBRIDAS QUE LAS IDENTIFICACIONES 191 ahi en mis cendrian los éonceptos de set, historia y cultura en las cencias sociales las humanidades. En 1990 Néstor Garefa Cancini public Cultus Arid, bro ‘que culminaba con au abajo en Tijuana, entendida come labors tori de una iterculuraidad que no permitfa pensar fronterss simblicas definidas. En América Lana ~y en otras regione ex tos temas se vincularon 2 los cuestionamientos dela uniformidad 4e las naciones ,aveces, de su potencialidad como artculadoras de diversida. Estos nuevos estudios extvieron tides por el op- ‘mismo del contact inercultral, Frente alas retricas que cot sideraban el contacto ransronterizo como la contaminacién de tuna supuesta ascendenci, el énfasis en las dinsmicas posvas de los entelazamientos se vinctlaba al impalso deconstructor de ess pretensionesesencals. Pero la investigacin posterior most que, i bien eats ext dios hablan conwibuido al gio conceptual hacia la sociogénesisy 1a hiridaciéa, el evo consenso académico propicinba nuevos “debates. Fl contacto se entreerwza con lo poderes las desigualds- ‘des y las hegemonias, Por eso Garcia Cancini ha planteado que, para analizar las desigualdades entre sociedadesy culiras, hay ‘que considera la hibrdacion como “un proceso al que se puede aceedery que se puede abanvdonar, del cual se puede ser excluido ‘al que pieden subordinarnos” (2001: 19), El destrollo antropologico de a investigacion sobre ls fromte- ras conlleys, por lo tanto, un deble reconocimiento. Por un ldo, Jaszonasfonterizas no sho se reelaron como lugares de erce y didlogo sino como espacios de confito y de desigvaldadescre- clientes. Mientras los Exados Unidas fortalecen sus controlesmil- ‘ares y paramiltares en la rontera con México, Europa lbera sus fronteras internas y endurece proporcionalmente las externas (Driessen, 1998), Por otro lado, en términos concepmals se reconoce -como ya hnabia vefalado Barth (1976)~ que cruzar una foatera no implica necesariamentedesdibujrta Asi como el vneulo no zmplica user ia de conflict, Ia comnicacién entre dos grupos pede ser el proces que les permite dinguinse no del oro, Nadie se preci pa demasiado por diferenciare de grupos lejos “Los ottos” ig. ge Los tbs neta cuLTuRa nifiatvos genetalmente gon nuestros vecinos: los grupos limitro fes yu rea geogréticao simbélicamente Michaelson y Johnson (2008) desarvllaron wna erftica de Ia cxencializacion dela eulturas de In fontera en su Tera del fron- ter, Desde esta perspectiva, la hegemonfa no consisiria bisiew- mente en lajerarquizacion de un “nosotros (angio) yl estigmae tiacign de un los otra (mexicano, chicano w otro). Sat fuese, ‘se tatariasencillamente de proponer y defender I inversion de sus sentdos (eje de muchas arculacionessubalternas). La wane ‘a consisteen que Ia hegemonfa se constiuye en el praceso de Dposiién de dos entidades, contraste reproducido en el intento ‘de trastoca la valoracin. Fl secreto radies en la frontera, ya que ‘cuando énta no es cestionsd, la politica cultural revea sus pro- pics limites 1 pensamienw sobre Is fronteras no carece de terior Casson, enconces fas ronters de Amica Latina? Son as ffomteras de os contabandatas hormiga, las hiperobseradhs Tessevicos de intligencia por sr supuestostevtrios de Errovia,o aque habiada y cruzada por indigenas? Ea chro rogine, sdmo ton represehadss,cdmo se vr. lat ffomtersslsnoamerieanas Son las ronera internacionales de Lat Llrits dela soda, de Octo Pa, tan elevates en debe mexicano? (Sona fronteras de ls Meratra las artes, placa que natant expansion hacia ol dsertoy contra los Thaw Son la velao ee convienca terete ba tut un presenes en el cine contemporsneo? {0 las velaciones Ge poder cntmidad que dlinesba Cberto Prey en su Gas dealt Pfensionemos a uno de los autores de esa multiplicidad. Borges celorenyentcatos tes dnbion olor gatehos 1s indie Jor neon explora testovos como a tontera de Bra con a Repos Oven ol Clon el Stermentose nero ite 145 CULTURAS SON MAS HbRUDAS QUE LAS MHVTIN.CACIONES 155 irivamente acerca de los eiterios de las elasfcacionesy las from terasy postula incesantemente la univesilidad que se guarece de tris de todas nuestrasinvenciones particulars. Del owe lado de {rontera, entre los indios, "El emdgraft (tewlo de un evento de Borges) aprende el seereto que “vale para cualquier lugar y cual (quier cireunstancia” La contingencia de los limites y la pos dad de atravesarios hasta "passe del otro lado” tie el relato "Historia del guerrero y la cautiva™ Yla unidad humana imagi- nada desde Ia frontera con Brasil, zona de mezcls gauchasy de mites ireales, es el cosmopolitsmmo de “El Congreso",

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