cuales son evidencias los actos econémicos en
cuesti6n. (...)
En nuestra opinién, la economia pura es un ejemplo
perfecto de un significado complejo objetivo sobre
significados complejos subjetivos, en otras palabras,
de una configuracién objetiva de significados que
estipula las experiencias subjetivas tipicas e
invariadas de cualquiera que actie dentro de un
marco econémico. (...) Excluido de un esquema asi
tendria que estar cualquier consideracién de los
usos a los que se van a poner los “bienes” después
de requeridos. Pero una vez que dirigimos nuestra
atencién al significado subjetivo de una persona in-
dividual real, dejando atras al andénimo
“cualquiera”, entonces por supuesto tiene sentido
hablar de un comportamiento que tipico. (...) Es
verdad que ese comportamiento es irrelevante
desde el punto de vista de la economia y es en este
sentido en que los principios econémicos son, en
palabras de Mises, “no una declaracién de lo que
sucede habitualmente, sino de lo que
necesariamente debe suceder”.[38]
14
Los Principios Diabdlicos
del Hillarycare
Murray Rothbard
Mises Hispano + 155es que Dios, o el diablo, dependiendo de tu punto de
vista, “est en los detalles”. Hay un sorprendente
acuerdo entre tanto los defensores como demasiados de
los criticos de la “reforma” sanitaria de Clinton. Los
defensores dicen que los principios generales del plan son
maravillosos, pero que hay unos pocos problemas en los
detalles: por ejemplo, cudnto costard, cémo se financiara
exactamente, si las pequefias empresas obtendran
suficiente subvencién como para compensar sus mayores
costes y asi hasta aburrirnos.
EF; tépico habitual acerca del plan sanitario de Clinton
Los supuestos criticos del plan Clinton asimismo se
apresuran a asegurarnos que ellos también aceptan los
principios generales, pero que hay montones de problemas
en los detalles. A menudo los criticos presentan sus
propios planes alternativos, solo ligeramente menos
complejos que el plan Clinton, acompafiados por
afirmaciones de que sus planes son meno coercitivos,
menos costosos y menos socialistas que el trabajo de Clin-
ton. Y como la atencién sanitaria constituye alrededor de
un séptimo de la produccién estadounidense, hay detalles
suficientes y variantes como para mantener a un montén
de expertos politicos durante el resto de sus vidas.
Pero los detalles del plan clintoniano, aunque diabdlicos,
son simplemente diablillos comparados con los principios
generales, donde realmente acecha Lucifer. Al aceptar los
principios y luchar por los detalles, la Leal Oposicién solo
consigue regalar la tienda, y lo hace antes incluso de que el
debate sobre los detalles se lleve a cabo. Perdidos en una
maleza de minucias, los criticos conservadores de la
reforma clintoniana, al ser “responsables” y trabajar
dentro del paradigma establecido por El Enemigo, estan
prestando un servicio vital a los clintonianos al renunciar a
cualquier oposicién radical al Gran Salto Adelante de Clin-
ton hacia el colectivismo sanitario.Examinemos algunos de los mefistofélicos principios
generales en la reforma clintoniana, secundados por los
criticos conservadores.
1. Acceso universal garantizado. Se ha hablado mucho
recientemente acerca del “acceso universal” a este o
aquel bien o servicio. Muchos “libertarios” o partidarios
del “libre mercado” en la educacién, por ejemplo,
defienden los planes de cheques escolares financiados
por impuestos que proporcionen “acceso” a la
escolarizacion privada. Pero hay un sola entidad, en
cualquier tipo de sociedad libre, que proporciona
“acceso universal” a todo bien o servicio concebible, y
no solo a la salud, la educacién o la comida. Esa entidad
no es un cheque o una tarjeta de identidad clintoniana:
se le llama “délar”. Los délares no solo proporcionan
acceso universal a todos los bienes y servicios: los
proporcionan a cada tenedor de délares para cada
producto solo en la medida que desee el] tenedor de
délares. Cualquier otro acceso artificial, ya sean
cheques 0 tarjetas sanitarias o cupones de comida, es
despético y coactivo, penaliza al contribuyente, es
ineficiente e igualitario.
2, Coaccién. El “acceso universal garantizado” solo puede
proporcionarse por el robo de los impuestos y la esencia
de esta extorsién no cambia por llamar a estos
impuestos “tasas, (...) primas” 0 “contribuciones”, Un
impuesto con cualquier otro nombre huele a podrido y
tiene consecuencias similares, incluso si solo los
“empresarios” se ven obligados a pagar las mayores
“primas”.
Ademés, para que a todos se les “garantice” el acceso a
algo, tiene que verse obligados a participar, tanto al
recibir sus “prestaciones” como al pagar por ellas. Por
tanto, el “acceso universal garantizado” significa
coaccionar no solo a los contribuyentes, sino a todos
Mises Hispano « 157como participantes y contribuyentes. Todos los llantos y
gemidos acerca de los 37 millones de “no asegurados”
ocultan el hecho de que la mayoria de estos han tomado
la decision racional de que no quieren estar
“asegurados”, que estén dispuestos a asumir la
posibilidad de pagar precios de mercado si necesitan
atencién sanitaria. Pero no se les permitira librarse de
los “beneficios” del seguro: su participacién se
convertira en obligatoria. Todos nos convertiremos en
reclutas sanitarios.
Igualitarismo. Universal significa igualitario. Pues el
temible tema de la “justicia” entra inmediatamente en
la ecuaci6n. Una vez el gobierno se convierte en el jefe
de toda la sanidad, bajo en plan de Clinton o la Leal
Oposicién, entonces parece “injusto” que un hombre ri-
co disfrute de mejor atencién médica que el mendigo
mas bajo. Esta treta de la “justicia” se considera
evidente y nunca se somete a critica. éPor qué el
sistema sanitario “a dos niveles” (realmente ha sido
multinivel) es mas “injusto” que el sistema multinivel
para la ropa o la comida o el transporte? Al menos hasta
ahora, la mayoria de la gente no considera injusto que
alguna gente pueda permitirse cenar en The Four Sea-
sons ¢ irse de vacaciones a Martha’s Vineyard, mientras
que otra tiene que contentarse con McDonald’s y
quedarse en casa. éPor qué es diferente la atencién
médica?
Y aun asi, una de las ideas principales del plan Clinton
es reducirnos a todos a un estatus sanitario igualitario y
de “un nivel”.
4. Colectivismo. Para asegurar la igualdad de todos y cada
uno, la atencién médica ser colectivista, bajo la atenta
supervision del consejo federal sanitario, con
provisiones y seguro sanitarios dirigidos por el gobierno
hacia colectivos y alianzas regionales. La practicaprivada de la medicina esencialmente se eliminard, de
forma que estos colectivos y organizaciones seran la
Ginica opcién para el consumidor. Aunque los
clintonianos traten de asegurar a los estadounidenses
de que atin pueden “elegir su propio doctor”, en la
practica esto seré cada vez mas imposible.
5. Controles de precios. Como es bastante sabido que los
controles de precios no han funcionado nunca, que
siempre han sido un desastre, la administracién Clin-
ton, siempre habil en los trucos semanticos, ha negado
rotundamente que se haya contemplado ningiin control
de precios. Pero la red de serios controles de precios
sera demasiado evidente y dolorosa, incluso si leva la
mascara de “primas maximas, (...) costes méximos” o
“control del gasto”. Tendran que estar ahi, pues es la
promesa del “control de costes” la que permite a los
clintonianos hacer la absurda afirmacién de que los
impuestos apenas subiran. (Excepto, por supuesto, a los
empresarios). El férreo control del gasto sera aplicado
por el gobierno, no solo sobre si mismo, sino
particularmente sobre el gasto privado.
Uno de los aspectos mas temibles del plan Clinton es
que cualquier intento que hagamos los consumidores
por evitar estos controles de precios, por ejemplo, pagar
precios mas altos de los fijados a doctores en practica
privada, sera perseguido penalmente. Asi que el plan
Clinton declara que “un proveedor no puede cobrar o
recabar del paciente una tasa que exceda la lista de
tasas adoptadas por una alianza” y se impondrén
sanciones penales a “pagos de sobornos o
gratificaciones” (es decir, “precios de mercado negro”)
para “influir en la prestacién de servicios sanitarios”.
Por cierto que al argumentar a favor de su plan, los
clintonianos han afiadido el insulto a la injuria
empleando un sinsentido en forma de argumento. Suprincipal argumento para el plan es que la atencién san-
itaria es “demasiado costosa” y esa tesis se basa en el
hecho de que el gasto sanitario, en afios recientes, ha
aumentado considerablemente como porcentaje del
PIB, Pero un aumento en el gasto no es lo mismo que
un aumento en el coste: si lo fuera, se podria
argumentar facilmente que, como el porcentaje de PIB
gastado en computadoras ha _aumentado
desmesuradamente en los tltimos diez aiios, los “costes
informaticos” son por tanto excesivos y deben
imponerse inmediatamente severos controles de
precios, maximos y controles de gasto a compras de
computadoras por parte de consumidores y empresas.
Racionamiento médico. Controles severos de precios y
gastos significan, por supuesto, que la atencién médica
estara estrictamente racionada, especialmente porque
estos controles y maximos aparecen al mismo tiempo
que se “garantiza” la atencién igual y universal. En
realidad, a los socialistas les encanta siempre racionar,
ya que eso da a los burécratas poder sobre el pueblo y
genera igualitarismo coactivo.
Y esto significa que el gobierno y sus burécratas y
subordinados médicos, decidiran quién obtiene el
servicio. Los totalitarios médicos, ya que no el resto de
nosotros, estardn vivos y bien en Estados Unidos.
El consumidor fastidioso. Tenemos que recordar algo
esencial acerca del gobierno frente a las operaciones de
negocio en el mercado. Los negocios siempre ansian
que los consumidores compren su producto o servicio.
En el libre mercado, el consumidor es el rey o la reina y
los “proveedores” siempre tratan de obtener beneficios
y conseguir clientes sirviéndolos bien, Pero cuando el
gobierno dirige un servicio, el consumidor se convierte
en un grano molesto, un usuario “derrochador” de los
escasos recursos sociales. Mientras que el libre mercado
Mises Hispano « 160es un lugar de cooperacién pacifica en el que todos se
benefician y nadie pierde, cuando el gobierno
proporciona el producto o servicio, todo consumidor es
tratado como utilizador de un recurso solo a costa de
sus conciudadanos. El campo del “servicio pablico”, y
no él libre mercado, es la ley de la jungla.
Asi que aqui tenemos el futuro sanitario clintoniano: el
gobierno como racionador totalitario de la atencién
sanitaria, distribuyendo de mala gana igualdad para
todos al mas bajo nivel posible y tratando a cada
“cliente” como una plaga derrochadora. Y si, Dios no lo
quiera, tienes serios problemas de salud o eres un
anciano o tu tratamiento requiere més recursos escasos
de los que considera apropiado el consejo sanitario,
bueno, entonces el Gran Hermano Racionador o la
Gran Hermana Racionadora en Washington decidiran,
segtin el mejor interés de la “sociedad”, por supuesto,
darte el tratamiento del doctor Kevorkian.
. E] Gran Salto Adelante. Hay sin embargo muchas otros
aspectos ridiculos aunque casi _universalmente
aceptados del plan Clinton, desde la burda perversion
del concepto de “seguro” a la visién imbécil de que una
enorme expansién del control del gobierno de alguna
forma eliminara la lad de rellenar formularios
sanitarios. Pero basta para destacar lo mas importante:
el plan consiste en un Gran Salto Adelante mas hacia el
colectivismo.
Esto lo expuso muy bien, aunque con admiracién, Da-
vid Lauter en Los Angeles Times (23 de septiembre de
1993). Cada cierto tiempo, decia Lauter, “el gobierno
colectivamente se prepara, respira profundamente y
pega un salto a un futuro desconocido”. El primer salto
estadounidense fue el New Deal en la década de 1930,
saltando a la Seguridad Social y la extensa regulacién
federal de la economia. El segundo salto fue la
Mises Hispano « 161revolucién de los derechos civiles de la década de 1960.
Y ahora, escribe Lauter, “otro nuevo presidente ha
propuesto un plan radical” y hemos estado oyendo de
nuevo “los ruidos de un sistema politico calentando pa-
ra el gran salto”.
Lo nico importante que omite Lauter es ésaltar
adénde? A sabiendas o no, su metafora del “salto”
suena a verdad, pues recuerda el Gran Salto Adelante
de la peor oleada de comunismo extremo de Mao.
EI plan sanitario de Clinton no es una “reforma” y no
atiende una “crisis”, Eliminemos la falsa semantica y lo
que tendremos sera otro Gran Salto Adelante al
socialismo. Mientras Rusia y los antiguos estados
comunistas luchan por salir del socialismo y el desastre de
sus “atencién sanitaria universal garantizada” (miremos
sus estadisticas vitales), Clinton y sus extravagante grupo
de expertos de alumnos de grado izquierdistas envejecidos
estén proponiendo destrozar nuestra economia, nuestra
libertad y lo que ha sido, a pesar de todos los males
impuestos por la intervencién publica previa, el mejor
sistema médico de la tierra.
Por eso debemos luchar de raiz contra el plan sanitario de
Clinton, por eso Satan estd en los principios generales y
por eso, el Instituto Ludwig von Mises, en lugar de ofrecer
su propio plan sanitario de 500 paginas, se adhiere al plan
de principios “en cuatro pasos” redactado por Hans-
Hermann Hoppe (TFM Abril de 1993) de desmantelar la
intervencién publica existente en la sanidad.
éPodemos sugerir algo mas “positive”? Sin duda: équé tal
nombra a Doe Kevorkian como médico de la familia Clin-
ton?
Mises Hispano + 162