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Teoria de la sana critica e BORIS BARRIOS GONZALEZ Ww RESUMEN Nos interesa el estudio ideol6gico de la sana critica, como un derivado in- termedio 0 ecléctico entre la prueba tasada y la libre conviccion, porque nos interesa abordar la sana critica como el criterio que rige, ordinariamen- te, en nuestro sistema para la valoracién de la prueba. Para lograr el come- tido, se estudian las acepciones de regla, sanidad y critica para desarrollar- Jas con sentido social y juridico. a través de la obra de importantes juristas que son sustento de esta interesante teorfa, para llegar, luego, a la conclu- si6n pristina de que en un Estado Social y de Derecho, el razonamiento y la exposicién de motivos son parte integral del debido proceso, y es ahi donde encontramos la enunciacién de las reglas de la sana critica ABSTRACT \We are interested in the ideological study of the sound criticism as an intermediate or eclectic derivative between the measured proof and the free conviction, because we are interested in approaching the sound criticism as the criteria that rules, ordinarily, in our system for the valuation of the proof. To achieve the assignment, the significances of rule, soundness, and ‘criticism are studied in order develop them within a social and juridical sense. Likewise, we are presenting a philosophical and a juridical foundation through the work of important jurists who are supportive of this important theory in order to immediately come to the pristine conclusion that in a Social State and a State of Law, the reasoning and the exposition of motives are an integral part of the due process; andit is there where we find the enunciation of the rules of sound criticism. 1. ORIGEN La sana critica, como criterio de valoracién de la prueba, tiene sus orfge- nes! en los articulos 147 y 148 del Reglamento del Consejo Real Espaiiol, el Viese VIGENTE Y CARAVANTES, José de. Tratado Histiico, Citico, Filos6fico de tos Procedimientos Judiciales en Materia Civil, segdn la Nueva Ley de Enjuiciomiento, Madidifspafal: Ed imprenta de Gaspar y ig, 1856, 11, p. 225, SARTORIO, José. la Prueba de Testios en el Procedimiento Federal, Buenos Aces{Argentna): Eitri Juisprodencia Argentina, 1945, p. 184; SENTIS MELENDO, Santiago La Prueba. Eitorial EJEA. 1990 p. 259, + OPINION JURIDICA + FACULTAD DE DERECHO UNIVERSIDA\ 100 cual establecta que el Conse- jo debia apreciar “segin las reglas dela sana critica las cir cunstancias conducentes a corroborar o disminuir la fuerza probatoria de las de- claraciones"; previsién nor- mativa que sirve de antece- dente inmediato a la Ley es- pafiola de Enjuiciamiento Ci- vil de 1855, en cuyo articulo 317 se establecid, entonces, que: "Los jueces y tribunales apreciarén, segin las reglas de la sana critica, la fuerza probatoria de las declara- ciones de los testigos.” No obstante, también el art culo 82 del Decreto (espafiol) de 20 de junio de 1852, que trataba la “jurisdiccién de ha- cienda” establecia que la cer- teza de los hechos debfa for- marse por las “reglas ordina- rias de la critica racional’, aplicada a los indicios, datos y comprobantes de toda es- pecie que aparecieran en la causa Vicente y Caravantes, consi- derado el més insigne de los comentadores de la Ley de Enjuiciamiento Civil Espafio- la de 1855, refiere, ademas, la existencia de la regla 45 de Ja Ley Provisional para la Apl cacién del Cédigo Penal, la cual mandaba que los tribu- nales adquirieran el conven- cimiento de la criminalidad del acusado examinando las pruebas y graduado su valor segtin las reglas ordinarias de la “critica racional”; pero que al no encontrar el convenci- miento segin la evidencia moral que requerfa la Ley 12, Titulo XIV, de la Partida Ter- cera, debia imponer. en su ‘grado minimo, Ia pena sefia- lada en el Cédigo? Lo que hoy entendemos como "sana eritica”, Vicente y Caravantes, al estudiar sus origenes, la expuso como “sana filosofia”, “critica racio- nal” 0, en efecto, “sana criti ca", lo que pudiera entender- se, entonces, como términos etimol6gicamente equivalen- tes De lo que se traté con la re- daccién del articulo 317 de la Ley Espafola de Enjui- ciamiento Civil de 1855 fue dejar al “criterio judicial la apreciacién de la prueba de testigos”; esto era dejaral ar- bitrio prucencial del juzgador determinar e] valorar de los medios que formarian su con- viccién. De esta manera el juzgador quedaba en libertad de derivar su conviecién no dela versién incierta que pro- porcionaran dos 0 mas testi gos, sino de la afirmacién convincente de un solo testi- gon causa. Pero, claro, con- siderando aspectos particula- res de la prueba, como facul- tades psiquicas del testigo. moralidad, contenido de la declaracién, probidad, rela- cién del testimonio con el hecho, ete, 2 VICENTE Y CARAVANTES, José de, Ob. cit, p. 225 y's 3 SENTIS MELENDO, Santiago. Ob. cit, p. 258 MEDELLIN + Este es, pues, el origen de la sana critica que, al decir de Sentis Melendo, “el concey to y la expresién nos perte- necen; son netamiente Rispé- C65. Fuera de nuestros pai- ses, la sana critica, como sis- tema de valoracién de la prueba, 0 mejor como expre- sidn de esa valoraci6n, no se encuentra” Explicacién que tiene sentido porque, al haber sido ideada en Espatia, la Ley de Enjuicia- miento Civil Espafiola de 1855 influye directamente en, las legislaciones _lati- noamericanas, 2. REGLAS DE LA SANA CRITICA Dijo Sentis Melendo que, par- tiendo de la obra de Vicente y Caravantes, se percibe QUE sonlas reglas de la sana criti- ca; pero gue ni Vicente y Caravantes ni nadie ha podi- do establecer CUALES son esas reglas, Eneste sentido, hacemos re- ferencia a una cita extrafda de la clasica obra de Aguilera de Paz y Rivas Marti, contempo- raneos y comentadores, tam- bién, de le Ley Espafiola de Enjuiciamiento Civil de 1855, la cual nos refiere que se intent6 formularlas dos veces en la Comi- Teoria de ls sana critica sin Codificadora, ajustar las acciones para * Cualquier juicio formado cuando se discutié la que resulten rectas. sobre una obra de litera- vigente Ley de Enjuicia~ tura o arte. miento Civil espafola, b. éQué es sano(a)? * Censura de las acciones 0 mas hubo de desistirse Ja conducta de alguno. de este propésito ante Siguiendoel Diccionariodela_* Conjunto de opiniones la imposibilidad de fjar- Real Academia Espafiola de la ‘expuestas sobre cualquier Jas de una manera Lengua, el concepto de asunto. taxativa y, por e50, no SANOIA) puede entenderse se hallan determinadas bajo acepciones tales como ni en ése ni en ningin 2.1.Definicién de la sana otro texto legal” e critica Que goza de perfecta sa- ld. ‘Seguro, sin riesgo. + Sin dao o corupeién. Estees, quizés,elmassevero cuestionamiento en contra tema de la sana critica del sistema de la sana critica Libre de error vicio: rec- Luego, entonces, en sentido amplio, y partiendo de las acepciones que nos da el Dic- como método de apreciaci cionario de la Real Academia — to, saludable. = o valoracién de la pr Seer eg doctrina, Fspafola de la Lengua, apl- nae eae eee ' candolas al interés de la uni Esporelloconveniente,yen goo a dad conceptual de la sana un eminente interés académi a fede (buenat inten critica, aplicado al enjuicia- i6n ca, contribuir al debate, aproximandonos al estudio e individualizacién de las reglas miento penal, entendemos + Emplearel procedimiento que la sana critica es el arte mas expeditivo sin consi de la sana critica deracién alguna, para re-_pondad y verdad de los he- mediar males 0 conflictos. hos, sin vicios ni error, me- a. éQué es regla? © zanjar inconvenientes ©. diante la légica, la dialéctica, dificultades. Ia experiencia, la equidad yas Segin el Diccionario dela Real ciencias y artes afines y auxi- ‘Academia EspafioladelaLen- _¢. Qué es critica? liares y la moral, para alcan- ‘gua, REGLA puede entender- zar y establecer, con expre- se bajo las acepciones de: Finalmente, el mismo Diccio- _sién motivada, la certeza so- nariode la Real Academia Es-_bre la prueba que se produce * Estatuto, constitucién 0 pafiola dela Lengua nosdice en el proceso* modo de ejecutar una que CRITICAse puede enten- cosa der desde concepciones tales Si bien el proceso penal es + Precepto, principio © como: una ciencia con base en la maxima en las ciencias 0 cual se juzga la conducta de aries. + Arte de juzgar de la bon- hombres y mujeres que in- + Raz6n que debe servir de ddad, verdady belleza delas _fringen las reglas de pacifica- medida y a que se han de cosas. cién social, el proceso penal, TY AGUILERA DE PAZ, Enique y RWVAS MARTI Freneisco. Dorecho Judicial Espatl. Madi (spafa}: Ectorial Fes, 1920, pp. BAG y B47, DE PHA, Rofo. Tatado de fs Pucbas Civils, México, OF: Etre Ponda, 1842, p. 210; BANOS, Heboro ta Agredacén dela Prueba en el Proceso Labora. Buenos Aires (Argentina: Eitral ray, 1954, p. TE, FENECH, Mua. Dotiata Procesal Civ! del Tribunal Supremo. Madi (Espafa). Editorial Aguiar, 1956, 13, p. 4921; SENTIS MELENDO, ‘Santiago. La Prueba, Buenos Ares Yigentna|: Editorial EEA, 1978, p. 261, mesa nea do pensamient,vésse, también, 2 ARAZ|, Roland. La Prueba en el Derecho Ci Buenos AiestArgetna:Edcores [La Roca, 1981, pp. 89s de juzgar, atendiendo a la_ 102 ‘+ OPINION JURIDICA + FACULTAD DE DERECHO UNIVERSIDAD DE MEDELLIN « © disposicién de valerse del entonces, hablar de las reglas conjunto de principio, pre- dela “sana critica” para valo- ceptos y reglas necesarias _ rar apreciarla prueba en el para juzgar bien; porque al proceso penal es hablar, en tratarse de una actividad hu- efecto, de la aplicacion de la mana que tiene como propé- norma legal al caso concreto sito hacer el bien o por lo derivada de razonamientolé- menos lo correcto, debe te- gio, equitativo y de la exp. ner, también, una finalidad —_riencia como juicios de valor, ética®; por lo que debemos —_generales y relativos, sobre la atender a las virtudes yno.a verdad, esto es de principios, las desvirtudes; a la disposi-__reglasy valores como elemen cién para hacer el bien o por __tos integrantes de la funcién entendido como la !@ menos lo correcto yno ade juzgar. ciencia que en _/@ Pfedisposicién para hacer ‘efectos, se el Mal oloincorrecto. Es por Contemporéneocon|aelabo- Me explica en el ello que el juzgar, ademés de _racién del concepto de sana Pees % conjunto de atender a la ciencia del pro- critica es Wilhelm(Guillermo) Sf normas — Cesopenal,debeentenderse, _ilthey’, a quien con razon reguladoras también, como un arte; por- _se le pudiera llamar el padre delasfasesy momentos pro. qesélobajoestaconcepcién —_de las “ciencias del espiritu” cesales, dentro de los cuales, 5 Puede entender que para precursor, entre otros, de también, se manifiesta lade. _izgarbiensedebe atendera _las ciencias sociales, y quien terminacién de decisiones !@bondadyalaverdaddelos en 1883 (en la primera edi sobre la situacién juridica de _hechos, sin vicio ni error. ci6n en Aleman de sus estu- las personas (libertad, dios: "Einleitung in die cautelacion de bienes) y la Laiusticiapenalnopuedete- _ Geisteswissenschaften’)ense- responsabilidad o inocencia ‘N€TsUprincipioyfinen|asim- faba que las ciencias del es- del procesado (juicio, propia Ie aplicacién de la norma __phritu abarcaban tres clases mente}, y todo ello con base —-Taterial o formal, pues ello diferentes de enunciados: en andlisis de la prueba. serfa negarla concurrencia de principios y valores enlarea- a, Primero: La expresin de No obstante, ello no impide _ lizacién de la justicia integral algo real que se ofrece en entender que juagar, con base ‘La justicia penal tiene su prin- la percepci6n y que con- enelsistema dela “sana cr _cipio en el hombre, en cuan- tiene el elemento hist6ri- tica’ es, también, unarte, por__*0 realiza conductas de rele- co del conocimiento (he- cuanto debemos partir del Vancia jurfdico-penal; en tan- chos). entendimiento de que, igual- t©.que sufin, genéricamente —_b. Segundo: El desarrollo del mente, cl hombre ola mujer _-entendido, es la proteccién comportamiento uniforme que juzga debe tenerla virtud —_€ Valores humanos. Luego, de los contenidos parcia {5 Con azn enseiaba BUNGE (Derecho, 0b. Ct, pp. 331 y 332) que el Dereca se ha hecho igen y Sait porta sencilavanén de {que elhombre es un ser pensanteyun ser que lucha po cits objets. Al desarolar su concincia suvolurtad, el hore tende a ‘expcar los motiusde sus actos yagrever as consecuencas. El Derecho es ¥ijco porque elhambreloes, decia Bunge, yadoptaen cada ‘media ambientecencads mente ua fraad, porque el home cha por cists es, As entonces, a ica esti cerducta le que ‘ambién importa al Derecho por cuanto en 6 = desenvweWven rtreseshumanoslo que exge un estuean especie dela ntelgenciay que ‘ams al dela califcacin de os intereses lo cvalyaincumbe aa mera. 7 GILTHEY, Witnelm(Guiermo). Inkeduecin alas Ciencia del Espiitu. Trad. do CugenioImaz: México, OF: Fendo de Cultura Econdmica, 1984, p. 35, les aisle con ted (teo . Fina iuici be elen cien cios En lac estas casset sana cr que se de vale baene 21.1. légico Los fun del cor ca"ten: las con impera tad del el Reni sus fru renace Bruno: tes, Fr Grocio ideas, Descar racion: te6 un. ca de que Be dio de observ nos na habia « cién pe les de esa realidad que se afsla por abstraccién y que constituye el elemento teérico de las mismas {teorizacién); y, c. Finalmente, se expresa en juicios de valor y preseri- bbe reglas que abarcan el elemento practico de las ciencias del espfritu (jui- cios). En la contemporaneidad de estas concepciones ideol6gi- cas se elabora el concepto de sana critica o critica racional que se adopta como sistema de valoraro apreciar la prue- ba en el enjuiciamiento penal. Fundamento ideo- Los fundamentos ideologicos del concepto de “sana ciiti- ca" tenemos que buscarlos en las concepciones ideol6gicas imperantes en la segunda mi- tad del siglo XVII, cuando ya el Renacimiento habia dado sus frutos y los pensadores renacentistas como Telesio, Bruno y Campanello, Descar- tes, Francis Bacon y Hugo Grocio habian expuesto sus ideas. Descartes ensefié el idealismo racionalista y critico y plan- te6 una separacién ideol6gi- ca de los dogmas, en tanto que Bacon propuso él estu- dio de la ciencia mediante la ‘observacién de los fenéme- nos naturales y ensefié que habia que sustituir la deduc- ci6n por la induccién. Teoria de ia sana erica Con el Renacimiento el Dere- cho se separé de la Teologia y en voz. de Hugo Grocio su estudio se dirigié hacia una concepcién humanista y ra- cional El Renacimiento abrié una 6poca en que los pensadores se plantearon distanciarse de la teologia medieval; esto es de la Patristica, que seguia las ensefianzas de San Agustin, ydela Escoldstica, que seguia las ensefianzas de Santo To- mas de Aquino. Es por ello que se advierte que el Renacimiento influye ‘para que el Derecho y la Jus- ticia se empezaran a conce- birindependientemente dela Teologia y ya no como una voluntad 0 razén de Dios, E] Renacimiento abre las puertas al "iusnaturalismo” y se hace discurrir la nueva doctrina que va orientando las nuevas concepciones: ‘Hugo Grocio (1583-1645, Del Derecho de la Guerra y de la Paz) estudié los principios ge- nerales de la filosofia y actua- lizé las ideas de Aristdteles en cuanto concibié que el hom- bre es un ser sociable por naturaleza y que el hombre es el fundamento del derecho natural, Ensefié que el Dere- cho se demuestra por la ra z6n y no por la revelacién: asi separé e! Derecho de la Teo- logfa ‘Tomas Hobbes (1588-1679. Del Ciudadano, Leviatén) re- negé de la concepcion aristotélica del ser social y plante6 la teoria del egoismo del hombre en sociedad Hobbes ensefié que el dere- cho natural es la libertad que tiene el hombre para usar su propio poder al libre arbitrio de sus convicciones, para la conservacién de su vida: y, por lo tanto, puede hacer todo lo que le dicte su juicio y raz6n, La obra de Hobbes representa el absolutismo in- glés, porque abog6 por el poder absoluto del soberano. Benito Spinoza (1632-1677 Tratado Teolégico Politico. Etica) ensefiaba quela fuerza debia racionalizarse, por lo que los hombres debian vivir de acuerdo con la raz6n, res- petindose, dando origen ast al Estado. Samuel Pufendorff (1632- 1694, Del Derecho Natural y de gentes) estudis las doctri- nas de Hobbes y Grocio, en- tre el egofsmo y la sociabili- dad y expuso una teoria ecléctica: siguiendoa Grocio, ‘ensefi6 que el hombre se aso- cia guiado por instinto, pero, siguiendo a Hobbes, crey6 que ese instinto era una deri- vacion del temor a la falta de seguridad. John Locke (1632-1704. Dos Tratados Sobre el Gobierno}, representante del iberalismo inglés, concibié el pacto so- cial como un mecanismo para limitar los poderes del soberano, = OPINION JURIDICA « FACLUTAD DE DERECHO UNIVERSIDAD DE MEDELLIN * Cristian Tomasio (1655-1728, Fundamentos del Derecho Natural y de Gentes) abogé por la libertad religiosa y de conciencia. Ensefié que el Derecho tiene, por principio, lo justo y que el principio fun- damental de lo justo es no hacer a los demas lo que no se quiere que se le haga a uno Godofredo Guillermo Leibnitz (1646-1716, Método moder- no para ensefiar el Derecho. Cédigo diplomatico del Dere- cho de gentes) ensefié la coercibilidad del Derecho, y que lo bueno y Io justo son necesariamente tales, por si mismos. Cristi Wolf (1679-1754.[us naturae método cientifico per tractum) ensefé la doctrina del perfeccionamiento del hombre sobre lo cual dijo que era, también, un derecho. Es lidedlogo de una sintesis de derechos naturales que sirvié como referencia para la ela~ boracién dela declaracion de Jos derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789, Juan Jacobo Rousseau (17 12- 1778. Discurso sobre el ori- gen y los fundamentos de la dignidad entre los hombres EI Contrato Social) ensefié que la ley es la expresién de la voluntad general. La doc- trina de Rousseau es la mas influyente en la Revolucién francesa Luego de la escuela del pen- samiento iusnaturalista apa- fe rece, cronolégicamente des- pués, la escuela racionalista de Manuel Kant (1724-1804 Critica de la Raz6n Pura. Cri tica de la Razén Préctica. Cr: tica del Juicio). Manuel Kant es el padre de la “teorfa del conocimiento” y, por conse- cuencia, es quizds el autor ms influyente en la posterior elaboracién ideol6gica de la concepcién del sistema dela “sana critica” como método de valoraci6n de la prueba, durante los afios que antece- dieron a la Ley de Enjuicia- miento civil espafola de 1855 No est& de mas decir, tam- bién, que Manuel Kant es el autor de filosofia general mas influyente del siglo XVIII y el que trat6, precisamente, la experiencia como objeto y método de conocimiento, Con Ia “teorfa del conocimien- to” Kant elaboré un sistema de razonamiento critico, con el que confronté el racio- nalismo dogmatico y el ‘empirismo y pretendié supe- rarlos. En ese interés, Kant se ubic6 entre el racionalismo dogmitico y el empirismo y desde esa posicién ecléctica 1g le dio valor sélo a la raz6n sino, también, a la experiencia, Asf sostuvo que “si bien es cierto que todo nuestro co- nocimiento comienza con la experiencia, no por eso originase todo él en la expe- riencia”, porlo que de la mis- ‘ma manera como la procrea- ci6n necesita de dos elemen- tos, asi también el conoci- miento necesita de la expe- riencia y de la razén. Kant distingue un elemento objetivo y otro subjetivo como contenido del conoci- miento; porque hay una in- separable relaci6n entre el dato objetivo y el sujeto que experimenta 0 pone en prac- tica el conocimiento. Es por ello que el dato objetivo (la realidad) que llega a nuestro conocimiento, lo que apren- demos por nosotros mismos, sufre las modificaciones que imponen nuestros propios Principios y conwicciones. En este sentido el dato, o hecho objetivo, que viene a ser la realidad aprehendida, recibe la influencia de la experiencia del sujeto. ‘Apuntando en esta direccién, Kant ensefié que la experien- cia se produce por dos facto- res: por la percepcién sensi- ble fintuicién sensible) y el entendimiento; éste es el jui- cio intelectivo (intelecto). Sin embargo, concibié que lo que hace posible la percepcién sensible son el espacio y el tiempo que, por cierto, no derivan de la experiencia. Los juicios intelectivos para Kant son juicios categéricos y los clasifica en doce a los cuales ‘agrupa en cuatro clases: can- tidad, cualidad, relacin y modalidad. No obstante en- sefia que la principal de to- das es la “causalidad’. En cuanto a los juicios intelectivos los distinguié en ju pe « pe dos, lo que explicé en con- ceptos gramaticales de suje- toy predicado, asi 1. Los juicios analiticos: En los juicios analiticos la experiencia del sujeto ests condicionada al concepto de dato objetivo (sujeto), por lo que la experiencia, entonces, no agrega nada nuevo y sélo desarrolla 0 aclara la nocién enuncia- da (predicado} | | | 2. Losjuiciossintticos, j i Enlos uicios sintéticos la experiencia agrega algo al enunciado © conocimien- 10 (predicado) que no esta comprendido en el dato objetivo (sujeto} Por otro lado, distinguié los juicios en “a priori” y “a posteriori”, condicionados al conocimiento puro oa la ex- periencia, asf: 1. Los juicios “a prion” se for- man poren el conocimien- to puro, y éste esindepen- diente de la experiencia Es todo conocimiento que no tiene su origen en la ex- periencia: dicho de otra manera, es todo conoci- rmiento previo a la expe- riencia. 2. Los juicios "a posterior” formados por Is experien- cia. Es todo conocimien- to que se origina en la ex- periencia; dicho de otra manera, es todo conoci- Teora de fa sanacritica miento que surge en la persona, producto de la asimilacién "de nuestros sentidos. De lo expresado, y siguiendo la explicacién de Kant, si se ‘combinan los juicios analiti- cos y sintéticos con los “a priori” y los “a posteriori”: 1) Los ‘a posteriori" son siem- pre sintéticos, porque por medio de la experiencia en- sefian algo que no est inclui- do en el dato objetivo fo su- jeto); y, 2) en tanto que los juicios analiticos son siempre “a priori” porque no es nece- sario la experiencia pata co- nocer el dato objetivo (0 su- jeto) 0 para conocer algo que esté comprendido en un con- cepto dado, lo que, también, se puede explicar en que se afirma o se niega algo que es conocido de antemano. a: . La funcién La sana critica, como sistema de valoracion dela prueba en el proceso penal, requiere que para juzgarse debe aten- der a la bondad y ala verdad de los hechos; luego, enton- ces. el razonamiento que atiende a estos valores debe realizarse sin vicios ni error; porque Ja‘concurrencia del Vicio o del error es la nega- cién no sélo de todo valor ético sino de la misma verdad hist6rica como finalidad espe- cffica del proceso penal. Como el procedimiento de valoracién afecta bienes e in 105 tereses extremos, tutelados por normas de derecho pa- blico, el razonamiento por ‘medio del cual el juzgador lle- ga ala certeza para dilucidar el conflicto de intereses no puede expresarse sino en vir- tud de explicar los motivos ue, racionalmente, llevan la decisi6n que se vierte, y ésta es la funci6n de la "sana critica” 2.2, Individualizacién de las reglas de la sana critica Los conceptos de “reglas”, de “sana” y de “critica”, tratados de manera aislada, no son mas que conceptos literarios, pero cuya unificacién con- ceptual nos presenta un uni- verso nuevo, un método que se vale de la I6gica, la expe- riencia, la equidad y las cien- ciasy técnicas auniliares y afi- nes y la moral. Con la “teoria del conocimiento” Kant elabord un sistema de razonamiento critico, con el que confronté el racionalismo dogmatico y el empirismo y pretendid superarlos. -— + OPINION JURIDICA + FACULTAD DE DERECHO UNIVERSIDAD DE MEDELLIN + No obstante las maximas de la experiencia’, es cuestién que presenta un debate no s6lo idiomatico sino, también, légico e ideolégico, depen- diendo que se conciban ya como conocimiento privado del juzgadoro como reglas de contenido del sistema de la sana critica. Para nosotros, son valores de conocimiento general y no privado; y es aquf, entonces, donde se pro- duce un profundo debate ideolégico que tiene, como objeto de discusién, la abs- tracci6n e imprecision que puede afectar la aplicacién practica de las maximas de la experiencia Partiendo de presupuestos ontolégicos, légicos y gnoseol6gicos, podemos indi- Vidualizar algunas reglas de la sana critica, asf 2.1. Es un razonamien- to légico o analitico La seguridad que el juzgador puede tener de la verdad de sus conocimientos no garan- tiza la posesién objetiva dela verdad, lo que plantea una distincién entre la verdad sub- jetiva y la verdad objetiva: y es que ha sido harto compro- bado que a la razén se le pue- de engafar de muchas mane- ras. Es por ello que el hom- bre o la mujer que juzga a otros debe hacerse concien- cia de que esté empleando, de manera correcta, su inte- ligencia en la valoracién o apreciacién de los hechos y los elementos de pruebas Puestos a su conocimiento para dictar una decisién, de suerte que evite las fallas 0 etrores en su proceso cognoscitivo, eligiendo, co- rrectamente, los principios sobre los cuales debe discu- rir su razonamiento. “Es por esto que el deseo de buscar el porqué de nuestras afirma- ciones y muchas veces su puesta en duda es a la razén tun buen medio para empren- der el buen camino que nos conduce a la objetividad de nuestros conocimientos” Garcia Maynez ha dicho que la légica del derecho com- prende tres grandes partes: doctrina del juicio, doctrina del concepto y doctrina del raciocinio juridico; por lo que ‘agrega que, a diferencia dela légica pura que analiza la for ma de los juicios enuncia- tivos, de sus elementos con- ceptuales y de las inferencias enellos basadas, la del Dere- choes el estudio sistemético de la estructura de las nor mas, los conceptos y los ra- zonamientos jurfdicos'® No obstante, partiendo de la légica formal, hablamos del razonamiento analitico, el que ‘nos ensef6, primero, Aristé- teles con su “organon’, bajo el entendimiento de “formas vlidas de inferencias"; y que al decir de “formas validas de inferencias” nos referimos ala inferencia de légica, pero de légica formal, esto es, al ra- zonamiento con base en pro- posiciones o premisas verda- eras, impersonales y demo: trativas. Lo cual se diferencia del razonamiento dialéctico, que se basa en opiniones versiones personales no de- mostrativas. Tema éste que tratamos en el punto que si- gue que es el razonamiento dialéctico. Lo cierto es que, como dice Guerrero, “todo esto nos des- cubre uno de los retos mas grandes para el hombre: la osesién de la verdad. Es en esta bésqueda donde hace su aparici6n la logica"™ Luego, entonces, el razona- miento ldgico se funda, pre- cisamente, en principios l6gi- ‘cos que gobiernan el desarro- Ilo del pensamiento, determi- nando su estructura, y garan- tizan la produccién de la ver- dad formal del proceso cognoscitivo, para llegar a la verdad material que debe sur- girde los hechos. Eneste sentido, no debe con- fundirse la verdad formal {& ~ RODRIGUEZ, Gustavo H. Derecho Probatorio. Bogoté (Colombia: Ediciones Ciencia y Derecho, 1987, p. 99 ys. 9 GUERRERO MARTINEZ, Luis. Légica, e1 Razonamiento deductiva formal. México, DF: Publicaciones Cruz 0. y Ediciones Univrsfad Panarericaa, 1983, p. 15, 10 GARCIA MAYNEZ, Eduard. Légica del raciociniojuridice. México, DF: Ediciones Fontamara, 1994, p. 7 11 ibid, . 16 Teoria dela sana eitica como resultado del correcto razonamiento con base en reglas y principios, conlla ver dad material que debe surgir de los hechos del proceso penal Los principios l6gicos son las, leyes que gobiernan el pen- samiento, cuyo cumplimien- to, formal, lleva a la certeza como propésite del trabajo intelectual Entre los principios légicos podemos mencionar: 2.2.1.1. El principio de iden- tidad El principio de identidad se sustenta en que una cosa s6lo puede ser lo que es y no otra esto es, que una cosa sélo puede ser idéntica a s{ misma. La importancia de este prin- cpio l6gico radica en que no sélo se aplica a la identidad de los objetos en si mismos sino, también, a la identidad de los conceptos en sf mis- mos. En este sentido, el principio de identidad, como principio 6gico, alcanza el 4mbito de la deduccién, porque al afir- marse, por ejemplo, que el hombre es moral, se afirma una identidad entre el hom- brey la moralidad, porlo que cada vez que me refiero al hombre, me refiero a un ser moral 2.2.1.2. El principio de con- tradiccién El principio de contradiccién se sustenta en la férmula de ‘que una cosa no puede en- tenderse en dos dimensiones al mismo tiempo; es deciruna cosa 0 sujeto, en atencién a tuna misma situaci6n o rela- ci6n, no puede sery no ser al mismo tiempo. Visto de otra manera, si se afirma algo de alguna cosa 0 sujeto, quien lo afirma no puede a la vez negarlo, refi riéndose a la misma cosa 0 sujeto, bajo la misma situa- ci6n ola misma relacién; por- que al afirmarse y negarse lo mismo de la misma cosa 0 sujeto, ya sea la afirmacion o vya sea la negacién debe ser fala Este principio nos lleva al en- tendimiento, de légica for mal, de que el juicio de con- tradiccién, 0 que en dos jui- ios contrarios, uno tiene que ser falso; porque la cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo. Siguiendo el ejemplo ya esbo- zado: si, por un lado, se afir- ma que el hombre es moral; rio obstante, frente a la mis- ma situacin o relacién, tam- bién, se afirma que el hom- bre es inmoral, entonces, se afirman juicios contrarios que se excluyen el uno al otro. No se puede atribuir una cuali- dad y negarse al mismo tiem- po. Uno de los dos juicios es falso. 2.2.1.3. El principio del ter- cero excluido El principio de tercero exclui- do se formula estableciéndo- se que entre dos proposicio- nes de las cuales una afirma yotra niega, una de ellas debe ser verdadera. Visto de otra manera, entre la afirmaci6n y la negacién no hay una tercera posibilidad:; la verdad debe surgir de los dos extremos planteados: ya sea ena afirmacién ola negacién: el hombre es moral 0 no es moral, no hay una tercera posicién en juicio. 2 26n suficiente En otro estudio nuestro”? hemes dicho que fueron los logics medievales los que, en un comienzo, pretendie- ron formular el principio de razén suficiente, pero que fue Leibniz(1646-1716) quien lo perfeccion6. Dijo Leibniz: “ningin hecho puede ser verdadero o exis- tente, y ninguna enunciaciGn verdadera,/sin que haya una 1az6n sufi¢iente para que sea asi y node otro modo? Ha escrito Ghirardi, con rela- cin al principio de razén su- 12 Ease eCopt sabre “La Sentencia Penal” en mi stu de Derecho Pocesal Penal Panamefo, 2a. sci, 12.437, 13 GHIRARD! Olsen, Légica del Proceso Jul. Cércoba (Argentina), Fatora Cérdoba, 1992, p. 63 1.4, EL principio de ra- Ww + OPINION JURIDICA + FACULTAD DE DERECHO UNIVERSIDAD DE MEDELLIN + 108 ficiente que si todo lo que es puede ser pensado, la razén del ser es al mismo tiempo la razn del pensar. La logica es coextensiva a la metafisica. Y la necesidad que hace que tal ser sea tal ser y no otro, hace también que el juicio sea de determinada manera y no de otra. En los juicios hay co- nexién interna necesaria que hace que los conceptos se relacionen entre si* Leibniz formulé su principio en 1714 y, casi un siglo des- pués, Schopenhauer aporté aclaraciones en su tesis: "De la cuddruple rafe del principio de razé6n suficiente";y distin- guid, entonces, cuatro posi- bles formas de aplicacién del principio: 1. El principio de razén sufi- iente seaplica al sery, en tonces, es el principio por el cual nosotros estable- ccemos la razén de ser de las cosas. 2. El principio de razén sufi- ciente se aplica al devenir, es decir, a la sucesién de hechos en el tiempo y, en- tonces, se le llama princi- pio de causa o causalidad 3. El principio de razén sufi- ciente se aplica al conoci- miento, es decir, que por el principio de raz6n sufi- ciente fundamos nuestro conocimiento. 4. El principio de raz6n sufi- ciente se aplica a la rela- cin entre la voluntad y el acto, en cuyo caso se transforma en principio de ‘motivaci6n o en el princi- pio del motivo. 2.2.2. Es un razonamien- to dialéctico Es necesario distinguir el ra- zonamiento légico 0 analitico del razonamiento dialéctico. Por ello, y para complemen- tarlodicho en el punto ante- rior a propésito del razona- miento analitico, no pode- mos hablar de la dialéctica sin hacer referencia, primero, aunque en breve sintesis, 2 que su origen se remonta, también, al “Organon” de Arist6teles, formado por el estudio de las “categorias", la *interpretacién”, "primeros analiticos", “segundos anali- ticos", “tépicos y refutacién de los sofistas’, No obstante, el “Organon” se divide en dos partes fundamentales: La ana- ltica y la dialéctica. Se deri- va, igualmente, del “Organon el estudio de los conceptos de los juicios y los razona- mientos Aristételes, en el “Organon” ensefié dos especies de fazo- namiento: 1. El razonamiento légico 0 analitico, y, 2. Elrazonamientodialéctico. Olsen Ghirardi, al estudiar el ‘Organon’, ha dicho que la verdadera légica formal aristotélica es la analitica, y su correspondiente I6gica no for- mal es la Dialéctica Ahora bien, esto necesita ex- plicaci6n, porque es de esen- cia para entender la distincién entre el razonamiento pura- mente l6gico 0 analitico y el razonamiento simplemente dialéctico 2.2.2.1. La analitica estu- dia las formas validas de inferencias (silogismo): Ligi- ca formal. Esto se puede explicar bajola formula de que dada una ver- dad o unas premisas verda- deras se infiere, necesaria- mente una conclusién En este sentido, a forma del silogismo nos presenta dos premisas y una conclusién, ast Esta pero que prerr cone nece Pero dep tamt una Los anal esto opin cho verd infie les,s prog por: Tora de a sana cia 109 + Primera premisa: Si tanto 2.2.2.2. La dialéctica estu- _Aristoteles a nuestros dias las los nacionales como los dia el razonamiento no for- cosas han cambiado, porque extranjeros somos iguales mal la l6gica moderna desarrolla- ante la ley, da desde mediados del siglo Cuando hablamosdelrazona- XIX, bajola influencia de Kant = Segunda premisa:ylapre- _miento no formal nos referi-. _y de los I6gicos matematicos, suncién de inocencia se mos, aque si bien el razona~_ ha identificado la I6gica con aplica a toda persona so- —miento dialéctico emplea, _{a I6gica formal, y que hoy se metida 2 proceso penal - también, las proposiciones © —_impone una “teorfa de la ar- hasta tanto se pruebe su _premisas, éstas no se basan _gumentaci6n” que sirve a los. culpabilidad en juicio pt en axiomas © verdades evi- razonamientos dialécticos, lo blico que le haya garanti- dentes, sino en opiniones 0 cual, ciertamente, ha venido zado todos los derechos versiones personales. siendo titi en e! Derecho. para su defensa, Cuando las premisas se fun- No obstante, para llegar a * Conclusién: entonces, dan en opiniones 0 versiones donde queremos no esta de tanto nacionales como ex- de hechos, entiéndase la opi- mas advertir al lector intere- tranjeros estamos ampa- nién de un perito ola versién sado que puede alimentar su rados por la garantia de de un testigo o del mismo conocimiento estudiando a presuncién de inocencia. imputado, nos ubicamos, en- Cicer6n y la “ret6rica”, por tonces, frente a un razona- que sibien Aist6teles no es- Esta es una inferencia légica, miento dialéctico. tudié el razonamiento juridi- pero de l6gica formal, por lo co. propiamente, Cicerén slo que se entiende que si las Dice Ghirardi que “en este hizo en su “Tépica"lafio 44 a. premisas son verdaderas, la caso, debemos argiira favor _|.C.), elabordnd® un catélogo conclusion sera, también, de las premisas(que son con- de t6picos utilizados en el ra- necesariamente, verdadera. sideradas premisas débiles) y zonamiento practico. Bajo su Pero, por el contrario, partir _fundamentar su validez, que _“Tépica” examina los debates de premisas falsas conduce, sera siempre més 0 menos judiciales, con su deliberacién también, necesariamente, a subjetiva, y podrd ser contes- y sus fallos, debates que al- una conclusion falsa. tada, salvoque convenzamos _canzan consagracién en el o persuadamos al contrario 0 Derecho Penal Romano. Pero Los razonamientos légicos 0 al arbitrofjuez)’"’. En este _es de atender que la “Tépi-_ analiticos son impersonales, sentido, la debilidad del razo- ca” de Cicer6n es mas una _ esto es, no dependen de la namiento dialéctico descan- _practica dela argumentacion, opiniéndelas personas:odi- sa en la debilidad de las “porque esi dingida_a con: cho de otra manera, que la. premisas, que enuncian opi _yencer y a persuadir'® verdad dela conclusiénnose —_niones y no verdades 0 axio- aaa infiere de versiones persona- mas incontrovertibles'* Aparece, después, cronolé~ les, sino dela veracidad de las gicamente, la retérica antigua, proposiciones 0 premisas y, Ahora bien, algunos auto- que no es otra que la que por ello, es demostrativo. res" han planteado que de _permitfa construir una ret6ri- 15 GHIRARDL Olsen, Ob. ait, p. 13, 16 idem 17 PERELMAN, Chaim. Lo Légicajuritica y le Nueva retrica, Madrid (Espafa): Editorial Civitas, 1968, pp. 10 . ¥ GHIRARDI, Olsen. Ob. cit. pp. 14 ys 18 Ibid, p. 33 110 + OPINION JURIDICA » FACULTAD DE DERECHO UNIVERSIDAD DE MEDELLIN + ca de la argumentacién, utili- zando razonamientos dia- lécticos. Sobre la retérica an- tigua se ha dicho que es la otra cara de la “I6gica formal aristotélica”. Sirve de instru- mento al pensamientoy tuvo por objeto fundamentar de- cisiones. La retorica antigua se formula en que habiendo una controversia, se funda- mentarén razones opuestas, para lo cual es preciso servir- se de la argumentacin. Finalmente, es de estudiar la nueva retérica fundada por el \6gico polaco Chaim Perel- man, como una reaccién con- tra el escepticismo positivis- ta sobre los juicios de valor, que parte de una concepcién aristotélica genuina, que inte- gra la dialéctica y hace parte de la “légica no formal”; por Jo que hablar hoy de la nueva retérica es hablar de la dialé- ctica, 2.2.3. Se expresa en for- ma de motivacion Para una mejor comprensi6n trataremos la motivacién en cuanto presenta anteceden- tes histéricos, y su conteni- do en el derecho positive pa- trio. 2.2.3.1, Antecedentes La legislacién revolucionaria francesa presenta los antece- dentes directs de la motiva- ci6n de las decisiones judicia- 19 GHIRARDI, Olsen. 03-cit, p. 31 les y es en donde surge el ‘ideario de la motivacién de las sentencias. No obstante, en el antiguo derecho francés del siglo Xill, sibien la cuestién dela moti- vacién era ya tema de interés atin no existia una elaboracion te6rica que sustentara la mo- tivacién como requisito jur dico delas decisiones judiciales En el siglo XIV. y a manera de un retroceso en el ideatio, imperaba la idea de que los jueces debfan cuidarse mu- ‘cho de mencionarla causa de la decisi6n. Tampoco se po- dian publicar las decisiones sin autorizaci6n del Parlamen- to. Mas tarde, el propio Montesquieu, si bien defen- dia que las sentencias debian ser conocidas, no elaboré nin- guna argumentacién te6rica dela motivacién. Ya en el cur- 50 de la segunda mitad del siglo XVIII, el Consejo de Orleans establecié que era mejor no fundamentar las sentencias, «a fin de no dar lugar a chicanas por parte de quien ha perdido el juicio>® No fue sino hasta ocurrida la Revolucién Francesa cuando se dicté, en Francia, la ley 16 de 24 de agosto de 1790, que aprobé normas reguladoras de la motivacién imperantes para el orden civil y penal. En tal sentido, el articulo 15 del Titulo V de la referida ley or denaba que el juez expresa- 20 PERELMAN. Ob. cit, p. 9; GHIRALDI. Ob. cit, p.31 ra, en su sentencia, los he- chos probados y los motivos determinantes de la decision. ‘Siguiendo el proceso histéri- co de la formacién teérica de la motivacién, alld por el aio 1834, el Consejo de Estado Francés establecié que la fal- ta de motivacién de la sen- tencia violaba las normas sus- tanciales de toda decision en materia contenciosa, Es a entonces, que la motivacién, que en un inicio fue conside- rada por muchos juristas como un principio de dere- cho natural, se transformé en un principio general del De- Techo que se expandié por la doctrina y las legislaciones del mundo civilizado* hasta al- canzar hoy positivacién en Constituciones y codificacio- nes. Segin Ferrajoli, aunque se encuentren huellas dela mo- tivacién en las jurisdicciones estatutarias, en la eclesigsti- ca de la Santa Inquisicién y antes atin en la de los magis- trados romanos, el principio de la obligacién de «reddere rationemo de las decisiones judiciales, y espectficamente de las sentencias, es riguro- samente moderno, La obliga- ci6n fue sancionada, por pri- mera vez, en la Pragmatica de Fernando IV de 27 de sep- tiembre de 1774; después por el articulo 3 de la «Ordennance criminelles de Luis XVI de 1 de mayo de 4 1788; leyes agost de 17 dela dei travé apo los c eurog 2.23 tivaci La me lasre tegra razor ridice cone tibun Ense dar r explic se ha cosa: cién moti explic seha Noo invoh co, cc dispe lizar « tend Es ir sito, to de elas « impe to,e 2) 22 Fe 1788; posteriormente, por las Jeyes revolucionarias de 24 de agosto y de 27 de noviembre de 1790 y por el articulo 208 de la Constitucién Francesa de 1795 y, por fin, recibida a través de la codificacién napoleénica por casi todos Jos cédigos decimondnicos europeos” 2.2.3.2. El concepto de mo- tivacion La motivacin es la parte de las resoluciones judiciales in- tegrada por el conjunto de razonamientos facticos y ju ridicos, expuestos en orden cronoldgico, en que el juez © tribunal fundarmenta su decision. En sentido amplio, motivar es dar motivo pata una cosa; ‘explicar la raz6n o motivo que se ha tenido para hacer una cosa; mientras que motiva- ciénes la accién y efecto de motivar, es decir, entonces explicar el motivo por el que se ha hecho una cosa. No obstante, la motivacién involucra un factor psicoldei- co, consciente ono, que pre- dispone al individuo para rea- lizar ciertas acciones, © para tender hacia ciertos fines. Es importante, a este prop6- sito, ubicarnos en el momen- to de la sumisién de las re- glas de la «sana critica> que impera, por expreso manda- to, en la valoracién de las Teoria dela sanacitica pruebas en el actual proceso penal panamefio. 2.2.3.3. EL deber de motivar La motivaci6n es un requisi- todevalidez de las resolucio- nes judiciales, en general, y de la sentencia penal, en parti- cular. Este requisito consti- tuye una garantfa fundamen- tal, no sélo para las partes en litigio sino también para el Estado, en cuanto tiende a asegurar la recta administra- ci6n de justicia, Siguiendo a Ferrajoli, el prin- cipio de motivacién, como valor fundamental, expresa y al mismo tiempo garantiza, la naturaleza cognoscitiva y no potestativa del juicio, vincu- landolo, en Derecho a la es- tricta legalidad y, de hecho, a la prueba de la hipétesis acusatoria, Es por la motiva- cién como las decisiones ju- diciales resultan avaladas y, por tanto, legitimadas por aserciones, en cuanto tales verificables y refutables, aun- que sea de manera aproxima~ da, como la validez de la sen- tencia resulta condicionada porla verdad de sus argumen- tos, como, en fin, el poder jurisdiccional no es el poder inhumano ni puramente po- testativo, sino que est fun- dado en el saber opinable y probable, y por ello precisa- mente refutable y controlable tanto por el imputado y por su defensa como por la so- ciedad? m No obstante, la motivacién involucra un factor psicolégico, consciente 0 no, que predispone al individuo para realizar ciertas acciones En este sentido, la motiva- cién permite la fundamen- tacién y el control de las de- cisiones tanto en Derecho, por violaci6n de la ley 0 de- fectos de interpretacin ‘como en los hechos, por de- fecto o insuficiencia de prue- bas o bien por inadecuada explicacién del texto entre convieci6n y pruebas. ¥ no sélo en apelacién sino tam- bién’en casacion. ¥ tanto la argumentacién juridica como la féctica responden, efectiva~ mente, a la l6gica judicial, deductiva e inductiva, res- pectivamente. Son vicios I6- gicos. censurables también en casaci6n, no sélo los que vio~ lan la logica deductiva de la subsanacién legal, sino tam- bién los que contrastan con la Iégica inductiva de la in- duccién probatoria: por au- sencia de argumentos sufi- cientes para confirmar por «modus poens las hipétesis acusatorias, 0 por la presen- Ti FERMAGOU Ligh Devecho y Razin, Teoia del Garatsmo Peal, Madi (Espa): Ector Tots 1885,» 672 22 FEARAJOL! Luigi Ob. cit, p. 623, * OPINION JURIDICA * FACULTAD DE DERECHO UNIVERSIDAD DE MEDELLIN = 12 cia de argumentos idéneos para invalidar por «modus tollens», o por no haber sido desvirtuadas por «Modus Tollens» las contrahipstesis defensivas™ En la doctrina espanola, los profesores Juan Piqué Vidal, José M. Rif Soler, y otros™ se refieren a que la motiva- ibn, a la que también deno- minan el razonamiento, se puede,-a su vez, descompo- ner en dos apartados: a) Los hechos probados y, b) Los fundamentos de Derecho. La mas reciente doctrina es- pafiola comenta que la moti- vacién, tanto factica como juridica, de las sentencias pe- nnales no siempre ha consti- tuido una cuestién pacttica Se refieren al ejemplo de la prohibicién de motivar las sentencias, promulgada el 23 de junio de 1778 por Real Cédula de Carlos Ii, 1o cual fo era sino expresion de la arbitrariedad total con que podian actuar los tribunales de justicia, y constitufa una costumbre con cierto arraigo en los tribunales castellano; y,sin embargo, la norma con- traria, promulgada en 1848, para las sentencias penales, era consecuencia de las nue- vas ideas liberales y, ms con- cretamente, debido a la promulgacién del Cécigo Pe- nal de 1848” 73 idem, Lanueva tendencia de que los tribunales y los jueces funda- ran las sentencias definitivas, expresando clara.y concisamente el hecho y ci- tando el articulo o articulos del Cédigo Penal de que se hiciera aplicaci6n, eran ideas que constitufan una expresién de la Revolucién Francesa, acon la finalidad de vigilar la aplicacién, por los tribunales de casacién, del nuevo dere- cho progresista que se iba implantando, y la forma de rendir cuenta, por parte del poder judicial y los jueces, de sus actuaciones no sélo ante los litigantes, sino también ante la sociedad. Se trataba de buscar con la obligatorie- dad de la motivacién no un puro mandato, sino un man- dato racionalmente justifica- do, que constituyese un tes- timonio piblico de la aplica- cin del Derechos™ Ahora bien, en el Derecho positivo panamefo, ni el constitucionalismo patrio, ni la Constitucién de 1972, vir gente, con sus reformas, con- tiene una norma expresa que recoja la obligatoriedad de motivarlag sentencias, como existe en otras legislaciones, por ejemplo, en la espafiola de 1978, articulo 120.32; en Jamexicana, articulo 16, cuya interpretacién por los orga- nismos jurisdiccionales de los respectivos paises, pasamos a exponer. No obstante, el principio, en nuestra Consti- tucion, se deduce del manda- to de los articulos 22, 2°inci- 80, y 32, de la Constitucién vigente, como explicaremos Consultando, entonces, la jue risprudencia extranjera, en este caso el Tribunal Consti- tucional espafiol,interpretan- do elalcance del articulo 120, 3°, de manera prudente y sa- bia que no nos cansamos de celogiar ha establecido que «el ejercicio de la jur risdiccién de amparo ‘ue corresponde ejercer al Tribunal Constitucio- nal en esta materia no s6lo debera comprobar si existe motivaci6n, sino también si la exis- tente es 0 no suficiente para considerar satiste- cho el derecho constitu- cional de las partes Por otro lado, es tam- bién oportuno conside- rar que la mayor efecti« vidad que merecen los derechos fundamentales obliga a utilizar, en esa indagacién della suficien- ia de la motivacién, crt tetios materiales que impidan aceptar como validas meras aparien- cias de motivacién, que por su significado pura- mente formalista frus- tren la real efectividad 74 PIQUE VIDAL Juan: FIFA SOLER, José Mla. y Otros. El Poveso Penel Prético. 26a, Edicién; Madid [Espa Eltvl La Ley 1990, p. 4 28 Idem 26 Idem del derecho a la motiva- ‘i6n, para cuya satisfac- ci6n se reauiere que la resolucién recurrida, contemplada en el con- junto procesal del que forma parte, permita identificar cuales son las rnormas que se aplican y cuél ha sido el juicio I6- gico que, fundado en riterios juridicos razo- nables, ha presidido la articulacién 0 subsun- cién del hecho concre- to en el precepto nor rmativo de que se trate, interpretando siempre ten sentido més favora- ble a la especial fuerza vinculante que caracte- riza a los derechos fun- damentales, lo cual su- pone, de otro lado, que deba descartarse la vali- dez de aquellas motiva- ciones en las que no se contenga el mas rninimo razonarniento que pon- gaen relacion el hecho cconereto con la norma que el mismo se aplica, impidiendo toda posibi- lidad de conocer cual ha sido el criterio que ha ‘conducido al érgano ju- dicial a adoptar la dec- sidn en el sentido en que Ioha hecho, pues en ta- les supuestos no existi- r4 garantia alguna de que la resolucion judicial haya sido adoptada con- forme a criterios objeti- Teoria de la sana critica vos o razonables funda- dos en derecho, tal y como requiere el dere- cho a la tutela judicial efectiva que no consien- te decisiones que me- rezcan la calificacion de arbitrarias, por carecer de explicacién alguna o venir fundadas en expli- caciones irraciona- bles” Enel mismo interés, también traemos a cita otra jurispru- Gencia extranjera, en este caso de la doctrina mexica~ na, y en extracto de Mancilla Ovando, que, a propésito de la interpretaci6n jurispru- dencial del articulo 16 de la Constitucién mexicana, cita fallo en el que se establece que ala motivacién exigida por el artfculo 16 cons titucional consiste en el razonamiento conteni- doen el texto mismo del acto autoritario de mo- lestia, segdn el cual quien lo emitié llegé ala conclusién de que el acto concreto al cual se dirige se ajusta exacta- mente a las previsiones de determinados pre- ceptos legales. Es deci, motivar un acto es externar las considera~ ciones relativas alas cir- cunstancias de hecho que se formulé la auto- 2) MIQUE VIDAL, Juan, FIFA SOLER, José Ma, y Otros. Ob. ct. pp. 348 9 s 28 MANCILLA OVANDO, Jorge A. Las Garentios individuates y su epics Fcioral Por, 1983, p. 67 ridad para establecer la adecuacién del caso conereto a la hipétesis, legal»*® No obstante, y precisando ideas, el fundamento legal det deber de motivar la senten- cia penal, est implicitamen- te instituido en el ordena- miento constitucional, pero, también, expresamente esta- blecido en el ordenamiento |urfdico legal panamefio. Atal efecto, como primer enunciado, podemos referit- nos al articulo 199, numeral 5, del Cédigo ludicial, el cual establece que: Son deberes en general delos magistrados yjueces: "Motivar las Senten- cias y los Autos», Eldeber de motivar, también, surge del articulo 1 del Cédi- go Penal, el cual prevé que nadie puede ser procesado ni penado por un hecho puni- ble, ni sometido a una medi- da de seguridad «quella ley no haya establecido previamen- ter. El mismo Cédigo Penal, en su articule 2, dispone que cnadie podrd ser sancionado sino... en virtud de proceso legal previo... en tanto que de acuerdo con el articulo 1944 del Libro de Procedi- miento Penal, «nadie puede ser juzgado sino... conforme al trémite legal, y con plena garantia de su defensa. cin en el Proceso Penal. S*. Edin; México, OF: + OPINION JURIDICA * FACULTAD DE DERECHO UNIVERSIDAD DE MEDELLIN + Ahora bien, el deber de moti- var una sentencia penal, como previsién constitucio- nal implicita, se deduce del articulo 22, 2° inciso, y 32 de la Constitucién Politica. El primero, en su segundo inci- s0, establece que «las perso- nas acusadas de haber come- tido un delito tienen derecho a que se presuma su inocen- cia mientras no se pruebe su culpabilidad en juicio piblico que le haya asegurado todas las garantias establecidas para su defensa..>, y el deber de motivar las sentencias pena- Jes es una garantia legal; mien- tras que el articulo 32 orde- na que «Nadie seré juzgado sino por autoridad competen- te y conforme a los trémites Tegales ..», y el deber de mo- tivarlas sentencias penales, al ser mandato de normas es requisito de validez de la sen- tencia en cuanto es confor- me a los trémites legales Luego, entonces, el acusado, «para ser condenado, debe ser 29’ Resoluci6ndel11 de novembre de 1993. Segundo Tibunal Superior de Justia de PimerDistito Judicial. Proceso dscptnai, Caso vencido en juicio: y el juzga- dor debe exponer ns razona~ mientos légicos - juridicos segiin su criterio, y al ampa- 10 de las reglas de la sana crf tica, reglas que imponen los articulos 781, 2122 y 2244, entre otros, y que sirven de fundamento de la decisién penal; pues, de lo contrario, estarfamos en presencia de tuna decisién. jurisdiccional arbitraria y en violacién a las normas que sustentan el de- bido proceso penal. En el mismo interés, y con inde- pendencia de que el acusa- do sea absuelto o declarado culpable, la sociedad tiene derecho a conocer los funda- mentos I6gicos-juridicos de la decision Eldeber de motivar, también, es desarrollado por los arti- culos 2221 y 2410 del Libro de Procedimiento Penal, en Jos cuales se destaca la obli- gaci6n de hacer una narra- ion sucinta y fiel de los he- chos que hubieren dado lu- gar la formacién del proce- 50, con indicacién del nom- bre completo del imputado, el andlisis de las pruebas que demuestren el hecho punible yaquellos en que se funda la imputacién del hecho. El Segundo Tribunal Superior de Justicia del Primer Distrito Judicial de Panamé ha elabo- rado un criterio jurispru- dencial, en tomo al deber de motivacién, el cual expresa que er Novena de Circuito de Pena dal Primer Ceuta Judicial de Panam «Esa forma de actuar constituye también fal- tas disciplinarias debida- mente calificadas en el articulo 199, ordinales 5° y 9°, del Codigo Judicial, los cuales se refieren a quela sentencia y los au tos deben ser motiva- dos; sin embargo, el se- fior Juez de la causa 1e- emplaza una medida cautelar de detencién preventiva del sefior (M.Z.] sin ninguna moti- vacién, por medio de los oficios N° 2589 de 26 de noviembre de 1990 (fs. 464), cuando atin no es- taba vigente la Ley N° 3 de 1991 que permite el reemplazo de medidas cautelares, y N° 278 de 6 de febrero de 1991 (fs. 470), cuando debié tra- tarse de un auto, con- forme se desprende de Jo preceptuado por el ar ticulo 2147- B del Cédi- €0 Judicial que, en su dltimo parrafo, advierte que tales resoluciones admiten recurso de ape- lacién en el efecto dife- rido; por tanto, se des- carta la posibilidad pro- cesal de calificar esa materia mediante oficio y tampocolo podria ha- cer mediante providen- cian Finalmente, es de adver- tir, en un aspecto, que la motivacién de las re- otr citi nic tos ter ur tat ell de de x as cit 2.21 moti sitive Ene alla Libre ante Juez ; | } soluciones judiciales que revisten la forma de au- tos 0 sentencias, en nuestro sistema de [us~ ticia penal, no s6lo es una obligacién del Orga rio judicial que se impo- ne por virtud de normas constitucionales y leea~ les, sino también un de- recho delos sujetos y las partes en el proceso, ‘que forma parte del de~ recho fundamental a la tutela judicial, garantiza- da en las instituciones de garantias, las que, por cierto, hay que ade- cuar de manera expre- sa; mientras que, en otto aspecto, ese dere- cho a la motivaci6n re- sulta satisfecho cuando laresoluci6n judicial, de manera explicita o impli- cita, expone, por conte- nido, razones y elemen- tos de juicio que permi- ten conocer os criterios juridicos que fundamen tan la decision: y para ello no es exigible una determinada extension de la motivacién juridi- ca ni una determinada expresién de todos los aspectos, sino la sufi- iente exposicién l6gica. 2.2.3.4. Los requisitos de la ‘motivacién en el derecho po- sitive patrio En el Derecho positivo patrio, alla por el articulo 2407 del Libto de Procedimiento Penal, ‘antes de dictar sentencia, el Juez puede ordenar 0 practi- Teoria de la sanacrtica car todas aquellas diligencias que juzgue convenientes para aclarar los puntos que en- uentre oscuros 0 dudosos en el proceso; es que pre- vi6 el legistador que un juzga- dor, para dictar una senten- cia justa, debe partir de la correcta interpretacion de los hechos; porque en los he~ chos se sustentan las premisas, y las premisas sus- tentan sentencias. y las sen- tencias se fundamentan enla asimilacién de los hechos ala norma juridica, y si se parte de una premisa equivocada, luego, entonces, la sentencia estaré equivocada y, por !o tanto, seré una sentencia in- justa atin cuando sea legal En la practica, y con funda- mento en el articulo 2408, concluido el proceso, la sen- tencia sera dictada dentro del término de diez dias, salvo que. por su complejidad y extensiOn, se requiera de un término mayor, el cual no ex- cederd de treinta dias. Aun- que en la realidad de la vida juridica esta terminologia no se cumple y no hay sancién para la mora, el Juez podré conceder la libertad del pro- cesado de acuerdo con los resultados de la audiencia. antes de dictar sentencia. ‘Al ampato del articulo 2409 del mismo cuerpo juridico que evaluamos, es imperativo que la sentencia no podra recaer sino sobre los cargos por los que se ha declarado con lu- gar al seguimiento de causa salvo los casos de juicios ante jurados de conciencia, La forma de la sentencia no ‘queda al libre arbitrio del juz- gador, y en este sentido ex- presa, el articulo 2410, que la sentencia tendré una parte motiva y otra resolutiva La parte motiva contendré, 1. El nombre del Tribunal, © jugar y fecha 2. La identificacion del fiscal y de las otras partes 4, Relacion sucinta de los hhechos que hubieren dado lugar ala formacién del proceso 4, Mencién de! auto de en- juiciamiento y de la acu- saci6n formulada La parte resolutiva contend precedida de la frase «admi- nistrando justicia en nombre de la Repdblica y por auton- dad de la ley 1. Lacondena o absolucién 2. Las generales del imputa- doy demas circunstancias que lo identifiquen 3. Las disposiciones legales aplicadas Lasentencia condenatoria contendrd la fijacién de las penas y medidas de segur- dad, ‘También podré ordenar la indemnizacién de los da- fos material y moral cau- sados ala victima, asufa- milia o a un tercero, asi como la restitucién de la cosa obtenida por razén del delito o, en su defec- to, el respectivo valor. 115 | + OPINIGN JURIDICA + FACULTAD DE DERECHO UNIVERSIDAD DE MEDELLIN + 116 Otro texto que es digno mencionar es el contenido de! articulo 5° de la Carta Suscrita en Roma, Italia, el 4 de Noviembre de 1950 por la Convencién Europea para la Salvaguarda de los Derechos del Hombre y las Libertades Fundamentales, el cual expone que toda persona detenida tenga «el derecho a ser juzgada en un plazo fazonablen. En la sentencia y en el sobreseimiento definitivo se ordenaré el levanta- miento de las medidas cautelares y de otra natu- raleza decretadas contra el imputado, que no fueren inherentes a la pena Altraera cita algunas normas del Libro de Procedimiento Penal del Cédigo Judicial vi- gente, que regulan la senten- cia penal, lo que queremos dejar establecido es que la elaboraci6n de una sentencia penal no es el ejercicio de un poder arbitrario, sino la ma- nifestacién formalyy cientifica de un acto de justicia, enten- dida como el cumplimiento de uno de los mas solemnes y formales fines del Estado constitucional moderno. Es importante el estudio de la sentencia penal de fondo, Porque es imperativo para la justicia penal la delimitacién del debido contenido formal y técnico - cientifico de la decision de certeza judicial Es por ello que importa el es- tudio de la forma de la sen- tencia, por cuanto un acto de justicia no puede ser un acto arbitrario; y es que si la justi- cia es el resultado de un acto arbitrario, por noble que sea la intenci6n, es el resultado ya de un agravio 0 ya de la ven- ganza, y cualquiera que sea Ja forma -arbitraria es violen- “cia y [a [usticia jamas pod Ser_un acto de violencia; al menos no entendiéndola como el cumplimiento de uno de los fines del Estado cons- titucional moderna, Es de anotar que nuestra Constitucién Politica vigente no contiene norma de garan- tla expresa sobre el derecho a la motivacién de las deci- siones judiciales o la senten- cia penal, ni tampoco en re- laci6n con la solucién répida de la cuestién litigiosa ni pe- nal ni civil, por lo que esta- ‘mos frente a un vacio consti- tucional La primera consagracién le- gislativa del principio de bre- vedad de la justicia penal se encuentra en la Sexta En- mienda de la Constitucion de los Estados Unidos de Norte América de 1787. La referida enmienda fue aprobada por el Congreso el 25 de septiem- bre de 1789 y empez6 a regir el 15 de diciembre de 1791. al ser ratificada por once Es- tados de la Unidn. En parte pertinente la enmienda esta- blece que cen todas las cau- sas criminales, el acusado ten- dr derecho a un juicio répi- do.» La segunda nacién america- na en reconocer la brevedad en los pracesos penales fue México. En esta Nacién, el primer antecedente para la institucionalizacién constitu- cional de esta garantia apa- reci6 en el Proyecto de Cons- titucién Politica de la Repi- blica Mexicana de 15 de ju- nio de 1856. El articulo 24 del mencionado proyecto decfa { | Teoria de la sana erica Ww «En todo procedimiento cri- Si bien hay un vacio consti- est obligado a exponer una ‘tinal, el acusado tendrd las tucional, enmuestro pafs, so- _relacion circunstanciada de Tguicntes garantias: «42% bre lagarantia ala sentencia [os hechos que hayan dade cree jurque breve y pabli- penaloaunjuzgamientobre- _lugaralorigeny desarolo del cee ente >: aunque este ve, nos importa atender la expediente penal: y més atin, cauneiado no pasé a formar regulaci6n legal que nuestro los articulos 2221 y 2410 del portedeltestoconstitucional Librode Procedimiento Penal mismo cuerpo jurdico eft de 1857, No cbstante, de la__contiene sobre la materia. blecen que la exposici6n debe 27* Seccién Ordinaria del serlégica,y lavaloracién debe _ Congreso Constituyente de Ahorabien.ladoctrinajurfdl _fundarla en el sistema dela oie celebrada el 2 de ene- cageneralhabla delas partes _ sana ctica que rge en el pro- rode 1917, se dio conocer los elementos que integran eso penal panamefio, para we dctemen del articulo 20 la sentencia, de su conteni- _demostrar su conclusién. del Proyectode Constitucién, _ do, ydelos medios de impug- erdrveidodictamen,seda —nacién cuando uno de los La motivacién, es pues, la crevnoeer la adicion de la itigantes no esté conforme _preparacién l6gica = juricica fraccidn Vill la cual:

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