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LIONELLO VENTURI PINTORES MODERNOS GOYA . CONSTABLE - DAVID - INGRES DELACROIX - COROT - DAUMIER - COURBET argos ono 0 Corot BI nombre de Conor permite que se recnerde un estilo muy personal, algunas obras maestras y muchas otras ama- neradas, sentimentales, débiles y ficilmente falsificadas. Este contraste entro la igualdad del estilo y la desigualdad del valor se complica a causa de las muchas tendenciss que comprende su estilo tice. Vivi6 entre 1796 y 18755 y fué edueado segiin los principios neoclasiens, a los que signié Biendo tiel durante gran parte de su vida, Sin embargo, par- tieipé en la vida roméntica del sentimiento y la coneepeién roméntiea dela naturaloza como para que Ilegars a ser el re- presentante tfpieo de aquéllas, por decirlo ast. ¥ su respeto or la naturaleza al par que los limites muy restringides de su imaginacién inventiva lo indujeron a eultivar un realismo ‘espoutineo y bonachén, A su muerte, finalmente, los ori tieos y los artistes reeonovieron que él habfa abierto el ea- mino al impresionismo que entonces acababa de nacer. Neo- lasicisino, romanticismo, realismo, impresionismo, las prin- cipales tendencias del gusto del siglo x1X se yuelven a en- contrar y a eoncordar no obstante sus recfproeas oposicio- mes en el estilo de Corot, sin que pueda hablarse de ningin tuodo de un ecleeticismo del pintor. Mis bien se diria que 133 cada tna de esas tendencias so encuentra atenuada, nunea extremada y jamés domimando wna sobre otra. Pareeeria ‘ane Corot mma las quiso personalizar y s6lo pens6 en ella: distraida y ocasionalmente, para fijar au atencién més all sistia en 1 religioso ¢ ¥ sumergivias en otra cosa. Su ide iin pantefsimo devoto; su ideal social, on una solidavidad hu. mana bonachoua y benefactora. Ni sombra de ideal politico, fuera del deseo de que lo dejaran tranquilo. Modi 0, 80° metido a los padres que nunea lo eomprendieron, admirador de artistas inferiores a 6 ado a la indiferencia oa Ia piedad de los otros, i mente feliz cuando le Tegé Joria, su personalidad dle hombre es tanto mis redueida. euanto mayor es su personalidad artisties, Iveuns y Dena. cnorx pareeian gigantes al lado suyo. Corot mismo Hamaba 4guila a Delacroix y se consideraba a sf mismo como una alondra, Frente al batallador movimiento realista de Txxéo pone Rovssuau declaraba contentarse con su petite musique argo, en Ja limitacion del gusto de Ingres, Pensad sin 0 asimilador del neoolasieismo que timidamente ensayaba ser romiintico; pensad en el gusto de Delneroix, colterente, rico de po do al ideal roméntico, y en el a bilidades, pero limi héodore Rousseau, que se debatié toda la vida para reali pei6n roméntiva; y ahora, volved a Corot, a su una Italia soleada de In que no se sabe bien si es mis clisica o mis impresionista, a sus cantos idil. cos en Ia dulce Inz del norte donde un mundo eromitico eh una neva coneepeién, 28 eompleto queda encerrado en una armonia de gris sus fignras en las que aparece do Ia imagen humana, a Ip que podria Hamarse 1a concep cién paisajista del hombre. Si se contemplan Jos resultados, debe admitinse que Corot prevaloce sobre sus contempors neos, tanto por la felicidad de la ereacién como por Ia am damente civiliza- litud de los motivos. Su arte es extr 134 do, refinado, complejo. Mas, sobre exe mundo refinado ss re- flaja la personalidad do Corot hombre, quien sigue siendo ‘un campesino que desespera a su madre al verlo ast tan eomiin, un muchacho aislado en Ja ciudad y tan s6lo conten. to en Ja soledad de la campifia, hasta Ia vejer. il tiene el alma del eantor popular eon ana gran facilidad para asi- milar el més refinado artificio, Pero es necesario que ese antifisio se ponga al servicio del cantor popular para que nazca ¢l arte. Hntonces el artifieio se transforma en el mi- agro do la facilidad natural del artista quo erea del mismo modo que florece el almendro. ¥ entonees, él, el hombre Co- rot, toma un aspecto nuevo, el que opone a su madre deses- perada por verlo tan comin. “Pero, tno sabes que desde el omienzo del mundo no han habido més que tres sabios en la tierra: Socrates, Jesis y... yo?” Justamente en ese mito el sabio que se contonta con poco, que eneuentra su gran- deza en stu humildad, 1a eoneieneia de su dignidad humana ‘en la resignacién, imprimiondo sobro las rocas y los érboles su. amor’ eristiano, expresando su amor por la naturalesa mis bien que representando las cosas de In naturaleza, te- miendo ¢] ojo aliestrado para eaptar los movimientos de la nuturaleza y sabiendo transportar en su disereta armonia Gv estilo la vida de la naturaleza, vida gloriosa hasta en los temas melancélicos; en ese mito del sabio se halla la clave del arte de Corot. Sélo a los vointiséis afios Corot obtuvo del padre el con- sentimiento para abandonar el comereio y dedicarse a la pintura, estudiando con MicHALLON primero y con Jan Victor Benn después, dos paisajistas de eardctor neoeli- sieo. Los dos habian sido diseipulos de Pronee-Hxnnt oz Va- LENCIENNES (1750-1819), ol te6rico del paisaje neoslésieo y 135 ‘autor de Eléments de perspective pratique a Vusage des ar- tistes suivis de réflexions ot conseils d un Elive sur te pein- ture ot partieutiarement sur le genre du Paysage, publica do on Parfs en 1799-1800. Los consojos de Valenciennes sir ‘yen muy bien para comprender {a primera orientacién del gusto de Qorot. Hn ellos so afirma la dignidad del géncro fpaisaje porque también el paisaje puede ser un cuadro histérico, por ejemplo cuando se mira a la naturaleza com “imaginacién poética”’. Hay otro modo de mirar la natu- raleza sto es ol género ‘*pintoreseo”. En los estudios irectos del natural se corre el peligro de no ter- minar, pero se podrén torminar més tarde cuando ol tiem po sea malo”, Estin después ‘los estudios de reenerdo, ba- sados en log que s@ han hecho diariamento’’, Convieno ovitar ‘ana masa negruzea para haeer que huyan los fondos”, Io que se lama segiin la jerga ‘‘el contraste’’. Conviene evitar Ja especulacién racionalista y el género dramético, pues es preferible el género triste y melaneélico. El paisajista debe viajar, ir a Oriente, Greeia, Italia, Suiza, Suiza es citada como homenaje a Rousseau, pero ol pais no os suficiente- mente abierto, Italia es ol ideal. ‘jTtalia! jTtalia!, tal es la meta de todos los artistas que comienzan a sentir las bellezas de su arte y que poseen el entusiasmo del talento’. Si des- pués no se tiene dinero para ir mas lejos, conviene conten- tarse con Francia, en la que Grenoble puede recordar a Suiza y Provenza evocar a Italia, No es menester Ia demostracién de quo estos consejos re- presentan en cierto modo el programa de Corot, aunque de ‘manera un poco earicaturesea, Valenciennes le dié algo més y mejor, El Museo del Louvre conserva una buena cantidad de estudios dizectos del natural hechos por é1 en Roma, Al- gunos de ellos, por ejemplo La ferme aux cypris, no s6lo son euténticas obras de arte que demuestran una extraor- 136 maria sensibilidad de color, sino que construyen la forma segiin un contraste de luces y sombras, inmévil y eristaliza- do, 40 modo completamente diferente al tradicional y muy. afin, aunque més sistemético, al que omples Corot en sus obras juveniles, De Valenciennes aprendié Corot, pues, directamente 0 a través de Michalion y Bertin, el modo de ver por medio de gonas de contraste de Iuces y sombras, y sobre todo apren- ig Ia manera de trabajar del pintor de paisajes. En 1825 Corot parte para Roma, donde lo reciben varios compafieros como si fuere um aficionado, Pero en diciem- Dre del mismo aflo pinta una tablita: Le Gotisée vu a travers les arcades de la Basilique de Constantin —hoy en el Museo del Louvre— y Auten se da cuenta de que es el mas artis- ta de todos y lo impone a la consideracién de los compa- fieros, ‘Esa tablita es precisamente wna obra maestra, Algunas gradaciones del ocre hacia el gris y algunas zonas de verde ‘oscuro y bajo se perfilan contra el cielo gris que apenas deja ‘transparentar el azul. Ninguna belleza de motivo ni de eom- posicién, ni de forma, In ves, una sensibilidad de la mate- ria que nadie habfa sofiado més en Francia después de Cuaxony. Esa sensibilidad no es sino l amor al tono y a Ja relacién del tono, una ternura por el propio trabajo que permite que las arcades romanas se transformen ett refuzio de un alma, Pensad en Paxixt y en Hosen Ronen, pinto- res de ruinas romanas, y comprenderéis cudn superficiales ¥ artificiales son, Pensad en Caxatintro y comprenileréis ‘e6mo sa indudable sensibilidad encuentra un Timite en le vista objetiva. ¥ bien, lo que ha desaparecido en ta tablita de Corot es la vista Corot pinté muchas vistas romanas y repitié hasta demasiado sus afortunados Castel 8. Angelo 0 Foro Romano en los que demostré sa finura para componcr 137 Pero en ests tablita el motivo ‘ym sensibilidad para Ia 1 5 otro. Hl tema es el de Jas ruinas romanas pero el motivo a humildad del pintor, su ternura, su adhesin afectuosa fal refugio hallado, Bl no puede componor porque esa ter~ mura Io condues hasta corea de las aveadas aunque no las Vea en detalle, sunquo no vea mas que el tono de su masa, como si estuvieran a una distancia infinita, Ia distancia dol suet. Otro aspecto de La Basilique de Constant dencia en un euadrito de la coleccién Lord Berners de Lon. res, pintado en 1826-27. El tema es pintoresco, pero lo pin- toreseo es absorbido por lo pictérieo, p sobre el cielo, por la sonsibilidad de la materia, por los eon. trastes de luces y sombras que constitn nador en el eaos de las ruinas y, en fin, por esa torre leja- r el efecto del tono el elena tia na que se cleva como un lirio Iuminoso en el cielo, des La primera estancia de Corot en Ttalia du hhasta 1828, La obra maestra de ese periodo es el estudio di- del Pont de Narni. El amarillo de Ja tierra desnuda y el verde de las plantas y de la hierha son muy bajos de tono. El xfo Nera es turbio y arenoso hasta que la sombra ia. Después se del puente hace apareeer el azul puro del suceden los verde-grisos y ozules hasta que aparecen a Io lejos las montatias azales, veladas por Ia nicbla, bajo el cle 1o interrumpido por nubes blaneas. Con alguncs negros fuertes el pintor participa en In Inch de Ia luz y la. som: bbra en el terreno recortada y en el puente roto, lucha que se atemtia en la lejamfa azul. Del tumulto coreano de la vida a la deseada paz lojana: ésto es el motivo del cuadro El mismo Corot ha explicado su proceso pietérieo ; “Me ha parecido muy serio proparar un estudio 0 enadro empe- zando por indiear los valores nfs vigorosos (suponiendo que Jn tela sea blanca) para continuar después con orden hasta el 138 valor més claro. Wstableceré desde el valor més vigoroso hhasta ol valor més claro 20 grados. De tal manera se ha- bré establecido un estudio o euadro con orden, el eual no debe de ningiin modo molestar al dibujante o al colorista. Siempre 1a masa, el eonjunto, 1o que nos ha sorprendido Nunca perder la primera impresién que nos ha emocio- nado”. No siompre Corot pintard asi, como es sabido; por el contrario, los contrastes de Iuz y sombra dejarin el Iugar al dominio incontestado de los valores, Ganara en delica- doza y en gracia lo que perderé en robustez y energia, La ‘energia de los contrastes Ta debe al sol de Roma, eomo ya Jo dijo Suuvxsrae, y queda como el antidoto neeesario a la blandura, que es el peligro de le simplicidad y bonhomia del artista, Una eonsecuencia importante de la manera de ver masas ‘oseuras y clavas es Ja renuncia a eseoger como primer plano del ctiadro wn primer plano de la naturaleza. Al traer a primer plano del cuadro un punto Iejano de la realidad, Corot participa en Ja vida impresa sobre las cosas por las Juces y las sombras, pero no reproduce materialmente los detalles de Jas cosas; interpreta en Ingar de reproducir In naturaleza. Cumplo Ia transposieién do las cosas en valores de vida. Pnesto que el valor es lo infinito y el objeto es Io finito, para reoneontrar lo infinito en lo finito tiene nece- sidad de un alejamiento, de una visién’ tan distante mate rialmente como veeina espiritualmente, £1 no conduee al espectador de la mano dentro del cuadzo, sino le presenta ‘un objeto en ol que estin lo veeino y lo Iejano pero como un todo dastacado del observador. Tanto lo vecino come lo Iejano pertenecen al mundo de Jo infinito, al mundo del arte, diferente del mundo de 1a realidad. sta es la razin por le cual un poco de tierra roja y de agua turbia, un 139 puente roto y algunas montafias lejanas, Wegan a constituir Jun valor absoluto de belleza, una maravilla del muni Esta necesidad de un efecto de lejania en el primer pla no del cusdro requiare como consecuencia Ia faetnra no terminada, Si se reflexiona en cl modo como se interpre- aba #l terminado en el perfodo neoelisico, se comprende que era natural que Corot sintiese materializarse toda imagen en enento iba siendo terminada. De abi deriva la ineerti. dumbre y hasta la torpeza de su ejecucién cada ver que queria terminar de acuerdo eon el consejo sabio de los otros Su timides n0 lo permitia rebelarse abiert terminado y se contentaba con huirle. A falta de eonciencia te6rica, por suerte tenfa Corot una voluntad poderosa para seguir su camino. 11 mismo ha contado e6mo se liberé en Roma de los consejos de su maestro Bertin, “Tomé la re solucién de no volver ms a mi casa sin haber hecho un trabajo de conjunto y ensayé por primera ver ¢l dibujo de masas, dibujo répido, el tinico posible”. Baupsuamn fué casi el dinieo que desde 1845 rechazé el prejuicio de la tor- rol, y supo distinguir Zo terménado de to hecho, afirmando que la obra del genio siempre es suficientemente ejeentada, ¥ ahora, preguntémonos qué hay en esta obra de neo- elasicismo, de romanticismo y de realismo, No es neoclésie: Porque no se advierte ningiin orden preestableeido a la vi- sidn. No es roméntiea porque no es ni sentimental, ni apa- sionada, ni heroica, ni dramftiea, No es realista porque la naturaleza inspiradora ha sido transforida a un mundo de fantas intensa participacién en Ja vide de la Iz y Ia sombra, par- (ly de imagina- i6n, segiin esa primera improsién que el mismo Corot acon. sejaba no perder nunea, Vale decir que este euadro fué ante contra el Lo que se nota en cambio en este euadro es la ticipaciOn inmediata, hecha de sensibilid 140 Iiecho de acuerdo con una concepeién impresionista, con Ia diferencia, respecto a los impresionistas de 1876, de que el efecto de luz y sombra es més restringido causa del menor conocimiento de las posibilidades del color, De modo que solo, sin programa, de la manera més natural posible, Corot saltaba cineuenta aiios de pintura y pasaba del gusto neo- lésico al gusto impresionista, Si so necesitaron cincuenta afios para transformar 1a ereacién de Corot en un gusto que después ha conquistado 1 mundo, se debe al hecho de que él no se atrevi6 a afir- mar que su estudio direeto do la naturaleza era tna obra maestra perfecta, Tan cierto es que cuando quiso enviar al Salén de 1827 alguna obra, bizo un cuadro terminado sobre la base de su Pont de Norn. Hay en € un primer plano, un efecto de perspectiva, bellos Grboles y una eomposicién cequilibrada que Hleva al puente hacia atrés, y el recuerdo do ‘Ctaupe Loxnars, La ovoja descarriada ha vuelto a la tradi- cién. No falta mas que una pequefia cosa: el arte, Corot xe- petfa exactamente el destino de Conexant. ‘bas obras maestras se sueeden en egos afios eon un ritmo tan répido como para asombrarse. Corot pint6 las riberas del Tiber del Agua Aceitosa, que los amantes franceses la- maron La promenade de Poussin, como si Poussin hubiese sido un romantico que meditara sobre la desolacién de la campitia romana, También aqui Ia eoloracién es sorda, pero mis riea que en el Pont de Narni, La tierra es gris-verde y vviolado, el rio es de un celeste forrnsinoso, el ciclo nublado es blanco, amavitlo y violado con algunos toques de ecleste, La soledad del pantano, el abandono, la aries, In desola- cién, una espesie de estupor que alli sionte el pintor, son expresados con un vigor y una intensidad que se esconden tras los tonos bajos y las formas clomentales. Se siente la ‘universalidad y la infinitud de la contamplacién, mas no la 141 determinacién de un sentimiento particular, Nada do he- roieo, ni de dramatico, ni de asociado a los aoontecimientos histéricos o legendarios, menos aun de pintoreseo. En 1a Pobresa extremada del tema se exalta la altura del ynelo, fantastico. He aqui el hecho nuevo en Ia historia del gusto: el inte rés extremadamente reducido por e] tema en si. Claude Lo. veain es esencialmente contemplativo, pero él necesita eon todo algo bueno para contemplar, cualquier cosa —edifieio ‘bol o mar— que valga la pena por si de ser contem plada. Y en esa cosa cualquiera queda un residuo de materia, como condicién de su actividad espiritual, Honma, y Coss- vane amaban en sus tierras ciertas fealdades fisicas que arte de ellos un resi- ia de Corot es mis pura nutdnea. Es un simple susurro son bellezas morales; hay pues en uo de programa moral, La poe porque es més simple y esp de la dosolacién, Mientras los paisajistas francoses, siguiendo a Valen- ciennes, continuaban viajando a Italia e imaginando paisa Jes cMisicus italiauos atin en Francia, algunos ingleses se interesaron por las notas pintoreseas de la tierra frances Entre otros, A. Puom y J. Genpant publiearon en 1821 planchas en color tituladas: Picturesque Tour of the Seine from Paris to Sea, A su vuelta de Italia en 1828 Corot recorrié Francia y pinté muchos aspects en Italia. Tipieo ejemplo de esa serie es la Cathédral de Chartres de 1830, en ol Museo del Louvre. Los contrastes de grises, especialmente en el edifiefo, son de un pi legendario. Salvo en las nubes, todo movimiento se ha eris- talizado para fijar la contemplacién. La maestria del estilo es plena y ya se siento Ia amenaza de que atenée el contacto afeetivo del artista, ra de ver aprendida 142 Bn 1834 vuelve a Italia y alli pinta, por ejemplo, una ‘Vue de Volterra, en ta que se asovian los contrastes de luz ¥ sombra con la amplia masa pietériea del bosque, y eon Jos tonos rojos de una delicadeza fabulosa entre los grises de la ciudad lejana. Tiste es un gran euadro, de intencién ‘monumental, considerado como obra terminada. Corot sabe, en adelante, mantener hasta en las obras que dedica a los Salones, el estilo de los estudios directos de Ia naturaleza, ‘con lae masas en contraste de luces y sombras y eon el pri ‘mer plano fugitivo. De alli la unidad del estilo que per- site que las vistas no tengan caréeter panordmico y no deja ningtin campo a la curiosidad de los detalles. En 1836 Corot va a Provenza y pinta diferentes vistas de Avignon y sus alrededoves que son obras maestras, Con- ‘viene ver una, Avignon, ove de Villenueve, que se conser- va en la Tato Gallery, de Londres. Ta energfa do las Iucos ¥ las sombras, 1a riqueza eromética de los grises, un movle- rado viento do pasién que sopla sobre todas las cosas, reve- Jan que ha encontrado el sutil equilibrio entre Ia nueva ple- na seguridad det artesano y la cualidad sensible e imagina- tiva del artista La experiencia del paisaje francés modificaba entro tanto Poco a poco Ia visién do Corot. Los érboles del norte, las Iuces més ténues, las gradaciones de la penumbra, los’ mo- tivos més recogidos en ¢1 sono de Jos bosques, le suzerfan Ta disminueién de los contrastes y la asignacién do tna mayor delicadeza a las relaciones. En 1843 cumplis Corot su tereer viaje a Italia y de mevo hizo obras maestras absolutas, eon espiritu diferente, més fino, més pictérieo, pero con menor impulso creador. Desile 1827 en adelante expone Corot con mucha cous- tancia en Ios Salones. Primero pas6 desapercibido, después {fué elasifieado entre tos nevclésicos y criticado por faltas 143 fe ejeouci6n, de terminacién y delicadeza. So advintib que ge teataba de un poeta, pero no st Te quiso reconocer como Pintor, oponiendo el poeta al pintor hasta que se lego a no Pomprender nada. Las obras macstras dela juventud fueron, por otra part, excondidas celosamente por el mismo Corot, rr modo que el péblico las conoci6 s6lo en In venta que se feo después de su mucrte. Cuando se impuso la fama de Corot, entro el 40 y el 60, se fund en obras de estilo diverso Ge tas examinadas hasta aqui, Y las obras de la juventud fyeron olvidadas por todos, Enxnsr Cxmsxeau escribfa atin fn 1880 que Corot siempre habia sido un artista, pero que silo llegé 2 sor pintor después de 1848, La tinien exeepeién fué cl juicio de Tuonf, quien a pesar de que no compren- dia la grandeza de Corot, dijo haber visto en el Salon de “1847 ““esbozos pintados con franqueza de primera in ibn, y tan justos en su efecto eon su dulee Ing que se man tienen al Tado de las pinturas més vigorosas y brillantes” Pero nadie le hizo easo y Corot, discutido y apreciato, oon tinué siendo el de los euadros que enviaba a los Salones. Cuando en 1826 pinté el Pont de Narni, Corot era un joven desconoeido; enando en 1864 pinté el Souvenir de ‘Vortefontaine obten‘a pleno éxito popular. Confrontad los dos evadros y ved cémo se trata de dos mundos diferentes. Bnire tanto habiase producido una revolucién en el modo de concebir la pintura, sobre todo la de paisaje, y frente a ‘esa revolucién Corot habia reaceionado de diversas maneras. Después de Juan-Jacquas y de Beewanone px Sannt-Pie~ nm la campifia, los éxboles, las montaiias, habjan ocupado tuna parte cada ver més importante en In vida del corazén. Cuarmaventann proferfa describir paisajes més que analizar sentimientos, Nove y Prvmer vz SeNacovrr vefan en el 144 La lees 48, Dawe #9, Dainaren 52, Daven Types de le vieille com (detlle) 54. Counner Derioteer ete ppaisaje el espejo de Ia melancolfa. que los embargaba. Taacan- ‘rove va més alld: ve en el mundo visible la imagen de In di- vinidad y lo transforma en intermediario directo entre el al- ma del'poeta y la intoligencia suprema. La naturales se le aparece sin detalles, con sombras indevisas y fugitivas, has- ta con mis reflejos que sombras. La impresién que recibe de ella, de dulce alegria o de melancolia meditativa, se ex- ‘prosa con esa fuerza misteriosa que es la sugerencia. Hste modo de sentir dependia més de la imaginacién del ‘poeta que del caricter de In naturaleza, No era més necesa- rrio buscar el paisaje cldsico u oriental. Cualquier ribera de rio, eualquier Grbol, bastaban. Ta idea de la naturaleza per- dia su carécter heroico para tomar el aspecto de la intimidad agreste, Sanvme-Brove no ama ni los montes ni los abismos, sino un eampo, un pooo de agua que murmura, un viento resco que agite uma frégil enramada””. Y DxnAckotx eon- firma: ‘La mas pobre alameda, con sus troncos rectos sin hojas, en un horisonte chato y apagado, dice tanto a la ima- ginacién como Ios lugares més elogiados” Gon Ia plena fe de que ta naturaleza es una fuente in- aigotable de poesia, con impulsos de amor hacia ells, lo mis mo que hacia su Dios més verdadero, los paisajistas romin- ‘cos se encaminaron al descubrimiento de la tierra de Fran- cia, Habian sufrido Ia influencia do los ingleses. primero, de Constanun especialmente, y después de los holandeses dol siglo xvn, sobre todo on lo quo so refiere a la sumisién la naturaleza, 1a remmeia a corregirla y el estudio de los efectos de Inz y sombra en ol color. Mas era nuevo también 1 contenido espiritual, um fmpetu Ifrieo que amenazaba Ile- varlos de Ia realidad a lo fantéstieo. Po otra parte, 1a era neoclésiea habfa interumpido la tradieién de los eoloristas, aun en el aspeeto técnieo elemental. Corot la habia redescu- Dierto ingennamente, no s6lo porque posefa. una sensibilidad, 145 exeepeiondl, finiea en sn época, sino también porque se ha- ‘ia Vimitado a busear los tonos del eolor a través del gris Thos paisajistas roménticos no podian contentarse con el ais, estaban locos por el volor y cafan o bien en el colors. imo sin touo, o bien en la mancha oscura bituminosa. No les Dastaba ni el ejemplo de Constable ni el de Jos hol tuna veu destruida, una tradicign del color tarda mucho en resurgir. La misma difieultad respecto a le forma. En un paisaje el problema de la forma se identifieaba eon el pro- Dloma de Ta terminacién, Corot habia sabido por impulso ppostico detencrse a tiompo, Su manera de terminar era la ‘inica posible en el paisaje. ¥ por eso se le aeusuba de no saber terminar. Los paisajistas roménticos no tuvieron el soberano impulso poético de Corot y a menudo terminaron demasiado, sacrifieando a la evideneia de las cosas el valor de Ia imagen. De tal manera enderezaron el paisajo romén. tico hacia el realismo. Pero el arte broté muy rara vex del pincel de aquétles. Gronozs Shows, Pau, Husn, 'éononn Rousseau, Jv- ums Dur ts Disa, Auaxaniae Ducane, FRANCOIS Muuer, Crance-Praneots Davniosy tuvieron en diversa me- dda eualidades pictérieas y cada uno hizo agama obra de arte outéntica. Por una razin 0 por otra. ninguno se clevé Al nivel de los artistas absolutos. Hl valor de esas personali- dades pertenece en conjunto mas bien a la historia del gusto quo a la historia del arto. Théodore Rousseau, por ejemplo, fué un buscador convencido y obstinado, eon toda la desven- taja de su realizacién artistiea, que rovels © menudo el e- fuerzo téenico y no demasinda sensibilidad natural. Ta per- sonalidad humana de Charles-Prangois Daubigny fué mucho ms modesta y restringida, y algunas de sus realizasiones son deliciosas, aunque generalmente dejan aparceer un ob- jetivismo naturalistico que roza la indifereneia moral ndeses 146 Neoclisieos y roménticos tenfan um punto de coineiden- ‘ia en la eoncepeién del paisaje: la imagen de Ta naturale- za debia ser la expresién do un estado de dnimo. Después. ‘eomenzaba la divergencia: mientras los neoclasicos querian someter la naturaleza a un orden preestableeido de composi- ci6n asociindola con motives histéricos, los roménticos bus- aban el estado de émimo en la impresién recibida de la naturaleza tal como es, 0 por lo menos la modificaban de acuerdo con sus impnlsos do la imaginaeién y no por ideas ppreconeebidas de belleza ‘Hacia 1840 lmubo entre tos roméntieos, por otra parte, un ‘momento de duda, que parecié determinar en algunos una ‘vuelta al clasicismo pero terminé por ser ¢l encaminamiento decisivo hacia el realismo, Hn 1895 Corot expuso su primer paisaje hist6rico: Agar y tuvo éxito, Si hahia salido de los limites de Ia eseuela his- t6riea, no era, como se dijo, por rebelarse sino por impulso espontiineo, casi sin darse cuenta. 61 no participaba en Ia escuela roméntica y por tanto no tenfa ninguna razéa para no buscar el éxito en el paisaje de tema hist6rico. Si en Ita- lia y on sus estudios de la tiorra do Francia le habia hastado el impulso creador, para oponerse a las exigencias antiesté- ticas del pliblico de los Salones hubiera necesitado ma con- ciencia eritica que no se le podfa exigir. Por otra parte, era Gemasiado artista para limitarse al paisaje y, aunque no se animé a exponer durante mucho tiempo sus cuadros de figura, se alegraba de poder demostrar que ere un artista completo exponiendo paisajes con figuras ‘Veremos en las pazinas siguientes que Corot pinté algu- nas obras maestras sobre temas eon figura y continué pin- tando obras maestras con paisajes en los que faltan las fi- guras o son representadas por simples manchas, Em cambio 147 sua paisajes historioos y, de manera genoral, sus paisajes con figuras, no fo encuentran entre las mejores obras que hizo De entre los paisnjes heroicos o poussineseas que pint6 Corot, he elogido Homére et les Bergers del Museo de Saint- Td, expuesto en el Balen de 1845, La inspivacién procede de Anpr& Crmvrer, Homero se parece demasiado al Belisa- rio de David, como lo vi6 Baudelaire, los pastores son ver- daderas academias, superfciales y vacias, ln disposicién del painajo es esoenogritica, Para encontrar al verdadero Corot en el cvadro es necesario mirar algunos toques de luz sonsi- ble en el fondo, Sin embargo, Axon Mion, exey6 quo po- Ain escribir a propésito de ese euadeo: “Se eneuentra on él Jo que habia sofiado en sus primeros estudios en Italia, La hora de la liberacion ha sonado”. Se trataba desgraciada- mente de una liberacién del arto para logar a Ia retética Iiterarin, Macbeth et les Sorcidres de Ia Coleesién Wallace de Lon- res, pintado en 1859, muestra otro aspecto de las dosvia- clones literarias de Corot. Pasa del paisaje histérico clasico Al paisaje histérico roméntico con esa dexeuvollara tipica de Ia habilidad dosviada. Por dosgrasia, cuando so reduce a Ja pura habilidad, Corot no da nada. ‘il for25 sus negros pero naturalments 020 no hasta para aléanzar la tragedia No obstante tavo éxito esa obra Ni los paisajes con osconas religiosas, ni los de earéeter decorative (por ejemplo, la decoracién que ejecuté desde 1840 a 1842 para M. Robert en Mantes, ahora en el Louvre) tienen interés para el arta, Esto nos conduce a comprender el limite del arte de Co- rot. Sus mejores obra son los estudias directos de la natura leva, sea un paisaje, sea una figura humana, Nunca eae en el Puro realismo porque sabe sentir y reerear con la imagina- eign lo que ve, y sabe encontrar en Ja realidad su ideal de 148 Sea en Ta armonfa de la composieién, sea en la deli- de las formas y colores: todo motivo de realidad es transformado meread a um excepeional rigor de estilo, Esto es més que suficiente para Uogar a un arto perfecto y abso- Tuto. Pero cuando Corot quiere agregar a lo que ve, no sa ‘modo de sentir, sino alztin elemento extraido de Ja historia 0 de la leyenda, o derivado de una manera o de la asociacién con elementos extrafios a la visidn, entonces no comete mis ‘gue exrores. Hl transforma la realidad en arte porque tiene ‘imaginaci6n creadora, pero no tiene en modo alguno ima- ginacién inventiva. Acepta el dato cultural sin sontirlo y ‘por ello lo pone al lado de su visién de modo ridfculo, como ‘sueede por ejemplo en Macbeth. Un sélo motivo de cultura so salva del ridfeulo porque est de acuerdo con su modo de sentir. Lee a Vinat1o, TE6. ‘onr79, ama a Grsswves. Los arboles, el agua, las nicblas lige- tas de Ia Isla de Francia se pueblan con imfgenes que son eldsioas enando estin desnudas, porque representan las nin- fas, 0 son modernas cuando estin vestidas. Tota llega a sor gris argentado, por ejemplo en Souvenir de Mortefontaine del Museo del Louyre, que fué pintado en 1864 y es uno de Jos més preciosos idilios de Corot. Después de haherlo ad- mnirado, podria decirse saboreado, como si diese a los ojoa un placer fisieo, de dulee reposo, no se puede dejar de se- fialar la extremada superficialidad de tal arte. Corot con- fundi6 su transformacién artistica do la realidad eon el mito Gel gris plateado y por centenares de veces repitié su grisea com el pretexto de los &rboles y las aguas, las mujeres d nudas 0 vestidas, Sus contemporéneos decian que repotia siempre el mismo cuadro. Y hastaba que extendiera sobre 41 su veladura gris-verdosa para que apareciese el compra- dor. Generoso como era, regalaha lo que asi-ganaba o salvaba do la miseria a mucha gente pobre, entre otros al gran Dav- 149 here, O también se apiadaba de los pintores que falsitien- pan sus cuadvos y agregaba a las falsificaciones algiin toque, alguna yeladura y ta firma para que pareciesen anténtivos ‘Demasiada bonhomfa enando se tiene en enenta la respon- fsbilidad que Te ineumbin como artista, fstas son las razo- nies por Jas cuales la mayor parte de los idilios que pints no son obras de arte auténtico, ‘Ademés de los tres viajes a Italia y de las frecuentes jiras a través de Francia, Corot visité Suiza entre 1840 y 1845 y Holanda en 1854. Su vida fué pacifiea y sin inci- entes, ereciendo tan sélo en fama y popularidad. Tuvo un notable Gxito en la Exposicién universal de 1855 y entre el 60 y e170 Negé al Spice do la fama, Sus obras maestras Zneron todas estudios dieetos de 1a naturaleza, cuando sen tia por una rarén 0 por otra una impresion mueva y fuert En 1855 visit6 Le Rochelle y de allf trajo una serie ereaciones que se hallan entre las més feliees. Los viejos edificios del puerto, el espejo del agua, los veleros, lo entu siasmarnn. Sus impresiones fueron freseas como en los aiios juveniles, Ja gloria do 1a Iuz y de sus reflejos fué intensa, ‘su gensibilidad para el color fné més riea que antes y des- pués, El eonjunto del puerto (Le port de La Rochelle, eolee- ¢i6n Léonide de Rothschild) revela un recuerdo muy vivo del estilo italiano de Corot. El preciosismo ‘exeepeional del color da una vida intensa a las formas eristalizadas en los planos de Inz y sombra, Hl eolor es digno de Vemumen y evi- dencia ademés un amor espontineo y ferviente por todo ob- jeto ereado que Vermeer no suponia. L’entrée du port a? Behowage posee todavia més vivacidad, una ligereza de pin: cel absolnta, para representar los reflejos de los bareos en 1 agua, Corot ofreee con toda espontaneidad esta participa- eién que él mismo sentia con las Iuces fugitivas, No ofree ni la area ni el puerto sino una interpretacién de las cosas 150 ‘en nombre de la Iuz, No ereo que haya pintailo un enadro més impresionista; en 61 se advierte que el eardeter impre- sionista so halla en 1a separacién de la visién luministica de Ja realidad objetiva de las cosas. Bl color siempre se reduce al gris, al celeste, al negro y al oere, pero las relaciones to- ales entre ellos sugieren una gama mucho més alta, Lo Beffroi de Douai del Louvre es de 1871, aunque es muy afin al cuadro de La Rochelle pintado veinte afios an- tes. Hay on 1 una vivacidad de toque que intensifica los efectos de Inz y sombra y una interpretacién de las propor- ciones que sugiere la participacién del artista en las minis- ‘eulas mmanchitas, sujetas a la monumentalidad del campa- nario, Entre 1850 y 1855, Corot pinté ol cuadrito Une rividre e la eoleccién A, Sehimid de Kusnacht, con un corte feliz que no permite ver dénde comienza Ia composicién y déude termina la realidad. Grises plateados en el xfo, un poco de core elaro en el primer plano, verdes y azules en el fondo, gris azul en el cielo. Un tranquilo fluiv del agua, una bella mmancha osoure cerca, un precioso brillar de luees Iejanas: todo esto es muy simple, tiene la aparienela de Io casual, ‘pero esté suficientemente creado como para suscitar el éx- tasis, EL gris plateado que hizo la popularidad de Corot y que conmovi6 a las almas delicadas durante dos generaciones no se manifest6 solamente en los idilios hébiles y amanerados, también en algunas auténticas obras maestras. Cuando Co- rot no pinta la Iirica del recuerdo sino pinta Iiricamente tuna impresi6n recibida de Ia realidad, entonees realiza una obra de arte, Bs lo que sucede precisamente en los tltimos afios de su vida, cuando crea algunas de sus mejores obras. Indican llas en cierto modo un retorno al periodo juvenil Por la vivacidad y Ia pureza de las impresiones, dignas de 151, Jas que habia recibido en Roma en 1826. La expresién de ‘esas nuevas impresiones era mucho més ficil, ripida, riea e pasajes y con un aire también nuevo de Ligereza. Pero cesta ligeresa s basaba on una energia de composiciin y de realizaciGn, de sentido del espacio y del volumen, de domi nnio total de Ia visién, que hacen desaparecer todo manieris- mo y toda facilidad superficial de efectos. Son ficiles de encontrar los ejemplos de tales obras maestras. La plage au pied des falaises & Yport os de 1872. En el simple motivo hay un valor monumental. Los grises modestos ¥ delicados, el toque ligero, le ejecueién que es perfecta sin llegar a ser terminada, concurren a dar vida intensa a todos los elementos del euadro, Le Village au Bord de la mer de 1870-12 (Coleeeiin Ba- r6n Napoléon Gourgaud de Paris) es uma obra maestra in- cretble, una do esas que son inefables a eausa do su misma simplieidad. Ani se puede yer que Corot pintaha en los Itimos affos de manera cada voz més unida en el total y més contrastado en los detalles. El efecto es vivo y eviden- to, aunque ol toque es libre y pietérico. La morbidez es in- finita pero no es blandura, porque cada toque es precios. La absoreién do Ia forma por la luz y la sombra es eomplota. Esta unidad de estilo se Hama precisamente belleza, Le pont de Mantes os considerado desde haco mucho tiempo como una de las obras maestras de Corot. Se encuen- tra alli el miximo de refinamionto del gris plateado, pero se salva por la energia del efecto piet6rico o por la toma de posesién do la realidad. Es menos improsionista que los, euadros de La Rochelle, La Riviére, La plage @ Yport. Bl ideal de In belleza ha inducido a Corot a limitar el efecto pict6rieo a la simple sobreposicién de los troncos negros ¥ gisoa sobro ol gris plateado del agua y el cielo. De modo que esta obra es una sintesis de todas las aspiraciones de 152 Corot, wna sintesis de 1a personalidad del artista en toda su complejidad, del neoclacisismo, el romanticismo, el realismo y el impresionismo, Claro que todo esto ha sido absorbido y reereado, ya que su arte se muestra entonces en toda str penfeceién, Con poca frecuencia pint6 Corot algtin interior de easa © de patio pero siempre felizmente, Reproduzco Les tanne- tries de Mantes de 1878 que esté en el Louvre, Todo en gris im poco sombrio, con algtin toque de oore y de rojo, Mas Corot debe, precisamente, a esa ossuridad de las sombras una. osibilidad més amplia do gradacién quo de eostumbre, de donde deriva una excepcional riqueza de tono de Ia materia preciosa. Es probable que el motivo Jo fuera inspirado a Coret no sélo por la realidad sino también por el recuerdo de 10s motivos misticos parecidos que pintaba Aumxaxpnm Dzcantrs. Pero si se confronta una obra de Decamps eon una de Corot se advierte répidamente Ia diferencia que va del artifice al artista, o mejor, del manierista al ereaor,, diferencia que so graba en toda particula de materia pic- tériea ‘Salvo esensas exeepciones, los contemporéneos de Corot no estimaron sus cuadros de figura. Y se equivoearon por- que tales cuadros de figura son grandes obras maestras. Hoy, en cambio, los aficionados y los eriticos han Megado a sobre- estimar sus euadros de figura en comparacién con sus pai ssajes. Pienso que depende sobre todo de Ia renovacién del Prejuicio que exalta al género figura por encima del género paisaje. Ya que Corot es un gran artista y pinté figuras, se lige el géncro preferido, ‘Me parece quo antes do resolver ol problema es oportio: reflexionar sobre lo que pensaba el mismo Corot a este res- 153 peoto, Wn 1827 eseribe: “No tengo més que un fin en la vida y al que deseo perseguir con constancia, es hacer paisa- jes”. Bn 1874 no quiso exponer una de sus figuras para que "no pareciera que solicitaba una recompensa que obstinada- mento so negaba a sus paisajes””. Esto no signifiea, claro fest, que él subestimara sus figuras, poro sf que consideraba o al centro de su actividad. Por ‘otra parte, conocemos hoy 828 figuras de Corot, de las eualos exp Le Moine en 1840 y La Lisewse en 1869. ‘Alguna eficacia debe habor tonido la reaceién de sus con- temporineos, pero de todos modos algo signifiea que Corot haya creido-vencer 1a indiferencia o la oposivién buscando a aprobscién s6lo de sus paisajes Su més intima pasién era vivir en el campo en contacto con Ja naturaleza, al aire libre, Durante el primer viaje a Roma, después de desoubrir a su manera Roma y la campifia romana, se olvidé de visitar la Capilla Sixtina, Sm idea de poblar con figuras los paisajes, co pretexto del paisaje hiv- térieo, no tué por cierto una tentativa feliz. Cuando al llegar fa viejo debié renunciar a la vide al aire libre, preeisamento entre 1865 y 1874, pinté la mayor parte de las figuras, sobre todo las mejores. fa la pintura de paisaje ¢ solamen Para comprender sus figuras, pues, es necesario tenor presente que lleg6 a ellas a través de su experiencia como paisajista, Y este hecho nuevo en la historia del gusto es el seereto de la fascinacién particular de las figuras de Corot y la razén de la enorme influencia que tuvieron ellas en el desarrollo posterior del gusto, Hieronyre Fhanpeis fué el primero on darse cuenta al decir, no obstante 1a oposicién de sn maestro Iwaxes, que “ese hombre endiablado pone en sus figuras algo que los especialistas jamés han, puosto on Jas suyas””. Hoy se expone en el Louvre la Femme dite @ la perle al lado del Bain turo de Ingres, pudiéndose captar 154 ‘igilmente la diferencia entre las dos concepeiones, La apro- imacién de Corot a la imagen procede de fuera: parte de Jo vayo, de lo atmosférico, y coneluye en la forma, Ingres fea desde adentro, no de fo que ve sino de lo que sabe imagina, Hegando a iltimo momento a la superficie de las earnes: el tiltimo toque es el que crea la delicadeza del efee- to, E1 dltimo toque de Corot, en cambio, es el que Ie da firmera, Por es0 la imagen de Ingres vive en una atmésfera enrarecida, en tanto que Ia de Cotot esté impregnada de aimésfera densa, Aire enrarecido o atmésfera densa no son s6lo dos hechos de la visién sino los simbolos de dos ideales: fn su ideal abstracto de la belleza, Ingres apenas llega @ en- contrar una sugestién de vida, mientras Corot, a causa de ‘su natural sensibilidad, orea su belleza en Tas raices mismas de la vida. Para confirmar recordaromos Yo que Jean Rousseau esoribia en 1884: las figuras de Corot ‘han popularizado cl estudio de Ia figura al aire libre”, Sus desnndos “tienen Ja blancura mate y sina de la vida y esas sombras Tigeras ‘pero sélidas que sélo pueden expresar el espesor de las ear- nes'?, ¥ en 1900 Grovreoy escribia que Corot “pinta sus ‘modelos como sus paisajes, dando e las mujeres desnudas, a Jas caras en sombra, el mismo encanto ingenuo que a 10s cie~ ‘os de ta mafiana y a las aguas de la tarde”, Hasta quien eroia que Corot era un “‘pobre dibujante de la forma hu- mang” porque no xevelaba ciencia anatémiea —Losmanor, hhneia 1880 debia admitir que en las figuras ‘‘sus imper- foceiones anatémicas son perdonadas por el encanto de la coloracién y sobre todo por la exacta observacién de sus valores Iuminosos en el eonjunto del cuadro”’. Nosotros no tenemos ningiin prejuicio anatémico y ¢s- tamos eonvencidos que si el efecto de lus y sombra es justo, tiene la cobereneia propia que lo dispensa de ser juzgaclo de 155 acuerdo con Ia medida anatémica. Por eso advertimos los errores de anatomia sélo enando la sensibilidad de Corot se Gistrae y no realiza sa efecto Iuminoso, como sucede por ejemplo en los pastores do Homére, es decir, enando Corot quiere presentar, como homenaje a los prejuicies de la 6po- a, 1a forma abstracta ms que la propia Podemos admirar por eso, sin reserva alguna, el Auto rretrato de la Galleria degli Uffizi, Florencia (1895), que sun milagro de vivacidad, de energia, de volumen, y al mismo tiempo es sereno, seguro, de sorprendente ligereza de toque. Hsta imagen es digna de los més bellos paisajes de Volterra y Avignon, ‘Monos convineentes parecen, en eambio, sus figuras re- jiosas (por ejemplo el Saint Sébastien que inexplicable. mente admiraba tanto Dunackore) y sus demudos, Es ad auirable, ciertamente, el esfuerza de Corot para reeneontrar Ja belleza de la forma femenina a través de los planos de Juz —la Bacchante de la Corcoran Gallery de Washington es una imagen agradable—, pero eonviene sin embargo pre guntarse si el ideal de 1a belleza que Corot queria presen tarnos no habia sido imayinado por un mundo demasiado lejano y distinto del suyo para que 41 lo pudiese realizar nosla con la Baigneuse ditte de Val- ingon de Ingres y a pesar do toda la simpatia que nos ins- Pira Corot deberemos admitir que Ingres es més coherents En cambio la Famille du moissoneau revela que Corot plenamente, Compa esta plenamente en su elemento, Le adecuaciGn de la ima; humana al estilo con que son pintados aqui los dxboles, las 8 © la choza es perfects. Todo vive y se muestra en nombre de la Tuz, rfe como rie Ia luz, tiene algo de santo como lo tiene la naturaleza pura y algo de monumental co- ‘mo lo tiene el milagro del genio, 156 Bl Atelier del Louvre, pintado entre 1865 y 1868, revola efmo +l aire libre haba entrado en el estudio, es decir, e6mo ol aire libre es el estilo de Corot. La amplia pollera, la mano sombreada, los adornes del eabello, los objetos en las pare- des, todo obedece a un mismo ritmo de aparicién o desapa- ricién de la luz que da vida, gracia y fantasia. Nadio puede pensar frente a este cuadro, como se ha pensado frente a los desnudos, que se siento demasiado el modelo. Lo que signi- fiea decir que el objeto representado o ol programa de la representacién no fueron completamente absorbides por el estilo del artista, Una serie de obras maestras fué realizada con las imé- genes femeninas que Corot sofié en los filtimos afios. Za 16. lancotie de Ia gliptoteca Ny Carlsberg de Copenhague, pin- ‘tado entre 1850 y 1860, es un tema ilustrativo y sentimen. tal. Pero jon qué facilidad de toque Corot supo liberarse del tema y crear una imagen de gracia en la que Ja molan. colfa no es més que un acento, como si jugara! Pocas armo- fas de gris puro y de gris habano o rojo bastan para rove- lr esa gracia, sin insistir, fugitivamente, como huye la Tus, La lecture interrompue del Art Institute de Chicago, pintado entre 1865 y 1870, es quizis 1a obra maestra entre Jas figuras de Corot, 1a que eorresponde en su produccién de figuras al Pont de Mantes entre los paisajes. La compo- sicién hace pensar en los orgenes neoclisicos de Corot, el tema es roméntieo, el impulso es realista, Ia ejecncién se acerca al impresionismo, Y todo esto se funde espontinea- mente de un modo tal que os dificil distinguir la ingenuidad de la altura del genio. Los eolores murmuran en sordina: amarillo-gris en la pollera, rojo-gris en el tapete, blanoo- grisrosa en las earnes, blanco-eris en la camisa, nogro en Jos eabellos y on el corselete, gris-pardo en el fondo, La ter- ‘minacién de la cara es tipiea, toda ella en veladuras trans- 157 parentes, gradaciones y morbideces: una eiencia refinada que coincide con la ingenuidad de Ja impresién, un fre no que Mega a ser libre ereacién. De la subordinasién de los colores a los grisea de los paisajes brota la , la gracia, earacteristiea de Corot. La jeune greeque del Metropolitan Museum de Nueva ‘York, pintads en 1868-70 es més rica de color. Bs el retrato de Mile, Daubigny, a la que vistié Corot a la manera griega para jugar con el color. Por delante de un alto 26calo de mérmol violiceo y 1a pared yris-verde se ve pasar Ia. imagen adornada con un vestido blanco-dorado, un pafiuelo blanco, rojo y cere, y los eabellos rubios. No obstante, los colores son accesorios; la forma, el volumen, la expresién misma se deben a las armonfas y las transparencias del gris, Y si ésta no es més una modelo ni una academia, sino una imag’ de gracia, de bondad, de refinada civilizacién, de recogida modestia, en resumen, si es la imagen del alma de Corot, se sas eseasas armonias del gris, Al mismo tiempo Corot pinta la Femme dite & la perle del Louvre, Bs una muchweha con una corona de hojas y una hhoja que le hace sombra en la frente. La gente ha erefdo que era una perla, Es un error quo entraila un juicio exitico acertado, pues una sombra de Corot es una perla, ¥ toda la imagen exhala esq belleza espiritual que es la gracia — gracia porque es natural y nacida como una flor en un Srbol. No son éstos sélo suefios de belleza del viejo Corot, sino Jos dones eternos que 61 ha dejado a Ia humanided, de una altura de ereacién como os diffeil encontrar en cualquier Gpoca de Ia historia, 158

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