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JOSEP FONTANA LA HISTORIA DESPUES DEL FIN DE LA HISTORIA Reflexiones acerca de la situacién actual ie la ciencia histérica critica ‘Eine a historia? :O tal vez el del cenciahistér- «9? Enel primer senlido, esia expresion se ba puesto de ‘oda como conseevencia de un artculo de Francis FUR a publicado en 1989, cuya Tama se debe aie Ta omucsiacion que para sb difusion oxganizé la John Mor (lis Foundation, una iasltusi6n rteamericana que in- mente millones de délares para favorecer un ‘raj sla devecha en la enseRanza de las cencas soci ies! Reconvertido posergemente en un ibro, su ampli ‘Big ha servido para poner mas en evidencia su vacie tad se tata simplemente de una relaboracion mas de la (enic Je Hegel ave contemplaba wel mundo germnico y Tas nstiluciones que comprende el estado europeo moder- tno som el inde [a historian? vieja ideas rciladas re, ate eaten cae iaeithniraonese ew Tera tiecectutmmeweage! 6 seers i petidamente desde ue Koes oda pone en cra Lain en frase, mezladas aor, cn gia de Witte paracomponer ia ques eifad de i> de reas hegelanon prs ol conserved nortan avo. mintras ume se peur nor qe un eta eidente mediocre fa tendo lana atencon pte”. :Por ut un eto ba polo empl tama eer» capil pra ana un bro tan uel'y de escaso interés?” mel dean Enel serupdo sentido, cndo menos, en una fr sua anbigr gue plc ot pte Sob Td, ‘segundo—, enconiramos fa expresién como titulo de una ‘even de atc pico ea lea rides Ho to on ae siscon aa dC al tne pematvor dneftnse nce rn la mere dl sass oe fin da histor, Mab gue al ves habla re Minds no Een an Sgats de quel hori se faa aban” Tas elon que pong ence pac rlmen to ive i preeson dE Teel protioma —o, me. [ac ospremar~ apo gi psn plnene cae dara quienes se inttesan por e eitidi dela historia, y ‘Buy en especial a quienes se dedican 4/41 ensehanza, a FL DE LA HISTORIA 9 iaarse en el lberinto de correntes_que fa vido a ‘Reaplavar aquel maps tan cao de nvesto esitrio ave thas pocos afios sola dividise en dos o es continents: fa itoria aria la academia conservadora ysl “Tanupuesta wlerea van, como la escuela de las Anal, EL punto de partda de esa elec debe sre race so Seles expeclaivas que fe fabian depositado ea formas A cneitaiesj catequlsticar del marxismo como alernai- “ral ensehancay la vestigaion tradicionales. A qule- iespicnsan que eto, simplemente, una consecuensia del ‘fandimignto pollico y econémico de los pases del Este Firapeoy dela Unibn Sovitica —esto es, a quienes con- Fen euro dela hioria con el dea cencia historia Tergorviene recordar que ya hace mucho que quienes nos edicamos a ensehar habiamos descubiero, por nuestra ‘Shenta, que reempazar la vieja bistori de reyes ybatalas fa no-la-nutwa. de fos modos de produccign no 0: ‘tia permit mejorar y hacer mis vive nuesto jo, aproximndoto a les problemas reales de fs alumno> "desu edio, yque nos etdbamesplanteando sos Pro Flemas mocho antes de que e produjca la recente oles ia «reisionistan ‘No envavé-atra enol ani de lat razones que ex: ica eT nf, primero, yl prevstble hundimieat,des- del amaraismo cateqlstico», porqve lo que me pro rongo es precisamente, eran qué ha pasado despues ELS? por cual comenzaré apa el mime fee 10 cA msronta DESPUES DHL mY DE LA MsTORIA |28,78queha sido el dserdito de unos eaquemas elmer, Tales qe poporcionaban a michoshistoriadores un ma ode referencia para star ot trabao To ue ba conduct dol etado de desrienacin present. ‘oss abi Tegado ent nossa exremos de 98? enn del sentido comin como el de Abimacl Guzman, Alilamado «presideite Gonzalo» de Sendero Laminsso, ‘len, segin me comtaban quienes habian sid sus dss _Dulos ea Universidad de Huamangs, en Ayacucho, les’ ens que no habian de preocuparse por eolver inte {Ecuaimente ningun problema gues les pantage, cl 40 es vida ctiiana, puesio que led aentaente las obras de Mars, Engels, Leni, Sala y Mao Teg Gacontaran en gia aga la esoesta gue necraba ero ssi retulia gots, y puede wanquilizarao, no haber legado sano, convine to ehar en ado ie Brita qe se eonsderakan orale y adidas ene, ‘ostros, come as dscsiones escola crea dela ‘olucin bravest —um concep, por cet, que no se ard como tal en ls abas de Marz ue recede de Tos elementos con qua hstoriograflaburguera dl siglo x uso componer una legitimacin dls sociedad qu Ba consruyendo—, nacen da misma riz yon igul= iene ajenas ala forma de concer a histori que ena elitmbce que e189 afirmaba que no pods aeaar Jb volumes senda de epi asia ee cluyese I vss econdmica qu estaba sraverando Cra Beta, porque necesita eau el aise ob servando el curso actual de lot acontecimientosn Lo 06 1 MONA u 1 sen a ser exacumente To cones deo ue asian; tecalvads 10 ortodoxon, que hi-| iaeeatvedores de mics ars i san denuncado al Mars de TTB como un Wea pos (Ae preudomarsiimo —parentenderosempleréen arxista para ferme ae to suesivo emarxismon yi Painarsano» y «SATxISMO personal de Marx za auel fendecias que lo lean ms feente—, que ha sido de- nunciads por su reduccion al «cientifismon,” implicaba tina ulizaign petiieada,fosilzadora, de los conceptos a Teen recvenea de la simple terminology ¥ 0 asians sow yo Sepa icnemende que se haiendo ce Sem, relemand lave ann conser {dm ahistérican de los concepts eee pone ort aoa! cae(eapacdaa para epesar ¥ crap lo esque tar nclee agus ques considean erneamente como “Fregrantes de una parte jay esencal de su wsstema», rade dl tui ess refines sobre cs » fenon?! que nes permite advert que posblemente habia i tnlinea e In hstora que el «mars: “eps cocb asics unin de los modo, ae produc en, ances nde: oa, Cac ci cece ia, bros, Poe ee eat eee of tarcon THe unos wns a tera ah ameter Pm 121A msronia bESPUts net rim DE LA susrORIA Frente a esta evindicacin posible y ogica del psa ‘lento marsiano —entendid como un metodo y no como — insisema de interpretacion completo y cetrado—- encom {ramos en un pasado inmedlato intentos de recupers e Iarxisme ortodoxo sobre nuevas bases, come a de Cohen —coniea el que se dirigeesencialmente la ica, de Derek Saver citada aneriociente—, ol mas recente de Wright, Levine y Sobes, que tratan de oponer alguna forma de rzonamiento aa gover iracionaidad delin Sito mimero decriticos que se limita repetie que el a «a80 de los regiments del Este europeo wdemucsran lac lucidad del pensar cual es tan , que lepermiterecurrir a nuevos, yan ds presgiosos, prs tamos de Cantor, Wang, Hilbert, Gdel, et, lo que sign- fia, como se ve, una doble coraza de-sciencian. Chaud hurt umatematizan la istria, no a aves del Tad de Telodos cuantatives © de modelos expctos, como los lidmetras en ese libro apenas hay series de ies, gr cos oextadaticas—, sno mediante a adopcin dels can pos mis ementals dea teorla de conjutos, como par- je-de una «nueva vision» que en eu aplicacién coneria, ia conduce a rertado rivales 0 dipartados. Respecto el conceplo de wnimero cardinal, por ejemplo, se no dice que para aplicaro no es preciso Gontar, sino que bas: {acon comprobar a wcorrespondencian entre distintas co. leccones de objeto: asi, la afiemacion ‘a clase et len requere «la correspondencia entre dos nimeros cardia les el numero de sills y el nimero de personas presen. tes, que se puede verifcar con la miada, En eta obra —atade—,econcepto de crdnalidad ‘usa pata denier un grupo de gente con una ‘én, cultura o cas comin. As las palabras “nu Sola “hind java chino implican Is existen {ia de pincipis po los cules fod los miembros dl espe conju pueden ecanacese com preteen tera conjnta sin eepcion v 30a mstonin DESPUES DEL Mi DLA msronA a inulidad de ese centifime rela mis plica sn cuando nos danor cena de qu el afén por iar secineameate fs mllodos de Oras discilinayepde oncepeiones de la enca completamente spetatoe Ul niverso intelectual poppeiana en quelacencia eich. cada con a caacidad de rede Hace tempo uso 4a endo abajo Semejanteconcecionprtense lve, 4o mundo del determinismo tplacino,y nana ea ‘ese basa en las matemticas del aon y opera con ble tos tates mney Exams ante fo queuncentfico ha Hamad lect. ‘ascioluein cents, que seeder aa primera inde Galileo y Newion—y ala segunda —n dea relatvidad la mec evita para estaba ea dea oom nlsjilad” El detrsinio YT inside Teen ca. oacdadprediiva dela cenlacovrespondana an nn |o de abstracciones, pero no se ajustan a dea readad [ts como hoy la experimentamos "Pag deci con pls pore dinate ict peice See aia ioe cea sete desires ‘eas Bot es ado La mrs nina ns rate ese eg a a 1 off. The ben! we can dis peobublinn fp. 299). * a musi exist a bas de Hiya Prigogine: «Hemos legado a un nuew nivel de compeenain en el que is raionalidad nose eatin ya con la “cetera al la probebiidad con Ta “Tgno- OY la mismo que a estallado la imagen lapaciana del ‘osmos, lo ha hecho el ordenado esquema de a evolucién ‘eos sees vivos que encajaba a la perfeccin entre este mundo fsico determinista® por un lado ya visién lim real de la historia como un ascensocontinuado dela bar- batiealprogero, que heredarnos hace dos silos de opi- mismo burs y que comienza a ser hora de arinconas.” | Es también Prigogine quien nos dice: «Hlemos de aba dona ¢ mit det "conocimiento completo” que ha cbse Sion ate Cn Sle drane es low ycep- ‘ar que la diferencia entre fas Tamadas iencas dus y las bandas es micho menor de lo que pensibamos.* 0, come ha dicho Tito Arecehi el movimlente desde un n= co punig de visa/a una multiplicdad de puntos de vista ae Gn eens hey 32 La msrona pesruts pet my DE LA msronIs leatimos venea signiticar algo asi como ta revoluci6n co pernicana en comp: tema plolemaioo: ec dos cultures” y vuelve abr un Ava de Trl debate in sexdiscptinaty a isons mismos culivadores quienes nos dicen que hemos de perder eresptoreverencal que sentiamos ante las cienciassupuestamente mis durasy nos incitan a que Aebatamos con ellos los problemas que nos son comunes, abandonando nuestros compleos de inferordad, aut jus tifieain puede tenes que sigamosimitando lo mismo que ellos tratan de remplazary mejora?, zo que traspasemos sta fea otras ecencas sociales», que dsponen de aun tien lees generaliadoras, i som eapsces de predece ms ‘que supuesis muy elementals y cast siempre en cond cones fiadas cn tatas resirisiones que los hacen ea Sameate repcesentatvos de la realidad? Es fil comprobar esta fragilidad ene caso ela eco ‘om, una de as disiplinas que ha legado a eerer ma Sor seduceisn sobre los hstoriadores descarriados, por lo ‘ual Te dedicare alguna atencion individvalizada LA «CLIOMETRIAy Sila aciometian celta un elemplo privlegiado det problema general del Genllsme, es porque en ninguna Gira ‘ianifesiacon de éste han lepado fs historiadores tan le- jos en su voluniad de consituir una dscipinaindepen- inte, que tomas de ia teoriaecondmica convencional Todo el aparato metodologico y silo acudia alas cni- 25 propiamente istorcas para Tecoger los dats que sc- Fite aii, Recurdese a vijay tjante propuesta de ater Temin de entender sla historia econdmica somo una forma de econorsia neoclsicaaplcaday. Con Todo, una exploracdn mas completa evga prestar una atencin paralela a otras versiones cientifistas, como IE socologiahstrica —no To hago, en este caso, porque (Siavea que Julian Casanova ha levado a cabo stisfacto- Fiamente en un libeo recente" 0 alos problemas que si Se i re a or te eres They msec Sauer mee i tr Harmanen, Pog 34 wa mnsronis Desrus DEL FN DE Ex HsTORIA plantean las infucncas de a antropoloia, que van desde Tprnejorde una determinada etnalistaria hasta los ex sosde quienes acaban abandonando el estudio dela rea dad social y reemplazindolo por ede los simbolos, sin hacers carga dela necsidad de combinar ambos panos. El eamino a sepuir no seria, probablemente, muy distinto Laue ulizaré para oeuparme dela cliometa, dé modo ‘gue el andlisis tan slo gaara en matoes se recargari, 2 cambio, de cas bibliogratcas ‘A primera vista parece que lo que debe justi ladi- visidn ene a economic history (storia eeon@mica) ya [torcal economies (economia «hitrieas) ba de ser Ia ‘indole de ula tebico ampleado, yTanaturaleza de los itive qul cada una de estas dcipina se propo. Pero foes asi. La paradoja aparece con toda caridad cuando adores econversor, Aidos de es dehenden Ia formalza dn esondmics extrema, mientras Tos economists «pu fosy duros» reslaman wna historia econémica capaz de Syd a corregi los exceros de astracion en que etd ‘ayenda Ia tcoria econdmiea —y eta demanda vene de tivadores de la dscplna de tanta categoria como K. J. Arrow 0 R.E. Solow” y los eultivadores dela i 1 wcuoMErntay 3s torical economics, como Charles P. Kindlberger, le piden ‘esta dseiplina una visi ubistoriistayy no advierten de que wmuchos models eoon6micos son plausibes ye Sillan adecvados en determinadas crcuastancias; el pro Dlema consist en saber hata qué punto son geneals ‘Rindleberge ress, en principio, hablar de upredicién», ‘orgue considera que en modelos de equilrio genera, cone Iontones —tal ver centenares— de variables, resulta dea ‘masiado dif probablementeimposbl estar seguro de! ‘ue las diversas variables indepeadienes de una fonciény ‘dada han sido expeificadas cuidadosamente en la prime, ra ocasin y reproducidas en la segunda>.* ~ [Ens incapacidad para stuarehistricamente supro- pia evolucén, lor cliometras no se han dado cuenta, sin Ads, de que con su inento de mantener aa historia ee0- ‘dmc edentro» de ia economia estan epitendo 1 bata Ilaqve ge libro en las universdades ritanicas a fines dl Siglo Nix y-comienoos del xx y que coneluy6 con ls inde Dendlzacion dela historia econdmica respecto de la t0- ‘ay To que les leva a empenarse de auevo en una balla ‘que yas bry concluye hace af, aceea desis prsie- thle tatar de sepa en Su evlucibn —no siempre es se- ;uro que esa palabra sea ingnim de eavancey~alateo- “a econGmica, a cesgo de paalza su propio prosese, o independicase deel para enrique fk enfoaes Su inktodas especificos.* 36 La svonta pIsPUts DEL FIN DE LA HISTORIA L_punt eencil que justia hoy, como sued en cl pasado, lnindependencia de air econdmia como Sisapling como algo mds qu eri econdmica apa a esl echo de que la cori condmica sha mosta- inane, por soa, dé expla a compleidd de os Sto huanoscoet0s, also os mitamos alt ‘Eon Sl de os de walurafera eon econs ile (o que eineretan habiualmente como le). «Ex ETrmundo eal_-nos ice Kindleberer— ena imbige- dad» No hay gue bacer muchos eazonanintos pa Ue dara una comcsin smejanfe Basia con mrar aides {to alrededor ycomprobar la eteracién de los erores de prtsgn cometidos por gobierno ¢sUuciones que tea servi ot abexoraienfo encos ma cali. dg os presto responsable pales que amas po didn devolveron" a situacion actual de la may pate (as empress informatics (qu pst 2 isponer del mejor uipamieat imaseable para wliar magels conomé {eos softiados,peieonequvocadave la deman Ida de sus products). ete © Por oa part, podemes hablar de un cuerpo eto ‘sondnica qu conse en un conjuno e eye ae ampli aleaneet S descartamos equemas generals lomo el dels wexpectativasracinalesy, que se hacom probado que no focionan,”esula qu, cuando seinen 1a wctiomernian Fo ‘a examinar el conjunto de ls amadas aleve econdi- cas, lo que mejor fesse al contrast cotiiano con la ea lidad son viejasobseracionescai de sentido comin, como la ley de Gresham o 1a de Ernst Engel, que vienen a co- "tesponder a lo que! propio Kindleberger llama euaior~ tmidades o cuas-niformidades ef el modo ea que la gen- ‘ears pra ganar Ia vida, ninguna dela cuales svi pars todos los momentos y todos los caos, lo que condu- ‘cea quela seleccign dl momento o del lvgaren que haya, ‘que aplicar una de elias sea ms bien cuestia de ate que — 4e ciencian.* Donald McCloskey ha contibuido también al etomo ala sensatez con su denuncia dels elementor ‘elrios en a cieniaesondmica, que no sti propiamente ‘ina ciencia normativa, sino que, aunque pretenda expe- sarse en un lengua yun estilo acientiios», eaten rea- lida contando «histories enmascaradat en relic een ‘iia.” _.NOL encontramos hoy, paraddjicamente, con unos stories economias qu, empetados en apoyaise ‘lusivamentéen un ceo toric Inseaulp, ven com fs trabajos ni interesan a los historiadores wpuroso, sl se ‘pe amie oa curation, pals economisan, puesto ‘4s, como a dicho recientemente uno de ells, este to de historiadores se han eauvocad wal eaeren I tenta-| «in de contar alos economists lo que Estos deseabaa of | Suc kate nena emi ito Cam ie, Gamay Davey Fay ter ona SSS Selah eS ewe Te ee 28 La msron nesnoés pet ni DE LA mierontA tuna historia acerca del simplicidad de os process de cambio— en ugar de contrls la clase de historia que ne cesitan ot, que es a que versa acerca dela complejidad saileza del mundo realy Se cobijaron en los departs rmentos de economia y, una vez insalados en ellos, cuan do cretan haber ganado su batalla, se encontraron con que can los economistas quienes no velan que les interesase {avert en puestos dacenes de historia econdmica —por To menos, de esta clase de historia esonémica— los recur sos de sus departamentos, ehabiendo otros economist ‘que —Hiberados de a necesdad de estudiar y absorber he hos hstricos— tienen una mejor preparacion en ate iticas y estaditicay Tor ota pate, balance de los primerosveintcinco ‘afios de una historia econdmica que yaa perdido el dee ho a sepuiselamando «neva» demvesta que 8 ma ores duitos Son los que aleanzd ex la década de los sen 'a.en el estudio de doi problemas conertos —el de la ‘sonoma eslavita del sur de lor Estados Unido yo de 1a conteibuci del ferrocarsl al desarrollo econdmico— “-yave sus aos posteriores de tiunfoy expansion mo an aportado nada nuevo que engalaambici yteascenden- | cia de aquellos primeras resultados. La conclusén a qe sea llegado es que, ene fondo, la enueva historia ero | nbmican com tl, cons pretensiones de independencia, ha mostrado que para lo mis queserviaera para vcoregit {alos planteamientos yerrores en la histria econémica a ecioernian 2 tradicional, pero no para etablecer un texto» propio, dado que representa simplemente euna etensin edific-, sobre los fundamestos descriptivos de a vieja» y au, no puede seguir viviendo, si se empena en prescindir de ella ‘Ta conclusion a que habré que legares que los fen: menos sociales son demasiado compleios como para es serar que puedan ser analizados eatisactoriameate, icon *F instrumental relativamente simple, aunque preciso, de ‘seconometria, icon el més amplio y vago de la histor radiional. Rechaza el ecienifismo» no significa, sinem- back rechavar la wcenciay. La exigenca de detinir ex “plistamente los supuestos en que se basan nuestosrazo- aentos no es propia tan so del historia econométic| Sin de cualquier forma de histori, y el wo de métodor, tstadsticos y econométicos avanzados, incluso el del “modelo explicitoshipotetio-deductivos» —cuando és tose aplcan a problemas gue pueden resoivese con wl fmero manejable de variables, sin eaerensmplifcacio es desnatratiadoras del realidad no sl es isto si0 {ecomendabl,y puede resulae especialmente proveshoso ‘EanGmitos (como fucedio en su emo con el prudente tro que de estos métodos hicieron Conrad y Mever ea estudio de a centabilidad de la eslavitud) o para pone] {prueba la valdez de explicaciones que contenenrazo ‘amientos econdiicos impliios © mal espeifcados. 40 LA wistonin DESPUES DEL F2¥ DE LA MISHORIA Peco suponer que se puede explicar la Hamada weve lucion agricola» co un cuadrit elemental y un par de vialdades acerca de los «derechos de propiedad excus! ‘os sabes recureors que son neces pra el desaro Gel saber y de la teenies —por poner wn ejemplo de lo lbusor aque han lez algunos elidmetras—es an poco ‘Sensato como e igo intento de construit modelos abe néticos para expicar la primera guetra mundial En un libeo reciente" Carlo M. Cipolla ha quere conteibuir a devolver ala historia econémica el eaulbro perdi, ecordando que la historia, en cualquiera de sus ‘amas y modaldades, se eiee siempre al hombre y ave alser humano na se le puede legar a comprender sino c poe en juego foe las dimensiones que lo conser.” Lahisora economia cs wea materia eminemenen intericpinar.Ocupa una ona dl raber humane tui stuad en a eneracada de tras dos diplins Hora y ta economia. La historia econdmica to pues preicindr de ninguna de la Sicedeen uno de eos do frente, se desnatualiay pled su propia ena, U1 prblems consist en goer do dpins que esta eb Fo bap, po as deco, petenmcen a dos elturs dist Ea Chane Tesco ee pn tas ino cy sive sende la scipina bumanisi- a pot attoonaca. Ex cambio In eosemin ve bs dis ‘cid progreshament de I historia de as cencas Fomanasdede oreo de Ricard: aa permanecen ‘doar debi como base paral predein,seara ob nadaient as lamas eneas eucas mediante el v0 Yel abos deta tga atemdtien como itrament fa ‘mental par ef ana 2 Peto tl ec la eflexion ms adecuada para combat los ecesosucentifisiae sea Ia que a hecho McCloskey AI abertirnos qu sf eoiaeconémica (la histori eco- ‘dima con ella) no sven para mejorar la suerte de Tos bobres y para empuiar a los politicos aque se preocupen bor hace la Tirta habitable, sirven para muy poco. Por fegantes que sean los montajes que hagamos con sid ula. UN EJEMPLO CONCRETO: EL PROBLEMA DEL NIVEL Y DE LA CALIDAD DE VIDA [Nos detendcemos un momento en este repaso al vez demasiado limitado a textos de caricter propramitico ge heral, para examinae un etna conereto de trabajo histo- ‘grafico a que se ha prestado mucha atencion en Tos il- {imos afos —el del estudio del nivel y de Ia calidad de Vida, con la iRTCTOn de que sive para Manrar mejor peopl de oss re scone posibidad de resolveros st ue se quiere, por lo que parece mis con crete, elementalycuantifieable el salaro. Los que estén familiarizados con las discusones que han engendrado lat series de salariosagrcolasbrtinicas* 0 quienes, snc sheen intel a Apter py otal a apa Sere! iat abe ono hey mt 37, XL GO, p28 27 Maree, haya gaa petcatas de cata dea comple gy ssconden a as delay salaries que cacoe Atchivos, no se sorrendein demasiado ane ae 5coMo ld Miche Sonescer, unos lai de os arsinos tances ape «um cia que coda toda ina see depen tins. ita por muchos autores cisenes coe miss ean enamels misma Uneeeen So de everateinaioes dl siniiea fr a tempos." Aunque esd claro que podria habero dicho de manera mas snpleeintligible Saco de cons ah liar el lan arene sc inane pone de eels nias ht levado a los investigadores a descubri que son fcopisemas mas tages de lo que se cei y que as po: biacionesnativas aprendieren, por un largo proceso adap- lativo,a desarroliar formas de expotacion adecuadasasu ‘onservain, hasta el punto que ho # nos propane apren sem rn ian han set sci 16 un misronin DesPus DEL MY DE LA misrOnIA der de sus métodosy sistemas de expltacién, «como algo paralelo, sn prioriato, inroducir una tecnologia ava ada del so de los recursos." PMN se debe caer, sin embargo, en I trvialidad de sv Foner que todo lo Que necesitamos es tomar ejemplo de Tas peticas de otras ultras, sin mis. En cuanto serefe- re la deforestacion, por cjemplo, nos ensontramos con ‘que no parece haber habido, por lo menos en lineas gene fale, una conciencia adecuada de la natraleza del pro ‘blema ela Inia a ver poraue su agravamiento real date ante todo de la Epoca en ae os briténicos comenzaron 1 interfriren su evlucién." Al contraro de lo sucedi doen l Japon, donde, habiéndoselegado a graves pro blemas de deterioro come consecuencia de ls rotutaio nes que exgi a subistencia de una poblacion muy densa, {proceso fue conten ya a fines de siglo xvn y en el Siglo sguienle wee adoptaron méiedos para aumentar la deseada producci des bosques, en un proceso gue i plied el paso del Japéa dela expotacin la orestcut To que esto nos indica, ante todo, es la neesidad de no reduvr el estudio del medio a una seie de problemas fe deben ser consderadassnicamente desde a perspec tiv clentfico-naturaly dela tecnologia desu uso. Es ne ‘cesario que introduzcamos en el anlisiseementos wsoca Tesn sin los cuales toda explieacion de lo eeutido sera eroniA, FSPACIO ¥ RECURSOS VATURALES TT lnsufcintey toda propuesta de remetio puede quedar en neta ret6rica moraliante. Esta concietsa, que inspira a unos trabajos de Martine: Alien." me parece sobre todo ‘isbeen otros, devprciadamente poco conocidos, de Juan Carlos Garavaglia, quien seal fa neesidad de introdu- tir al lao del ext de alas relaciones entre las plantas, Jos animales, los hombres y t medio abidtico —es decir, log elementos climaticos, eicesehidrogréticsy, el de las elacones que ls hombres establecenenre si como con secuencia de su partiipacin en este proceso, inluyendo nr ellas ala tecnologia os saberes que los hombres han io acumulando en sus complejasrelaciones con la nat ralezas™ Espero que, habiendo legado a ese punt, v= entin- dda que no me propongo, en modo algune, minimizar la Importancia de estudio del medio natal asociad al det hombre, Pero una cora esque ve ban uiizar los més mo- dernos procedimientos clentificos —y pedir el ailio de Jos especilistae para ln adecuada iaterpretacién de los re- sultadosaleanzals con ellos— con el objeto de profun- Aiar en ete estudio dels ansformaciones del medio na- tural, y otta que el histriador haya de convertise en cienific aficionado, cultivadordeextranaswhistorasin- indvilen en queel hombre apenas desempena papel algu- no. A tales exploradores de parajes supuestamente desco 78 anmsrontn orsrus DEL THN DE LA mistON. nocids habia que ecordares a vei y ensataadvetenc de Voltaire: «Uhistoire naturelle, improprement dite his oir, estan partie essentele de la physiques." To que debe hacer el hstriador es mejorar et uillaj con que sus predecesores han rabajado hasta hoy ene {odio de las velaciones entre el hombre y su entorna, en troncar con una tradicién més que secular en la que hay ‘macho que puede aprovecar, rientar su estudio de acuer do con as ecesidades y 1s problemas actuales dela hu manidad —no con las modas intelectualesvigentes— ye forrarseen aportar elementos que wsirvan» pot lo menos pars hacer ms cay i ida la conciencia que los hom bres tienen les situacion, Le consiene recordar ae Io propio de su trabajo es proporcionar servicios, no vender Imercancias que debenvtedefinitse» —Io que casi siempie Auiere decir poca més que «rcbauizarse> ydisfrazarse— ara parecer nuevas en los escaparaes Eat hacer mds cientfen nuesa prctia como in sestizadores y procurae que ésta se dja a problemas de Implicaciones eencialmentehumanas, estechameate lig das alas necesidades de nuestra sociedad, no hay contra Aliccién alguna, Las cicunstancias en que vivios nos ad ‘ern de Ta necesida! de tomar en cuenta, con una mavor atencién que en el pasado, el medio natural, pero ello 80 Sinnifica que nesta funcién Sea este el Suelo, eel sma o la vegeacién ~para lo que no estamos adecuada mente equipados—, sno la de mejorar y enriquecer nus tro conacimiento dela relacion entre los hombres, ene las diversas sociedades humanas, y el medio en que viven Ytrabajan, BL CIENTIFISMO Y LA DESINTEGRACION DE LA HISTORIA, En esta revisién de Tos problemas que nos planes el ‘entifsmos hay varias consideraiones de conjunto que conviene hacer. La primera esl que nos invita a evita Ia ‘tampa, denuneiada por E. P. Thompson, de reemplazar vna veaterminologia que el «tevisionismow ha sometido alaque —alegsndo que su impress a hace inl para {1} propésios analiticos— para eemplazara por otra que 10 €8 mejor, sno simplemente «nuevay. Thompson nos prevene contra la tentacion de abandonartérminos como ‘clase, eburpuesan, afeudaly owcapitalista, que no han inventado fs histriadores, puesto que se han limitado a ‘omarios dl Lenguaje cotdiano de las gentes del pasado, para reemplazarlos por etz0s como wpreindastian, «tra lisionaly, «epaterraisman o «modernizacién», que son igualmenteimprecisos, cuando menos, y que no es verdad que a diferencia de los primeros, estén limpios de cares ieoldeica, sino que tienen otra dstinta: mientras los que sen0s propone abandonar,frjados en los conflictos rea: les entre los hombres, traducen una dindnca de enfrenta 80. LA sronta DESPUES DEL HIN DE LA HISTORIA rmiento, los segundos apuntan aun orden soa wautorte lado, inventado. por ‘una wsgcologlahstéricar Nibesea ‘Una cosa es que rechacemos ls inerpetaciones basa as en el empleo aburvo, cosifcado, de os viejo tm nos, ¥ otra que levemos nuestro abandonismo a aceptar tina opeacign de ecamoteo intelectual que nos obliga a feaunciar a coneeptos farjados por los hombres del pase tbo, que expresan sus experiencia, sus preepciones ysis Ichas,y que etn cargades, por ello, de un contenido whi téricon real, Yabo de wescamoteo» porque no eso mis ‘mo prestarnos la vsj init operacin de weedesbir los fendmenos en un auevo vocabulrion,™ que la de de jn, de paso, que noe reempacen la naturaleza de a carga deolgica de ext vocabulario, pretendiendo, encima, que el neva no Ia ene Pero hay, ademis, ots risgos no menos graves que ste de la westerilizacidn» del vocabulari hstérco. Los problemas que he tata de exploraren el caso de esa his foria que ba renunciado su especifiidad para tratar de comertreen tora econémicaaplicada (y enol sent ‘docon la qu se identifica con la eologia) se dan tambien respecte de otras dsciplinas sociales 0 humana, con re Sullados poco stisfactoris, Como ha dicho Hayden Whit ro debemes ira buscar ura fundamentackin del aniss histtico wen ninguna ciecia puatva del hombre, la 50 Ciedad ola ultra, porque esas clencis estan obligadas 1 DESINIEORACION OF LA SORIA 4 presuponer alguna concepcién de le realidad hstvica con el fin de realizar el programa de canslituese amis mas como cencias», Pedic a disciplinas coma la soiolo- sia, la antcopologia ola pscolopia un fondamento para determinar una perspectiva adecuada para la historia es como wbasar nuestra estimaci sobrela solider de osc mintos de un eifici en ls propiedadssetructrales que presentan su segundo o su terce pison.* Uno de los problemas mas graves que nos plantea ese cambio de fundamentacin, ese sometimieno al vallaje de otras dsciplinas sociales, eel dela feapmentacin de resto objeto de estudio, En la medida en que cada una de estas wciencas» tiene un objeto distinto al dela histo- Fa, que ese de abarcar la toalidad del cuadro social uillaje sola seve para actuar sobre seamentos deestecua- dro, lo cual ha tenido come consecvencia que una invest ‘acisn tentada por el mimetismo ciemiista se convierta en sa whstria en migaja dela que nos habla Frangois Doss,” que es mucho menos lade ia vieja escuela de Annales, onde Braudel conservaba todavia el sentido de- la globlidad, que ea atta nouvelle histoire que guarda ‘sasa elcion con aquéla: que viene ase algo asi como ‘una degeneracida de a que en su dia propugnaron Febvre Bloch." 12 nd Mi cna en Nerf ee di scslenesa onde Arm ee cosa m on de uae’ un + #2 watson prsPus BFL FOV DE LA wisTowIA 1 problema, por otra parte, no es excusivamente de ‘Francia ide los presintos heredtos de Annales, sino mu cho mas genera, y debe set analizado como algo que afela fen la actualidad a a practica de la investigncin histories fel mundo entero, Una cosa es que pensemos que una txplicaci hstrica mas ie debe incur hoy muchos fc {ores que anterionmente no tonsbasmos en eventa 0 qve onsiderdbamos complementariamente— porque no é mos consientes de st importanca,y otra que interpret mos eo como una invitacion g abrir nuevos campos sep fades que tenderinaconvertiseen la préctia en dsiplinas ‘ndependients. ‘Cvalavirintento de hacer nisiquiera un catélogo ee Ie tales campos obigaria a un dspliegue de rele ‘encias bibliograficat interminable, de modo que me voy ‘limiter una rp revisibn de algunos de los mis favo Tecidos por las modas acedémicas actuales. "Tenemos un amplio viejo terreno, ld a historia de rmogratica, donde la separacién ene ésta y una «demo- trafiahistrican encuentra a establecida desde hace mu ‘ho tempa.*” Como dependientes hasta cierto punto de lla poramos considera los estuios, que euentan a con ‘una exensa bbliograti, sobre a sexalida y el marime- hio (Boswell, Shorter, Brundage, Brown, Co:bin, Goody fe), con un subeampo que se ocupa de Ta familia (Flan tA DESNTEORACION DE LAaIETORIA 83 Ari, Stone, Laslet)% y otto deta infncia (con estudio sobre el parto —Gilis, Forbes, Panciso—, el amaman ‘niento Fildes, la sitvacién de nto a familia y su primera educacién, etc). Hay investiacionesesperifcas Sobre las enfermedades, que van desdelasdedicadas a una ‘onereta, como Ia peste (Btaben),elcolera (Paling, De- Inport), a tuberculosis, et, hasta lasdecariter mas ge 3 que healdido aneriormente Sin olvidar los libros sobre la locura (Porte, la muerte (Ariés, Vovelle, Chany), et ‘Uno de ls campos de me ripido crecimiento en lor limes ato ha sid el de Ts historia de as mujeres, que suse ha transformado, antes de consoldarse, ena ender history, que pretend mas alld de laconsderacién asla- dda de la mujer Hay Ia historia del proceso de urbani- asin (De Vries, Batock, et), que no hay que coafur- dir ni con esa disciplina separada que es la «historia turbana» (D303), a, menos an, con la de la industria de Ja construccisno fa dela vvienda. Hay la dela pobre Ay el rato dispensado a los pobres (Woolf, Guiton), a de la marginacion (Geremek), as cdrceles (Fouceult, Ig te Ble opi, en, Raw nate, Spierenbur)y las aaleras(Viie,Zybere el pe ado (Delumeay, el vestido, la comida,” ee. La lista de tales wespcializaciones» —que con frecuencia dan lugar la organizacion de asociaciones de esti, revstas es pecficas(e puede decir que no anscurte un mes sin que Aparezca el anuncio de alguna nucra revista consagrada ‘ean evo objeto de esdion), et et inacabable No es que estos aspectos no hayan sido tomados en ‘venta anteriormente por la historia, sine que ahora ten den a despajarse, a certarse sobre mises, aslndose del ‘studio global de a sociedad, y a converse en tsitrio ‘cotado de une pritea cienifica que se pretend auto roma. Una aberracin que llega a su excemo cuando se pretend convertr en dissplinasindependentes inci lo ‘que sn simples tézncas de abajo —Rerramientas que slo tienen sentido cuando se ponen al servicio de una inter pretacin histrica plobal~ como la historia oral os ‘industrial. Eup tiny Aro tere et As ene pein Samoa cmc ene nd tc fa, Boss ‘se “ ” 1A DISINTEGRACION DE LA STORIA 8S Esta fsa emansipacion empobrece tox resultados que pueden obtenerse en los nuevos campos o con las nuevas hesramientas Al desmenuzazse el andi en historias oi ‘rosectoriales (aso ese término para distioguir als prs teas de la crohistorian aque me he referido antes, ya ‘que aquéla pete a que pueda con frecuencia acusdrsela de irvalidad, conserva elseatido de a globalidad hist. rica) pended vista, por Tuerra ee objeto central de es tudo que es hombre en sociedad, nabarcabe desde cul (quiera de estas pequenas vsiones que se proponen como alternativa mas wcientiias» ala supuesta vaguedad de ‘ina imaginariaehistria total, que nunca ha sido un pro- rama efectivo que se a95 propusiese aplicar en la pdt a, sino una aspiracién inalcanzable que se presentaba mis ben como un modelo extemo: como un indicador que ‘orientas, en lo posible, Ia peti de nvesteotrabaje. HISTORIA Y ANALISIS DEL DISCURSO lato pasado, Lawrence Stone hacia, desde las pig- ras de Past nd Present, un lamamienteangustioso en f- for dela vuelta a una historia que se ocupase de los acon- tecimientosy la conducta,operando sobre a base de textos ‘ontemporneosycon la finaidad de explica los cambios Seatsdos alos hombres. El lsmamient se jusiicabs por Tas temiblesconsecvencias del eposmodernismo» que, con Ia iple amenaza dela ngustc, la antropologia eultu- ralyel llamado «nuevo historiismoy, estaba convrten- do la cenciahistérica en una wespece en peligro de ex ‘a angustia resulta explicable, aunque no tanto pore vigor det asalto que la historia ta sftido en estos atos Gesde el campo de a ingistiea, como por a faiidad con ‘ue parecenhaberse rend en los ltimos tiempos alg fos historiadoes, Nos facil explicar las razones del éxito ‘tian ec een ome Bh a 88 La usroRn DEsrus DEL AN DE 1A HisTORIA aleanzado, porque habria que hacerlo en un contexto mis ‘umplio que el dea historia, dentro de fo ue Roty ha ia mado el gto Hingistico», que afets profundamente & la filoofia de las ltimas décadas"" Ena isin conservadora de Gertrude Himmel traaria simplemente de una etapa msde viejo debate de «las dos cultura, con la capiulaciga de os humanistas 1 la consigiente deshumanizacin de muchas disipinas Sociales y de los estudios sobre la cultura, «despojandolos de toda eealidad social y humana». Frederic James en cambio, sta estas melaciones clturales en un campo ‘mucho mas ampli, intentando iar unas eapas dea evo hucin del pensamientofiloséfico que comenzarian con la radual superacin de exstencaismo sarireano por el ws tructualismon, defnido como wina yariedad de nuevos intenos tebricos que comparten por fo menos una dnica “experiencia” fundamental: el descubrimiento dela pri macia del lenguaje o del simboloy. La tansformacion de ‘ste cestruturalismo», demasiado inestable como para que ras, habria dado paso a wa edceién a una especie de ‘lentifsm, a mtodoy nica analtica (en ia semistica)» por otra parte, enel terreno dela transformacién de sus perspectivas wen ideologiasactivas en las que se deducen onsecuencia iss, polias ehstricas», a lo que co sul Sn ey ngs Rc Pd 9 Yi sronia y ANAS DEL BIscURSO 89 rnocemos como epasstructuralismoy, soci a nombres como los de Foucault, Deze © Dea." También Dosse vel nacimiento dela «deconscuccién como algo que suge ene interior dl estruturaliemo 3, en certo modo, des refiujo ydescomposcio, desde as tempranas formlaciones de Derids, inspirades fund rmentalent por el pensamiento de Heidegger, que le con Aucirin a ese primer ataque abusivo contra Foucault, ese ‘astsnato del padrep al que éste responderd con una de- ‘autorizacén de tal ereduccibn de las prcticasdiscursi vas a ls tazastexualesy.™ Lo cual no pide que se presente a Foucault, a su ver, como wdeconstractor de historian, Paradojs de una terminologiaambigua que sive para todo. a denuncia deta fia del sistema se eect in clalmenteea los Estados Unidos, tanto desde posiciones inequivocamente conservadoras, por el estilo dela de Alan Blooms? —o que duré hasta que las nuevas doctrinas 1 Feic mn, ining tn oo hig ar. ap Sa oi eg Uae ease act torn nmin Sater ah he 90 a misronta pasruts DAL ray DF A meTORDA sus autores fueron asmilados y domesticados por el mun: do académico, que descubrié muy pronto que eran ites einocuas—, como desde la izquierda, sobre todo a palit del momento en que results evideate a filiacién heidegge fiana del pensamiento de Paul de Man, y se hicieron pi bcs sus conexiones personales con el nazismo, con ca 0s de desconcieto como el de un Peter Washington gus, ala vez que arguye que los cultvadores dela autodenomi: fad ateorialiterria radical» no son mas que practcas ede otra esd einofensiva moda aeadémica, mezela de ‘manera incohereneen su denuncia marsismo, deconstruc cl y feminism, o Fa, todo lo que le moleta™ En el terreno del estdio dela sociedad y la cultura, fos efectos ms importantes de gio lingustico se han ma nifestado en ls etd Hiteraios, donde, tras su rechazo Inia, han acabado atrayendo a una parte del sector ace émico mas conservador, que se siti as egitimado en su lucha contra cualquier teorizacdn:wde pronto la pe- sitentesy obstnadas resistencias de quienes Se sentan ame- nazados por el andi ieGrico adoptaron el ropaje dela te ingen, ad Lt mde nl gh ‘Seoarunis pn art ac ap such usr pono NisTORA Y ANALISS DEL pwcuREO 9 os resultados obtenidos son en osaionesdiscatibies. Analzando laboriosamente unos dfisles poemas de Paul Clan, Hans-Georg Gadamerlega a uno en que wna era (ae imprenta modifies totalmente una palabra transfor. ‘mando «el éido celestial» en «la moneda ceestily. Ou ‘us artculos «colaboracionistas»publicades en la Bisica ‘cupada por los alemanes ene los cules, para empeo- ‘ar la euestin, habia alguno clarameate antisemita."* Lo ‘al srié para iniciar un alboroto en gue Ia propa va Ciedad de los métodos empleados por De Man quedaba ‘lugar secundario—parcla no importa nadie, des- plazada por una preocupacién «politica» y moral (una preocupacién que nadie habia Setido, por ejemplo, por los antecedentes,harto mas comprometidos, de un Kan- torowicx), El wescindalo nacional» que se fundamentaba en los articulos pronacisn del wdeconsteuctors se com “hepanolns- aman Rew of Books (23 eos 199), pp. 2028 SSriteieersenne nearer 94 La sto nesrUss DEL AW OF LA HsFORIA pletaba con el hipécitaatadido deunos toques adisiona les acerea de wna vida privada de bigamiay."” Enel terreno de a historia Ls efectos del ge lings tico han sido tardios al ver por haber tenido que supers: el desencanto producido por algunos intentosinciales muy pobres, como un sstudio sobre la coastrucion textual de la realidad, referido a las leyes de pobre briténicas, en ue el auor n0sexplica que «los politicos no reaccionan ante a realidad como tl, sino ante la elidad socialmen te consruid, y ve Ia forma en que la sociedad ex como cide para propésites polilicos y administrativas depends de pretcasespeificas de leeway eserituray.™ La cosa recueda aquel aforismo de Oulipo en que se dice: No= hemos dado cuenta de que no somos ms ave lene, dela cabeza alos pes. ¥ que, cuando uno crea tener do Jor de vienre, ea ene lenguaje donde tenia dolor. Qu: todo esto no era muy dscerible»” (Jo cual puede con tenes una parte de verdad, pero es difill que sina para Alivia jamas un dolor de vient). Paradojicament,suinfluencia se ha ido extendiendo eos ttimos lempes eit las historiadores —cuand pa reciaencontrase en franco retraces en los estudis cl: turalesylteraios— y una invasién de andisis det sur so amenaza con reemplazar el da Yealdad. Fs cierto que Twn ig he po A cent as ‘hm se sa peti, Caine, stoma ¥ ANAtSHE DEL picURSO 9S hay elementos dls en esta nueva concencia del texto gue ddeberia servi para evtar que eayésemos en letras ana rbnicas 3, por ello, incorrectas de los excritos del pasado, Pero una vezrealzada esi area de depuracién critica, es txagerado que aceptemos quedarparalizados, como silos textos no fuesen suscepibles de uso, Entre otras razones porque textos de indole divers, y construidos con lengua Jes ¢intenciones diversas, pueden contrasarse entre si," Y porque el historiadortabaja,ademds, con evidencias no fextuales como las dela arqueologiaycon un tipo de de {0s, como los elementales dela denograia(nacimientos, fecundidad, esperanza de vida, defunciones) que dificil mente pueden ser deconstraidos Una de las grandes uiidadesetelesy del ans de text reside, por ejemplo, en el examen de mo se elabo ran los dscusoshistéricoslgihmadores, pero hay una tran diferencia entre este tipo de eseitos y los documen- {0s que repulan 0 explican los acontecimientos de lav da cotidiana (entre Ins erGnieas oficiales de la conauita espafiola de América y las reales cédlas en que los re yes daban instruciones concretas a sus funcionarios, por empl, y que nunca estvieran destinadas ala publi- ‘acién), y no debemos olvidar que Ia wconstrucionn 0 ssc no m rece mip gu re porta aga re 96 La msronta DESPUES DEL FY DE LA H reconstruciény del pasado que efectuamos constant mente no se raliza, ni mucho menos, tan s6lo con tex Es istima quell enguae del iro de Sande Co- then, al que me fe eferido anes, nos impidaexponer sus ‘breraciones acerca dela etérica» de los hstoriadores tina fetdriea qu, por a fala de rigor, se disingue de est tia aretérca de la cienclay que estudia Alan Gross, tan hbilmente constr uida que consgue persadic a aquelos 4 quienes va destinada de que noes tal retria sno de rmostracién.™ | ‘Una cosa ese us y ota el abuso de esta preocupa- cin pore discuro, El abuso puede conducir ala rave ‘ded, como resulta evidenteen Ia prctica de historadores ‘que se contentan con analiza los grandes libros de cae ter general y las airmaciones programaicas, pero que des ‘onocen esos offos textos que nos permiten aproximaznos {los problemas reales de Tos hombres, como son aquela ase de documentos que no pfetenden transmitir dost hasinoactuar en a sociedad desu tempo. Lo cual nosis: nifiea, evidentemente, que estos documentos sean ine: Centesm, sino que requeren otro tipo de aniliss, y un onocimiento dela realidad mucho mayor que el que sue Ten tener les practcantes de estos métodos, ms sp De one ca “tian om, Th ar of seme, Came, Yr stoma ¥ ANAUSS DEL DIcLRSO 7 Lo resultados de este tipo de ani textual general zador pueden acaba siendo nefasos, como sucede, para ‘hae un eemplo reciente ene aso de Coin M. MacLach- Jan, en un libro que comienza dciendo que wl ensanche del mundo expafol para abrazar un nuevo continent re- (queria una reordenacién intelectual de la reaidad» y aca- ba convencido de haber demostrade que, epoiicamente, ‘el mundo espanol funcionaba como una construcc6n in telectualn, desps de habernos expicadowlelectualme tes, sin mostrar el menor conocimiento de lo que sucedia la realidad cotidian, Is historia de una América colo rial donde la poblacion a cece ni disminuye, donde no hay mings —ni,naturalmente, indigenas trabajando ala fuerza en ells, hacienda, ni obrajes, al negros es- clavos."" En una recension un tanto alarmada de una serie de isos solve a historia de a Revlucin francesa, Colin Jo- es observa que «Frangos Furety Lynn Hunt ban suger do que elcaricerrevolucionari deo que sucediéen 1789, tiene masque ver co la elevaci del status del lenguaje politico que con la tansformacion social» y que, en espe> ‘al on Fart, «la Revoli6n ha pasado ser mas un acon- {ecimiento linguistic que un hecho socal o econémico» ~podriamos decir, por ejemplo, que a decapitacon del reyes la consecuencia aecesaria de haber pasado de Is ‘marl Luis XVEa Luis Capeto—y que Keith M. Baer «ve 98 1A misronta bESRUs DEL MN DE LA HISTORIA In exferapibiea como una construccin politica: la ese a de preticas dscursivas que compiten Del grado de confusion a que se puede legar por esta via da buena idea la reset de un libro sobre la cultura po pillar que sstiene que alo popular existe como una cate tora separada sobre todo porgue ha sido constuido as, por estudisos, politica y trios sociales ineresadosen ‘So, aque lev al resetador a suger que es importante ‘ndesplaza la dscusion para que no sola eutura popu lar, sino también Ins dicusiones cieniias sobre la cul 1a popular se conviertan en vn f0c0 de atencidn. Has ‘a que algvien, contagiado por el mismo entusiasme, vaya mds allé'y noe proponga discutr as dicusiones sobre as iscusiones acerca del cultura popular, vai sucesivamen te, pasando del diseurso al metadiseursa, y de al meta meladitcuso, ee. Dado que, como ha dicho Hartman, wla propia teoria no pasa de ser oto texto, que no goza de un tstatlo priviegiado», podemos pasarnos la vida estan do textos sobre textos, sn preocuparnos por defini quign tel sujeto que inicialmente ei el primer discurso ana lado —ls autores de una calura que se convict en po pullar» por obra de! diecutsa de los especilistas— 0, nds encillamente, por averiguar si habia pueblo, qutnes y ei bs anh ace stoma y ANKLNS DEL pEcLAS ——99 csdtos ran, cdmo vivian y qué pensiban, Per esto es algo demasiado trivial, y muy «visto», que no puede mo- tivar a Tos afanosos buscadors de la xnovedad. “Tampoco seria justo suponer que la vaciedad de con: tenido ta hayan levado al campo de ls historia Jos parti- aris del ico lngistica», porque siempre se la ha po. ido encontrar en é. En una eiiea de ike lio, ‘mis bien, del hima compilacibn de wpapelesn— de W. 1. Rostow, Gregory Clark sefiala que en nuestra vida ac sdémica se est asentando cada ver mat una pauta que se repite en muchas carreras deecientificose de primer la En su primera fase, és0s se liitan a trabajar con serie- ‘dad y modest, sin eebir demasiado econocimiento, Pa sada eta etapa de aprendizae estin ya preparados para ©! take-off a un periodo de «produccisn autosostenida» ‘asado en una apran idea». wa gran idea debe estar va tia de contenido empiice ¥ aparecerexpreada tan ambi svamente como sea posible: s fuss verifiable empirica mente, esultaria ci efutarl; ise expresase con claridad, se vera que caree de contenido.» A partir deere momen Se puede prescndir de a ivestigacién concreta paraded carve relaborarla gran ide y defender de quienes la han entendido mat. adem, como a reconocido autor de una gran idea, puede esribie con autordad acerca de lo que le venga en gust.» Lo que han hecho los parti- sags chains Soe ae Oe ade

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