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REVISTA AGUSTINIANA DE ESIRITUALIDAD PUBLICACION TRIMESTRAL Vol. Itt Abel— junio REVISTA AGUSTINIANA DE ESPIRITUALIDAD PUBLICACION TRIMESTRAL REDACCION Y ADMINISTRACION PP, Agustinos — CALAHORRA (Logrovo) — ESPANA. ARTICULOS Reflexiones ssbre el “ORDO AMORIS» P. Rawtno Fiowe2, 0.8.2. Por Ta ereacin a la contemplaciin P. Jose Rusio, 0.8.4. Iniroduccén al tema de la obediencia P. Cesar Vaca, 0. 5. TEXTOS Y GLOSAS Uitimos fasctculos del DICTIONNAIRE de SPIRITUALITE. P. Jose Monas, 0.8.2 : Paicologia dela reiglsidad P. Puoro Recurea, 0-5. RECENSIONES S. Lemaire: Ramakrishna y le vitalidad del hinduemo, P, PALLAS: Fjercicos anuales. L. ConsiaN: La educacén er la conflanza, A. ESt#6aN ‘YRONERO: Juan XXII y las Jglesias Oriodoeas. J. M. ROMANE: Joven Tu ideal: iCrisol, M.9L. VILLAR DE FRANCOS: La oscura luce contra Si misma, 3-1. NEWomaN: Apologa pro vita sua. La Materate Splrituelle dde Marie, Il, R. Soiazzt: Evangelion del mundo moderna, 1, CAFFAREL, R. Poss, M.Devis, A. M.CaRee, P.Ligor, A Rene, L.Loceer, EJUGLAR, H. CHERY, A. HENRY: 'vomo at Dio. A. ADAM: La Confir rmacion y a cura de alnas, C. TRESMONTANT: Estudios de Metafsiea Bi- Dilea, R. FERNANDEZ: Quieres sinceramenteconvertite. S. BONAVENTU- (spor ena ora cai) REFLEXIONES SOBRE EL “ORDO AMORIS» P, RAMIRO FLOREZ, 0.5... Amore petitur, amore quseritar, amore pulstur amore revelatur, amore denique in’ eo quod rovele tum fuerit permanesur, (De Mor. Bec. each. es Maniq. 1, 17, 81) Existe hoy una problemética existencial sobre el tema del amor que se puede relacionar con la doctrina de San Agustin. La die reocién fenomenolégica de la filosofia actual se centra en Ta afit- macién de la existencia como dislogo ontolégico, como comunica- cién © comunién, como abertura del hombre a las edsas y de é tas al hombre, como intorsubjetividad. En el plano de la concien- cia la existoncia humana se revela como dialéatiea del amor, coto diseurso inaeabado entre el hombre y el ser. FL querer ontolégico realiza el estatuto originario del ser, su presencia y su potencia: volo, ergo sum!, segin la vieja frase de San Agustin, repetida en este sentido por Max Scheler (1) Pero no vamos a entrar aqui en esta problemitica, aunque in- cidentalmente tengamoc que aludir a ella. Seria situamos en su- ppuestos ajenos a San Agustin y aceptar una formula clare para no ) Cie Fano, C. S. Agorsing + TExisencialiom en +S. Ai gandi correnti Sela flounfin contemporanea’ Atti del conste Flowofia agestinians. Roma. 1958). 1996. p, Ul FLOREZ Clesto que no cabe entender a ningiin autor mis que Salidad y que todas las intenciones y propésitos de wim tiny vabstraccién» metodoldgicas tienen su dosis de in- Trinidad y aus verdaderos limites de fracato. Pero cabe tambié seMctuevzo de auténtica wepojen, de dejar hoblat «wa autor en win interrampinle, sin prejuzgarie, si Jo que quiere deciros bien no podamos oir de él mas que aquello para Io que tenemos adaptado y preparado nuestro oido interior. ‘Con estas precauciones clementales, vamos = hacer unas bumil- des reflexiones sobre la doctrina agustiniana del amor, centriindo~ hnow en la frase del word amorisy. Esta doctrina es fundamental y ‘dara, si bion tiene la claridad de los fundamentos, es decir, de lo (que siempre se presupone y en realidad esta siempre oculto. Es ademés orginica y sistemati Agustin; pero es de una sistematizacién implicita, casi prelégica, yy suele andar por ahi suclta, en frases ya eSlebres, que se citan sin mayor preoeupacién de fidelidad al context que Tas vio nacer y del que dependen en su «auténtica» significacién. Una de las fuen- Historia reside, increiblemente, en las frases. Son i ‘arco en tensién, verdaderas jaculatorias del pensamiento que en~ tierran en si, gravidas, acomuladas riquezas de intencién y sugieren tn yeees més de lo que dicen y sobre todo tienen la propiedad de entrar sobre sf mismas la ateneién, como un promontorio de luz que se eleva sobre el fondo gris del context. Amor meus, pondus ‘eum: eo feror quocumgue feror. Virtus est ordo amoris. Amore (quaeritur, amore revelatar, amore... permanetur. Amores duo fece- rut civitetes duas. Dilige et quod vis fac TResponden, por otra parte, muy exactamente sl modo propio de Ja reflexién agustiniana y al modo de Agustin como escritor de la influencia y conocimiento del agustinismo en la ros de un Agustin comienza por discurrir lentamente partiendo de wna iden fo Ingar comin central, la va meciendo y acariciando, asediindola cada vez con preguntas e interrogaciones, atacindola por diversos la flancos, reiterindole descos y sugerencias, hasta que, por idea cede, se abte generosa y comienza a responder atropelladé- 138 REFLEXIONES SOBRE 5L «ORDO AMORIS» mente & las solicitaciones. Es el momento de las frases vivas, de las afirmaciones radiantes, Henas de promesas y horizontes abier tos. A Agustin Je manan los enunciados y las palabras por todos los poros, trata de apresar con ellas las verdades que se Te acumu= lan, asaltan, entrelazan y acosan como revelaciones inesperadas, como bandada de palomas en trance de volar. Agustin es entonces el poseido, Mevado en volardas por su ol de claridades, transido de intuiciones y temblores mas alli © mas acd de Ia légica comin, pero gufado por la ligica sobieesencial de la propia luz Agustin es un eseritor sin rocctes. Esoribe siempre surle-champ, sin previo rebusque de palabras © periodos que puedan albergar © arropar los ideas tiernas que vayan a nacer. No va preso del dies sino que el diccionario esta ahi para servisle décil- mente a la screnidad de ta dialéctiea. «Se hace camino al andar...» Pero, a la vez, es um viejo retérico y profesor de Retérica y sabe todos los sccretos, todos los ocultos trucos de Ia elieacia psicolé~ gica de las palabras pera ezar a la conviecién, De ahi que cuan~ do una frase ha salido lograda, con halo de encanto, se la sclec- ciona, se la mima, se la desmonta y reconstruye una y otra ver, morosamente, reitetadamente, hasta convertirla en lugar comin de evidencias, Y las frases pnsan a ser «primeros prineipios». Es asi como han nacido tas famosas frases agustinianas y han comenzido a rodar por la Historia, ;Cuintos autores hubieran en- contrado satisfecha su ansia de notoriedad con esta tenue, pero real. eficacia sobre el futuro! Pero a su ver, esta riqueea y glorio- sa muhtlocacién del agustinismo ha tenido su zijosa contrapart'= da. Las frases han adquiride presencia y perfiles propios y, como in padre, hon proclamado eu independencia y au autonoria. Son ya patrimenio comin y cualquiera que las acoge 0 que las ita puede ca con sentidos nuevas. con preocupaciones y la- tidos que ellas no poseian. Aparecen asi en todo momento a mer ceed del riesgo. saturadas 2 veces con adherencias extrafias que han Wegado incluso a deformar 2 lero sentido, primor- al. La apelacién a este agustiniemo de las frases. en estudo 10+ ade, sacle arrastra 2 lamentable mixtificaciém. Al dese 139 P.RAMIRO BLOREZ aparecer el contexto en que estahan insertas, ligadés por las re des sutiles del pensamiento comprometido, al no quedar rastro do mY yo diria que el do- su lugar, las frases aparccen «dislocad: fecto mas abultado del agustinismo histérieo, de todos los agusti- nismot que na son el de San Agustin, es procisamente ése: Ia dise locacién, Seria preciso extender ademis @ muchos pensamientos agustinianos, este Tamentable proceso de las frases, Arrancados de su suelo propio, desenraizados, traidos y enclavados sobre con- tornos do nales distintos de aquel en que brot ‘on, los flagran= tes pensumientos agustinianos han comenzado a pasar de cita en cita, de refereniea en referencia, hasta no quedar de ellos, sobre el cristal de las frases, mis que una euenca vacia y sonora, ;Volva- mos a Agustin! A las frases y a los pensamientos agustinianos sobre el amor, les ha pasado esta oscura tragedia, {Por qué no in- tentar leerlos otra ver, directamente, en el sureo de Ia. gran here dad en que vieron su hex? Otro de jos peligios que acechan al tema del amor es ede su presunts facilided de comprensiéa. Todos somes © nos cresmos {6- cilmente doctores en cl amor y nos constituimos en experimenta- dos y jueess sobre cuanto de € quieren desimos, sin conceder que otros hayan podido experimentarlo y meditar- jondura y sobre todo que hayan podido a la vex apre- sarlo y someterlo a un verdadero rigor en el cuadro de un pen- raciosam Jo con mi sxmiento légico y transparente. Por lo que es interesante esta doc- trina del amor en San Agustin no es precisamente porque l haya sido un gran temperamento erético, un gran smente, wn corazén hirviente con el que no cabia vivir més que en constante brasa de combustién, {Ha habido tantos amores profundos. jubilosos 0 tris= tes, tempestuosos y azules como el mar, de los que no sabemos ni una sola palabra! Han vivido. pero no nos dijeron nada de esa sublime culminacién de su existeneia. Guardaron su secrete, como Ia esfinge, su glorioso secreté para ellos, como el de Ia esposa de Jos Cantares. Toda vida que ha Hegado a tomarse cl palso misma, que ha Negado 2 la madurez, a ese maravilloso ox dle poder sentirse dando y recibiendo en un solo acto, podia de- 140 52 NDEI ag oP REFLEXIONES SOBRE EL «ORDO AMORIS» finirse a sii misma como una inacabada e incontada historia de amor. Sin espavientos ni exaltaciones retéricas, cualquier adoles- cente normal podia subseribir de si mismo la conocida frase de Agustin, tan socorrida euando quieren hablarnos de su amor: samare et amari (2). Pero, jbonditas las historias de amor que nos han sido contadas! Uno de los rasgos de Ia grandeaa do Agustin esti. previsamen- te en eso: en que fue mucho més que el ser genérico y mustrenco que desea amar y ser amado con exe Intido ciego y primordial de todos los seres. Agustin supo elevar lo erético a verdadero amor, 4 lo que en lenguaje cristiano se Hameré echaritasy. Y ello porque supo meditar hondamente sobre lo que constituia la condicién esen- cial de fa sivuacién humana en este mundo. Y en la verdad funda- mental de que en todo momento hay algo en el hombre que debe ser superado y transcendido, incluso en el amor. Da amantem, et sentit quod dico!, eseribia San Agustin. «Dame gqaien amo y sentiré lo que digo. Dame quien desoe y quien tenga hhambre, dame quien se sienta peregrino en el destiorro de esta vi- da y tenga sod y suspire por Ja fuente de la patria eterna: dame un ser asi y sabra fo que digo. Pero si hablo a un rio, no me enten- dera ni palabra» (3). Es ciertamente necesario un minimo de ex- periencia amorosa para entender el Ienguaje del amor. Pero se tata de una experiencia minima y clemental que todos poseemos, No habla tampoco Agustin aqui de esa experiencia, ED contexto concreto del pensamiento viene dado aqui por dos citas; una orang ‘ea: «Nadie viene @ mi si no Io atrae el Padre que me ha enviadov ¥ otra de Virgilio: «Cada uno es Tlevado por su aficiéns. Y Ague- tin comenta que en todos los casos el alma es evada por el amor: amando wahitur, sine laesione corporis trahitur, cordis vinculo srahitur, Para concluir con esta vibrante intecrogacién: «;Desea algo con mis fuera el alma que Ia verdad?» El paralelismo mis cercano este famoso amante de Agustin habrie que busearlo en ©) Confo, Th, 2 (3) Jn Joan, tract, 25, 4 cQuid enim fortiue desiderst anima quem vo 14 P. RAMIRO FLOREZ et también famoio camor Dei intelectualisy de Spinoza. Se trata del supremo modo del conoeimiento, que es a la ver la desvelactéi y la puesta en evidencia del conocimiento ontologico mis elemen- tal. Aqui afrion, significa el ciego para conocer el sentido de insereién en el. mundo y de su exigencia irveprimible de transcen dencia; ciego para desvelar la razén de su nostalgia ontolégica. Non intratur in veritatem nisi per caritatem (4). Para detorminar la signifieacién de cualquier referencia agus- tiniana al tema del amor, es preciso tener en cuenta un doble cou texto: el inmediato literal y Iterario y el contexto general ideols- sgico de toda Ia doctrina. Agustin no se para a darnos explicacio~ nes de cémo hemos de entender sus apelaciones al amor. Hay que estar atentos a todas las posibles que puede tener la cita. ¥ en todo caso, no olvidar munca que me- diante la mencién inmedieta de lo que entendemos por amor, pue- de existir el apunte hacia la significacién més lejana y profunda. No olvidar munea que cuando Agustin habla de amor, habla en él cl filésofo y no el enamorado, si bien siga siendo el filésofo que a los 17 aos tuvo un hijo como fruto de un amor humano y pre- cox y el mismo que a los 14 afios después de convertida pudo ex- clamar todavia con acentos de verdadera conmocién: «jTarde te amé, oh Hermosara tan antigua y tan nueva, tarde te amé!». mificaciones e implicaciones 1. EL ORDO AMORIS. ONTOLOGICD Para abordar con sentido cualquier tema de la ontologia agus tiniana es preciso tocar © tener en cuenta el hecho y Ia idea de le creacién. Partiendo de ella se ve en qué medida Agustin rompe con el pasado y en qué medida sigue pendiente de él. Para Agus tin, lo mismo que para el neoplatonismo, hay una jerarquia y un orden de los sores, hay un «ordo rerum». El principio ariginario, causative, de este «ordo» es el amor, «il primo amore», que nos (8) Contr. F, Mania. 1. XNXI, e, 18, Bl sentido de wcarideds os agué el rnisino ydable que a2 nos da en las notas $9 y 68. Fl mimo también del Caritas novie eum de Conf, VIL 10, 16 142 REFLEXIONES SOBRE EL ORDO AMORIS» Dante. lo misao quo era para: los griegos eb i@vosn“initloe aqui comienzan ya las divergencias::Mionlias paté Pla S debido evie origen a la necesidad que catacteriza las rele. z Xe les hipGstasis entre si y de éstis com el mide ‘pare is cteaciin es un acto libéstimo y consciente de la divine Por qué hizo Dios ol cielo y la tierta? Porque quiso, de Dios es ta causa del cielo y Ia tierra y por eso su vo. a & mayor que el mismo cielo y la misma tierra» (5), At pe Aeestin no fuera plenamcste consciente de la irrapeién anc ba en Ia cosmogonia de Plotino por reeibirle e interpretale nos cristianos, el hecho es que estamos a un abiomo lel mistico alejandrito, El Uno engendra necesarin. rn * 12s demis hipéstasis siguen su albur de flesiéa hacia lo ine Hesior con caricter necesario, fijo y eterno. «No exist tbitraria entre ellas, ninguna relecién de volun (6). Llimase emanscién o procesién, el significady So cs siempre el mismo, «lmaginad una fuente que no tiene of Ber. Entrega toda ou agua a los ries, poro no por ello se agotas en Baitiene apacible on au mismo nivel, Los xios que de ella parten Prunden sas aguas antes de tomar cada uno su eursd partion, er» 7). Fl otigen de los seres es, putes, una necesidad tndicade s el Uno que silo asi puede realizar su bondad plonaria mediante GI ciclo de las propias emanaciones césmicas. La cause encadore rustin, por el contrario, no tiene nada de novesided, ni de etizencia de expansién de simi designio de le creacién Sere de Ia pura gratuidad, tiene como iinica fuente el querer y la ad divinos, absolutes © incondicionados, ullicisto. las cv indigencia, sino por la plenitud de ta bondad, reduciéndo. Gndoles forma, aunque no como si tu gozo hubiern de sey 3s Gem, cont Mana T 4: «Qui eren dist. Quare frit Dens coctom um ests Quis voluit, Volintas enier Dei cane eg) a snajor est volantas Bei quam enclum er tena, eh% NEN Le Commaniement damon P. RAMIRO, FLOREZ be completado por elles» (8). «De Ia plenitud de tu bondad subsiste ta criatura» (9). Es tal Ia insistencia de Agustin en este detalle fun- damental, lo mismo en los Comentarios al Génesis que en estos lugares de las Conjesiones, que se puede pensar muy bien en una oculta polémica de repulsa sobre Ja filosofia del pasado, Se trata nada menos que de la suprema ¢ inviolable incondicionsbilidad del ser divino en todo su obrar y singularmente en este obrar Gnix co y propio de El, como es el acto creative. Dios es absoluto, os decir, no ligado a nada ni a nadie més que a si mismo. Ello no quiere decir que Dios al crear lo hiciera siguiendo tam- ign um azaroso y ciego albur, en una simple gratitud sin razén. Dios quiso hacer participes de las posibilidades de su bondad a nuevos seres; los amé en si mismos y por si mismos, sin ningin plan concehido de posible utilidad, que es Ia més pura esencia del amor (10); y la realizacién de ese deseo fue la creacién. Aunque realizada ent un instante, no In hizo Dios sin el proyecto de sa Sa~ biduria, es decir, sin les wxazones» previas en las que estuviera el porgué, la esencia y ef puesto de toda criature. La creacién por amor, se especifica asi como a creacién por las «ideas» en el sentido concreto que Agustin vino a dar a este término del plato- nismo. Cada cosa ha sido ercada segiin su «razin», segin sit «ideas, tal como las uideas» 0 crazonesy existian en la mente del Crea dor (11). Dios no vio a las criaturas en sf mismas, antes de ser creadas, sino en el proyecto 0 modelo que tenia de ellas en su men te: tbi vidisti facta, ubi vidisti facienda (12). Y las criaturas vi nieron a existir como respondiendo al deseo y las ideas del Crea (8) Conf, XII, 4, 5; De Genesi od Litt 1, & Us alts etiam eabue ex dla inchettione perfectis atque formatin videt Deas quia onum ent: placuit enim ‘quod isctom est, in ea benignitate qua plecuit vt fieret. Duo guippe sant Frogter quae amat Deus creaturam saam; ut sit ut maneate (9) Cont. XI. 2, 2 awed tibi nihil prodeaset nee ie te acqusle Ui esset,tamen guia cx te fel pow, non deesset. De Diver. quaest, 8. q. 35, ea pit ale que aman sat amc aay on feck amare ‘itu, Nihil ‘enim aliad est amare, quam propler seipsdin vem aliquam appe- teres, Clr, Sollog, 113, 28. Tiny De Diver. quactt. 08, 4, 45, 2: «Singula igitur propre aunt creata rionibus, Has aterm rationes ubi srbitrendom est exe nal im mente Creators?» 2)" Con}, NUM, 38, 58, it REFLEXIONES SOBRE EL «ORDO AMORIS» Le ceescidn es la respuesta a una voescién divina, una res- del ser, desde la nada, a su vocacién ontolégica. Nosotros Jas cosas porque son; y ellas sin porque previamente fue- as y llamadas (13). Las cosas han sido creadas con un proyecto, esta es la razén gue exista un cordo rerum» 0, como prefiere decir Agustin, un universitatis» (14). En este orden entran todas las cdsas, grandes y las chieas, las mejores y las defeetuosas, pues orden ademas jerarquia, y jerarquia disposicin en los grados del Be: Quia ergo bona sive magna sive parva per quoslibet rerum Jee tes ron possunt esse nisi a Deo, omnis antem natura in quon- Bem natura est bonum est (15). Las cosas ordenadas entre si estan Gedemnis ordenaclas en si mismas y el orden viene a ser asi uno de anseendestales —visién ontolégica agustiniana— (16) De esta manera el mundo creado es a la vez un «cosmos», lo fico que para los griegos, una realidad transida de logos», es Geir. de urazin», aunque con una nueva diferencia, El «odsmoss ricco tiene una exencial limitacién en la materia, incopsz de alo- jer en sf al elogos», pues es el limite de la inteligibilided. La ma- feria es clnracionaly, y por eo es mala. 20 tal ver por ser mala fe varracionaly? La materia es el mal sin razin, el mal en absom Jsto, eterno como la existencia, imposible de someter al orden y jerarauia que organiza el logos. La materia es el no-ter, opaco ¢ irremediable. En eambio para Agustin la materia es también ctia- 4s. es decir, saeada de Ta nada y puesta en el ser con st razén y su io. La materia entra también en el wordo rerum», on la belleza 41 cosmos, frato del amor. Hubo un tiempo en que Agustin pen- s5 en In posibilidad de admitir un alma universal que gobemara ), Thid.s «Nos itaque fsta quae fecisti videmus, quia sunt tu autem ites oa, sunt, Et nos foris vlemus, quia sunt, et intos, quit bona sont mt tht vitett feta, obi ville Taciendae, 1 De Ordine, LV. 1. Todo el Wibro trata de esta cuestién, st bien mi con relacién al mal emo puede eaher el mal entre de eve evden, Cl TQ gs a Ms 7 12M, @ Ty 7. 2s ate ) “De Moy Reel cath, ef Manin, Tl 6, 7; De Natura Boni cont. Mania, De Givit, Dei, XIX V4 ee 16) Bs el tema del De Natura Bont cad, 145. P. RAMIRO FLOREZ ese mundo oscuro de lo virracional», es decir, en el que la razén creativa no se hacia presente como raxén consciente y personal, al modo de los neoplatinicos y estoicos; pero después desecha la hipétesis como temeraria para atenerse de hecho 2 In nocién de la Jey natural como mis evidente y suficiente (17) Hay una ley natural que es Ia impresién on ef mundo y parti cularmente en el hombre de la ley eterna, Esta ley eterna se define como cla razin divina 0 voluntad de Dios que manda con- servar el orden natural y prohibe perturbacton (18). Y realiza su funciéa especifiea y fundamental logrando el mantenimiento del jordo», haciendo at omnia sint ordinatissime (19). De este manera las arazones eternas» creativas pasan a ser «rar zones espermiticas» © sseminales» y wrazones funcionslesy para ei mantenimiesto y para ed desarrollo dinémico del orden en el mundo. El orden se define en general como «la disposicién q asigna a cada cosa su lugar, el lugar que le corresponden (20). Si afiadimos que a ese su Ingar propio, cada cosa tiende por st pio peso y que ee peso propio es el amor, tendremos ya ¢ tado el cirealo del onde amoris ontolégico», como consistencia creads de todo lo existente. Las cosas todas ponderibus suis agun- tor, loca sua petamt (21). EL amor es una ugravitacién universal, (15) De Consens Esamg. (400), 1, 3. 353 Rerrct,, (426420), 1.5, 4 112) Cony. Fansteme manic, XXM, 27: oLex vero acterna est rato’ diving ssl volontas Dei etdinem mataralem eoncervari jubens.pertutbiri vetanss, C19" De Ebero arhit, 1.6 Ios mientras no hemos penetrado mas allé de ellos y hemos e Obras, Ve P, RAMIRO FLOREZ trevisto a qué valores en su seoreto fondo sirven. Ese fondo, ese niicleo del corazén, es, en efecto, seoreto: lo es ca buena parte para nosatros mismos, que lo Tlevamos dentro, mejor dicho, que somos llovados por él. Acta en Ia penumbra subterrénsa, en los sétanos de la personalidad, y nos es tan dificil pereibirlo como nos es dix ficil ver el pelmo de tierra sobre que pisan rivestros pies. Tampoco la pupila se puede contemplar a si misma. Pero, ademas, una buena porcién de nuestra vida consiste en 1a mejor intencionada comedia que a nosotris mismos nos hacemos. Fingimos modos de ser que no son el nuestro y los fingimos sinceramente, no para engaiiar a los demés, sino para maquillarnos ante nnestra propia mirada. Actores de nosotros mismos, hablamos y operamios movides por influencias superficiales que el contorno social o nuestra voluntad ejercen sobre nuestro organismo y momenté fe suplantan nuestra vida autén- fica... Pero hay situaciones, instantes en la vida, en que, sin ad- vertirlo, confiesa el ser humano grandes porciones de su decisiva intimidad. de lo que auténticamente es. Una de estas situaciones es el amor» (30 (En nuestro contexto debe entenderse por «vida auténticay Ja que responde a la voeacién. y el amor de que habla Ortega en Gk timo término seria la opeién y eleccién ya conscientes, pero que vendrian obligadas a responder a ese previo condicionamiento de la personalidad, de su esencia y de su existencia, de que nos habla antes y que aqui Tamamos el cordo amoris antrapolézico») Tenemos que insistir de nuevo sobre la in entre vocacion y destino, No todas las eleeciones de que somos actores pueden inscribirse, ni mucho menos, en Ia Srbita de la Iihertad. Tal vex somos actores y no autores. Para Max Scheler, destino es «la uni- dad de un sentido que lo anima todo, que representa en el hombre y en tomo a & la conexién esencial e individual entre el cariicter humano y el acontecer... Es una coincidencia entre el mundo y el hombre que se nos denuncia en esta unidad de sentido en cl curso de la vida; una coincidencia completamente independiente del que- (30) Tid, p. 59%. 152 REFLEXIONES SOBRE EL «ORDO AMORIS» én, de lus deseas, y también de los acontecimien- febjetivos reales y hasta de la unitm y aceién reefproca de ambas (31). Para nuestro caso, nos basta con mantener el dato de ino nos afecta iavoluataria e imprevisiblemente; no se Bes consultado sobre al, y venimos ya uncidos a él como el buey BRE carro, Pero en su érhita y como paste esencial del mismo entra también Ja yocacién, y con ella la libertad, Somos dentro de un contesto nesssario y necesariamente libre, lementos que el hombre poses necesariamente esti. su Ertad. Precisamente porque ls nociéa de destino no la identifica nosotros con la de una armonia preestablecida, sino que una sas pezas principales sigue siendo la vocacién personal. En la clogia de Max Scheler, esta vocacién vendria a ser la adeter~ cién individual>, es decir, aquello que vexpresa el lugar que rece a cate sujeto en el plan de salvacién del mundo, y expresa én su expecial faena, su colicion en el viejo sentido etimo do esta palabray (32). Afade Max Scheler que la determina: individual no se «pone» sino que exclusivamente «se conocer. mis adelante: eNo es necesario decir que de la mi que toda le vida real do un hombre puede desviarse de las mas universales, puede también desviarse considerablemente de determinacién individualy (33), Lo que no puede concebir Max eler es que esto pueda darse dentro de una real «eleecién divina ior al mundo» por negarse a aceptar el enlace misterioso por igue Ja eleceién divina para la gravia se hace dentro de la misma eacién y como invitaeién dada a la libertad personal. Es decir, concibe que puedan darse la voracién y la libertad dentro del mo destino. De shi que no se le puoda conceder al hombre Ia Sibilidad de oponerse o incluso transformar Ia estructura de su ado circundante inclnida en su mismo destino individual: «eso puede ser realizado jamés —dice Max Seheler— por él solo, sino Is cooperacién, constitutivamente necesaria, de entes que se en- 1) Max ScHELER, 0.6, 144, (32) Tid. (3) ia, 19, P. RAMIRO FLOREZ an sara ambiente, Pero por Ia bur ‘ada como un todo, y el individuo y la colectividad, en si no es sina es den- el complejo ontoligion del destino. De lo contr modo algmo hablar de cooperacion y tendriamos que resignarnos en todo caso, = la deimarmene de los griegos. También Onega mos habla de destino en eio orden del amor, Tamindole xdexino intimos, pere dentro del cuel cabe decidida- ‘ de la propia voca- cid. Certo que «mumstro coranie. con terquelad de astro, se siente adserito a una Stbita pendetermimadas. en la que piraté por su pro pia gravitacién (35). Pere jente a exe exquema de fatalided, so da también la Ebectad «Ne ae xine ex un mundo vazo, sino que el ‘mundo Vital c= comstitutinamente cireunstancis, es este mundo, aqu ahora. Y circunstameia es alam determinado, cerrad bolgama interiee, comb verse. donde deciéinse: Ia eizemmstz jo no cabria en pera a la vez ahierto ¥ on 19 0 concavidad donde mo= es un cauce que In vide se va haciendo dentro de ama camea inexorable, Vivir es aqui, ahora —el aqui y el ahora som sisidon, pero amplios—, Toda vida se de- cide 2 si misma comitantemente entre varies posibilidades. Astra inclinant, non trakunt os astros inclinan pero no arrastran—. Vide es a Ia ver Satalided y Tbertad. es ser libre dentio de una fatalidad dada» (36). En resumen. ¥ para maestro easo, el de sectores en su drbita de comprensiéa humans a Ia que el hombre est necesariamente adserite: el primero de condicionamiento radi- cal, basico, por el que somes aqui y ahora y de esta manera; y el segundo el de la libertad por A que con determinados recursos no tiene dos amplios (3H) id, 12. G3) Estudios sobre (38) G0u6 08 Fil 1938, p. 254 154 wo Obras. V_ pp. 59: Obras ineditan. sRevicta de 0: fenton, Maca REFLEXIONES SOBRE EL wORDO AMORIS» ance podemos realizar nuestra destinseién, seguir la Hae je de nuestra vocacién y cefiirnos, © romper gloriosamente, a Primitives mallas 0 doterminaciones de nuestro destino origina- En este sentido tiene razén Ortega cuando dice que «la vida nderemos plenamente cémo la vida humana puede we que es un «ordo amoris», Queremos decir con teclazamiento del sistema de preferencias y recha- que definen el quchacer del hombre dentro del orden o desorden frersal de todas las cosas. El «ordo amoris» es la expresién pr fa de Ia abertura del hombre a las cosas sobre las que el home Bee tends los tenticulos de su extrafia mis intima, en didlogo de Septacién o repulsa, abrazindolas 0 repeliéndolas, pero siempre en EEesunién con ellas, Esta abortura ontoldgica tiene dos sectores: uno jzontal, por el que el hombre comunica en Ia dimensién de este Bendo y otto vertical, por el que cl hombre esti. pendiente de y Peeenotando al mundo de la trascendencia. En la terminologia agustiniana ese vordo amoris antropoldgico» ediis formularse de esta forma (37). El amor es uma gravitacién Bor Al se define el hombre como un xpondusy por el que es Nevade GE mantenido donde quicta que es mantenido o levado. Existe un PPeimer pondus indiferenciado y genérico que corresponde al estado Pmordial det hombre en la temporalidad originaria que precedié @ 1 culpa original. El pecedo original introduce la ruptura y decar- Senia interior en el hombre y el pondus genérico se especfica Béfarca en dos tirones que se Haman «amores-ponderan. Una de las SSerccteristicas de esta desarmonia es la dispersidn y el derrama Bento del hombre sobre las cosas. Este es el estado actual del Bombre histérico. Unido y ligado a las cireunstancias concretes de Fide, instalado en ellas con estas dos tensiones y at derrama Siento, se realiza en cl hombre Jo que antes hemos lamado su Sestino. Ei amor bifronte, como Jano, condicionads en cada una de Se manifestaciones por Ia situacién individual de cada hombre, es he R. Wromez, La Teoria Azustiniona de los Dos Amores en su in anir poligicn, en oGiomnale ci Metafisicas, 1954, pp. S0Se15 155 P. RAMIRO FLOREZ el elemento dinémico de la historia personal de cada uno. Toda Historia es, coustitutivamente, una historia de amor. La. primera cara de ese amor se Nama «amor Dei» y en cla eabe también un satnor suis bueno y un camor proximin bueno, por ser ambos ex- resiones del «amor propter Deumm. Desde esta cara nos viene la voz y Ia llamada de la vocacién. De este amor nacen y en él estin deseo ontolégico de la verdad, de la bondad y de la belleza on tolégicas y, en suma, la tendencia = la perfeccién personal y Ja inguietud y el descontento metafisicos cuando la perfeccién no se logra en la medida en que la vocacién grita. La segunda cara se llama especificemente . El amor agus tinlano, aunque avido y deseoso, mo es nunca el «eros de Ia fe neracién y del necimienton. nies tampoco «inmortel, ingénito y dix Gea) In Fist, T Form, VIL 3. Cle, I-B, Bacen, Diligs et quod sis fac con sWisenschatt tind. Wazheit», 20 (2952). 6465, eerie ae bed TL Oh Cir. PREYWARA, E. Son Agustin, Trad, L. Ct rue, p. 3. ets "De Mor, Eccl. cath, et Mon., % 26, $9 8) Necnts, Anpens, Eros er dzape. La notion chrévenne de Fomour ex ses transformations, Paris, 195% 1p. 164 REFLEXIONES SOBRE EL «ORDO AMORIS» creado, dado, regalado por Dios. Es una dédiva verosamiente otoxeada por Ja caridad de Dios, en jeamente se puede realizar en su plenitud Ia nocién de Para que sinliéramos ef amor eon que amamos, fuimos =, cuando ain no teniamos amor» (62). De esa fuente, = Dios. nace el verdadero amor del hombre a las eriaturas ef amor generosy y dadivoso, que es la verdadera cae li mismo; miza de donde viene el amor que y verds a Dios, en cuanto eaben (63). honda realidad, ambos aspectos son complementar wo del otro y ambos tienen eu plena realizacién en el ver amor, cuando se limitan, naturalmente, a la esfera humana. donacién es el camino: para la auténtica plenifieacién de la ine 2 amuante, Después de las investigaciones y publicaciones la fenomenologia del amor, comenzando por el and del hecho del encuentro hasta detinir al hombre como el ser Benya esencia esti el ser-con-otro, el Mif-sein o étrevavec, el amor guedado situsdo y captado en su verdadera dimensiGn metafi ¥ es en ella donde vemos que «los extremos son uno». El amot abertura y entteza, no es solamente un camino de plenifica- sino que es el camino que el hombre pose para realizar su ©Sélo el hombre es hombre entre los hombres», habia ya es: con fina perspicacia Fichte. La autorreslizacién humana im- E= una comunicacidn con lo otto y sobre todo una comunién con etz0. con otras personas, y cuys cima ideal es la eomunién con $5, bien eon cl Ti absoluto como «forma suprema del encuen= 0 bien con el t& personal ‘jimo en el descubrimienta Ja Tlamada y respuesta amorosas (64). «Una soledad completa prificaria la muerte espiritualn. «Sélo puedo realizarme a mi mise De Gratin Chris, 26, 3% Jn Town, tract, V7. 8. Clr. Proywara, oy p. 8 ‘ra tha ampitaeién docamentada y precka e todo este punto pue n illidady_agrado el reciente ibn de Lai ENtRatco, Teorey fro, sfevista de Ovelen i mente el val fone wma algunas de eau 165, P. RAMIRO FLOREZ mo auténtica y profundamente, en el trate con otra persona» (65). (Le esoledad agustinianay de que tan inconsideradamente se ha hae blado, a propésito de presuntas coincidencias existencialistas, es sien pre didlogo con eel eterno presenter, con Dios: cum ipso me solo coram Te) (66). La razin de esta consonancia © interdependencia eatte la dona- én y plenificaciin de la convivencia amoross reside en el hecho de que por el amor nos abrimos a le esfera de valor que reside en el otro —en la persona amade, en el Ti absoluto—, comunie mos con ella on la medida en que nos damos a ella y somos ent quecidos y perfeccionados en la medida de muestra abertura © in condieionada donacién. «El que ama su alma Ja perderd y el que la pierde por amor mio la encontraré» (67) Pero el més exacto y completo comentario a esa soberanta del or, entendido como dileccién de la caridad, de que nos habla la Cone, ENERICH, Quelacer de la Metaisice, en «Crissy (1959) pp.(S1S5. Con el provecio de fundsmentar tna metafsia. de” inersubjeti= MRiad profs Corsi amp ce concepios en a tecenie obra Ae Vib, "Fite Metiodicisemareche Crundiegund, Tancbruck Wen Mine ene Téa) Cont TN. i, 10 eo sectarian Toupeafe et ext quodda™ ascendensim 8 heat dinem. quod cer mm autem atgue dstortarum ¥o- lencbras ext ive del sainor defluens:, el nico tHe conocen| como Tae Sac. pare alen Sin, vhtmorragia del st ‘ mn eeutio ex Inieto, ese eongrest dae vel libido nomi cath fr Mania. T 22 reslidad qu fe la conver’ «Deflasd abs te ego im miki regio een tavisn (Conf MW vida que Je tbe bacienda regime esteiida, Pero ajar que ag s liamarse sida, Divs mio? (Conf, M1, 2, 2). Todo ono con ras que aflcaciones del fameeo. principio agus Talis est ‘pulsque qualia jus, dlectio esr, Tertam diligie? Terra © aligis? Guid Geary, Deve erie? Non andeo dicere «= me, Seripturas audiamus: Ego dix Gib ati fin Epis. Joan, ad Part TL, V9. 166 REFLEXIONES SOBRE EL, «ORDO AMORIS» iniana tiene que trasvendes los Katites de toda filosofia, icologia_y de toda moral noturales de perfeccion se en su plenitud de watogia y ol orden s0- Es de esa casidad que es Dios m ‘a en © come don, que ha sido sdifundida en nuestros eorazones pitta Santo que nos ha sido dado» de la que Agustin y la sobersnin. porque en lo que tiene de humana 0 Itherada, como In voluntad —kibera quia liberata— rmjue ha sido redimids y elevada al plano de cooperacién verdadero amor de Dios, Jomesusa y fina peneteseién glosa asi el P, Lube este pre rer lo que lors, wnbién deci, ac risa vaber lo que es amas (09), De ese amor, tan dificil de conocer y fuente es Dios, es el que es apologista Sa n. «Cuando vaciares ti corazén del r terreno, comenzarés a Tlonerle del amor divino, y comenzara abitar en ti tn earidad, de Ia cual 3 proceder mal ale 70). Esa es Ia earidad que mide el grado de nuestra ji de nuestra santidad y de muesta perfeocién, «Caridad a; caridad adelantads, justicia adelantada; Revncin 1.5, 4s De Nate ot Gratit, 1X, Bt: Serm, 4, 23: tundeh ligere Deum nce invenies omaines nish pri ila a Dealt e ipsam quem dilesimast sit onde cgerenus, Quid enim side diligeremas, apettae andite per Aposiohun Pauli: Carilas, inqut fara est in eordibus aos, Unde” Num forte a nohis? Non. Ergo ade? ‘toa Satu, ga lat Hahentes ergo tanta fidactam, Bem de Doo: immo gia. Spirits Ssnetue Deus et ancrais. Deas Sur es Chemins da Dien. Paris, 1956, y. 184 M Joon. ad Part, MW. 8: «Cam exbauseris cor ram amore rent iivinum, et" incipit Rabitare jatn cavity de ua nihil poet yrocedane 167 P RAMIRO FLOREZ ucla: earidad perfscta, justicia perfec ta (71 A ese amor le ex sxencial Ia lihertad. Es el verdadero amor; of «que ha sido previa y sabstantivamente ordenodo. es decir, redimido y trancfigurade por la gracia de Dios que s¢ definié a si mismo como Amor. Este amor es el que siempre cleva y perfocciona, on su misma realizeciée. 2 todos los seres. La ley de este amor es no tener ley. EL mismo c= ley y norms de la libertad: Lex itoque fix bertetis, lex caritenis (71) De Natura et Gratia, LEX, 4: «Caritas ergo inchoata, inchoate j tiie sty caritar proven, proves justin ext; carte magn, magna jas fst; eattas perletia, periecta jasikis est; aed cartas de corde puto, et cone enta bona et Side" nos Beta (1) Epis, 167, V1, 18 168

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