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vs El secreto de la autoestima Nada hay tan dificil como conocerse a si mismo. TALES DE MILETO El gran «secreto» de la autoestima es que la autoestima no es la autoestima, sino mucho mds que la autoestima. Pero como decir que una cosa es mucho més que ella misma no aporta mucha claridad al concepto, intentaré explicar en qué sentido digo lo que digo y cudles son las razones que me impulsan a ello. La autoestima no es la autoestima cuando utilizamos el término como sinénimo de seguridad, por la sencilla ra~ z6n de que todos sabemos, por propia experiencia, que podemos valorar positivamente determinadas caracteris- ticas de nuestra forma de ser, mientras que, en relacién a otras, podemos sentirnos terriblemente inseguros. Por tanto, la autoestima y la seguridad no pueden ser concep- tos equivalentes, aunque los usos y costumbres sociales asi lo han establecido desde que mi colega canadiense Natha- egies SEES Ss mino en una serie de libros opularizé el tér elit ‘ xionaba sobre las distintas niel Brandem p' tle autoayuda en los que refle seoeyias de la seguridad personal. El problema es que, treinta afios después de aquellas i lo que ha quedado en nuestro interesantes aportaciones, 1a qued ; oes una simplificacion de sus ideas y to de «autoestima» que no vit inconsciente colectiv |apopularizacién de un concep! sirve para los objetivos para el que fue creado, que era ayu~ dar a las personas para que desarrollaran su capacidad de autoanilisis. Por eso, creo que ha llegado el momento de elaborar una nueva teoria de la seguridad, donde queden claramente diferenciadas las distintas vias a través de las cuales la ganamos y la perdemos, sin meterlas todas en el mismo saco de la autoestima; porque entonces, en lugar de mejorar nuestra capacidad de autoconocimiento, solo logramos desorientarnos. Por tanto, en la nueva formulacién que yo propongo, lo primero que debe quedar claro es que la autoestima solo es la primera y primigenia fuente de la seguridad que em- pieza a forjarse en la mds temprana infancia, en funcion de a vivimos los afectos que recibimos en el entorno fa- _ = wee oo eaten — oe se otras tres nan el grado de seguridad eat civtieal ee nuevo enfoque, creo hh ae ee que ha llegado el momento de pre- sentar la teoria que he cread i ib i qu lo para explicar, de forma clara y precisa, las distintas vias por |. al : bimos los refuerzos vehi pes pear nce yen a construir nuest vos y negativos que contribu- ra seguridad global, UNA NUEVA TEORIA DE LA SEGURIDAD PERSONAL Esta nueva forma de entender la seguridad no es pro ducto de una especulacién teorética sino la consecuencia deun largo periodo de reflexién sobre la informacién ob- tenida de mis clientes y alumnos, en relacién a las distin- sas (traumatic tas y no traumaticas) que han contri- buido a que ellos gana an y/o perdieran seguridad. De cumulada, he ido sacando las con- clusiones y creando los contenidos de una nueva teoria de la seguridad, facil de aprender y de aplicar. Pero como soy consciente de que pasar de uno a cuatro conceptos requie- re un pequeiio esfuerzo de adaptacién, voy a describirlos brevemente para que te familiarices con la significacin de cada uno de ellos: toda esa experiencia — Autoestima (lo que una persona se quiere a si misma) Depende de cémo se ha sentido querida en la infan- cia mas los refuerzos recibidos, posteriormente, por via afectiva y amorosa. — Autoimagen (lo que una persona se gusta a si mis- ma) Se establece en funcién de los atributos que deter- minan la belleza y el atractivo fisico segtin el mode- lo social de referencia. — Autoconcepto (lo que una persona se valora a si misma) Depende de las capacidades que posee el sujeto en el 4mbito intelectivo, caracterial y de relacin interper- sonal, — Competencia sexual (lo que una persona confia en su funcionamiento sexual) —33— na relaciOn entre | dado y recibido, 7 iento de lowati je una bue Hs I pel a, el placer os i funcionam aaceptacion nsecuenc ener Jaadec iad os sexuales but do con est nomenclatura Y la definicién ope. Tos elementos que la componen pal ela seguridad es una gran columna, nte al tronco |, cuya estructura central la antoestima ya Ja que se van agregan. do sucesivamente, ya medida que el sujeto se desarrolla, la antoimagens el autoconcepto Y la competencia sexual, tro estratos que componen formando todas juntas los cual la seguridad global. Asi pues, el verdadero y mas profun: do secreto que revela este |ibro es que la autoestima es cier tamente la base de la seguridad infantil, pero no tiene una relevancia determinante, ni como jnductora ni como pre- dictora de la seguridad adulta. Por eso, para valorar su in: oer enelconjunto de la seguridad, debe relacionarse con los otros tres compone! i , ntes y act i ie y aceptar la siguiente pre- rativa de driamos const semejal esté formada po’ La seguridad de la persona adul wane a Ita no se a = ae — pilares: la autoestima, la oad oun es y lacompetencia sexual. Por tan- ed global aumenta © disminuye en fun- e1Z0S positivos o negativos que recibe através de cad: auno d ponen. fe los cuatro faccoreaquele am De acuerd lo con esa fi podriamos concebii orma de entend ; c nder plejo proceso ane como el resultado fi la seguida ialéctico que se inicia as = ue en la infancia a —s4— vés de co, pod ala que tratos | adulta, si. Asi forja | tercer de est hace la cot nent enla que, dad : ista grafi- yés de la autoestima y que, desde un punto de vista §) a . . e r 20, podria dibujarse como una columna de cuerpo poro! ala que se van agregando, con los afios, los otros tres €S~ guridad de la persona tre tratos que van configurando la adulta, haciendo que todas las partes se alimenten en! «i. Asi pues, psicoevolutivamente hablando, primero s¢ forja la autoestima, después aparece la autoimagen y en tercer lugar se desarrolla el autoconcepto. ¥ es la solidez de estos tres factores, mas el temperamento sexual, lo que hace que el sujeto atribuya mayor o menor relevancia a la competencia sexual y la considere el cuarto compo- nente de su seguridad. De acuerdo con esa descripcién, en la Figura 2 tienes el esquema que refleja las tres etapas que, de forma progresiva, van constituyendo la seguri- dad global. Autoestima: Depende fundamentalmente de la calidad y cantidad de los afectos recibidos. 2.1, Etapa de seguridad infantil agee “Autoestia: As refuerzos positive Antoimage incipientemente tomando con ini Nueva fuente de mportante Mientras no ge la el autoconcepto.) Autoconcepto: ma infantil, mas log y negativos recibidos | va desarrollando dida que el joven va ia de sus valores. 2.2. Etapa de seguridad juvenil Antoestina: | Consolidada o | deteriorada a través de los | “refuerzos | positivos y ‘negativos recibidos por via amorosay sentimental. [, Auzoimage Positiva 0 negativa en funcién de las caracteristicas psicoestéticas del sujeto y la aceptacion o correccién de las mismas, Autoconcepto: Positivo o negativo en funcién de la magnitud de los valores personales. (Es la via de autoafirmacién mis importante porque através de ella se puede incidir en todas las demés.) Competencia sexual: Positiva o negativa en funcién dela calidad de la experiencia sexual (Es mas o menos relevante de acuerdo con la importancia subjetiva que cada persona le confiere. 2.3, Etapa de seguridad adulta Fig. 2: Grafico de que determi la progresion de las tres etapas nan la seguridad ee et La pri como. conla de los los ott gundz gia,u cia de del p fund de lc clare nue: uliaridades- el enfoque psicoevolutivo, que la concibe como el resultado de un complejo proceso que se 1612 con la autoestima infantil, y se va consolidando alrededor 40s de edad por interacci6n con Asi pues, esta teoria tiene dos grandes pec La primer de los trei enta a Jos otros tres componentes que refuerzan el miicleo. La se- gunda es que, por primera vez en la historia de la psicolo- gia, una teoria de la seguridad tiene presente la importan- cia del buen funcionamiento sexual como parte relevante del proceso de autoafirmacién personal. Teniendo en cuenta ese planteamiento y puesto que lo fundamental es conocer cémo podemos mejorar nuestra seguridad, voy a dedicar un apartado especifico a cada uno de los cuatro factores que la componen, para que quede claro de qué modo influyen en nuestra vida y determinan nuestro bienestar. LA AUTOESTIMA Ampliando la definicién que he dado al introducir el concepto, podemos considerar que la autoestima es la per- cepcion que tiene la persona de ser digna de ser querida en funcion de como se ha sentido querida en la infancia mds los refuerzos afectivos posteriores. Por tanto, todos tene- mos una autoestima primigenia, generada por la forma en que hemos interiorizado los afectos infantiles, que resul- ta importantisima mientras somos nifios, pero que no es determinante para que podamos sentirnos queribles como adultos, porque esta sometida a la ley de los refuerzos po- sitivos y negativos que vamos recibiendo a lo largo de nuestra vida. Para que entiendas por qué la autoestima puede ser BT. jgui ej emplo- Imaginemos -! Tae ido, calida y per puesto, &S facil buena autoestima ag - hace sentir que €S digno le ser que cuando el nino lleva tres, brado a ser el centro de aten- é ij dedi- cién de la familia, sus padres tienen eee a ee fe ean los euidation ge ee rise entonces era «el tuacién es comprensible que el. qui stima rey de la casa se sienta «destronado» y que su autoe: quede sensiblemente erosionada. He puesto el ejemplo del «rey destronado» ee: Mera facil de entender, pero existen muchas otras y diversas cau- sas que dificultan o deterioran la aparicin de una buena autoestima infantil. Los agravios comparativos con los hermanos, la poca dedicaci6n de los padres y la falta de ca- lidez afectiva son los mas relevantes; pero, como la autoes- tima es muy frégil, cualquier comentario que el nifio in- terprete negativamente puede afectar de manera notable a esa primera fuente de su seguridad. Por eso es tan impor- an que los nifios sean criados con suficiente cantidad y ie eer afin peso qe eel nko apa ares de la seguridad gl na eae ee En funcion d i ie Pais eae 0 _ acabo de decir, debe quedar cla- : ma es la primera fuente de la se; idad que su solidez resulta de suma importanci guridad y laestructura de la seguridad adulta, per aaa cee a © también convie- cuenta que quien no ha recibido ese afecto in . oe te, P' desarrolle una quele manenteme! que el nifio interioriza un afecto ¢ querido. ‘Ahora imaginemos cuatro 0 cinco afios, acostum!| | ae emo ces de desarrollar una buena autoestima, gracias los re- s que reciben, en etapas posteriores, a tra~ jas de los otros ambitos que determinan la seguridad. Cierto que es mejor disfrutar de una infancia prodiga en afectos familiares, pero quien no ha tenido tal suerte también puede construirse una buena autoestima hacién- dose merecedor, como adulto, de los afectos que como nifio no recibié. Y la primera ocasién que tiene para ello fuerzos positiv aparece ya en la propia infancia cuando el nifio empiezaa tr evaluado por los profesores y compafieros de escuela. Esa nueva fuente de refuerzo es la que permite revisar y modificar una percepcién de la autoestima que, por estar excesivamente ligada a la familia, ya no resulta tan deter- minante en el nuevo entorno escolar. En consecuencia y para sintetizar, podriamos decir que en el hogar se forma la primera autoestima, pero es en la etapa escolar donde se empiezan a recibir los refuerzos que la modifican, en funcién de la aceptacién o el rechazo que provoca la apa- riencia fisica, el comportamiento 0 el rendimiento inte- lectual. Para tomar conciencia de la importancia de esos facto- res solo hace falta retroceder un poco en el tiempo y re- cordar cémo nos afectaba a nosotros mismos, 0 a alguno de nuestros compaiieros de clase, cuando nos decian «na- pias, gafotas, tontos o empollones» en unos momentos en que nuestra sensibilidad no estaba preparada para asimi- lar adecuadamente tales calificativos. Suerte que, como ya he dicho que la infancia influye pero no determina, a par- tr de cierta edad los patitos feos pueden convertirse en cis- nes y los que parecfan tontos pueden alumbrar extraordi- narios signos de inteligencia. Por eso, al entrar en la juventud, la autoimagen y el au- toconcepto cobran relevancia como modeladores de una Oia seguridad distinta a la que teniamos como nifios, por la sencilla raz6n de que para la autoestima infantil basta con recibir el amor de los padres. Pero, cuando somos adultos, para sentirnos seguros necesitamos poseer unos atributos que la sociedad considere meritorios y, en ese aspecto, la belleza y la inteligencia empiezan a jugar un papel impor- tante. Son tan relevantes estas cuestiones que, para facili- tarte la comprensién de los distintos elementos que van influyendo en la evolucién de la seguridad infantil, tomaré como referente los componentes de la Figura 2.2 para ela- borar un cuadro donde se reflejan los distintos aspectos que influyen en la evolucién de la autoestima, a medida que los circulos de pertenencia se van tornando mas am- plios. Afectos que influyen en la evolucién de la autoestima infantil 14 Infancia 2.Infancia_| Adolescencia |_ 1 Juventud ‘Autoestima ‘Autoestima Autoestima Autoestima Padres Familiar Familiar Familiar Hermanos Escolar Escolar Escolar Abuelos Amical Amical Amical Otzos Autoimagen Social omponentes Crisis Amorosa ela familia psicoestética Antoimagen Aceptacion psicoestética to ree En formacién asta 5-6 af i | Hasta 11-12 afios_[ Hasta 12-14 anos | Hasta 20 alos Fig 3: Esquema de la evolucion de la Seguridad desde la infancia ala Juventud. Naturalmente, tanto la fijacién de las distintas fases como la terminacién del el proceso de teferente aproximad amen © Puesto que la intencién del grafico no es sentar doctrina sino ilustrar la evolucién progresiva de la seguridad a medida que el sujeto va incorporando a su biografia un conjunto de informaciones sobre si mismo y una serie de experi ncias vitales que van modificando su til. Y en tal sentido, no cabe duda de que ae) autoestima infa torce afios, y como consecuencia de n anatémica, fisiolégica y psicolé- gica que se opera en el nifio, los rasgos fisicos que prefigu- ran su definitiva morfologia como adulto van cobrando una enorme fuerza como nueva fuente de autoafirmaci6n, que da lugar a la primera gran crisis que el adolescente debe afrontar y que segtin como la resuelva va a contribuir a con- solidar su autoestima 0 a introducir un nuevo factor de in- seguridad. apartir de los t ja radical transforma La crisis psicoestética de la adolescencia Detodas las crisis que los seres humanos vamos pasan- do alo largo de nuestra existencia esta es la mas amplia y general de todas ellas, puesto que nunca he conocido a na- die que no acepte que durante su adolescencia o primera juventud tuvo algiin tipo de complejo psicoestético. Pue- den ser los granos de la cara, 0 el inadecuado desarrollo de alguna parte del cuerpo o de su envergadura total, el he- cho es que, cuando somos jdvenes, siempre estamos des- contentos de nuestra imagen porque todavia no hemos en- contrado la forma de aceptarnos superadoramente, 0 sea de aceptarnos como somos y de mejorarnos en lo que podemos. Por eso suelo decir que la primera ocasién que tenemos para evolucionar hacia la madurez se pre- senta tempranamente en la vida, porque tiene lugar en la adolescencia y est relacionada con la aceptacin de que dedi tacién existencial en la esorien - enorme dese nex 1 jempos de eno _ahemos ni c6mo somos, ni Son tiemp re nosotros no sabemo eT ae y a er. i y - que la mayoria co queremos set: Por tai mos, ni co como trafio que en sulta evidente, Bara i 0 es lo mismo ser . | . fos por nuestra sociedad. Por eso 1 valora a erpo evoluciona un nifio gordo o una nina gorda, ae ia eee hacia una estilizada figura, que ser el gus a ma vaperdiendo seguridad a medida que su cu rp q : re la estatura 0 la forma que ellos desearian, yaque no _ lo mismo perder belleza que ganarla, nies lo mismo que algo que antes te acomplejaba se convierta de pronto en una fuente de autoafirmacién, como le ocurrio a una nifia que habia desarrollado muy precozmente su esbelta figura. 5mento nos preocupe lo ea que re- SS cambios morfoldgicos y la mayor los sgicos y la edi smos en funcion decémo son de los mi La nifia que tenia complejo de jirafa Olga era una atractiva joven que empezaba a des- Puntar como modelo y vino a visitarme porque tenfa nialiad Para gestionar sus relaciones con los hom- res. Desde hacfa mas 0 menos un aio se habia dado oe de ue su simpatia era interpretada como una osicid i i : Posicion a intimar con ellos que, en ocasiones. le ha- ia generado situaciones i ; ca 0 comprometidas porque no se oe con sus intenciones, uu demanda éuti isti ice terapéutica consistia en AVeriguar por qué los hombres interpretaban ceca guibildad sent mace Boy ie como ase- 2 > n realidad dia corresponder a sug hal: ee en ‘gos. Empezamos a trabajar A= yenpt tamier aiios § hasta laban mote desas viera ciséi «pat ella las, qui sec ave yen pocas sesiones descubrié las razones del compor- tamiento que originaba los malentendidos: a los once aftos se habia desarrollado precozmente su estatura hasta el punto de que algunos nifios de su clase se bur- laban de ella lamandole jirafa. El resultado de aquel mote risible, junto a la no aceptacién de su temprano desarrollo, hizo que durante cuatro o cinco afios estu- viera acomplejada por su imagen, hasta que a los die- ciséis afios cay6 en la cuenta de que, como le ocurre al «patito feo» del cuento de Hans Christian Andersen, ella también se habfa convertido en un bello cisne. De hecho, el problema se habia originado porque al ver que recibfa halagos, donde antes encontraba bur- las, respondia a ellos con un comportamiento amable que era interpretado por sus cortejadores como un de- seo de intimar. Cuando Olga se dio cuenta de que su excesiva cercania fisica y emocional obedecfa a una ne- cesidad de compensar sus inseguridades infantiles, em- pez6 a dosificar mejor los signos externos de su carac- ter extrovertido y logré que a partir de entonces solo tomaran iniciativas de seduccién los hombres que a ella le gustaban, porque consiguid que su deseo de agradar no se interpretara como deseo de ligar. He puesto el ejemplo de una nifia espigada que se con- virtid en una joven esbelta, pero también podria relatar el caso de un nifio gordo que se convirtié en un fornido de- portista de élite o el del «gafotas» que con los aiios llegé a ser un admirado escritor, Por tanto, la moraleja que debe quedar clara sobre la crisis de la adolescencia es que todos la pasamos pero no todos la aprovechamos. Por eso, para unos la autoimagen adulta se convierte en una importan- ss it al r para otros sigue sn, mientras 44¢ te fuenredeauroafirme yeside complejos € inseguri- anda siendo una fuente import™ consult dades: terven ralment F los teray LAAU pOIMAGEN tros cli A enia c lejo di danlo . ei uencelactnque teas a tam supongo que el Ca80 08 ca relatar, de como afecta formar fa, 0 muchos otros que poor fi fi aa na estatura infantil que s¢ aleja en exceso de la fuentes eae oa dela edad, deja suficientemen™ clara la im- sugrad media pro} , : spank de la autoimagen como elemento esencial de la phair seguridad personal, sobre todo si tenemos en cuenta la re- aoa levancia que nuestro modelo de sociedad otorga al atrac- i aa tivo fisico. Por eso supongo que nadie cuestionara que es 4 mejor ser guapo que feo y alto que bajo. Ahora bien, jun- yy a to a ese reconocimiento de la importancia de la imagen pee corporal como fuente de autoafirmaci6n, y precisamente aed porque la cultura dominante le concede un gran valor, creo hasta a cae y sqhagiet en una teoria de la segu- uno: jue pretende estal i ; SidipanmnMlesuteticanians oe wy cada lexionar un poco sobre los limi- nos que deberiamos establecer para que . no it . 1dat con i dependiera en exceso de la im: queihtisaiecgoaiay woe tiempos, como los actuales, d ee sobre todo en unos cho ee es, la intervencién quirdrgica co: londe se ha puesto de moda tes pecto fisico, mo medio para corregir el as- ima 7 Cuando hablo de esa cuestién en mij tif ean, ele dece que los limit Chee - Ce " S neste rlos la conciencia le la ciencia debe esta- qu que avanza la cirugt, Y que, por consiguie 5 hae, cirugia estética, deb inte, a medida ‘esponsabilidad biogs; lebe avanzar tambié es: recutrir a ella ioética para decidir eus én nues- a - En ese sentido qu cuando debemos J Hero hacerte participe de == [pedir mi opinion antes de someterse a una in- Ht de cirugia estévica, dos renuncian a ella, Natu a renuncia no es ralmente la causa de | ni opinién, porque les no nos dedicamos aa dantos a que ellos mismos deci- abor consiste en in- consejar a nues Jos terapeutas vi tros clientes, sino que ay! dan lo que les conviene. Por tanto, mil formarles sobre la importancia de cada una de las distintas fuentes de la seguridad y fe su grado de autoaceptacion. Lor es que, después de cuatro 0 cinco sesiones de asesoramien- to psicolégico, la mayoria de esas mujeres se dan cuenta de que querian corregir, a través de la autoimagen, insegu- ridades que pertenecen a los otros pilares de la seguridad y yano consideran necesaria Ja intervencién. Esa evidencia clinica es la que me ha llevado a la con- clusion de que «para gustarse mas» no siempre es necesa- rio modifica sustancialmente el aspecto fisico, sino que basta con adoptar un nuevo cédigo de valoracién en el que uno se acepte como es y, al mismo tiempo, se mejore en lo que pueda. Lo malo es que los recursos para conseguirlo no se encuentran en la autoimagen, sino en el autoconcep- to. Esa es la razon por la cual hay personas que, por mu- cho que se mejoren fisicamente, nunca ganan la suficien- te seguridad y solo logran convertirse en esclavas de su imagen. Por consiguiente, antes de corregirte por vias ar tificiales, prueba a mejorarte por medios naturales. Verds como de ese modo no solo te gustard mas tu aspecto sino que también aumentara tu capacidad de aceptarte mejor. Pero si necesitas ms argumentos para inclinarte por esa estrategia, te revelaré algunos datos sobre un pequeno experimento sociolégico, que suelo realizar en mis inter- venciones piblicas, en las que hago al auditorio dos pre- itarles recursos que mejoren jevante de esta cuestion ea Bice eestin relacionadas con Jacasufs- o sobre la cr : levante la mano quien psicoestético. Y guntas muy eoneretas qui Fea expuesta en el apartad Ja adolescencia. Primero pido que leva gu juventud no avo ningU? complejo haga lo mismo quien, Sespuéssolicito que haga lo e308 m0 ae aceptando mejor que cuando tenia quince o psicoestética de en esos momen- tos, Se veinte aiios. E] resultado final de esa encuesta ts esque nunca he necesitado contar las manos que se han al- zado como consecuencia de la segunda pregunta, porque han sido todas. En cambio, recuerdo perfectamente que, con la primera pregunta, solo he contado cuatro manos. Naturalmente ni esas cuatro personas ni todas las demas eran més guapas que cuando eran jovenes. Por tanto, la conclusién es evidente: la mayoria de las personas se gu>- tan mas cuando son adultas que cuando son jovenes, por- que con el tiempo aprenden a aceptarse mejor. Ese es el ca- aia. ; ee: que tengas en cuenta las si- guientes indicaciones: antas veces realizada 1" Acéptate como eres. 22 Mejé ejOrate en lo que puedas por medios naturales. 32 Trabaja tu seguridad person. VE ‘ pe al a través del autocon: 4.4 Y solo recur f é ea la cirugia estética si ia gla estética si, después de completar ese proceso, lo consi Bee te necesario, ; lo consideras objetivamen- Ya sé que es mas faci cil que di lo tocado por el dj, que descarte la cirugsa qui como Quasin ek ie Apolo must wisace _ quien ha tes de intervenir i t ee EPIOS recomendable« need ‘4 apariencia, Procurem, aus an- Os Mejorar Ja esenc ferente menin ha img Jainfl yor er portal de au’ en vil atrac no. I tido con den fort par la esencia. De todos modos, puestos a reflexionar sobre re- ferentes de belleza, seria mejor poner los ejemplos en fe- menino, citando a Venus y Afrodita, ya que el sexismo que haimperado a lo largo de la historia hace que, todavia hoy, la influencia del atractivo fisico sobre la seguridad sea ma- yor en las mujeres que en los hombres. Por eso, en la im- portancia relativa que alcanza la autoimagen como fuente de autoafirmaci6n, se produce un injusto fenédmeno sexista, en virtud del cual ambos géneros son més exigentes con el atractivo femenino de lo que suelen serlo con el masculi- no. Es tanta la diferencia que a veces se observa en tal sen- tido, que me atreveria a decir que nuestro modelo cultural concede a las mujeres guapas una ventaja instrumental, dentro de las estrategias de promocién social; pero, desa- fortunadamente, también las somete a una mayor presion para que se mantengan atractivas. Partiendo de esa evidencia, si queremos que la au- toimagen sea una fuente de autoafirmacién para todos, he- mos de conseguir que sin restarle importancia tampoco le afiadamos trascendencia. Y aunque podamos aceptar que, como decia Eugenio Trias, «la belleza es una categoria», quizé nos convenga reflexionar sobre el lugar que debe ocupar esa categoria dentro de nuestra escala de valores, para conseguir que, sin dejar de beneficiar a quien la po- see, no perjudique tanto a quien carezca de ella. Por con- siguiente, utilicemos el sentido comtin para mantener nuestro atractivo en las mejores condiciones posibles, a través de la sana estrategia de aceptarnos mejor mientras, al mismo tiempo, identificamos ¢ intervenimos sobre aquellos aspectos de nuestra imagen que son susceptibles de ser modificados. Claro que, incluso con este sensato método, a veces se producen resultados paradjicos, como ocurrié en los dos casos que voy a relatar. dies ee ira ge 00 a su peso is El hombre q¥& no aceptaba su P' do en los cincuenta, que Jelgazar sin con- de haber recu- , entra a intentando ac factorios, a pesat sofisticados y COStOsos re- zamiento. Su expectativa, cuando que yo le ayudara a disciplinarse de la dieta del viltimo tratamien- ya que se culpabilizaba a sf Jtados previstos por fal- Juan era un homb: 1 pasado | sultados satis! erables veces 4 ja vid. se hal seguir re rrido innum gimenes de adelga vino a visitarme, era ene] mantenimiento to que se habia impuesto, mismo de no obtener los resu! tade voluntad. : Para no alargarme en detalles diré que el caso se re- solvié por un camino muy distinto al que Juan habia previsto, porque la solucién no consistié en ayudarle amantener la dieta sino en ayudarle a valorar la forma en la que habia gestionado su tendencia a engordar. El resultado final del tratamiento fue que él mismo deci- did aceptar su peso natural en lugar de esforzarse en al- canzar a“ pes ideal que siempre se habia mostrado inasequible. Po: 4 su ‘bins ee on ae bia conclusion: A veces la solucié; See ee 7” no consiste en alcan- zar el resultado des : eado sin wo eleatis. 0 en aceptar que el resultado nesto, precisamente por no ser soluble, permitié una répida evolucién positiva, El joven que crecié por dentro Ernesto acudi6 a mi consulta, cuando era joven, porque no daba la talla para ser admitido en el cuerpo policial al que queria pertenecer y eso le producia una gran frustraci6n. Estuvimos trabajando durante tres meses y él mismo descubrié que en realidad lo que le molestaba no era tanto no poder acceder a las pruebas para ingresar en la academia de policia, sino la no acep- tacion de su baja estatura, que era la causa que lo impo- sibilitaba. Cuando acepté que no podfa crecer por fue- ra pero podia crecer por dentro, tomé conciencia de sus otros potenciales y, gracias a sus cualidades intelec- tivas y a su sensibilidad social, decidié estudiar la ca- rrera de Derecho porque consideré que era otra mane- ra de ayudar a la sociedad. Actualmente Ernesto es un brillante abogado que se dedica a defender a sus clien- tes con gran honradez y eficacia porque durante el tra~ tamiento descubrio que lamentarse de lo que no pue- de cambiarse sirve de poco, mientras que aceptarse para superarse sirve de mucho. Como nos demuestran los casos de Juan y Ernesto, no siempre lo posible se hace realizable y a veces se reaccio- na antes y mejor ante un problema que no tiene solucién que ante otro que hipotéticamente es soluble, pero en la practica se muestra inasequible. Claro que, para discrimi- nar entre una cosa y la otra, necesitamos unos atributos es = sino de otra pode- i gen, onde la autoimag' ae »yano de penden dela av Be EO ae a ot enoafirmaciona la duc le he p' rosa fuente a¢ ® bre de antocone epto. EL AUTOCONCEPTO a el autoconcep- edo asegurarte los mecanismos del pasado. Por as sentido querido en Ja infancia, nite sintieras Adonis 0 Afrodita en Ja juventud, es ahora —en tu vida adulta— cuando podras poner remedio a esas carencias, utilizando las facultades que te otorga el auto- concepto. Esa es la raz6n por Ja cual debemos tener pre- sente que aunque la seguridad empieza a generarse ¢n la autoestima infantil, solo puede regenerarse a través del au- toconcepto adulto, Por eso, miteoria de la seguridad per- sonal concede la maxima relevancia a este factor. ee ra en mi primer libro, El cambio psicolégico ae aes jo todavia no habia completado la teoria de eee a i que ahora te presento, ya hablaba del auto- 7 meee :, le ome on importancia capital como via : la seguridad global, puesto gabeitietuas cons pe Dane que no solo lo con- sect et made la aie de la evolucién de la autoesti- 4 sino que inclufa en é i. telectivos y caracteriales u i eieae él aspectos in- adecuado para corregir la 1¢ lo convertian en el conducto . ' inseguri nn dela vida, guridades de las etapas an- iI pues, aquel | * had, , Planteamiento . E ee cobrando fuerza y, doce = ae ee resey ros é : Presentar de forma totalmente sist eo ee if ; ematizada un mo- E: tan importante la funcion que jucg' generador dela seguridad, que Pp u concurso no podrian activarse ren corregit las inseguridades tocomo que sin su que permi tanto, aunque no te hay: =a delo de autoevaluacién que, adecuadamente utilizado, te servird para revisar el estado de tu seguridad y te informa- ra sobre las distintas causas que tela dan y te la quitan. De esa manera, tti mismo podrés decidir las cosas que debes hacer para convertirte en el principal protagonista de tu propio perfeccionamiento, Y para desarrollar esa funci6n, lo primero que te conviene conocer son las tres razones por las cuales concedo tanta importancia al autoconcepto como fuente de autoafirmacién y transformacién personal: — La primera es que aunque los problemas vengan del pasado, las soluciones solo las podemos encontrar en el presente. — Lasegunda es que la capacidad de decidir las conduc- tas es una facultad que administra el autoconcepto. — Y la tercera es que, como consecuencia de ello, el Unico pilar de la seguridad que puede influir sobre si mismo y sobre todos los demas es, por tanto, el autoconcepto. Por consiguiente, su funcién le otorga una propiedad que lo singulariza y le da una categoria prevalente entre los cuatro factores de la seguridad, puesto que, a través de él, se pueden superar todo tipo de inseguridades y he- ridas emocionales. Y para resaltar esa virtualidad tera- péutica solo hace falta utilizar un razonamiento muy sen- cillo: Puesto que solo podemos superar los problemas y las inseguridades con las conductas adecuadas, y la elec- cién de esas conductas depende de facultades que ad- ministra el autoconcepto, es evidente que este factor es el m4s determinante para la obtencién y el manteni- —51— ) personas adultas, porque de las pers igs casos que aca- ren «del presente las Jemas del pasado. bo de relatar, 1 : rob que han podid y que acabo de sega ents ya considerar que el autoconcep- jad y la principal via de n funcidn de esa doble En concordanci# con le ciones de axial de la se £0, © rsonal. Por tanto; ¢n ~~ definicién operativa: estamos en condi gurid Jemento g roesele mejoramiento pe! arahdad, propongo la siguient< Autoconcepto Conjunto de las cualidades intelectivas, caracteria- les y de personalidad de un sujeto, que cuando se uti- Jizan adecuadamente se refuerzan a si mismas y sirven para corregir o mitigar los aspectos de la autoestima, dela autoimagen o de la competencia sexual, que se han constituido en fuente de inseguridad. Después de esta definicion, suj _ ‘ icin, supongo que queda clara importancia de su funci6n en cualquier férmula de su- peracion personal, puesto que tanto sirve para ganar segu- re we a resolver problemas. En virtud de esa fa- folseiarac pe ae 2 Pierdas el tiempo intentando ser la mala suerte que 7 e lo que eres, ni lamentandote de Procura utilizar las tenido en el trabajo o en el amon y vias que te ofrece inci el autoc rine} ve asec "8 consepurlo lo primey al artifice de tu segurid Y pe todas las d, igencia, de tu cars lemas Ae tu caracte Saracteristicas qu de tu bondad y de e, » COMO veremos en el SB Daa capitulo que refu Shak no lo qu tre una | cuado d bes ace quieres ser loc para qi respon fio det quiere para p guro « capitulo 5, forman parte de las capacidades psicol6gie que refuerzan el autoconcepto. Shakespeare decta que «sabemos lo que somos, pero Jo que podemos ser», y yo afiado que la diferencia en- no y tre una cosa y la otra puede salvarse a través de un ade- cuado desarrollo y gestion del autoconcepto. Primero de- bes aceptarte como eres, después debes decidir cémo quieres ser, y por ultimo debes hacer lo que proceda para ser lo que has decidido. Ese es el camino que te ofrezco para que ganes seguridad y te conviertas en el principal responsable de tu destino. Tt debes optar entre ser due- fio de tu futuro o esclavo de tu pasado. No te diré que «si quieres puedes», porque no es del todo cierto, puesto que para poder, ademas de querer, has de saber. Pero te ase- guro que la férmula que te propongo ha demostrado su eficacia en el contexto clinico y no hay ninguna raz6n para pensar que no pueda funcionar, también, como sistema de autoayuda. Claro que para que el sistema pueda resultar eficaz de- berds detectar, primero, si tu Nifio se ilusiona con la pro- puesta, tu Padre la considera viable y tu Adulto sintoniza con ella, porque eso es lo que crearé las condiciones para que tu trabajo produzca los resultados deseados. De to- dos modos, antes de activarte al servicio de tu mejoramien- to, esperaa leer el préximo apartado, porque en él encon- tars una informaci6n que te interesa conocer sobre el cuarto pilar de la seguridad. Quiz no es tan importante como los otros tres, pero para muchas personas tiene una especial relevancia durante una parte importante de su vida.

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