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Dante La Rocca Martin oT ane ie oo ello dos efectos deseados Fz fa redistribucion de ti. : sn pudo reconducir ung ras y la cancelacién de deudas. Si bien oe a slacién no podia ser ities debemos entender que arrada, conseroadora situacién extrema deberi en ig tradicional ¥ Cre escribir, era us producida por”. a ae pened cr er exclusion a mundo ee we flee Se inci ool rite arma ee eet tras Ia ley 110 fuera de conocimiento ptiblicg que no podia habe ‘ar xy su administracién abierta ¥ equitation”- provocada por la abisal Ae hasta por la aristocracia fueron i das de Catania como Za. Solin se desta io ce produccion delyes * fa resultado, se tomaban las medidas que para sostener Ia tranquiliclad y Tuego se de las leyes se daba en un Junto a leuco de Locros, quienes con un método que les consideraban convenientes tificacidn ba a los dioses. La jus yes oe iis que era fundamental para los atenienses, toda ver {que la autoridad quedaba desplazada a 1 orden superior que ale ave ipa a todos fuera de la division de clases. El espjritu religioso conjugaba la unidad que necesariamente oe el orden A las Tgjes en el ambito politic y civil de la comunidad ateniense. Esta trada de legisladores, distan del rol de los jurisconsultos romanos, toda vez que no requerian de la actividad como juristas para un fin como el que se plantearon aquellos, la ley y su imperio era la posibilidad de superar las diferencias que llevan a la confrontacién, fsa superacién se alcanza por la unidad que logra la ley en cuanto a construccién politica suficiente como para que la misma cumpla sus fines, que no eran precisamente la justicia como en la reptiblica romana, sino como mas arriba dijimos: la tranquilidad por la armo- nizacién de intereses. Si bien la opinién de Finley es atinada en cuanto al reconocimiento de la desigualdad humana, no natural para los griegos, si para los francs eae que Reale anacrénico ver en Solén una persona So ere | contraio es bastante coherente descubrir Saddaeees pi lad lemocratica, toda vez que la cultura pre- ln en orienta el camino hacia un gobierno como cual descubrimos aquellos puentes que SANDY FINLEY, Moses I, 2010) ae east @? Sf rie Primitiow La edad de bronce y la era arcaica, Buenos * Opus cit. Pig. 155 62 Polis y politica van uniendo la tradicién ateniense y que mal podemos pensar no sean del mismo tenor que el destino al cual tiende como senda a transitar. Como lo dijimos més arriba la configuracién postica ori- ginaria preanunciaba una construccién sobre la cual y coincidiendo en esto con Castoriadis, ya citado, la democracia se halla en la ma- triz de la polis, desarrollandose siempre como proceso de institucio- nalizacién. La valoracién que por la época se tenia acerca de la tirania y los al- cances, los cuales se desconocen a ciencia cierta, que por medio de ella habian alcanzado las diversas polis griegas, encontrs en Solén un adversario, entendiendo la fuerza o violencia efectiva ejercida so- bre la poblacién no adicta al tirano, como un camino sin retorno, por ello si bien fue tentado por un grupo de conciudadanos a investirse de tirano, el razonamiento soloniano, ya estimaba el gobierno de la ley y la sujecién a esta como la maxima voluntad intangible, tras la cual se hallaba la fuerza y la violencia en caso de ser transgredida por decisién personal, La pregunta que nos deberiamos formular, qeual es la raz6n de la inclinacién a la tirania por parte del pueblo? Encuentra una sola respuesta, la stisis, que lleva a la disolucin de la polis. La tirania entendemos era el remedio ante el peligro de ex- tincién. Por ello hacia el 580 a. C. el abandono de Atenas por parte de Soldn debido a la presién de algunos a querer convertirlo en ti- rano, no tuvo eco en la poblacién, muy posiblemente porque hacia la época: “...la maquinaria constitucional quedé formalmente aceptada por parte de la mayor parte de los integrantes de las clases més pudientes, tanto los eupatridas como los plebeyos.”**De ningun modo entendemos que Solén haya dado institucionalidad a la democracia en Atenas, toda vez que se acttia politicamente en un marco de posibilidades que permiten que algo se verifique en la realidad, es decir que la realidad misma del contexto acoja la igualdad y la democracia como acontecimiento. En este aspecto logramos coincidir con Lloyd-Jones, como con Castoriadis y Finley, en reconocer la mirada critica sobre la sucesién de gobiernos en las postrimerias del periodo arcaico y os comienzos del periodo clisico, como critica del suceso en pers- pectiva democratica e igualitaria asumida por Soldn y los legislado- res de la época, Si bien la tirania queda en el ojo de la tormenta, no lo 5 por otras razones que no sean aquellas que hacen a la historicidad propia de los pueblos y que los griegos se encargan de no suprimir, © Opus cit. Pag, 182 63 Dante La Rocca Martin ni de evocar, sino referenciar la manifestacion Pouss ajena ala de. mocracia como no deseada, pero necesaria e orden a la naturale, del hombre real instalado en Ia polis. wwocaron tensiones Y Feyertas inter. Si bien las reformas de Sol6n pre’ : Prejamension de las MiSMAs, esto era nas, Jo cual estimamos que por la rar inevitable, tales actitudes fueron marcando una an civica en la polis que arrojé como: ‘consecuencia Ja eliminacion de los injustos pois que arrojé : parte, como también ‘legis istocratica, por Una privilegios de la clase aristocratica, P cues © retelecsén de limites a las demandas poptlar™™ instalacidn ce limites a ie en relvindicaciones, n'a patlcip. js postergados fueron Coy a vida a Falo Via.C (aprox. 910 a.C), luego Hacia fines del SE sistrato Tranizd a ‘Aeaa ees wes pobres; el pueblo habia madu- vr el ambito necesario de adveni. Ja enmarcada por la anar- i el caldo de cultivo necesario para tal fin, podia ser Sin ae al deer pusearan una cierta igualdad beneficiosa para todos los sectores en Sin duda fue esta elaboracién entre igualdad y participacién fa que dio lugar al advenimiento de Pericles hacia el siglo V. ‘Mis alla de la alusion que hace Pericles sobre la condicion y dignidad Jal cudadano, y la mirada que sobre esto tiene la ley ateniense, “enla ‘ecciin de los cargos priblicos, no artteponiendo razones de clase al mérito per- sonal.como del mismo modo la ley no genera obstaculos para’ el acceso.a la funcion piiblica-debido a la oscuridad de su condicién social si esta en condi- comes de prestar un servicio a la ciudad” (cit. pag, 60 del presente), aparece tmarcada por la importancia no de la relacién en los asuntos privadosen- tre los ciudadanos, sino entre el ciudadano y el Estado. Esa partir deesta relacién que asoma la regulacion de la libertad de! ciudadano dentro de la comunidad politica, relacién que alcanza una realidad incontrastable enlo que hacea la oralidad, tanto.en la discusién como en el acuerdo po litico entre citidadanos. Entendemos la calificacién del ciudadano para politica ateniense. de pasados los tres periodos Ia colaboracién de los agricultor rado lo suficiente como para evit tmiento de la tirania, es decir que la antes S FINLEY, Moses I, (2010), Grecia Primitiva: La edad de bronce y la era arcaica, Buenos Ales Editorial Eudeba, pg 17." aenenses de pcs ptr considera Se coma mire ques biden el camino dela demaraia, mientras que Psa: in ena dna y oc oe inkerei, Noone, dean de lado ea Z io cxalieacine sce iteciones 0 cilculos premeditados, el papel en rr am i spa gene nperinice impala 64 Polis y politica acceder a la participacién en las cuestiones de administracién del Estado, como idoneidad, la que nada tiene que ver con las condiciones patrimo- niales de los mismos, sino mas bien con la capacidad de haberse adecua- do a las condiciones objetivas establecidas en la polis, por las cuales el ciudadano aleanzaba ponderacién publica. La mencién que hace Platén cena Carta VIL* con respecto a ingresos econémicos como decoro necesa- rio para el ejercicio de la funcién puiblica, no lo es sino como disposicién a Jo pablico sin urgencia alguna en lo privado, Pero dicha condicién no es indispensable, tal como lo indica el texto aludido. Es puntual la demanda de honestidad, transparencia y reputacion publica. Retomando al modo de actuar la politica, la oralidad implicaba la crea- cién y reproduccién dindmica de modos de interrelaci6n que permitian el crecimiento del contenido de la conversacién y del dilogo. No debemos olvidar el modo platénico de exposicién de las diversas probleméticas que alentaron su obra, al exponer el problema mediante el dislogo, dejaba im- plicito el mensaje de su tratamiento en la comunidad, es decir que el mis- ‘mo se constituia en un problema largamente tratado por los ciudadanos, ya reunidos en la Asamblea, Senado 0 en el agora El remedo a la oralidad utilizado como un medio en Platén denota el modo en que la participacién, como la integracién de los ciudada- nos se verificaba en el medio politico, he aqui lo que consideramos como muy atinada opinién de Julin Gallegos, en forma coincidente con lo que venimos exponiendo, en cuanto importancia de la orali- dad en la construccién politica participativa y democratica de Ate- nas.* Al mencionar el autor citado tanto la isegoria como la pahrresia S5PLATON (1970) Las Cartas Madrid, Ediciones de! Instituto de estudios politicos de Madrid, 237, pig. 81: “Es preciso que los queen cada cso resulten vencedores, si verda- deranente desea la salecion general, eljan entre ellos miss, con prferencia a txts los dons, alos hombres de quienes tengan mejores informes, especialmente als de edad ma que tengan mujer e ios en su casa, cui linen de ascententes comocidos sen lo ms larga posible ygoce dela mejor reputacion,y que todos posean hacienda sufciente..a Sto hay que {traces scindolos de sus csas co Turgos y con promes de os maximos honors, yuna bez ‘traidas y previa prestacion de juramento, pedirlesy conminaries a que establezcan leyes, ‘est leglslacion no inpique mayoresventajas para os vencedares ni para ls encids, sino ‘gualdad y comunidad de derechos para todos los ciudadanos”. 55 GALLEGO, Juliin, (2003), La democracia en tiempos de tragedia-Asamblea ateniense y subjetioidad, Buenos Aires Mifo y Davila Editores, pig, 193:L1 Atenas cliscn se susten taba en una cultura ora... palabra hablada ocupaba sn sitio privilegiado, pues el gobierno Popular implica ta partcpacin coletioa dels ciudadanos sin mediacones ni represen fantes. La fora dela palabra en won medi estrictamenteiguaitaro(segoria) conllecaba Ia likerad de palabra (pres, esto esta posibilidad de hablar y dar su parecer ante la con ide dectdadanos. En el momento de resolver ls asuntos plies, cualquiera sn ningin 65 Dante La Rocca Martin ee Sa . ; wnsaje directo sin ambages P ja del me! : ja importance “5 e intrincadas interpretaciones ir debemos advertit aera preta algunos que dieran lugar 2 1, Al no existir la mediacion de la re. Bt quiso expresat- ecta a la conformacién sobre fo que se iso OPT Jo que respecta 2 I presentacion,especialmen"® © 1. oratidad del discurso, la pa. sraano asampieario ¥ fren’e * ; esto es en uso de del organo a na significacion directa y clara; nah la Taba aleanza un Sg alsin alguna a los profesiona dadania en general, a profesién, la sofistica, La la palabra un 5 les que hicieron ea 7 re iaaireo poll bog ak de implicar un redimensionamiento de la palabra, se ym es om y diriamos liberado del orden de moralidad que pue 2 pli. cada a la politica, para establecer con la palabra oe la genera- cién de una realidad que roza intelectualmente al hom| ore ateniense pero noa la politica concreta entendida como democracia, sostenida ¥ justificada en la poesia épica, en la tragedia y en el discurso filos6- fico posterior platénico-aristotélico. La palabra expuesta piblicamente no permite su utilizacién preca- ria ni tendenciosa, ella misma se desnuda en la intencionalidad del expositor asambleario o del dgora para cumplir con el fin de quien la profiere, obtener seguidores y adquirir al mismo tiempo honore- bilidad y reconocimiento en sus pares. Lo contrario seria alcanzar el poder por el ejercicio mismo de la facultad de decidir por si condu- ciendo al resto como un rebafio. Si bien esta dada la posibilidad, que esto tltimo acontezca, en la Oracién, bien se encarga Tucidides de aclarar que no es parte de nuestra paid, aquello que corrompa la grandeza de nuestra tradicion. La isegoria cobra un espacio de horizontalidad entre los atenienses 4 censecuencia del marco en el cual es manifestada por la palabe, oe iste : 4 necenl a misma admite legitimidad en boca del truce de at sibdito obedece, no participa en la cons- pacio piblicn Cause gb integra e incoxpora al ciudadano al e Biase eonecmcaramentea lo que en origen se plantea en suelo nizaconal dela yi weg steniense se revela en la estructura org odo cisico,entendemeos que la emer toe eo tone PE que la democratizacién de la palabra era ‘ip de aifcacion previa patie ex esenbiey 7; oe ler (Jenofonte), Republi dc feo ¥ Hacer st propuesta ante el pueblo reunilé Republica de los ay os alenienses 1 66 = Palis y politica parte del espiritu que venia desarrollandose previo a la aparicién de los fildsofos y la filosofia que ha de teorizar sobre estas cuestiones de igualdad, ya presentes en los estertores del siglo VI a. C. La critica desarrollada en Repiiblica de los atenienses (obra atribuida al pseudo Jenofonte), muy posiblemente fuera escrita por Tucidides en contra de Pericles, en contra de la igualdad en el uso de la palabra, se est ma que trae consecuencias funestas, toda vez que se entremezclan los diversos estamentos, no como estamentos mismos, sino la pala- bra y con ello el sentido que la misma adquiere en la construccién del discurso politico en Atenas. Afirmamos esto en el sentido de la imagen y representacion que cada participante de la Asamblea Ile- gaba a tener en la discusién de la problematica que afectaba a la po- Iis, por ello el goce de las mismas prerrogativas, isegoria, no era bien visto, provocaba la axoAagia, entendida esta como intemperancia, desenfreno, libertinaje al momento de manifestarse piblicamente, Este cardcter que asume el uso de la palabra, no nos deja duda la pri- macia del mérito por sobre la condicién que revista el ciudadano, ya que colocar a todos en una situacién de isegoria, dificilmente permita discriminar el mérito del demérito conforme el nivel de compromi- so con Ia polis. Es por ello que llama a confusién en ciertos autores la interpretacién del hecho participativo como acontecimiento negat Vo, citando la Reptiblica de los atenienses. El juicio de valoracién nega- tivo se da por el mérito de la tarea o rol que desempefia el ciudada- no, entendiendo que mientras més ociosa, -dedicado puramente a la actividad intelectual, fuera la vida del ateniense, podria resolver ‘mejor los problemas de la polis, y ejecutar con mas destreza el arte de gobernar. En tal sentido, la representacion politica asumida a través de la funcién de gobierno es superior por parte de aquel que cumple con los requisitos mencionados anteriormente citando a Platén en la Carta VII. El efectivo ejercicio de la isegoria debe implicar la libertad en el uso de la palabra, connotada esta por la verdad nappyoia que necesa- riamente entendemos debe acompaiiar la profericcidn del logos. Los ctiterios que algunos sostenian con respecto a la igualdad y libertad por el uso de la palabra en la Asamblea, eran disimiles como el caso de Euripides, quien observaba cierto peligro en el uso irrestricto del discurso por parte de algunos no ilustrados convenientemente, lo cual provocaba mas, la estéril discordia, que el acuerdo pacifico en 67 Dante La Rocca Martin ee ee ‘ ie Ja tragedi sobrellevar el gobierno.* La ilustracion del autor a ee aieg| pugnaba un uso libre de la exposiciOn, ¥°, ae es evan dl provocarconfusién y malestar en It jlipel uso de a pala, sensatez. como objetivo necesario Y legit versa de la pahrresia, Platén en Las leyes, plantea una significac co del término, sin en. por lo cual nos permite inferir un Us nultyino un wsO relativizadg tender por contradictoria s¥ significaciOn, © "BI fildsofo ateniense aa autoridad intelectual de quien oe eranejo de I@ palabra, en sia como destte7 nera audaz. jonde el orado cab ia pala le mi : donde rad ext cad bring Ibo “ah i n ivan fle un discurso en € 0° POY abe medio ilvanadks, una catarata titud de arrogane i - fue. generan en quie! bl texto platénico ha de ‘samblea- real gran orador de 2 1M como habiame® hecho referencia a rar en lo fo ermino en St ne pmnodamiento discursivo, por Ia mutkivocie T arece aces manifestacion de lo claro y elo el conte “Del mismo modo, apa- transparente 306, d; 811, a; 829, e. E] variado y oscilante. il to rece en otros: libros del tex! rece riento que el autor Te ha dado al tema es Helena Fenicias-Orestes..Barcelona, Editorial Feng 219 Orestes (90 Despus dt ee Tab el rey Diomedes. El proponia que Grodan ni anit hermano, si Que astigaran con el destierro para cumplir pac. ub wn cierto tum: 170 Mptdian toque bia dicho, pero otros woo ‘tan, as el ean wo india ee idesenfrenada, fortalecido en su audaci, carer Argos, hints, confiadd ovo ‘arullo y en la desvergonzada liberia dela palabra, copa ea ewalquicr desatino ;Cuando alguien, aractivo oo eras per insert, persue 0 Maso $4 desdicka para la ciudad; En cambio sue co sna nay 810 be de inmediato so ego a nad, As debe conserrsey juzgar a quien gobicra. 5 PLATON, (2007), Dilogos T VIL, Leyes(Libros LV), Barcelona, Editorial Gredos, pag, 291619, Finalmente, le ide franqueza y de libertad como si fuera wn sho Fa see tenar, camo pr decir cali cost si eclar y atuar dele mma nan 7 ‘8 thi Pg. 281 (671,b) Al- Cada wno se hace mus i ‘i Bee ee mo se hace mis ligero y estd alegre y leno de franquezay ® Ibid. Pag, 331 (694,b):"Si habia alguien prudente entre cman ie can {qucpodianaconsejar respect de ago, el individuo hacia mont er rence y homes ok Dstzilo: Ex pec eee fe capa es ites puiblica y comin la fuerza de su pen aa de la libertad, ta amistad 68 ao SBURIPIDES, (2008), Trageis, ml, Polis y politica Hemos entendido necesaria la cita de Platén a pesar de ser posterior a la gestacién de la Oracién en términos de acordar un espiritu y una constancia que dificilmente sufra desapariciones, sino que por el contrario, bajo cierto tratamiento intelectual se adecua al contexto itico y social de cada época. Asi como la gestacién de la polis ha tenido en el arcaismo su momento fundacional y por ende demo- cratico, es en el periodo que le continua como se cimenta y define en términos de organizacién politica, cuyos avatares en relacion al advenimiento de regimenes tirinicos, han de estar referenciados precisamente a la forma de organizacién democratica. Esto justifica Ja Carta VII, testimonio platonico en el que visualiza una respuesta politica a la tirania de Dionisio en la Siracusa. Mas alla del extenso anilisis al cual podemos someter el texto de la Oracién, en cuanto a tirania e igualdad se refieran, existe un parti- cular modo de interpretar lo puiblico en paralelo a lo privado desde la perspectiva de la prudencia y el respeto, herederos de una acen- drada educacién ciudadana que impulsa al ateniense a la solidari- dad protegiendo al que sufre algtin tipo de injusticia: “Si en nuestras relaciones privadas evitamos molestarnos, en la vida publica, un respetuo- so temor es la principal causa de que no cometamos infracciones, porque prestamos obediencia a quienes se suceden en el gobierno y a las leyes, y principalmente a las que estén establecidas para ayudar a los que sufren injusticias y a las que, aun sin estar escritas, acarrean a quien las infringe una vergitenza por todos reconocida.” (VV. 37.3). Aparece en la cita que antecede el espiritu de lo ateniense que im- pregnard la antigua tradicion en la naciente Europa, a pesar de las vicisitudes cambiantes tanto en Grecia como en Roma, organizacio- nes politicas en las cuales se suceden monarquia, repiiblica e impe- rio de manera indistinta, pero siempre teniendo en cuenta el valor de la ley como principio sobre el cual ha de girar el orden, La Oracién fija de modo indeleble la relaciin entre lo piiblico y lo pri- vado a través del caricter pedagégico de la ley, caracter que permite visualizar una unidad en torno a lo justo, ya que su obediencia permite: “. ayudar a los que sufren injusticias...". Esta esencialidad sobre la natu- raleza de la ley se sostiene en La Reptiblica de Platon® como experiencia anterior del arcaismo, proyectindose luego en la cultura politica grie~ PLATON 2007), La Replica, Buenos Aires, Editorial Eudeba,LiL- 69 Dante La Rocca Martin eae : 2 . via. C. nos brinda ga. La referencia de la Oracién, posterior al ee ie ito por la presen panorama soloniano ausente con anteFiorida ee cntender con rane la tradicign oral dela norma, cons por pare suatamente con Lloyd Jones 1 phe2C Cora losin Pearce sera ee een os ming 1s nobles, Si bien es Po Sa nto norma ha s See aha dice, ie costumbre i ae abriga el aaa Bee aed iri de sencillez 4 "| ump}. transmit bajo el mis pa, por cick conciler y Pjtviady iento que la i spon IS-SE Bene i we ai de actos repetitivos, UNiOT TT Deve eran re oi de un actuar indi igices el convencinient de ‘ade la costumbre juridica e evidentey dea sentido, Hi gujeto de cicha transgresiOn eto Hace Cone descubiert 9 ot vocada por Tucidides en Ie OE ca a eltaralmente ha dejado implicads ia costumbre en la tradicién, 6sofo ateniense, el espiritu de obe. 4 osicién del fil I Hienca a ie ae Ja comunidad sostenia se extendia a la tragedia saan a Jas manifestaciones de los oradores. Habia como un china Se uniformidad cultural que ganaba a Ia ciudadania, entendiendo polis a través de sus principales actores; los poetas, que van atravesando la in- § tragicos, os fildsofos, esando lidad mediante el mito y la raz6n: “El hecho 1» esa generosidad-compasion por los débile ‘os oradores finjan criticarla no debe ocultarnes Feesencial: on ambos casos, el topos es el mismo e idéntico el proyecto, « sea mostrar que Alenas combate por el derecho. Como no toleran que w sgriego viole una ley helénica...” Esa sana intolerancia, entendemo: Se funda en la justificacién de universalidad que se pretende dar al orden que emerge de la ley, en esto la distancia entre la tragedia y la sofistica, planteada en términos de principio absoluto o de conve niencia relativa. En el primer caso Antigona®, en la tragedia de Séto- Mas all el proyecto de os oradores, lo terpretacin de la real de que los trigicos exalte oprimidos-mientras que Ato iONES . LLOYD-JONES, Hugh (1984), Los Griegos, Madrid, Editorial Gredos, Pag. 39 ys LORAUX, Nicole (2012), La invencién de Atenas Hi ia in Fi e fs ) encién de Atenas Historia de la Oracién Fiinebre et clad Ct ica”, Buenos Aires, Ed. Kalz, Pag. 87, ee et re 'SOROCLE A (on, TRAGEDIAS: \yax-Las Traquinias-Antigona. faa Grados i, 153 (450): “Antigona.- No fue Zeus el que las ha mando a publi debut que econ a dae de abajo la que fijé tales leyes para los homibres. No pe’ aie sabe de donde surgieron.” as no son de hoy ni de ayer, sino de siemp"s’ Barcelona, Edit ca, i 70 Polis y pol cles frente a Creonte, postula la superioridad de las leyes divinas y naturales en cuanto su origen como en cuanto a su eternidad. Esto tiltimo constituye al fundamento por el cual se construye el orden. universal e inmutable. Si bien Antigona sufre el castigo de Creonte, el mismo es en obediencia y sometimiento a las leyes superior: Como contrapartida, la sofistica abarca todo el siglo V a. C. e intro- duce el pensamiento que le ha de identificar como movimiento y a la vez en sus expresiones individuales. Tanto la impermanencia y la multiplicidad se constituyen en el fundamento de su manifestacién filos6fica, negando la unidad y por ende el caricter estable y fijo de los principios, todo cambia y se muda, nada permanece estable. Por el escepticismo, el relativismo y el subjetivismo animan una doctri- na de pensamiento nuevo, distante del modo que los presocraticos habian dado a la filosofia, por dicha razén es que niegan la posibi- lidad de un conocimiento seguro, firme y verdadero, tal como se lo habjan planteado las anteriores escuelas de pensamiento. La sofistica ha de colocar la ley como diversa y relativa a la polis en la cual tiene vigencia, pudiendo ser totalmente distinta en otro lugar, siendo también justa. De ello se desprende un concepto bas- tante particular acerca de la justicia. Entendieron la ley en relacién. a la naturaleza poor, lo comiin a todos los hombres, la ley voio<, la ley de la polis como ley civil y por tiltimo el pacto diaOnxn, que es el acuerdo particular o contrato. Quedan conformados de tal modo el Derecho Natural, la ley civil y el contrato, no obstante la relacién entre naturaleza y Derecho Natural, este es negado por la sofistica como consecuencia de negar la existencia de principios universales ¢ inmutables, Al contraponer el concepto de naturaleza pvotc con el de ley yopo<, la tinica ley natural que reconocen es la de los instintos y por ende la de la fuerza, fuerza esta que en estado de naturaleza requiere de la ley civil a fin de poder organizar los instintos. Protagoras, el principal representante de la sofistica aparece citado por Platén como el mas grande de los sofistas.“A Protagoras se le atribuye la frase: “El hombre es la medida de todas las cosas, de Ia que son en cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son” (Platén, Crit 385 e, 95. Aristdteles, Metafisica XI 6, 1062b 12, Aristoteles, Me- tafisica X 1, 1053" 31. Sexto Empirico, Esbozos Pirrénicos 1 216 ss.) SPLATON, (006), Dislogs, Barcelona, Editorial Gredos, pig. $50,337 SOFISTAS, (2007), Obras, Barcelona, Editorial Gredos, pag. 31 y ss “ate La Rocca Martin La Pi Biles aspectos relevantes de a sofistica en cuanty epee latvia def ley nos ntrodacen en el ambito ee regla, que como principio se ha mantenido a travis 7 iccién politica previa y posterior. La referencia a Ja dem, cracia, ala libertad, a la igualdad ha tenido siempre un fundamen, sélido en concepciones tedricas ya de caracter juridico o filoséig. pero siempre rigurosamente ajustadas a la consideracién de pring, pios que trascienden la multiplicidad de manifestaciones de la inj dad. Esa unidad que esta presente en la Oracin y que para naga renuncian los atenienses a sostenerla so pretexto de desnaturaliza, el destino al cual estaban llamados a cumpli. La permanencia delog principios deja implicada la ley en la construccién de la democracis, tal como lo asevera el orador al tratar de borrar la diferencia entrelg actitud del ciudadano, en la vida publica cuanto en Ia vida privady El dinamismo que impulsa la politica por el desarrollo de una pe. dagogia basada en el uso estratégico del lenguaje, a cargo de losso. fistas, impacta en la Atenas del siglo V de modo bastante particular, Jo cual generd todo un movimiento de oposicién referenciado en la figura de Sdcrates y de Platén. La mencién negativa que reciben aquellos por parte de estos iltimos no es gratuita, es consecuencia de los efectos que pueden ocasionar en Ia polis la corrupcién del logos entendido este, como la emersién de la palabra que pretende vincular el espititu con la realidad, la mente con la cosa, desnudan do aesta y colocandola de frente a la contemplacién en su esencial dad mas profunda y abisal. La sofistica desplaza el eje de la verdad al del interés del sujeto que pretende hacer valer mas que su sabiduria, su destreza en lo par ticular de un quehacer a fin de obtener un posicionamiento social expectante. La Oracién es la contrapartida de este espiritu, habli de otra pedagogia, de una pedagogia que entiende necesaria la de- mocracia como ambito en el cual el ciudadano ha de poder realiza" su naturaleza en términos de virtud y perfeccidn; de ello se trata desarrollo de la cotidianeidad ateniense, la atencién del alma pet medio de la mejor educacién en las artes como en las ciencias, & tendidas en la época; esto por una parte y por la otra, los juegos ¥" gimnasia como expresién cabal del rigor con el cual se debia dar cuerpo lo propio para contribuir a la unidad de perfeccién en els La democracia no fue concebida por los griegos y en especial Po los atenienses como una expresién posible de entre varias, sinoes¢ 72 Polis y politica modo en que el caos se ordend mediante la sabiduria de la ley ges- tando igualdad y justicia, sin cuyos componentes aparecia distante Ja polis como realidad de orden que ha de trascender y extenderse por el orbe conocido. Por la particular consideracién de la ley que sostuvieron los griegos, se torna evidente el modo excepcional de tratamiento que la misma sufrié durante la sofistica. La naturaleza puramente convencional y relativa que adquirié en sus expositores, entre los que ya destaca- ‘mos a Protagoras, Gorgias, Deméstenes, etc,, nos sugiere inferir el fin de un periodo signado por el relativismo y el comienzo de una nueva etapa, dominada por la permanente busqueda de lo absoluto en Sécrates, exposicién detallada en cada uno de los diilogos en los que puntualmente va abordando una problematica especifica; bits- queda y justificacién que se ha de continuar tanto en Platén como en Aristételes. Tal como venimos entendiendo el desarrollo de la democracia y la ley en Atenas y mas ampliamente en Grecia, fruto de ese espiritu al cual aludiamos al comienzo y que se fue configurando con la mejor produccién en educacién, esta se hizo extensiva también al cuerpo, compuesto necesario del alma, cuerpo que debia ser atendido en su propia naturaleza esencial de correspondencia a un espiritu que ad- quiere presencia atractiva en esa totalidad Hamada hombre. Apare- cen en la Oracidn los conceptos de juego, fiesta, esparcimiento, que aproximan la naturaleza al goce de la vida y al alejamiento de las tristezas, nada més oportuna la mencién de frente a la derrota sufri- da ante los espartanos. “Por otra parte, como alivio de nuestras fatigas, hemos procurado a nuestro espiritu muchisimos esparcimientos. Tenemos juegos y fiestas durante todo el aio, y casas prioadas con espléndidas ins- talaciones, cuyo goce cotidiano aleja ia tristeza"(VV. 38). Esta experiencia de la guerra como derrota, y la recurrencia a evocar los juegos y fiestas durante todo el afo, resalta bajo un superlativo “muchisimos” la importancia en lo cotidiano, del esparcimiento. El juego como actividad Itidica es una fuente inagotable de creativi- dad, que se genera por la riqueza del modo en que interactian los iversos componentes, como jugadores de una comunidad. Dire- ‘mos junto a Alfonso Lopez Quintas cudn importante es la presencia del juego como expresién que articula la naturaleza humana some- tida a determinadas reglas en un ambito de interaccién que produce 73 Dante La Rocca Martin ee consecuencias positivas, fruto de un actuar libre y creative al mismo tiempo.* cultura de un pue- ferente a los demas Pensamiento, juego y razon se integran en la y sacrificio cargado blo que afirma en 10 politico su propic. 2 oe tlos. Ese seurso que evoce um eSFBSl™™ Ying al orador aoe vanidad frente a la adversa COYUNE - : mostrar toda la destreza en el uso de la palabra; a pata de mostrar la polis ateniense como una ciudad abierta ate : jo el mundo. Cuando en el VV 39 de la Oracion Pericles afirma et oe de sistema aplicado al arte de la guerra, entendida ésta Eo el concepto de estrategia, serie de reglas que aseguran la mejor decision para la obtencién del resultado deseado, to no depen- ‘contrariamente a es soir tanto de una estratagema particulat: © de la conducta ardidosa 6 astuta, reafirma la importancia del valor que emerge del espiritu del ateniense al momento de reclamarle protagonismo, espiritu que descansa en la paidein. Los términos bajo los cuales comenz4bamos el pérrafo anterior se sobreponen a cualquier ‘manifestacion de la conducta humana que no sea ciertamente equilibrada y proporcional, 0 lo suficientemente arménica; por ello el discurso funebre tiende a entronizar, por la atiama razon de oportunidad y bajo un clima de recogimiento, el tspitita por sobre la fuerza y esto un pueblo Jo alcanza a través dela educacién que se adscribe en un sistema politico-estatal. “Esto es asi porque no confiamos tanto en los preparativos ¥ estratagemas como en el bnalor que sale de nosotros mismos en el momento de entrar ent accion. Yen To que se rofiere a los métodos de educacién, mientras que ellos-los espar- tanos-desde muy jovenes, tratan de alcanzar la fortaleza viril mediante un penoso entrnamient, nosotros a pesar de nuestro estilo de vida mas rela- jado no nos enfrentamos con menos valor a peligros equivalentes”.(VV. 39). La confianza depositada en la educacién recibida opera como rease- guro para el éxito en todos los ambitos del quehacer humano, per is el caso de la cita, se vincula especialmente al tema de la guetta ma este que da lugar a la obra de Tucidides. La importancia del @ LOPEZ QUINTAS Pig et ee Alfonso (1977), Esc de la Crentioied, Madrid, Ea, Cited ig, 28 el feo eta copier ire, que cre ao un determin A Polis y politica método implica, la importancia de la eleccién de los medios que es- cogidos pretenden alcanzar un fin, es por ello que el ateniense luego de haber transitado el periodo arcaico y ya instalado en los primeros tiempos del clésico se inclina definitivamente por un método que garantice la ausencia de violencia en la educacion. El espiritu viril no necesariamente se debe nutrir de fuerza y garra que violente la humanidad del hombre para consolidar una comu- nidad politica. El pensamiento nietzscheano esclarece la profundi- dad del texto de la Oracién haciéndonos pensar la dimensién que adquiere el relajamiento, que no es otra cosa que el ocio, la tranqui- lidad y silencio necesarios para pensar, sencillamente para ello.” El alejamiento de la violencia en la educacién da lugar a la existencia de un método que facilita la articulacién de lo individual con lo co- lectivo, especialmente en el disefio de las instituciones de la polis. El hombre se siente parte y vinculo necesario de esa comunidad a la cual pertenece. Lo contrario, el estado de preparacién permanente para la guerra, determinando la educacién del pueblo, hace que el mismo pierda el sentido propio al cual es llamado por naturaleza. Esa sociabilidad natural del hombre no se logra por medio de la disputa 0 contienda y menos atin, si se Jo educa en tal sentido. En lo abisal del pensamiento politico, tanto arcaico como clasico se en- cuentra la poesia, la tragedia y la filosofia; en cada ambito florece el genio que abriga una identidad que se sabe, es para siempre. Este caracter no puede quedar anclado en la guerra como recurso cons- tante para afirmarse en cuanto comunidad, a un pedazo de tierra cuasi insular. El pensamiento aplicado a la guerra lo es tinicamente para defender lo que se ha logrado construir y hacer conocer por otros medios, la importancia de la lengua y la cultura ateniense. Las diferencias y distancias entre las comunidades emergen necesa- riamente, debido a la preocupacién por la propia subsistencia, afir- mandose en un territorio y proyectndose hacia las extensiones mas beneficiosas para el habitat humano natural y politico ciudadano. Esto permite al investigador encontrar diversas formas de conduc- © NIETZSCHE, Friedrich, (1980), Sobre ef porvenir de nuestras escuelas, Barcelona, Tusyucts Editores, pig. 105: °..promover verdaderanente ia formacién del pueblo en esas cosas serias significa precisamente limitarse a mantener alejadas esas vialencias y esas des fruccones, a mantener esasaludable inconcienci, sa placidez dl pueblo que covsttuyen el contrayeso y ol remedi sin el cual la cultura, con Ia devoradora tensién y exasperacig de sus ‘fects, no podria subsist”, 75 Dante La Rocea Martin Baa se se reneusecegmcuna aan isgaasssasaees eneneeuanne ‘. ea és de un ideal 0 arquetipg tas colectivas que buscan sintetizar a baves de efera dslle tll e la educacién, la formacién del ciudadano, Oates aras de lo dicho anteriormente, su subsistencia, ta &° IO a tia cuando la comunidad vecina se Sane diéndose triunfan. en color que se construye y se reproduce te por el mundo conocido. wn la Oracién fiinebre, tiende a ser pe. La referencia espartana dada et cl yoraiva, ya quel orador confronta dos modelos de educacién y 6 artana se en- ‘erto de paideias. La diatriba a la educacién espartan: entra influenciada posteriormente por La le ies) Aisle, quien en alguna medida configura aspectos diferenciales ce aa la, con respect a la educacin ateniense, situacion que in se habfa verificado en Las Leyes de Plat6n. Pareciera que lama ra jurica que identificaba a una y a otra, se remitian alos célebres le gisladores, Solén y Licurgo, quienes habian desempefiado un papel preponderante en orden a las constituciones politicas de cada una de las polis. El auge de Esparta ocasioné una repercusién negativa entre las polis griegas, toda vez que la conducta en el campo exterior fue una pro- yeccién de la educacién en una férrea disciplina, pero no del espirituy sino del cuerpo a través del régimen militar aplicado a la guerra. No deseamos ser extremistas y eliminar la educacién de la interioridad del sujeto a cambio de una marcada sensualidad en la educacién, Peto por lo acontecido no quedan dudas que el espiritu quedo sub. sumido por el cuerpo, es decir que la disciplina del orden militar entendia regimentar un espiritu de lucha, esfuerzo y sactificio con aptitud puntual para la contienda, 76 Polis y politica Afirmarse en el territorio y pretender hegemonizar el poder politi- co sobre el resto de las comunidades mediante el uso de la fuerza militar y el dinero, provocaron el ascenso y a la vez la declinante de un modelo que por su propia naturaleza no se podia sostener y me- nos ain proyectar en el tiempo. La educacién en la fuerza que por ese entonces Esparta entendio importante y generadora de un orden disciplinado, es lo que el orador observa como negativo al momento de evocar el contexto en el cual la derrota se verifico. El valor de la educacion que se proyecta y sostiene en todas las edades de la vida debe ser consecuencia del modo en que el espiritu del hombre se haya manifestado desde sus origenes. No en vano la aparicion del poeta y la poesia, de la épica como una expresién que, mas all de Jas criticas que el moderno pueda realizar, sirvieron para ir gene- rando cultura, pertenencia ¢ identidad, largamente aceptada por los griegos como por los romanos, civilizaciones que se extendieron y que dejaron la impresién indeleble de la obra en el occidente actual. La posicién antagénica de la Oracién en lo referido a la educacién, con respecto a Esparta, tiene la particularidad de continuarse en Pla- tén, en cuanto critica a la violencia y a la ensefianza de la fabula como relato carente de verdad. Por ello Platén comenta negativamente el pasaje de la Odisea XXIV, 6-9, “Como los murciélagos, que en el fondo de tun antro sagrado, revolotean dando chillidos cuando uno de ellos se ha des- prendido de lahilera oerrada a la roca, y ouelvew a unirse unos con otros, asi ellas huyen en grupo, larzando gritos penetrantes”.® Esta interpretacion platénica, es una consecuencia del espiritu que la educacién cubria en a Oracién, es decir que anima la suavidad y el decoro en el discurso, en la evocacién del poeta, sin animo de quitar el valor postico a la produccién homérica, produccién que signa un momento de la cons- truccién de la polis, pero que se debe entender inconveniente para el nuevo contexto que vive Atenas, a pesar de la continuidad en el sen- tido del modo en que aquella debia ser construida. La determinacién de distincién entre Atenas y el resto de las co- munidades conocidas para la época del siglo Via. C,, ofrece dentro ®PLATON, (2007), Repilice, Buenos Aires, Eudeba, pig, 221- vv387 b"Ragaremos a Homero yas dends potas ue no omen a mal que suprinainos esos pases y cuanos se tes aemejen, no porque carestun de lor peticoy sean desagradables a od, sino porque ‘en razin misma de u gran calor poco, tanto menos debe er ofdos por ntiosyaullos que fa de cir ire ytemeraaesclvntad mas que ala muerte. I~ De igual mal debems ei ‘minar todos los nombres eons yterrorificos que hacen esremecer a quienes ls escuchar. 7 Dante La Rocca Martin ee Ore cree cere de la Oracién una serie de aspectos puntuales que van ma un creciente aislamiento generador del concepto de ciudadanig Por pertenecer a un determinado territorio, hace de este ser ay dano, un ser portador de ciertas virtudes propias de su cultura n al mismo tiempo usina de desencuentros fatales con el resto de | habitantes de la propia polis. El vanagloriarse de sus propiag poo? bilidades sin vinculacién con otras comunidades, se entiende, ey resultado de un largo proceso previo que comienza con los poetag, se extiende con la presente evocacién histérica de una derrota qug sitve mas para relanzar politicamente un relato verosimil, ser Jo. mejores. Tal relato distingue el poder de la soledad, de aquel ofr logrado por medio de las buenas relaciones con los vecinos, tal re. lacién va permitiendo la formacién de un frente que los coloca en mejor situacién para la contienda bélica. Esta diferenciacién entre nosotros y los otros deja implicada la confrontacién que pareciera surgir del concepto de ciudadania, que se va acufiando al abrigg de las nuevas expresiones intelectuales del periodo clasico. El afe. rrarse a esta creaci6n narrativa, nos permite visualizar también un mecanismo de defensa que gira en torno a forjar la unidad interna provocada politicamente desde la misma adversidad, A través de la Oracién se pretende obtener una fuerza, que reemplace las situacio- nes de debilidad y confusién provocadas por la derrota. Marcel Detienne” con bastante ironia y sarcasmo describe el ser au- téctono de los atenienses con rasgos de independencia y ser absolu- tos frente a los demés. De tal caracter comparatista como él se dice a s{ mismo viene a pintar con tres trazos un cuadro que expresa la autocton{a: “Primer trazo: nosotros somos autéctonos, nacidos de la tierra misma de donde hablamos. Somos los verdaderos autéctonos, nacidos de una tierra cuyos habitantes han sido los mismos desde los origenes, sin dis continuidad. Una tierra que nuestros ancestros nos han transmitido”.B! orador manifiesta una autoridad que no deviene de otro, que no he sido dada, ni otorgada por alguien con un titulo anterior, sino qué hemos nacido en la misma tierra desde la cual ejercemos e! poder el gobierno y la autoridad. Nunca nadie se ha ensefioreado o de truido lo mas importante, nuestra identidad y nuestras institucio” nes que actualizan la historia pasada. No hemos venido de ning" lado a ocupar lo que no nos pertenece, somos el origen mis? de ss de *DETIENNE, Marcel, (2005), Cémo ser autictono. Del puro ateniense al francs de 4gambre, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econémica, pig, 18-19 78 Polis y politica esta grandeza relatada en el presente discurso finebre. Una gran- deza que no conoce de interrupcidn alguna, ya que son nuestros ancestros quienes nos la han transmitido. En el Segundo trazo-el au tor comentado nos dice- {los otras? Los otros, todas los otros citados, som inmigrantes, extranjeros, gente venida de fuera y evidentemente sus des- cendientes son “metecos”-extranjero o forastero, en la antigua Grecia, extranjero que se establecia en Atenas y que no gozaba de los dere- chos de ciudadania’...fuera de Atenas no hay més que ciudades com- puestas, ciudades con mezclas de todos los origenes. Sélo los atenienses son autéctonos puros, puros “sin mezcla”, sin aleacién de'no autictonos. En este trazo, Detienne remarca una y otra vez el caracter de la di- vision confrontativa entre los ciudadanos y quienes no lo son, tal division funciona, dentro de la Oracién como un modo de mantener inalterada la propia cultura y para el caso en que haya pretension de mezcla, es tan fuerte el concepto de ciudadania mantenido por el ateniense, que obligaba a quien no lo era a asimilarse con subordi- nacién absoluta a sus costumbres, que no son otras que aquellas que rnos han permitido ser maravillosamente lo que somos, atenienses. El concepto de pureza, en la pertenencia a una civilizacién o territo- rio, ha arrastrado a la humanidad a cometer la mas terrible matanza en masa, por no corresponder el hombre con su naturaleza, al enfer- mizo ideal sostenido por un lider. La ciudadania abriga la dualidad entre el yo y el otro, un principio de divisién que dificilmente se borra por los derechos que cada uno ostenta y cuyo ejercicio modela un ctiterio y una vivencia cotidiana de la libertad, que se agota mas en la rivalidad, que en la unidad pretendidamente buscada en la conformacién de la sociedad organizada por el imperio del derecho. Profundizando el tema de la ciudadania y en relacién a una situa- cién posterior a la de Pericles, evocada por Tucidides, el Menéxeno, didlogo este que trae a cuenta una serie de criticas por sus anacro- nismos e inexactitudes, pero que en general guarda relacién estruc- tural con respecto a los epitafios énutépioc, sobre los cuales ya nos refiriéramos con anterioridad. En la primera parte de este didlogo aparece el tema de la autoctonia con todo lo que ella implica en boca de un ateniense y en uso de un discurso plagado de alabanzas. Tanto la nobleza de la crianza como la educacién recibida apare- P™DICCIONARIO RAE, (2001), Madrid, Espasa Calpe. Dante La Rocea Martin __ a Jos héroes.” Esto nos va Ja supuesta excelencia de del aislarniefivino, Son tos dioses que ast han lo con to jenévolo con que los dioses se han acter ben} E Hearsictet io tatalismo que Mos hace pensar comio introductorio jento por cen reforzando el en indicando el camino ambas, unidas al vincul e ocurriera, el querido que oc ‘ manifestado deja en claro ut en Jo ineluctable. 5 (a el perfil > jleva a cabo una interpretacion que —- ‘bene Detienne i siendo sobre la autoctonia, en la image! eo ven es, tomo VIII, 2, Paris, Belles Letres, 5 ante Euripid IL, 2, Pari etes & te on ect 2600), El autor citado insiste en los térmi- ee se abordada la discriminacién, la separacién o segrega- tion de personas, Pureza y mezcla, superioridad e inferioridad, van contextualizando un Ambito de referencias, presentes en Cicerin como por ejemplo, que provocan un estado de cosas, di il ueo de superar si no lo es por medio de la asimilacién o el rechazo y la contienda, Es obvio que la discriminacién o segregacién, sintética- mente enunciadas en la actualidad como “exclusién”, no era preocu- pacidn para la sociedad en la antigiiedad que disputaba un combate cultural y politico en dos frentes, uno externo con Esparta-Guerra del Peloponeso-y otro interno como bien lo indica Nicole Loraux, que resumiriamos en la pregunta za quién va dirigida la Oracién Fanebre?”* F™PLATON, (2006), Menéxeno, Barcelona, Editorial Gredos, pag.170, 237 af 238: Valientes lo fueron por haber nacido de vnlientes. Elogiemos, pues, en primer lugar, su noble de nacimiento y, en segundo lugar, su crianza y educacién...Nuestro pais es digno de ser al bao por todos los hombres y no s6lo por nosotros, por muchas y diversas razon, la primeny principal porque resulta ser amado de los dioses...Ellos han organizado nuestra vida de caraa Inexistenciacotidiana, al habernos educado, los primeros, en las artes y habernos ensetad lt aadquisicion y el manejo de las armas para la defensa de nuestro pais... Es necesario, porta ddemostrar que nuestros padres han sido criados bajo wna buena forma de gobierno, merced ala ual tambien ells fueron virtuosos como lo son los hombres de hoy, entre los cuales se hallan «estos muertos gui presentes...” a pbAIENNE, Marcel, (2005), Cémo ser autéctono, Del puro ateniense al francés de i Brees Buenos Aires, Fondo de Cultura Econémica, pig. 32-33:”Entve en escent l yo eeare lena, que posee el sentido de la praxis, la Mujer fuerte se lama Pra “adopt? Las a da mujer de a situacién. ¢Qué? jErecteo, mise te ocurra; Una sist Pestimente son tle idea sangre har de ser considerados superiores a quien Itoctonia: No potions oe omienza wn vibranteelogio dela inca dela ere te fuera Noslossomes en cae Superior a ésta; su poblacién nunca vi Hiri? sComofcha en un taber, esd conforms eer cdades? (Quis tipo deorigenen? » estint conformadas por elementos importados de tai ® LORAUX, Nicole (2012) “Ciudad Ca ), La invencion de Atenas Cludad Clsicn, Buenos Aives, Ee. Kate, © “2M Historia de la Oracion Fiebre er# 80 Polis y pol Raices mas profundas con respecto a la autoctonia encontraremos en el relato histérico de Herddoto. Llamado el padre de la historia por Cicerén, nos permite dimensionar la talla del griego para la épo- ca en que el jurisconsulto romano en su texto “Sobre Las Leyes”-De Legibus- asi lo mencionara®. A pesar del calificativo dado por el ju- rista, no debemos entender al historiador de la época con la dimen- sién que fue adquiriendo la actividad en el devenir de los tiempos. Los relatos histéricos estin plagados de inexactitudes, no obstante, dejando de lado estas, podemos en la investigacién bibliografica obtener algunos datos que contribuyen a la obtencién de certezas relativas a un tiempo y a un lugar. La referencia a Erecteo y su apa- ricidn en la escena ateniense a través de un templo que testifica su presencia originaria, luego de la disputa entre Poseidén y Atenea, a fin de someter la regién al poder de alguno de los dioses. La re- presentacién del olivo con su caracter sacrosanto y el agua salada de la inmensidad de los mares configuran el nacimiento de Erec- teo, otorgandole fortaleza y grandeza, conforme el devenir le estaba preparado para Atenas. He aqui el origen de la pertenencia a un territorio y luego a una civilizacién que tiene un comienzo sagrado, divino y cuyo nacimiento se verifica, desde la tierra, El cardcter que esta asume de por si para la supervivencia de la raza humana y por naturaleza, es esencial, pero también adquiere en el relato histérico la integracién de la tierra como territorio a la vida individual y co- lectiva del ciudadano, por una parte, y a la vida politica de la socie~ dad humana. La aparicién de Erecteo, a partir de una disputa, nos permite recorrer, en el mismo sentido originario, el texto biblico y Ja contienda entre Cain y Abel, como del mismo modo el origen de Roma, en cuanto a confrontacién entre Rémulo y Remo. Pareciera que lo originario es hijo de la discordia. Esto nos lleva a preguntarnos, si algo positive puede nacer del desacuerdo, de la muerte y de la sangre derramada, como en tantas ocasiones queda enmarcado el relato de los grandes textos, a los cuales la humanidad ha sido inclinada a seguir. En el caso griego, a diferencia de los ante- tiormente citados, nos hallamos con la presencia del olivo y el pozo con agua salada, descle donde emerge como lo importante que deja el sello de la pertenencia a una tierra y a una cultura, que comienza ‘CICERON, Marco Tulio, (1992), Sobre Ia Repiblica-Sobre las Leyes, Madrid, Editorial ‘Teenos, pig, 243, 5: MARCO: Exactamtente, pesto que en la una, Quinto todo serefiere a la terdad, yen la ofra se busca sobre todo el placer. Aurique en Heréidot, el padre dela historia, _yen Teopompo encontramos ininidad de leyendas” 81 Dante La Rocca Martin a formarse conforme creencias, acontecimientos que van constry, yendo y reproduciendo ese ser originario; aquel ajeno aeste Pre que se da prolongadamente en el tiempo, NO tiene esa prevalenciy sobre el resto,” La humillacién que sufre Temistocles, nos ubica en un panera ma de segregacién que tiende en el particular caso del ariego P sea io i e za. Si bien Temistocles ‘uello que no conlleva esa riqueza. Si n eae frente a Corinto, tal situacisn hace ver la superioridad de Atenas muestra a las tee que la materia y el poder son cs eres bre los cuales se justifica el obrar de Adimanto. Advertiriamos que la diferencia entre la consideracién de ciudadano, perteneciente a la ciudad, y el noAétn¢ poites, no es la misma, a pesar de una traduc. cién semejante, En el caso del primero se observa pertenencia a un territorio, por medio del Derecho, mientras que en la segunda y tal como lo advertimos en el devenir discursivo de la Oracién, el polite, vendria a representar una identidad cultural, con caracter holistico, totalizante en donde se incluye el Derecho, no siendo este principal determinante de la cualidad. 9. La presencia estética en la consideraci6n politica de la Oracién El hombre griego en ningan momento deja de ufanarse por la edu- cacién recibida como por el juego, tal como lo vimos, y la belleza. Esta queda manifestada en los cuerpos de los gimnastas, de aquellos que dedicados al arte de la guerra, se preparan en la destreza mar- cial, de quienes compiten en los juegos, etc. De igual modo se expre- sa en las obras de arte, como por ejemplo los edificios, las estatuas, fuentes, templos, jardines, etc. El amor dispensado a la belleza loses con la mesura propia de la medida, es decir del placer arménico que ocasiona la contemplacién de la obra. * HERODOTO, (2006), Historia, L VIN, Madrid, Editorial Gredos, pag. 79, 55:“Y wy ‘explicar por qué he hecho alusién a estos pormenores. En la Acrbpolis de Alenas hay un plo dedicado a Erecteo (quien, segin dicen, nacié de la tierra), donde se encuentran un oli? 4m pozo de agua salada, que de acuerdo con una tradicién de origen ateniense, dejaron Posi xy Atenea en testimonio de su disputa por el patronazgo de la regién. ..pag. 87, 61:"En pet intervencion de Temistocles, el corinto Adimanto volvié a arremeter contra él, exigiendo 4! ‘aquélapatrida guardara silencio y tratando de impedir que Euribiades sometiesea ota # ropuesta de una persona cuya ciudad no existia; de hecho, insistia en que, para que pudit® ‘manijestar su opinion, Temistocls debia representar a una ciudad (Adimant lo injuriah 08 términos porque Atenas habia sido tomada y se hallaba en poder del enemigo)” 82

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