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ANAI textos y notas EMATICO: El Andlisis tema bath novela moderna, | le aspectos parciales: la relacién de la ob x na, la razén de la sinrazén, anotaciones A ae Pedro, la muerte de faciones sobre el retablo de Macse Cervantes, Don Quijote y la novela moderna Julio Rodriguez Puértolas Como ha dicho Carlos Fuentes, en Cer- vantes, ese «huérfano del Renacimiento y la Contrarreforma», [June realidad moral ocupa el centro de {a imaginacién [..] puesto que no puede ocu par el centro de la sociedad en la cual vive. Y la literatura, en efecto, sera para el autor del Quijote el ambito de elecci6n de sus luchas, creando, con plena con- ciencia, un mundo y unos personajes en directa’ contradiccin con lo anterior ¥ con lo existente, como habremos de ver. Ya en el siglo XV el converso castella no Alfonso de la Torre escribfa en su Visidn Delectable de la Filosofia y Artes Liberales que, Deue hombre pensar segund el tiempo, ct ‘easo y el modo, ¢ non segund su sucio; a tl ded no es tan gordo como parece en el tspejo de acero. E por tanto hay wn expejo» aque es el de la razon, y otro, que es el de la imaginacion fantéstica, dilusive. © como decta Erasmo en su Coloquio Mlamado de religiosos: Debe todo hombre vive my ste si pete foe a erect ligament 10 gv Is eee zn -tificudo de ello, paresciere, hasta ser bien ce tues vemos que cada dia nos engaflamos © fas eosas miradas a sobre haz.” Un riguroso contemporineo de Cer: vantes, Martin Gonzalez de Cellorigo, escribe justamente en 1600 que «no pa- rece sino que se han querido reducir estos reynos a una repiblica de hombres encantados que vivan fuera del orden wtural».* ;¥ Cervantes? Como ha di- cho Pierre Vilar, [...J surge una obra maestra que fija en imigenes el contraste tragicémica entre las superestructuras miticas y la realidad de tas relaciones humanas(...]; la crisis ha suscita- o un intérprete de su tall.” Y no s6lo un intérprete es Cervantes, es también quien ha hecho con su Qui- Jote mis reales a la Espafia de su época ¥ a los esparioles. Pues lo cierto es que Ja mayor parte de la obra cervantina se estructura sobre este concepto del «en- gaiio a 10s ojos» y la «realidad oscilan- te». Asi lo dice Don Quijote: «y ahora digo que es menester tocar las aparien- cias con la mano, para dar lugar al de- sengafio» (II.11). ¥ un personaje de Los trabajos de Persiles y Sigismunda: Esas son fuerzas de Ta imaginacién, en quien suelen representarse las cosas con tan- th yehemencia, que se aprenden de la memo- fia, de manera que quedan en ella, siendo entiras, como si fueran verdades.® Pues para Cervantes, contra todo lo ‘que pudiera parecer, existe Ia verdad Objetiva: «la verdad ha de tener siem- re su asiento, aunque sea en si misma {Persiles, 111.6). ¥ en efecto, mas allé de la «realidad oscilante»,’ todo el Qui- joie —como ejemplo méximo— se halla fepleto de explicaciones continuas del harrador-autor ante los episodios de in- terpretacién diversa y conlictiva, episo~ dios en que cada personaje implicado dard su vision subjetivizada y mediatiza- ANTHROPOS49 ANALISIS E INVESTIGACION da de lo ocurrido, mientras que Cer- vantes iré diciendo de modo escueto y rotundo: «y asf era la verdad», 0 «y as{ fue», 0 «como, en efecto, lo era». Pues, como se ha dicho, En todos los episodios hay una cruda im- ico-concreto, La liam se afirma brutalmente Una realidad objetiva que viene mar- cada, precisamente, por la existencia de la Naturaleza y sus leyes, y por la inser- iGn del ser humano en esa Naturaleza, de la que forma parte. El humanismo permea, desde luego, tales ideas; baste este ejemplo de Campanella: Aunque creada por Dios, a Naturaleza.no esta dotada de existencia puramente acciden- tal y contingente[...]. El hombre, como les ddemés cosas de la Naturaleza, tiende a per- Severar en su propio ser, no habiendo metas cextrinsecas a ese proceso natura." Gracias a tales conceptos'ser4 posible embarcarse, como lo fue para Cervan. tes, en la tarea de, [..] desencantar et mundo encantado, 1o ue signifies humanizario, hacerle volver une concicn ental gakernads por fuer Esto es, expresado al cervantino mo lo, el problema del ser y del parecer, le la esencia y de la existencia.™ Lo cual significa, en pocas palabras, «cam- biar el mundo», como Don Quijote que- tfa (mas bien que comprenderlo), como | Cervantes sin duda sabia que era pre so hacer. {De qué modo, con qué ins- trumentos? A través dela literatura, uti- lizando la literatura, cambiando la icin literaria —como también habia querido hacer antes Fernando de Ro- Jas—" y con ello el concepto tradicio. nal de realidad fantasmagérica y de so- ciedad alienante. Creando, en suma, la ‘novela moderna, Pues del mismo modo que Don Quijote se apropia del mundo, Cervantes se apropia de la literatura: sujetos que ban de vivir al igual que él, uictantemente desde Ia frégil realidad del yo en un mundo (interiorexterior) que va ‘descubriendo su moderno abismo."* Para luchar contra los encantadores, los laberintos y las maquinas, contra las mediaciones y la alienacién, Cervantes hace que sus personajes, y sin duda de _ modo particularisimo Don Quijote, se _ Tancen al mundo con una fe inquebran- ore ANALISIS TEMATICO. table en s{ mismos. Asi, el propio C: ballero de la Triste Figura, como dice Carlos Fuentes, «deja de ser el lector de novelas de caballeria y se convierte en actor de sus propias aventuras».'° Se tra- ta de una afincada sustentacion del yo y e la integridad personal en un enfrenta miento con un mundo y una sociedad alienantes y deshumanizadores, ya que, [..] la sociedad de altos y chivos esté col- gala contra el; sus conterrincos no se satisfa- fen con que dé de mano a sus aventuras: quieren que se convierta en otra persona, que abandone su nombre. Toda esta lucha de Don Quijote se resume en su fundamental exclamacion: Vo s€ quién soy» (1.5)."” que con va- riantes se ha de repetir a 10 largo de la novela, incluso por boca de Sancho: Sancho naci y Sancho pienso. mori» (1.4). De todos modos, y como escribie- a Karl Marx, «Don Quijote pago caro el error de creer que la caballeria andan- te era una insiitucién compatible con to- das las formas econémicas de la socie- dad." Porlo demés, tanto Don Quijote como su escudero defienden su propia integri- dad no solo ante el mundo que les rodea, sino también, y ello es muy significativo, ante el mundo literario en que han sido creados 0 deformados, esto cs, ante la Primera parte de Don Quijote de La Mancha, una vez conocida su. publica- cién, y ante el Quijote de Avellaneda (cf. 1L2-4, 30, 59, 6, 72, 74), como Cer- vvantes mismo lo hace en la Dedicatoria y en cl Prologo de la segunda parte. Por ejemplo: Pensativo ademés quedé Don Quijote, es- Perando al bachiler Carrasco, de- quien experaba oir las nuevas de si mismo puestas en libro (11.3). Escuchadas las cuales, la conclusion es clara: Som bn aie tah on eh te {que ha querido usurpar mi nombre y honrarse ‘gon mis pensamientos (IT.72), zi LY no s6lo el caballero, también su es- ‘cudeto, como ya se ha indicado, reaccio. nna en sustemtacion de su propio yo. y Personalidad. Y asi, Don Quijote y San cho adquieren «un aire de autonom(a ini. gualado tal ver en la historia de la nove. lav.” Se have preciso log ura anterior & Cervantes wopiacién y la transformaciiy ait desnaa vid canis = eabctinare combate ca So de Espata de fo peor de Espa, 10 ras Vivos del orden medieval de sus rasgos muy cz se hi dich aque Cervantes es el ereador de la novel, moderna; el propio Fuentes asi lo deci ra y llega a hacer una comparacion entre Cervantes y Joyce,” aunque no sea el tinico que haya legado a tal conclusin, como veremos. Pues se trata, en famost explicacion de Américo Castro, de alga en verdad muevo en la narrat [..J e6mo se encuentra existiendo ta figura imaginada en lo que le aconiece, on tugat Se aarraro describit lo que le acontece Pero no es solamente un embate di recto contra el idealismo deformante de los libros de caballerias ni contra el pe simismo degradante del Guzmén de Al farache ni tampoco de otros ataques contra formas literarias previas © con- tempordineas. Se trata, ademas y sob todo, de que Cervantes esté, sencilla mente, creando una forma nueva de épi ca («que la épica tan bien puede escti- birse en prosa como en verso»: Quijote 1.47), en que se sustituye definitive ‘mente el superhombre y el héroe mat- Villoso por el hombre en si y en el m- do, un mundo, ademis, delimitado de forma social © hist6rica concreta, Ua uevo héroe en lucha consigo mismo y on su entorno, con los encantadores, Para hacerse su propia personalidad ¢” ‘unas coordenadas marcadas por el he cho,escueto de su «dificultad de exit tin?® 0 de sobrevivir: Es el primer gran combate de la interiott dad contra la bajeza prosaica de la vids terior, y el tnico combate en que «litt Conseguido no solamente dejar sin man ‘1 campo de batalla, sino también hace te Plandecer sobre su’adversario victoriso © ‘stallido de su propia poesta victories 8" ‘ue irénica con respecte a si misma.” Pues sin duda, he aquf Ia épica 906" Y moderma, la de un hombre «que *° descentra colectivamente y se desdot!t interiormente» de un mundo y reali! que se vuelve laberinto de contradi® clones» 2 Cervantes se embarca en esta nueva gpiea de modo pleno y conser tejando toda la literatu Jo. henchido de esa conciencia, mani fesada una y otra vez incluso en discu {ones y explicaciones te6ricas (no m, fefiero aqui ni al teatro nila la poesia WMtrcta): atagques contra la costumbre de presentar los libros con espectacula- res dedicatorias y piezas de otfos auto tes (I, Prologo); contra los libros de ca- pallerias (I-1, 6, 32, 47-50); defensa de ia literatura realista (I.10, 47), realismo que precisamente salva a Tirant fo Blanc de la condena general de la materia ca- balleresca: suestilo, es éte el mejor libro del (Ure sees $Vmueten en sus cama, y hacen testament dnfes de su muerte, con otras cosas de que todos los demas libros de este género care- cen (16) Y no falta tampoco, sin duda, el pro- blema de las relaciones entre’ Arte y Naturaleza ([.50; 11-16) y entre Litera tura ¢ Historia (1.32, 49; 1.3)... Ahora bien, Cervantes emerge del mun- do lterrio pura incorporarse al. nun- do dela realidad-real, como dectara en el Quicte. La novela, en efecto, da, LJ] largo y espaino campo por donde sin pach alguno pudiese corre a plume {:]enapetniadde xo yen ngeni sive gue tre lo mis que fucre post be ala verdad (1.47), ee Y¥ més adelante afirma paladinamen- te que si bien é1, Cervantes, tiene, (habia, sutice is | suicencia y entendimiento {BR tata del Universo todo, pide n0 se soot ¥ ede alabanzs : ‘scribe, sing ue ha Sido de ser (Ig 50) PO "9 9 8 ce%acixo campo», ese «univer- ova piygtt tert, Lancia ee nonsecn: de Don Quek’ Franz Kafka (Pai. Grasset 1963) (od. eva Lo wigjo y lo nuevo. De Don Quijote a Fran: a, Ceracss, Monte Avia, 105), Diss Sb La novela copoly su contin 2 ‘ealista moderae, Ctdemos de ona 1 1743; Raymond §; Wis, “Sanco Pasa. Pos forthe Modern Novel, pant Reve (SE OCKVIT (1969), 207-277; John Allen, «Doe Qurt ‘and the Origins of the Novel», en Michael D. MG ba (ed). Comat and he Renate ES eon, Juande Cac, 198), pp 1218 Ve Gas Toor del novcins n cn 40 ‘IN (Mods, Gredes, 196), 12121 23. Cémo veo ahora ei Quijote .P. 25, ware p. 14y 0, y antes Hacia Cenares (Mi. 1s, 3." ed, 1887), pp 382 ys letras iceron pole luca forma de °° 24° Ch areal adn en 101 . CL L.G: Salingar, «Don Ovi 2 Epler, Forum for Modem Language S22", Andrews), IL (1966), 53-68; E.C. Riley. °° ea a a nowcan, em Teor de la nove ene (Madi, Taurus, 1970), 03% Munilo, ~Doa Quixote as Rensiteance EP itado Cervantes and the Renaissance, > iy 26. Catro, Heca Cervantes, p53 321, y Cervantes y ios casticismas, 9. 18), 27. G. Lukécs, Teoria de la novels (Bare | |

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