Fat Yale Joe
DE LO So.uste Y to inSovusle
EL
DESCUBRIMIENTO
DELADN
como molécula
de la herencia
Eos se tobroro de 1994 marc
cincuentenario de la publicacién del ya
famoso articulo en el que Oswald T.
Avery, Colin M. MacLeod y Maclyn
McCarty describieron los experimentos
que los condujeron al descubrimiento
de la actividad biol6gica del écido
desoxirribonucleico (aon)!, De este
hallazgo, resultado de por lo menos
treinta afios de trabajo de Avery en el
Hospital of The Rockefeller Institute for
Medical Research, deriva mucho de lo
que hoy explora la biologia
experimental, y de alguna manera
sefiala el nacimiento de la biclogia
molecular.
Este articulo fue publicado
nuevamente en el Journal of
Experimental Medicine a los 35 afios
dol descubrimiento2y parcialmente en
febrero de 1994 a propésito de sus
bodas de oro, El texto relata uno de los
Grandes momentos de Ia ciencia
universal y muestra e! gran vigor que
tiene la medicina experimental cuando
la ejecutan mentes simples, precisas y
sabias. La que sigue es, a manera de
homenaije, una breve crénica del
descubrimiento y de algunos
antecedentes cientificos: los
neumococos.
Los neumococos son bacterias que
cuando no tienen cépsula crecen en el
laboratorio formando colonias con
superficie rugosa; sitienen esa
envoltura su apariencia se torna lisa, La
diferencia pudiere parecer menudencia
estética, pero no. Segin datos
emanados del laboratorio de Avery,
precisamente la cépsula es causante de
la virulencia. En 1928, el patélogo inglés
Frederick Griffith descubrié que al
inyectar a ratones con pequefias dosis,
de neumococos no virulentos junto con
‘grandes cantidades de neumococos
patégenos pero “muertos” por
calentamiento, los animales no sélo
mueren de neumonia sino que muestran
en su sangre bacterias encapsuladas
ivivas! Es decir, en estas condiciones
experimentales el neumococo no
virulento adquiere fa informacién para
sintetizar la cépsula (se transforma,
ditia Griffith) en e! cuerpo del ratén y,
con ella, la capacidad de producir
enfermedad.
Avery y MacLeod, que conocéan bien
esos resultados y los de Dawson, Sia y
Alloway, que ya habian demostrado la
transformacién —transfeccién,
diriamos ahora—en tubos de ensaye,
122 de octubre de 1949 emprendieron
la tarea de identificar ef principio
transformador del neumococo “para,
cuando menos, poder colocarto en un
grupo de sustancias quimicas
conocidas"!, Tres meses después los
investigadores tenian ya suficientes
datos experimentales para anotar en su
cuaderno de trabajo: "Pareceria que
los extractos transformadores tienen un
poco de Acido desoxirribosonucleico,
ademas de una gran cantidad de écido
ribosonucleico”s, Segin McCarty, laDELO So.uste Y Lo inSo.uste
condicionalidad de la frase se debié a,
por lo menos, dos razones: 1) los
extractos bacterianos para esas fechas
eran aiin muy crudos, y 2) en 1941 ni
siquiera habia certeza de que el
neumococo, 0 cualquier bacteria,
tuviera Aon.
Otro contaminante del extracto
bacteriano era precisamente la cépsula
del microbio. Por ello, la primera tarea
de McCarty, después de haberse unido
al grupo en septiembre de 1941, fue
evaluar si ese componente celular era
el inductor de la transformacién; tal
cosa la descarté en dos meses. En
adelante se dedicé a disefiar tacticas
ue eliminaran el polisacérido capsular.
Para el verano del 42 los experimentos
estaban tan adelantados que sus
esfuerzos se centraron en demostrar
que el Aon de sus muestras era ef
principio transformador. La metodologia
dela época para probar tal hipétesis
era, por razones obvias, imprecisa, No
obstante, sus argumentos (quimicos,
enzimaticos, espectrofotométricos,
etcétera) convencen al lector de 1994
de que sus preparaciones
biolégicamente activas contenian
“casi” exclusivamente écido
desoxirribonucleico. Avery y McCarty
(McLeod dirigia desde julio de 1941 el
Departamento de Microbiologia de la
Universidad de Nueva York) incluso
contaban en esos dias con algunas
muestras de AoN obtenido de varios
mamiferos por Alfred Mirsky
—investigador del mismo Instituto
Rockfeller—, que utiizaron para
familiarizarse con el manejo de esta
co ENC AS
@
“viscosa sustancia” y para comparar,
hasta donde fue posible, sus
caracteristicas fisicoquimicas.
En mayo de 1943 el trabajo estaba
listo para publicacién. Avery uiliz6 su
cabafia de Deer Isle, Maine, para
escribir la primera versién de la
introduccién y la discusién, mientras
que McCarty se qued6 en Nueva York
encargado de la metodologia. Durante
el otofo siguiente ambos
investigadores se reunieron en un
pequefio cubiculo de la biblioteca del
hospital neoyorquino; "permanecieron
muchas y largas horas revisando y
uliendo el manuscrito” hasta que, para
“alivio” de MeCarty, entregaron la
versién final a Peyton Rous el 1 de
noviembre de 19434,
De la lectura del histérico articulo de
1944, o primero que salta ala vista es
su extensién:21 paginas; de ellas la
seccién “experimental” ocupa catorce,
con todo y que estén impresas con letra
menuda y apretada. En esa seccién,
contrariamente a lo que ahora se estile,
los autores muestran los resultados
conforme narran los experimentos; e!
capitulo de discusién llena s6lo cuatro
paginas en letra discretamente mas
grande. Dicho de otro modo, més de las
dos terceras partes del texto estén
dedicadas a la metodologia y a los
resultados®.
La escritura del articulo de Avery,
por simple y puntual se asemeja més a
tuna narracién iteraria. A pesar de su
extensi6n da la impresion de que nada
sobra;|a claridad de los conceptos sin
necesidad de adjetivos yla precaucién
en la interpretacién de los resultados
son, quizé, sus rasgos més
caracteristicos®,
‘Agquienes encuentran trang
en aplicar valores numéricos @
fenémenos biolégicos para llamarlos
“signficativos”, ergo importantes, les
gustaré saber que el articulo de Avery
no incluye ninguna seccién de andlisis
estadistico; dicho de otra manera, no
deberén buscar valores de p,t, medias,DE LO So.uste Y Lo inSo.usle
IRIS ee ened
WAS Ulm Ci Cid
por las cinco especies
principales de abejas
Pamir na mitts
me mec ime
BEC eee ca
México
v
Enrique Martinez: Herndndez
José Ignacio Cuadriello-Aguilar
Oswaldo Téllez-Valdez
Elia’ Ramires-Arriaga
‘Maria Susana Sosa-Najera
Julia Eva Marta Metchor-Sanchez
Margarita Medina Camacho
‘Ma. del Socorro Lozano-Garcfa
v
‘Wha obra que presenta el resultado
dela integracién del conocimiento
de varios especialistas: apidéloges,
boténicos y palindlogos. Se trata de
lun enfoque multidisciplinario
irigidy tanto a los expecia
aque quieran profundizar sos
ccondcimientos con algunos de los
temias tatados, como alos
estudiantes y profesores de ciencias
naturales y al publico en general,
Publicaciéu del Instituto de Geologia,
el Instituto de Biologia y la
Coondinacién de la Investigacién
Ciewifieade ta uxam
medianas, desviaciones o errores
esténdar en el texto ni en sus cuatro
tablas. Tengo la certeza de que si Avery
y colaboradores enviaran hoy su
articulo a publicacién seria rechazado
‘por lo menos fuertemente
cuestionado, pues su trascendental
conclusién esté sustentada en la
experimentacién de una sola muestra
{la preparacién 44) que, para cerrar el
cuadro, no esta controlada?. A pesar de
esta “falla metodolégica’, la fecha de
recepcién del manuscrito que aparece
en la hoja frontal del articulo princeps,
es la misma en que lo entregaron
personalmente al editor 4, lo que hace
pensar que inmediatamente fue
‘aceptado pare publicacién, sin
cambios.
Actuaimente esta tan arraigada la
nocién de que el aow es la molécula de
la herencia, que resulta interesante
saber que tan revolucionario articulo no
‘tuvo el impacto que, uno supone debié
haber tenido entre los circulos
cientificos. Sin embargo, no es dificil
entender tal reaccién si se toma en
cuenta que en los afios cuarenta
prevalecia la idea de que los genes
eran proteinas y que varios cientficos
influyentes de la época —Alfred Mirsky
entre ellos— pensaban que el aon
utilizado por Avery y sus colaboradores
contenia cantidades no detectables de
proteinas.
No obstante hubo algunos
cientificos que reconocieron
inmediatamente la jerarquia de los
hallazgos de Avery®, por ejemplo Erwin
Chargaff, quien después de leer el
articulo en cuestién cambi6 su
fructifera linea de investigacién sobre
los lipidos de la membrana celular del
Mycobacterium tuberculosis sobre
algunas proteinas de la coagulacién
por la del estudio de la composicion
Quimica del Aon; tal giro lo levé a
concluir lo que ahora conocemos como
las “Leyes” de Chargaft. Estos
conocimientos, junto con los de Wilkins
su grupo!? y los de Franklin y
cleNcias
®
Gosling", fueron fundamentales para la
genial tormenta cerebral de Watson y
Crick en la que concibieron fa
famosisima doble hélice del aon! y que
les reditué, al lado de Wilkins, el Nobel
de Medicina en 1962.
Incidentalmente, Avery murié el 20,
de febrero de 1955 sin haber recibido
este Premio y sabiendo que su articulo
no fue citado ni mencionado por
‘Watson y Crick'2.l articulo de Avery
sélo tuvo 17 citas promedio al afio entre
1966 y 1969, fa mayoria en articulos
como éste!S y no aparece en una lista
publicada recientemente sobre los
articulos cientificos més citados',
cuando tendra la potencialidad de ser
referido por lo menos 14 400 veces al
afio!§. Aunque este asunto pudiera
tener explicaciones varias", muestra,
sin embargo, la gran falibilidad que
tiene el némero de citas a los trabajos
cientificos como indice de su impacto,
mas cuando todos sabemos que la
trascondencia de un descubrimiento
cientifico es precisamente lo mas dificil
de pronosticar.
No cabe duda que la investigacion
biol6gica actual es diferente ala que se
practicaba en tiempos de Avery; los
conocimientos generados después de
su fértil articulo la hacen
necesariamente distinta. También es
otra porque la manera en que hoy
hacemos ese tipo de investigacién, que
es el que mejor conozco, ha tenido que
crecer junto con su tiempo; podria
decirse que su progreso ha sido una
especie de evolucién de lo imposible.
Friederich Miescher descubrié el aoN
en 1869 y, como Colén, murié sin
conocer la trascendencia de su
descubrimiento; a ciencia necesité
sélo tres cuartos de siglo para conocer
la actividad biol6gica del acido
desoxirribonucleico y menos de una
década en esclarecer su estructura y,
con ella, los mecanismos que utiliza
para almacenar y transmitir la
informacién genética. Lo més notable
{8 que todos esos conocimientos esténDE LO So.uste Y LO inSovusle
relacionados directamente con el
proceso mismo de la vida y con el
orden biolégico que gobierna,
diversifica, mantiene y perfecciona a
todos los seres vivos.
Este fin de milenio la agenda de los
bidlagos moleculares incluye el
conocimiento detallado de todos los
genes humanos. Es dificil imaginar las
consecuencias que este formidable
logro traeré a la biologia en general y a
la biomedicina en particular. Si hoy
conociéramos ipso facto el 100% del
genoma humano, dudo, sin embargo,
que el entendimiento de la biologia
progresara con la misma rapidez
incluyendo, por supuesto, el de las,
enfermedades humanas de causa y/o
mecanismos desconocidos. Quizé la
algarabia nos haria olvidar que la
mayoria de esos genes estarian atin en
busca de funcién. En estas
circunstancias, e! Dr. Joshua Lederberg
hace poco llamé la atencién sobre la
importancia de los maravillosos
experimentos de Avery y su grupo en el
contexto de la observacién clinica; sin
ella —dice el descubridor del primer
gene bacteriano— el culminante
hallazgo del aon como molécula de la
herencia tal vez nunca hubiese sido
llevado a cabo'®, El articulo de Avery,
McLeod y McCarty es también modelo
de la muy saludable relacién entre
ciencia clinica y ciencia basica, y de la
gran potencialidad de ambas
actividades para beneficiarse y
retroalimentarse cuando una toma en
cuenta a la otra
Antonio R. Cabral
Departamento de Inmunolagia y
Reumatologia Instituto Nacional de la
Nutricién Salvador Zubirén
1. Avery OT, CM.McLeod, M. McCarty, 1844,
“Studies onthe chemical nature ofthe substance
inducing tansformation of pneumoccocal types.
Induction of transformation by @
desoxyrbonuceic acid fraction isolated from
ppreumacoccus type Ill" J Exp Med 78:137-158,
2 Lederberg J, 191, Irtraduction othe paper by
‘Avery, MacLeod y McCarty. J Exp Med 18 289-301
3.Stoinmen, RM, CL Moborg, 1964" A wiple
tribute tothe experiment that transformed
biology". J Exp Med 179373-384
4. MeCarty, M, 1996,A retrospective look: How
Wwe identified the pneumococcal wansforming
substance a8 NA, J Exp Med 179385-394
5. Esto también s contrario lo que acastumbran
la mayori de os autor actuals quienes
‘ocupan més espacio enjustiiary discutr sus
hallazgos queen os resultados mismos,
6. Avery conocia bien la ran relevanciabolégica
desu descubrimionto.En aya famosa carta
iigidaa su hermano Roy en mayo de 1943
incluso menciona que est “iiando con genes”
7. Qkiere decir esto que cuando un resultado
biol6gico os contundente por si mismo no
nacosita dels estadisticas?
8.1945, Oswald T. Avery recbié la Medal
Copley que otorge a Royal Society de Londres y
crenc as
®
‘ue alguna ver albergé entre sus filas nade,
‘manos que a Newton y Darwin.
8. Chargaf, , 1978, Heracitean fre. Sketchos
‘roma ite before nature. New York. The
Rockefeller University Press. pp. 82-8
10. Wikins, MHF, AR. Stokes, HA Wilson, 1953,
Moiecuar structure of deoxypentose nucle
acids. Nature 171:738-740,
11 Frankln, RE., AG. Gosling, 1953, “Molecular
configuration in sodium thymonucleate”. Nature
r7ao-7a1
12. Watson, J.D. FHLC Crick, 1983, “A structure
‘or daoxyribose nucleic acid”, Nature 171:737-738,
13, Wyat, HV, 1972, “When dos information
become knowledge?” Nature 23586-69
4. Garfiold,E, A. Wellams-Dorot, 192," Of
Noboll lass, A citation frequency an high impact
research authors". Theor Med 13:117-135
15. El nimoro de aticulos publicedos
rmensualmente acerca de la actividad biolics
del A0u es alrededor de 1200.
16 Lederberg J, 1992, The interface of science
and medicine”. Mt Sinai J Med 82:380-383