Posthuma, Morgeson y Campion (2002) describen una entrevista de
empleo como una interacción social entre el entrevistador y el candidato. Como tal, varios factores sociales pueden influir en el resultado de la entrevista, bastante aparte de las calificaciones objetivas del candidato. Los ejemplos incluyen el grado de semejanza entre el entrevistador y el candidato (en función del género, la raza y las actitudes), el comportamiento no verbal (sonreír, asentir con la cabeza, hacer ademanes) e indicios verbales (tono, velocidad del habla, pausas y variabilidad de la amplitud). Debido a estas fuentes adicionales de varianza en el resultado de la entrevista (contratar o rechazar), las entrevistas son un medio de evaluación más dinámico que las pruebas tradicionales (por ejemplo, una prueba de capacidad mental general). Por tanto, la información derivada de un análisis de puestos debería ser la base principal para las preguntas planteadas en una entrevista. Debido a que las entrevistas se usan con tanta frecuencia en decisiones de empleo, han atraído un interés de investigación considerable entre los psicólogos I/O. Grado de estructura Las entrevistas pueden clasificarse a lo largo de un continuo de estructura, donde estructura se refiere a la cantidad de variabilidad de procedimiento. En una entrevista inestructurada, el entrevistador puede hacer preguntas diferentes a cada candidato. Por ejemplo, a un candidato puede pedírsele que describa empleos anteriores que haya tenido y las responsabilidades desempeñadas, mientras a otro candidato puede pedírsele que describa sus objetivos de carrera e intereses. En una entrevista estructurada en gran medida, el entrevistador hace preguntas estándares a todos los candidatos al empleo. Cualquiera que sea el foco de las preguntas (por ejemplo, experiencias laborales pasadas o metas de carrera futuras), son planteadas a todos los candidatos en una forma similar. No es raro que el entrevistador utilice una escala estandarizada para evaluar las respuestas dadas por cada candidato. En realidad, la mayor parte de las entrevistas de empleo caen en algún punto del continuo entre las entrevistas muy inestructuradas y las muy estructuradas. Sin embargo, los resultados de investigación indican una mayor validez para la entrevista estructurada que para el tipo inestructurado. Huffcutt et al (2001) determinaron que los constructos predictores evaluados con mayor frecuencia por los entrevistadores de los candidatos eran los rasgos de personalidad (escrupulosidad, conformidad, etc.) y las habilidades sociales aplicadas (relaciones interpersonales, interés en el equipo, etc.). Sin embargo, las entrevistas muy inestructuradas y las muy estructuradas no tienden a medir los mismos constructos, En particular, las primeras con frecuencia se enfocan más en constructos como la inteligencia general, educación, experiencia laboral e intereses, mientras las entrevistas muy estructuradas con frecuencia se enfocan más en constructos como conocimiento del empleo, habilidades interpersonales y sociales, y solución de problemas. Campion, Palmer y Campion (1997) examinaron los procedimientos para incrementar el grado de estructura en la entrevista. Entre sus sugerencias están basar las preguntas en un análisis del puesto, limitar las insinuaciones del entrevistador, calificar las respuestas dadas a cada pregunta planteada y usar múltiples entrevistadores por candidato. Campion et al. reportaron que, aunque algunas técnicas incrementan la estructura, como limitar la insinuación (promptear) y no aceptar ninguna pregunta del candidato, ni al entrevistador ni al candidato les gusta estar tan restringidos. Por tanto, aunque estos procedimientos reducen la probabilidad de que diferentes. candidatos sean tratados en forma desigual en la entrevista, también producen reacciones negativas entre los participantes. La preferencia por entrevistas menos estructuradas por parte de los participantes fue confirmada por Kohn y Dipboye (1998). En un estudio que examinó la estructura de la entrevista y. los resultados de litigios, Williamson et al. (1997) reportaron que es más probable que las organizaciones ganaran cuando sus entrevistas se relacionaban con el puesto (por ejemplo, el entrevistador estaba familiarizado con los requisitos de éste), se basaban en una aplicación estandarizada (por ejemplo, mínima discreción del entrevistador) y cuando la decisión del entrevistador era revisada por un superior. Además, la investigación sobre la validez de las entrevistas estructuradas (por' ejemplo Cortina et al., 2000) indica que predicen el desempeño en el puesto, así como la capacidad mental. Aumentar el grado de estructura en la entrevista también se asocia con una mayor equidad entre los miembros de grupos minoritarios (Huffcutt y Roth, 1998; Moscoso, 2000). Entrevistas situacionales Las entrevistas situacionales presentan al candidato una situación y piden una descripción de las acciones que emprendería en esa situación. Algunas entrevistas situacionales se enfocan en contextos hipotéticos orientados hacia el futuro en los que se les pregunta a los candidatos cómo responderían si enfrentaran estos problemas. Figura 2-5 Ejemplo de una escala para calificar una entrevista situacional Bajo Medio Alto Las respuestas mostraron Las respuestas surgieron Las respuestas indicaron conciencia limitada de los una conciencia un nivel alto de conciencia posibles problemas que es considerable de los de los posibles problemas probable que se enfrenten posibles problemas que es que es probable que Las respuestas fueron probable que se enfrente. relativamente simplistas, enfrenten. Las respuestas se sin mucha reflexión Las respuestas se basaron en una aparente sobre la basaron en una consideración extensa y situación consideración razonable meditada de las de las cuestiones cuestiones presentes en la presentes en la situación situación
Otras entrevistas situacionales se enfocan en la forma en que los
candidatos han manejado situaciones en el pasado que requirieron habilidades y capacidades necesarias para el desempeño efectivo en el puesto. Pulakos y Schmitt (1995) se refieren al último tipo de entrevistas como "basadas en la experiencia" y ofrecieron los siguientes ejemplos para ilustrar las diferencias (p. 292): ▪ Pregunta basada en la experiencia: Piense en un momento en que tuvo que motivar a un empleado para que desempeñara una tarea que le disgustaba pero que usted necesitaba que hiciera el individuo. ¿Cómo manejó esa situación? ▪ Pregunta situacional: Suponga que trabaja con un empleado que usted sabe que le disgusta mucho desempeñar una tarea particular. Usted está en una situación en la que necesita que se complete esta tarea, y este empleado es el único disponible para asistir- le. ¿Qué haría para motivar al empleado para que ejecute la tarea? Por lo general, las respuestas de un candidato a estas preguntas se califican en el tipo de escala que se muestra en la figura 4-5. El entrevistador tiene que usar su mejor juicio. para evaluar la respuesta del candidato debido a que es evidente que la pregunta no tiene una respuesta correcta. Por tamo, la entrevista de juicio situacional es la contraparte oral de la prueba de juicio situacional escrita. Cada candidato responde a varias de estas preguntas situacionales, y las respuestas a cada pregunta podrían evaluarse en diferentes dimensiones, como "Tomar la iniciativa" y "Diagnóstico del problema". La entrevista situacional crece en su frecuencia de uso y se ha encontrado útil en particular para evaluar candidatos a puestos de supervisión. Latham y Finnegan (1993) reportaron que el uso de la entrevista situacional como un método de selección fue una fuente de orgullo entre aquellos que la aprobaron y fueron contratados. Los empleados actuales que la habían pasado creían que las personas que se estaban contratando estaban bien calificadas para el empleo. También hay evidencia reciente (Weekley y Jones, 1997) de que los juicios situacionales pueden evaluarse por medio de pruebas basadas en video. Por tanto, el uso de contextos situacionales, los cuales fueron desarrollados originalmente a través del formato de entrevista, ahora se está expandiendo con diferentes tecnologías. Aunque se ha encontrado que los indicios visuales y vocales en una entrevista son predictivos del éxito en el puesto (DeGroot y Motowidlo, 1999), la investigación muestra que las entrevistas tienen validez aun cuando el entrevistador y el candidato no estén frente a frente. Schmidt y Rader (1999) reportaron en un metaanálisis un coeficiente de validez de .40 para entrevistas grabadas que se califican con base en la transcripción de una entrevista telefónica. McDaniel et al. (1994) estimaron que la validez relacionada con el criterio de la entrevista para predecir el desempeño en el puesto era de .39. Este nivel de precisión predictiva es menor que para las pruebas de capacidad mental general pero superior a algunos otros predictores del desempeño que no son pruebas. La entrevista aún es uno de los métodos de selección de personal más usados (si no es que el más usado). Arvey y Campion (1982) postularon tres razones para su uso persistente. Primera, la entrevista en realidad es más válida de lo que indican los estudios de investigación. Sin embargo, debido a problemas y limitaciones metodológicas en nuestra investigación, no podemos demostrar qué tan válida es en realidad (Dreher, Ash y Hancock, 1988). Segunda, las personas por lo general ponen su confianza en juicios de entrevista muy falibles; es decir, no somos buenos jueces de las personas, pero pensamos que lo somos; un fenómeno llamado ilusión de validez. Por último, la entrevista sirve a otras funciones de personal no relacionadas con la selección, como venderles a los candidatos el valor del empleo y el de que la organización es un buen patrón. Judge, Higgins y Cable (2000) propusieron que la entrevista es percibida como un medio efectivo canto para el candidato como para la organización para calibrar el grado de ajuste o congruencia entre ellos, lo cual en gran medida explica la popularidad del método. Cualesquiera que sean las razones para la popularidad de la entrevista, pocas compañías están dispuestas a hacer algo tan importante como extender una oferta de empleo sin ver primero a una persona "en carne y hueso" (véase La naturaleza cambiante del trabajo: Evaluación interpretativa de video). La naturaleza cambiante del trabajo: Evaluación interpretativa de video La investigación revela que el método más No tenemos mucha evidencia científica sobre utilizado de selección de personal es la la validez o aceptabilidad social de este tipo de entrevista. Las compañías por lo general son formato de entrevista peros se esta utilizando reacias a ofrecer un empleo a candidatos sin con frecuencia creciente en el mundo laboral reunirse primero con ellos. Ponemos un alto ¿Cuánta confianza tenemos en aceptar una grado de confianza en nuestra capacidad para oferta de empleo de un empleador con base juzgar a las personas después de haberlas en esta tecnología? De manera alternativa, conocido. como empleador ¿Cuánta confianza tendría Como expusieron Posthuma, Morgeson y para ofrecer un empleo a un candidato sin Campion (2002), la entrevista cara a cara es un siquiera haber conocido al individuo en intercambio social entre el entrevistador y el persona? ¿Dependería del nivel del puesto? Es candidato, con ambas partes recurriendo a decir ¿Dicha técnica seria mas aceptable para indicios faciales, verbales y no verbales en su los puestos de nivel inferior que para los de evaluación mutua. Una entrevista telefónica se nivel superior ?. En cualquier caso, desde hace basa solo en indicios verbales. Sin embargo mucho tiempo hemos sentido que “ver es con el advenimiento de la tecnología de video creer” al establecer relaciones de empleo. La interactiva, podemos aproximar la entrevista naturaleza cambiante de las tecnologías cara a cara sin que las dos partes se reúnan en laborales permite ahora “seudover” realidad en persona