You are on page 1of 3

Ivanov I ANTON CHEJOV I 1889 I

Escena VII
IVANOV- (Asustado) ¡Shura! ¿Tú?
SASHA- Sí, yo. Buenos días. ¿No me esperabas? ¿Por qué tanto tiempo sin venir a
vernos?
IVANOV- Shura, por Dios, es una imprudencia...Tu venida puede afectar horriblemente
a mi mujer.
SASHA- Ella no me verá; entré por la puerta de servicio. Ya me voy. Estoy inquieta.
¿Estás bien? ¿Por qué no viniste todo este tiempo?
IVANOV- Ya sin esto mi esposase siente agraviada. Casi se está muriendo, y encima
tú que vienes. ¡Es hacer las cosas sin pensar, es inhumano!
SASHA- Pero, ¿qué puedo hacer? Dos semanas sin visitarnos, sin contestar mis
cartas... Estoy agotada. Me parecía que estabas sufriendo de un modo insoportable,
que estabas enfermo, que habías muerto... Ni una noche he dormido tranquila. Me voy
enseguida... Por lo menos, dime: ¿estás bien?
IVANOV- No, yo me atormento a mí mismo, la gente me atormenta sin fin...
Sencillamente, se me acaban las fuerzas. ¡Y además tú! ¡Qué insano, qué anormal es
todo esto! Shura, ¡cuán culpable soy, cuán culpable!
SASHA- ¡Cómo te gusta pronunciar palabras terribles y lastimeras! ¿Tú eresculpable?
¿Eso, culpable? Entonces dime: ¿de qué?
IVANOV- No lo sé, no lo sé.
SASHA- No es respuesta. Cada pecador debe saber en qué está pecando. ¿Acaso
has fabricado billetes falsos?
IVANOV- No es divertido.
SASHA- ¿Eres culpable de haber dejado de querer a tu mujer? Puede ser; pero el
hombre no es dueño de sus sentimientos. Tú no quisiste dejar de querer. ¿Eres
culpable de que ella haya visto cómo yo te declaraba mi amor? No, tú no quisiste que
ella lo viera...
IVANOV- (Interrumpiéndola.) Etcétera, etcétera... Querer, dejar de querer... No ser
dueño de sus sentimientos...Todo eso son lugares comunes, frases gastadas con las
que no se puede ayudar...
SASHA- Es agotador hablar contigo. (Mirando un cuadro.) ¡Qué bien está dibujado ese
perro! ¿Está hecho del natural?
IVANOV- Del natural. Y todo este romance nuestro también es un lugar común y
gastado. Él estaba derrotado espiritualmente, decaído, no sentía la tierra firme bajo
sus pies; entonces apareció ella, fuerte y de espíritu valeroso, y le tiende la mano. Es
bello y parece verdad sólo en las novelas, pero en la vida...
SASHA- En la vida lo mismo.
IVANOV- Ya veo, ¡Entiendes finamente la vida! Mis quejas te inspiran un temor
sagrado. Te imaginas que has descubierto en mí a un segundo Hamlet; mientras que a
mi entender esta psicopatía mía, con todo lo que la rodea, puede servir únicamente
como buen material para hacer reír, y nada más. Habría que reír de mis dudas hasta
desternillarse, pero tú: "¡Socorro! ¡Salvar, cumplir con la hazaña! ¡Ah, qué furioso estoy
hoy contra mí mismo! Siento que este estado de tensión de ahora acabará de alguna
manera... O yo rompo algo o...
SASHA- ¡Eso es lo que hace falta! ¡Rompe algo, destruye, grita! Estás enojado
conmigo, he hecho una tontería al decidirme a pasar por aquí. ¡Pues bien, indígnate,
grítame, patalea! ¿Y? ¡Comienza a enojarte!... (Pausa.) ¿Y?
IVANOV- ¡Chiquilla!
SASHA- ¡Bravo! ¡Parece que nos sonreímos! Sé bueno y hazme el favor de sonreír
una vez más...
IVANOV- (Se ríe.) Ya lo he notado: cuando te pones a redimirme y a predicar que hay
que ser inteligente, tu rostro se vuelve ingenuo, ingenuo, y las pupilas, grandes como
si estuvieras mirando un cometa. Espera, tienes polvillo sobre el hombro. (Se lo
sacude.) Un hombre ingenuo es un tonto; pero ustedes, las mujeres, saben hacer
ingenuidades de tal manera que resulta gentil, sano y tibio, y no tan tonto como
parece. Pero, ¿qué clase de manía tienen todas ustedes? Mientras un hombre está
sano, fuerte y alegre, ustedes no le prestan ninguna atención; pero en cuanto
comienza a rodar, a lamentarse, se le cuelgan al cuello. ¿Acaso es peor ser la mujer
de un hombre fuerte y valeroso, que la samaritana de un fracasado, de un llorón?
SASHA- Peor.
IVANOV- ¿Por qué? (Se ríe a carcajadas.) ¡Suerte que Darwin no se entera! ¡Si no, ya
verían! ¡Ustedes echan a perder la raza humana! ¡Gracias a ustedes, pronto en el
mundo no nacerán más que llorones y psicópatas!
SASHA- Hay muchas cosas que los hombres no entienden. A cualquier muchacha le
gustara más un fracasado que un hombre feliz, porque a cualquiera le tienta un amor
activo… ¿Comprendes? ¡Activo! Los hombres están ocupados en sus asuntos y por
eso su amor está en tercer plano: charlar con la mujer, pasear con ella por el jardín,
pasar agradablemente el tiempo, llorar un poquitito sobre su tumba… eso es todo. En
cambio, para nosotras, el amor es nuestra vida. Yo te quiero y esto significa que estoy
soñando como te voy a curar de tu angustia, como iré contigo hasta el fin del mundo…
Tú subirás la montaña y yo subiré. Tú caerás al pozo y yo caeré. Para mí, por
ejemplo, sería una gran dicha sacarme toda la noche copiando tus papeles, o velar
toda la noche para que nadie te despierte, o caminar contigo cien kilómetros.
Recuerdo que, hace tres años, una vez tú, durante la trilla, viniste a casa lleno de
tierra, quemado, fatigado y pediste de beber. Te traje un vaso, pero tú ya estabas
tendido en el diván, durmiendo como un muerto. Dormiste medio día, y todo el tiempo
estuve de pie tras la puerta, cuidando que nadie entrara. ¡Y me sentía tan bien! Cuanto
más trabajo da, tanto mejor es el amor. Es decir, ¿entiendes?, se siente más fuerte.
IVANOV- ¡El amor activo!... ¡Hum! Es enfermizo. Filosofía de muchachas. O quien
sabe, a lo mejor así debe ser. (Se encoge de hombros.) ¡El diablo lo sabe!
(Alegremente.) ¡Shura, palabra de honor, soy un hombre decente!... Piénsalo; siempre
me ha gustado filosofar, pero nunca en mi vida dije: “Nuestras mujeres se han echado
a perder”, o: “La mujer anda or mal camino.” Era agradecido y nada más. ¡Y nada más!
Chiquilla mía, mi buena, que gracia tienes… Y yo, ¡que tonto ridículo! Estoy
desconcertado de la gente cristiana, me paso lamentado los días (Se ríe.) (Como
asustando a un chico) ¡Bu, bu, bu! (Se aparta rápidamente de ella.) Pero vete, vete,
Sasha. Nos hemos olvidado de todo…
SASHA- Si, es hora de irse. Adiós. Temo que tu “medico honrado”, por puro sentido
del deber, vaya a denunciar a Anna Petrovna que estoy aquí. Escúchame: ve
enseguida hasta tu mujer y quédate sentado junto a ella… Si hace falta quedarte
sentado un año, quédate sentado un año. ¿Diez años? Quédate sentado diez años.
Cumple con tu deber y llora y pídele perdón, porque así tiene que ser. Pero, lo
principal no te olvides de trabajar.
IVANOV- ¡Otra vez tengo la sensación de haber comido un hongo venenoso! ¡Otra
vez!
SASHA- Bien, Dios te guarde. ¡Puedes dejar de pensar en mí por completo! Dentro de
dos semanas mándame unas líneas y te lo agradeceré. Pero yo si te voy a escribir…

You might also like