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Oboviamente, esa “independencia” no es abst excepcion: la autonomia es relativa, sus distintas partes, El derecho forma una unidad sistematica, sin Perjuicio de que sus distintas ra- mas —como el derecho del trabajo— tengan contenidos Propios. Sus fuentes (por ejemplo, los convenios colectivos) y sus principios (por ejemplo, el protectorio yel de irrenunciabilidad), también son distintos de los de otras ramas y sirven para jus- tificar su autonomia. oluta ni se trata de un derecho de ya que el derecho esta interrelacionado entre 5, El caracter protectorio. El orden putblico laboral El derecho del trabajo es tuitivo; al no existir igualdad entre las partes, protege al trabajador, que es la parte mds débil en la relacion de trabajo. Es decir que mien- tras los empleadores tienen recursos suficientes para imponer determinadas condi- ciones, los trabajadores sdlo cuentan con su fuerza (capacidad) de trabajo. Nace asi el principio protectorio que esta enunciado expresamente en el art. 9°, LCT, pero cuya esencia se observa en toda la LCT y las demas normas la- borales. La proteccién legal consagrada no reviste sentido clasista: est fijada en el art. 14 bis, CN, que dispone que “el trabajador en sus diversas formas gozard de la proteccién de las leyes”. Su fundamento es la desigualdad en el poder negociador entre trabajador y empleador. El Codigo Civil y Comercial de la Nacion impacta en el Derecho del Traba- jo e incide en la interpretacién de alrededor de 70 articulos de la LCT. Algunos que adoptan conceptos del derecho civil (arts. 7°, 12, 13, 14, 21, 26, 29, 30, 31, 41, 42, 43, 44, 68, 76, 87, 124, g 28s eee melee ae apereneadas eccine, ma directa reglas del derecho civil (arts. 24, 95,97 y y aquellos que r uemeienestel derecho comin (arts. 32, 34, 35, 45 a 49, 57, 63, 137, 262, 263). Para algunos autores el nuevo Codigo equipara a las normas del orden publi- co laboral con las normas de orden ptiblico del derecho civil y comercial. Ello en ue inteligencia de que el orden de prelacién de las normas establecido en los arts. 3 y 1709, pone en pie de igualdad las normas laborales con las civiles y sper es, con lo cual quedaria seriamente conculcado el orden publico laboral akon HEI hist6ricamente en nuestra disciplina. Desde esta perspectiva, el real pu hea lal bs ral apareceria debilitado en relaci6n a las normas pptianaaiblee de ; er i ind Hi comercial, que apunta a proteger valores juridicos diferentes a los derec trabajadores. i sivas algunas nor- i Sin embargo, aun cuando pueden: ae a COycN 4 ae ees Sa portouonla Jeeeg ye iat a A Reoneatcs laborales, que est4n regidos contratos civiles y comerciales, no asi a los eee iieatele tha or una ley especial, nuestra LCT y demas leyes que reg Escaneado con CamScanner eee enn ae 10 del trabajo si- guen vigentes, el CCyCN tiene el mismo rango en e! ore -s P Yoea definicys) pecs aS Pa ee nas la interpretaciOn en este as- ra de mi . r ( pera eat anda rol preponderant ls pronunciamlentos que dicten lo jueces laborales, ya que la aplicaciGn de! deo Der Pal Trabajo —que es el torio— esta sujeta a que resulte compatible con el Derecho ial—. abi i cerns arcu ¢s vilido reiterar en materia de orden publico lo ie foal zado desde los inicios de nuestra disciplina. Para lograr equiparar la re! di a oa ral, la ley impone a las partes, con caracter de orden piiblico, un pea. ciones inderogables. No se suprime la autonomia de la voluntad {ae 1 ‘ Civ. y arts. 958, 959, 962 y 2651 CCyCN), sino que se Ia limita hasta donde resulte nece- sario para cumplimentar sus fines. Esto significa que el empleador puede contratar aun trabajador libremente: impone los requisitos que estime necesarios para cubrir el puesto de trabajo y contrata a la persona que, segtin su parecer, los cumplimenta. Pero el orden publico laboral implica que en la relacién laboral el empleador debe respetar las condiciones minimas establecidas en la LCT, 0 —en su caso— en el convenio colectivo aplicable: el empresario puede pactar con el dependiente con- diciones mds favorables para el trabajador pero no mds perjudiciales. Por lo tan- to, no se limita la libertad de contrataci6n, sino que una vez concretada la relacién, sus condiciones deben subordinarse a las normas ineludibles que constituyen el or- den piiblico laboral. Estas normas son inmodificables por las partes en sentido negativo: se produ- ce una limitacion de la autonomia de la voluntad y se establece un minimo de ga- rantia social con cardcter necesario e imperativo. El concepto de orden ptiblico es uno de los més dificiles de precisar. Para Sal- vat el orden piiblico resulta de un conjunto de principios de orden superior, po- liticos, econémicos, morales y algunas veces religiosos, a los cuales una sociedad considera estrechamente vinculada Ja existencia y conservacién de la organizacion establecida: por ejemplo, la separacién de los distintos poderes que ejerce el gobier- no, la libertad individual, la propiedad, etcétera. q Con posterioridad, Llambias se alineé en él mismo sentido al sostener que “se lenomina orden publico al conjunto de principios eminentes —religiosos, morales, politicos y econémicos— a los cuales se vincula la di tencia de la organi- digna subsistencia de la org: De la Fuente lo define como la institucién de que se vale el ordenamiento ju- ridico para defender y garantizar, mediante la limitacion de la autonomia de la vo- Iuntad, la ia i i tuntad, vege inexcusable de los intereses generales de la sociedad, de modo que siempre Prevalezcan sobre los intereses particulares?. Alvarez, luego de sefial: i ez, I lar las grandes confusiones que eneraba el a hele en el derecho civil del siglo XIX, Se is la eaitaiticiatiten: q vo acerca del orden publico es que no se puede definir. Pasaba como Escaneado con CamScanner anita ges Agustin y el tiempo: si no me lo preguntan lo sé y si me lo pre- Por ello los civilistas se pusieron de acuerdo en que el orden publico se debe definir s6lo por sus efectos, que son tres. . El primero es la territorialidad y la extraterritorialidad. Se decia: “el orden pu- blico es como una aduana”, ya que “nada puede entrar o salir”. El segundo es la retroactividad e irretroactividad (art. 3°, CCiv. y art. 6° del CCyCN). : El tercero, y més importante, es el limite a la autonomia de la voluntad; de ahi que el orden puiblico sea lo que no esta en ella, sea un limite al contractualismo*. El orden puiblico es un concepto cambiante, ya que se refiere a intereses que el legislador considera esenciales en la sociedad en un momento determinado y que deben ser protegidos; depende de las circunstancias sociales y econdmicas y del mo- delo de relaciones laborales adoptado. Es relativo cuando sus efectos se limitan a producir la imperatividad de la nor- mao bien solo la irrenunciabilidad de los derechos (efectos menos intensos); mien- tras que es absoluto cuando se generen en conjunto tanto la imperatividad como la irrenunciabilidad (efectos mAs intensos)*. Llevado al ambito del derecho del trabajo, el orden piblico tiene caracter de absoluto cuando la ley se impone sobre la autonomia colectiva y sobre la autono- mia individual; ampara el interés general de la sociedad por sobre el interés de los grupos o de los particulares, creando un Ambito reservado s6lo a la ley. En cam- bio, es relativo cuando la ley o el convenio colectivo ceden ante los mejores dere- chos del trabajador, que emanan, por ejemplo, de un contrato individual de trabajo. Como apuntan Hierrezuelo y Nuifiez, desde los albores mismos de nuestra dis- ciplina, y como mecanismo para restablecer y mantener el equilibrio del contrato frente a la manifiesta disparidad negocial que existe entre ambas partes del sinalag- ma laboral, el derecho del trabajo ha contado y cuenta con dos herramientas juri- dicas, cuyo rasgo tipificante es restringir Ja autonomia de la voluntad, imponiendo imperativos minimos que deben ser respetados por las mismas. Estas técnicas juridicas la constituyen, por un lado, el intervencionismo esta- tal, que se evidencia a través de una serie de normas coactivas, que regulan distintos aspectos de la relacion individual; y por el otro, el reconocimiento de las autono- mias colectivas, cristalizado en la gran cantidad de convenios colectivos que fijan, entre otras materias, condiciones de trabajo que las partes deben respetar, que re- ducen ain més el margen de discrecionalidad de los contratantes, en especial, del empleador®. Ambas técnicas juridicas conform: an el orden publico laboral, es decir, el con- junto de normas de cardcter imperativo que forman un piso minimo inderogable in pejus y que debe ser respetado por las partes individuales, 0, en otros términos, el Conjunto de normas imperativas (de ley 0 de convenio colectivo) que se imponen a a clase dictada el 29/5/2003, en la Maestria de Eduardo O,, extractado de ta cae ene Universidad de Tres de Febrero, Escaneado con CamScanner la voluntad de las partes en tanto éstas no establezcan condiciones mas favorables al trabajador. Es un marco heterénomo, ajeno y cambiante, que debe ser respetado por las partes del contrato. Escaneado con CamScanner

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