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Dengue y dengue grave

10 de enero de 2022
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Datos y cifras
 El dengue es una infección vírica transmitida a los humanos por la
picadura de mosquitos infectados. Los principales vectores de la
enfermedad son los mosquitos Aedes aegypti y, en menor medida, Ae.
albopictus.
 El virus que causa esta enfermedad es el virus del dengue (DENV).
Existen cuatro serotipos del DENV, lo que significa que es posible
infectarse cuatro veces.
 Si bien muchas infecciones por el DENV solo provocan un cuadro leve,
el DENV puede ocasionar una enfermedad aguda similar a la gripe.
Ocasionalmente la enfermedad evoluciona hacia complicaciones que
pueden ser mortales: en este caso se trata del dengue grave.
 No hay tratamiento específico para el dengue ni el dengue grave. La
detección precoz del empeoramiento de la enfermedad asociada al
dengue grave, y el acceso a atención médica adecuada, reduce las tasas
de letalidad del dengue grave a menos del 1%.
 El dengue se presenta en los climas tropicales y subtropicales de todo
el planeta, sobre todo en las zonas urbanas y semiurbanas.
 La incidencia del dengue en el mundo ha aumentado enormemente, y
actualmente alrededor de la mitad de la población mundial corre el
riesgo de contraer esta enfermedad. Se estima que hay entre 100 y 400
millones de infecciones cada año, si bien más del 80% de ellas son
generalmente leves y asintomáticas.
 La prevención y control del dengue dependen de la adopción de
medidas antivectoriales eficaces. La participación comunitaria sostenida
puede mejorar considerablemente las iniciativas de lucha antivectorial.
 El dengue grave es una de las principales causas de enfermedad grave y
muerte en algunos países de Asia y América Latina. Deben tratarla
profesionales médicos.
Panorama general
El dengue es una enfermedad vírica transmitida por mosquitos que en los últimos
años se ha propagado rápidamente a todas las regiones de la OMS. El virus del
dengue se transmite a través de mosquitos hembra principalmente de la
especie Aedes aegypti y, en menor grado, de la especie Ae. albopictus. Estos
mosquitos también son vectores de los virus de la fiebre chikungunya, la fiebre
amarilla y el Zika. La enfermedad está muy extendida en los trópicos, con
variaciones locales en el riesgo que dependen de los parámetros climáticos y de
los factores sociales y ambientales.

El dengue es el causante de un amplio espectro patológico, que puede abarcar


desde una enfermedad asintomática (es posible que la persona no se percate de
la infección) hasta síntomas graves similares a los de la gripe en las personas
infectadas. Si bien es menos frecuente, algunas personas evolucionan hacia un
dengue grave, que puede entrañar un número indeterminado de complicaciones
vinculadas a hemorragias graves, insuficiencia orgánica o extravasación de
plasma. El dengue grave conlleva un mayor riesgo de muerte si no se trata
debidamente. El dengue grave (conocido anteriormente como dengue
hemorrágico) fue identificado por primera vez en los años cincuenta del siglo
pasado durante una epidemia que tuvo lugar en Filipinas y Tailandia. Hoy en día,
afecta a la mayor parte de los países de Asia y América Latina y se ha convertido
en una de las principales causas de hospitalización y muerte entre niños y adultos
de dichas regiones.

El causante del dengue es un virus de la familia Flaviviridae que tiene cuatro


serotipos distintos, aunque estrechamente emparentados: DENV-1, DENV-2,
DENV-3 y DENV-4. Se cree que la recuperación de la infección otorga inmunidad
de por vida contra el serotipo que ha causado la infección. Sin embargo, la
inmunidad cruzada a los otros serotipos tras la recuperación es parcial y temporal.
Las infecciones posteriores (secundarias) causadas por otros serotipos aumentan
el riesgo de padecer el dengue grave.

El dengue presenta cuatro cuadros epidemiológicos diferentes, asociados a cada


uno de los serotipos. Los cuatro pueden circular simultáneamente en una misma
región, y de hecho son hiperendémicos en muchos países. El dengue tiene
consecuencias atroces tanto en la salud de los seres humanos como en las
economías nacionales afectadas y la economía mundial. El DENV es transportado
con frecuencia de un lugar a otro por viajeros infectados; siempre que haya
vectores sensibles en nuevas zonas sin casos, existe la posibilidad de que se
establezca una transmisión local.

Carga mundial
En las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia del dengue en
el mundo. Una gran mayoría de casos son asintomáticos o con síntomas leves
que pueden ser gestionados por el propio sujeto, por lo que el número real de
casos de dengue es superior a los notificados. Además, hay muchos casos que se
diagnostican erróneamente como otras enfermedades febriles. [1]

Según una estimación basada en modelos, se producen 390 millones de


infecciones por el virus del dengue cada año (intervalo creíble del 95%: 284 a 528
millones), de los cuales 96 millones (67 a 136 millones) se manifiestan
clínicamente (con diversos niveles de gravedad). [2] En otro estudio sobre la
prevalencia del dengue se estima que 3900 millones de personas están en riesgo
de infección por los virus del dengue. Pese a que existe riesgo de infección en 129
países,[3] el 70% de la carga real se concentra en Asia. [2]

El número de casos de dengue notificados a la OMS se ha multiplicado por 8 en


las dos últimas décadas, desde 505 430 casos en 2000 a más de 2,4 millones en
2010 y 5,2 millones en 2019. Las muertes notificadas entre 2000 y 2015 pasaron
de 960 a 4032, lo que afecta sobre todo al grupo etario más joven. El número total
de casos parece haber disminuido en 2020 y 2021, así como las muertes
notificadas. Sin embargo, los datos aún no están completos y la pandemia de
COVID-19 también podría haber obstaculizado la notificación de casos en varios
países.

El alarmante aumento general del número de casos en las dos últimas décadas se
explica en parte por el cambio en las prácticas en los países a la hora de registrar
y notificar el dengue a los ministerios de salud y a la OMS. También representa el
reconocimiento por parte de los gobiernos de la carga de morbilidad debida al
dengue y, por tanto, la pertinencia de notificarla.
Distribución y brotes
Antes de 1970, solo nueve países habían sufrido epidemias de dengue grave. En
la actualidad, la enfermedad es endémica en más de 100 países de las regiones
de África, las Américas, el Mediterráneo Oriental, Asia Sudoriental y el Pacífico
Occidental. Las regiones más gravemente afectadas son las Américas, Asia
Sudoriental y el Pacífico Occidental; en Asia se concentra aproximadamente el
70% de la carga mundial de la enfermedad.

Además del aumento del número de casos debido a la propagación de la


enfermedad a nuevas zonas, entre ellas Europa, también se producen brotes
epidémicos de carácter explosivo. Europa se enfrenta actualmente a la posibilidad
de que se produzcan brotes de dengue; en 2010 se notificó por vez transmisión
local de la enfermedad en Francia y Croacia, y se detectaron casos importados en
otros tres países europeos. En 2012, un brote de dengue en el archipiélago de
Madeira (Portugal) ocasionó más de 2000 casos y se detectaron casos importados
en otros 10 países europeos, además de Portugal continental. En la actualidad se
observan anualmente casos autóctonos en algunos países europeos.

En 2019 se registró el mayor número de casos de dengue a nivel mundial. Todas


las regiones se vieron afectadas, y por primera vez se registró transmisión de
dengue en el Afganistán.

Tan solo en la Región de las Américas se notificaron 3,1 millones de casos, de los
que más de 25 000 fueron clasificados como graves. Pese al alarmante número de
casos, la cifra de muertes asociadas al dengue fue inferior a la del precedente.

En Asia se notificó un elevado número de casos en Bangladesh (101 000),


Malasia (131 000), Filipinas (420 000) y Viet Nam (320 000).

En 2020 el dengue afectó a varios países, y se notificó un aumento del número de


casos en Bangladesh, el Brasil, el Ecuador, la India, Indonesia, las Islas Cook,
Maldivas, Mauritania, Mayotte (Francia), Nepal, Singapur, Sri Lanka, el Sudán,
Tailandia, Timor-Leste y el Yemen. En 2021 el dengue sigue afectando al Brasil,
Filipinas, la India, las Islas Cook, Colombia, Fiji, Kenya, el Paraguay, el Perú, la
Reunión y Viet Nam.
La pandemia de COVID-19 está imponiendo una enorme presión sobre los
sistemas de atención y gestión de la salud de todo el mundo. La OMS no ha
dejado de insistir en la importancia de mantener los esfuerzos destinados a
prevenir, detectar y tratar las enfermedades transmitidas por vectores durante esta
pandemia, como el dengue y otras enfermedades arbovirales, ya que el número
de casos está aumentando en varios países y ello expone a las poblaciones
urbanas a un mayor riesgo de contraer ambas enfermedades. El impacto
combinado de las epidemias de COVID-19 y dengue puede tener consecuencias
devastadoras para los grupos de población que están en situación de riesgo.

Transmisión
Transmisión a través de la picadura de mosquitos

El virus se transmite a los seres humanos por la picadura de mosquitos hembra


infectadas, principalmente del mosquito Aedes aegypti. Otras especies del
género Aedes también pueden ser vectores, pero su contribución es secundaria
respecto a la del Aedes aegypti.

Cuando el mosquito pica a una persona infectada por el DENV, el virus se replica
en el intestino medio del mosquito antes de diseminarse hacia tejidos secundarios,
como las glándulas salivales. El tiempo que transcurre entre la ingestión del virus y
la transmisión a un nuevo hospedador se denomina periodo de incubación
extrínseco, y cuando la temperatura ambiente oscila entre 25 ºC y 28 ºC dura
entre 8 y 12 días.[4-6] No solo la temperatura ambiente influye en las variaciones del
periodo de incubación extrínseco; varios factores, como la magnitud de las
fluctuaciones diarias de temperatura,[7,8] el genotipo del virus[9] y la concentración
vírica inicial[10] pueden alterar también el tiempo que tarda un mosquito en
transmitir el virus. Una vez que se ha vuelto infeccioso, el mosquito puede
transmitir el agente patógeno durante toda su vida.

Transmisión de seres humanos a mosquitos

Los mosquitos pueden infectarse a partir de personas virémicas con el DENV.


Puede tratarse de una persona con infección sintomática o que todavía no haya
manifestado síntomas (presintomática), aunque también puede ser una persona
sin signo alguno de la enfermedad (asintomática). [11]
La transmisión de seres humanos a mosquitos puede ocurrir hasta 2 días antes de
la aparición de los síntomas de la enfermedad [5,11] y hasta 2 días después de la
resolución de la fiebre.[12]

El riesgo de infección del mosquito está directamente asociado a niveles elevados


de viremia y fiebre en el paciente; por el contrario, los niveles elevados de
anticuerpos específicos del DENV van asociados a un menor riesgo de infección
del mosquito (Nguyen et al 2013 PNAS). La mayoría de las personas son
virémicas durante 4-5 días, si bien la viremia puede durar hasta 12 días. [13]

Transmisión materna

La principal vía de transmisión del DENV entre los seres humanos conlleva la
participación de mosquitos vectores. Con todo, hay pruebas de que pueden darse
casos de transmisión materna (de una embarazada a su bebé), aunque las tasas
de transmisión vertical parecen ser reducidas y el riesgo de ese tipo de
transmisión se encuentra ligado aparentemente al momento en que se produce la
infección durante el embarazo.[14-17] Cuando una embarazada tiene una infección
por DENV, es posible que el bebé nazca prematuramente y padezca insuficiencia
ponderal al nacer y sufrimiento fetal.[18]

Otras vías de transmisión

Se han registrado casos infrecuentes de transmisión a través de productos


sanguíneos, donación de órganos y transfusiones. Asimismo, también se ha
registrado la transmisión transovarial del virus dentro de los mosquitos. 

Ecología de los vectores


El mosquito Aedes aegypti se considera el principal vector del DENV. Puede
reproducirse en recipientes naturales como agujeros de árboles y bromelias, pero
hoy en día se ha adaptado bien a los hábitats urbanos y se reproduce
principalmente en recipientes artificiales, como cubos, macetas de barro,
recipientes desechados y neumáticos usados, desagües de aguas pluviales,
etcétera, lo que convierte al dengue en una enfermedad insidiosa en los centros
urbanos densamente poblados. Ae. aegypti se alimenta durante el día; los
periodos en que se intensifican sus picaduras son el principio de la mañana y el
atardecer, antes de que oscurezca. La hembra de Ae. aegypti se alimenta con
frecuencia en múltiples ocasiones entre los distintos periodos de puesta, lo que
genera conglomerados de individuos infectados. [20] Una vez ha puesto sus huevos,
estos pueden seguir siendo viables durante varios meses en condiciones de
sequedad y eclosionarán al entrar en contacto con agua.

El Aedes albopictus, un vector secundario del dengue, se ha propagado a más de


32 estados de los Estados Unidos de América y a más de 25 países en la Región
de Europa, en gran medida a causa del comercio internacional de neumáticos
usados (que sirven de criadero al mosquito) y otras mercancías (por ejemplo, el
bambú de la suerte). Se reproduce preferiblemente en lugares cercanos a una
vegetación densa, incluidas las plantaciones, lo que conlleva un mayor riesgo de
exposición para los trabajadores rurales, como los de las plantaciones de caucho y
aceite de palma. Con todo, también se encuentra establecido profusamente en
zonas urbanas. El Ae. albopictus tiene una gran capacidad de adaptación. Su
propagación geográfica se debe en gran medida a su tolerancia a condiciones
más frías, tanto en la fase de huevo como la de adulto. [21, 22] Al igual que el Ae.
aegypti, el Aedes albopictus pica también durante el día y contribuye como vector
principal del DENV en algunos brotes, cuando el Aedes aegypti no está presente o
solo en cantidades reducidas.[23, 24]

Características de la enfermedad (signos y


síntomas)
Aunque la mayoría de los casos son asintomáticos o presentan síntomas leves, el
dengue puede manifestarse como una enfermedad grave de tipo gripal que afecta
a lactantes, niños pequeños y adultos, aunque raras veces resulta letal. Los
síntomas se presentan al cabo de un periodo de incubación de 4 a 10 días
después de la picadura de un mosquito infectado y duran por lo común entre 2 y 7
días.[25] La Organización Mundial de la Salud clasifica el dengue en dos categorías
principales: dengue (con o sin signos de alerta) y dengue grave. La clasificación
secundaria de dengue con o sin signos de alerta está concebida para ayudar a los
profesionales de la salud a seleccionar pacientes para su ingreso hospitalario, a fin
de someterlos a observación estrecha, y reducir al mínimo el riesgo de que
evolucionen hacia la forma más grave de dengue. [25]
Dengue

Debe sospecharse que una persona tiene dengue cuando presenta una fiebre
elevada (40 °C/104 °F) acompañada de dos de los siguientes síntomas durante la
fase febril (2 a 7 días):

 dolor de cabeza muy intenso


 dolor detrás de los globos oculares
 dolores musculares y articulares
 náuseas
 vómitos
 agrandamiento de ganglios linfáticos
 sarpullido

Dengue grave

El paciente entra en lo que se denomina fase crítica por lo general de 3 a 7 días


después de iniciarse la enfermedad. Durante las 24-48 horas de la fase crítica,
una pequeña parte de los pacientes puede manifestar un deterioro repentino de
los síntomas. Es en este momento, al remitir la fiebre en el paciente (por debajo de
38 °C/100 °F), cuando pueden manifestarse los signos de alerta asociados al
dengue grave. El dengue grave es una complicación potencialmente mortal porque
cursa con extravasación de plasma, acumulación de líquidos, dificultad
respiratoria, hemorragias graves o falla orgánica.

El personal médico debería buscar signos de alerta como los siguientes:

 dolor abdominal intenso


 vómitos persistentes
 respiración acelerada
 hemorragias en las encías o la nariz
 fatiga
 agitación
 agrandamiento del hígado (hepatomegalia)
 presencia de sangre en el vómito o las heces

Si los pacientes manifiestan tales signos durante la fase crítica, es esencial


someterlos a una observación estrecha en las 24-48 horas siguientes a fin de
brindar atención médica adecuada para evitar otras complicaciones y el riesgo de
muerte. La vigilancia estrecha debe continuar también durante la fase de
convalecencia.
Métodos de diagnóstico
Pueden utilizarse distintos métodos para establecer el diagnóstico de infección por
DENV. En función del momento en que se presente el paciente, será más o
menos adecuada la utilización de los distintos métodos de diagnóstico. Las
muestras recogidas en pacientes durante la primera semana de la enfermedad
deben analizarse con los dos métodos mencionados a continuación.

Métodos de aislamiento del virus

El virus puede aislarse en la sangre durante los primeros días de la infección.


Existen diversos métodos de reacción en cadena de la polimerasa con
retrotranscriptasa (RCP-RT). No obstante, la realización de estas pruebas precisa
equipo especializado y formación del personal.

El virus también puede detectarse mediante pruebas dirigidas a constatar la


presencia de una proteína producida por el virus, denominada NS1. Hay pruebas
de diagnóstico rápido disponibles comercialmente que pueden utilizarse a tal fin y
que dan el resultado en tan solo unos 20 minutos; además, dichas pruebas no
requieren técnicas ni equipo de laboratorio especializados.

Métodos serológicos

Los métodos serológicos, como la inmunoadsorción enzimática (ELISA), pueden


confirmar la presencia de una infección reciente o antigua mediante la detección
de anticuerpos contra el virus del dengue. Los anticuerpos IgM pueden detectarse
aproximadamente una semana después de la infección se pueden seguir
detectando durante unos 3 meses. La presencia de anticuerpos IgM indica una
infección reciente por DENV. Los niveles de anticuerpos IgG tardan más en
aparecer y permanecen en el organismo durante años. La presencia de
anticuerpos IgG indica una infección antigua.

Tratamiento
No hay tratamiento específico para el dengue. Los pacientes deben guardar
reposo, mantenerse hidratados y buscar asesoramiento médico. Dependiendo de
las manifestaciones clínicas y otras circunstancias, los pacientes pueden ser
enviados a casa, ser derivados para su manejo en el hospital, o requerir
tratamiento de emergencia y derivación urgente. [25]

Para controlar los dolores musculares y la fiebre se pueden tomar tratamientos


sintomáticos como los antifebriles y los analgésicos.

 La mejor opción terapéutica contra tales síntomas es el paracetamol.


 Deberían evitarse los AINE (antiinflamatorios no esteroideos), como el
ibuprofeno y la aspirina. Estos medicamentos antiinflamatorios tienen un
efecto anticoagulante, y en una enfermedad con riesgo de hemorragias
pueden empeorar el pronóstico.

En caso de dengue grave, la asistencia prestada por el personal médico y de


enfermería con experiencia en los efectos y evolución de la enfermedad puede
salvar vidas y reducir las tasas de mortalidad a menos del 1% en la mayoría de los
países.

Vacunación contra el dengue


La primera vacuna contra el dengue –Dengvaxia® (CYD-TDV), desarrollada por
Sanofi Pasteur– se aprobó en diciembre de 2015 y su comercialización ha sido
autorizada hasta el momento por los organismos de reglamentación de unos 20
países. En noviembre de 2017 se publicaron los resultados de un nuevo análisis
para determinar retrospectivamente el estado serológico en el momento de la
vacunación. El análisis reveló que el subgrupo de participantes en el ensayo que
eran seronegativos en el momento de la primera vacunación corría mayor riesgo
de padecer dengue grave y ser hospitalizado por dengue que el de los
participantes no vacunados. Por ello, la vacuna CYD-TDV va dirigida a personas
de 9 a 45 años residentes en zonas endémicas que hayan tenido al menos un
episodio de infección previa por el virus del dengue. Se están evaluando otras
vacunas candidatas contra el dengue.

Posición de la OMS sobre la vacuna CYD-TDV[26]

Como se señala en el documento de posición de la OMS sobre la vacuna


Dengvaxia (septiembre de 2018),[26] los ensayos clínicos han demostrado que la
vacuna con virus vivos atenuados CYD-TDV contra el dengue es eficaz y segura
en personas que ya han estado infectadas anteriormente por el virus del dengue
(sujetos seropositivos). La estrategia recomendada para los países que estén
considerando incluir la vacunación en sus programas de control del dengue
consiste en determinar el estado serológico de los sujetos antes de la vacunación
y vacunar únicamente a las personas que hayan tenido una infección con
anterioridad (según los resultados de una prueba de anticuerpos o de pruebas de
laboratorio que confirmen una infección previa). Las decisiones sobre la aplicación
de la estrategia de determinación del estado serológico antes de la vacunación
requieren una evaluación cuidadosa en el ámbito nacional, teniendo en cuenta la
sensibilidad y especificidad de las pruebas disponibles y las prioridades locales, la
epidemiología del dengue, las tasas de hospitalización por dengue en el país y la
asequibilidad de la vacuna CYD-TDV y de las pruebas de detección.

La vacunación debería formar parte de una estrategia integrada de prevención y


control del dengue. Con todo, sigue siendo necesario aplicar otras medidas
preventivas, como un control bien ejecutado y sostenido de los vectores. Estén
vacunados o no, los pacientes deben buscar rápidamente atención médica en
caso de que presenten síntomas de dengue.

Factores de riesgo
Una infección previa por el DENV aumenta el riesgo de desarrollar dengue grave.

La urbanización (especialmente la no planificada) está asociada a la transmisión


del dengue en función de múltiples factores sociales y ambientales: densidad de
población, movilidad humana, acceso a fuentes de agua fiables, prácticas de
almacenamiento de agua, etc.

Los riesgos de la comunidad frente al dengue también dependen de los


conocimientos, la actitud y las prácticas de la población frente al dengue, así como
de la ejecución de actividades rutinarias de control vectorial sostenibles en la
comunidad.

Por tanto, los riesgos relativos a la enfermedad pueden cambiar y desplazarse con
el cambio climático en las zonas tropicales y subtropicales, y los vectores pueden
adaptarse al nuevo entorno y clima.

Prevención y control
Cuando una persona sabe que tiene dengue, debe evitar que le piquen más
mosquitos durante la primera semana de enfermedad. Es posible que el virus
circule en la sangre durante este periodo, por lo que esta persona podría trasmitir
el virus a otros mosquitos no infectados, que a su vez podrían infectar a otras
personas.

La proximidad de las viviendas a los lugares de cría de los mosquitos vectores es


un importante factor de riesgo para el dengue. Hoy por hoy, el método principal
para controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue consiste en luchar
contra los mosquitos vectores. Para ello se deben adoptar las siguientes medidas:

 Prevención de la reproducción de mosquitos:


o Evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus
huevos mediante el ordenamiento y la modificación del medio
ambiente.
o Eliminar correctamente los desechos sólidos y los hábitats artificiales
que puedan acumular agua.
o Cubrir, vaciar y limpiar cada semana los recipientes donde se
almacena agua para uso doméstico.
o Aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena
agua a la intemperie.

 Protección personal contra las picaduras de mosquito:


o Utilizar medidas de protección personal en el hogar, como mosquiteros
en las ventanas, repelentes, espirales y vaporizadores. Estas medidas
deben observarse durante el día tanto dentro como fuera del hogar
(por ejemplo, en el trabajo o la escuela) ya que los principales
mosquitos vectores pican durante todo el día.
o Se aconseja llevar ropa que reduzca al mínimo la exposición cutánea a
los mosquitos.

 Implicación comunitaria:
o Informar a la comunidad sobre los riesgos de las enfermedades
transmitidas por mosquitos.
o Colaborar con la comunidad para mejorar su participación y
movilización a fin de lograr un control permanente de los vectores.

 Vigilancia activa de los virus y los mosquitos:


o Vigilar activamente la abundancia de vectores y las especies presentes
para determinar la eficacia de las intervenciones de control.
o Supervisar prospectivamente la prevalencia de virus en la población de
mosquitos, llevando a cabo un análisis activo de las recolecciones de
mosquitos centinela.
o La vigilancia de los vectores puede combinarse con la vigilancia clínica
y ambiental.

Por otro lado, continúan las investigaciones entre muchos grupos de


colaboradores internacionales para buscar nuevas herramientas y estrategias
innovadoras que contribuyan a las iniciativas mundiales dirigidas a interrumpir la
transmisión del dengue. La OMS alienta la integración de los diferentes métodos
de gestión de vectores con el fin de lograr intervenciones sostenibles, eficaces y
adaptadas al contexto local.

Respuesta de la OMS
En su respuesta al dengue, la OMS:

 apoya a los países para que confirmen los brotes por medio de la red de
laboratorios colaboradores;

 brinda apoyo técnico y orientación a los países para que lleven a cabo un
control eficaz de las epidemias de dengue;

 ayuda a los países a mejorar sus sistemas de notificación y a determinar la


verdadera carga de morbilidad del dengue;

 junto con algunos de sus centros colaboradores, ofrece capacitación sobre


atención clínica, diagnóstico y lucha antivectorial en el plano regional y
nacional;

 formula estrategias y políticas basadas en datos científicos;

 apoya a los países de cara a la formulación de estrategias de prevención y


control del dengue y a la adopción de la Respuesta mundial para el control de
vectores (2017-2030);

 examina la puesta en marcha de nuevas herramientas, como productos


insecticidas y la tecnología necesaria para su aplicación;

 reúne los registros oficiales de dengue y dengue grave de más de 100 países
miembros; y

 publica directrices y manuales para los Estados Miembros sobre vigilancia,


gestión de casos, diagnóstico y tratamiento y control del dengue.

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