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SALUDCOOP: UN MONSTRUO DE MIL CABEZAS

Cuando se habla de corrupción en Colombia, es normal que los medios prefieran callar ante
hechos relacionados con el tema y pretendan sumir a los colombianos en la desinformación,
esto debido a tácticas o estrategias que emprenden ciertos personajes inescrupulosos que
ven el riesgo y sienten la presión que podrían ejercer los medios si cumplieran su verdadera
función: informar. Hoy por hoy, los colombianos, como consecuencia del olvidado
funcionar de los medios de comunicación, vivimos en entorno bastante agitado; para unos
desconcertante y para otros no tanto. La corrupción en el sector salud puede marcar la
diferencia entre la vida y la muerte. Tiene graves consecuencias en el acceso, la calidad, la
equidad, la eficiencia y la eficacia de los servicios de salud y es un obstáculo para el
objetivo a largo plazo de lograr la cobertura sanitaria universal. Se estima que cada año se
pierden a nivel mundial 500,000 millones de dólares en gastos de salud pública debido a la
corrupción. Esto es mucho más de lo que se necesitaría para lograr la cobertura universal de
salud. En este sentido, los donantes deberían apoyar enfoques estratégicos a largo plazo
para la integridad del sector salud, basados en una sólida comprensión de la dinámica del
sector y los roles de los diferentes actores. Los sistemas de salud son particularmente
susceptibles a la corrupción debido a la gran cantidad de recursos, la asimetría de la
información, la gran cantidad de actores, la complejidad y fragmentación del sistema y la
naturaleza globalizada de la cadena de suministro de medicamentos y dispositivos médicos.
Una serie de herramientas ayudan a diagnosticar el problema y generan compromiso en las
medidas anticorrupción, pero la mayoría de las herramientas no evalúan la corrupción del
sector de alto nivel o la Captura del Estado. Para esto, será útil una combinación de
diferentes herramientas, por lo que el apoyo de los donantes es fundamental.
Saludcoop es el ejemplo perfecto de cuando las irregularidades de proporciones gigantescas
obligan al Estado a actuar en pleno. Su dimensión y su rápido crecimiento llamaron la
atención de los entes de control, que confirmaron que Saludcoop estaba usando los recursos
parafiscales y de los afiliados en inversiones de todo tipo, como equipos biomédicos y la
formación de empresas, algunas de ellas en el exterior, que incluso produjeron pérdidas
importantes. Usar la plata de la UPC (unidad de pago por capitación, que es el dinero que el
sistema de salud reconoce por cada afiliado anualmente) en inversiones distintas a la
atención de la gente fue considerado varias veces por la Superintendencia de Salud como
una “práctica ilegal y no autorizada” O, en otras palabras, aprovechando los vacíos
jurídicos de la época Saludcoop consolidó una red de servicios con infraestructura pagada
con recursos públicos, a juicio de la Contraloría General de la Nación, con el agravante de
que todo quedó en manos de la EPS y sus asociados, y no de los afiliados. Estas inversiones
irregulares generaron una desviación de recursos peligrosa para ese entonces, cuando el
sistema de salud no se había definido como una concesión y tampoco se había especificado
que la UPC se utilizara en activos fijos, como tampoco la reversión de bienes que se
hubieran pagado de dicha manera. Lo más preocupante era que Saludcoop se había
convertido en un buen negocio, pues fue obteniendo sus propias clínicas, con las que
contrataba en algunos casos ganando el margen de intermediación, pasó a ser su mismo
proveedor de medicamentos, favoreciéndose así por encima de otros proveedores, incluso,
pasó a tener sus propias empresas proveedoras de dotación, alimentos, lavandería y hasta
una cancha de golf, o quizá fue un club. Esa era Saludcoop, un monstruo de mil cabezas
que jugaba con la salud y apostaba al negocio redondo, muy redondo. Fue así como
entonces se había conocido a uno de los casos de corrupción más grandes en Colombia
nunca antes visto, hasta ahora. Un caso de corrupción que muchos medios no mencionaban
en sus titulares y al cual, hoy, muchos colombianos desconocen, por lo que, si vamos a
empezar por un cambio, que sea por los medios de desinformación masiva que no hablaron
o profundizaron noticia de que Saludcoop fue un caso escondido, desconocido y algo
olvidado.
Podemos concluir, que en el caso de salud se presentan diversas situaciones que permiten
intuir que la falta de ética, valores y principios fundamentales deterioran de una manera
muy frecuente y grave las empresas prestadoras de servicio en nuestro país, en este caso la
corrupción y la falta de responsabilidad de las directivas tuvieron un daño grave en la
entidad. Por eso es necesario tener en nuestro aprendizaje personas que nos enseñan
primero a ser personas así los secundarios sea el conocimiento. Es muy importante saber las
diferencias de lo que se debe hacer y lo que se puede hacer basados en el conocimiento y la
formación como persona y como profesional, por esta razón este tipo de actividades nos
ayudan a conocer diferentes frentes y casos que se pueden presentar en nuestra vida laboral
y lo más importante es saber tener la destreza y habilidad para esquivar las malas acciones
y aplicar el código de ética en cada uno de los pasos que damos en el ejercicio de nuestra
profesión.

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