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DEL YO MODERNO AL YO METAMODERNO:


HACIA OTRA CULTURA Y EDUCACIÓN
From modern ‘I’ to metamodern ‘I’: towards other culture
and education

JOSÉ ÁNGEL LÓPEZ HERRERÍAS


Universidad Complutense de Madrid

El paso hacia el siglo XXI, tras el complejo siglo XX, nos ha retado de manera novedosa sobre
cómo seguir adelante realizando la convivencia humana y las relaciones con el mundo. Occiden-
te ha realizado su propia historia desde la conciencia identitaria moderna, una conciencia narra-
tiva como sustancia racional, capaz de conocer la verdad y de especular y medir lo real. Existir
hoy exige el paso hacia la metamodernidad, la presencia de un ser humano que se hace y reco-
noce en el encuentro respectivo y gramatical con los otros. De un humano «sustancia racional»
a un humano de «respectividad ética».

Palabras clave: Modernidad, Posmodernidad, Ultramodernidad, Metamodernidad, Deconstrucción,


Retos socioculturales, Respectividad, Gramaticalidad, Razón ética.

En qué pienso y de qué hablo filogenético comparable a la ontogénesis


de un tiempo psicohistórico personal: por
Los retos culturales —podemos vivir un mundo ejemplo, la adolescencia; quiere ello decir
más justo y digno— y los problemas educativos que se considera ese tiempo cargado de sen-
—hacia dónde y cómo crecer como personas— tido y analizable en sus diferentes aspectos.
son un asunto crucial desde el que mirar nues- • Que a la conciencia explicativa del yo, du-
tro mundo. Ese punto «eje» lo concreto así: rante esos siglos, la tradición académica
(Lyotard, 1984; Vattimo, 1990) la recono-
• Nuestra cultura greco-occidental (25 siglos: ce como la modernidad, siendo sus grandes
del V a.C. al XIX-XX d.C.) ha sido el tiem- constructores Sócrates, Platón, Aristóte-
po histórico de una conciencia explicativa les, animal racional, Descartes, cogito, ergo
de la realidad (natural y humana, aunque sum, Kant, la Ilustración, la Diosa Razón,
aquí escribo desde y para esta última, esto y las grandes consecuencias de la revolu-
es, sobre el yo), definida como una sustan- ción política (la Revolución francesa, 1789,
cia (individual) racional, capaz de conocer la presencia histórica de la burguesía), y de la
la verdad. Revolución industrial (la tecnología, el ur-
• Que esa visión de lo humano, en la con- banismo y la presencia del proletariado,
ciencia histórica occidental, es un tiempo 1850, El manifiesto comunista).

Fecha de recepción: 16-04-08 • Fecha de aceptación: 11-12-08 Bordón 61 (2), 2009, 77-91, ISSN: 0210-5934 • 77
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• Que desde las experiencias límite o cum- conocer o vivimos con la función del cono-
bre de esa diosa razón, vividas en el siglo cimiento? Éste es el punto discriminador
XX: i) las guerras mundiales, los fascis- del análisis. ¿Cuál es el criterio clarifica-
mos de raza —nazismo, Hitler—, o de dor para decidir si conocer, el conocimien-
clase social —bolcheviques, Lenin, Sta- to, es finalidad o función? Y si conocer fue-
lin—; ii) las colonizaciones explotadoras, se una función, ¿cuál sería la finalidad de
un mundo en compleja y profunda crisis de la existencia humana? Aquí tengo que pro-
antihumanismo, y iii) los conocimientos poner un breve y muy significativo rodeo.
nuevos alcanzados en ese siglo XX, esto
es, la afirmación de la relatividad para En definitiva, la investigación que en este trabajo
explicar los fenómenos naturales, Eins- se realiza sobre la actual percepción de la identi-
tein (2004) y los fenómenos humanos, dad, del yo, llama la atención sobre esa visión y la
Vigotski (1977), paradigma histórico-cul- repercusión que ello tiene en la consideración
tural, G. H. Mead (1972), interaccionis- educativa de la infancia y en el sentido y el valor
mo simbólico, lo cual ponía en entredicho del aprendizaje. Infancia y aprendizaje son dos
la tradicional categoría de sustancia, po- experiencias humanas radicales, originarias en la
demos caer en la cuenta de la limitación de construcción de la propia realidad personal de
esa conciencia histórica de la modernidad cada uno, que se retroalimentan en esa construc-
(amplia: el tiempo greco-occidental señala- ción con la visión que se alcance a tener de la pro-
do, siglo V a.C.-XIX/XX d.C. o restringida: pia identidad. Mantener una acción con la infan-
siglos XVI-XIX/XX d.C.). cia, y a través del aprendizaje, con una percepción
• Que esa deficiencia histórica a superar, de la identidad moderna es abocarse al fortaleci-
nuestro gran reto cultural y educativo, es miento de un mundo que no tiene sentido, ni nos
dejar de confundir finalidad y funcionalidad, ha tocado vivir necesariamente. Aunque por la
y no atribuirlas conceptualmente de mane- fuerza de la inercia y de la conservación de segu-
ra equivocada a la compleja e histórica ex- ridades nos empeñemos, a veces, en mantener.
periencia humana. El fin es el para qué, la
razón de ser de una acción. La función es el
cómo y el con qué se hace algo. Así, respecto La finalidad del ser humano
de nosotros mismos podemos decir que es convivir de manera buena:
«tenemos piernas y andamos», funciona- conocer es una función
mos andando, pero no hemos nacido para
(fin) andar. Otro ejemplo: «tenemos ojos De manera sintética, las dos diapositivas de los
y vemos, funcionamos viendo, pero no he- dos paradigmas contrastables son presentables
mos nacido para ver». ¿Hemos nacido para como aparecen en el cuadro 1.

CUADRO 1. Paradigma modernidad y metamodernidad

Paradigma modernidad: homo rationalis Paradigma metamodernidad: homo eticus

• Sustancia individual, racional, conocedora de la verdad. • Relacionalidad gramatical, ser de convivencia dialogal.
• Finalidad existencial: conocer. • Finalidad existencial: convivir.
• Toda experiencia humana (funciones: convivir es • Toda experiencia humana (funciones: conocer
una de ellas) queda supeditada a esa finalidad: es una de ellas) queda supeditada a esa finalidad:
conocer la verdad. vivir ético.

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Decidirse por uno u otro paradigma requiere ni la geometría planos. Después, Einstein (E=mc2),
algún criterio dilucidador, que no puede ser cual- conociendo que las realidades físicas no son sus-
quiera, ni ser elegido desde referencias volunta- tancias, ponía en cuarentena la perfección de la
ristas. Así, entiendo que la finalidad indagada física newtoniana, que se mostraba sólo válida
puede clarificarse desde la consideración de dos para el espacio de la experiencia cotidiana. Al
criterios decisionales complementarios. Uno lo mismo tiempo, Marx, Darwin, Freud, cada uno
denomino criterio antropológico: la finalidad en un ámbito de experiencia, nos demostraban
humana tiene que ver con aquello que más deci- que la racionalidad «ilustrada» de la Diosa Razón
didamente provoca el permanente afán de «feli- nos había trasladado verdades que se reconocían
cidad» (eu-daimonia: aquel bien al que tiende ahora como imperfectas, inexactas, cuando no
nuestro espíritu, nuestro daimon). El otro es el decididamente erróneas. Nietzsche (1987) de-
criterio psicoético: la finalidad de la existencia construía la secuencia interpretativa de la racio-
humana entronca con aquello que explica la fuen- nal cultura europea socrática y demostraba que
te originaria de la realidad personal de cada uno. había habido un exceso de apasionamiento acrí-
Ésta no es otra que la concreta presencia del es- tico referido a la confianza y el valor de la razón.
píritu de cada uno, que emerge de la radical ex- Racionalidad que también había quedado desve-
periencia y situación de encuentro en que con- lada en sus imperfecciones, en cuanto a lo que se
siste la existencia humana. refiere a las expectativas prometidas de valiosos
logros de progreso material y espiritual, ensegui-
La Grecia clásica, en la situación de un nuevo da desengañados tras las rápidas frustraciones
estilo de relación con otros pueblos, allá en el derivadas de las dos grandes revoluciones, la po-
Mediterráneo, hasta entonces más tranquilo lítica y la industrial. Todo ello, ya hoy contras-
(siglos VII-VI a.C.), había vivido inmersa en tado, tras el tremendo siglo XX (decadencia de
narraciones míticas. La nueva situación provoca Occidente) con las guerras, la explotación tecno-
la presencia de una nueva racionalidad, de otro lógica, la presencia de la pobreza y de las coloni-
guión, el del logos y la episteme, que apela a zaciones explotadoras, el hambre y un machacón
otras formas cognitivas y a otros estilos expresi- listado de truculencias y de desgarros humanos
vos que el mítico. Se pusieron los cimientos, en todos los puntos cardinales del globalizado
animal racional, para pasar a considerarnos seres mundo. ¿No había que cambiar la dirección y la
de conocimiento y de ciencia (Descartes, Newton, referencia orientadoras de los faros conocidos?
Kant), entusiasmados con los logros de la Diosa Seguro.
Razón. De ahí la deriva entusiasta hacia la creen-
cia del progreso desde el uso potente y sin lími- El mismo truculento siglo XX, tiempo de los
tes de esa razón endiosada. Toda y cualquier máximos destrozos, consecuencia aplicada de
experiencia de la vida humana al servicio de la la razón-fin de la existencia, ha sido el tiempo
racionalidad-fin, que es la fuerza que nos dará renovador de perspectivas y de discursos. A su
la felicidad y por la cual alcanzaremos el progre- vez, nos ha aportado caminos alternativos para
so y el desarrollo más humanizador. salir del fracaso provocado por el dominio ex-
cluyente de la racionalidad dominante. Recon-
Pronto se percibió el desengaño de los límites siderado el pasado y los logros alcanzados así, no
y las inexactitudes de esa endiosada racionali- es extraño que la propuesta investigadora se cen-
dad. De un lado, lo conocido no era la verdad trase en la «deconstrucción» de cómo y por qué
perfecta, según se creía. Así, por ejemplo, la había ocurrido esa secuencia histórica. Y se des-
racionalidad acabada de la geometría euclidea- cubrió que se había dado una especie de embria-
na pronto desveló su imperfección. Lobachets- guez exacerbada de «sustancialismo», de «racio-
ki y Riemann demostraron que hay otros espa- nalidad» y de autoatribuido «conocimiento de
cios y otras geometrías, que no son ni el espacio la verdad». Desde ese mundo referencial, bien

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nutrido de logros parciales (geometría, física, as- recogía desde un análisis más filosófico a través
tronomía, racionalismo, presencia histórica de de la categoría «entre», para definir la realidad
la burguesía, industrialización), no es extraño del ser humano. Ser de «entre», una preposi-
que la historia occidental moderna tuviese esa ción sustantivizada: se llega a ser sujeto desde el
secuencia narrativa y ese estilo cultural. Secuen- ineludible encuentro, entre, de unos con otros.
cia y estilo decididamente superables. ¿Cómo? La sustancia racional, capaz de conocer la ver-
Entre otras variables mediante la investigación dad, va quedando apartada, y pasa a ser sustitui-
y la clarificación del origen del yo. Dado que si da por la relacionalidad ética del encuentro, a
poseemos un conocimiento que nos permita cuyo servicio y valor debe quedar toda otra fun-
percibirnos como sujetos de otra manera a la cionalidad. También la muy relevante, hasta el
moderna, sería posible aventurar otra forma de momento, de conocer.
representar la historia humana. No la vivida
por seres autoconvencidos de que son sustancia En esa misma secuencia, Zubiri (1980) definía lo
(«lo que es en sí y no necesita de ninguna otra real como mundo respectivo. Lèvinas (1993),
cosa para existir») y que existen para conocer. Ricoeur (1996) son otros pensadores que nos
Modernidad. Más bien, seres que emergen del acercan el horizonte antropo-ético de la metamo-
originario encuentro gramatical del intercam- dernidad. Utilizo la categoría metamodernidad
bio de huellas de unos con otros. Metamoder- para referir esa visión del actor humano, que
nidad. supera (metá-) las inexactitudes y las consecuen-
cias, algunas nefastas, de la modernidad sustan-
En la categoría de la gramaticalidad de Derrida cialista cognitiva y sus dos consecuencias filiales
(1985) se sintetiza toda la indagación de pensa- (postmodernidad, desencanto y ultramodernidad,
miento y científica que a lo largo del siglo XX exacerbación), y que nos aporta otra visión más
nos enseña a mirar lo humano, como ocurrió valiosa del yo humano. Una perspectiva en la
en lo natural, como un mundo relacional. Dice que se comprende que la finalidad de la existen-
la síntesis derridiana: «El sí del presente vivien- cia, conocido su origen, es vivir éticamente el
te es originariamente una huella». Una huella mundo de encuentros con los otros. A este fin
relacional, no una sustancia, es lo originario de deben quedar supeditadas, es la regla universal
nuestro ser personal. Esto es como el final de de la eticidad de la existencia humana, todas las
un recorrido que transita todo el siglo XX en funciones de la vida. Entre ellas, aunque sea la
diferentes y complementarios horizontes. Así, más significativa y relevante, la función cogniti-
Vigotski resume esa idea de la relacionalidad no va del deseado desvelamiento de lo real.
sustancial, que nos acerca más a vernos como
seres de eticidad que de racionalidad, en la
siguiente frase: «Somos huellas que se sintetizan Descripción analítica de las
en palabras». Las palabras de nuestro yo per- variables que definen la identidad
sonal emergen de las huellas compartidas con psicocultural moderna
otros. Sin esas huellas relacionales no habría y metamoderna
palabras. Nuestra persona[lidad] dice las pala-
bras que han quedado provocadas, sugeridas, en Presentado en esquema, el siguiente cuadro nos
las huellas aportadas como creación del espíritu aproxima intuitivamente a la visión de la duali-
de cada uno. En la misma sintonía, G. H. Mead, dad referida. El conjunto de variables nos ofre-
creador del interaccionismo simbólico, afirma ce un acercamiento a la complejidad analizada y
que, nacidos de madre humana, nuestro espíri- a los caracteres descriptivos que configuran los
tu personal emerge del origen de la comunica- dos tipos de identidad considerados. El eje des-
ción, desde la que surgimos, como seres de con- criptivo que atraviesa el conjunto de las varia-
ciencia autorreferencial. Es lo que Buber (1949) bles propuestas se basa en la adecuada metáfora

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que simboliza la existencia como una «repre- de vida en las sociedades representativas de esa
sentación narrativa (teatral) de la vida». La exis- manera de interpretar el mundo. Analizado que
tencia es como participar en la representación esa fórmula narrativa no es adecuada con los
de un papel, dentro del libreto de una obra, es- conocimientos sobre lo humano alcanzados
cenificada con otros actores a lo largo de la his- hoy, ni que sea válida para responder a los retos
toria de una vida. y problemas de nuestro mundo —globalización,
exigencia de mayor compromiso humano de
La complejidad del cuadro y la interdependencia igualdad, dignidad, libertad, fraternidad—, se
explicativa de las variables no han de quedar propone como síntesis alternativa el horizonte
anuladas por la visión intuitiva del esquema. de un estilo humano denominable «metamoder-
Efectivamente, el conjunto de aspectos que des- no». Se mantiene el componente léxico «mo-
criben la dominante y ya pasada mentalidad derno» para señalar que hablamos de lo mismo:
«moderna» no es un encapsulado absoluto y ter- de la necesaria consideración del ser humano,
minado de una serie de variables. Tampoco la sujeto de la historia. Sin embargo, se añade el
denominada mentalidad «metamoderna» es un prefijo griego «metá-» para señalar que se plan-
esquema perfecto de algo aternativo, ya activo tea una visión humana que supera los plantea-
y presente en la dinámica histórica y cultural. mientos perfeccionables de la narración antro-
Son las referencias explicativas de dos estilos pológica dominante en los siglos pasados de la
narrativos de hacerse presente la actividad cultura occidental.
humana, al menos en la experiencia occidental
en los últimos 25 siglos. De un lado, en la mo- El estudio analítico de estos apartados clarifica
dernidad, se resaltan los caracteres dominantes la perspectiva del «yo moderno» y la del «yo
de un conjunto de variables psicoculturales que metamoderno», que se considera una alternati-
han provocado unas consecuencias y unas formas va de aquél, válida para los retos y los problemas

CUADRO 2. Diferencias entre el yo moderno y el yo metamoderno

Variables/identidad (yo) Yo moderno Yo metamoderno

Paradigma. Razón lógica simplificadora. Razón ética compleja.


Actor. Sujeto substante individual. Sujeto relacional/gramatical.
Valor. Conocer verdad. Realizarse/convivir.
Tramoya. Yo+accidentes, objetos de conocimiento. Yo nostral: seres convivencia.
Ser persona. Cognitivo: razón lógico-matemática. Ético integrador.
Concepción del yo. Substancia intelectiva jerárquica. Nudo comunitario: autorrealización.
Libreto. Yo jerárquico dominador. Yo comunitario.
Socialización. Yo+accidente: epidérmica. Yo nostral: profunda.
Consecuencias económicas. Hambre, pobreza, injusticia. Equidad.
Consecuencias sociales. Desigualdad. Igualdad.
Consecuencias culturales. Dominación, violencia. Libertad, paz.
Guión general. Enfrentamiento, individuo. Fraternidad, comunidad.
Figura geométrica. Línea recta plana. Línea helicoidal.
Propuesta educativa. Repetir, controlar. Dialogar, expandir.
Fin educación. Mantener. Autonomía crítico-creativa.
Medios educativos. Lo establecido, lo transmitido. Lo innovador, lo indagado, lo dialogado.

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de los tiempos actuales. En todo caso, la pers- Por eso, el siglo XX, centuria dual, nos ha mos-
pectiva analítica de cada dicotomía ha de verse trado grandes males, los peores efectos de esa
como un recurso didáctico clarificador. Ello, en «razón lógica simplificadora» y nos ha enseñado
el afán de acercarlo con intuitividad, tiene el el proyecto alternativo de cómo rehacernos para
riesgo de perder en algún grado la visión holísti- vivir otros tiempos. Otros tiempos en los que
ca desde la que debe percibirse el mensaje. Cada seamos capaces de comprender que el modelo
par dicotómico encuentra el significado de sí posible de experiencia humana que debemos
mismo en la consideración sintética de la globa- seguir es el de la «razón ética compleja». Un filó-
lidad del mensaje. Es un contenido complemen- sofo relevante del siglo, M. Heidegger, en un bre-
tario en que el proceso cognitivo del análisis ve escrito: Carta sobre el humanismo (2004), nos
encuentra cierta plenitud comunicacional en la acerca una nueva lupa con la que ver el mundo
elaboración sintética de la relación temática de y lo humano. Que no sigamos pensándonos des-
los múltiples factores. de la animalitas a la que luego le sobreviene el
añadido de la racionalidad. No es valioso que
Paradigma Razón lógica Razón nos reconozcamos como animales, además capa-
simplificadora ética compleja ces de pensar. Pensar para hacer y vivir de forma
animal, cerrada. Aporta Heidegger que la tarea
Paradigma hace referencia al modelo que define humana actual es reconocernos desde la humani-
la concepción y la comprensión de la experiencia tas. Desde otra razón de ser. Y el filósofo, además
humana. Es la clave en que descansa y en la que poeta, intuye de manera perfecta que ése desde
se articula todo el mundo de consideraciones y la humanitas puede concretarse en la «apertura
de aspectos de diferenciado matiz en que se con- al ser». Precisamente, por ser entes de palabra,
creta la compleja actividad humana en el mundo desde la palabra, lo que nos toca como humanos
con los otros. Es el valor a conseguir. Durante los es desvelar en nuestro cuidado del mundo, la
siglos de cultura greco-occidental (V a.C-XIX/XX iluminación del ser. Hacer presente la realidad
d.C.), la modernidad amplia, el modelo de huma- posible del mundo. Pasar a ser cocreadores de
no dominante ha sido el de quien se reconoce un mundo que se nos desvela en el lenguaje, con
como una «razón lógica simplificadora». Razón el que pastoreamos, cuidamos, el ser. Dejar de ser
generadora del anclaje en la certeza de alcanzar la animales racionales y pasar a ser la morada en el
verdad, dominadora y reguladora de lo real, dis- lenguaje de lo que es y de su fundamento. La
tante de todo aquello que no era asequible a los razón deja de ser un mapa cognitivo de repre-
criterios positivistas de diálogo con lo cognosci- sentación de pretendidas absolutas verdades. La
ble. Lo no integrable en los parámetros de la veri- razón pasa a ser un mundo de eticidad, de res-
ficación observable y medible quedaba excluido ponsabilidad, de exigencia, por hacer real que
del ámbito epistémico posible. Como efecto de las posibilidades de la vida se nos desvelen de
este proyecto cognitivo, educarse, aprender, pre- manera cuidada.
pararse para la vida, ensanchar el espíritu y ver-
balizaciones semejantes quedaron restringidas a Actor Sujeto substante Sujeto relacional/
aspectos humanos racionalistas, intelectualistas. individual gramatical
Todo lo vivible y presente en la experiencia hu-
mana que no estuviese directamente relacionado En correspondencia con el paradigma/modelo
con esa atribución racional del conocimiento ma- definido, el actor coherente de la modernidad es
temático y observable, objetivo, distante de las un yo sustante individual. Esto es, un ser subs-
valoraciones, era percibido como algo secunda- tancial: aquello que no necesita de ninguna otra
rio. Los efectos de ese mundo humano, presente cosa para existir. Así lo vio la tradición que tra-
y dominante en la experiencia de los pueblos, dujo el «animal lógico» aristotélico en senten-
son bien conocidos. cias como las de Boecio: «Rationalis naturae,

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individua substancia» («Una sustancia indivi- definición de la tradición clásica aristotélico-


dual de naturaleza racional»). El ser humano, tomista: «Adaequatio rei et intellectus». Han sido
un yo de identidad sustantiva, que vivía el aña- tiempos de profunda seriedad y rigor, en nombre
dido accidental de la socialización, como algo de la verdad, por parte de quienes creían poseer-
secundario en el plano del ser. Es evidente que la y se autoafirmaban en ella hasta la violencia.
esa identidad es la base de una forma de ser Por eso, cuando U. Eco, el pensador y lingüista
y actuar desde la que se justifican las jerarquías, italiano, tiene que hacer una radiografía de nues-
los dominios y los poderosos, unos sobre otros. tro tiempo pasado, escribe la novela El nombre de
Desde esa identidad es difícil, prácticamente la rosa (1983) y articula en ella un mundo en que
imposible, hacer viva una psicosociocultura «la verdad ríe». El afán secular de creerse conoce-
capaz de superar los retos de nuestro tiempo y, dores de la verdad, como algo absoluto, universal
de otro lado, acercarnos a vivir de forma supe- y objetivo, desde plataformas de poder que ga-
radora esos retos. Siendo esto así porque si cada rantizaban el valor de verdad de lo conocido, ha
sujeto se concibe como una realidad substan- sido una amenaza terrible para millones y millo-
cial, realizada en sí, que no necesita de nada nes de humanos, durante siglos y siglos.
para ser quien es, entonces se dificulta la pre-
sencia histórica de personas y de situaciones No significa esto, caminando hacia el otro
humanas más cercanas a la igual dignidad y fra- extremo, que la metamodernidad consista en
ternidad de la especie humana. renunciar a todo afán por desvelar la verdad
en el mundo. No. Más bien, el humano relacio-
La alternativa del siglo XX, siglo de la relacio- nal de la metamodernidad se define en el inten-
nalidad, nos ha permitido captar una visión de to de dialogar con los otros en el camino hacia
lo humano no sustantiva. Más bien, un ser que la verdad, que se pueda alcanzar. Ya lo expresa-
emerge y se construye desde la radical gramati- ba Platón en la famosa Carta VII: «Verdad es lo
calidad del encuentro con los otros. El actor que un grupo de humanos en diálogo busca».
metamoderno no está constituido y luego acci- Y esta misma tensión, tanto y tanto tiempo olvi-
dentalmente se relaciona en la socialización. La dada desde el deslumbramiento poderoso de
persona metamoderna se realiza en y desde la creerse en el poder de la verdad, es lo que hoy
radical y originante relación con los otros, que hace del diálogo (Habermas, 1987) el más con-
ahora no son relaciones accidentales, sino hue- sistente valor de nuestro mundo.
llas generadoras de la propia realización perso-
nal. Este actor sí es el indicado para hacer pre- La verdad que hoy se busca y plantea como pro-
sente otro estilo de cultura en la que sea real yecto existencial es la de que existimos para rea-
vivir más libertad, dignidad, igualdad y frater- lizarnos válidamente en la convivencia. Hoy el
nidad. Una cultura en la que sean alcanzables valor no es la verdad alcanzada por algunos y
más experiencias de paz, de interculturalidad, propuesta/impuesta a los demás menos podero-
de solidaridad, de ecología… sos. Hoy nos debemos acercar al convencimien-
to «entre» de que la verdad consiste en realizar-
Valor Conocer la verdad Realizarse/convivir nos éticamente los unos con los otros, en cuanto
que todos somos radical y originariamente «her-
Ese humano moderno, reconocido y activo manos de humanidad». La propuesta ética más
durante siglos y aún hoy, sustante y lógico, vivía valiosa en nuestro tiempo es ésta en la que nos
como lo más valioso la certeza de ser conocedor comprendemos humanos, realizando la cons-
de la verdad. Entendida la verdad como el logro trucción de la propia morada, con los otros.
de una captación objetiva y universal de lo real.
Esto es, la adecuación perfecta entre lo real y lo Tramoya Yo+accidentes, objetos Yo nostral:
captado por el entendimiento, como decía la de conocimiento seres convivencia

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En el escenario de la tramoya de la vida, lo «ser buena persona», «desarrollarse como per-


moderno atribuye nuestra realidad humana sona», «hacerse persona», y algunas otras, son
como un mundo en el que hay «yo» y acci- expresiones que indican ese sentido de valor
dentes. En definitiva, objetos de conocimiento. y profundidad atribuido a dicho término. Ésa es
Cosas para conocer y dominar. Los otros, tam- la razón por la que, ahora como síntesis, use
bién. Objetos cognoscibles y manejables. En ese dicha palabra para centrar en ella el estilo de per-
mundo de enseres, cada uno es un yo aislado, sona que nuestra cultura occidental a lo largo de
individual, cerrado, que ve y vive todo lo otro, más de 24 siglos de historia ha mantenido y po-
personas y objetos, como accidentes. Como tenciado. La persona activa en el teatro precita-
algo que tiene el valor residual de ser «útiles» do (sujeto, sustancia, conocedor de la verdad, yo
para el uso de los «yo». Así, ni las personas, ni aislado), es una expresión cognitiva de lo real.
la naturaleza, ni las cosas, valen en definitiva Alguien que existe para (finalidad) conocer. Al-
nada. Vale el «yo», el actor, la sustancia. Todo guien racional, inserto en un estilo de quehacer
lo otro es tramoya, cacharrería, objetos conve- delimitado por la actividad lógica. Es el humano
nientes o inconvenientes. En ese mundo de la de la persona moderna. Lo que no es significati-
modernidad, el respeto, el cuidado, la atención vamente racional, ni puede expresarse en len-
a lo natural será meramente la expresión de una guaje matemático, o no existe y si existe lo es de
conveniencia, de un interés. Igualmente las per- manera secundaria, subsidiaria, menos humana
sonas son causi objetos de oportunidad para que lo otro más relevante de la racionalidad co-
que alguien saque ventaja. En este texto teatral mentada. Es una persona para vivir en el cono-
no será posible el cambio para alcanzar un mun- cer, con sus aspectos positivos y valiosos y sus
do más justo, solidario, atento a las vidas de las aspectos negativos y limitantes.
personas y de la naturaleza. El código de con-
ducta, social, política, cultural, vendrá marcado Esa persona, líder activo del escenario del mun-
por los límites que se alcancen a ver como cam- do y de las innumerables acciones y relaciones
po de posibilidad para hacer lo que se pueda. reconocibles, no parece alguien adecuado ni váli-
do para encontrar las alternativas que el hoy nos
Sin embargo, la psicocultura metamoderna con- exige y plantea. Mundo que nos apela e interro-
cibe la experiencia de la vida cotidiana como un ga para hacer posible más libertad, más igual-
mundo no dual y sí más unitario. No hay sustan- dad, más dignidad, más fraternidad. En corres-
cias ni accidentes, no hay personas ni objetos pondencia, menos injusticia, menos explotación,
para uso de esas personas. Todo se atribuye rea- menos violencia y menos hambre.
lidad como seres valiosos en sí mismos e impres-
cindibles para la realización de cada uno en Así, la persona metamoderna, quien puede ser
todos los aspectos y extremos de la existencia. el agente de las novedades psicoculturales exigi-
das, debe ser una experiencia ética integradora.
Ser persona Cognitivo: razón Ético Un nudo comunitario. Alguien que alimentado
lógico-matemática integrador de los coherentes elementos anteriores descritos
sabe y vive que lo nostral, lo nodal, lo relacio-
«Persona» es la categoría que en nuestra cultura, nal, el «entre» (Buber, 1949), es el punto origi-
desde la etimología griega, mejor indica el valor nario de acción para vivirnos como personas
del ser humano. Con el término «persona» se capaces de otro mundo. Otro mundo es posible
hace referencia a la atribución clave que se quie- porque lo hemos conocido en las experiencias
re significar como lo más radical y definidor de y razones desarrolladas en el siglo XX. Para ello,
la peculiaridad de lo humano. Que se es «perso- es necesario que ese mundo atribuido nuevo sea
na» es el indicador verbal y mental de lo más algo interiorizado en nuestros pensamientos y
intenso y profundo del humano. «Ser persona», sentimientos, en nuestro conocer y en nuestro

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decidir. Saber, aceptar y vivir que somos perso- desde otra «concepción del yo». Aquella en la
nas, en la medida en que «abiertos al mundo» que el humano se atribuye la existencia como
nos reconocemos humanos desde el originante un «nudo comunitario». Aquella percepción en
y radical encuentro con los otros. Otros que, a su que cada yo no se comprende como un mundo
vez, son realidad humana porque se hacen per- aislado de «yoísmo» centrípeto y clausurado. El
sonas en esa respectividad con otros. La persona reto de nuestra humana experiencia de la globa-
como experiencia ética. Un ser que existe para lidad informativa y comunicacional, de nuestra
(finalidad) dar respuesta de su hacer en el mun- compartida responsabilidad ecológica y de nues-
do. A esa finalidad están supeditadas todas las tra necesaria implicación en el hambre, la po-
potenciales funciones de nuestro hacer humano. breza y el analfabetismo de miles de millones de
También la funcionalidad más relevante y sor- humanos, nos exige reconocernos idénticos como
prendente, la capacidad racional de nuestro ser «nudos comunitarios». Vida humana nodal en la
humano, que no es la finalidad del existir, sino que no aparece el egoísmo de creerse y sentirse
una función más, eso sí, muy significativa, que cada uno, sobre todo los que más logran poder,
debe quedar al servicio de la finalidad ética del como ejes absolutos de lo que el mundo vive.
vivir: realizarse y responder de nuestro ser como Más bien, vida nodal que sea capaz de hacernos
persona. sentir y captar que todo lo logrado por cualquie-
ra depende, en todas las maneras, de todos,
Concepción Substancia Nudo comunitario: y que nada es atribuible y decible exclusivamen-
del yo intelectiva jerárquica autorrealización te ni del esfuerzo, ni del valor, ni de la capacidad
de alguien, solo y aislado. Y es que nadie es real-
De manera reiterativa, al tiempo que comple- mente alguien solo y aislado. Todos somos de
mentaria, en función de la enorme relevancia de «entre» (Buber, 1949) todos. Tiene ya muchos
ese aspecto, definir la realidad humana actora siglos, y hoy ya es obsoleta, la definición de Boe-
del propio guión existencial, es necesario clari- cio, el filósofo del siglo VII, que expandiendo el
ficar la «concepción del yo» que acompaña a las «animal racional» de la tradición aristotélica,
comentadas variables del «actor» y de la «perso- decía del ser humano que era una «sustancia
na». La identidad en el escenario del mundo mo- individual de naturaleza racional», «rationalis
derno, que, de alguna manera, agonizante debía naturae, individua sustancia».
acabar su presencia poderosa, desigualitaria, en
la experiencia de los grupos humanos, se viste Una de las consecuencias más destructivas de
de nuevo con los ropajes de algo sustante-inte- esa visión, presente en un momento histórico,
lectivo, que aporta al mundo un estilo de convi- y que hoy es decididamente superable, es la
vencia y de presencia de poder, cargado de marca jerarquizadora que dividía en categorías
jerarquía. El mundo moderno es vertical. Unos impermeables a los humanos. Algunas referen-
son poderosos y otros son podidos. Unos están cias recuerdan esa visión jerarquizada. Platón
en la verdad enquistada de su poder, que narra en la República clasifica a los humanos, en cuan-
su mundo como el verdadero, y otros están en to que substancias racionales, en diferentes gru-
el final de la escala, en el que se acurrucan débi- pos según el tipo de racionalidad. De oro, de
les y dependientes de las imposiciones de los bronce, de hierro. Cada humano es portador
otros. Es el mismo mundo establecido que hace de un tipo de inteligencia. De los más listos,
muy difícil lograr nuevas salidas hacia horizon- filósofos, gobernantes, a los más torpes, agricul-
tes psicoculturales de más humanización. tores, servidores. Un mundo jerárquico y verti-
cal. Complementariamente, el sofista Protágo-
El alternativo mundo metamoderno, aquel en ras se hizo famoso entre otras cosas por aquella
que se plantea la superación de las deficiencias sentencia: «El hombre es la medida de todas
de la concepción del yo analizadas, se realiza las cosas; de las que son, en cuanto que son, de

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las que no son en cuanto que no son» (1984). La Esa narración jerárquica y dominadora de unos
frase en el nivel metafísico, el valor de la presen- sobre otros no puede ser el mensaje capaz de
cia del ser humano, es aceptable y valiosa. Sin renovar y hacer más humanas las formas de con-
embargo, dado que la frase vive también en la vivencia. Además, hoy ya tenemos abundantes
experiencia social de los grupos humanos, tiene argumentos de conocimiento, de eticidad, de
una aplicación negativa y superable. Y es que de implicación afectiva, de responsabilidad parti-
hecho «el hombre» se traduce en que «algunos cipada, para no mantenernos en la narrativa del
hombres», los que pueden, los que están consi- pasado. Más que ser competitivos para que
derados y aceptados en la cumbre de la jerar- ganen unos y pierdan otros hay que plantearse
quía, miden la realidad a los demás. Algunos vivir en la cooperación. Más que ser etnocéntri-
pueden sobre una gran mayoría. Consecuencia co, para potenciar el valor de mi cultura en
que durante siglos y siglos ha estado presente en detrimento de otras, podemos valorar lo positi-
la concreta historia vivida respecto del valor vo de cada uno e integrarlo en otra dimensión
poder, de las creencias, de la autonomía econó- más creativa y abierta de la convivencia.
mica, social, política.
Socialización Yo+accidente: Yo nostral:
El yo que posibilite un mundo diferente, más epidérmica profunda
intercultural, más ecológico, más democrático,
más justo, más libre y digno, es aquel que supera El ser humano de las dos narraciones, que se
esa larga tradición de modernidad, que venimos contrastan, vive el encuentro con los otros tam-
analizando, y asume la otra mente que surge de bién de diferenciada manera. En la histórica dia-
los nuevos conocimientos y planteamientos que positiva de la modernidad, la relación con los
el siglo XX nos ha aportado sobre el mundo, otros se entendía como un accidente. Algo pos-
incluido lo humano. terior, en todos los órdenes, a la realidad origi-
naria de la sustancialidad personal. La convi-
Libreto Yo jerárquico dominador Yo comunitario vencia, la presencia de cualquier otro, es en este
libreto algo secundario, añadido. De ahí se deri-
En función de esa diferente concepción del yo, va que la forma de convivir, de reconocerse,
o sustancia individual o referencia gramatical/ unos y otros, sea algo vivido con implicación
comunitaria, el libreto narrable en el escenario existencial de baja densidad. Difícil se hace des-
de la historia de todos con todos es contunden- de ese horizonte de comprensión vital captar la
temente diferente. Es la base argumental doble posibilidad de superar retos de nuestra cultura
para narrar dos historias claramente diferentes. y promover estilos de vida realmente más dig-
El siglo XX, con raíces tenues en el XIX, y los nos y fraternos. Si somos y luego se nos añade
tiempos actuales son mundos representaciona- algo «accidental», eso añadido siempre se con-
les de intentos de cambio, de situaciones de ida siderará como algo secundario, menor.
y venida, de esfuerzos por mantener el pasado
y de experiencias por hacer viable lo nuevo. Por eso, tras las crisis de la modernidad, rotun-
Casi todo lo vivido en representaciones econó- damente vividas en las tragedias del siglo XX, el
micas, políticas, creenciales, sociales y cultura- neohumanismo alcanzable nos proyecta una
les, durante siglos y siglos pasados, ha estado diferente narración del yo. El yo como expe-
presente desde una narración del humano mo- riencia nostral, que desde la concepción de la
derno: sustancia racional. Idea que incidía en gramaticalidad, de la radical respectividad de
el mantenimiento de una sociocultura vertical unos y otros, nos dice que los demás no son
y jerárquica, de personas ancladas en lugares accidentes de sustancias previas, sino huellas
diferentes e inamovibles de la jerarquía econó- constitutivas de cada yo. Esta visión no dualista
mica, política, social. de cada ser humano nos aporta una comprensión

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más profunda y radical de la presencia de unos Estados más pobres del mundo con 2.000 mi-
con otros en la realización de la existencia. Des- llones de seres. Mil millones viven con lo equi-
de este libreto es mucho más esperable la presen- valente a un dólar al día. Casi mil millones de
cia de otras posibilidades de vida entre los seres personas son analfabetos.
humanos y de éstos con la naturaleza. Si cada
uno nos reconocemos hechos desde el encuentro Un mundo más pacífico y sostenible requiere
con los otros, no como algo accidental, que se me otro teatro. Ante todo, otros actores. Seres hu-
presenta, sino como la ineludible experiencia manos, capaces de vivir otro estilo de persona,
para la construcción de mi ser, entonces será más que por saberse hechos desde el encuentro con
fácil vivir que nos tocar cuidarnos. Reconocernos los otros, generen más igualdad y respeto a la
como seres dignos, iguales, fraternos. Este neohu- vida de todos. De hacernos la vida más cercana,
manismo de la metamodernidad es el nuevo actor, positiva y valiosa.
capaz de abocarnos realmente a otro tipo de re-
presentación psicocultural. Consecuencias Desigualdad Igualdad
sociales
Consecuencias Hambre, Equidad
económicas pobreza, injusticia De forma complementaria ocurre lo mismo en
el ámbito de lo social. El actor moderno, sus-
El interés por esta temática no es quedarse ence- tancial, racional y medidor hace desde el con-
rrado en la analítica de las ideas. Es necesario vencimiento de que unos son superiores a otros.
conectar esos faros interpretativos con la impli- Que somos desiguales por naturaleza. No desi-
cación que tienen en la visión de lo vivido. Así, guales por accidente, dado que la «Salamanca»
es fácil ver en el mercado de la vida que actores del adagio no arregla nada respecto de lo sus-
surgidos de la conciencia de su propia concien- tancial natural, si esto no lo da. Siglos y siglos
cia sustancial crean y sientan que lo que son hemos vivido una sociedad marcada por las
capaces de acumular es (sustantivamente) de y jerarquías, las diferencias, los privilegios, aún
para ellos, sin más. Desde el actante teatral de demasiado presentes. El neohumanismo de la
«mi» mente, «mi» corazón, «mi» cartera, lo que metamodernidad nos acerca a un nuevo hori-
otros puedan vivir es problema de ellos. Cada zonte: comprender que nuestra actuación
uno que haga lo que pueda y sepa, según sus humana no es realizada entre actores de dife-
posibilidades. Y ahí vienen los adagios al uso, rentes sustancias, que luego incorporan aspec-
anclados en la entraña de nuestro horizonte cul- tos accidentales. Esto es, que como seres res-
tural: «Lo que la naturaleza no da, Salamanca pectivos que hoy nos reconocemos, más bien
no lo presta», «Ande yo caliente y ríase la gen- somos seres iguales que matizadamente nos
te», «Más vale pájaro en mano, que ciento complementamos en nuestra originaria igual-
volando», y más. dad de humanos/hermanos.

Las consecuencias económicas del teatro y de Consecuencias Dominación, Libertad,


los actores de la modernidad los tenemos muy culturales violencia paz
abundantemente reconocidos. Los datos mun-
diales y menos mundiales del hambre y de la Son bien conocidas, por muy experimentadas.
pobreza son trágicos. ¡Males del mundo! Sí, del La acción humana del animal racional, sustan-
mundo que hemos aceptado representar. Aun- cial, cognitivo y medidor, desde el hinchado
que podíamos manifestar otro. El actor metamo- acercamiento a la verdad ha saturado la vida de
derno se presenta como una nueva obra. Miles lucha y confrontación. Si uno tiene la verdad
de niños mueren cada día de hambre. 350 fami- los demás no la tienen. La verdad se ha muerto
lias poseen la misma riqueza que los cuarenta de seriedad. «La verdad ríe» (U. Eco, 1987).

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Por eso, entre otras razones la búsqueda del sen- la geometría euclídea: que por el punto exterior
tido del humor se ha convertido en la fama bur- a una recta sólo pasa otra recta paralela a la ante-
bujeante de nuestro tiempo. La risa es expresión rior. Un mundo cerrado, plano, limitado, cerra-
muscular de una primera palabra de libertad do a la amplitud de los sentidos perceptivos del
y de encuentro en paz con los demás. Hemos observador. La nueva narración argumentada de
vivido siglos y siglos sumidos en las tragedias de otro actor requiere un espacio amplio, abierto,
quienes teniendo poder expresaban éste en la global, helicoidal.
imposición de la propia verdad. Nuestro tiempo
requiere otro libreto, actor y teatro. Revitalizar Propuesta Repetir, Dialogar,
otra forma de «ser siendo humano». Esa forma educativa controlar expandir
en que desde la humanitas (Heidegger, 2004)
nos reconozcamos humanos en cuanto que pas- La acción educativa de ambos mundos contra-
tores del ser a través de la palabra en la que se puestos también es claramente diferente. En un
desvela, ilumina y hace presente el ser. Es ahí caso, repetir y su evaluación correspondiente,
donde aparece la experiencia de la libertad, del controlar. En el otro, dialogar y expandir. Cierto
alejamiento del cerrado mundo de lo impuesto, que expandir el espíritu requiere el esfuerzo de
que nos abre a la paz del buen encuentro con los entrenarse, de desarrollar y potenciar habilidades
otros y con la vida en general. Con el ser. personales cognitivas, afectivas, éticas, que sólo
se potencian por medio del adecuado y exigente
Guión Enfrentamiento, Fraternidad, entrenamiento. Pero no es lo mismo aprender
general individuo comunidad para repetir de manera mimética y establecida,
que trabajar para conseguir virtualidades perso-
Desde el guión mantenido siglos y siglos de la nales nuevas.
modernidad, la experiencia del individuo ha
sido una representación de enfrentamiento. Había Esta dicotomía de la «propuesta educativa»
trama narrativa para estar en permanente afán tiene un número ingente de apoyos concreta-
y exigencia de lucha. Algunos tienen la verdad. dos en las investigaciones realizadas sobre la
Algunos tienen el poder. Algunos tienen rela- presencia del sistema escolar en las sociedades
ción privilegiada con el conocimiento válido. modernas. Una ingente bibliografía crítica tran-
Quienes no eran esos algunos eran la negación, sita sobre las experiencias escolar-educativas
lo opuesto, aquello que había que rechazar, do- desde el último tercio del siglo XIX y durante el
minar, reducir o reencauzar. Con ese bagaje se siglo XX. Así, Tolstoi, Montessori, Decroly, Ma-
hace muy difícil, realmente imposible, que el karenko, Freinet, Kerchensteiner, Piaget, Frei-
mundo actual encuentre seres capaces de actuar re, Illich, Lobrot, Bourdieu…, por no hacer la
de nueva manera. De esa forma que es necesa- lista más amplia, son algunos de los líderes crí-
rio aprender para responder valiosamente a los ticos de la escuela establecida en las «burocra-
retos y los desafíos que hoy se nos presentan. cias» de los saberes consolidados y determi-
Los ya dichos de ser más interculturales, más nados, de las exposiciones cerradas y de las
ecológicos, más equitativos, más dignos y libres, evaluaciones calificadoras. Es paradigmático, a
más fraternos. estos efectos, la creación de P. Freire cuando
critica la «educación bancaria» como un forma
Figura Línea recta Línea de hacer más mantenedora que liberadora. En
geométrica plana helicoidal definitiva, como una educación que difícil-
mente pueda ser la puerta de entrada de una
El pasado moderno, aún algo actual en sí mismo forma de potenciarse humanamente que haga
o en sus manifestaciones reactivas, posmoderno posible otra forma de historia personal y co-
y ultramoderno, es representable en el plano de munitaria.

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Fin educación Mantener Autonomía creativa. Hacia fórmulas de una renovada y siem-
crítico-creativa pre abierta inquietud educativa. Una educación
para «aprender a ser» desde la abierta creativi-
En correspondencia, el fin educativo de la mo- dad del espíritu humano y no para mantenerse
dernidad es mantener. Si conocemos la verdad, en el estereotipo dominante de lo mantenido en
ésta no puede hacerse presente sino desde el ine- el pasado.
ludible mantenimiento. En el otro escenario lo
que se representa, en función de todo lo dicho, es Medios Lo establecido, Lo innovador, lo
una propuesta educativa de horizonte crítico educativos lo transmitido indagado, lo dialogado
y creativo. Educarse para estar más presente en la
acción de la propia experiencia vital y en el com- Por último, los medios educativos aceptables en
promiso con el conjunto de la vida sociocultural. cada uno de los mundos reflejados son diferen-
tes. En la modernidad, lo relevante es mantener
En sentido complementario de la dicotomía ante- lo seguro, lo transmitido, que ha sido avalado
rior, «propuesta educativa», ésta del «fin de la por ser la verdad establecida desde los centros
educación», reitera los puntos de referencia con- de poder conocedores. En el neohumanismo de
trapuestos de ambas mentalidades, la moderna la metamodernidad, presente aquí en el guión
y la metamoderna. Desde la animalidad racional del nuevo actor humano, lo educativo es aque-
de substancias cognitivas, capaces de conocer la llo que revitaliza el diálogo, que se presenta
verdad, el fin del perfeccionamiento no podía ser como innovador, que concreta y articula lo
otro que mantener lo alcanzado. La presencia indagado.
y dominancia de unos libretos culturales así defi-
nidos exigían ver la finalidad de la educación Este punto, a su vez, puede ser ampliamente con-
como un esfuerzo por consolidar y mantener lo cretado y avalado por diferentes fuentes de análi-
establecido. Baste recordar que es en el siglo XX sis y debate. Baste apuntar la visión habermasia-
cuando la reflexión sobre las ideas y las creencias na de la «dialogicidad» como una elaboración
que comprenden el horizonte de lo humano reflexiva del siglo XX que puede sintetizarse en la
hacen patente la presencia de lo temporal en la contraposición de las dos posibles traducciones
conciencia humana. Así lo atestiguan autores del término griego logos, o razón o palabra. Tras
como Bergson, Ortega y Gasset, Zubiri, Heide- las críticas a la razón instrumentalista y tecnoló-
gger, entre otros. Ese insertar el tiempo en el meo- gica de la modernidad (Nietzche, Heidegger,
llo de la conciencia personal es un nuevo hori- entre otros) se apostó reflexiva y operativamente
zonte de apertura de la conciencia psíquica e por acercarse a una visión del mundo anclado en
histórica que comprende la realización de la exis- la palabra. Desde esta experiencia de intercambio
tencia como un esfuerzo de autonomía crítica y se hace más fácil la manifestación del diálogo, el
creativa. intercambio de palabras.

En esta secuencia reflexiva, efectivamente, el Trasladado esto al mundo de la mediación edu-


«fin de la educación» había de cambiar, de modo cativa en general, y de la didáctica más en concre-
que el valor modélico a seguir no fuese tanto el to, el siglo XX, desde la educación extraescolar
mantenimiento firme de lo logrado y estableci- (social: animación sociocultural, investigación-
do, sino, precisamente, el cambio y la búsqueda acción, desarrollo comunitario, educación popu-
de nuevas formas de afirmación personal. For- lar…) hacia la escolar, y de ésta hacia aquélla, ha
mas que, reconocido que la persistencia de lo sido un permanente flujo de indagaciones, de
establecido no podía ser alternativa valiosa para experimentación y de innovación metodológicas.
solventar los nuevos retos civilizatorio, habrían Uno de los avatares más comentados de la educa-
de cambiar hacia otros horizontes de apertura ción, escolarizada y no escolarizada, es que la

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permanente situación de crisis que vive tiene y seguras, provoca en el profesorado, cuando
que ver con la búsqueda y la inseguridad refe- no en los padres y en los múltiples agentes edu-
ridas a las formas de hacer más válidas para rea- cativos, cuanto menos, inseguridad. Éste es el
lizar la propuesta educativa. La incidencia de reto de las agencias educativas en la actualidad.
las TIC, del paradigma constructivista, de la Que no manteniéndose en el pasado enquista-
conciencia cooperativa, del mundo de la globa- do deben estar en permanente actitud de res-
lización, entre otras variables, hace que el afán ponder adecuadamente a los retos de los tiem-
de la claridad, de la innovación y de encontrar pos presentes. La dificultad se advierte en que
respuestas adecuadas mantenga al profesorado lo nuevo requiere equilibrio y madurez para
en un inacabado afán de «saber a qué atener- acertar a salir de lo establecido, pero al mismo
se». Se ha dejado la seguridad de un pasado tiempo no quedar dogmáticamente iluminado
bien articulado en sus creencias, ideas, valores por modas más o menos inconsistentes que en
y fórmulas de actuación, a un mundo entrópi- algunos momentos puedan ofertarse en un ho-
co de permanente turbulencia en el que asegu- rizonte poco contrastado y muy superficial-
rarse formas de acción exitosas, bien definidas mente analizado y valorado.

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Abstract

From modern ‘I’ to metamodern ‘I’: towards other culture and education

The crossing towards the twenty first century, after the complex twentieth century, has challenged
in a novel manner how to go on living together as humans and our relations with the world. The
West has formed its own history from a modern conscious identity, a narrative conscience as ratio-
nal substance, cable of knowing the truth, and contemplating and measuring reality. Existing today
implies crossing to the metamodernity, the presence of a human being that makes and recognised
meetings with the others. From a human being «rational substance» to a human being of «ethics
relationship».

Key words: Modernity, Post-modernity, Ultra-modernity, Meta-modernity, Deconstruction, Sociocul-


tural challenges, Respectivity, Grammatical category (grammatologie), Ethics reason.

Perfil profesional del autor

José Ángel López Herrerías

Profesor de Teoría de la Educación y Pedagogía Social en la Facultad de Educación de la UCM. Pro-


fesor visitante de la Universidad de las Américas (UDLA, Puebla), de la Universidad Autónoma del
Estado de Puebla (UPAEP) y de la Universidad de La Salle de Cuernavaca. Autor de (2003) Poesía
y educación (Herder, 2005), Educación para una cultura comunitaria (Nau Llibres, 2005), La univer-
sidad (y el proceso de Bolonia: EEES) (Hergué, Huelva, 2008).
Correo electrónico de contacto: jherrer@edu.ucm.es

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