El pueblo embrujado

Según contaban los ___investigadores___, allá por el año de 1850__ se encantó el pueblo de San
___Felipe__. Desapareció. Se sumió hondo, según cuentan. No se sabe bien por qué ocurrió
tremenda desgracia, aunque algunos aseguran que lo que se hizo la iglesia de San Felipe no tenía
campana y fueron a robarse las del templo de un cementerio cercano, llamado San Lucas Tecopilco.
Dicen que llegaron al campanario a las once de la noche, cuando todos dormían, con mucho cuidado
bajaron las campanas y como a las doce, cuando iban entrando con ellas a San Felipe, el pueblo
desapareció. Se encantó, dicen. Se hundió.

Lo único que quedó fue el santo patrón del pueblo, paradito en un tronco. Cuentan que cuando lo
hallaron unos peones que andaban trabajando en lo que eran las tierras de la hacienda de
Cuamanzingo corrieron a avisarle a los dueños, y que entonces ellos recogieron al santito y lo
pusieron en el altar mayor de la capilla de la hacienda. Al otro día, cuando fueron a verlo, se dieron
cuenta de que el santito ya no estaba. Luego se dirigieron al punto donde lo habían encontrado
paradito en su tronco, y allí estaba. Otra vez se lo llevaron y él se quedó, y dicen que caminaba,
porque sus zapatitos estaban llenos de lodo y tallados de la suela. Con seguridad el santito se cansó
de tanta vuelta y vuelta, y aunque ahora en la hacienda no vive nadie, él ahí está en el altar mayor.

También cuentan que el 24 de Noviembre, que es la feria en ese pueblo encantado, a las meritas
doce de la noche se oyen cómo suenan las campanas, cantan los pájaros y truenan cohetes. Me
acuerdo bien de mis padres que me llevaban quesque a oír misa frente al cementerio . Llegábamos y
nos hincábamos; ellos se persignaban y rezaban; yo nunca oí ni un ruidito siquiera, pero ellos decían
que sí se oía; ¡vaya usté a saber!

 
 

Lo que sí se dice por ahí es que para desencantar al pueblo de San ___Felipe_____ va a nacer un
hombre, un hombre que tendrá el don de ver al pueblo; este hombre debe entrar a su iglesia, y allí
va a ver a un Cristo roto, y a su lado harto oro. Si el hombre levanta al Cristo, se ____ve____ al
pueblo, pero si agarra el oro, él se quedará para siempre allí abajo, en lo mero hondo, donde
todavía está encantado el pueblo de San Felipe.