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Silvia Arango Cardinal CIUDAD Y ARQUITECTURA BSc n aR TL RCO LA KUN ee ran ee cco RTD Silvia Arango estudi arquitectara er Ja Universidad de los Andes en Bi cee Seat Peer Reo nr eg eee Tey arnt Ja Escuela de Arquiteetura de la Universidad Neca Ream Seis generaciones que construyeron la América Latina moderna SILVIA ARANGO CARDINAL Ba A FONDO DE CULTURA ECONOMICA, CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES Primera edi, 20:2 ‘cided y wqutacre Seis genercianes que consruyeron In América Lina modema'/ Siva Arango Cavdinal. = Méseo CE, FCE-Colombia ps 25317 cn (Cole Arte Univers) ISBN s7e-7-516-1112(Conacul) ISR orb ao. 16 001 0(FCx) 1 Argtectara- Ami Latin - Siglo XX 2, Urbanlzaién ~ Amica Lani Siglo XML Se IL Lenamae uertacin ndit Dist al Aha at D.Re2014 Sivan ‘es ro os Cd Ci .R.©2012, Buhne Fond de Clears Eeonmiea Colla ada Cle 1-50, ogo Cambie 8.62013 Fondo debut Bonémica Fnpresa cereada 80 01: 2008, Comentarios: edtoragtandadeouturneconoics com ‘ne fondadeelurseconenin com 5a (95) 5227-467 fo 62274698 Seprohibe reproduce total parcia eeta br, sea cual uere lined sins ruenca or ext del ar delos echo. {5BN 978-607-516-11-2(Conacata) 1SBN975-607'161001°0 fer) Tat > Indice general Agradecimientos 9 Introduccion 11 1, Sobrela unidad histirlea 11 2. Sobre la istoriografia urbana y arquitecténica 13 3.Sobre el método generacional 15 4.Sobre el procedimiento 18 Capitulo 1 Generacién cientificista, 1885-1900 21 1. Las vigenclas heredadas 22 2. Nuevas vigencias cientificistas 28 3.Elpanoramaurbanollatinoamericano 34 4, Arquitectura de ingenteros 52 5.Lascludades nuevas 61 Capitulo I. Generacién pragmatica, 1900-1915 77 1. Gireunstancias y perfil 77 2. Grandes obras urbanas 83 3. Metrépolisycludades 94 4 Arguitectura y arquitectos 116 5.Entrecruces generacionales 130 Capitulo 11. Generacién moderista, 1915-1980 132 1. Desparramamiento ydiversidad | 132 2.Vigencias 151 3.Ausencias 163 4, La invencién de la profesién de arguitectura 175 Capitulo IV. Generacton panamericana, 1990-1945 181 1 2.Sistemade vigencias 207 3, Arquitectura yarte decorative 213 4. La aceién de los arqultectos 228 5. La ciudad es superior ala sumadesus partes 243 6.Lavanguardia uruguaya 258 inco aftos cruciales 181 ‘oa AS Z0\3 Capitulo V. Generacién progresista, 1945-1960 273 1. Circunstancias y vigenclas generales 273, 2. Vigencias arquitectonicas 278 3. Laarquiltectura como signo de modernidad 298 4.Lavisiéndelaciudad 221 Capitulo VI. Generacién téenica, 1960-1975 391 1. Lavigencia técnica 391 2. Laensefianza,eldisefio yelespacio 399 3. Laconstruceién vuelta arquitectura 404 4.Lacludad como problema 435 Colofin 451 Bibliografia 453, (Créditos de imagenes 965 Indice de nombres 471 Agradecimientos (Ciudad y arquitectura, Ses generaciones que ‘construyeron ta América Latina eel resultado ‘de un largo proceso de investgacion de 15 anos. Durante est tlempo, varias insituciones _y muchas personas me dieron su respaldo y me ‘permitieron persstir en una tarea que en mu ‘has ocasiones pareca desproporcionada En primer lugar la Escuela de Arquitectura yy Uthanismo de la Universidad Nacional de Colombia, donde he sida dacente durante casi tues décadas, me proporciond algin tiempo parala investigacién yafiossabéticos, pero so: bre todo un émbito académieo enriquecedor. Es principalmente a mis coegas de la maestria emhistora y teoria dela arquitectura yl arte quienes debo un primer reconocimlento: or ge Ramirez, Alberto Saldariaga, Carlos Nino |wonne Pin han eanoeido, compartido ysopat- tado os vavenes de esa investigacién durante ‘muchos aos, Hl largo proceso de digtaliza- dn de fotos, planos y grficos lo reali2s, con tram pacienca, el arquiteet y estudiante de a ‘maestra Alexander Vallejo. Gracas a la bees de Ia Fundacién John Si- ‘mon Guggenheim, en 1989 pude permanecer lun semestreen la cud de Huenos Aires, don- de consulé varias bibliotecasy archivos, espe- clalmentea dea bbliotec de a Sociedad Ce teal de Arqultectoscuya coleein de revista tuna de las mas completas de América Latina. Para el conocimiento del contexo argentino fueron invaluables las conversacionesy visas arquitectnicasralizadas con amigos como Al: bertoPetins, Coos de Larraiaga, lio Caccia- tore, sobre rodo, Ramin Gutierrez, cuyo vato ‘eonoeimiento de a arqutectralatinoameria- na es insuperable. Enestay en otras ocasiones, Ramén y el Cedodal constiuyeron una fuente Privlegiada de consulta, E apoyo financiea de Ja Boca Guggenheim aleanzé para realzar un ‘corto recorrdo por Bolivia, Per, Centeoumési- ‘aye Caribe graclas a Roberto Segre y Jost An ‘onio Choy en La Habana y a Omar Rancier y ilo Breaen Santo Domingo, me aproximé de manera mis precisa al universoearbeno. Por incitiva de Jorge Frandsco Lier, a Getty Foundation concedié financiacidn para una Investigaién sobze arquitectura lain: americans, a mediados del siglo xx, a ses in vestigndores: Francisco Lier por Argentina, [Femando Oyarziin por Chile, Alberto Sato por Venezuela, Carlos Eduardo Comas por Bes, Enrique de Anda por México y yo por Colom: bia, Durante 1995 y 1985, las ouniones para ‘conocer los avances de los trabajos de cada ‘uno y las dscusiones, rancas ya veces enco- nadas acerca del arquiteeturalatinoamerica- »a con un grupo tan seleto consitayeron una cexperieneia de gran valor yun accate muy im portante para precisar mis propinsintuiciones. 1a pasanta de un semeste como profesora Vstanteen la Facultad de Arquitectura de Ia Universidad de Puerto Rico, Rio Piedras, en el ao 2000 me svié no slo paraconocer fondo archivo de Henry Klumb sino para acercarme sms ampllamente al contexoarquitectnio de Puerto Rico y Replica Dominicana, Nolo hu bieralogrado sin a ayuda sobre tod, de Enrique Vivone, Manvel Garcia Fonteboa y Forge Rigas lex Puerto Rio especialmente de Gustavo Luis “Moré en Santo Derningo, a quen agradezeo Ia ‘manera amplia como ha compartido conmigo sus conoctmientos, dus archivos y su amistad. Gracias un af sabstico concedido por la Universidad Nacional de Colombla estave en ‘2003 como profesor vistante en el posgrado 4 urbanismo (Prourt) de la Facultad de Ar ‘quitectura y Urbanism de la Universidad Fe- eral de Bio de Jancira Fue en Bast donde la Anvestigeclin pasé de ser una recopllalén de {nformacién para convertise en una etre: +4 orgénica que permitera su redaccién, Por este salto cualitatvo tengo una inmensa deuda con Margareth da Siva Perera cuya intlign- cia critica y abarcador slo es igualada por calldad humana La tvtaein de Paulo Bruna para detarun curso inensivo para docentesy estudiantes de posgrado en la Universidad de So Paulo (Use), donde expase ls fundamen {0s to6rics de la investgacién, fue un evento ‘muy significative. Agradezco mucho ls exticas Yyeomentatios recibidos en esta ocasién, en es pecial los de Paulo Brana, Ruth Verde Zein y Hiago Segawa, que sirveran para ana los po: codimientos metodolgicosy la Informacion ddocumentalygrfica proporcionada porellosy or Ricardo Medrano dela Use ‘Ademis de las acasones especiales ante flores, durante las timas dos décadas realioé ‘varios viajes a eventos eminarios, cuss, en ‘ewentros) en dstintos paises que aprovechaba slempee para obtener inlormacin tomar fotos ¥ vista bibliotecasy archivos. Para tester las hipétess fueron muy importantes los semina- ros de arquitecturalainoamericana alos que sat reglarmente. Br estos visjes pido, la ayuda de los amigos ue indispensable. Son tantos, que temo olvidar alguno, pero no puedo dejar de agradecer su colaboracin a los sl sgulentes: en Ciudad de México, Rodolfo Sant: maria, Enesto Alva, Concepeién Vargas, Ale Jandro Ochoa, Enrique Ayala y Louise Nose fueron siempre mis referencias y Xavier Guz rman revis6 mi listado de arquitecos mexica ros y me proporclondimeresantes materiales sobre Carlos Obregén Santali, Juan Seguray Alfonso Pallares; en Guadalajara, no puedo de- jar cle recordar Salvador de Albay Alejandra Zoln, que me ensefaron le ciudad, nia pa sl6n entrafable de Juan Palomar por Lu Bs rragéo. En Chile, Cristian Ferndezha idoun apoyo incondicional: no s6lareis6 mi listado de arquitectos cilenos sino que hizo impor. tantes sugerencias los eontenidos del text Beto Bliash, Horacio Torrent, Ma Musioz y Philip Ansselot me proporeionaron Informacién de gran valor. Ente los muchos amigos venezolanos debe destacar mis agra clmientos a la generosidad de William Nii Martin Pad y Gorka Dorronsoro. La ala es vima porlaargitectura uruguay fue conta ‘dan buena medida por Mariano Arana y sus slempre oportunos datos y documentos. En Peri pude consular la coleccién de documen: ‘sy revistas de Pero Beatie y conté con la colaboracién de Wiley Ludena, vena Ba coy Hlio Martucceli. Informacion puntual y ‘oportuna reibi de Ecuador por Inés del Pino. Ml aproximactén al contexto bolivia fue & trauds de Gustavo Medeitos en La Paz. En Cos ta Rica agradezco la ayuda de Bruno Stagno, Gloria Gonzilezy Hernén Jiménez; en ESalva: dor, la de Ingrid Ovo, y en Guatemala, la de Ayal, pero debe confesae que Panaméy ‘Centroamériea tienen presencia en este trabajo gracias Eduard Tejeira- Davies. Dejo para el final mis agradecimientos a dos amigos entranables. En sus limos meses de vids, ya cansado y enfermo, Rogelio Salmon, ‘que conocta mis desvelos tava la gemtleza de leer mi texto final yhacerme unas valosas ob- sorvaciones, que agradezco en toda la dimen: sién que merecen. Jame Salcedo hs sido el confidente permanente de este abo y quien ‘mejor lo conoce y comprende; no me atrevi a darlo por concluido sin su revisién; fue su pa ente pulimento fina, eso “que estan pocoyes ‘tanto; el queme hizo pensar que el ext estaba listo para darse a conocer, Agradezco al Fondo de Cultura Eeondmica de México su interés por este troy especial ‘mente 1 la directora dl Conaculta de 2009 a 2012, Consuelo Siva, cuya generosidady pers: pleacia hicieron posible esta publican, Dolores Introduccién: 1. Sobre la unidad istérica 1 desatio de este texto es entender una es tetra histriea através de a ivdad yaar ‘quitectra, Esta estructura tiene una delimica- cin fisca: América Latina, yuna delimitacién ‘temporal: la Gpoce modems, El tabalo se us- tentaen la hipétesis de que durante el ciclo ‘moderno, América Latina posee una sere de caracteriticas urbanas y arquitectonicas que convierten en una unidad histriea, En principio, el rea de estudio comprende desde el Rio Bravo hasta la Patagonia, ero rio quedelmita a América Latina. Esta deci, que surge de una voluntad personal no exenta de cargas emotvas, posee cierto grado de arbi- ‘rariedad. Par justifiarla se podria enarbolar cl erterlo de a contghiad geogrdtca, pero linea del Rio Bravo no es lo sfcientemente fuerte como para explicarla exclusion de Esta- ddos Unidos y Canad de hecho, existen mu chas eazones arquitectonieas y utbanas para considerar todo el continente y ereer que Ia ‘unidad hstéiea “América moderna” es peri- nent: esa ntueién se present con frecuencia durante el desarollo de la investgaci6n. Oto critelo que justifieari la unidad latinoamer: cana es la relativa homogeneldad de lengua y religdn; aunque en Brasil se hable portugués, se puede considerar que es una lengua herma- ‘na del espanol, a diferencia del inglés, y que la religén calica supone diferencias cultures importantes respecto al protestantismo con «estos factorescobesionadores,habria entonces (que inclu ls paises “madres” de Espana y Portugal al oto lado del Ailéntio. En realidad, rlngtin erterio que presupong invariantes 0 ‘sencias latinoamericanaso stwaciones de tan Jarga duracin que son casi estticas es vid. ‘odo o reales eproximado Insts Araxco Ianomio América Latina es, come todas las realidades Fhumanas, una realidad histérica que se reco: snocesocialmente yest consagrada por el uso ylacostumbre La rezén hima desu unidad ‘st en un sentimeno coletvo de radeacn: Jos atinoamesicanos nos sentimos latinoame: Por otro lado se puede alegar que América {Latina no es una unidad porque en su interior cexsten notables diferencias. Una elemental Vision climate y éeiea distingulrta al menos cinco dreas geogratica (México y Centroamé ca el Caribe; los paises andinos; el Cano Sur, y Brasil) que demandarian andiss rela ‘mente independiente. Por el mismo camino 4e la subulvisin, al interior de cada dea se nueden sear las diferencias hasta llegar alas ‘unidades nacionales y subrayar que Mésico os listino a Honduras o que no son iguales Cuba xyPuerto Rico, nse pueden asillar Clombiay Bolivia, Inluso al interior de cada paises po- sible distingurregiones la sierayla costa en Peri, ol sury el norteen Chil, te. Po lca ‘mine de as diferencias, que existeny son fl les de descubri se termina siempre en peque: fas unidades iereduetbles que impiden la ‘comparacidn y estallan las constataciones en partculs dispersas. En est abajo se ha opts 4o por el camino inverso, el de busca as sim: Indes, los denominadores comunes de a América Latina moderna, Esto no quiere decir ‘que sea indispensable moverse entre gen zaciones. Se parte dela hipétsis de que los procesos modernos se manifestaron de mane ‘a proritara en ls cudades —en las grandes ciudades— y que ellis conforman una estrue tur. A pari del reconocimiento del sistema de jerarquiasurbanasy sus eacomodaciones se pueden dstribuirlosacentos, acer omisién de algunos asentamiertos yconcentarlaaten ‘idm en otros, sin perde el sentido gene Respect al recorte temporal I “época mo- derna’comprende, er este estudio, desde las ‘timas dos déeadas del siglo xix hast as t- mas dos écadas del siglo, que es la delim tacién de un periodo donde se supone una relativa homogeneldad yeuyos contornasem- piezan a hacersenitides con una distancia ae- ‘ual dees décadas. La difultad de deimitar ‘este petioda con fechas precisa surge del mé- todo generacional adeptado —que se explica mis adelante—, pero para quien necesie de corte temporales mis precsos,podrian usar se las fechas limites de maxima actuacién de Jas sels generaclones estudiadas y precisarlo centre 1885 y 1975 Entrelas azones quesusten- ‘an esta dlimitacidn extn las consideracones fen torno a dos modaldades téenicas con sus artefacts y emporaldades de absorci y st Impacto urbano. A finales del siglo xIx hace su apatieién un tipo de ténica, de eater mecinico, que transform las aglomeraciones Dreexistentes y permiié su acelerada expan: sin, hasta convertilasen esa realidad hist: camente nueva que Ihmamos Ia ciudad mo- dderna. La aparicién deuna modalidad téenica Ae cardetrdigtaly el erecimiento wrbano des: mesurado en las ttimas décadas de siglo xx producen fendmenos dstntos que inilan una hueva 6poca que por ahora fala de una me: jor denominacién, puede lamarse“posmoder nat Con toda su impowtanca, el impacto dela ‘éenica moderna no ptede comprenderse sino ‘como la manifesacién aparente de transfor ‘maciones més profundas en el sistema de vi- _gencias biicas. En este sentido, con distancia Istria, todo el perio puede verse coma ‘una unidad de ideas yceenciasbésieas que le ‘an coherencia alas einmicas de una estru- tua socal y sus realizaciones fsieas, Por otto Jado, en arquitecura existe un consenso que acepta la unldad de ls Hamada “arqutecs ‘modema” como un ciclo pertinent y cerrado, aunguelay muchos mates enladefinicin de sus catacteristicas, En este trabajo se entlen- de por arquitectura moderna el proceso de wn «anon formal que estarlacomprendido desde sus inicos a partir del desmoronaenienta de canon académieo hasta su agotamiento, dando aso @ los inilos de uno nuewo. La paultina ‘desaparicién de os prncipios académicos rales delxxdaorign a vigencias estéticas que no so se manifestan en lengusjesformales y sistemas constructivos sino en la define mis- sma de a palabra arquitetura yen las caracte- risticas dela profesién, con una duracién que empieza a desaparecer, por profusiin de aru: tectosyarquitecturas finales del siglo x. {Por quéinsistr en equivoea palabra mo- demo para denominat ese perioda? Es evden: te que los términos moderna, medernismo y * ‘mordernidad se han veto confusos por sex cesiva utilizacin en diversos contexos y que distinasacepciones ydefnicones de pendiendo de los pases, los autores 0 los as pectos que se enfaticen. Una ver mis, por el uso histdrco corrent, Las seis generacones cubes ‘estudiadasinsstieron en autoidentifiarse co mo moderna yla arguitectura que construye: ‘on fueinsistentemente denominada moderna aungue cada una de ells vera una interpre: ‘tclén dstinta deo que ello signifcaba Ens ‘ima instancia, la terca aparicin de ‘modern signifcaba el ansia de ruptura con lo Sensacién de estar inaugurand ‘mundos inéitos, hasta el punto en que ls pa bras modemo y nuevo pueden considerarse sinénimas ‘Ota rin para a delimitacin histilea es: cogia esl fe depostada en a observacion de Juli Mariassobreelhecho de quela“épacami- nlm 0 “poca elemental” de una estructura his: {rica es la conformada por seis generaciones. [En sentido estrcto, seis generacionescubren un periodo de unos 90 aos, lo que se aproxima al siglo, cuyaperinencia histérea es discemible a pesar de su artifclided numérica, En una e- teuctura social, seis generaciones constituyen una sucesién articulada por una memoria ora directa, no mediaizada por la fijacién histér ca dela palabra eserita. Los relatos ales de hechos tansmitides por bisabuelos, abuelosy padres mantienen durante unas seis genera ‘ones su carga emotivayel dramatismo delas reencias que les dan unidad y sentido. ‘Ademis de las consideraciones espacio temporales agut expuesta, la unldad “América Latina moderna” ha sido senalada por histor ores de a politica, la economia literatura, resaltando aspects como el proceso de conso lidacin dela naciones y el paultino dominio de un vast teritoro a inset latinoamen- cana en una economia intemacional de merc «do; la condleién exdiniea de pobreza yescaser en grandes masas de poblacinlaas la igualdad y los mecanismos de ascenso so lal el paso de una situaién colonial a una ‘neocolonal la utlizaelin de lenguajes forms. les exuberantes, etc. El avance dela teflexin de as clencas humanas a escalalatinoamer «ana en el periodo modemo no posee un co rrelato eno que respecta ala dimension fisica 0 formal dela ciudad y dela arquitecara don- de los wabajos generals son partieuarmente 2, Sobrela historiografia urbana yarquitectonica La historia general de la ciudad y de la aqui tectura modemashaside abordada por autores europeos muy reconocidos, entre cuyas obras se pueden mencionar: Pioneros del dseno ‘moderno, de Nleolaus Pevsner (1985); Espacio, tiempo, arguitectarg de Sige Giedon (1841) Historia deta arquitectura moderna, de Bruno “Zev (1954); Historia de ta arguitectura moder- a, de Leonardo Benévolo (1957); Teoria y dise- ‘ao en la evade la mdquina, de Reyner Banbamn (0957) Idenes de ta anguitectura modern, de Peter Colin (1905); Arquitectura contempord ssrRoDucaoN nea, de Manfred Tafuriy Francesco Dalco (01976); Arguitecrura moderna: una historia et fica, de Kenneth Frampton (1980), y Arqulee: ‘ura modema, de Wiliam Curtis (1990) Estos bros constinayen la historia oily cannica del movimiento modemo y son ls textos con ‘que todos los arquitects del mundo —inclui- dos los latinoamericanos— han sida formados. Apesar delas diferencias en los enfoques, estos autores tienen en comtin a constuceién de wn relato con pretensiones universales pero con tun marcado eurocentismo, qu enlaza even- ‘tos vanguardistasy esabloce un frmamento de arquitectos estelares que dan origen aaa quitectura moderna en todas partes del mun- do, Bn estos relatos es muy escas a paricién dle aruitecturas atinoamericanas En os titimos 30 ais, parallamente ala ‘organizacion de maestriasy docorados, en tintos pases latinoamericanos se han publ «ado numerosos trabajos histeicos sobre Ia arguitecturay la oludad de temas muy acota- ‘dos: procesos urbanos en una ciudad; mono- ‘grafias de arquitecos; estudio de barrios; e- mas fancionales en un lugar (sobre vvienda, la ‘ayoria),y vals interesantes historias na conales. Sin embargo, son ca inexistentes os trabajos globales donde se puedan insertar las lezassueltas de estos trabajos parciales Pas rados clisicos, que presentan una sintess ge- eral: Latinoamérica, las cudadesy las ideas (2976), de José Luis Romero (1908-1977), Ar- ‘quteturayurbanismo en tberoamérica (1983), de Ranén Gusérer(n. 1939), alos quehabria ue andi Ia serie de escrito dispersos en. libros, ensayos y artculos de Jorge Enrique Hardoy (1826-1988). En vista de la amplitud temporal de estos trabajos, que cubren varios ‘iglos,no hay un examen detenido del peeiodo moderne. ‘Como interpretacones generales sobre la arquitoctura latinoarhericana del siglo xs hay ‘dos libros: Ora arguitectura en América Lat- 1 rerRoouccon ‘na (1980, de Enrique Browne (1842) y Amé ica Latina, Fin de mienio, Raises eperspect- se sua arguittura 1991), de Roberto Segre (0.1934), publicado er portugués. Con une sid imitada auna,doso ues décadas ha tar bign reeuentos de arquitectua latinoamert cana en: Latin American Architecture since 1945 (0985), de Henry Russell Hitchcock (1903-1987) ltercer tomo de Eneylopédie de 1Arciteture ‘Nowulle(1954), en faneés, de Alberto Sartorls (1907-1991) —dedicadoal "Orden y cima ame: eanos"— Arguitoturlaineamericana 1990- 1970 (1868), de Francisco ullrich, y America Latina Gi limi vont anni (1980), con edi res en italiano y francés, de Jorge Franesco ‘ornur(0. 1946). Lama a atenein el hecho de ‘que cas todos los histriadores que se han pre: ‘scupado por hacer vsiones ltinoamericanas igenerales son argentinos. Debo advert que aqut so hago referencia alos bos estructura: dds como historias genezales, con a responsabi lida e interpretacin de un solo autor, y omito muchos otros que recoslan ensayos yartculos dlevarios autores. Apesar de los ditirtos enfoquese interpre taclones las historias dea arquitecturahechas en América Latina der van del eanon histori: ‘rico general y buscan los origenes de los procesos modernos en nuesté continente en arguitectos 0 movimlentosfundamentalmente europeos. Por ello la nocién de tnfluencia se priviegia como causa explicativa fundamental delastransformacione formaleshast el punto en que, con frecuencs, se niega toda posibil- dad creativa original aos procesos dea arqul- tectura modemalatineamericana. El concepto ‘de inftuencia ha sido wna preoeupacion terica ‘quehe tendo desde hice varios aio y he exa- rminado en cursos acadmicos. Algunas de estas reflexiones esti voleadas en el artculo hecho ‘en compania de Jaime Salcedo ‘Aproximacién a un estudio de las inluencias, publicade en la revista Texas (nim. 8, 2008) del posgrado de historia ytoria del ae y le arquitecture dela Facultad de Antes dels Universidad Nacional {de Colombia, donde se examinan la inten dad, duracién, modalidades y matles de las Inuencias en la historia aqulteetinica. En ese ntculo se subrayael hecho de que as infuen- as no “legan” sino que se escogen y, por «ello, en todo proceso de contacto entre culty ras, cuando algo influye de manera intensa y ba medirlos tiempos que habjan transcurido hasta ese momento, a palabra genealogia vie- rede engendraryse deine como “serie de pro- ‘eenitores y ascendienies de cada persona” y Por ello mira hacia ates, hacia los padres, los buelos, 10s bisabuelos, et. La generacién es lun eoncepto conexo que indica ta accién y efecto de engendrary se define como “la suce- sion de descendientes en lines direct” y gene- ‘monte mira hacia celante, hacia los hijo, iets, bisnietos, ec. Ea histori, los dos tet ‘nos se usan indstintamente; el concepto de ‘generaciinsuele usarse para designar grupos {de contempordnens que tienen una ocupacién yun enfoque comunes -Enestetabajo se tama la nocidn de gener idm on el sentido resringido que le dio ell sofo espanol José Ortezay Gasset en distintos escits, luego preciso por su diseipalo J lidn Marfasen sus libres Ef método stro de {as generaciones (1948) y La estructura socal (1955) Si bien éte el origen intelectusl hay ‘también una raz6n vil y personal para haber adoptado esta opciin metodoldgica. Ea loses: ‘dios inétos sobre historia politics colon biana y americana que hizo mi padte, Jestis Arango Jaramillo, alo largo desu vida, aplies slempre un método generacionalorteguano, Desde sempre, el “modo de pensar generacio. nal fue para mila manera natural de pensar la historia y no he encontado un método alterna tivo que me parezea mis convincentey vest: milque este métodoheredado. {La generacldn, en esta coeiente de pensa- imlent, surge dela observacién de os dstintos ¢stadios dela vida, queno wanscurrede mane- 1a mecénica y continua por acumulacién de ‘as 0 ahos, sino de manera vital, por edades, ‘puesto que, como dice Ortega y Gasset, “Ia ‘edad es el modo que tiene el tempo de estar en nosotros Sila duracén dela vida humana es de unos 75 aftos se puede segmentar en cinco ‘edades bisieas, con rinos de 15 anos: el nino (0415 aos), el joven (15 30 aos) el adulto (20 a 45 anos), el hombre maduro (45 a 60 16 anos) y elanciano (60875 aos) Aunque ak nea dvisorla ente ls distintasedades no pue- {de tomarse como un inie preciso, es evidente que, sigulendocilos biolbgicos, desde épocas ‘muy antiguas se reconocen estas cinco edades bsicasy han sido subrayadas por rtos dein: clacién en las ditintas cultura, por institut res como el conseo de ancianos y por It evi- ddencia de que la edad de méximo poder y fuera intelectual es adel hombre maduro. EL paso de una edad a otra no es paatina sino scbit: uno se encuentra en un momento dado con que et nino yaes un joven, oean que elo: venyaesadulto. A partir de estas constatacones, la genera: cn se define como el grupo de personas que ‘ienen la misma edad yestin en contacto y se puede iustrar con la metiora de una caravan ‘que marcha por la vida y se eniza con otras ca ravanas que estén en marcha hacia oro des hos Las personas de una misma generacin ‘son coetineas y entre ellas existe una fatima ‘complicdad o idensidad generacional, mien: tras que las personas que estan vivas en un mismo momento histéreo y pertenecen a ds ‘intas generaciones son contempornasy, aun {que comparten una misma sieuacién, la vi ‘ven de manera dversa segiin sus rspectivas ‘edades. Un evento como la apariién dela luz clétrca es vivido de manera distnta por los Jovenes que por los ancianos, por ejemplo, aunque ambos contemplen simulténeamente lmismo hecho objetivo. 208 que cohesionan a los eoetineos, Jos miembros de una misma genera ldn, son sus vigenclas. En el sentido en que (Ortega y Gasset usa la palabra, las vigencias pueden definrse como el conjunto de ideas, roencias, valores y costumbres que forman ‘una interpretacién de la realidad con la que debe contarse y que, para ellos, comstituye la realidad misma, Los miembros de wna misma {generacién no poseen ideas o ereencas unin ‘mes yes normal que dserepen en muchos as pectos, pero lo hacen a partir de un consenso {impersonal generaciona, que es lo que ses pone, lo que se dice, lo que se piensa, Losind- Viduos no estén determinados por Ia genera- cin a Ia que pertenecen, no es un destino Inapelabe, pero as vigencias desu generacién cas, Este sujeto colectivo —Ia generacién— funciona si forman su paisa, sus crcunst ‘como una interpreaciin del mundo que se ac va en eada individuo; on este sentido lo social no esti “era sino “dento" de cada personay ‘eada uno vive como un horizonte de posi lidades desafios que uno aprende a recono: cer como tuna testura a coloracisn vital calec: ta, Las vigencias se forman como reaccién a Jas mismaseltcunstanelas ecbidas en ‘mas edades y conforman el piso estable desde nal enfrentaelosretoshistricos, ‘La generacin os una distancia histria in termedia desde la cual s posible ver con cari- dad ls aspectos indviduales —biogréficos—y los aspectascolevos —socsles—, lo que Ia converte en una categoria especialmente iil para entender aspectos que tienen que ver con races creativos como la arquitectura (den ole individual) yl chudad (de indole socal) Siguiendoel ritmo delas edades, secaleula que el momento de méxima actuacién, 0 perlodo fen el mando de una generacin, son los 15, anos en que son adultos maduros, es deci, ‘euando estén ente los 45y os 60 aos lo que permite dedueirlos os que os definen como ‘generac a parte desus fechas de nacimien 'o.Elritmo histérico que impone esta segmen- ‘tacién es muy til euando se manejan panora wamodera,y da cuenta de procesos global. Sin embargo, talvezno sobre explictar algo que es obvio: las ‘mas ampllos, como Amértea fechas de nacimiento y mando que definen ‘ronoldgleamente una generacin no son una ‘alanquerainfranqueable, sino que se ata de tuna fanja difsa de limites temporal en to. ‘no a una fecha. Mitiples excepciones pueden demostrar que un arquitecto puede pertenecer ‘una generaclén dstint la que indica e aio «de su nacimiento. Esto es especialmente fre sroDucoon ‘uente en los casos limites. Cuando la fecha 4e nacimiento de un arquiteeto cae entre Ia zona difusa que separa dos generaciones, es necesario examinarla actuacién fundamental durante su vida para establecer realmente a ‘qué generacién pertonece. Cuando los casos limitofes son muchos ¥destacados, camo es cl caso de Ia agut llamada vanguardia uruguay, se pueden produci interesantes manifestaci- res arquitectnicas acaballadas entre las vi ‘genclas de dos generaciones. ‘Como métoda histrica, es indispensable ‘entender que, baj este enfoque, las generacio nes no se suceden sino que se traslapan. En todo momento histériea hay una superpost cm de tres generaciones en el escenario pi bleo: una vieja en retirada pero ain actuante, tuna en pleno poder o méxima capacidad de aceién y una en ascenso que pugna por man festarse. De todas las ichas histricas, lamas ‘constante, a que carga de dramatismo y ten ‘én ala historia, la que consticuye sudinémica Jnteena, es la lucha generacional No siempre cesta hich versa sobre los mismos temas. C da goneracién introduce repertorios de temas nuevos que le son especialmente importantes Yen muchas ocasiones las vijasrazones de dlisputa dejan de tener sentido. Por ello es fre- ceuente que las controversias no se resuelvan sino que se dsuelvan. Lo esperablees que, du ‘ante 15 afios, a generaciin en su momento de mdslmo poder impregne todas ls esfras de a vida colectiva de su manera de sentir el mun- do; por ello lo normal esque cua generacion, ‘cuando esjoven, se enmarque dentzo de as ‘gencias dela generacién anterior y, cuando es lja, dent de las vigenclas dela generacion siguiente. Un ejemplo puede ayudar aac estado normal es que un aruiteto, a to joven (en sus 30 ais), haga la arquitect ‘que se est haciendo cuando empieza a figura als Barragin y Lucio Costa hicieron arqui- tectura neocolonial en su primera época—, aunque lla no pertehezea alas vigencias des ‘encracién sino alas dela quelos prevede ya rntRooucoon 1a ver, es normal que un arquitecta viejo (en ‘sus T0nos) abandonesusftimas demandasy ‘gusios arqultecténies porno sentise obsoleto ‘estar ala moda —Carlos Obregén Santaciia hace eajas de vidrio en su vejez—, Sin emb so, esta rela est lena de excepciones. Hay ge- neraciones fuerte yvigorosas que afiman de ‘manera agresva y eontundente sus vigencias desde edades tempranas y hay generaciones ‘Abiles que no logranimponer claramente sus vigencias en su momento de padery quedan estranguladas entre as dos generaciones con- temporineas. Tamblin hay casos individuals, e arquitecos especialmente dotados, longe- vos prolificn, que ogran mantener su vigen- lay traspasar varias generaciones por encima {de os procesos normales. No todas ls gene ciones se destacan en los mismos campos: hay ‘unas dotadas para elpoder politico y ota para oesta, algunas para el urbanismo y otras para arquitectura ‘Una delas consecvencias del método hist reo de as generacioes esa de una periodiza idm que, s bien iene unalineaeronoligica di- reccionada, avanza en gags en vee de tener ids corts tempore, cada perindo debe e- ‘wooed yavanzar pesto que est ted de as ‘igencias de las tres gmneracionessuperpuesta. Un ato espectica—por ejemplo, 1945 puede parecer en distintos capitulos y en cada uno de ellos destacar aspects distntos, depen- diendo de cada generacién, Si este método de periodizaci6n no permite una eémoda letura 4o sucesién cronoldgica lineal nl descansaso- ‘re una fel ctu de causa y elect presenta cen cambio a vena dererearlos sucesoshis- ‘6rleos de manera mas vera 4.Sobreel procedimiento Para precisa las distinc generaciones,Julién arias recomienda establecer un ampli lst do de personajes y escoger dentro de ellos al gunos muy representatvos La fecha de nae rmiento de esos personajes representativos, 0 epénimes, eslaclave slededorde la cul sees ‘ablecen (sumando yrestando siete aosy me- dio) los 15 aos que delimitan su generaciin, se fue el procedimiento seguldo aqut ‘ews varios aos hacer un ampli recuento {de arquiteetos latinoamericanos del tikimo s- sloy medio, pats por pais hasta obtener un lis ‘ado de unos 600 arquitectos, para os cuales se estudiaron yconsignaron una breve biografay sus obras yactuacionesprinepales Sobre este diccionario basi dearquitectos modernos a Hnoamericanos, que sievé de sustent al rab jo poster nes. La primera sla disparidad de informacion; es necesaro hacer dos anotacto GGnAriea 1. Generaciones dela argultetura ltinoamericana moderna mlezas qua cu lgumes paocy, com Brel, [Mésico y Argentina, que tienen una historio- fratla avanzada, se encuentra informacion a ‘eoes muy detallada de sus arqultectos,enotos paises, como Hondas, Nicaragua 0 Paraguay, es muy dif encontrar estuios o trabajos so bre la arquitectura de estos aos. La segunda sla nfrecuente a ‘uitectos en los wabalos sobre historia de la arquitectra; entre nosotros no existe Ia cos ‘tumbre —practicada en otros contextos— de ‘poner las fechas de nacimiento y muerte delos Aactores, Como en este trabajo a fecha de naci rmjento era un dato fundamental, fue necesario pela la buena disposiciin de muchos cole ‘gas yamigos latinoumericanos y, en ocasiones, ‘deduciraapartirde as obras yacuaciones ‘La palatina faiiaridad que se va adgui- Hlendo en el estudlo de edificos, datos, docu- rmentosylecturas lo largo de mas de 10 anos fue decantandocerteas sobre Ins caactersst- cas de cada generacién, ol reconocimiento de srupos de arquitectos que seidentificaran con tllasy la Wentifieacion de eventos significa- ‘vos que concentearan las vigenclas de cada ge- neracin 6 que fueran reveladoras de luchas Snvergeneracionales. Estas constataciones pet 1iieronestablecer a grands rasgos a secuen- a generacional a partir del periodo de méxi- sma actuacion decada generaeidn. La fecha de nacimiento de personajes epénimos, como An dé Rebouras (188), Antonio Rivas Mercado (1858), Vietr Dubugras (1888), Ricardo Gon: Jer Cortés (1887), Carlos Ral Villanueva (1900) y Joto Vilanova. Artigas (1915), sievleron para hacer na delmstacin mis precisa Como se habia advertido antes, os limites ‘temporales son fanjas difusas de unos cinco ino, a veees muy eargados de intensidad his ‘orien —como es el easo que rodea a fecha de 1880 pero cuando seexaminan args peo dos de tiempo se puede peribir con claridad ‘que los arquitectos tipicos de una generacion tionden anacer alrededor de la fecha de naci- miento de los personajes epdnimos y que, nto9ucoon ‘como ritmo generaconal, esta segmentaclin temporal cada treslustos tene sentido, Respect alas fuentes ulizadas, se consul taron dos ipos de documentos. Por un lao, ‘material de la épocs, lo que inluye libros de Jos distintos aetoresy sobre todo la rovsion -minuciosa de varias coleciones de vevistas co mo Arguitectua, de Montevideo (entre 1920 y 1994} Revista de Arqutectura de Buenos Aces {ene 1927 y 1046); EL Arguiteto (luego Revista de Aguitecuray huego Arguitectura), de La Ha- Tana (entre 1828 y 1946); Argultetura e Urba- nism, de Rio de Janeiro (entre 1836 y 1981), Revista Municipal de Engenharia (entre 1936 197), de Ro de Janeito; Habitat, de Sao Paulo {enite 1950 y 1956); Arquitectura y Arte Decor tiv, de Santiago de Chile (entre 198 y 1980); EE Arquitecto Peruano, de Lita entre 19371945), -y Arguitectura, de Mésieo (entre 1946 y 1957) ‘ademas dela consulta esporddica de otra re- sts y publicacones perilicas en distinas biliotecas. Por oto lado, se consultaronfuen- tes secundarias recientes ibe yrtculs pu blicados, tess de pregrado y posgradoinéditas y entrevista, conversaciones y consultas con ‘varios historiadores de Ia arquitectura. El au- ‘mento escalar de estudio pormenorizados en fos recientes fe motivo de desazén, pues a pesar del esfuerzo por adquirr publicaciones en distntos pafses, era cada vez més evidente ‘que no podria abarear toda el enorme cimulo de investigaciones que se estin produciendo ‘en América Latina, En muchos de estos est ios que logré conocer hay datos que sirvieron para apuntalar algunas intuieiones, pero ala ‘ver permanecta a sensaci6n de no conocer ta- ‘jos que documnentaran de manera mas prec: s ofras alrmaciones. En cabsjos generates coma de este libro se corre siempre el riesgo de equivocarse en datos especiicos que un es- tudo detllado puede invalidar. Dada la profu- sion ydivesidad de documentos eonsultados, se opt6 por remit las referencias especifieas 3 os pies de pigina, ch vee de hacer una biblio- fia final. srRoDuccon Se presid una atencién especial alos docs- :mentos gréficos: fotografia, dibujos y planos ‘urbanos yarquitecténios. Par ello revisév sosarchivos en dstintos paises yen a medida elo posible, reprodyj algunos materiales por :medios digas; ademas conté con la gener sidad de varios invesigadores que me fait ton sus archivos propios Entre estos materiales {rficos, los planos de distintas épocas de las ciudades principales fueron examinados con detenimiento para extraer de ells informacién 1 explicta en los documentos escrtos pero muy eveladora de procesos urbanos cual vos. La ectura interpretacin de fuentes gré- ficasha sido una inguictud que sha desaelis: do enelcontexoacadémico al uepertene2coy fueron aplicadas en distntasfases de esta inves tigi, capirutor Generacién cientificista 1885-1900 En agosto de 1881 el médico cubano Caslos Finlay (1823-1915) presents en la Academia de Ciencias de La Habana el estudio de numero- 0s asos quel permitian concuir que era un mosquito el que transmit Ia Aebre amarila, EI domingo 19 de noviembre de 1882, en un ‘acto solemn con mas de mil imsitados quea ban llegado en un largo viaje por ten, el go ‘bernador dela provincia de Buenos Aies, Dar do Rocha (1836-1921), inauguré la ciudad de [a Plata slo unos trazossobze el tereno pr figuraban lo queen os anos siguientes seefan calles, plazas, palacos yeasas, que en buena ‘medida fueron definidos por el ingeniero Pe «ro Benoit (1896-1897). En la década de 1880, 1 ingeniero brasileno André Rebougas (1835- 1898) diseiay eonstuye varios mueles en el puerto de Rio de Janeiro, mientras el ingeniero argentino Luls Augusto Huergo (1837-1913) hacia propuestas para el puerto de Buenos Ai- es. En 1888 ya hay una central telefonica en Santa Tecla, pquena poblacién cercanaa San al ato siguiente, 1889, en Bogoti se Inaugural uz eléericapiblica como comple tuminacion a gas. Dea aos —de 15— duré la consteuccin del Teatro CCol6n de Bogot, obea del arquitecto italiano Peto Cantni (1850-1829) En 1895 elingenie 1 Aardo Reis (1853-1936) presentael plano de- finkvo dela cludad de Bello Hortzonte como ‘nueva capital del estado de Minas Geraesy sera l ingeniero Pranciseo de Paula Bealho (1847. 1919) quien drigré su eonstruccién en los afios siguientes. Tras cuatro afios de construc: ‘lin y proyecto dl ingentero-arquitecto italia no Lil Andeeoni (1855-1936), en julo de 1697 se inaygura la neva estacién del Frsocaeil Cental en Montevideo, con los andenes cu: biesios con estructura de hleno. Después de msde 20 aos de esfuerzos contra la geogr: fia, el 17 de marzo de 1900 se inaugura el Gran Canal de desagie dela Ciudad de Méco, que perl los ‘nla sigulente década 2Qué quieren decie estos datos dispersos, aparentemente sin orden, y otros muchos que se pueden recolectar en forma meticulosa e Indefinidat Por lo pronto, se puede decir que todos ellos son indieadores de la entrada en escen de una generacién que podemos rar ‘cientifcisa’ y que nace en To fundam tal entre 1832y 1847. En este lstado heterogt- ‘neo encontramos realizaciones que indican las crcunstancias ante las cuales esta gene- racién two que definite; algunas de ells respontden a vigencias heredadas y otras res pponden a temas y demandas novedosos, que ‘nunclan el futuro, Lo primero que es neces to advert especto alos cientifiistas es que se vata de una generacion de cambio, donde culmina una forma de vida y empiezan, ger- ‘minales, ls sefiales del nici de ota, Esta ge- neracién no tuvo plena conciencia de esta ‘tansformacln y s6lo ahora, con una dstan «ia temporal que permite reconstruir todo el ciclo vital dela época moderna, se puede va lorer su situacién de bisagra entre dos es- ‘ructuras histrieas. Los impulsos, ideas y ‘reencias que actuaron en esta generaclén de manera inercial fueron tan fueres que no Te permitieron comprenderlos hechos que tro pellaon su presente histérico y vlvieron con. fusas las figuras coh que intenté moldear el porvenit a GveRACON cNTIST. 1. Las vigencias heredadas Patan histori dela dudad yl arquitectura las vigencias recbidas or las generacionesante- rows tenen que ver con dos grandes temastes- ecto de le manera de entenderla vida en Amé- rica Latin: ls sentinlentos de radicacén y la conelencia de la escsez de minoriasretoras. Los sentimientos de radieacién, Para entnder cabalmente el sentido de aden clin, es dec a coneepetén de pertenenciaes: pacil@untertono, que se pod tener finales del siglo xrcen América Latina, es indispensa ble hacerse cargo dew vasa yi gengafe: un continente enorme, dividido en regiones sisladas por corilens,selvas desierts, lagos {tls glgantescos. Pot un lad, la experiencia _Reogifica es postvay se coloea con la espe- ranea perdurable de las posibilidades que prometen los lugares inmensos, hermosos y sorprendentes, con terra fertile, naturaleza ‘exuberante, ios en productos mineralesy de rmedios iimitados. Bs una vivencia espacial ‘que aleanza su pleno vigor en Brasil, y sobre todo en Rio de Janet, que durante sighs habia alimentado la imagen de la utopfa del Bdén, Por oto lado, la geogafatene una connota- ‘lén negativa, pues los vasosteritorios esha bitadoso eseasamene poblados permanecian ‘ain ocupados por una flora yuna fauna agres- tes, agresivas ypeligiosas La clrcunstancia de bhabitar una geografc ain no dominada acen- ‘aba la dimensién de soledad yaslamientoy limentaba la sensacn coleciva de que cual- ‘quier inmersién en las profundidades de este espacio es también un viaje al pasado. En lex {ensién ilimitada se clzaban pueblos pedidos encltiempo y algunas escasas ciudades, como Islas de eiizacion, La experiencia depertenecer a una nacién = semtimiento intima e inequivoco de ser brasleno,colombiano 0 mexieano— depende dela dif construcciin colectva de a dea de ‘nacién” yvadella mano del paultino domino del teritrio. No es éte, claro el nlc factor “También serequere de un complejo andamia: Je juriicoe esuerzo representado en as distntas consis tones de las repiblicas americanasrealizadas| nel siglo 1x. La generacién centifiistaserd lnencargada de calminar el prolongado proce: 50 decimonénico de conformat ls unidades naclonales, al delineat los petiles precsos de sus imégenesterritoralesy de sus historias pa ‘Quiones habian vivid su juventud en tas ‘décadas de 1860 1870 alanzaronarecbirlos latosfralares de las gestas dela indepen: ‘dene. En un ambiente intemacional sediento de heroicidades, el reconocimiento de as prow: ‘as pasadas era indispensable para lograr una cohesién nacional. Sin embargo, el pasado in- ‘medliato era mucho menos heroeo, Después de Ta Independencia, habia venido un dif proceso de consolidacin de la estructura ad- ‘ministrativa de las naciones yuna dolorose de Jimitacién fisica de froteras. La historia de la segunda mitad del sigo xrcen Améea Latina csi salpeada de gueeras para defini limites {de as naciones. Entre 1836 1948, por medio de {guerra nsurreccionesy malos negocios, Méx!- 0 pierde cas la mitad desu teritorio contra Estados Unidos. En un éltimo impulso expan: sivo, Estados Unidos, en una ripida guerra ‘contra Bspania en 1898, invade Cuba y Puerto ico esienta en ambos paises goblernos prov- sonales y culmina su avanzada en el Caribe Jncentivando la separacién de Panam de Co- ombia en 1905. La dsolucién de la Replica Federal de Centro América en 1847 leva a una serie de luchasintestinas en las siguientes tes Agcadas pars la definicién de los territrios rales de Guatemala, Honduras El Salvador, Ni- caragua y Costa Rlea, La adscripeidn ehilena del desierto de Atacama y sus rcos yacimien- letual, destacando el enorme tos mineros se decide en llamada Guerra del Pacifico (1879-1884), donde intervienen Peri, olivia y Chile; tras la ocupacién de Lima por parte delos ecto eilenos durante dos aos ‘ymueve meses, Pei perde una parte desu te nitoroy Bolivia susalida al mar En a dolorosa yvallente guera que Paraguay sostene contra la Teiple Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay) entre 1865 y 1870, Paraguay no slo plerde el Chaco sino mayora de su poblac6n: del pas «de 1300000 habitants quedan s6lo 200000, a ‘mayor partede ellos ancianos niiosy mujeres. {Los desaustes politicos product atin a fina les del siglo x1 enftentamlentos internos: el cambio de siglo serérecibido con guerras evi les en Colombia, Per y Veneruel, ‘Todos esos conflicts entre hermanos son poco suscepibles de heroizary ello explica el sao hacia ates, haca la gesta de independen- ‘quela generacion cienificista realiza en i construcién dela imégenes paras. sta ge- ‘eracién, desgastada en conflicts bélicos en Jos que muchos pattleparon en su temprana jventud hace esfuer20s por completarelauste de cuents limirofes usando la bilidad plo mca y sera encargala de mar losratados| ‘quesellandefinivamente a delimitacion geo. srfca de las naciones latinoamericanas. Un personaje muy notable en estesentid es el ba rn de Rio Branco (1845-1812), brasileno, que inirtié muchos afios en I revisiin de archivos ‘ybibliotecas europea los cntonares de apun- tes paclentementerecoplados para esti historia de su pas le sitvieronfinalmente para ‘cma los voluminosos informe con que gan los ligisfronterizos com Paraguay, Argentina, Francia y Holanda (estos dos thimos con las GGuayanas) para acrecentar el territory dar forma definitiva alo que hoy esl Brasil,Con i sgeneracién cientficista se jan histércamente Jas franteras internacionales americanasy, ya en el siglo, nose presenta conflicts de Timites a "Ear cla, ecepeone, peo sn conficos nen resents qu spe care qie dente Pen y evenacon cna, La generacén clentifiita también apunta lané el sentmiento de radicaciin nacional es ‘blendo, edtando y difundlendo libros de _geogratla que deseriblan la dimensidn postiva de a naturaleza de eada patsy libros de histo ria que rlacionaban la idea de libertad con la festa de independencia americana contra Es- pana. Para espera los orgllos nacionales se utlizaron otos recursos dideteos, como el de lear de estatas de préceres las plazas de 1 das las ciudades o simbolizar Ia patra en los estribillos memoriosos de los hms naciona- Jes, que exaltan, también, la Independencia. EL imo peruano ese primero (1821), escogido «en coneursocitado por el general San Martin. ros fueron mosificadosy reglamentados en fechas mas tardias, como ol de México (1853) Beuador (1885), Cuba (1868), Venezuela (1881), Colombia (1887), Bova (188) y Brasil (1200)? ‘Aungue el origen de los himaos nactonales ate, a veces de fechas anteriores, es en as dos ‘iimas décadas del siglo xnc cuando adqule ren gvan importancia agluinadora, al formar parte deun senimiento colectve. En cuanto a sentimientos de radicacion 1a clentfcista ser, porlo tanto, altima genera ‘6n “americana” yl primera plenamente“na- ‘lonaly ene sentido de que esa primera que audquiere una imagen mental precisa del mapa delterrivrio de su patsy una identidad histo rica. Las bases ideoldgicas que constuye rs pecto al sentimiento primordial de perteneeer ‘una nacién adquirtén la forma de creencias plenas en las siguientes generaciones y es un equisito indispensable para nice procesos de moderizacién. ELimpulso de solidifcacion ‘ae go jenn ene Gusta y Honduras en ude shina cone paecn deri de a fs La Marsa, compost en 2 como ea de feta enel onic con ti Poel, ve {orl ios ne compren cone yo i eo ‘in ntourcan dec qu ou hi el segundo {bdr ross depts pL Marling Bebe nate, Aetodae manor ue Franca no apa La Martie ‘oan acon ial sin aa enemacdu cece de las unidadesnacicnates se correspond pol ticamente con una okada centralizadora. Como se venia de un periado de federalismo gene: zallzado, con bastare autonome dela regio- es, esta generacién, aunque conserve a veces el nombre de repiblica federal, se orienta hacia Ja concentraciin del poder en las ciudades ca pitales, con regimenes generalmente conserva- dores. La concentracién del poder en la eapital ‘yase habia cumplide en Mésieo, con el prolon- ‘gado gobierno de Porfiio Diaz asentado en la ‘capital y en Basi ajo e largo gobierno im- eral de don Pedro Ila revueta republic ‘enoviembre de 189 quelo separa del poder ‘no impide la continidad de una homogenea ‘unidad nactonal con eplcentro en io de Jane 10. México y Rlo de nero ser, por la tanto, {dos des cludades qu alojarn una mayor in {ensidad de trabajos urbanos en esta época: la tercera, en In que entra el ingrediente del co ‘merci internacionales Buenos Ate. Laconciencia de laeseasex de minorias Ademés del bajo poblamsento de inmensos te rtorios, la segunda gran vigenciaheredads, la ‘conclencia de la escase de minorasselectas, ‘lene que ver con una tajante division soca, ‘con una case diigenteexigua yuna gran masa de poblacin desposeda. La nocién de “min ra" se entende aquten ol sentido ortega,” como el grupo “que cuenta pues esté confor ‘mado por individos dotados ejemplarmente ata el ejercico de ss funciones y por lo tanto susetan respeto. La capacidad de admiracién hacia las minoras por parte de las mayorias esata el mecanisme de ejemplaridad-docl dad, que es el princiio de la enexstenca so ‘lal Las minorias selects, en este sentido, no tienen correspondencia necesarlamente con To Orga y Gasset denial ss concepts de mine riay manwen aha rad (92) sae Taree delaras 330 a los sectors que concentran el poder econém- 0 y social en épocas de degradacién socal, ‘puede haber riqueza ogobiernos que no estén ‘en manos de las minoris selectasyse presen: tan indoclidades de las masas ¢ incapacidad de admiraci6n. Para la generacion cientificita «el mecanismo aludido de ejemplaridad-docil- dad funcionaba ain; ef humanista braslleno uy Barbosa (1249-1923), no obstante sus des acuerdos politica con el ya aludido barén de io Branco, le eseribfa en 1908: “Dios me di, talvezen grado no comin a faeuladl de adi vary el placer de ejecera;celebrar el mere mento es uno de ls placeres mas gratos que ‘mi corazin conoce'* En sus reflesiones sobre Argentina, Ortega puntualia: “Esta sensacin deaislamiento ha sid siempre el maximo est mulo, la genial incitacién que mantiene tenso limo dels minoriasslectas ls cuales son selects —entiéndaseblen— ante odo y sobre todo porque se exigen mucho asi miss" “Aunque después de las guerras de Indepen- ‘dencia subsistieron parcialmente vieja je ‘quias derivadasdefactores racials yprimactas| econdmicasoriginadas por a tenencia de Ia tiera rum la educacién fue un factor cada vee mds determinante para el ascenso socal yun componente fundamental en In estructuracn, {eas diferencias sociales. Sin embargo, las mi: noriaseducadas eran particularmenteescasas, pues a cantidad de personas con acoeso a ed cacién superior, oa cualquier otra modalidad de educacion formal, era tremendamente re duc. ELtamafo pequetio de as cudades, las pocas insttuciones educativas y el desgaste sistematico de las éites en empresas militares pueden, tal vex explicar eta situacién, En la segunda mitad dl siglo x1, con dnimo demo- ara de Ray tutors He Benes, 2 de tb de 19 toad de Ao Ltn, Bron, Ol ost Onogy Gast “deer de nucageercin sso fa Nac (Buenos As 6 de ab de 124); 2 tra complens tom evo de cides ‘to ‘ratizador, se hicieron enormesesfuerzos edu: cacionales expresados en una serie de leyes ‘que buscaban instaurat la educacién obligato Flay gratuita, Laidea de que silo la educacién posibiltaria una sociedad justa y evilizada dlescansa sobre la ereencia de que Ia ibertad ‘verdadera es una libertad espirtul, La eq dad educative era una priridad, pues las de- mds equidades —polities 0 econdmicas— se consideraban derivadas de ela, Un profundo sentido del derecho explica la importancia concedida al estudio de In eyes ya jurispr- dency euando no eran militares, eran los bogados quienes normalmentelegeban alas nds altas posiciones de poder. De hecho esta ser la sltima generacién “humanista’ en la «que, desde el derecho, se abria el espectroha- cla varies actividades profesionales como la historia a lteraturao el periodismo. La gama de la edcacion superior de las minories se ‘complementab con la tradicional posibilidad {de abrazar hibitosreligiososo con la relativa: mente nueva alternative de la profesin dela medicina, representatva del saber clentfico, Aunque se subrayasen las distancia sot les las minorias posefan vignclas liberals e- redadas, que se expresaban en a frme conve ‘cn delas bondadesdelos cometidosprivados frente al Estado 0, dicho en ota forma, en la idea de que el Estado no debe faervente sino hasta certo punto en la vida coectiva. La mez tla de estos dos componentes expla, en bue ‘a parte la prolongacién dela esclavitud hasta fechas muy tarda: en Cuba, hasta 1886 y en Brasil hasta 1808, Hasta los espritus més con- servadares, ls jévenes de estos paises estaban plenamenteconvencidos de que Ia esclavitud era, moralmente, una barbariday, las discu- ‘ones sobre el tema se produjeron con un sen- mica, Aunque I es. clavitud como idea resuitara abominable, la esclavitud como costumbre era otra cosa. F nalmente, los esclavos tenfan asegurada vi- ‘ienda y comida en relaionesintepersonales paternalistas. La interrupeién de la esclvieu, Aido estrictamente econ Genenacron clNTFCSTA copia como signo de modernidad, tao la ‘onsecuencia corto plazo de qu as ciudades sellenaran de pobres que no tenia trabajo jo Yyvisfan en condiciones muy precrias. Se pen: Saba entonces que los esclavos, como todo el resta de la poblacion pobre elerada,sélo se incorporata a a vida socal plena a tavés de un proceso educativo. Pero ia educacién no comprendia silo as ‘odalidades més elementales, como aprender ‘er yeserbi, sino también la formas indi- rectas que afectaban el comportamiento. La palabra cultura se entenda en su acepeln pe ritiva, como ‘cult’ ylaedueaciin como e culdado para que esa semillacrocieray se des arrollara hacia lo superior, hacia la excelencia ‘as minovias educadas se senian con la obli- gaciin de representa lo elevado a través del dspliegue teatral de un comportamiento ats: tocritico que sirviera de modelo social. Esta “ensenanza con el ejemplo" tiene varias expre ones. Una de las mas Hamatvas es la persis: tencia de Ia defensa del honor a tavés de los duels, que fueron frecuentes en Mésico du rante la paca porfrst. Por ejemplo, el poeta ‘veraeruzano Salvador Diaz Mirén (1859-1929), 41sus25 anos, retaa duelo a muerte al entonces| tobernador por haher ejecutado a vaeias per sonas sin jue; el duelo mo se lleva a cabo, pues un jurado exonera al gobernador de tal dbligacén. También fueron normales en el (Cono Sur: Lucio Vente Lépez (1848-1804), ju risconsultoy escrito argentino de La gran at dea, muere en dulo,e incluso en fechas tan as como 19191820 lider uruguayo Jose ‘atl y Order se bae en duel con sus opo- sitres polos Por oto lado, viefs pricticas como Ta del paseo en coche a reas cercanas al ciudad (el Puente del Comtin en Bogotéo el Campo de Amancaes en Lima) 0 el paseo a ple, que da sentido a las alamedas, se prolongarin iner ialmente como parte del epertorio de usos y ‘costumbres tradicidnaes,Todavia a comienzos ‘ol siglo xen la cucad de San Salvador se a eneracon ceamncsta lan los paseos,un domingo en el parque Bol vary oto en el parque Duets: la banda toa ba marchas yentrecalado valses, mientras las ‘mujeres se paseaban en un sentido ylos hom- bres en otto en Buenos Aires, Blay Casares recordaba cémo antes dl Noveelentos un to similar se cumpliaenel Corso de Palermo, don do el paseo se hacts en careuses alternando hlleras donde las personas se saludaban cor rmoniosamente “con inclinacién y sonra y tran sacada de sombrero los hombres” Estos ‘tos urbanos cumplen la funcién del reconoci- imlento de una minova que reairma su distin ‘46n mientras se exhibe, peroala ver confirma sueseasez, pues son siempre os mismos qule- nes se encuentran y cualquier extrano es inme- diatamente detect, Fuerte presencia dela generacién, ‘emprendedora Lageneracin que heb antecedid aos cen festa habia ejeretio —o ejercia ain a fines de siglo fuertemente un poder que, en algu- nos casos, tena visos de pretensionesafrance- ‘das, aristocratizamese imperiles. esa ge- neracén pertenecias tanto el figaz emperador de México, Maximilano de Austra (1892-1867), ‘como Porio Disa (1830-1915) ye emperadar el Brasil, Pesro I (1425-1915) ademas de otros smandataios de caracteristcas similares, como el venezalane Antonio Guzmi Blanco (1829. 1800) Todaviaa ines de siglo se usahan ome Joraban los escenaios utbanos construidos por esta dinémica generacién, que puede de- ‘nominarse “emprendedors” por los importa ‘has histo dl cinema de San Sader y Santa Te ajo dee etacntes ay, Her ‘ex Marq orl, iit © Rig dl eso ‘ote prinaae de aaa dl pea oe ta ea ger Usted hero oe "Aol oy Cre Ar del Newent (cur 1855 ado en an Got L ri pare: ‘eid Neon de Quins Suenos Ar 1098, 2% tes trabajos que realiz6 en distintas eludades ‘de América Latina y que consisten, bisiamen: te, en a construccién de paseos. ilo se cu: ‘pls claramente en as dos captales de Brasily Mésico, paises regis por lideres fuetesro- ‘eados de funcionarios que asemejaban cor- tes, En Rio de Janeiro, comienzos de 1862 se remodelacién del Passelo Pablo; euenta una anéedota que durante Is visita que el archiduque Masimiiano de Aus- ‘ia hizo a laeudad, en enero de 160, vst et ‘Viejo Passeio pero tuvo que tparse a nariz por 1 mal olor que despedia. Avergonzado, Pedro hizo venir al palsaista francés Auguste Gla 2 (1833-1906), quel hermosed con anines| ‘la inglesa; poco después hizo lo propio con el, ‘Campo de Santana (entre 1873 ¥ 1880), y os fardines de la residencia imperial, Hoa Vis En 1874 un decreto crea la Comision de Melo: 15 de la chudad, compuesta por tes ingenie: 10, ente ellos Praneisc Perera Passos (1835- 1913), quien presenta al abo de un ano una serie de propuesta de expansion y de moder nizaci6n dol puerto, que son fuertemente de batidas port joven ingeniero y perodista Las Rafael Vieira Souto (1049-1922). Ciudad de “México, capital dela Nueva Espatia y consol ‘dada en una larga historia que se remonta al periodo precolombino, 126 bajo el mismo “Masimiliano de a anterior anéedota, en 1864, ‘et Paseo de a Reforma, pero es soo entre 1872 'y1877 cuando se constrayey enlace con ron das, estatuasy fuentes. Guzman Blanco, en su septenio (1870-1877), se propone tansformar Caracas para cambiar su fsonomta colonial ogi la plaza Bolivar con buevares lrededox, converte la colina del Calvario en un pargue Para paseos yconstruye importantes edifiios| {entre ellos un templo masénico); el Capito, ‘su obra arguitecénica culminante, con planos del ingeniero Luciano Urdaneta (1824-1898), Ie e primero en evigise en América Latina y hhabiainaugurado coe yt Jo aleanzé a inaugurar un dia antes de culmi- ‘ar su primer mandato, en 1877 "Tumblén pertnecieron ala generacién em- prendedora varios alcaldes e ingenieros que Actuaron en distintas eludades de forma tan indmica que fueron luego recordados con "betes de leyenda Hl ingeniero Francisco de Albear (1816-1887), como director de Obras Piibleas, tansformé La Habana a partir de 1647 y por Ia sigulentes tes décadas, con la construccién de puentes camino, calles yun complejo acueducto; en 1874 hizo el evant rmiento de un plano muy completo de a i dad, que consigna la ocupaciéin de os terrenos de las muallas que elrcunserbian la ciudad (comenzadas a dersibar en 1863} yel proyecto para el pateo extramuros ~l paseo Isabel Juego Marti, luego El Prado— que se estaba construyendo. Un papel similar cumplié en ‘Santiago de Cle el intendente enjamin View ‘ha Mackenns (1831-1886), quien hizo una serie de mejorasa comienzos de la década de 1870, centre las que destaca el azeglo del romainteo (Cerro Santa Lucta, que pronta se consiuyé.en «el paseo favorito dela eludad, compitiendo con Ia también hermoseada y wadiclonal Alameda ‘de las Delia. En Lima, entre 1868 y 1872, ol alcalde Manuel Pardo (1834-1878) se distin ful por las obras pblicas en la ciudad, que Incia com la demolicén de las murallas y la ‘onsteuceln parla, como en Santiago, dun anilla de citcunvalacién formado de paseos y slamedas; se promueven as las primeras ex pectativas de expansiones urbanas, que se construln en las siguientes décadas; el plan, diigo porelingenieo Luis Sad, qued6 con- signado en un plano de 1872, estos alaldes cemprendedores podria sumarse Torcuato de Alvear (1822-1890), alcalde de Buenos Aires ‘entre 160,y 1887, cuyasacclonesurbanasfue- zon dean impact; sn embargo el sentido de ‘ss reformas se orienta ms enlasaspiraiones 5 Manel Pad sr ogo pone dela Repent GeveRacion ceNTeCA {ea generaciin clentificists, por sw actuaciin tarda (en la década de 1880) y porque ejercié ‘ajo gobierno del presidente Julio Argentino Roca (1843-1914) y su director de Obras Muni pales fe el ingeniero Juan Antonio Buschiaz 29 (1846-1917), ambos cienificistas, Estos tra- ‘boos se comentarn Lugo. ‘Un tipo de edificlo de cardeter monumen- tal muy revelador por su carder demostrative _yejemplarizante que se habia construldo du- rant la segunda mid del siglo xx y funda- ‘mentalmente por la generacién emprendedo: on las cceles, que por lo general sguen el madelo del panéptco. El de Lima es pioner: paras construceién entre 1855 1872, sehizo ‘una ines frre quetransportaba la peda has ta el lgar desu constracién, Lego se termi narlan ottos, como el de Buenos Aires (1876), Bogot (1881), Montevideo (1888), LaPaz(1882) ‘yMésieo (1900) I amano, ubicaién ysolidez {eos pandptioslainoamericanosindiean una acttud defonsivapor parte de gobiernos que se ‘comunican através de signosfisios de carter representaivo fdellmente interpretable, Paral dindmica generacién emprendedo- 1a, e1 modelo cultural habia sido Francia y el ‘modelo urbano, Paris, En efecto los viajes aa ‘capital del mundo” eran frecuentes entre as ‘ites Tatinoamerieanas y muchos dirigentes jirectamente los tabalos de trans- formacin que el bardn de Haussmann habia realizado en la capital francesa y que estaban, ‘erminados, en lo fundamental, para 1862. No serfa extano imputar a esta Husién francesa la serie de paseosyteatros que constnuyeronla ceseenograia de la demostraci6n social hacia Ja década de 1870, pro es muy probable que ‘pra comlenzos del siglo xx, como sever, los ritalesparisinos ya debfan parecer algo pro Gon demcoepnt cnc oe abla a nena “smn atin par expen proyectos us roren Amn tina Gemay pol quest asp ‘on gt setment pt bs pss eI ‘ead de 17, pro creme qu extendere nso x counacon cenTFCst 2. Nuevas vigencias clentificistas Signos de desestabilizacién ‘Los argentino insist, con razén, en elma: to de las migracioneseuropeas en la constitu- ciéndesucuiture urtana, pues ue en Argentina donde hubo una muy cara polities de pobla smlento extanjero,desatada a paride a cam: pata de eliminacin de la poblacién indigena ‘nocd como las “Guerras del desieto bea das en las décaas de 1870 y 1880. Pero tam- bign hubo potticas de estimulo ala migracion europea en dewimerto de a poblacin ing: na en ottos pases, como Uruguay, Chile y Per. nellos durante la segunda mitad del siglo xx ryagudizado en las des timas décadas, se fun- {06 una gran cantidad de colonias militares, agricolas, agroindusrlaes 0 mineras en luga- ss alelados. Para su establecimiento semmonta- ron empresas estatales oprivadas que no siem- pre tuvieron éxito y algunas representaron fosadasaventuras. Ese caso de os 301 alema. ‘nes yaustriacos quellegaron pore puerto del lo para colonizaas irra sevétcas boas el Per, donde se les habia asignado un tere- no; sin caminos,yatavesando zonas vrgenes « insalubres,legan al hgar slo 170, par un darla poblacén de Py2uzo en 1859, Muchas de estas colonias desaparecieron despues, o per 'manecen como pequtios pueblos, pero fueron una avanzada muy importante para pobar te ritorosdeshabitadosy conslidarlasfronteras nacionales Para 18 ya haba en Ia provincia de Santa Fe, en Argentina 5 nuevas colonia Por oo lado, es necesaria anotar que también hhubo colonies ques orgaizaron en las inme- dlaciones de las grandes ciudadesy que as co- ‘ientes migratoriasMegaban por ls grandes uertos. ‘Sila natural inerca de usos y costumbres Iheredadas demostraban la estabilidad de es- acpi senha ht a prin ue dn de gx creme esmesend important, tructuras sociales con jrargulas claramente establecidas, la generacin cientista empe- 25 a vivir experiencas utbanas cada vez més Aesestabilizadoras. Aunque en a ikima déca da del siglo x1xno se tenia ain plena concien- «ia del rade intensidad de proceso migrato- rio que sobrevenia, empezaba a notarse una ‘reciente presencia de extranjerosen as cada des, que eran inmigrantes de paso, o ventana promover negocios o eran comerciantes. Las dinamicas econdmicas defines del siglo xn hnabian establecdo js de mercado muy deter: ‘minados los pases latinoamerieanos depen: ian erecientemente de la exportacién de al- gunos productos agrcoasy de certs materas rims. Algunes renglones de exported hi bian conocido augesefimeros, como el guano fen Peri, pero otros productos promerian una iran estabilidad, como el café, bisico en la conformacién de las economias nacionales de Bras, Colombia y Centeosmérica Las caracte- risticas del cultvo del café con alta product dad en terrenos pees propicis en estos pa Ses migraciones internas que devon origen & una amplia ocupacién de nuevos territrios y ala fundacién de nuevas pablaciones, Dentro del liberalism econémico queyase habiaimpuestoa finales de siglo, el intercambio rmercantilconoce un auge in precedentes yen las ciudadeslatnoamericanas empezaba a obte ners todo tipo de articulos, de eualquir proce- laténica.Apesar de que a fines de siglo ya hsbiacenralestlencas, re des de telégratoy forrocarrlesegando a las cudades, la experiencia cotidiana no habia su. frido grandes cambios respecto a las déeadas anteriores, ylasesacidn de estar vviendo una mutacin tecnolégica so la tendré, como una vigencia clara, la siguiente generacin. sta especie de “ceguera técnica" por parte de Jos cientificistas podria expicar la brea que seabrié ente la gran ambieldn desusidealesy Inescasez de sus realizaciones eectivas, 3.Elpanorama urbano atinoamericane Si hacemos un cote temporal en 1885, encon- ‘amos un panorama urbano muy varlado en América Latina, Aunque tadicionalmente el rango de “luda ‘ho sino por la autenomia jursdiccional,presu- ‘puesalyadministativa,en este panorama ge- eral, necesariamentesimplificado, se soguiré cleriterio de la cantidad de poblaciin para es: tablecer las Jerarcuas urbana. Para 1885 la cludad més populesa, que yaa 4o el medio millén de habitantes, Janeiro (522000 hebitantes) en segundo lugar, con un erecimiens acelerado, se encontraba ‘Buenos Aires (345000 habltantes),y nego Ci dad de Mésteo (290000 habitantes). Esta tres ‘udades conforma un primer nivel urbano. Después tenemos en un segunda escalén y ‘con una poblaciér similar, a Santiago (190000 hhabitantes), La Habana (180000 habitantes)y Salvador de Baba (170000 habitants) in ‘ment, rozando el limite de los 100000 hab tantes, estin Reci, Montevideo y Lima, Slete ddeestos neve conslomerados wrbanos son ea pltales, ylos onosdos son ludades de enorme Brasil, que conta entonces con cerca de 14 ‘no se otorgaba pore ama Py millones de habitants. Con un salto poblaci- nal que es también un sat cuaitativ,encon- tramos capitales de tamaho medio como Bo- got (70000 habitantes, Guatemala (60000 Ihabitantes),y Caracas (58000 habitantes). En este grupo habria que inclu otras eiudades, no capitals, como as mexicanas Pucblay Gus dan ays Mn ou y ques 884 on pidieron su culminacion yno ser sino hasta segunda década del siglo xx que este canal po- ra efecivamente realizase Ala generacién denificist, de los canales Interest, ms que su eficacia como medio de transporte que al fn yal cabo podtia suplise con ferrocariles, su aspocto como regulador de lasaguas. Los continuosdesbordamientosdelos os, las epidemias efclieas oe mal olor de las calles, soportados por las generaciones ante- flores con paciencia, parecian ahora insopor- tables. El saneamienta tenfa como sequisto primero ol desecamiento de pantanosy aguas estancadas que eran focos de enfermedades, ¥ los canales 0 laeanalizacion de ios— seria los que podrian garantizar estas condiciones. En Rio de Janeiro sehabian realizado, durante 100 afios trabajos para desecar las aguas cena gosas entre la ciudad y Si0 C estaba Boa Vista, aresidencia dl emperador 2 través del Canal del Mangue, pero este canal no pod estar tenicamente erminado sino hasta comionzos dl siglo xx. En Buenos Aires, que no tenia problemas sanitaris tan agudos, de ovio, donde bE TEXcocO ot Vv Dts ey oe i erg 2. Sect de Map pia vale eb y Dt Fae, arma a i Gu onal dei cs pie Toda rr ee Ne An

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