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CLASES MAGISTRALES

Materia / Cine

La ética del
documental
¿Cómo representar un genocidio en el cine no ficcional si la muerte
es el último tabú de la sociedad actual? Punto de vista, materiales
y testimonios deben ser evaluados por el realizador, en pos de mostrar
la verdad con honestidad.

Por Lior Zylberman*

S
e ha dicho y se sigue afir- La ética de la mirada. A partir de sus
mando que el genocidio estudios sobre cine y fenomenología,
es el crimen de crímenes. Vivian Sobchack examinó diversas pro-
Comprenderlo de este puestas para analizar la representación
modo es una potente ase- de la muerte en el cine documental
veración, pero también señalando que ésta resulta intensa-
puede ser riesgoso ya que mente diferente que en la ficción, una
desde esa perspectiva el diferencia que a su vez exige una for-
genocidio queda cubierto en un halo de ma cualitativamente diferente de re-
sacralidad y misterio distintivo; a su vez, acción y respuesta emotiva. Junto a
al rotularlo de ese modo, su carácter otros críticos sugiere que una de las
moral y ético queda ya establecido –in- características del cine es su capacidad
cluso podríamos decir determinado– de subversiva al mostrarnos lo que quizá
antemano. Sin poner en discusión esa no queremos ver, y dado que el sexo,
rúbrica, la pregunta central es qué problemas éticos uno de los tabúes tanto de nuestra cultura como de
puede suscitar la representación del genocidio en el la sociedad, se encuentra cada vez más al alcance de
cine documental. nuestra mirada y placer visual, la autora piensa que
A pesar de las diversas ramificaciones de la ética, el es la muerte la que ha quedado como último tabú en
campo de los estudios sobre genocidio no posee un de- el cine documental.
sarrollo sistemático al respecto, pero se afirma que su En su desarrollo, Sobchack presenta diez proposi-
recuerdo, el de los diversos casos, es un “deber ético”. ciones para pensar una semiología de la muerte como
Aquí presentaré las conceptualizaciones de algunos una fenomenología de la mirada ética.
pensadores del cine documental que han problema- Quizá sea su novena proposición la que compen-
tizado la ética del documental, en particular en torno die lo que deseo exponer aquí ya que afirma que “el
a la mirada y al registro de la muerte. espacio documental se constituye y se inscribe como

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un espacio ético: se presenta como la evidencia ob- de Sobchack. Es necesario, entonces, reparar con qué
jetivamente visible de la respuesta visual subjetiva y materiales (es decir, cuál es la procedencia de las imá-
la responsabilidad hacia un mundo compartido con genes), cuenta un realizador documental al momento
otros sujetos humanos”. Ahora bien, dado el estatus de ofrecer una película sobre un genocidio. Esto nos
de tabú de la muerte, Sobchack se pregunta ¿cómo llevará no sólo a problematizar la ética de su mirada
puede el cineasta confrontarla y representarla visible- sino también la posición del realizador ante las imá-
mente cuando ésta es considerada como prohibida? genes de archivo –un posicionamiento que también
Parece que, en casi todos los casos, afirma la autora, resulta ético–. Para ello se debe tener en cuenta un
la solución a este problema ético es una inscripción componente que define y divide de raíz los materiales:
de la actividad visual del cineasta que indica que éste su temporalidad. Resulta nodal comprender cuándo
no está en ninguna parte del proceso y por lo tanto fueron registradas esas imágenes, fotográficas o en
no es responsable de la muerte a la que mira. De este movimiento, ya que éstas son inscripciones de una
modo, Sobchack propone seis clasificaciones posibles mirada particular que al ser manipuladas, en los diver-
del comportamiento ético del realizador cuando se en- sos montajes, pueden perder su mirada original. De lo
cuentra y filma eventos de muerte; al llevar adelante dicho, se derivan así dos grandes grupos de imágenes:
su clasificación, ella no sólo piensa en torno a las pro- las filmadas durante el genocidio y las registradas des-
ducciones ya terminadas sino también al registro “en pués; a su vez, las imágenes pueden ser clasificadas
bruto”, crudo (“raw”), de las situaciones. como imágenes de perpetradores: las fotografías to-
Sin dudas los documentales madas por los soldados alemanes
sobre genocidio se caracterizan durante el avance en la Europa
en términos temáticos por fil-
mar la muerte ya que parte im-
¿Como puede el oriental o de SS en los campos,
las fotografías para registrar a
portante de dar cuenta de un
genocidio implica dar cuenta de
cineasta representar a los prisioneros en Auschwitz o
en Tuol Sleng, las películas de
ésta. Si bien esto es un desafío
para todas las producciones, no la muerte cuando esta propaganda filmadas durante
el nazismo o en Camboya, las
implica que todas ellas se remi- fotografías de los pueblos origi-
ten a presentar el horror en su es considerada como narios en las diversas campañas
crudeza, sino que incluso en el al desierto en Argentina a fines
testimonio de un sobreviviente la prohibida? del siglo XIX, e incluso las imá-
muerte aparece en las palabras, genes de propaganda de las di-
en sus referencias al pasado y al versas publicaciones del Power
relatar sus experiencias. A diferencia de una muerte Hutu en Ruanda. Estas imágenes se caracterizan por
“natural”, la muerte en los documentales sobre geno- una mirada profesional, clínica, incluso si muchos
cidio debe dar cuenta del carácter humano de ésta –en de los que registraron las imágenes participaron en
el sentido de comisión y acción– como también de su los asesinatos, las fotografías se caracterizan por su
dimensión –su carácter colectivo y masivo. En esa di- frialdad, por su distancia, y su visión “profesional”: la
rección, su exhibición en imágenes se debe también a víctima, muerta o a punto de morir, es ante todo una
una característica retórica particular del documental: cosa que ya ha perdido su humanidad.
su tendencia a exhibir evidencia. Así, dada la dimensión Si bien resultan una rareza, las imágenes de víctimas
“inimaginable” del genocidio, en ocasiones las imágenes son aquellas registradas por las personas pertenecien-
más aberrantes son utilizadas en términos retóricos tes al colectivo señalado a ser exterminado durante
como evidencia, como prueba y como elemento que el proceso genocida, su objetivo es la denuncia, evi-
habilita mensurar el exterminio masivo. denciar que el exterminio tiene lugar o bien señalar a
En su escrito, entonces, Sobchack propone y desa- sus responsables. Las fotografías tomadas por el Son-
rrolla la siguiente clasificación: “la mirada accidental”, derkommando “Alex” en Auschwitz quizá resultan ser
cuando no hay planificación y la muerte no es el objeto el paradigma de este tipo de imágenes, pero también
inicial de escrutinio; la “mirada indefensa” (“helpless”), podemos señalar las tomadas por Víctor Basterra en
se caracteriza por la lejanía ante el evento, registran- su cautiverio en la ESMA, el archivo fotográfico recu-
do así la cámara a la distancia; en cambio, la “mirada perado del ex Centro Clandestino de Detención “D2” o
en peligro” se define por su proximidad a los sucesos; incluso el film “Stop Genocide” (1971) realizado por el
la de “intervención”, resulta más confrontativa que director bangladesí Zahir Raihan mientras el ejército
la anterior y más comprometida con los sucesos que pakistaní cometía los crímenes en 1971.
transcurren, la “mirada humana” busca intimidad, Un tercer tipo de imágenes son aquellas de los libe-
se caracteriza a su vez por poseer una duración más radores, los registros tomados por las fuerzas milita-
extensa y simpatía con la muerte que registra; final- res que liberaron los lugares de detención o bien las
mente, a la sexta, la denomina la “mirada profesional” tomadas por aquellos que ayudaron a derrotar a los
y se define por su desapego, por cierta frialdad “obje- genocidas. Por lo general, estos materiales se realizan
tiva” que la lleva a relacionarla con el periodismo y a para ser utilizados como evidencia, como prueba del
considerarla como la menos ética. llevaron adelante notables esfuerzos para filmar y fo-
Ahora bien, al pensar los documentales sobre geno- tografiar la crudeza de los campos.
cidio la mirada ética del realizador posee otras aristas Estas imágenes se asocian tanto a los documentales
a tener en cuenta que permiten tensionar la propuesta presentados en el Juicio de Nüremberg como prueba ➧

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como también a la pedagogía del horror llevada ade- como meros registros acoplándose a un discurso or-
lante por los Aliados al finalizar la Segunda Guerra. ganizado ofreciendo así un relato cerrado. Al hacerlo,
En esa misma línea, resultan reveladores las imáge- al emplear el registro ya no como evidencia sino como
nes capturadas tanto por miembros de la ONU como ilustración o evocación, la mirada original se transmuta
por la prensa extranjera al entrar a Ruanda luego del en otra mirada, la del realizador. En el nuevo contex-
genocidio. to discursivo, dichas imágenes pueden así perder su
En ambos casos, en el Holocausto como en el ge- potencia de denuncia como también la particularidad
nocidio ruandés, la exposición de los cadáveres a las del hecho registrado.
veras de los caminos, remiten a una representación En un documental puede primar una mirada en par-
asociada con la infernal, la cámara pareciera bajar al ticular, aunque bien puede, a lo largo de la producción,
inframundo y adentrarse al infierno. La cámara registra adoptar diversas posturas éticas. Dichas posturas no
así movilizada por su escepticismo, por no creer lo que son dadas de antemano, sino que trabarán relación
está viendo y vivenciando; sin embargo, para imaginar con las personas que estén filmando. En “The Act of
lo inimaginable, la cámara debe registrar. Killing” (Joshua Oppenheimer, 2012) se podría decir
En esa dirección, la llegada de los vietnamitas a que prima una mirada en peligro debido a los perso-
Camboya también tuvo como corolario la filmación najes que se retratan, pero en “The Look of Silence”
de extensos metrajes, entre ellos uno dedicado a S21 (Joshua Oppenheimer, 2014) la ética es doble: mien-
registrado por el camarógrafo Ho Van Tay y el periodis- tras que al confrontar con los perpetradores el peligro
ta Dinh Phong, y en ese mismo se vuelve palpable, la mirada de
período el periodista inglés Jo- la cámara cuando registra a Adi
hn Pilger produciría “Year Zero:
The Silent Death of Cambodia”
La mirada ética que Rukun es netamente humana.
La mirada ética que prima an-
(David Munro, 1979) llevándole
al mundo occidental quizá las
prima ante la víctima te el sobreviviente-víctima, es la
humana, y en forma contraria,
primeras imágenes del genoci-
dio camboyano. es la humana, ante el al enfrentarse al perpetrador,
la mirada suele ser más profe-
En un siguiente nivel pueden sional, con fría distancia, como
ser mencionadas las imágenes perpetrador suele ser en “Duch, le maître des forges
de los espectadores (bystan- de l'enfer” (Rithy Panh, 2011)
ders), entendiendo este término más profesional. o bien una mirada de interven-
en un sentido amplio. Con estas ción, buscando confrontar con el
imágenes me refiero por ejemplo genocida. En esa línea, quisiera
a las fotografías tomadas por Armin T. Wegner durante sumar una posible mirada más que se desprende de
el genocidio armenio, la filmación realizada por Rein- la recién mencionada. Se ha dicho que “Juan, como
hard Wiener, un sargento naval alemán, de los fusi- si nada hubiera sucedido” (Carlos Echeverría, 1987)
lamientos por parte de los Einsatzgruppen en Liepaja actúa como un “escrache fílmico”; resulta sugerente,
en 1941, la filmación de Nick Hughes de un bloqueo entonces, poder pensar una “mirada justiciera” que,
en Ruanda donde unas personas son asesinadas a incluso poniéndose en peligro, es capaz de llevar su
machetazos. En este nivel, creo yo, se pueden sumar cometido –obtener una confesión del perpetrador– a
los registros de los activistas sobre Darfur como los cualquier precio, incluso si debe poner en suspenso
de la BBC sobre los Rohingyas en Myanmar. Se puede todas las convenciones éticas y morales de la prácti-
afirmar que por lo general estas miradas suelen ser ca documental. Si no hay justicia o si el perpetrador
indefensas y en peligro a la vez, ya que todos aquellos igualmente fue condenado, la mirada del realizador se
que registraron estas imágenes se encontraban im- encarga de extraer una imagen del genocida incluso
posibilitados de actuar, de detener las matanzas que sin su consentimiento. Si el genocida le ha quitado
estaban capturando. Sin embargo, a pesar de vivir todo a la víctima, en cambio, ante el perpetrador, la
instantes de peligro, no detuvieron su tarea sino lo cámara no actúa sobre su cuerpo ni le quita su vida,
contrario, asumieron que sus imágenes serían em- solamente, nada más y nada menos, le “arranca” una
pleadas luego como material de denuncia. imagen.
Finalmente, existe un último nivel en términos tem- Ética y cine documental. Sobre la ética y el cine do-
porales que son los registros en el presente: la toma de cumental, autores como Brian Winston, Bill Nichols
testimonios, la filmación de los espacios de extermi- o Carl Plantinga, han discutido principalmente dos
nio, etc. Las imágenes del presente también ayudan a ejes: los deberes del realizador hacia el espectador
comprender las consecuencias del genocidio, como las –en términos de verdad-falsedad– y hacia los sujetos
búsquedas que emprenden los personajes de “Tierra representados. Dichos ejes no son sino los que mar-
adentro” (Ulises de la Orden, 2011) u “Octubre Pila- can la diferencia entre el documental y la ficción, y los
gá” (Valeria Mapelman, 2010), dos documentales que ejemplos para fundamentar esta cuestión abundan.
exploran en el siglo XXI las huellas del exterminio de En la ficción, el director puede presentar una historia
pueblos originarios argentinos. creando suspenso, ocultando información, puede ha-
La particularidad de este nivel radica en que mien- cer sufrir a sus personajes, incluso puede matarlos; y
tras los tipos de imágenes mencionados en los párrafos si los mata, los puede resucitar luego.
anteriores resultan ser material en bruto, “flashes”, Si maltrata a sus personajes, a lo sumo se llevará
instantes, en la obra terminada dejan de funcionar mal con los actores o con los espectadores. En el do- ➧

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cumental, en cambio, la relación entre sujeto y realiza- que Robin, 2003)? ¿Puede el realizador esconder sus herente del documental: pese a que pretenda contar rribado en abril de 1994– como del inicio del genoci-
dor es fundamental, éste no puede ser maltratado –ni verdaderas intenciones –desenmascarar al genocida, la verdad, revelarla no será sinónimo de ausencia de dio en 1994. Para todo documental, caracterizar a la
mucho menos muerto– y la relación con la exhibición como en “Enemies of the People” (Rob Lemkin y Thet punto de vista o una perspectiva en concreto ya que persona en toda su complejidad es una tarea ardua y
de la verdad resulta uno de los pilares fundamenta- Sambath, 2009) o “The Look of Silence”– establecien- “aunque intente ofrecer imágenes y sonidos que retra- difícil de lograr, es por eso por lo que antes de brindar
les tanto para el documental como para la reputación do primero un vínculo de amistad con el perpetrador? ten con exactitud lo que sucedió delante de la cámara, una totalidad, los individuos son caracterizados desde
del realizador. En el trato con los perpetradores ¿el fin justifica los estos no llegan a proyectar a la persona o al aconte- una perspectiva determinada.
En términos éticos, al espectador se le debe garan- medios? Asimismo, ¿puede el realizador mostrar la cimiento en su totalidad y tampoco pueden escapar Sin embargo, a pesar de que prime un punto de
tizar que aquello que se representa realmente ocurrió, intimidad de su familia como en “The Flat” (Arnon al hecho de que la cinta no es más que un conjunto vista, a veces en forma más implícita otras en forma
que los hechos coinciden con la realidad y que las evi- Goldfinger, 2011) o “2 oder 3 Dinge, die ich von ihm audiovisual que se grabó desde una de las múltiples explícita –el documental de la BBC se propone contar
dencias que se presentan son prueba de ello; en otras weiß”(“Dos o tres cosas que sé sobre él”) (Malte Ludin, perspectivas espaciales posibles”. la “verdad encubierta”–, sigue vigente el contrato tá-
palabras, no se debe engañar “ex profeso” al espectador. 2005) cuando incluso ello haga enemistar a los propios La caracterización, en última instancia, es inelu- cito que se establece entre documentalista y especta-
Para Bill Nichols, la pregunta en torno a una posible miembros de la familia? dible ya que todo documental hace uso de diversos dor, es decir mostrar los hechos para que se sepa lo
práctica ética no se trata de una interrogación más o Con todo, no sólo debe repararse en la relación entre recursos técnicos y estilísticos –la iluminación, la es- acontecido y, por otro lado, afirmar que en la película
de una mera pregunta retórica. personas y representación, sino que también resulta cala de planos, la musicalización, el uso del sonido, se presentan “verdades del mundo real”: “el hecho
A diferencia de organizaciones profesionales u otras fundamental preguntarse por el vínculo ético con el el montaje, etc.–. de que la caracterización de las personas sea, hasta
instituciones o profesiones, los cineastas documentales espectador. La interrogación fundamental que for- Sin embargo, en el documental la caracterización cierto punto, creativa y constructiva (y que no se li-
no han adoptado un código ético que regule las nor- mula Nichols en esta relación se cuestiona hasta qué se encontrará siempre en tensión al analizar la exac- mite meramente a copiar o reproducir) no elimina el
mas de la profesión. De este modo, Nichols se pregunta punto son responsables los cineastas de la veracidad titud, la honestidad y veracidad, poseyendo una vara requisito de veracidad”.
qué obligación tiene el cineasta de lo que cuentan: “una práctica mucho más compleja que el cine Con más preguntas que res-
ya no para con los actores de documental ética honra a la ra- de ficción. Resulta interesante puestas, lejos de establecer un
los films de ficción, con quienes Al espectador se le zón en la mayor medida posible reparar las cuestiones que se- Cuando el realizador deber ser, intenté plantear muy
puede establecer una relación La inmoralidad de los si emplea afirmaciones exactas, ñalo a partir de Plantinga en dos esquemáticamente problemas y
contractual bien definida, sino debe garantizar que silogismos correctos y verdades documentales sobre el genocidio
está frente a una persona debates que lejos están de clau-
“para con personas reales cuyas gobernantes difunde conocidas, al tiempo que sabe ruandés. surar en una normativa única y
vidas van más allá de los límites
del encuadre y cuya conducta aquello que
un ejemplo que se
luego
que debe exceder los límites de
la lógica”.
Por ejemplo: “Earth Made of
Glass” (Deborah Scranton, 2010) es porque espera algo particular.
Esto se debe a que la posición
ante la cámara puede plantear En su desarrollo argumental, el presenta diversas historias so- ética no es unívoca sino variable
graves problemas éticos, cuando representa realmente
reprimen con 80 car. documental entra en tensión con bre la reconstrucción de Ruanda de ella, impone tanto para diversos documenta-
no legales”. una de sus características pri- luego del genocidio y cómo la co- les sobre un caso determinado
Como señaló Winston, muchos ocurrió. mordiales: el tratamiento creativo munidad internacional continúa su voluntad. como incluso en una misma pro-
documentales se han construido de la realidad. Así, ¿qué eleccio- imputando al Frente Patriótico ducción. En última instancia es
sobre la desgracia de las perso- nes creativas pueden ser válidas Ruandés por crímenes cometi- el realizador quien debe enfren-
nas existiendo lo que describió con cierta irritación en la exhibición de los argumentos? ¿Cómo se trabajan dos durante la guerra civil. Uno de los protagonistas tar y asumir una actitud ante estos problemas, tomar
como la “tradición de la víctima”. Ante esto, Nichols los elementos, las imágenes y los sonidos? de este título es el mismo Paul Kagame, presidente de posición y responsabilizarse por sus decisiones. l
se pregunta cuáles pueden ser los límites que co- En consecuencia, y dado que no hay respuestas Ruanda desde el año 2000 y líder del FPR; en el docu-
rrespondería adoptar para salvaguardar la dignidad normativas inquebrantables, la ética documental se mental, además de contarnos su historia, Kagame es * Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de
y los derechos del sujeto como ser humano. Es que, caracteriza por su carácter histórico y contextual ya caracterizado, ante todo, como un héroe, como un líder Buenos Aires (UBA), investigador del CONICET y del Centro
al adentrarse en la representación de personas, ad- que lo que resulta adecuado o moralmente aceptable con una lucidez política y con una fuerte voluntad de de Estudios sobre Genocidio de la UNTREF. Profesor titular
viene también la pregunta por la representación del en determinado marco –pensemos las shockeantes transformar a Ruanda en un país venerado. en la Carrera de Diseño de Imagen y Sonido de la Facultad de
Otro, y al formular dicha pregunta emerge de igual imágenes de “Nazi Concentration Camps” (1945), do- En cambio, en “Rwanda: The Untold Story” (John Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA. Ha publicado
forma una relación de poder. Ante todo, porque el ci- cumental exhibido como evidencia en el Juicio de Nür- Conroy, 2014), documental producido por la BBC al artículos en revistas nacionales e internacionales. Es coeditor
neasta suele estar “escondido”, protegido, detrás de emberg– puede no serlo en otro. De este modo, según cumplirse los veinte años del genocidio, la misma per- de la Revista de Estudios sobre Genocidio y codirector de la
la cámara y, por lo general, no es su subjetividad o Nichols, es la propia comunidad de cine documental, sona es caracterizada como un líder despótico, auto- Revista Cine Documental. Es autor de los libros “Narrativas
su cuerpo el que está en juego. Cuando el realizador que incluye a cineastas, distribuidores y exhibidores, ritario e, incluso, responsable tanto del asesinato del del Terror y la Desaparición en América Latina” (2016) y
está frente a una persona es porque también espera críticos, especialistas y públicos, la que carga con la presidente Juvénal Habyarimana –su avión cayó de- “Genocidio y Cine Documental” (Eduntref, 2022).
algo de ella, impone, en cierto sentido, su voluntad. responsabilidad de lo que se muestra y de cómo se reci-
También existe una cuestión de acceso a los medios be. Es allí donde deben darse los debates sobre la ética
de representación: ¿poseen los sujetos el medio para ya que es dentro de este contexto, y no en un marco
representarse a sí mismos? pregunta Nichols; así, la institucional específico, donde han tenido lugar.
voz de las personas queda desplazada, uno habla por Otro autor que ha estudiado los niveles éticos en el
el Otro, las personas dependen del cineasta para poder documental es Carl Plantinga. Sus reflexiones se ini-
contar su historia quedando su voz más vulnerable a cian sugiriendo que un director de ficción no comete
una posible distorsión, manipulación y abuso. ninguna injusticia con los seres ficticios que aparecen
Así, a pesar de sus sollozos y su deseo de detener en el film si se los presenta como cobardes, avaros o
la filmación, ¿cuánto insistirle a Abraham Bomba, en vulgares, como víctimas, culpables o estafadores ni
“Shoá” (Claude Lanzmann, 1985), a que siga narran- tampoco le hieren sus sentimientos ya que, ante todo,
do? ¿Es válido en cada documental sobre el caso cam- no son seres humanos. El documentalista selecciona,
boyano donde intervienen los sobrevivientes de Tuol resalta algún aspecto sobre otro, incluso, al pensar el
Sleng Chum Mey y Bou Meng mostrar cómo rompen tema de interés de esta clase, toma una posición in-
en llanto y mantener la toma de sus lamentos? ¿Es terpretativa concreta: así, la caracterización que hace
válido emplear la cámara oculta para filmar a un per- el realizador de las personas es de algún modo una
petrador, como el ex general Ramón Díaz Bessone en construcción dramática.
“Escadrons de la mort: L'école française” (Marie-Moni- Ahí yace, afirma Plantinga, una paradoja ética in-

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