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Tecnológico Nacional de México

Instituto Tecnológico de Tlalnepantla

Ingeniería Industrial

Taller de ética

Bioética y la ética en la tecnología

Rivera Flores Ashley

Grupo P11

M.E Edna Nolasco Carlón

24/Marzo/2022
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INDICE

1.-Introduccion……………………3

2.-Resumen…………………...…...4

3.-Explicacion…………...………...5

4.-Mapa conceptual………….……6

5.-Resumen………………….……7

6.-Explicacion……………………16

7.-Mapa conceptual…………….17

8.-Conclusion………………….18

9.-Bibliografia………………….18
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INTRODUCCION
En el siguiente trabajo vamos a ver la importancia que tiene la ética en la
tecnología, pues muchas veces la utilizamos de forma incorrecta y no solo
nosotros, sino también, terceras personas, claro es el ejemplo cuando damos
información personal y llega a pasar en muchas ocasiones que la están utilizan
erróneamente con fines de lucro.
Y también observaremos la relación que hay entre la bioética en cuanto al
tema del COVID-19.
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BIOETICA ANTE EL COVID-19


La bioética se ha posicionado como una disciplina que promueve un enfoque
integral en el abordaje de la salud; hace frente a los conflictos que derivan del choque de
valores, ponderando los intereses individuales y colectivos, en el marco del respeto de los
Derechos Humanos, particularmente el de los grupos vulnerables. En el caso de las
epidemias, existen complejidades, debido a las decisiones que deben tomarse de manera
urgente, usualmente en un contexto de incertidumbre científica y desconfianza general. El
30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró que el nuevo brote de
coronavirus es una emergencia de salud pública de importancia internacional. El 12 de
marzo, cuando aún era incierta la afectación que la COVID-19 ocasionaría en México y en
el mundo, la Comisión Nacional de Bioética emite el pronunciamiento institucional: La
bioética ante la pandemia del COVID-19; señalando a la bioética como uno de los marcos
de actuación ante esta contingencia; proponiendo 5 ejes para aproximarse de manera ética
a este fenómeno.

1. Planeación frente a la incertidumbre.

2. Respeto por las personas y protección de grupos en condiciones de


vulnerabilidad.

3. Estándares de cuidado ante contingencias y crisis epidemiológicas.

4. Innovación e investigación en salud para la producción de oportuna de insumos


requeridos.

5. Solidaridad y concertación de acciones con la sociedad civil.

El 30 de marzo, el Consejo de Salubridad General declaró emergencia sanitaria


nacional a la epidemia por coronavirus COVID-19. Entonces, el 31 de marzo, la
CONBIOÉTICA publicó las Recomendaciones bioéticas ante el COVID-19; las cuales
tienen como base la protección del bien común y destacan 4 rubros principales

1. Proceso de atención a la salud.


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2. Solidaridad hacia grupos en condiciones de vulnerabilidad.

3. Gestión de escasos recursos.

4. Planeación y prevención.

Para abril de 2020, la Comisión Nacional de Bioética y el Instituto Nacional de


Geriatría emitieron el documento de postura: Toma de decisión para hospitalización o
cuidados intensivos de personas mayores, en el contexto de la pandemia de COVID-19; en
el cual se plantearon 3 preguntas fundamentales ante una eventual saturación de los
servicios clínicos. En este documento se manifiesta que la edad cronológica no debe ser
criterio para la asignación de recursos de atención, toda vez que podría derivar en
conductas discriminatorias hacia las personas mayores; y que debe actuarse en apego a los
principios de bioéticos fundamentales: autonomía, justicia, beneficencia y no maleficencia
Ese mismo mes, el día 30, el Consejo de Salubridad General emitió la Guía Bioética para
asignación de recursos limitados de medicina crítica en situación de emergencia, cuyo
objetivo es ofrecer criterios que orienten la toma de decisiones de triaje cuando una
emergencia de salud pública genera una demanda en los recursos de medicina crítica que no
es posible satisfacer. Por otro lado, el COVID-19 ha traído consigo incertidumbre e
interrupción a nuestra vida cotidiana debido a la amenaza de socavar la salud de los seres
humanos; particularmente hacia las personas que se encuentran en alguna situación de
vulnerabilidad. Aunque en este nuevo contexto, todos debemos reconocernos como
vulnerables. Por ello, las respuestas para enfrentar los retos que plantea el COVID-19
encuentran en la bioética, un aliado que debe permear en la toma de decisiones públicas,
así como en la participación de la ciudadanía con respecto a la responsabilidad social y el
cuidado de la salud en los ámbitos individual y colectivo. Debemos recordar que la bioética
es una rama de la ética que ayuda a resolver los conflictos que ocurren en la práctica
médica y la investigación. Y aún en situaciones como la actual se debe mantener una
actitud ética en todo momento e intentar proveer la mejor atención a la salud física y
mental. En el caso de emergencias sanitarias la bioética puede brindar una comprensión
común entre disciplinas, valores y culturas; siendo indispensable para el éxito de cualquier
esfuerzo para mitigar los efectos negativos. Si quieres saber más visita la página de la
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Secretaría de Salud y para conocer las implicaciones bioéticas en la atención del COVID,
puedes visitar la página web o la sede de la Comisión para resolver tus dudas.

EXPLICACION
Frente a la pandemia del COVID-19 en nuestro país, se constituye como imperativo
bioético tomar todas las medidas necesarias para evitar daños prevenibles a la población,
considerando especialmente las necesidades de personas en condiciones de vulnerabilidad –
esto es, desde la población sujeta a un esquema ambulatorio de cuidado, recluida en casa,
hasta las personas adultas mayores, quienes viven con enfermedades crónicas, como
hipertensión, diabetes, EPOC, cardiopatías en general, o inmunodepresión, así como los
propios profesionales de la salud, con base en la evidencia científica disponible y con la
participación de todos los sectores de nuestra sociedad.

En el ámbito global, la bioética se ha posicionado como un quehacer inter y


multidisciplinario que promueve un enfoque integral en el abordaje de la salud, a fin de
hacer frente a las tensiones y conflictos que deriven del choque de valores entre culturas,
considerando la ponderación entre intereses individuales y colectivos, poniendo de relieve
la protección de grupos en condiciones de vulnerabilidad.

Nuestro país no es ajeno a esta problemática y cuenta con experiencia en el abordaje


de pandemias, como ocurrió en 2009 con el caso del virus AH1N1, a la cual se hizo frente
mediante la coordinación de todos los sectores de nuestra sociedad. Al respecto, no debe
desestimarse en este proceso el rol de las Comisiones Nacionales de Bioética en el ámbito
internacional, como cuerpos consultivos para el análisis de los desafíos que suponen la
atención a la salud y la investigación con sujetos humanos, con la finalidad de asegurar la
protección de los derechos de pacientes y sujetos de investigación; dar cauce a la
innovación y desarrollo tecnológico en salud con perspectiva social; consolidar sistemas
epidemiológicos y de investigación para fortalecer medidas de prevención y promoción de
la salud.
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BIOETICA ANTE EL

COVID

Propone 5 ejes para aproximarse La bioética se ha posicionado Destacan 4 rubros principales

de manera ética a este fenómeno. como una disciplina que


1. Planeación frente a la
promueve un enfoque integral en 1. Proceso de atención a la salud.
incertidumbre.
el abordaje de la salud.
2. Respeto por las personas y Para abril de 2020, la Comisión 2. Solidaridad hacia grupos en
protección de grupos en condiciones de vulnerabilidad.
Nacional de Bioética y el
condiciones de vulnerabilidad.
Instituto Nacional de Geriatría
3. Gestión de escasos recursos.
3. Estándares de cuidado ante
emitieron el documento de
contingencias y crisis
4. Planeación y prevención.
epidemiológicas. postura: Toma de decisión para

4. Innovación e investigación en hospitalización o cuidados


salud para la producción de intensivos de personas mayores
oportuna de insumos requeridos.

5. Solidaridad y concertación
de acciones con la sociedad
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¿QUE ES LA ETICA DE LA TECNOLOGIA Y

POR QUE DEBERIA IMPORTARTE?

Yo vengo a hablarles de qué es la ética de la tecnología, porque creo humildemente


que debería importaros. Y es una buena semana para hacerlo, porque seguramente aún
tenemos grabadas en el cerebro las imágenes de Mark zuckerberg, el CEO de Facebook,
hablando ante el congreso de EE. UU, justificando un poco lo injustificable, que es que
básicamente Facebook nos ha hecho creer que teníamos unos niveles de privacidad en su
plataforma que en realidad no tenemos. Pero no solo eso. Por suerte, hoy somos menos
ingenuos en relación con la tecnología y ya sabemos que cuando un producto tecnológico
no lo pagamos con dinero, en realidad es que nosotros somos el producto, y nuestros datos
son los que están alimentando una maquinaria de anuncios, un modelo de negocio basado
en la comercialización de datos personales. Hoy también sabemos, somos menos ingenuos,
que todo lo "smart", todas las herramientas tecnológicas inteligentes nos espían. Y si no, los
reto, si tienen una smart TV a que lean el manual de instrucciones, donde veran que nos
recomiendan no tener conversaciones privadas delante del televisor, si tienen televisor en
su habitación igual tienen un problema, porque básicamente una smart TV, como todo lo
que es smart, nos espía. El producto somos nosotros. Y en tecnología creo que por suerte ya
nos hemos acostumbrado a oír a personas que nos hablan del problema de la privacidad de
los datos. Pero la ética de la tecnología va mucho más allá de la privacidad. Y permitanme
que dé un paso atrás para contarles, para compartir con ustedes cómo empecé yo a darme
cuenta de que en tecnología teníamos que mirar todo un universo de cosas que muy poca
gente estaba mirando. Yo empecé a hacer mi tesis hace muchísimos años, mi tesis doctoral
en videovigilancia. Quería ver cómo las cámaras impactaban sobre cómo utilizamos la
ciudad cuáles eran las motivaciones de los diferentes actores para confiar a una solución
tecnológica un problema social importantísimo, como es la percepción de inseguridad. Y
ahí estaba yo haciendo mi tesis, descubriendo cosas interesantísimas, viendo métricas y
como las cámaras eran capaces de capturar dinámicas y expectativas sociales, pero además
devolvérnoslas a la sociedad muchas veces con diferencias. La cámara no era solo un actor
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tecnológico, o solo un cacharro. La cámara intervenía en cómo utilizábamos el espacio


público, las expectativas que teníamos los unos sobre los otros, cómo comprendíamos la
seguridad. Pero en todo este proceso un buen día se me ocurrió tomar el libro, un libro de
Richard Sennett, un conocido sociólogo, "El declive del hombre público" y en él se
preguntaba, mucho antes de que tuviéramos drones y sensores y cámaras por todas partes, y
ojos constantes que nos vigilan en nuestra deriva urbana, él se preguntaba en estas ciudades
que estamos creando llenas de ojos, dónde se enamorarían Romeo y Julieta. Y para mí ese
fue mi "Aha moment", mi momento de darme cuenta de que mientras yo me focalizaba en
dinámicas sociales y métricas y expectativas, me había olvidado de una pregunta
importantísima. Esto que estamos haciendo ¿es deseable? ¿Queremos que, en nuestras
ciudades, Romeo y Julieta, hijos de 2 familias enfrentadas, un amor prohibido, queremos
crear ciudades donde los jóvenes de familias dispares o enfrentadas no puedan enamorarse?
Y sobre todo pensando en la gente joven. Una de las cosas que más me sorprendió en mi
trabajo es la ignorancia total que tenemos, ignorancia por decirlo suave. Cómo ignoramos
los datos y los derechos de los jóvenes, los jóvenes aparecen en mi trabajo de forma
sistemática como un colectivo constantemente maltratado por la recogida de datos. Los
jóvenes, porque además no tienen casa propia, tienen una habitación en el mejor de los
casos donde ponen candados y carteles de no entrar, mi zona de privacidad, etc. Su zona de
privacidad muchas veces es el espacio público, y se lo estábamos quitando. Les estábamos
y les estamos quitando a los jóvenes los espacios para darse el primer beso en la
clandestinidad, en la privacidad, en la intimidad que necesitan y que merecen, pero no solo
para los jóvenes. Se han preguntado dónde se enamorarían Romeo y Julieta y para mí la
gran pregunta es todo esto que estamos haciendo en tecnología, ese dinero que estamos
invirtiendo. ¿Es deseable lo que estamos haciendo a nuestro alrededor? Cosas que ocurren
con la tecnología, por ejemplo, vinculado a los jóvenes y a los entornos urbanos, por
primera vez en la historia y a consecuencia de la penetración de aparatos tecnológicos, es
más caro olvidar que recordar. En toda la historia fue mucho más difícil recordar. Había
que escribir pergaminos, después la imprenta. Eso tiene un coste. Ahora mismo lo difícil es
poder olvidar, porque todo genera un registro digital. Yo siempre digo que tengo la suerte
de tener más de cuarenta años, porque los primeros 20 años de mi vida no los grabó nadie,
tengo alguna foto, pero nada más. A los jóvenes de ahora les condenamos a una vida de
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miedo, por cómo su huella digital puede impactar en su vida en el futuro. Esa foto de esa
fiesta, ese comentario en una red social, ese momento que queremos olvidar, ese conflicto,
incluso esa condena judicial o ese archivo de una causa. Todo eso las personas que han
nacido ya en la sociedad actual, totalmente digitalizada, puede emerger en cualquier
momento y arruinarte la vida, tu relación de pareja, la consecución de ese trabajo que tanto
deseabas. Por lo tanto, en mi trabajo sobre videovigilancia me di cuenta de que había un
montón de preguntas sobre tecnología que no estábamos haciendo, y que era
importantísimo que alguien realizara. Desde entonces he tenido la suerte de poder
dedicarme a hacer esas preguntas, a explorar cuáles son las preguntas que deberíamos
hacer, y cómo debería la tecnología responder a esas preguntas, y entender e incorporar
todas esas preocupaciones. Quería detallarles brevemente algunos de los proyectos en los
que estuve involucrada, para que veáis cómo se aterriza este tema de la ética de la
tecnología. He trabajado mucho tiempo, por ejemplo, en la automatización del paso de
fronteras. No sé si han ido a algún aeropuerto recientemente, pero verán que muchas veces
quien nos controla el pasaporte ya no es un policía, sino una máquina, meten nuestro
pasaporte, se nos hace un reconocimiento de la huella digital, un match biométrico con
nuestro documento de identidad, y la máquina decide si puedes pasar o no. Cuando
empezamos a trabajar en las "fronteras inteligentes", una de las primeras cosas que nos
sorprendió, y que después hemos visto reproducida en muchos otros casos, es que cuando el
parlamento europeo empezó a plantearse la automatización del cruce de fronteras, el debate
no pasó por el parlamento europeo porque se consideró una enmienda técnica. Cambiar a
policías por un proceso de datos era nada más que una enmienda técnica. No afectaba según
las personas que inicialmente propusieron ese cambio, a la conceptualización de lo que era
la frontera, con lo cual podía ser una enmienda técnica que no requería ningún tipo de
control público o político. Para que vean lo poco técnico que esto es, la incorporación de
automatización del paso de fronteras ha hecho, por ejemplo, que la frontera desaparezca.
Hoy en día, el cruce de la frontera, la línea en el suelo, el aeropuerto, no es lo importante.
Empezamos a viajar y se nos empieza a autorizar el viaje en el momento en el que
compramos nuestro billete o solicitamos la visa para viajar. Y nuestro paso de frontera no
acaba cuando cruzamos la frontera o cuando llegamos a nuestro destino. Si hemos pedido
una visa continúa, porque la validez de nuestra visa es controlada hasta que abandonamos
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el país, o si no lo abandonamos salta una alarma, para que la policía pueda tomar cartas en
el asunto. Con lo cual la introducción de los datos, la automatización de todo este proceso,
ha cambiado completamente lo que supone una frontera. La frontera es ahora mismo un
espacio larguísimo, para muchas personas un espacio de control continuo. Han pasado otras
cosas. con la automatización de fronteras hemos incorporado la biometría como
herramienta para comprobar la identidad. ¿Qué pasaba en el pasado cuando alguien no
quería que su identidad fuera conocida? Quemaba su pasaporte. Cuando alguien no quería
ser devuelto a su país, porque consideraba que en ese país podía sufrir consecuencias
indeseables, podía quemar su pasaporte y con eso aspirar a quedarse en un espacio y en un
limbo legal y jurídico. Hoy, nuestro pasaporte está en nuestros dedos. ¿Qué están haciendo
los migrantes? Quemarse los dedos, mutilarse, porque es la única forma de evitar que su
cuerpo se convierta en su enemigo. Eso que querían pasar como enmienda técnica, está
teniendo unas consecuencias brutales sobre los derechos fundamentales de los migrantes.
Inicialmente, hoy ya no, alguien quería que no habláramos de eso, que no nos planteáramos
cuáles eran las implicaciones de esa decisión. No solo eso, a través de mi trabajo he podido
hablar con más de 1500 personas que han utilizado estos sistemas automáticos de control de
la identidad en pasos de fronteras. Y es curioso ver como cuando les preguntas a los
viajeros de terceros países, no europeos, no personas del espacio del entorno Schengen:
¿Qué prefieres, un control policial humano o un control automático? La mayoría te dice:
"Prefiero el control automático". Confiamos en la tecnología, creemos que es más eficiente
y más justa incluso que la toma de decisiones humana. Pero cuando les preguntábamos a
estas mismas personas: ¿Y si la máquina se equivoca? ¿Qué crees que va a pasar? Todos
coincidían: "Estoy perdido, no voy a poder salir". Cuando hay lo que llamamos un falso
positivo, cuando la máquina se equivoca, no tenemos los mecanismos ni las leyes que
garanticen que podemos salir del hoyo donde nos ha metido ese proceso de toma de
decisiones automáticas. Esas son algunas de las cosas que hemos encontrado en el trabajo
en el entorno de fronteras. Otro ejemplo: también hemos trabajado con universidades, para
ver el impacto ético de la ciencia ciudadana. La ciencia ciudadana es la ciencia que se hace
con la ayuda de las personas, gente que trabaja el movimiento de los mares o la migración
de los pájaros, si tuvieran que desplegar a investigadores a todas partes, para hacer
fotografías constantes de cómo está el mar, o cómo se mueven los pájaros esto sería muy
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costoso. Gracias a la tecnología podemos pedir a la gente que vive en espacios concretos
que nos manden una foto del mar cada día cuando se levanten a la misma hora y yo proceso
todos esos datos y a partir de ahí hago ciencia. Está muy bien, pero cuando empezamos a
trabajar con la universidad y los investigadores, nos encontramos un caso paradigmático de
lo que yo llamo despotismo de los datos que es "Todo por el pueblo, con los datos del
pueblo, pero sin el pueblo". Los investigadores pedían a la gente que les mandaran un
montón de datos personales donde una fotografía geolocalizada puede decir exactamente
dónde vivimos, cómo es nuestro entorno e incluso con quién estamos. Pues no había ningún
tipo de precaución en relación con la gestión de esos datos. Y lo llamábamos "ciencia
ciudadana". Afortunadamente, hoy ya no es así, y hemos creado mecanismos para que la
ciencia ciudadana sea realmente ciencia ciudadana, al servicio de las personas y no solo un
espacio de uso y abuso de las personas voluntarias que se prestan para participar en esas
investigaciones. Trabajamos también mucho en el ámbito del trabajo, el futuro del trabajo,
inteligencia artificial, los robots que nos van a quitar el trabajo, todos esos miedos que
tenemos. ¿Y qué nos encontramos?. Los directores de las empresas, los CEOs, los
responsables de las empresas tienden a tomar malas decisiones, cuando éstas involucran la
tecnología. Es decir, un responsable de una empresa estará mucho más dispuesto a gastar
dinero en tecnología que en procesos no tecnológicos, con lo cual adquirimos tecnología sin
pensar si realmente la necesitamos, sobre todo en entornos de trabajo. Estamos viendo la
introducción de exoesqueletos, de sensores de control 24 horas en entornos de trabajo en
los que no son necesarios para mejorar la eficacia, la eficiencia ni la rentabilidad de esa
empresa. Pero, entre que la gente en las empresas no sabe que existen tecnologías menos
lesivas, y que quien vende la tecnología siempre quiere venderte la máxima capacidad que
puede desarrollar, acabamos con entornos laborales que son insufribles desde la perspectiva
de los que trabajan. Tomamos malas decisiones porque la tecnología nos fascina
constantemente. Cómo construimos los mecanismos para empoderarnos a todos a saber
distinguir cuando una tecnología realmente nos ayuda o no nos ayuda. Pues a eso nos
dedicamos en la ética de la tecnología. Un cuarto ejemplo: trabajo mucho en tecnologías de
seguridad. La verdad es que podría dar 10 TED talks solo sobre seguridad, porque es un
ámbito terriblemente sensible Un par de ejemplos: hace unos años estábamos auditando los
algoritmos de un proyecto que quería desplegar cámaras de videovigilancia inteligentes en
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entornos sensibles; bancos y aeropuertos. Las cámaras de videovigilancia inteligentes son


capaces de reconocer comportamientos potencialmente criminales de forma automática, no
es necesario que el ojo humano esté controlando lo que ocurre, sino que pueden ver por la
forma en que se mueve la gente, si su forma de moverse por un espacio es potencialmente
peligrosa y así mandar una alarma y la intervención humana solo es necesaria cuando se ha
identificado un comportamiento peligroso. ¿Qué nos encontramos? Que los ingenieros se
habían codificado a sí mismos como la normalidad. Es decir, la forma de utilizar un banco
es entrar y salir, porque tienes mucha prisa, porque tienes trabajo, porque eres joven y te lo
puedes permitir. En ese algoritmo quien emergía como potencialmente sospechoso eran
gente mayor, que tiene mucho más tiempo, claro, está lloviendo, vas al banco, hay un sofá,
oye pues me quedo un ratín, ¿no? Eso no es potencialmente criminal, pero el algoritmo lo
identificaba así porque no era cómo el ingeniero habría utilizado ese espacio. O las familias
en aeropuertos. Yo que viajo mucho, voy al aeropuerto y quiero salir lo antes posible, pero
yo no soy la mayoría, y no soy sobre todo la normalidad. Hay gente que viaja y coge un
avión una vez al año. Para quien la experiencia del aeropuerto forma parte del viaje en sí,
que van 5 horas antes y dan vueltas, comen, vuelven a comer, descansan, salen a la terraza,
y todo eso es normal. Debería ser normal, y en cambio el algoritmo de la cámara inteligente
lo había codificado como anormal, y eso pasa constantemente. Como los ingenieros no
tienen formación en este tipo de cosas, no se dan cuenta de que codifican su normalidad
como la de todos. Y eso, en el ámbito de la seguridad es problemático, porque todo lo que
no es normal, es sospechoso. Y todos tenemos derecho a no ser sospechosos, a no ser que
hagamos algo realmente sospechoso. Con lo cual la cámara nos acaba convirtiendo en
sospechosos constantemente por salir fuera de esa normalidad tan pequeña definida por los
tecnólogos. Por no hablar de los algoritmos predictivos en el ámbito de la seguridad. Yo no
sé cómo se puede decir más alto y más claro. No podemos predecir el futuro. Eso es magia.
Y no sabemos hacerlo. Lo máximo que podemos hacer con los algoritmos es entender lo
que ha pasado hasta hoy, y a partir de ahí hacer que emerjan ciertos patrones, y decir: el
pasado me lleva a pensar que es posible que en el futuro ocurra eso Esto es lo que podemos
hacer. Llamar a eso predicción es muy arriesgado. Y la insistencia actual de las muchísimas
fuerzas policiales de todo el mundo en pedir el algoritmo de la radicalización, de la
prevención, el pre-crimen, es imposible. La tecnología nos puede ayudar, pero hasta cierto
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punto. Y todos tenemos derecho a la presunción de inocencia hasta que cometamos un acto
ilícito. La tecnología tiende a olvidar eso y se siente tan poderosa y tan poco controlada por
todos estos elementos que se atreve a prometer la capacidad de prever y de saber lo que
vamos a hacer antes de que a nosotros se nos pase por la cabeza. Y finalmente un último
ejemplo: el de movilidad. Todos habéis oído hablar de los coches autónomos ¿no?
Teóricamente en poco tiempo todas las ciudades estarán llenas de coches que conducen
solos. Pues el coche autónomo es uno de los grandes ejemplos de cómo la arrogancia de la
ingeniería puede llevar al fracaso una buena idea. El coche autónomo es muchísimo más
seguro que el coche no autónomo. Pero, ¿qué pasa? A las muertes de los coches no
autónomos nos hemos acostumbrado, pero cada vez que un coche autónomo mata o hiere a
alguien es portada en todo el mundo. Con lo cual la percepción social es que es mucho más
inseguro el coche autónomo que el no autónomo. Y mientras los ingenieros insistan en
decir tengo aquí todas estas cifras que demuestran que es más seguro, y no se preocupen de
convencer a la población, de trabajar la aceptabilidad de esa tecnología, de incorporar los
miedos y las preocupaciones sociales en la conceptualización de esa tecnología,
seguramente lo que va a pasar es que lo que es una buena idea que podría salvar
muchísimas vidas, tardará muchísimo más en implementarse, porque los ingenieros tienden
a la arrogancia de los números y de la técnica. Para que veáis que la ética de la tecnología
no es solo un tema de tu smartphone, de tu televisor, de los aparatos de consumo que
usamos. Hay una infraestructura de datos que marca todo lo que hacemos, que requiere
urgentemente de un cierto control, o como mínimo, de la incorporación de responsabilidad.
Lo que he encontrado en mi trabajo, es que como hacemos tecnología actualmente es
profundamente irresponsable. A ningún médico ni a ninguna empresa farmacéutica se le
ocurriría pedirle a la sociedad poder lanzar medicamentos no testados. O lanzar
medicamentos que dijeran: "Mira esto cura el constipado pero da cáncer". No lo
aceptaríamos. No se puede vender. Y en cambio en ingeniería informática se pide el
derecho a lanzar cosas a la sociedad sin testarlas de ninguna manera, sin tener ningún tipo
de conciencia de su impacto social. La buena noticia es que creo que esto está empezando a
cambiar. Que existan perfiles como el mío, con conocimientos en ciencia social, pero
también en elementos técnicos de la matemática y de la física, muestra que empieza a haber
interés por estas cosas. Cada vez hay más grupos de investigación y de trabajo en empresas,
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en universidades y en espacios público-privados que aúnan a sociólogos, filósofos,


abogados, a físicos, matemáticos, ingenieros e informáticos para intentar entender cuáles
son esos impactos legales, sociales y éticos de las tecnologías, que ayudan a dilucidar cuál
es la deseabilidad y cómo aumentar esa deseabilidad de los productos que se quieren
fabricar en el futuro. Cada vez hay más grupos que trabajan en mejorar la transparencia y el
control de los algoritmos, por ejemplo. La idea de los estudios de impacto está cada vez
más extendida. De la misma forma que no podemos construir un nuevo desarrollo de
infraestructuras, una nueva carretera, sin justificar su impacto ambiental, no deberíamos
poder lanzar productos tecnológicos al mercado sin justificar antes que nos hemos
planteado en algún momento qué impacto va a tener eso sobre la sociedad y si ese impacto
es deseable o no, y si no es deseable, qué medidas hemos tomado para aumentar la
deseabilidad de ese producto. Ahora mismo muchísima gente estamos implicados en crear
la innovación responsable del futuro, que creo que es muy necesaria. Y no obstante, se
siguen oyendo voces que dicen constantemente que la prevención, ética y regulación van en
contra de la innovación, que no podemos poner límites a la capacidad creadora de los
hombres ingenieros y sus grandes ideas. Pues lo siento pero no es así. Como humanidad,
llevamos toda nuestra historia domesticando a la tecnología. ¿Un coche necesita un
cinturón de seguridad para circular? No. ¿Un coche necesita un límite de velocidad? No.
Los coches podrían ir muchísimo más rápido de lo que van por nuestras calles. ¿Un coche
necesita pasos de cebra, semáforos, control de emisiones contaminantes? No. Todas estas
cosas se las hemos añadido las sociedad humana, para asegurar que lo que es una
innovación tecnológica deseable, que es un motor, algo que nos lleve de A a B de forma
más rápida, sea también deseable desde la perspectiva social. Hemos limitado las
posibilidades de los coches, porque hemos entendido que queremos ir más rápido de A a B,
pero no queremos que muera tanta gente en ese proceso. Eso lo hemos hecho siempre.
Siempre hemos limitado las capacidades de la tecnología, porque la tecnología solo tiene
sentido si mejora, si aborda las problemáticas sociales. Y que desde la ingeniería
informática se hayan olvidado tantas veces esa lógica es claramente preocupante. Al final lo
que hemos hecho con el coche es tener debates a lo largo de mucho tiempo, el primero no
tenía cinturón de seguridad, ni había semáforos, ni pasos de cebra. Pero durante mucho
tiempo creamos esos marcos, como sociedad, esos consensos sociales que nos llevan a
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poder utilizar hoy los vehículos de forma normalizada. Estos son los debates y consensos
sociales que deben emerger alrededor de cualquier nueva tecnología. Debemos dilucidar
cuando aparece un nuevo algoritmo, una nueva innovación tecnológica, un nuevo invento,
debemos decidir entre todos cuáles van a ser los cinturones de seguridad, los límites de
velocidad, los límites de emisiones, los pasos de cebra y los semáforos de esa nueva
innovación. A eso se dedica la ética de la tecnología. Primero a fomentar esos debates, para
que entre todos decidamos si es mejor un control humano, o uno mecánico para cruzar una
frontera, para tomar entre todos responsabilidad de las decisiones que tomamos en relación
con la tecnología, y a partir de esa deseabilidad lo que vemos es cómo construir valores
fundamentales, cohesión social, confianza, no discriminación, derechos humanos en las
especificaciones técnicas. Porque no es solo un tema de dar discursos. Hay formas a través
de las especificaciones técnicas para hacer que las tecnologías respondan mucho mejor a las
expectativas y deseos de la sociedad. De la misma forma que hemos podido construir
coches que maten menos, podemos construir tecnologías que no solo sean menos lesivas
sino que contribuyan de forma definitiva a mejorar el futuro de nuestras sociedades En
definitiva, de lo que se trata la ética de la tecnología es de poner a las personas en el centro
del desarrollo tecnológico, y poner la tecnología al servicio de las personas. Y no como
estamos ahora muchísimas veces, las personas al servicio de la tecnología.
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EXPLICACION

Hay que tener en cuenta que, una de las grandes innovaciones que se han

desarrollado con la tecnología, son las redes sociales, las cuales han cambiado la forma de

interactuar entre las personas y han aumentado la individualidad, así mismo, han impuesto

innovadoras normas de conducta, que están compuestas de nuevos presupuestos éticos, los

cuales en algunas ocasiones pueden llegar ser cuestionados por su falta de contenido moral,

por tanto, podemos deducir que tecnológicamente estamos avanzando a una velocidad

impresionante, pero que la raza humana poco a poco va involucionando en el desarrollo de

las actividades de su vida cotidiana. Lo cual pone grandes desafíos para el derecho puesto

que, teniendo en cuenta el factor cultural de cada sociedad, es de gran importancia

desarrollar márgenes éticos, es decir, un manual para el manejo de las tecnologías en cada

uno de los ámbitos de la vida de un ser humano, como en la niñez, adultez, en la familia, en

el trabajo, etc. Esto con el fin de enseñar a las personas y a las futuras generaciones a

utilizar de forma apropiada la tecnología, dado que, en ausencia de estas reglas, existe un

gran libertinaje respecto a las formas de emplear los conocimientos e invocaciones, por

consiguiente, los individuos y la sociedad no logran identificar los comportamientos malos

o buenos en el uso de la tecnología.


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¿QUE ES LA ETICA DE LA TECNOLOGIA Y

POR QUE DEBERIA IMPORTARTE?

los ingenieros no tienen Las cámaras de


Aunque su origen es reciente, en

formación en este tipo de cosas, videovigilancia inteligentes


1977 el filósofo y físico Mario

no se dan cuenta de que son capaces de reconocer


Bunge fue de los primeros en

codifican su normalidad como comportamientos


reclamar el desarrollo de la ética

la de todos. potencialmente criminales de


de la responsabilidad en los
forma automática
avances tecnológicos.
Hay que tener en cuenta que,
El fin es enseñar a las personas y
una de las grandes innovaciones Hay formas a través de las
a las futuras generaciones a
que se han desarrollado con la especificaciones técnicas para
utilizar de forma apropiada la
tecnología hacer que las tecnologías
tecnología
respondan mucho mejor a las

expectativas y deseos de la

sociedad.
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CONCLUSION
Así concluimos este trabajo y vimos la importancia que tiene la bioética en el
tema del COVID-19 para ayudar hacer nuevas mejoras y poder controlar mas
este virus ya que esta mas que claro que es algo con lo que seguiremos
viviendo día a día, pero los seguimientos para esta seguirán cambiando. En
cuanto a la relación de la ética con la tecnología también es sumamente
importante ya que todos debemos tener la ética para usar correctamente la
tecnología y no para un mal como: plagiar información, invadir tu privacidad,
filtrar información falsa, hacer mal uso de tus datos personales, etc.

BIBLIOGRAFIA

https://youtu.be/GyAfdInP9x4

https://youtu.be/XJDBN2j9rr4
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