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-Ao.>.cubc,on 11:0<c. "' ""'\~'o loo.\ 1-l7vosn=()rc(b J IJ'í~ J 980-2000
-\:),'<. !L-\icK l'loct OYJcd d~ ( t...-a~o -- des!_g'Ja(cW 4,i l . LAS BATALL\S EN _E L DESIERíO

-r-ec;ac¡a ofe \o.s .SO\ lana-s¡ ¡::::x:;lvQ Corv--. pe+t r. 51 1


0 : ~- { Saúl Escobar Toledo

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Joeres; CbYJ cord ic-.IOI\.e.5 .q'~~v pe;vo ..s 1n e-VV> pico .o 1 EL ÚN DEL ESTADo DE BIENESTAR
C >"" . . 1 J Cuando M~garet Tharcher se convirtió en la-primera mujer que ganaba
5\l')d\ ce~\- .S X X: ,_ (o 0 .,.9 _ &e .swd 1cotc..s d~ ~
1
Yl S \5 el cargo de primer ministro del Reino Unido de b. Gran Bretaña, el4 de
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1 .-1- mayo de 1979, pocos se imaginaron que ese triunfo del Partido Comer-
' » )\ · ue- pro ec:c::\ é:l ni '' . ¡ vador iniciaría una nueva etapa en la historia del capitalismo en Inglate-
"'je.re\ -F"~ ., oon dey:ie KJtz~'f\_ .L..deltLII-I.hc:tiO
IC1\<t3 ,. ., .¡ rrayenelmundo.Sinembargo,comoiodemosrraronlosaconrecimien-
c.l . -e_.9oc ~- ov¡ J ¡ ros posteriores, la adminimación de la señora 1harchet iniciaría ue ciclo
~l=t- -Í\ ~ ~Cev~ . . S:x:JI~\ CRQr<l \q-\8q lq-3:5. --9\ Q \V'loiiC'~\~ 0\Cn de gobiernos,~~ dive:s~ panes d~l mundo, ,~ue ~doptar~.an un n~evo
, _ ~ ,. . . ._ : modelo de polmcas publicas conoc1das como neohberales . En parncu-
/ vno+IVD¡ ~~pr~ ~cr-v~h ovf- \2..3. · .:!>Cv 'e~' ~""e.,, C</~ lar. en lo q~e roca al ámbito laboral.' estas políti~s se distinguid~, como
\'"''~., ._,_·k· In P-O -"'r-.r~. 1 .. r .1 1 ? .,..,.,... ...S~t·--c\,ct:x1-c;:,~ ~ ~e c:let\a ,,{¡clcl~~tremos mas adelante, por COnJUntO de acciOnes que afectar¡an radi-
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VOV\ch:::~ a::rW-~ ..10~ CO \c-e+-1.vG) ,..q:>v--~ OC 1~-' ~(ud 1 Vi v, -...-o(¡.>. , ~ tan teS' no sólo para el Reino Unido, ya que sirvieron de antecedente para
~r,;:¡ ==-u ~ l -\vc.<¿(.n 'v)o,y f>F\00 ~0A\Q.I-A L 1 ctCve.vdo Cun \\:(v oni . _1-. i~roner un nuevo trato político al movimiento sindical y a las relaciones
l--... 1 rY)::;t~ro-patronales en muchas partes del mundo 1, incluido México. Por
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' eso,esteperiododelahistoriadeJostrabajadoresmexicanos,queabarca
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~'- lf · · f> rrp(J a llitlma parte e Slg O XX, requiere un reve recuento de hechos que no
(u-..{~V\+~. L \d-e-v~~ c;\¡c¡~ ... Cv;-.s\o d-o( \S<'v")d~a(l,:S\'YlO L {<oLb seprodujerondenrroden~~trasfront:ra~sinomuylejosdeaquí.
1 - f \\ Inglaterra, el centro polmco y econom1co de lo que había sido a fines
t:D 's p(t::(""e:;o ~\obcl \- ·-r ~c::=xu::,\c:.- ¡ ~el si~l.o xr:.e~ poderoso Imferio Británico, se hallaba en 1979 en una
1 ,1 1s1tuac10n dificil. La econom1a estaba en declive y la inflación crecía sin
{;f:J 1 Ob\-'1~ pre~-\a~\ e:> , ~ l'~ ~ 1\lJd U'-\~ Ío..l Srd·<~tnero'conrrol. Este panorama era el resultado de una crisis anterior, la que se
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' () había pr~ducido en I 973, cuando aumentaron drásticamente lo~ precios que incluyó la política fiscal, la política monerari~ y la reforma de los
T~!J.O'YYICI cb{ ~ del pe~roleo en el mundo, lo que provocó una s~cudida de la economía sindicatos. Se inició la privatización de las empreSas públicas, se dismi-
~O¡ CO")-\vti\o~- de- mu~dJal, que ~io lu~r a un fenómeno nuevo: la estagfozción o estan- nuyeron lo~ ¡:;astos y la deuda pública,- se congelaron salar.ios y se redujo
anuenro con mflacwh en muchos países, par~icularmer.te en los más
~IIE::c~ 1 ~ 'rt:{On-desarrollados. la plandlia de trabajadores del secror gubernareental. Taml;,ién se impuso
Las medidas para correoir esra situac;o'n que •·
l_~ 1 I 1 r o· · · se ap11caron una disminución del impuesto sobre la renta, favorable a las perscnas y
-' ~ "'J .Se e\ ll"r\t ;,.., V er. ng aterra no •Ueron eximsas pues la economía no respondió" positi- empresas de in¡:;resos más altos, se aplicó una poÍítica de desregulación
• 'U' vamente d · '
..l... - .1 ~ . , pero,_a _ema.s, provocaron una creciente resistencia de la clase y e! recorte de los subsidios industriales. Igualmente, se dio prioridad
\YC:U.:V 10 n~_...,~ 1 obrera. El mcvJ;:nJento laboral se manifestó en diversas huelgas al
~~~ d 11 d - · - , gunas al combare a la inflación por medio de la reducción y el control de la
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e e as e sran 1mpacro. Por ejemplo, la de los trabajadores de la Ford oferta monetaria, de la elevación de lus tipos de interés, y la elimin.aci6n
\(O en .: 978: y las de la Esso y laShell en 1979. ·
del conrroi de precios y del control rl.e cambios. Pero, lo má:: importante
\1 A pnnc1p1~s de 1979/as huelgas y l::.s demandas hasta por el40% de para esta histo~ia, el gobierno de la señora 1l1atcher decidió cornbatir
/~o {tvY) pko, ~l.rt'f'ot / aumento salan al eran incontrolables a tal grado que al periodo de 1978- frontalmente el poder de los sindicaros.
. '1 - --' • 79 se le llamó el invierno del descontento. "2
~GV'.oy ~ch.cl3:r~l. Las huelgas esta!l~ro,n
para demandar aumer.tos salariales y fueron
Para ello se reformaron distintas leyes, prohibiéndose a los trabajadores
sindicalizados bloquear las empresas que se dedarabar1 en hu:lga. 4 Tam-
('\ ·- _..1\ ~- 1 j una ~~spuesta a la deciSion del gobiemo laborista, que intentaba. impedir bién se quitó la obligación de adherirse a 1m sindicato para ingresar a traba-
~"'!Y
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.00 Sot U7'
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que dichos Incrementos rebasaran el 5% Los paros ·n ·c·
· • •

1 1 raron en e ;ector jar en una empresa y se obligó a las organizaciones a realizar una vot:ación
Vlv,~/ dc:scanii]), pnva,ao ~ero se extendieron a las empresas y servicios públicos, lo ue previa, de todos los trabajadores, para esrallar un paro de labores.
altero sena.-nenre la vida cotidiana de los ingleses. q
Además, los dirigentes y las organizaciones sindicales que realizaran
Como resulta~o dd activismo obrero y de la sirüación económica, el una huelga sin cumplir con los requisiros de ley serían penalizados con
gobrerno del Parndo Laborista cavó en marzo de 1979 ,
1 · • ' Y se convoco a multas económicas. También se responsabilizó a los líderes obreros de la
e :ccwnes generales. Ganó :unpliamenre el Parrido Conservador, el de la acción de sus representados en las calles o por ~ualquier .acción ilegal o
senora Margaret Thatcher.
violenta que realizaran, incluyendo los paros'laborales, hasta con penas
Al cekbrar Sü triunfo, 12. señora Thatr.her afirmo' que "s h b' d
de cárcel. El gobierno decidía, así, enfre~J.tar las movilizaciones obreras
• 1 b' e a Ja pro u-
crc.;o, un cam 10 de marea en la sensibilidad política del pueblo b . ' . con medidas y acciones de tipo penal, no sólo administrativas.
Hab · d al . ruamco.
Jan renrm.cra o . socialismo, el experimento de 30 años había fraca- Una vez que logró que se aprobara esta legislación, Margarer Thatcher
sado plenamenre, )' esraban dispuesros a probar otra cosa. Ese camb· d siguió una política rigurosa de control sobre los trabajadores y sus sin-
m~~~ era nuestro mandaro".3 La expresión de la señora Thatcher so~;e e~ dicatos mediante el uso de la fuerza pública. La represión fue muy dura
sonalJsmo se refería a las políticas públicas que habJ'an -d . d '1
1 1 . omma o, no so o en las calles y en los centros de trabajo, sobre .todo contra los mineros y
en ng aterra smo en gran parte de Europa a part;• d 1
d. 1 e a posguerra y que los trabajadores I?Ortuarios, los.'sectores de la dase obrera inglesa mejor
Jeron ugar a lo que se Uamó el Estado Benefactor ( ~Lifi re State)
u
lí . organizados y más combativos.
que protegieron· al b . , po ncas
al . .tra apdor con seo·nro del desempl eo, s ar1os re es al
. al . al
o~ Los trabajadores y sus organizaciones respondieron a estas medidas.
za, prestaCiones d1versas salud vivienda y d . . y. di
poder sindical : ' . e ucacron. JUnto con o un En 1980, apenas iniciado el' mandato de la señora Thatcher, tuvo lugar
muy amplw que se manifestaba tanto en el control de lo un poderoso movimiento de solidaridad en un área indusrrial del sur de
c~mratos en los ceneros de trabajo como en su influencia en las olíti~ , Gales, que amenazó con extenderse a roda la nación, en apoyo a los tra-
pu~rcas, sobre rodo a través del Partido Laborist:a. P
bajadores del acero. El Dai(y Mirror comentaba el 29 de junio de 1980:
. a ruptura de Thatcher con ese pasado de casi tres décadas fue drás
"De repente la escena se ha hecho más explosiva y peligrosa de lo que
nca y profunda. Su gobierho se propuso una ambiciosa reforma del paí~ nadie hubiera pensado hace unas semanas."

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Poco después, en 1981, las centrales sindicales y el Panido Laborista


convocaron a realizar manifestaciones contra el gobierno conservador en iniciaron un profundo decli·re. Perdieron poder, influencia, millones
Cardiff, Live!pool, Glasg0w y Londres, donde se reunieron ciemos de de miembros y muchos de sus derechos conquistados en ramos años
miles de personas. de lucha. 5
y
Peco serían las huelgas llevadas a cab:),_ea 1984 1985, ?0r la Unión . El éxico de la conservadora Th::.rche, en lPglacerra y de sus polí[icas
Nar:ionai de Miner0s, en oposición al proyecto del gobierno de cerrar amilaborales ruvieron eco en otras parees del mundo. A ello ayud ¿ la
defi r.irivarnenre un gr;¡n nú:nero de minas, );¡s que resultarían decisivas. elección de Ronald Reagan, en noviembre de 19RO, ouo conservador
Th archer, sin embargo, se había preparado para esta huelga. Previame;::¡- recalcicranre que cambien llegó al poder aprovech3.ndo los er:ores de s~s
ce, el gobierno había logrado acumular reservas de carbón para evitar adversarios, en este caso el presidePCe James Carrer, del Parndc Dema-
eon es en el sumin istro de electricidad. El acoso de la policía contra los crara (que gobernó entre 1976 y 1980).
huelguistas dio pie a num.-:rosas denuncias de violación a los derechos Antes de Reagan, la economía de los Estados Ur.idos se encor.craba
humanos y las liberrades civiles. En los medios de cvmunicaciAn se rran!- con.casas de inflación de dos dígiros, asunto que se convirrió en la preocu-
mirían rodas los días las imágenes de trabajadores intentando evitar '}Ue pación principal del gohierno demócra•a de Carter, el antecesor de ~ea­
~:
orros miaeros pudieran ingresar.a laborar y de policías agredier.do a las gan. Gs medidas desesperadas cornadas por Carcer llevaron a um poii~lCa
manifestaciones o guardi as de las huelgas obreras. Sin embargo, la falta monetaria restrictiva para frenar la inflación: elle comra¡o la econom1a Y
de recursos de las familias !:J.ueiguisr~s -que no recibieron ningún ingreso elevó el desempleo a ~asas supericres· al 10%.
ducan te la huelga- y la ausencia de una solidaridad más decidida del res- Como respuesta, en 1981, el gobierno de Reagan sorprendió co n ur.
ro de las organi;.acioues laborales, creó una seria división ene re !os Inine- presupuesro público basado en un nuevo esquema; bajo_ la teorí: ~el co n-
ros. Po~ fin, un grupo d~ trabajadores desistió de la hL:elga, desafiaron las uol de la ofern (supply síde ec&nomics) , que pro poma la dismmucwn de los
decisiones del sindicato y empezara¡¡ a promover enrre sus compañeros impuescos, la reducción del gasro público y la reducción de la emi sión de
la vuelta al trabajo come la única opción que quedaba: la batalla había dinero; rodo ello para bajar la inflación y a la vez aumentar los lflcennvos
sido perdida. en las empresas y los individuos para que se elevara la producción y el ~m­
La huelga de. los mineros duró un año encero, ames que los líderes pleo.6 Eran medidas similares a las de b señora Thaccher en Inglaterra, lflS-
de la Unión Nacional de este gremio llegaran a un acuerdo. El gobierno piradas en la misma idea: desmontar el Estado de Bien~star d~ la posguerra.
conservado r procedió a cerrar casi rodas las minas de carbón; años más El gobierno de Reagan, que duró hasta 1988, rcdu¡o los tmpuestos en
tarde, en 1 9~4, serían privatizadas. 275 mil millones de dólares, en un periodo de tres años; esra.; med1das
La huelga minera fue una de las más violentas y largas de la historia se dirigieron sobre codo a las familias de mayores ingresos, aplicándose
b~ir:ínica. El sindi ca to fue derrotado y ello resultó crucial pues permi- una casa máxima del 50% al ingreso; también se eliminaron todos los
no que las reformas de Tharch.:r se consolidaran . Al mismo tiempo, sus impuesros a las nuevas inversiones y las regulaciones para estimular la
polúicas econó micas debilitaron a los sindicaros. La recesión, que tuvo expansión de los negocios.? Es decir, se trataba de una redistribución del
lugar en los primeros años de la década de los ochenta, llevó al sector ingreso a favor de los más ricos y de los inversionisras mis poderoso~.,
.manufaccu:ero, el centro de la fuerza sindical, a reducir su personal a Los resultados de estas medidas fueron un descenso de la mflacwn,
la mnad mientras que el desempleo aumentó en má·s de tres millones. · que pasó de la media anual de 12%, del periodo 1979-1980 a 4%, en el
La afiliación sindical se desplomó de unos 12 millones; a fines de los periodo 1983-88. Reagan ruvo éxito pues el PIB real creció desde 1982
serenra, a la mita~ en el curso de los diez años siguiemes. Después de hasta 1989, a una rasa anual media de 3.5% y el desempleo descendió
la huelga d_e los mineros, la opo_sición laborista aceptó resignadamente de más de lO% anual en 1982 a 5.5% en 1988-1989. Hay que señalar,
la legisbciOn Sindical y las poluicas del rharcherismo. Los sindicaros sin embargo, que la economía se recuperó fundamentalmente por la
polírica de expansión de la maquinaria bélica de los Estados Unidos,
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) {§ fJ)CJ ._,iJ F.; ~ que lo llevó a ;ncurrir en un déficit público de 5.4% del el más ~
~- Jf . ¡) , _p alto desde la Segunda Guerra M!!ndial. Esto último demcmaba que ~
PIB,
0 8 EL CoNSENSo DE WASHINGTON
. D 'f} .(' . O. ¡) el éxito de Reagan ;e basaba no tamo en !a nue-va ortodoxia monetaris- ~ Las nuevas políric:ts públicas de Margaret Thatcher en lngla~ena y d~
~ .tP \. Jy l? o-· \!" ta sino en el gasto militar. o~ cualquier manera, el aparente éxir.o del -.....Q; Ronald Rea¡:;an en los Esrados Unidos fueron ext~ndt.~as a Amen caLan-

C/ Q
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_¡;~ ~ 0
;,7 1'-. ~ fl> gobierno norteamericano impresionó al mundo. .
Mientras esto sucedía en Inglaterra y los Estados Unidos, e-n otros ,
J)
~
na, iundamentalmenre a rravés de lo que se ll=o el Consenso de Was-
hingi:on", 11 un término acuñado por John Williamson en un docum~nro
,..[' ..( q_d .J Q. píses ind:Istrializados empezaron a aplicarse, poco a poco, los nuevos ~ de trabajo, daborado para una conferencia organizad: por el In~mute
tJ () j'IQ. -~ lineamientos de las políticas liberales y monetaristas, aunque no con la ~ for Inrernarional Economics (lnsriruro para la Economta Inrernacwnal),
......q {'f .IP fj cJl firmeza con la que se aplica!'on bajo los gobiernos de Thatcher y Reagan. que s~ realizó en noviembre de 1989. - Posteriormen~e las ponenctas_ ~x­
puestas en ese seminario fueron r~cogida.> por Williamson en un ltbro
-....tT !.7111 <t> En Alemani2, el primer minisrro socialdemócrata, Helmut Schmidt, l_
~' titulado Latín American Adjustment, publicado en 1990. 12 El documen-
0
'-... .[' V '1> aplicó una política similar a la de Inglaterra y el gobierno que le suce- · -
{f (O o' .['0 K.) dió, de filiación demócrata cristiana, continuó con la misma orientación ... ~. ~ ro re<;:oge el pensamienro neoliberal bajo la expresi_ór•. del Consenso ~e
.N _¡'{' .t:'" ()\ <9 anrinflacionaria y liberal. En cambio, en Francia, el presid::me socialista ~~
! , Washingron, señalando diez aspectos básicos que strvteron par~ defintr
fJ: ~D -Q=:: .J..() Mirerrand en su primer año (1981-1982) aplicó un programa de refo::- ~ ~ - ~
v

l)í las reformas de política económica que los países deudores debtan cum-

r0
.:
'>./) _,) .:.. X C J mas sociales, esrarisra y nacionalizador de grandes empresas y bancos, ...Q ~ . plir rigurosamente. .,
(/ (!' ~::
-..! . , o- _,['6 medid:S que luego revirt~~ parci2.llrl:n~e, 3.S:.uniend~,
a medida _que la \,_ .. ~ Esras políricas de reforma, o de ajuste estmcrura.l, prerendta;:¡ generar
un mod~lo de desarrollo orientado plenamente hacia el mercado Y se
!fJ O " V mflacwn aumentaba, polmcas moneranas duras. Iralta, eu los pnmeros ú}O \ 1
r ~

!l
basaban en los siguientes lineamientos: a) la liberac~ón ~el comercio Y
V ~ ;;
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•,
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aíws de los ochenta y debido a la recesión, aplicó políticas keynesianas de.
esrím u!o a la de,nanda.9 Sin embargo, tanto Francia como lralia, que se
salieron de la tendencia mundial, retomaron a partir de la mitad de la dé- ~
{;
1~
b su orientación hacia el exterior, eliminando cualquter ttpo de barrera
.arancelaria y no arancelaria; b) la atracción de inversiones extranjeras,
~ \. "" ' • ~
..,¡ cada de 1980 una política anriinflacionaria, que provocaría un aum.:nto t--.. diminando cualquier ripo de resrricción; e) la privatización _de las em-
.A../ j ~ ~ del desempleo y un desplazamiento de las políticas del Estado Benefac- . 1' .1\. presas públicas; d) la desregulación de las actividades económtcas, y e) la
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\ ror. Para entonces, d neoliberalisrno y el monerarismo a.atinflacionario S l 'l garantía del de::echo de propiedad. . ,.
~- _ha~ían con~errido ~n ~~recría o~dal 1~ ~ ~
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se y la polític.a de mayoría d:: los
pn.nctpales patses capHausras y, por tanto, su tnfluencta se extendió a
Otras regiones del mundo subdesarrollado. · 'lj
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.,
1

~
TodaS esras políticas se basaban en la firme creencta de que :1 .t_bre
mercado es la clave del desarrollo económico y qu,e el Estado debta Sim-
plemente colaborar pz.ra hai:ei: rentable la inversión privada, dejando de
\' ~ ~~~ \ El Fondo Monerario Inrernacional (FMI), en el Informe Anual de ~ ~ jugar, como había sucedido en las úlrimas tres déca~~' como un agente
{ O Jt ~ 1986, afirmaba con cierto optimismo: "la esrraregia ha tenido mucho t"l ~
· económico importante por su capacidad de regulacton y por el control
trrJ ff ')/) é~to en lo referente al conr:ol de la in~ación':. 10 • Una de.l~s preo,cupa- ~ ~ sobre diversas empresas públicas, algunas de ellas estratégicas para la vida
-J '1-..il' () \
.j} 'C'-
cwnes cenrrales de !as autondades y los tnvemonJS[as, qwza la mas im- S.
portante en esos momentos, fue el crecimiento de los precios, fenómeno·Q
!
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económica.
El propio Williamson cuenta que en ese histórico borr~.dor, incluyó
fJ ~ . ~., ~ ~pitalisra d~arrollado o~
(J •

\ ~ ~\)
J que había. impacrado al mundo por una década y
que pa.recta encontrar una soluc10n, y se poma fin a una etapa de.inesta-i) 0
. "una lisra de políricas que yo pensaba eran más o menos acepr~das P:.r
todo el mundo en Washingron y lo titulé el Consenso de Washmgron .
o':9" ~ e,t bilidad monetaria y económica. A' ~:
-..9! Originalmente ese paquete de medidas económicas estaba pensado para

0 ')o- vo'oay<bve_) ~\.:,v-d,ii"'.:..~ \O s& { 1f.!


los países de América Larina, pero con los años se convirtió en un pro-
g \
~ ¡(~() ~ /)1 ~ \
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r? e} -...{} u \)'R.
grama general que se aplicaría en muchos países del mundo, bajo la con-

t¡j {Gv x! Xv·~\/ ,¡


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ducción direcra del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco
Mundial (BM). 13

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~ ,r :>' ~ ,f...,_'>!?. rff f -~i?'cf~4)~ ·v:O -,¡v .1,9
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(:JJ .f!¿-sr¡? "" ~rJ el~(J '!c:r ,
Q
Hay que >ubrayar que por. "Washington", Wi11iamson entendía et ridad social. En América Latina provocó un aumento en el núrr.ero de
complejo político-es;onómico-intelectual que tiene sede en la capital de trabajadores asalariados que no tienen conrrato de trabajo y que no están
los Estados Unidos: los organismos financieros internacionales (el FMI y cuhienos por un sis_tema de seguridad social. _. _ _
el BM), el Cor,greso de los E3tados Unidos, !a Reserv:1 Federal, los altos A s.~Lvez, la flexibilización ha impactado negativamente el mercado
cargos de la ad:ninimación y los institutc.s de expertos (think tanks) eco- - la!:lcir.;_¡; propiciando la cre::.ciór, de empleos de mala calidad, ya -sea por
nór.1icos. Las tesis de Williamson fuero n h base de lo que hoy se deno- su inestabilidad, sus bajas remunera.ciones, su desprotección social o sus
- mina neolibenlisr,w o políticas neolibera!es. condiciones de rrabajo inadecuadas. De esta manera, además de un des-
Ese "consenso" llegaba después de una severa crisis ~co~ómica en empleo crónico y un crecimienro vertical del empleo inform~, _regis-
trado en la mayoría de los países, se ha generalizado la mestab!hdacl. e
América Latina, acentuada de manera considerable por el <".Stallido del
problema de la d-:uda externa a comienzos de los años ochenta. Sin duda, inseguridad laborales. . .
Así, según la Comisión Ecor,émica para Amérir.a Latina y el Canbe
!'l impacto :nismo de esa deuda y los procesos de ren::gociación a los que
(Cepa!), desde 1990 hasta el fin de siglo, la proporción de empleo~ in-
condujo fo rtalecieron la influencia y control ejercidos por las institucio-
formales, en el área urbana de América Latina, se ha elevado en mas de
nes fin;.ncitras ime~nacionales sobre los procesos políticos y económicos
cinco ountos porcentuales, equivalentes a un crecimiento del sectOr in-
de !?. región. fn,plicaba una ruptura co,, el pasado, a partir de un diag-
formal cercano a 20 millones de personas. Casi 66 millones de personas
nóstico de la crisis. Las causas que los ncoliberales encontraron fueron
en las áreas urbanas laboraban en 1999 en el sector informal, qu:: proveía
ese ncia.!meme dos. La primera, el .::~cesivo crecimiento del Estado, del
alrededor d.e 48% de los empleos u~banos en América Latina. "La alta
proteccionismo, de la regulaciórr y del peso de las empre~as públicas,
correlaciÓil entre la informalidad y la precariedad en el merca.do labora.!
numcros;.s !! ineficientes. La segunda. el llamado populismo económico,
permite interpretar esros daros como un indicio de la mala calidad del
consistente en la incapacidad de los gobie~nos para controlar tanto el - ' " 15
défic it público como las demandas de aumentos salariales de los trabaja- empleo que preval ece en 1a regwn .
dores del sector público y del sector privado.l4
La aceptación, de las políticas recomendadas en el Consenso de Was-
hingto•l por parte de las instituciones internacionales y muchos gobienios
AMÉRICA LATINA, ESTRUCTURA DEL MERCADO DE TRABAJO
de la región se debió a que pareda la respuesta correcta frente al agota-
EN LAS ZONAS URBANAS (%)
m ;e m-:> del modelo sustitLlCÍvo de importaciones dirigido por el Estado y a
la crisis hnanciera causad2. por la deuda externa que había azotado a la re- 1994 1997 1999
1990
gión en los años ochenta. Este nuevo modelo respondía a las condiciones
impuestas por el FMI y el BM que ya se estaban aplicando desde hada :tlgu- 54.3 5i.5 - 51.6
Formal 57.0
nos años. Además, las resis de Williamson reflejaban los enfoques teóricos 45.7 47.3 48.4
Inform>l 43.0
dominantes en la academia neoclásica ortodoxa de los Estados Unidos.
Hay que subrayar que, como produc·ro de ese "consenso", se inició
Fuente: Cep>l. Panorama Jocia1 tk Amirica lAtina, 2000-2001, S:mtiago de Chile, 200 l .
una nueva política laboral que promovió la flexibilización y la desregula-
ción, además de despidos masivos en empresas y áreas del secror público.
C~ mo había sucedido en Inglaterra a principios de los ocllema, se proce-
dJO a des montar el poder sindical en América Latina.
La desregulación del mercado laboral, impulsada por la propuesta
neo !Jberal, repercutió sobre las condiciones de contratación y de segu-

72
73
DEL AUGE I-'ETROLERO A LA CRISIS ooblación. Además, la crisis de la deuda abrió el camino, como lo vimos
La historia de México emre 1980 y el fin de siglo riene imporcames ;_mes, para la aplicación de las políticas del Consenso de: Washingrnn
si:nilirudes y mucha correspondencia con los hechos que acab;::nos ele y de lo que desp:..:és se conc,cería corno el giro neolibe:-al en M:Scico y
c.xpor.er en el plana· internacio::~al y en el conjunto de Arrlérica Latina. América Latiaa. Aunque duranti! la dictadura de Augusta Pinochet en
En nue~ tro país, producto d<"la crisis mundial de 1973 generada por el Chile (1973-1988) las polí~icas de ajuste ya se habían puesto en práctica
alza de los precios del p:tró!.::o, a su vez generó fuerces presion~ inflacio- años antes, se e;eneralizaron en los años cchenta en el resto de ios países
narias y ~~a gran volatilid~d de los mercados de capiral::s, ruvo lugar ana latinoamericanos.
devaluaci~n del peso mex.tc;;.no en 1976. Hay que sefialar; sin embargo, Cuar.do Miguel de la Madrid asumió la presid<:ncia, pocos meses des ·
qu: estos ~echos no sólo fueron prod!J.cto de causas externas, y:t que d pués; en diciembre d~ 1982, heredaba una situaci6n económica car<:.::te·
pats conociÓ una constante inestabilidad política y social y, sobre todo, rizada por la inestabilidad, la incercidumbre y una fuerte c.úda de la in-
un manejo -:le la polí~ica económica que buscó expandir el gasto público vers~ón. Para recuperar !a confianza de los a-:reedores extranjeros y de los
par;;. ace!era, el crecimiento económico, pero que al final no pudo resistir orgarüsmos financieros internacionales, el presidente tuvo que recurrir al
las presiones originadas por la fuga de capitales. 1
i FMI para solicitar apoyo financiero, y para ol.Jtenerlo el gobierno firmó
i
La devaluación acentuó la inflación y el estancamiento económico. varias "cartas de intención" 18 con el organismo que lo comprometÍa a
Sin ~mbargo, entre 1978 y 1982, gracias a los recursos petroleros co 1r
!
que co ntó el gobierno de José López Porrillo (1976-1982) (debido a la
i ·- aplicar diversas políticas, como contener los salaúos, privatizar empresas
y liberar el comercio cc::1 el exrerior.19 Pocos años después, en 1986,
explotaci.Sn de ::~uevos yacimientos localizados en los estados de Tabasco . ! la apertura comercial se iniciaría francamente con la adhesión del país
Campech~ y Chiapas), se pudo financiar por algún tiempo un esquero~ al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GAIT, por
de crect~ruento muy ambicioso. Con ello, se evitó una caída de grandes 1
sus siglas en inglés, precursor del organismo, que desde 1994, se llama
proporc10n:s dC!l empleo, miemras que el salario sufrió u...., aju5re me- Organización Mundial del Comercio ).2° A pesar de esas.y otras medidas
nor.1 ~ El auge de las exportaciones petroleras no fue acompañad~ de un destinadas a reducir el déficit fiscal y cumplir con sus cornpromis0s de
mane¡ o respo nsable de la ecunornia. Por el contrario, hubo un gran d.!S- pago con los bancos internacionales, hubo una nueva devaluación del
orden, corr~pción, falta de planeación y derroche de recursos públicos. peso mexicano en 1987. Ese mismo año, el gobierno promovió la firma
Un refie¡o ue todo ello fue d manejo de la deuda púb!ical7_Así, ~uando · .del Pacto de Solidaridad Económica, que incluía un conjumo de medi-
se presentó un cambio brusco en las condiciones ~onómicas m~diales, das, como el ajuste presupuesta! y el aumento de los precios de los bienes
sobr~ todo por ?1 aumem~ en las rasas de interés y luego la caída de Jos y servicios públicos.
precws del petroleo, ello dio lugar a una nuev;¡. crisis en 1982 que fue de Las .políricas de De la Madrid afectaron severamente a los trabaja-
mayores y más graves proporciones que la de 1976. · .
1 dores. Entre 1982 y 1988 el.salario rninimo real se desplomó en 48.3%
En 1982, el presidente José López Portillo ruvo que anunciar la sus- y los contractuales en 47.6%; una caída sin precedentes históricos en
pensión _de pagos de la deuda externa del país. Aunque esta medida fue México. 21 El desempleo aumentó verticalmente, aunque ello no se re-
acampanada de otras decisiones, como la nacionalización de la banca flejaría puntualmente en las cifras oficiales debido, entre otras cosas, al
Y el comrol_de cambi_os, la moratoria no pudo evitarse y se desató una crecimiento de la economía informal y a la migración hacia los Estados
CCISiS de caracter connnental e incluso mundial. México tiene el dudoso Unidos. La política laboral de Miguel de la Madrid rompió el pacto cor-
honor de habe~ inaugurado la etapa de las crisis financieras del capitalis- porativo que caracterizó el largo o;:iclo de industrialización (que se inició
mo de fm ~e Siglo. Con ello también se dio inicio la década perdida de a principios de los arios cuarenta), modificando radicalmente las relacio-
muc~ospatscs en desarro llo, durante la cual se desplomó el crecimiento nes del Estado con los sindicaros oficiales. Este pacro había consistido en
economtco Y hubo un profu ndo retroceso en los niveles de vida de la · mantener y fortalecer un esquema de relaciones laborales, en el que los

74 75
sindicatos podíar. controlar, mediante los contratos colectivos de trabajo,
aspecms tan relevantes como el ingreso de los trabajadores al cemro de empleados públicos, se reformaron disrimos ordenamientos que facilira-
trabajo; administrar prestasione,; imporr::.nres; y se lograban frecnenre- ron los despidos y la contratación por honorarios. Las organizaciones de
riabajadores al servicio del Estado perdieron capacidad de negociación,
rn: nre aun:enros en los salarios reales, modestos, pero tangibles. Ade-
pero el golpe afecró a todo ::1 sindicalismo mexicano.
mas, el gobierno en c'-lrno prot::gía a los dirigentes sindicales de cualquier
~posición_ imerm y les otorgaba, denrru del rRI (q;.¡e en ronces rnünopo- En materra de salarios, el gobierno cambió . radicalcr.~nte ia política
liz:;.ba c~s1 rotalmeme la rerresemación p0lírica del país), diputaci 0 nes,
seguida hasta ento:Jc"'s y decidió ajustados para contener la inflacióu.
Para ello se impusieron topes rígidos a los salartos contractuales. Por su
senad unas y presidencias municipales. A cambio, el gobi::rno obrenía la
lealcad polírica de los dirige::1res frenre a las decisiones del Esrado en ~a­ parre, la Comisión Nacional de Salarios Mínimo~ ~~jó de s~r un ~pacio
de negociación entre obreros y pauo.1es y se co~~trtiO. en un rns~r.umento
rcria de IJolírica económica y social. fure esquema volvió ~1 sindicalismo
gubernamental para poner en práctica la< pobacas ae conr:nc10n ~ Con
mexicano u~ sindicalismo rígido, autorirario, l>urocrarizado y plagado
ello, también el sindicalismo oficial vio mmguada su capamlad y ruerza
de corrupctor., pero al mismo tiempo capaz de controlar los conflictos
laborales dentro y fuera de las empresas. de ·n~goci;;.ción . Fina!menre, frente al sindicalismo !ndependicnre Y a las
pwtestas obreras, el gobierno acentuó >U política_represiva. . .
La ruprura de esre pacto fue resultado del cambio del esquema de
, La respuesta sindical a la polírica laboral de a¡usre se d10 en di~nnros
acumulación de capital. Se abar.donó un modelo de crecimiento basa-
niveles y por distintos acrores. Duranr-: el ~exenio, se p_reser.taron d~vers~s
do en el proteccionismo comercial, \m Estado con fuerce intervención
movilizaciones del sinc.licalismo i:-~dependienre y surgteron nuevas mam-
económica, y el escab!ecimienro de múlriples regulaciones fisc:Jes, fi-
fest;;.ciones ·de oposición y descontento. Señaladam~nr:: los min~ros _Y
nancie ras y laborales. A! sustituirse un parrón de acumulación por otro,
siderúrgico:;, lo.; electricistas, los trabajadores de lo. avi_acwn, los universi-
también se buscó sustituir el modelo· >indicai. En el fondo "se buscaba
tarios y los operadores de aurobuses urbanos. En sepn~:nbre d~ 1985, se
transitar de un Esrado de bienestar a :.m modelo neoconservador, consu-
mando una ruptura hisrórica.2 2 inicia una de las huelgas industriales más significativas del penodo en la
Siderúrgica Lázaro Cárdenas. Poco después, en m~ de 1987, estalla ~a
Forzado poz las nuevas circunstancias, el gobierno de Miguel de .la
Madnd rruvo. qu~ hacer lo que su _antecesor no se atrevió: deprimir los
huelga electricista de los trabajadores del SME, considerada la huelga mas
importante del sexenio y que fue declarada tnexisrente. Dos de lo~ co~­
s~anos ,en cermmos reales, es decir, que los precios siempre eran supe-
tin¡;enres más numerosos fueron bs de los tra~ajadores d:l S~guro ~oc1al
nores aJos aumentos salariales); ajusrar el gasto públi::o; realizar despidos
v los del magisterio nacional. A pesar de las Circunstancias adver~as, lo-
masivos en la.s empresas priva¿as y sobre codo en las entidades públicas,
graron avance~ ~n la democratización sindical y consiguieron detener
y desatar una ofensiva con tra las presraciones y los comratos colecrivos
de trabajo de las gran~es empresas, afectando a los contingenres más or-
algunas medidas de ajusre ..La lucha de los maestros fue la más d:Stacada
por su dimensión y los resultados obtenidos. En esre caso, despues de un
gan ¡zad~s de lo~ traba~ adores. Para lograr todo ello, e! gobierno apost:ó a
la dtvtston del_sm~Icahsmo oficialista o charro, agrupado en el Congreso serio reflujo de la lucha independiente que se dio c;nrre 1983 y 1987, se
produjo un nuevo repunte, que alcanzó su auge en 1989, cuando logra-
del TrabaJo: alemc a las org:mizaciones, como la Confederación Obre-
ra Revolucionaria (coR), la Confederación Regional Obrera Mexicana ron derrocar al máximo líder del sindicato, Carlos Jonguitud Barrios. 23
(CROM) y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos
Por su parte, el sindicalismo oficialista, representado principalmente
(CRoe) comra la poderosa Confederación de Trabajadores Mexicanos por la CTM, decidió enfrentar las políticas de ajuste con una ~aralia dec~­
(cT~), la cenrral más fuerre de las úlrimas.décadas; y también apoyó a un siva que, finalmente, perdió. En mayo de 1983, cuando la CriSIS ya habLa
stn dJcaiismo blanco de nuevo cuño y restó capacidad de negociación al estallado y se había declarado la suspensión de pagos de la deuda exrerna,
prop1o Co ngreso del Trabajo. Dado que el mayor ajusre se dio enrre los las organizaciones del Congreso del Trabajo decidieron realizar un em-
plazuni.ento:;. huelga general. Además de .promover esra acción, la CTM

76
77
volvió a insistir en sus propuesras d: reformas económicas. A través de en el PRI), las política, de ajuste y el vuelco neolib~ral. La incap3.c~d3.d
un Manifi~to a l;,. Nación señalaron "la necesidad de revertir la tendencia de los dirigentes sincl.icales del Congreso del Traba¡? ~ara ;espo~a.~r a
de la act.:muh.ción de capital, orientándoia permanentemente bacía una la ofensiva gubernamental, mostré . de un lado, los l1r~~res ae•s·u n?1dez
distribución equitativa de la riqueza económiCa., [...] bajo la rectoría del autoritaria y, de otro, su temor a promover una opcwn poht1ca mde-
Estado" y "la necesidad d~ cambiar el modele de acumulación pr:vikgiantt pe11diente. En la lucha burocrática frente al gobie~no del presidente De
[sic] de b inici:!dva priv:1da a favor de los sectores púhlico y social de la la Madrid perdieron, no sólo las demandas sal:m.iles planteadas en la
economía para hacer una re:tlidad nuestra vía de desenvolvimiento histó- huelga de 1983, sino también la posibilidad de influir, en el futur?, sobre
rico y alcanzar el proyecto nacional coutcnido en nuestra Constirución". 24 el rumbo económico y políricc del país. A partir de entonces su mlluen-
En jl!nio ele 198.3, la CTM estalló la huelga er.. algunos centenares de cia decayó sensiblernel).te, lo que se vería con roda clarida~ des~ués, en
empresz.s -no miles como había anunciado-. A pesar d.! esta presión, 1987, cuando se decidió la candidatura dd PRI a la. prestdc:ncta de la
la negativa presidencial fue tajante y por primera Vt::Z. el gobierno deci 0 Repú,blica. Desde entonces, el sindicalismo oficial entró en ~ ?receso
dió enfrentarse al sindicalismo corporativo, su viejo aliado. Con ello, el acele~ado de decadencia. La firma del pacto, en 19R7, consoltdo lo que
gobierno puso en claro ante los dirig.:ntes cetemisras que no negociaría María Victoria Murillo llamará una relación subordinada improductiva
la po!írica económica y mucho menos pondría a rc:visión las severas po- (inejficriv~ mtrai:-zt) entre el gobierno y los sindicatos. . .
líricas de ajuste. No habri3. marcha atrás. Ello generó un fuerte distan- E:;ra relación se explica corno resultado de la competenCia entre di-
ciamiento entre el presideme De la ~adrid y una parte del movimiento ferentes centrales sindicales afiliadas al partido gobernante, pues mien-
obrero organizado. La disputa ocupó todo el sexenio, principalmente tras la lealtad partidaria fomenta la sujeción al gobierno, la competencia
los cuatro primeros mes, pero al fir..allogró ser controlada sin mayores sindical debilita a todas las centrales. Los g()bernantes pueden escoger
costos para el gobierno. 25 las organizaciones sindicales más complacien~es porque ~o. ~emen, ~t­
El costo de 'la derrota de 1983 se manifestó pocos años después. & mentar una compEtencia que pudiera benefictar a la op0$1Cton palmea
i
noviembre de 1987, el país sufrió una nueva devaluación después de ,. parúdaria. Esta política alentará a las organizaciones ri~ales a una rnay~r
cinco años de duros sacrif.cios . Frente a ello, el Congreso del Trabajo 1 'complacencia, para evitar perder recursos, apoyos oficiales o rnernbre:;1a
1
emplazó a huelga general para el 15 de diciembre. Ese día, sin embargo, si resultan menos arr;ictivas a los ojos del gobierno que e! r::sro de las
se anunció un ar:uerdo bajo el nombre de Pacto de Solidaridad, que in- ·¡ centrales sindicales. 28
cluyó un aumcnro general de salarios en 15% y otro de 20%, a partir d~
enero de 1988, así como conrrol de precios de los arúculos de la canasta RESISTENCIA Y DERROTA
básica. Al mismo tiempo, sin embargo, se anunció una nueva devalua- Por su parte, la movilización popular y, en partic~la:, la respuesta d~l
ción del peso frente al dólar, la segunda en menos de un mes. En realidad sindicalismo independiente, fueron controladas pnnctpalrneme a craves
el pacto fue "una durísima agresión al salario y una nueva formulación · de la represión gubernamental y los despidos masivos de ~os cen~ros de
de la misma política para deprimir los ingresos de los trabajadores". 26 El trabajo.29 El sindicalismo opositor al Congreso del Traba¡o logro orga-
pacto significó también, para la cúpula sindical corporativa, un acuerdo nizar, al principio del sexenio, una movilización nacional que culminó
desfavorable ya que "a diferencia de las devaluaciones de 1976 y 1982, en octubre de 1983 en un paro cívico nacional, una nueva experiencia
los dirigenres sindicales no lograron ni siquiera temporalmente un alivio de lucha que pretendió re.u nir no sólo a los sindicatos sino tambi¿n a
para sus representados. [... ) Su inclusión en el pacto no fue un reconoci- las más diversas organizaciones sociales. El paro tuvo apoyo pero no el
mi ento de su fuerza sino de su debilidad ... »27 necesario para detener al gobierno. Tampoco fue el inicio de una nueva
La derrota de la CTM, sin embargo, puso fin a cualquier posibilidad etapa de movilizaciones. En los años subsiguientes el movimiento sindi-
de detener, desde el propio grupo dominante (en ese entonces aglutinado cal independiente pasaría a una etapa de: resistencia aislada. A pesar de

78 79
que el núm ero de emplazamientos a huelga registrados superó por rr;u-
cho al cid periodo de López Porrillo, ello reflejaba una gran inestabilidad la inestabilidad se manifestaba en el déficit fiscal y una inflación de tres
laboral, más que un movimiento organizado para combatir o detener las dígiros. Sin embargo, en los años siguientes y mediante una agresiva ~ol~­
políticas de o.juste. Esta falra de coordinación de los conring~nres c.breros tica de red<.~cción del gasto público, privatizaciones y apertura economt-
tiene varias razones: por un lado, las empresas reducían su personal o de ~a, ~e logró u;-:; crecimic¡¡ro moderado, y reducir la inflación. Para eLlo el
plano cerraban sus planras de trabajo, lo que ha::ía sum:ur.en~e difícil gob'ierno consuuyó·u:ía política de alianzas y co~promi~os con el secw r
c:.~alquier acción reivindicativa de !os s:ndicaros; por otro lado, la debili- más poderoso del empresJri'!do, que se benef:cw C1e las pnvauzacwnes,
dad de la izquierda que mantenía una acusada fragmentación en diversos soL re ·t odo la bancaria. Igualmenre, provocó un acercam!ento con el Par-
tido Acción Nacional (PAN) y se decidió por combatir al Partido de b
agrupamienros y, finalmeme, la ausencia de un conringenre sindical que,
como e;¡ el pasado reciente, en 1976, fuera capaz de encabezar un :1uevo Revolución Democrática (PRD), recién f:mnado a raiz de la candidatura
agruparn iento unita.t·io del ~indicalismo independienre. Así ];;.s cosas, la de Cárdenas de 1988.34
que se observa es l.in repliegue e indt..iso una pérdida de fuerzas si.i1dicales: Ji..a.s política: de a_il!ste, las reformas~eoliberal o:s (adoptando m11.chos
l.i:JO d.: lo, casos más si¡;nifi::azivos fue el de la Unidad Obrera Indepen- de los posruhdos del Consenso de Washmgton) y las nuev:ts al1~n~as po-
C.:.ienre (uor), qu e anunció su liquidación en 1987.30 iíticas definieron la reestructuración del Estauo mexicano. El VIraJe neo-
El sexenio de De la Madrid terminó con un desplome del empleo liberal impactó también la esfera políLica. Lo sorprendente, has_ta Cierto
y el salario obreros. "Lt distribución•del ingreso s~ modificó negativa- punto, es que para todo ello hubiera recibida d apoyo ¿e los pnn~tpales
m em e para los trabajadores. El porcentaje del ingreso nacional corres- jefes del sindicalismo corporativo, )''l. que éstos se hab1an benefictado Y
pondiente al capital (el e:::ceden>e de explotación) pasó de 57% en 1980 convertido en un factor relevante de poder, bajo el esquema del ~s.tado
a 65 4 en 1987. En cambio, la parre correspondienre al trabajo (fa Benefactor. E;:a l<Jgic<.> que al desmantelar este último, sus ~~neftcws Y
remuneración de los asalariados) cayó de 43% en 1980 a 34.6 en 1987". su poder mermarío.ri, como finalmente sucedió. Pero los ~;nge~tes del
La capacidad de compra del salario mínimo pasó de 84.97 en 1980 a si:ldicalismo oficial no pudieron o no quisieron oponer resistenCia.
44.92 en 1988.31 Aunque durante el régimen de Salinas la inflación se redujo y con ello
En estas condiciones de repliegue del movirnienro sindical y popular se atemperó la caída salarial, el poder adquisiriv~ ~e los t::..b~j<~du.:es_ nun-
y de deterioro acelerado de los niveles de vida de la población, sorpresiva- ca se recuperaría. Por el contrario, los sal~ios rru~u"::J.os ~1gweron bajando
memc, el conflicto más imporrante que tuvo que enfrentar el régimen se en rhrninos reales, la desocupación en e, sector mdusrnal aumento y los
produjo demro de las fila~ de su propio partido. En 1986, se organizaba salarios contractuales se toparon por disposición oficial. Todo ello, valt~
32
!a Corrieme Democrática dei PRI que daría lugar a la candidatura de dado mediante la suces!ón de pactos que se firmarÍa..'l bajo Salinas, con el
Cuauhthr.oc Cárdenas er. las elecciones de 1988, apoyada por un bloque aval, bajo protesta simbólica, de la CTM y el Congreso_ del ~rabajo. .
de partidos y de organizaciones populares agrupadas en el Frente Demo- El programa de privatizaciones de Salinas alcanzo la ctfra de cas1 25
crático Nacional (FDN). mil millones de dólares, Ja·más grande de América Latina. Incluyó tam-
En dicho proceso elecroral , aunque oficialmente ganó el candidaro bién despidos masivos y el ajuste de las condiciones laborales, la mod~­
del PRI, hubo una gran movilización popular defendiendo el triunfo del ficación de los contratos col<:ctivos y la inclusión de medidas de flexl-
ca ndidaro opositor, Cuauhrémoc Cárdenas. Debido a esros aconreci- bilización. En casi rodos estos casos, el sindicalismo se limitó a acatar
miemos, Salin as inició su mandare con una grave crisis política. Había las medidas y sólo excepcionalmente, como en Telmex, se pudo llegar
sido, según muchos observadores nacionales y extranjeros, un triunfo a una flexibilización negociada, es decir, la resrructuración productiva
ilegitimo producw del fraude electoral "más importante en la hisroria fue pactada entre la represenración sindical y la empresa. En general , sin
33
dd país" Po r el lado de la economía, a pesar de las políticas de ajuste, embargo, las medidas fueron impuestas por la vía de los hechos y no fue
necesario reformar la Ley Federal del Trabajo.3 5 Las reformas también

80
81
• o '

afectar~~ al sistema de pensiones y allnfonavir, reduciendo la capacidad el recurso de los contratos de protección resultó muy favorecido y fue
cie gesnon de los Sl!ld1caros corporativos_y en panicular de la c.rM. Todo impulsado de manera de!iberada por d gobierno para acelerar moderni-
el!o pr~dujo· uRdebilitamiemo del sindicalismo en general y de !a CTM zaciones unilaterales, autoritarias. agresivas y[ ... ] con bajos salarios ... ".l 9
en parncular. La crisis del corporo.rivismo y la reest;ucturación productiva cambia-
Salinas pudo comrolar las reaccioP.es del sindicalismo mediam~ una - ron el rustro del sindicalismo mexicano. Aunque el Congreso del Trabajo
política de represión selectiva pero rambi¿n promovió a otras. cemrales y sus vi-:jos dirigentes fMmalmente existen, en los l1rchos ocurrió una
distinras a la CTM, la más fuene de rodas media me diversas concesio!les profunda transformación. Desde entonces, el rindic-zlúmo y lor cordraror
económicas y políticas. Las favorecidas por el régimen, la CROe, !a CROM de protección, .<~han vuelto un práctica cada vez más frecumte m el mundo
Y_ ~n ~eno: medida pero significativameme, la Fesebs, de recieme crea-
3
CI~n- , o~t~aron a la CTM a deroner :;u actitud crftica al gobierno, ar-
laboral. Junto a él sobreviven alguflos de los grandes sindicaros naciona-
les (electricistas, petroleros, minero metalúrgicos, ferrocarrileros) y, er.rre
chivar dehnmvameme sus pla!tteamiemos prcgramáticos y acomodarse los !!mpbdos púb!!cos del aparrado B, la Federación Sindical de Traba-
a la:_nuevas co_ndici_o,nr.s p::ra ilO seguir siendo relegada por el presidente. jadhres al Servicio del Estado (Fesebs) .40 Pero estos agrupamientos sin-
. La ad mm1stracwn de Salinas tuve éxito en manipular la comoeten- dicales, a pesar del número de afiliados que reúnen, SOP. c:;.da vez menos
Cia ~nrre las organizaciones sindicales afiliadas al PRI usando re~ursos impo:tanres <!n la vida política del país. En cambie, se ha mulriplicado el
públicos .r_orque no había el riesgo 1e que pecdiera su lealtad política negocio seguro de los sindicaros fantasma. j
Y s~ adhmera!l a otro panido político. La qM y en particular Fidel Por su parte, en el contexto de la ofensiva neoliberal G.el gobierno
·¡

Vel~~quez, había recha::ado cualquier acercamiento con otros parridos · de Salinas de Gorrari, el sindicalismo independiente sólo había podido
polmcos Y Salmas había podido debilitar al Partido de la Revolución consolidarse en algunos sindicatos universitarios, en el movimiento ma-
Democ rá¡jca (_rRD), como una alternativa al neoliberalismo. Aún más, la gisterial organizado en la CNTE y, aisladamente, en algunas regiones o
CTM n~ pudo unpo~er su mayoría demro del Congreso dellrabajo pues ramas industriales. Sin embargo, en 1990 surgió una nueva alternativa
el pres1~ente mane¡o sus poderes discrecionales para distribuir recursos. · con la creación de ia Federación de Sindicaros de Empresas de Bienes y
[ .. .] As1, la competencia entre organizaciones sindicales en el contexto Servicios (Fesebs) que logró agrupar a seis organizaciones: telefonistas,
de un monopolio de partido que limitaba la competencia partidaria dio sobrecargos, tranviarios, píloros, técnicos de cinematografía y electricis-
por resulra~o un a subordillación improductiva entre los síndicaros y el tas. Según María Xdhuamzi López, este proceso duró siete año; pu<!s,
gobierno".-31 · ·
desde 1983, estos sindicatos habían estado buscando juntos, denuo del
. La subordinaci ón improductiva o ineficiente del sindicalismo al go- Congreso del Trabajo, "salidas novedosas frente a la reestructuración pro-
b1er~o, es dec1r. una lealtad políticJ. de las organizaciones gremiales al ductiva ... ". Gracias a ello, la Fesebs contaba con "algunos de los mejores
pres1 deme en rurn~, que no tier.e en pago beneficios para sus agremia- y más evolucionados contratos colectivos de trabajo que el sindicalismo
dos, represema l2 uluma etapa del corporativismo sindical, su fase de- mexicano conoce". El principal mérito de la nueva agrupación fue "res-
cadente. ·
catar el espacio productivo y a la contratación colectiva como territorios
U~o de los símomas claros de esa fase decadente e"stá en la proli- por excelencia de la lucha sindical [ .. . ] lo que representó una verdadera
feraciOn de contratos de protección3S que empezo' a
h
¡
presentarse en os ruptura respecto del charrismo sindical ... "41
oc enras c~ando_ d reajuste eco nóm ico fue más severo. Posteriormente, A pesar de estos esfuerzos organizativos y de otras batallas ejemplares
ba¡o la pr~sidenCJa de Salin as, la Secretaría del Trabajo le dio curso oficial de los trabajadores mexicanos, el saldo del período neoliberal para los
a ~~;a polmca Y los conrraros de protección se generalizaron rápidamen- trabajadores fue completamente negativo, en lo que se refiere·a sus con-
te. P~r efecro de la rees trucwración producti va, la contratación colecti- diciones de vida y de trabajo. Frenre a ello, "la resistencia obrera ha sido
va aurennca en M¿xico esw,·o s~verameme presio nada y amenazada[ ... ] hasta ahora, poco eficieme, las huelgas de junio de 1984, la extensión de

82 83
~onflictos en grandes empresas a inicios de \os noventa[. ..) no se tradu-
Jeron en nada semejanre a la insurgencia sindica! de los seten~a en conrra
l
\
Frente por la Defensa del Salario creado en los años setenta, o la Coordi-
del corporativismo". En realidad, la crisis económica, la r~trucruración nadora Sindical Nacional en los ochen•a. surgidos al calor de las luchas
producti va y la represión estatal hi ciero.1 estragos so bre el movimienw indep~ndienres. La forcaleza de la UNT deriva no sólo de la importancia
obrero 42 numérica de alg'tnOS de SUS :;Í':ldicaros, sino también de la definici6n de
Üi[.:ren:es a u~ores han llegado a esca misma conclusión: ···con la un proyecro sindical acurde a las condiciones desvenrajos2.5 de negocia-
ción que imperabau en ese momento.
apa:e¡ ~¡" consolidación del modelo de industrialización exporcadora, la
Hay o ~ros ejemplos relevames de esta nueva re:sistencia sindical: los
posJcJon del smdJcJ.l¡smo mexicano se ha deteriorado sensiblefi1eme. So-
raovimientos de los maestros de primaria y secundaria en varios estadas
bre todo en lo que respecca a sus posibilidades de CO!lservar el poder·de
del país; los rrabajadores de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Tmchas,
negociación comracrual que lo:; sindicaws acumularon durance la época
del rápido crecimiento indusrrial".4.3 ubicada en Mi.:hoacán, y de la mina de cobre de Cananea, en Sor.ora; los
rrabajadores del Insrimro Mexicano del Seguro Social (:Mss) , los electri-
En el mismo se:1 tido, Alejandro Álvarez seiialó: "A finales de los
cistaS dd SME y también de los obreros de la Ford o de divers?s empresas
ochenta, el movimiento obrero ~sraba a la defensi"a; las derrotas fuero; 1
como la Cervecería Modelo, las producrora de llantas para auromóviles
más severas, los rc::Au jos más prolongados y los r-:veses causaron más víc-
Euzkadi y Tornd, y la fabric.ame de rubos de acero Tamsa representaron
tim as en las organizacio nes como nunca anres". 44
eYpresiones de oposición sindical que lograron un importante apoyo de
PERO LA LUCHA S! GTJE . . .
la sociedad civil, ·q ue les permitió sobrevivir y mantenerse en lucha por
l2.rgo tiempo. Algunas de estas expresiones trataron de elaborar propue~­
El saldo adverso no debe oc ul rarnos los eofuerz0s que h:>n hecho las or-
tas alternativas a la reestructurd.ción productiva. Y aunque esros movi-
ganizaci0nes obreras, más recientemente, para so breponerse a la ofensiva
mientos no alcanzaron a generar una nueva oleada de insurgencia como
del capiral y a bs nuevas cor,diciones de injusticia y exploración laboral.
la de los años setenta, expresaron clarameme la indignación obrera &eme
En 1997, los sin dicaros agrupados eü la Fesebs iniciaría una nueva etapa
al modelo neoliberal. 46
con la _co nsrirucióp de la Unió n Nacional de Trabajadores (UNT), que
Una mención especial requiere el movimiemo magisterial. Surgido en
arranco con la con Buenci <! de casi rreinra ag<upaciones. Enrre las más
1979, con la movilización que vino del sur (Chiapas y Oaxaca) , el movi-
signi ficativas, además de las que ya formaban la Fesebs, estuvieron: el
miemo logró consolidarse también en Guerrero e Hidalgo. Durante roda
Sindicare. de Trabajadores del Seguro Social; el Sindicam ::le Trabajado-
la década de los ochema, los maestros, agrupados en la CNTE, desempe-
res de la Universidad Nacional.Au rónoma de México; varios sindicaws
ñaron un papel central en las movilizaciones y protestas frente a las polí-
de la rama aummo rriz, y el Sindicara de la Industria Metálica, Acero y
ticas del régimen. Finalmente, en 1989, las movilizaciones m~~steriales
Hierro, afi l1 ad0 al Freme Auréntico del Trabajo (FAT). Aunque en esre
alcanzaron sus mejores triunfos al con_quistar la numerosa seccwn IX del
nuevo fren;e sindical falraron los decrricisras del SME, la UNT "apareció
sindicara, que agrupa a los rnac:-srros de primaria del Distriro Federal. La
corno opcwn al corporarivismo rradicional pero también freme al [... ]
movilización provocó también la caída de la dir~cción nacional del ma-
smd1cahsmo independiente. Sumó el capital sindical de los telefonistas,
gisterio, encarnada en Vanguardia Revolucionaria, encabezada por Car-
ex perros en la negociación de la productividad; del Frente Auténtico del
los Jonguirud, y el arribo de Elba Esther Gordillo a la secretaría general.
Trabajo, con sus novedosas relaciones internacionales; del Sindicara del
l'inalmeme, en la úlúma década del siglo deben regisrrarse las ba-
Seguro. Social[ ... ] y del Sindi ca ro de Trabajadores de la UNAM, con gran
tradJC ion en las luchas por la democracia sindical".45 tallas que ha dado el SME, uno de los sindicaros más antiguos del país,
cuyo surgimiento data de.los primeros a.:'ios de la Revolución Y El SME
. La formación de la l!NT rep resemó un proyecm más sólido que otros
se convinió, en la. segunda mirad de los noventa, en un destacamemo
que se real izaron en el pasado inmediato, como la mencionada UOJ, cl
emblemático de la lucha contra el neoliberalismo. Protagonista comba-

84
8S
:ivo desde _su. fundación, el sindica ro elecrricisra pa rdcipó en la huelga .
oener~ de Julw-agosro de 1916 y ruvo una acruación dest:J.Cd.da dur2.nre mue<rra de su polídc:J. de alianzas, vit ndo más por el movimiento que
sus pnlTI.eros af' os de Yida apoyando la organización sindical de otros sec- por sus inrere5es inmediaros. Lo mismo se observa en ei levantamienro
to res obrero>. Con la liUdga de 1936 logró un comrat0 colectivo avan- y apoyo a las demand2s centrales de l.;. lucha con;:ra el neoliberalJsmo ,
za~~ que sirvió de pa.~ta a otros sindicatos. Asimismo, ocupó un lugar lo que incluye la oposición a la f.:ustrada reforma fi,cal del presidente
de_¡s¡vo en la formacwn de la CTM y .:n las movil!zacioues obreras del Vic~me Fox (2000 -2006) que pretendía grava; alimentos y medicinas
:a~denismo. Aunyue e~ruvo .Ú.1senre e11 otras jornadas de la lucha obrer~ con elrvA; !a demanda de revisión y rer.egociación del Tratado de Libre
maependieme, como la de 1958-1959, y, lo más lamenrable, en la lucha Comercio de América del Nor~e (TLCAN), particularmente en su capítulo
de S:.IS hamanos elecuicistas de la tendencia democrática ·e n los añus agropecuario, y, por supuestv, las demandas directamente vinc:.tladas al
setenta, d~r~re ~·arias déeadas mantuvo un~ cra;re'=toria independiente, movimiento obrero, como la oposidón al proyecto de reformas laborales
en¡¡ una v1da ~nrerna democrática su~tenrada e11 el voto secreto y directo del secretarin de Trabajo, Cirios Abascal, y la derogación del decreto de
~e s ~s agrem1ados para elegir a su< dirigentes en todos los r.i~eles; un refo~ma a la Ley del Seguro Social que modificó el conrraro colectivo del
smdicato acostumbrado a realizar asambleas con un debate libre entre la< trabajo del sindicato dd IMSS. El SME, por todo ello, se convirtió en el
corrienres políticas que existen a su interior. - símbolo de resis;:encia de los trabajadores mexicanos y punto de encuen-
Er. los ochenta, el SM:! volvió a hacerse rr~sente organizando, pri- tro para la unidad del movimiento popular en el final del siglo XX y el
mero, en 1Sl83, un movimiento corftra el cobro del impues;:o al vJ.!or despertar del XXI.
agr~~ado al c~nsumo de electricidad de los hogares y corno protesta aJa
polmca econom1ca del gobierno de Miguel de la Madrid. El resultado. Los ÚLTIMOS AÑos
de la_ acción, que duró casi dos semanas, fue el despido de 3 mil 200 En el año 2000, el siglo concluía en México con un panorama muy
Po~teriormente, en marzo de 1987 , estalló una h ue1ga, por
rrabapdores.
. ..
revlSlon co ntracrual, que fu e declarada inexistente a los pocos días. Y, a
., desfavorable para los trabajadores. En lo que roca a sus conquistas labo-
rale~, el salario y la ocup.1ción se habían desplomado. El salario mín i-
1
pe~ar de q~e en 1988 su ~ecretario ge11eral pactó una alianza con eJ pre- 1
. mo, por su parte, medido en términos reales, descontando la inflación,
~taente Salmas de Gorran, que volvió a alejar al SME de los movimientos tenía un poder adqui5itivo men0r que a fines de los años se tenta, es
Independientes y oposirores al !1eo1iberalismo, pocos años despu · , decir, mostraba un retroceso de más de 20 años. El empleo rambién
1 ,1 . d. d d es, ) a
" • · ante e¡
en. a u nma eca a el siglo , recuperaron >·u '"adi u
· ' h 1sronca
cwn había caído propiciándose un crecimiento de la economía informal, la
n esgo de la privatización de la indusuia elécrrica. migración y la falta de seg:.tridad en el empleo. La oc!.!pación precaria,
. en este nuevo siglo, el SME ha sido uno de los destacam enros
, Así, aún bajo el régimen asalariado, se había extendido. Por su paree, las
mas 1mporranres
•al" del movimiento sindicaL Rompiend'· una te¡¡d enaa
V
· organizaciones sindicales, salvo excepcione5, eran más débiies que en
grem1 1_s:a que lo había caracterizado en el pasado los trabajadores de la el pasado. La tasa de sindicalización también había rerrocedicio. Tal
Co~p~1a de Luz y Fuerza dd Cenrro. Además, han convocado a la or- parecía que después de un siglo de luchas, el movimientO obrero había
gan ¡~acw n de frentes amplios y esfuerzos unitarios que han incorporado entrado en una fase decademe. 48
no solo a dtversas agn:.paciones sindicaJ,...s ·sino tamb1·e·n a · · Pero, por otro lado, el país había conocido un cambio político nota-
n . ' orgamzacw-
es campesmas, estudiantil es y populares y partidos políticos. Entre ble. A partir de 1988, pero sobre todo en 1997, cuando el PRI perdió la
ellos, el Frente Nacwnal de Resistenci a en Contra de la p · · · • mayoría en la Cámara de Dipu!ados frente a la oposición representada
F N · . . nvanzacwn y
reme acw nal StndJcal , Camp esi no y Popular. Su solidaridad con. por el PRD y el PAN, México se encaminaba hacia el pluralismo político
el Frente Zapa n sta de Liberación Nacio nal (FZLN) so bre tod 1 y la alternancia en el poder. A diferencia del panorama que había pri-
marcha a1· ¡ . ' o en a
q lle re Izaron a a '=!U dad de México en marzo de 200 1' fue orra vado en casi codo d siglo XX, ahora las elecciones eran competidas, se
respetaban en general los triunfos de la oposición y ésta ganaba cada vez
86
87
mayor t~r.ren o. Los_ avances polícicos del país contrastaban con el rezago financiar, también ilegalmente, su campaña electoral del año 2000,
democranco _en el Sindicalismo mexicano. Aquí el tiempo no había p~.sa­ parricularmenre la de su candidaro a la presidencia de la República.
do .. Las elecciones en la mayoría de bs sindicaros, con excepción de los Es decir, los dirigentes sindicales fueron el vértice de un triángulo que
afd1ados a la UNT y al SME, eran inexis t.:ntes. El voro de les rrabajadores sir. ió para rrapsferir cienr0s de millones de pesos de la empresa públic:t
. no conraba para elegir a sus dirigenres y cua:1do excepcionalmenre había más importame del pais hacia las '!c:ivi dades electorales de un partido
- una el~cci ón . se realizaba sin riingún control o fiscalizaciór, extcrná. Les político.
líde.-es sindi r:ales .se eternizan en el poder comu en el pasado. Las c~isis La pesquisa j1•dicial abarcó dos tipos de deliras: el de la deoviac!ón
eco nómicas y las políticas neolibm.les habían golpeado al sindicalismo de recursos de una empresa pública y el financiar.J.ientc ilegal de una
mex,cano pero , a dife_rencia de lo r¡ue había sucedido en el ámbito gu- =pana política. Los representantes sindicales accuaron, presuatamen-
bernamei•tal, ~st;: cns1s no habla conducido a un proceso de demo..:rati- te, como un eslabón de la cadena c:¡ue permitiría ocultar los ilíciros, ramo
zación de los sindicaros.
los que cometieron los funcionarios responsables de Pemex como los
Ame este panorama, el triunfo del PAN en el 2000 y la asunción de dirigen~ts del PRI. 50
un presidenre no pri ísra, parecía abri r la posibilidad de una ruptura del Durante lo~ primeros meses de 2002, parecía que las investigacicnes
co rporarivismo sindical con el nll evo gobierno. Tambié:-1 se apuntaba la llevarían a juicio a importantes líderes del PRI que, en aquel momemo,
posib d1dad de r;ue, sin ~l : -.poyo de las autoridades laborales a los vie- ocupaban pue>COS directivos en la paraestatal, en el sindicara o en el
jos líderes, la oposición .:n los sindi;aros pudiera abrirse paso e iniciarse partido. Sin embargo, los acontecimientos parecieron tornar orro rum-
ur proceso de r.:novac ión sindical. Sin embargo, el sexenio de Fox fue bo cuando, durante agosra, y en el discurso presidencial del l C:e sep-
una conrinuaciór1 dd régimen piÍÍ;ta. No h•.1bo ningún paso hacia la tiembre de 2002, el presidente Fox anunció y ofreció a los dirigentes
derr. ocrariz.<~ción sindical. Y en general, las relaciones enrre el gobierno del PRI una alianza política que supondría una mayoría parlamentaria
pan1sra y los Sllldica c0s charros, ames fieles al prií; mo, fue bastante cor- suficiente para aprobar las "reformas estructurales" propuestas por el
dial. Hubo un momenro, sin embargo, en que pareció que esta relación gobierno ·y aconsejadas por el FMI y el BM: la reforma fiscal, la energé-
arm~ni osa podría rom?erse y fue con motivo de la investigación que se tica y la laboral.
abno conr;a funcwnano s y líderes sindicales, por desvío ilegal de fondos Sin embargo, pocos días después, y de forma aparentemente contra-
rle Pen:ex al sindicato, para que éste los hiciera llegar al PRI duranrt la dictoria, la Procuraduría General de la República solicitaba el desafuero de
campana electoral del año 2000.
tres legisladores del PRI que, a su ve, eran dirigentes del Sindicato de Tra-
Es ce conflicto, breve pero significa.tivo, puso al movimiento obrero bajadores Petroleros de la República Mexicana, incluyendo a su secretario
oficial en un momemc clave de su defi nición y llevó a una crisis las general. La esuaregia del gobierno de Fox suponía forzar una alianza
relaciOnes enrre el si ndi calismo corporativo y el Estado. El diferencio política a cambio de un at=reglo sobre el Pt:mexgate que pudiera evitar el
enr re el gob,ierno panis ra y el sindicare petrolero mrgió a raíz del escán- encarcelamiento de éstos y otros dirigentes priísras.
dalo del, as1 llamado por los medios de comunicación, Pemo:gau.49 A . La respuesta del sindicato petrolero presagiaba, al principio, una con-
lo largo de! año 2002, la opinión pública nacional pudo enterarse y las frontación directa. Pemex fue emplazada a huelga, para el l de octubre
a~e riguacio n es judiciales lo comprobaron, que: a) se desviaron re;ursos por la revisión salarial que, según la ley, debe hacerse anualmente. No
publi cas, Il egalm ente, pertenecientes a la empresa Pernex, por un mon- se rraraba, dada la situación política y las declaraciones de sus dirigentes
to deenrre 500 y 1500 mi llones de pesos; b) los dirigentes del sindicato obreros, de un emplazamiento "normal", sino de poner en jaque algo-
recibieron esos recur~os de la emp resa y, a su vez canalizaron una parte bierno del Presidente Fax, para evitar una acción Judicial por el Pemex-
hacJa un pamdo po li 'ico y arra a cuemas perso nales 0 del sindicato en
gau. Todo ello provocó una grave tensión política y el rornpimiemo cie
el extranJ ero , Y e) esre parrido político, el PRI , usó esos recursos para plátic.as entre Pemex y su sindicara.

88

1

!
.1
La posibilidad de una huelga en Pernex llevó a una crds de las nes laborales son c:ntidades autónomas gobernadas por procesos imernos,
relaciones emre el sindicalismo corp0rarivo y el Estado rnexicauo. El y por lo ramo capaces de asumir compromisos (laborales y productivos)
presidente calificó corr.o un uch.mtaje"5l dicho ernplazarni-::uo. Pero· con ei gobierno, los parrones o en un arreglo rriparriro ... "
en el fondo era más que eso: io que estaba c:n juego era si se rransitaba Este modelo implica la existencia de un sindicalismo mayormente in-
de un régimen laboral con un sindicalisl!lo corporativo subordinado de volucrado en la defensa de lo;; intereses de los rrabajadores y má!: demo-
rnar..era inefi.:ienre al Estado (corno lo define Murillo),52 situación que cratico en su vid:;, inte:na. Es decir, un sindicalismo que: no sólo se dedi-
habb prevalecido durante las rfos úlrimas décadas, ;:. un esquema en el que a administrar contratos de pro¡ección. Tudo esro parece demasiado
que el gobierno tendría que pactar con las diriger,cias sindicales, con- para la generación actual de lideres si:ldicales que controlan la crM y las
cediendo ventajas y beneficios, de diverso tipo, ramo políricas corno principales org~nizaciones del Congreso del Trabajo, que ya no muesrran
económicas y sindicales. El codl.icro se solucionó sin que esra!lara la ninguna voluntad de cambio. Prefieren el camino fácil de administrar
huelga y sin un acuerdo enrre el gobierno de Fax y el PRI en romo a las las ,cuotas que a?orran los trabajadores sin dar cuentas a escos mismos
reformas estructurales, pero rarnbü:n sin que se concretaran las accio- agremiados, ni rendir cuentas de: sus actividades.
111 nes penales contra les líderes sindicales. Más allá de las a~ciones judi- Esra opción consisie en mantener un sindicalismo de muy bajo perfil,
¡¡; ciales o del cosro electoral que ruvo que pagar el PRI, el res~lrado, desde sin ia intluencia política del pasado ni dentro del partido al cual perrene-
e'! punto de: vis:a del sindicalismo, fue la prolongación del ré¡;imen de ~en (el PRI) ni frente al gobierno (ahora del PAN). En su relación con el
subordinación i;¡efirienre. •
Estado conservarían una relación de subordinación ineficiente: mantienen
El Pemexgau fue la muestra de q~e el sindicalismo, amaño incondi- su lealtad al régi~en a cambio de casi nada, excepco que les sigan respe-
cional del PRI, había decidido mantener una rdaóón subordinada con . tando sus coros de: poder sindical. Esra conducta deja un vacío quepo-
un pr~sidenre panisra. ¿Por qué sucedió esro? ¿Podrá el sindicalismo de drían llenar nuevas corri~nres sindicales, más genuinas y representativas,
origen corporativo, en un fururo cercano, C<>.mbi2.r la rdación de subor- e independientes del gobierno.
dinación ineficaz que guarda con el Estado (panisra o priísra) por arra, Como se ha visro en los años que ya lleva gobernando el Partido Ac-
donde los sindicaros rengan uu papel más activo en la defensa de los in- ción Nacional desde el año 2000, el modelo sindical que han paccado
tereses de los trabajadores? Pa~a aurores como Vicente Salís, la respuesta las auroridades laborales y los líderes sindicales de origen corporativo es
es negauva, pues para enfrentar las nuevas condiciones que impone la el de los contratos y los sindicaros de protección. Ello riene, sin embargo,
g~ob~ización, "la relación corporativa con el Esrado le impide al sin- un costo: el debilitamiento del sindicalismo mexicano. Este declive ge-
dicalismo el desarrollo de alternativas propias ame la reesrrucrura~ión nerara puede provocar mayores divisiones internas, fragmentación de los
productiva". 53
liderazgos y una mayor dispersión de las lealtades políticas.
Por ello, sigue el auror, los sindicaros que han tratado de desarrollar La saga de acontecimientos después del Pemexgate parecería confir-
alternativas propias en el terreno de la modernización, la productividad mar esra hipótesis. Olvidados q~edaron los tiempos, en los ochenta y
Y la cal1da~ s_o~ una minoría. Una salida al rermriva a las opciones p~rro­ todavía en los noventa, cuando los dirigentes de origen corporativo exi-
nales consJStma en el forralecimienro de la gestión sindical al interior de gían mayores puestos de representación polírica, elaboraban proyecros de
la empresa, otorgando mayor capacidad de negociación a los delegados refcrma económica o cuestionaban severamente las políticas laborales.
por departamento y recuperando el principio de bilareralidad en la ad- Por ello, es posible afirmar que la solución de la crisis de octubre de 2002
ministración del contrato colectivo. Pero esra alternativa es inviable si no haya mosrrado el fin de una etapa del sindicalismo mexicano, la del sis-
hay democracia al interior de los sindicaros.
tema corporativo.
En los términos de Whitehead, 54 "El modelo social-demócrata de un
pacco enrre el Estado y los trabaj adores debe asumir que las organizacio-

90 91
EN coNcwsrr)¡,¡
inmersa en la turbulencia a pesar, o precisamente por, la hegemonía del
Revisando el siglo pasado, 55 puede decirse que el movimiento obrero
neoliberalismo, y porque en México la extensión de la pobreza, el desem-
tuvo una primera fase de lucha, caracterizada por du1as batallas orien-
pleo y las graves carenci:ls sociales se hari profundizado rodos estos años.
tadas hacJa el reconocimiento de sus derec.hos más elementales: jornada
De ahí qae la cons:rucción de un régimen democrático y una estabilidad
de ocho horas, reconncimienco a la contratación colecri,a, derecho de
polírica que !a susrente parec:n rodavia l~j:;.nas .
huelga Y a la orga.nizac!ón sindical. Esta fase logró éxitos y avances muy -
Así, en México b rransición parece inacabada después de varias dé-
unporranres no solo en .:1 texcu constitucional y en hs l~yes (sobre codo
cadas, porque ni la economia crece sostenidamente, ni la pobreza retro-
en ~~ Ley F.:deral del T~ab~jo) sino también en los hechos. De ._esa época
cede. La viabilidad de un nuevo sisrema político con alcernancia en el
: ut 0 lero n los grandes stndtcatc; de induseia y la s confederaciones ~ás
poder y pluralismo a veces parece ponerse en riesgo. En esta erapa de
tu erres y poderosas. Esra etap;,. abaro r:iesde las huelgas de Cananea y Río
una transición can larga y ;;..:cidentada, parecería que la inestabilidad se
Blanco en 1906-1907 hasta la consrirución de !a CTM en 1938 .
ha convenido en el signo de !os riempos presentes y que la posibilidad
. Después, el sindicalismo entró a una nueva fase, con la consolidación
de Úegar a un.a etapa en. la cual, como en el pasado, el país pueda crecer a
del ré¡:;i:nen surgid_o de la RevoluLiÓn Mexicana que se distinguió por un
ras;;.s razonablemente más al ras, haya un claro y sosrfnici.o mejoramiento
smdJcaltsmo aurontarw pero fuerre y con un:1 gnn influencia en las de- de los niveles dt vida de la población y rengamos una vida polín ca menos
o.:isionfs gubernamental es, y en la estructura política. Son los años de ce-
conflictiva tomará tcda·;ía varios años, con el peligro de que todo em-
gob ierno.' aunque también del nacim.iento de una fuerte oposición a ese
peore y er:trer.c.os a una crisis generalizada.
auro marJSIC10 y conrrol burocrático. Se inicia en los años de finales 'del
En esra erapa de turbulencia, que también lo es de incertidumbre y de
cardenismo y se prolonga hasta pri T'cipios de los añcs ochenra. Esta etapa
altos riesgos, el movimiento obrero mexicano tampoco parece encontrar
co mede con los años en que el país connció un crecimiento constant:: del
un rümbo claro. De un lado, el viejo sindicalismo oficial, tan poderoso en
salari o real y de la ocupación, tanto del empleo rotal como dei empleo in-
las décadas del milagro mexicano, ahora acentúa su decadencia. Está cada
dus[[Jal. Son años también de estabilidad económica y política. Abarca la
vez más fro.gmenrado, más dividido, sin ninguna capacidad de iniciativa
etapa delll;unado "desarrollo estabilizador" o del "milagro mexicano" que
frente a los gobiernos surgidos del PAN. El sindicalismo independiente,
va de 1954 hasta 1976 y que hace crisis en 1982. ·
por su parre, aunque ha logrado construir y mantener sus organizaciones
A fin es de los setenta, el país cambia cd.ntO por razones internas como
sindicales y preservarlas frente al avance del neoliberalismo, no pare~e for-
por una brusca transformación del esce:1ario internacional. A escala
talecerse, a tal punto que pudiera convertirse en un sujeto proragómco de
m un dial , como hemos visco, escá la crisis del petróleo, el desorden finan-
lo~ cambios políticos que requiere el país. Resiste más qu~ avanza.
cie1r_o~ y lu~go ~a dinámica de la globalización y el giro neoliberal de las El movimiento obrero mexicano también refleja la situación general
pu.l[JCas publicas. Entre ras pnmeras, las razo nes domésticas, en'c ontra-
del país, marcada por las enormes dificultades económicas, los riesgos
mos ~na crisis general del p<.Ís que fue agravada por la mala conducción
permanentes de crisis, la falta de alternativas y la inestabilidad social y
ec~ nom1ca, y que estimuló la luch2 política por la democratización del
política. La posibilidad de iniciar una nueva etapa, en la que pasen de
pa1s Y la_ lu cha social por la inconformidad, desatada por la caída verrical
de los niVeles de vida de la población. · ~a decadencia a otra de crecimiento y mayor prora.gonismo, con mejores
salarios y prestaciones, parece rambién incierta. Esra larga transición ha
. Todo ello generó una larga transición, caracterizada por un afianza-
·puesto al movimiento sindical en una situación más débil y a la defensiva
miento de las políti~~s neol~berales pero, al mismo riempo, por un creci-
pero, al mismo tiempo, en este periodo han surgido nuevas propuestas y
miento de la oposJCJon p~l!cica y un desconrenro social más organizado
Y~xren~Jdo en todo el pa1s. La transic ión parece exrende;se en el tiempo,
proyectos organizarivos que, aun siendo minoritarios, pueden convertir-
se en los cimientos de un movimiento sindical más decisivo en la vida del
mas alla del com1enzo del siglo XX!, porque la situación mundial sigue
país. Ello, sin embargo, será pane de la historia del siglo XXI.

n
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Las fábricas que se encomraban en torno a la ciudad de México fueron : La
Magdalena Comreras, El Águila, La Sama Teresa, La Hormiga, La Abeja, San
F~rnando, Guerrero, La Fama Monrañesa, La Carolina, San Amonio Abad , Río
Hondo, San Iddfonso, La Colmen;;, MiraAores, creando un corredor rexril por
donde circulaba una gran camidad de rrabajadores en busca de empleo. Véase
Roberto Sandoval Zarauz, "Indusrria rexril mexicana: siglo XIX", en Seminario
de Cambio Socioeconóinico en México en d siglo XIX, Estadísticas tconómicas dtl
siglo XIX, Cuadernos de rrabajo dd Departamemo de Investigaciones Hisróricas
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Durame la década de 1920, en d municipio de San Ángd se habían esrablecido
seis fábricas. De éstas cinco eran de hilados y tejidos de algodón : La Magdalena
Conrreras, La Hormiga, La Abeja, La Alpina y La Santa Teresa. En el mismo
municipio cxisrían varios pueblos que eran: La Magdalena Conueras, San Ni-
colás Torolapan , Tizapán, San Bernabé, San Jerónimo, Tl acopal, Sama Rosa,
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