HISTORIA
DEL CINE
MUNDIAL
ie
SK] . Georges
editores SadoulCAPITULO XI
LA VANGUARDIA EN FRANCIA Y EN EL MUNDO
La vanguardia aparecié en el cine hacia 1925, con diez o veinte
afios de retraso respecto de la pintura o la poesia. Antes de 1914,
Apollinaire, Picasso o Max Jacob habjan tenido para ciertos films
Ja atencién divertida que concedian, por otra parte, a los esca-
parates de las tabernas o al Fant6mas de Souvestre y Allain.
Un poco mas tarde, el ruidoso animador del futurismo, Mari-
netti —que bajo Mussolini habia de morir dentro de la piel de
un académico—, colocaba al cine entre los nuevos medios de ex-
presién. La declaracién de guerra impidié que Valentine de Saint-
Point realizase el primer film futurista, pero un discipulo de
Marinetti, el hombre de teatro Bragaglia, dirigié Perfido incanto
con la vedette Lydia Borelli, film cuyas escenografias eran de
estilo futurista. Lo que anunciaba el caligarismo mas que la van-
guardia...
Delluc y sus amigos habfan sido formados por el simbolismo,
los ballets rusos 0 el teatro de Paul Claudel. Se interesaron me-
nos por el dadafsmo o el cubismo, en los que se inspiré después
la vanguardia, y le prepararon el camino agrupando a un publico
que colocé el cine en el rango de las otras artes. Fue un aspecto
muy positivo del esfuerzo de Canudo, que fundé su emprendedor
Club des Amis du Septiéme Art. Delluc fundaba un cine-club
para organizar el contacto entre intelectuales y cineastas.
Los cine-clubes no tardaron en transformarse. Enjambrando,
se convirtieron en agrupaciones de espectadores ilustrados y fa-
naticos, que presentaban en sesiones privadas los films nuevos
y los discutian apasionadamente. Al final del cine mudo Francia
contaba con una veintena de cine-clubes, parisienses 0 provincia-
nos, federados bajo la presidencia de Germaine Dulac. Varios
paises tenfan organizaciones andlogas: los Films Clubs belgas,
la Film Liga holandesa, los Filmfreunde alemanes, la Film So-
ciety londinense, la Film Art Guild neoyorkina...
El movimiento, iniciado en 1920, se desarrollé también en otras
formas mds comerciales y que abarcaron un publico mas gran-
de. En varias capitales se abrieron “salas especializadas” que se
llamaron también studios o “cines de vanguardia”, por analogia
con los teatros de vanguardia. Tales fueron en Paris el Vieux Co-
lombier, instalado por Jean Tedesco en la sala que acababa de
abandonar el ilustre Jacques Copeau, las Ursulines, el CEil de Pa-
ris, el Studio 28... La pareja de actores Tallier y Myrga, al abrir
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el famoso Studio des Ursulines, definieron asf sus fines: “Re-
clutar a nuestro publico entre la élite de los escritores, de los ar-
tistas, de los intelectuales del Barrio Latino... Todo lo que re-
presente una originalidad, un valor, un esfuerzo, tendra su iugar
en nuestra pantalla...”
La vanguardia limit6 primero su publico a la élite intelectual,
y esto es lo que la diferencié de los laboratorios experimentales
soviéticos, que partieron de posiciones literarias y estéticas ana-
logas, pero cuya ambicién fue, desde su fundacidn, llegar a la
gran masa de los espectadores.
El dadaismo fue el origen de los primeros films de vanguardia.
Esa escuela literaria, ese movimiento explosivo y apasionada-
mente negador, habia sido fundado en Zurich, en 1916, por el
joven poeta rumano Tristan Tzara. Un pintor sueco, Viking
Eggeling, comenzé en 1917 una serie de contrapuntos pldsticos
que en seguida tomaron la forma de rollos de papel de varios
metros de largo (Masse verticale-horizontale, 1919, Symphonie
diagonale, 1920). En 1921, el apoyo de la uFA le permitié realizar
en Alemania Symphonie diagonale, especie de pintura abstracta
animada, formada de espirales y de dientes de peine. Hubo des-
pués, antes de su muerte en 1924, otras sinfonias: Paralléle y
Horizontale.
Otro pintor alem4n, Hans Richter, dibujé Rythme 21, danza de
cuadrados y recténgulos negros, grises o blancos. Un tercer pin-
tor, Walter Ruttmann, debuté con una Opus I, hecha de formas
indistintas bastante parecidas a radioscopios. Ruttmann fue el
primero que lleg6 al gran publico cuando, después de algunas
otras Opus numeradas, pudo intercalar en Die Nibelungen, a pe-
ticién de Fritz Lang, su Réve du faucon, danza muda de figuras
heraldicas abstractas.
Symphonie diagonale, Rythme 23, Opus IV, estos tfitulos de-
muestran los propésitos de los abstractos alemanes: utilizar for-
mas geométricas méviles como los sonidos de una orquesta, para
crear “melodfas silenciosas”, verdaderas “sinfonfas visuales”.
En 1921 Viking Eggeling se habfa trazado su programa: “acon-
tecimientos y revoluciones en el dominio del arte puro (formas
abstractas, si se quiere, como los acontecimientos musicales que
se graban en nosotros por la via auditiva)”.
El programa severo de la vanguardia alemana contrasta con la
alegre ironfa que impregné los primeros films vanguardistas
franceses: Le retour a la raison, del fotégrafo dadafsta norte-
americano Man Ray; Ballet mécanique, del pintor cubista Fer-
nand Léger; Entr’acte, realizada para Francis Picabia por René
Clair.
El Ballet mécanique, que corresponde exactamente a su tftulo,
es una danza de objetos y de engranajes, enlazados por el ritmo
o por las analogias de las formas. El film no es abstracto. Los178 RENE CLAIR Y “ENTR'ACTE”
objetos, casi siempre reconocibles, estan tomados sobre todo a
la vida popular: tiros de feria, tiovivos, articulos de bazar, rue-
das de loteria, bolas de vidrio plateadas. La figura humana no
esta excluida de un film cuyo ultimo motivo, variacién de un
gran titular de peri6dico: “Un collar de 3000000 de francos ha
sido robado”, esta dominado por el humor. Con este film Fer-
nand Léger, a quien ayudaba Dudley Murphy, trasponia al cine
la vision voluntariamente simplificada que caracteriza a su
pintura.
Entr‘acte fue un divertimiento cinematogrdfico intercalado en
un ballet encargado a Francis Picabia por un mecenas, Rolf de
Maré. Este dirigia en Paris los Ballets suédois, con la colabora-
cién de los pintores o de los poctas de vanguardia.
Francis Picabia, pintor y poeta, habia sido el jefe del dadats-
mo, con Tristan Tzara y André Breton. En él, el humor estaba
cerca de la mistificacién: el titulo de su ballet fue elegido para
que el anuncio: ‘“Thédtre des Champs-Elysées. Suspendidas las
funciones de esta noche”, pudiera atraer a los esnobs mal informa-
dos ante una sala cerrada por una verdadera “suspensién de las
funciones”. Y el film intermedio que encargé a René Clair se
llamé6, naturalmente, Entr'acte.
René Clair, cuyo verdadero nombre es René Chomette, era
hijo de un comerciante parisiense. Se negé a continuar el nego-
cio familiar, se hizo periodista y acepté desempefiar pequefios
papeles en los films de episodios de Feuillade. Después de haber
sido ayudante de Jacques de Baroncelli, René Clair hizo sus co-
mienzos de realizador en Paris qui dort.
El guién que habia escrito tenia un punto de partida a la
Feuillade o a la Jasset: un sabio loco inmovilizaba a Paris valién-
dose de un rayo diabdlico. El film, realizado en exteriores con
medios materiales restringidos, valié6 sobre todo por la ironia
ligera con que René Clair manipuld ocho personajes vivos, en una
capital inmovilizada. Las bellas imagenes que inspiré a los ope-
radores Defassiaux y Guichard hicieron de él, después de Feui-
lade, su maestro, un gran poeta de Paris; la Torre Eiffel fue la
verdadera vedette de su film.
El guién que escribié Francis Picabia para Entr'acte tenia en
dos p4ginas indicaciones sumarias. René Clair sacé de allf te-
mas que orquesté, recorté, ritmé, amplificé,
Algunos pedantes han pretendido explicar Entr’acte: se trata-
ria de la pesadilla de un dormilén atin entumecido después de
una noche pasada en una fiesta de feria. Esta “explicacién”, que
valdria también para el Ballet mécanique, supone un error tan
necio como el que clasificase a Erik Satie como arboricultor
porque escribié Une symphonie en forme de poire. La falsa barba
negra y los anteojos de hierro con que Picabia y Clair habfan
disfrazado a la bailarina-estrella de los Ballets suédois era, sin