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Alquimia
Alquimia
Emblema alquímico con los cuatro elementos clásicos además de los tria prima de
Paracelso y los astros conocidos.
El sistema de elementos que usó la alquimia medieval fue desarrollado principalmente por
el alquimista persa Jābir ibn Hayyān y se enraizaba en la tradición de los elementos griegos
de la antigüedad clásica.32 Su sistema constaba de los cuatro elementos de Empédocles y
Aristóteles: aire, tierra, fuego y agua a los que se añadían dos elementos filosóficos: el
azufre, caracterizado por el principio de combustibilidad, «la piedra que arde»; y el
mercurio que representaba las propiedades metálicas. Estos últimos eran considerados por
los primeros alquimistas como expresiones idealizadas de los componentes irreductibles del
universo,33 y fueron la principal contribución de la alquimia filosófica.
Sol —
oro;
Luna — Venus Júpiter
plata; — — estaño;
Mercurio cobre; Saturno
— mercurio; Marte —
— plomo.b
hierro;
En los últimos siglos de la edad media, en torno a 1250, Alberto Magno consiguió aislar el
arsénico, aunque sus compuestos eran ya conocidos desde la antigüedad. Posteriormente el
alquimista suizo Paracelso influido por la alquimia musulmana amplió también a siete los
elementos en su lista alternativa, añadiendo a los cuatro tradicionales tres elementos
alquímicos adicionales, denominados tría prima, tres principios metálicos para representar
las propiedades de la materia: el azufre para la combustibilidad, el mercurio para la
volatilidad y la estabilidad, y la sal para la solidez. Razonaba que los cuatro elementos de la
teoría elemental aristotélica se manifestaban en los cuerpos como tres principios. Paracelso
los consideraba principios fundamentales y los explicaba recurriendo al ejemplo de la
madera ardiendo en el fuego. El mercurio que era el principio de la cohesión debía irse para
que la madera se descompusiera, y como era volátil se desvanecía con el humo. El calor
que se desprendía con las llamas provenía del azufre (la combustibilidad) y las cenizas que
quedaban era la sal que implicaba la solidez.34
Jābir ibn Hayyān (Geber), alquimista persa que puso los cimientos de la química con sus
experimentos.
En el mundo islámico se continuó la tradición clásica al traducirse al árabe las obras de los
antiguos griegos y egipcios y fueron la cultura más próspera en todos los ámbitos
científicos de la época.35 El desarrollo del método científico moderno fue lento y
progresivo, y el principio del método científico en química comenzó entre los alquimistas
musulmanes medievales, iniciado por el persa del siglo IX, Jābir ibn Hayyān (conocido
como "Geber" en Europa), que se considera uno de los padres de la química.36373839 Él
introdujo un enfoque sistemático y experimental a la investigación científica en el
laboratorio, a diferencia de los antiguos griegos y egipcios cuyas obras se basaban en
elucubraciones principalmente alegóricas y a veces ininteligibles.40c También inventó el
alambique tal como lo conocemos y de él procede su nombre actual (al-anbiq), descubrió y
analizó muchas sustancias químicas, estableció la distinción entre ácidos y álcalis, y fabricó
cientos de medicinas.41 Además redefinió la teoría de los elementos clásicos, identificando
también como elementos al mercurio y al azufre.42
Problemas de la alquimia
Desde el punto de vista moderno, la alquimia presentaba varios problemas. En primer lugar
su objetivo no era la ampliación del conocimiento de un modo racionalista como
actualmente entendemos una ciencia, sino que su fin era encontrar materias míticas como la
piedra filosofal, y los descubrimientos experimentales se producían de forma colateral.
Además carecía de un sistema para nombrar los nuevos compuestos que se descubrían, y su
lenguaje era esotérico y vago hasta el punto que sus términos significaban cosas diferentes
para distintas personas. De hecho según The Fontana History of Chemistry (Brock, 1992):
El cuento «El criado del canónigo» de los Cuentos de Canterbury (de finales del siglo XIV)
expone el lado más fraudulento de la alquimia, la pretensión de fabricar oro a partir de
materias más baratas. También Dante Alighieri, un siglo antes, muestra su rechazo a este
fraude al meter a todos los alquimistas en el infierno de su Divina Comedia.
La alquimia tampoco disponía de un método científico lógico y consensuado para hacer los
experimentos reproducibles. De hecho muchos alquimistas incluían entre las anotaciones de
sus métodos información irrelevante como los niveles de la marea o las fases de la Luna. La
naturaleza esotérica y el vocabulario codificado de la alquimia al parecer servían sobre todo
para ocultar que en realidad no tenían demasiadas certezas. Ya en el siglo XIV se
evidenciaban las grietas en la fachada de la alquimia, y mucha gente se mostraba escéptica.
Para haber avanzado habría necesitado un método normalizado que permitiera a otros
reproducir los experimentos, y haberlos registrado de un modo claro que permitiera
exponer lo que se sabía y lo que se desconocía.
En 1317, el papa Juan XXII de Aviñón ordenó la expulsión de todos los alquimistas de
Francia por falsificar moneda. En 1403 se aprobó una ley en Inglaterra donde se penaba con
la muerte la «multiplicación de metales». A pesar de todo la alquimia no desapareció, ya
que parte de las clases privilegiadas y la realeza seguía creyendo que se podía descubrir la
piedra filosofal y el elixir de la vida en su provecho.47 Durante el Renacimiento la alquimia
exotérica siguió siendo popular en la forma de la iatroquímica de Paracelso, mientras que la
alquimia espiritual también florecía fiel a sus raíces platónicas, herméticas y gnósticas. Así
que la búsqueda de la piedra filosofal no fue abandonada a pesar de los escasos avances de
la alquimia, y siguió siendo practicada por eruditos y médicos respetados hasta principios
del siglo XVIII. Algunos practicantes de la alquimia de inicios de la era moderna
actualmente son reconocidos por sus grandes contribuciones a la ciencia como Jan Baptist
van Helmont, Robert Boyle e Isaac Newton.