ESPACIO COMÚN DE

INTERRELACIÓN 2
26/06/2020
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Andrea de Andrés
2º Escenografía
Juan José De La Fuente Sánchez
“Mi relación con la comida” de Angelica Liddell
 1

Espacio:(del latín spatium). Extensión que contiene toda la materia

existente.
Común: Dicho de una cosa, que no siendo privativamente de nadie,
pertenece o se extiende a varios.
Interrelación: Correspondencia mutua entre personas, cosas o
fenómenos.

Cuando pienso en esta asignatura me viene a la memoria el trabajo

realizado este febrero pasado en Espacio Común de Interrelación 1, unas
pocas semanas antes de que la normalidad como la conocíamos
cambiase. Quién iba a decirnos, que poco tiempo después estaríamos
confinados, y quién nos iba a decir que ese encerramiento iba a durar
aproximadamente unos 100 días. Quién nos iba a decir que al llegar esa
nueva normalidad tendríamos que cambiar nuestro código social.

Nuestro trabajo como escenógrafos, actores, dramaturgos y directores se

ha visto muy afectado. Sobre todo en mi especialidad: la escenografía, que
basa su estudio del espacio.

Es extraño afrontar una asignatura en la que los cimientos primordiales se

asientan en la correspondencia y el trabajo mutuo entre personas en un
espacio físico, real. Y no menos sorprendente el hecho de trabajar a través
de un espacio virtual. ¿Será esto un precedente a las nuevas tecnologías
aplicadas al teatro? Trabajar el teatro de manera virtual no es imposible,
pero ese distanciamiento tiene sus fronteras.

El teatro es una de las vertientes artísticas más colectiva. Para la

producción de un espectáculo, al igual que a la hora de la realización de
esta asignatura, es necesario que haya un conjunto de percepciones
diferentes a la hora de trabajar sobre una idea.
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La visión que tiene un actor a la hora de analizar un texto, no será la

misma que la de un escenógrafo o la de un director. Esa limitación de
compañeros que te hacen ver más allá de tu mirada escenográfica no la
voy a tener. Pero esa limitación tiene sus ventajas e inconvenientes. Los
inconvenientes ya los he mencionado, las ventajas son claras: trabajar
desde la soledad. La soledad me acerca a la narrativa de Angelica Liddell.

Aquí no hay interrelación.

Aquí no hay itinerarios.
Aquí no hay roles.
Aquí no hay votaciones.
Aquí no hay dicotomía.

Angelica Liddell, a pesar de que su mérito en España le costó tiempo y

sacrificio, es una de las dramaturgas más vanguardistas del teatro
europeo. En este trabajo voy a hacer mostrar cómo me imaginaría yo el
espacio para la obra “Mi relación con la comida” de Angelica Liddell.

Mayoritariamente he utilizado referencias encontradas en internet, además

de libros de mi biblioteca personal y comentando la obra con un
compañero mío de Dramaturgia y Dirección de la ESADV. Mediante esta
investigación que he realizado estos días sobre la obra de Liddell, he
podido conocer mejor a su autora (que yo no conocía demasiado). Lo que
sí que he encontrado a la hora de documentarme sobre Liddell es el gran
desierto de desinformación acerca de esta dramaturga.

Cuando lees a Angelica te das cuenta de que habita en un mundo lóbrego

y laberíntico, y te sugieren preguntas como:

¿Qué nos quieren decir sus metáforas?

¿ Qué nos quieren decir sus palabras?
¿Qué consideraciones lanza?
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De todos los textos que había, el que más me llamó la atención es el de

“Mi relación con la comida”. El teatro de Angelica Liddell es un teatro que
tiene una experiencia en la soledad, es un teatro que representa muy bien
el tormento personal. Ella misma nos dice que tiene “una inclinación hacia
la melancolía y a detectar la podredumbre”. Me pareció buena idea elegir
a esta autora después de pasar por cien días de confinamiento. Al final,
todos, de un modo u otro, hemos sentido esa soledad, todos nos hemos
sentido actores de Angelica Liddell durante 100 días. El tiempo de
confinamiento ha sacado a aflorar los principios más primarios de la
condición humana y su introspección.

Cuando se representa una obra de angelica Liddell se pretende envolver al

espectador en una atmósfera descarnada. Es un teatro completamente
crítico con la sociedad actual y ese juicio aplasta y hunde al espectador al
que obliga a considerar los problemas que se tratan. Existe un profundo
dolor ante el que el espectador/lector se muestra impasible. Así se suscita
deliberación, no hay indiferencia ante sus palabras. Liddell está muy
convencida de que un cambio es posible.

El espacio para Liddell es claro: no está creado de un modo tradicional a la

que solemos estar habituados, porque para ella ese espacio no es algo
ornamental sino que significa, suaviza e intensifica el significado de cada
obra. Mayoritariamente, las escenografías de Liddell suelen crear un
ambiente voluble e incómodo para enfatizar el dramatismo.

A continuación voy a poner un boceto de atmósfera de lo que podría ser

una propuesta para este texto, y un figurín de un posible vestuario para la
protagonista.
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El espacio es un espacio sombrío y austero.De baldosas de cemento

engrisecidas. Hay moho y humedades. Hay desconchados. Claramente es
un espacio totalmente dejado. Hay tres focos centrales, dos laterales y dos
cenitales. Son de luz blanca y tienen un dimmer por lo que la intensidad de
la luz irá cambiando según la posición del actor en la escena y según el
momento de la obra. La escala cromática gira en torno a los grises y al
moho. El aspecto de las texturas es cemento. No hay trastos en escena,
igual alguna utilería, pero poca.
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El vestuario es muy básico. Un top y unas braguitas de lino amarillento.

Sobre la cabeza un tul amarillento cubriendolo y que cuelga por la espalda.
No lleva zapatos, y el pelo suelto por debajo del tul.
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Con esta pequeña intromisión en los mundos de angelica Liddell he

conseguido aceptar que es una autora distinta. Es una mujer que hace una
inspección a su carácter y nos muestra cómo es ella realmente, qué es lo
que piensa. Cuando empecé a leerla, la primera artista a la que vinculé
con Angelica fue Maria Abramovic, y realmente se puede hacer una
comparativa entre ellas muy semejante.

Puedo asegurar que el teatro de Liddell es un teatro de los más ejemplares

actualmente. Angelica relaciona mucho su teatro con del de Artaud o
Dickinson entre muchos otros. Pero lo que más caracteriza el teatro de
Angelica Liddell, es que es Angelica Liddell. Su vida, real y ficticia está
narrada en todas las líneas de sus obras. Ha creado un espectáculo de su
propia biografía. No escribe historias románticas ni comedias, sino que
expone su propia vida y trata los temas sociales que han marcado su
biografía, que además están muy ligados al papel de la mujer en la
actualidad. Los episodios más reveladores de su vida han sido los que
han marcado la dramaturgia de su obra.

En estos tiempos en los que la seriedad y la lujuria reinan en nuestra

sociedad, aparece Liddell con su mundo; Angelica es como una mosca en
un banquete. Es molesta. Rompe con lo tradicional, banal y vacío, para
relatarnos problemas actuales los cuales el espectador no quedará de
brazos cruzados ni callado, sino todo lo contrario, enriqueciéndoles.