Professional Documents
Culture Documents
S. Agustín Misericordia
S. Agustín Misericordia
2. Mas, cuando siembras, es decir, al hacer las obras de misericordia, siembras entre
lágrimas4, puesto que te compadeces de aquel a quien se las haces. Pero llegará el
momento, después de nuestra muerte, en que ya no existirá esta siembra de la
misericordia, puesto que en aquel reino ya no serán miserables quienes aquí sufrieron
estrecheces a causa de Dios. En efecto, llegado el momento de la retribución, ¿a quién
darás tu pan, si nadie estará hambriento? ¿A qué desnudo vestirás, sí todos están
revestidos de inmortalidad? ¿A quién ofrecerás hospitalidad, si todos se encontrarán
en su patria? ¿A qué enfermo visitarás, si la salud es eterna? ¿A qué muerto darás
sepultura, si se vive por siempre? ¿A qué contenciosos pacificarás, si allí se dará
aquella paz total que aquí se nos ha prometido? Allí, pues, no habrá cabida para tales
obras ni para la misericordia. ¿Por qué? Porque ya llevas los manojos, no arrojas la
semilla. Por tanto, no desfallezcamos mientras sembramos entre lágrimas, es decir, en
medio de la fatiga y el dolor. No decaigáis en vuestras obras de misericordia, porque
recibiréis la recompensa por vuestra siembra5. Se siembra durante el invierno no sin
fatiga, pero ¿la dureza del invierno echó atrás alguna vez al campesino para que no
arrojase a la tierra el fruto limpiado con tanto trabajo? Sale y arroja a la tierra lo que
de la tierra había recogido, lo que sacado de la tierra estaba limpio; sale y lo arroja a la
tierra sin pereza y tiritando de frío. ¿A qué se debe que no sintiera pereza a pesar del
frío? La pereza la sacuden la fe y la esperanza. ¿Acaso ve la mies? Pero cree que
brotará. ¿Acaso recoge ya el fruto? Pero espera recolectarlo, y esta fe y esta esperanza
le animan para que, con gran sacrificio a causa del frío, arroje la semilla en la tierra y
por don de Dios pueda recoger seguro frutos abundantes como resultado de su
trabajo.