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fafa Beue 0 4 BEUK- GersHeiN © (2098) Introduecién Chernobil y el 11S, la crisis ecologica y los atentados terroristas, Amnistia Inter- nacional y Coca-Cola: tales referencias vienen a indicar lo que hoy en dia forma parte natural del ambito de experiencia y accién de la generacién emergente. Este ambito ya no puede comprenderse como unidad limitada en términos na- | cionales, sino que esté determinado por | dindmicas de carécter global, Abarca imagenes y acontecimientos que sacu- | den el mundo, asi como campaiias, valo- res, redes, anhelos, marcas y simbolos ° globales que se expanden por las vias mas diversas: la produccién industrial y los mercados, los medios de comunica- cién y la publicidad, la migraci6n y el tu- rismo. Sin embargo, en las ciencias sociales sigue predominando el «nacionalismo metodolégico», una perspectiva limita del Estado nacional.! En un daal im mundo cada vez mas marcado por ten- dencias globalizadoras ese enfoque se yuelve indefectiblemente anacrénico, sobre todo cuando se trata de compren- der a la generacién joven y sus situacio- nes existenciales, sus orientaciones y sus s precisamente formas de actuaci6n te campo —y he aqui nuestra tesis, erspec- cene central— donde hace falta una, tiva cosmopolita enfocada en la simulta 0 |g ‘caracteriza por los amb i % globalizados del capital, la expansion de (_ Meidad ¥interrelacion ke condiciona’ miehtos, influjos y desarrollos naciona les e internacionales, locales y globales. Este cambio paradigmatico o paso de Ta conceptualidad nacional a un marco conceptital cosmopolita (atin pendien- te de desarrollo) es necesario para que la sociologia pueda cumplir con la fur ci6n de ciencia de la realidad que recla- ma para si. En efecto, la realidad social de hoy, la modernidad globalizada, se ~. de acci las tecnologias de la comunicacién y del transporte, la formacién de movimiéi- tos globales de la sociedad civil, el sur= gimiento de redes terroristas globales, etc. Lasuma de estas evoluciones—y, no en diltimo término, el impacto de los n ) riesgos y as crisis que ahora se ponen de manifiesto— ha abierto una profunda figura que afecta también y precisamente ‘q las relaciones intergeneracionales: la 4 autodefinicién de la primera moderni- dad ha quedado tocada en su esencia, sus premisas basicas de frontera, seguri- dad y racionalidad se han vuelto cues- tionables. De ahi que, y ésta es nuestra tesis, la idea de generaciones cerradas en, términos nacionales sea hist6ricamente! obsoleta. Lo que necesitamos es un con, cepto de «generaciones globales»?—/ Para acercarnos a este objetivo con- viene distinguir entre dos planos: por una parte, el del obscrvador cientffico social que investiga las generaciones en un marco referencial global (perspecti- va del observador); por otra, el plano de 12 Jos sujetos actuantes, de los miembros de la «generaci6n global», que se autoi- dentifican en un marco referencial glo- bal (perspectiva de los actuantes). Este ensayo adopta la perspectiva del obser- vador cientifico social y contiene en su niicleo un mensaje metodolégico: lo que en el marco referencial nacional aparece como fractura intergeneracio~ icionada nacionalmenté 5610 De ello mio se deriva que hoy en exista ya una generacién global consciente de si misma que desarrolle una cosmovisi6n y una autovisi6n trans- fronterizas y, de paso, un simbolismo y ‘un lenguaje propios, unas formas de ac- tividad y unos objetivos propios. Es cier- Is Zz! ) { i Ekle Asin & yx MtedC, 4 to que hay una serie de indicios que apuntan en esta direccién, como por ejemplo Ta Formula de «pensar global- mente y actuar localmente» que, des pués de encontrar sus primeros segui dores entre los grupos ecologistas y pacifistas, se ha extendido hasta las re- des del terrorismo internacional; 0 la rapida expansién de Internet que se convierte cada vez mas en un marco re- ferencial de la percepcién del mundo No obstan- de la generacién emergent te, esta cuestién mas amplia de una ge- neracién politica consciente de sf misma, de sus ensuefios y espacios de actividad, tie- ne que quedar abierta en este ensayo. Dejarla abierta es razonable, también, porque «globalizacién» no significa de ningiin modo que en la generacién jo- 4 b Luter tats ¢ Cr Prob tal) derlove ven se esté imponiendo una equipa- racién de las situaciones sociales a es- cala mundial, desde Dubai hasta Duis- burgo, desde Rio hasta Ratisbona, Al contrario: la desigualdad social de las oportunidades vitales salta a la vista, Es precisamente esto lo que genera una especial importancia y una tensi6n in- terna: el ambito de experiencia deta «generaci6n global» a globalizado, pero al marcado por profundos contrastes y li divisorias. En primerisimo lugar, cabe mencionar el abismo econémico que separa a los habitantes del Primer Mundo de todos los demas, ese abismo de los recursos materiales, de las posi- cionesy oportunidades de acceso que se hace notar también en la carrera por los iconos del consumo. Por ejemplo, las za- patillas deportivas Nike: codi todo el mundo, s6lo las pueden adquirir Jos jévenes de naciones y capas acomo- dadas; los otros pueden comprar, en el mejor de los casos, las copias piratas y baratas de la marca, y muchos ni siquie- s. A esto se afiade la diversidad de \das en los contextos culturales que, a su vez, ~promueven dicha polarizacién. Dado que las experiencias ¢ imagenes globa- | les se asocian siempre a tradiciones, ex- periencias hist6ricas.e imégenes guia de indole local, Ios mismos aconteci- mientos se perciben, se encuadran y se valoran de modo distinto en cada caso, siempre en funci6n de la cultura y Ia si tyaci6n social mundial. Por ejemplo, las imagenes de los jvenes palestinos 16 que se inmolan y arrastran ala muertea otros: para unos son imagenes de asesi- ‘os; para otros, imagenes de héroes y li- chadores por la liberaci6n. $i se inte- gran ambos factores —Ia globalizaci6n por un lado y la desigualdad por otro—, la pregunta guia podria formularse de la siguiente manera: zen qué medida po- demos constatar, en la actualidad yen el Ambito global, el surgimiento de genes nales?; equé fraccio- raciones transnaci nes se perfilan en el seno de la genera- ci6n global?; y equé relacién guarda una determinada fracci6n de la generacién global con las demas? A ccontinuacién vamos a explorar mas detenidamente ese ambito global de ex- periencias y expectativas, con las para: dojas y contradicciones que encierra. Es ” obvio que esto no se puede hacer de forma exhaustiva, sino sélo siguiendo un procedimiento deliberadamente jlustrativo, Este consistiré en presentay tres constelaciones generacionales de cardc- ler transnacional que representan distin- tos segmentos de la dinamica de con- flictos social mundial. Este planteamiento oculta un paso metodolégico sistemati- co: a diferencia de lo que venia hacién- dose hasta ahora, no nos ocuparemos de la «generacién» tinica como entidad na- turalmente definida en el contexto de Jas fronteras nacionales; mas bien, am- pliaremos el horizonte analitico mas alli del marco de las fronteras del Esta- do nacional, esbozando varias «conste- Iaciones generacionales de caracter transnacional» y relacionando sistemati- 8 camente la desigualdad de las situacio- nes sociales mundiales con el tema ge- neracional. Al enfocar estas constelacio- nes generacionale rar sino esbozar —mucho mis mo- e— los primers contornos no. pretendemos m destamer de.cémo unas condiciones de globaliza- cin cultural, social y econémica ducen para la cen Ambitos de experiencias frexpectati- vas locales a la vez que transnacionales; ‘mo de este modo, y transmitidas por diversas instancias, se generan nuevas si- s existenciales wacion nuevas preten- siones, vinculos, peligros y esperanzas, asi como nuevos miedos, valores, con- flictos y formas de protesta. 19 NU obal por la distribucién de la riqueza. Unos, atrincherados en una actitud de- fensiva, watan de conservar los restos del bienestar, con leyes y barreras fron- terizas; otros, echndose al camino, asal- tan esas mismas fronteras con todas sus fuerzas, propulsados por Ia esperanza de una vida mejor. El resultado es una relacién mutua cargada de conflictos: una fraccién de la generacién global en- frentada a la otra. 4, Conclusiones y perspectivas Hoy, a principios del siglo xxi, se puede observar el despunte de una generacién global. Esta es la tesis fundamental de nuestro ensayo. Quien sabe de historia contemplara, tal vez con cierto escepti- cismo, este énfasis en lo nuevo y sefiala- "4 quizés indicios que apuntan a una continuidad hist6rica, La dinémica poli- tica de finales del siglo x1x y comienzos del x3, gno se caracterizaba ya esencial- ‘mente por un snuevo internacionalis- mor de las generaciones politicas, como por ejemplo la Internacional socialistao 8 los diversos movimientos pacifistas, co- lectivos éstos que reivindicaban la im- plantacién de principios universalistas en el mundo entero? 2No fue ya la resis- tencia contra el fascismo aleman la que después de la Segunda Guerra Mundial contribuyé a la emergencia de una «ge- neracién Europa» de tintes politicos? 2Y no es precisamente la generacién de 1968 el ejemplo clave de una genera- cién global, puesto que su ambito de ac- tuaci6n politica desbordé las fronteras nacionales ofreciendo impulsos signifi- cativos para un pensamiento cosmopoli- ta? En suma, gqué es lo nuevo hoy en dia?; spor qué y sobre qué base se puede’ hablar del surgimiento de una genera; cién global? 2 ‘Tales preguntas estn sin duda justifi- n cadas, A su vez, sin embargo, se puede mencionar una serie de rasgos en virtud de los cuales al movimiento de 1968 de Ja pasada centuria se le distingue con claridad de la generacién global de principios del siglo xxt. Asi, la de 1968 era ante todo una generacién consti- tuida politicamente, que se definia por la participaci6n activa de sus miembros en acciones de protesta. En los albores del siglo xx1, en cambio, son experiencias ‘yacontecimientos de carécter cosmopolita (como los que hemos citado al comien- 29 de este ensayo) los que se-convierten en la clave dé acceso a los Ambitos de ex- pectativas de la generaci6n emergente, Dicho de modo muy esquemitico: en aquel entonces se actuaba colectiva- mente; hoy se reacciona de forma indi- % vidualista. Aquéllos eran los criticos de Ja sociedad de consumoy de la industria cultural; éstos son, en cierta manera, los hijos de aquélla. Ya no relacionan las promesas de la sociedad global de con- sumo tinicamente con el espacio de po- sibilidades que ofrece su propio pais y derivan de ello el impetu de derribar las fronteras entre el Primer Mundo y el resto del planeta. Esta generacién glo- bal se constituye en su esencia de forma apolitica porque se disgrega en distintas dialécti- fracciones que conforman uni ca rica en conflictos. Hemos presentado, a modo de boce- to, tres constelaciones generacionales que representan cada una de ellas seg- mentos especificos de la sociedad del riesgo global y, correlativamente, expe- 6 riencias y situaciones antagénicas. Co- miin a todas ellas es un punto de inver- sién metodolégico: ya no conciben Ia generacién exclusivamente en el mar 0 del Estado nacional y sus premi- sas. Inauguran —formuldndolo en tér- minos ambiciosos— un cambio y una perspectiva cosmopolitas en la sociolo- gia generacional. Para desarrollar este planteamiento hacen falta al menos tres pasos: 1) Critica det nacionalismo metodolégico: lo que no tiene sus causas en el ambito del Estado nacional ni esta limitado tini- camente a él, no puede describirse ni explicarse enfocando solamente dicho Estado nacional. Esto significa que los estudios de sociologia juvenil y genera- n cional que explican la situaci6n de la ge- neracién emergente en Alemania to- mando como referencia primordial la historia de la preguerra y posguerra ale- mana, el sistema educativo alemén, etc., resultan cada vez mas anacr6nicos dada Ja realidad social. Mientras que la pri- mera modernidad se asentaba en las premisas bisicas del Estado nacional, los compartimentos estancos son hoy cosa del pasado: Alemania 0 Polonia o Europa han dejado de ser sociedades claramente delimitadas. Quien ignora Jas miiltiples interconexiones generadas por la produccién y el consumo, Inter- nety la televisién, el turismo y la publici- dad, carece de una clave decisiva para captar las esperanzas y los suefios, los miedos y las desilusiones, las acciones y * Jas reacciones de la generacién global. Es como si cogiéramos el mapa de la Alta Baviera para estudiar Ia ruta de via- ingapur y Rosenheim. O, je entre como lo expresa el personaje del maes- tro Anton en Maria Magdalena de Frie- drich Hebbel: «jUno ya no entiende el mundo!» 2) En la generacién global se juntan distintas fracciones transnacionales, en cierto modo «generaciones patchwork» globalizadas, cuyas piezas precisamente ‘no se pueden ensamblar en un cuadro uniforme. Dice Scharfer que es justa- mente esa no uniformidad la que permi- te que surja la unidad en la diversidad de las constelacioiies generacionales, en el centro como en Ia periferia, en la oposicién como en Ia interacci6n entre 70 éstas. Bs precisamente la mirada mono- nacional y monocultural a que ignora que el activismo de la generacién global no nace en el centro sino sobre todo en las zonas marginales de la sociedad del riesgo global, en aquellas regiones que estin condenadasa no tener salidade su situaci6n, La protesta de la «generacién migracién» no se dirige tanto contra las autoridades establecidas de la propia so- ciedad de origen, sino mas bien contra cl orden internacional de la desigualdad y sus guardianes. Con el «asalto a la for- taleza Europa» sus miembros pueden apropiarse el derecho humano a la movie lidad que Occidente gusta de proclamar Esto choca, sin embargo, con los miedos de la «generacién precariay europea que comienza a manifestarse contra los con- 80 tratos de trabajo inseguros y el descenso de los salarios. Las fragmentaciones transnacionales de la generaci6n global se entrecruzan con la formacién de identidades trans- nacionales que enlazan filiaciones y patrias distintas, subvirtiendo en los propios conceptos (griegos nurembe gueses, turcos berlineses, etc.) los patro- nes de clasificacién y las categorias ta- xon6micas al uso. Sin embargo, en los medios de comunicacién y en los deba- tes politicos siguen predominando los viejos estereotipos que vienen a prop: gar una y otra vez. un dualismo antagé- nico: nosotros aqui, los otros ahi. Mien- tras esos estereotipos, que se hallan notoriamente a la zaga de la realidad, estén presentes en el espacio piiblico al se dardn falsas sefiales y se generaran efectos fatales para la practica, ya sea stema educativo, Ia politica o la ante las cada vez mas enels jurisdiccién. frecuentes noticias sobre la violencia en las aulas el presidente bavaro anuncia que los alumnos reincidentes deberian ser «devueltos a su patria», uno sélo puede replicarle preguntando «ga qué patria los quiere devolver?». Muchos de los que pertenecen a la generaci6n jo- ven nacieron y se criaron aqui, algunos incluso tienen pasaporte aleman; mu- chos de ellos no hablan bien la lengua alemana, pero no hay ninguna otra len- jor; aqui viven sus padres, hermanos, vecinos y amigos; a gua que hablen m menudo conocen el pais de origen de s progenitores s6lo de alguna breve 8 visita. gAdénde mandarlos, pues? El debate ptiblico esta atenazado por fic- ciones y antagonismos, superados des- de hace tiempo por la velocidad del cambio. 3) Una sociologia juvenil y generacio- nal que pretenda dar cuenta siquiera aproximadamente de la realidad viven- ial de la generaci6n global requiere un cosmopolitismo metodolégico.' Este debe responder, y no en tiltimo término, a la pregunta clave: gqué va a ocupar el lugar de Ia unidad analitica nacional de «ge- neracién»? Para empezar hemos susti- tuido en esta aportacién el concepto na- cional de «generacién» por la imagen de distintas «constelaciones generacio- nales de carécter transnacional». Nues- tro ensayo s6lo ha esbozado los prime- 83 ros rasgos de la dialéctica reciproca que opera entre ellas, si bien no hemos abor- dado Ia pregunta clave de cémo nace una generacién global de orden politi- co, Pero por lo menos deberia haber quedado claro un aspecto: de ningiin modo la critica del nacionalismo meto- dolégico es solamente un problema de datos empiricos, hasta ahora captados y organizados en su mayoria a nivel na- cional. Se trata de algo mucho més pro- fundo, a saber, de cémo el concepto nuclear sociolégico de «generacién» (y también los conceptos de desigualdad social, Estado, familia, hogar, justicia, ve- cindad, etc.) puede ser liberado del ho- rizonte intelectual del nacionalismo me- todol6gico para abrirlo hacia el cambio de los fundamentos de la segunda mo- 4 dernidad globalizada. Si no se hace, la ‘realidad vivencial de la generacién emergente siempre sera una tierra in- cégnita, por muchos datos que los cien- tificos sociales recojan. 8

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