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OMO ‘todos nuestros érganos, el cerebro ha ‘evolucionado, ha aumentado su complejidad y su contenido informativo alo largo de milo nes de afios. Su estructura reflefa todas las fases por las que ha pasado. El cerebro evolucioné de dentro a fuera En lo hondo esté la parte més antigua, el tallo encefdico, que dirige las funciones bisicas, incluyendo los ritmos de le vida, los latidos del corazén y la respiracin. Segin un concepto provocative de Paul Mac Lean, las funciones superiores del cerebro evolucionaron en ‘res fases sucesivas. Coronando el tallo encefélico esté el complejo R, la sede de la agresidn, del ritual, de la ‘erritoraldad y de la jerarquia social, que evolucioné hace centenares de millones de afios en nuestros antepasados reptilanos. En lo profundo de nuestro créneo hay algo parecido al cerebro de un cocodri. Rodeando el complejo R esta el sistema limbico dll cerebro de los mamiferos, que evolucioné hace dece- rnas de millones de afios en antepasados que eran mami- feros pero que todavia no eran primates, Es una fuerte importante de nuestros estados de dnimoy emociones, de nuestra preocupacién y cuidado por los jévenes. ¥, finalmente, en el exterior, viendo en una tregua ineémoda con los cerebros més primitives situados deba- jo, esté a corteza cerebral, que evolucioné hace rrillones de afios en nuestros antepasadios primates. La corteza cerebral, donde la materia es transformada en consciencia es el punto de embarque de todos los viajes césmicos. Comprende més de las dos terceras partes y es el reino de la intuicion y del andliss critco. Es aqui donde tenemos ideas e inspiraciones, dande leemos y escribimos, donde hacemos mateméticasy componemios La corteza regula nuestras vidas conscientes. Es lo que distingue 2 nuestra especie, la sede de nuestra humanidad. La civlizacién es un producto de la corteza cerebral El lenguaje del cerebro no es el lenguaje del AADN de los genes. Lo que sabemos esté ahora codift- cado en células lamadas neuronas: elementos de cone- xidn elecroquimica, microscépices, en general de unas centésiras de milimetro de diémetro, Cada uno de noso- tros tiene, quizd, un centenar de miles de millones de neuronas, cra comparable al niimero de estrellas en la galaxia Via Lictea. Muchas neuronas tienen miles de cone- ones con sus vecinas. Hay aproximadamente 100 billo- nes, 10", de estas conexiones en la corteza del cerebro humano. (..) Hay muchos valles en las montahas de la mente, circunvalaciones que aumentan mucho la superficie dis- Ponible en la corteza cerebral para almacenar informacién en un crineo de tamafo limitado, La neuroquimica del cerebro es asombrosamente activa, son los circitos de una maquina més maravilosa que todo lo que han inventado los hombres. Pero no hay pruebas de que su funcionamiento se deba a algo miés que @ las 10" cone- >éones neurales que construyen una arquitecture elegant de la consciencia El mundo del pensamiento esta dividido, més o ‘menos, en dos herriserios.€l hemisferio derecho de la corteza cerebral se ocupa principalmente del reconoci- riento de las for, l intucién, la senstbiidad, las intuit clones creadoras. El hemisferio izquierdo preside el pensamiento racional, analftico y critico. Estas son les fuerzas dua- les, las oposiciones esenciales que caracterizan el pen- samiento humano. Proporcionan conjuntamente tos rmedios tanto para generar ideas como para comprobar su validez, Existe un didlogo continuo entre los dos hemisferios canalizado a través de un haz inmenso de nervios, el cuerpo calloso, el puente entre la creatividad y el and- lisis, dos elementos necesarios para comprender el mundo. (...) El cerebro humano hace mucho mas que recor- dar. Compara, sintetiza, analiza, genera abstracciones. Tenemos que inventar muchas mds cosas de las que nuestros genes pueden conocer, Por esto la biblioteca .dal cerebro es unas 10.000 veces mayor que la biblio- teca de los genes, Nuestra pasion por aprender, evidente en el comportamiento de cualquier bebg, es la herramienta de nuestra supervivencia. Las emo- ciones y las formas ritualizadas ge comportamiento estan incrustadas profundamente en nosotros. Forman, parte de nuestra humanidad. Pero no son caracterfsti- camente humanas. Muchos otros animales tienen senti- mientos. Lo que distingue a nuestra especie es el pen- samiento. La corleza cerebral es una liberaciin, Ya no necesitamos estar encerrados en las formas de compor- tamientos heredadas genéticamente de las lagartias y los babuinos Cada uno de nosotros es responsable en gran medida de lo que se introduce en nuestro cerebro, de lo que aca~ bbames valorando y sabiendo cuando somos adultos. Sin estar ya a merced del cerebro reptiliano, podemios cam: bblarnos a nosotros mismos. (Carl Sagan: Cosmos. Barcelona. RBA Editores, 1992. pigs. 276-278.)

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