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ESTUDIO INDEPENDIENTE
PROYECTO INTEGRADOR ETAPA 2

Integrantes

Daniela Cecilia Coronado Valle


Laura Itzel Flores Cruz
Griselda Franco Sánchez
Alma Delfina Mejías Gramillo
Alejandra Emiret Romero Jiménez

Universidad del Valle de México


Maestra: Magaly Landa Osorio

24 de abril de 2022
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PROYECTO INTEGRADOR ETAPA 2:

ESTRATEGIAS DE LECTURA

Introducción
La educación Jesuita desde tiempos coloniales ha sido una influencia grande en el sistema
educativo actual. La fundación de la Compañía de Jesús, por San Ignacio de Loyola y aprobada
por el papa Paulo III en 1540, impuso la educación Jesuita en Europa, la cual se sustentaba en
erradicar la educación monacal, imponiendo el método humanista el cual era más flexible y
ajustable al entorno social y así mismo, una de las misiones de la Compañía de Jesús era
también expandir el catolicismo en América y algunos lejanos territorios en el Oriente (Espino
Martín, 2017). La presencia de la Compañía de Jesús en nuestro país se remonta al año 1572
cuando llegaron a México los primeros monjes, en Veracruz desembarcaron los primeros barcos
Jesuitas, los tripulantes que se asentaron en dicha ciudad llegaron para encargarse de la
educación de la juventud novohispánica y el proceso de evangelización tomando en cuenta su
perseverancia, su formación académica, el dominio en las lenguas nativas y sobre todo el trato
amable hacia las personas, desde entonces, su influencia y aportación al mundo intelectual y
cultural son inconmensurables. La Educación Jesuita está enraizada en la visión espiritual y la
experiencia de San Ignacio de Loyola y lo que esa experiencia puede decir a nuestro contexto
actual. (Gómez Padilla, 2006).
Según Gómez Padilla (2017), citando a otros autores, las tribus seminómadas que se acentuaban
en el Noroeste, atraían la atención de los jóvenes jesuitas que se preparaban de manera intensa,
en el estudio de las lenguas indígenas de los colegios indios que radicaban en ese entonces. De
la misma forma, muchas de las poblaciones en donde se acentuaban los Jesuitas fueron
expandiendo sus creencias católicas, teniendo en la Ciudad de México tres colegios para la
educación de los criollos, y en provincias de Oaxaca, Puebla, Guadalajara y Durango. La
creación de estos colegios y la enseñanza de la metodología Jesuita permitió el gran paso hacia
la educación en el Noroeste y en todo el territorio mexicano. Las comunidades en donde se
establecieron los jesuitas contaban con una iglesia, y a su alrededor se ubicaban casas de adobe
que pertenecían a los frailes y familias nativas; la finalidad era que los nuevos cristianos tuvieran
una vivienda digna, de esta manera se crearon pequeñas comunidades que fueron construyendo
una base económica autosuficiente; partiendo de las enseñanzas de oficios, técnicas de
agricultura y ganadería.
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Desarrollo
La educación antes de los Jesuitas era estrictamente monacal y se limitaba a solo aprender
pasajes bíblicos y misales. A partir de la “herejía protestante” la institución eclesiástica requería
de una nueva ideología sobre la manera de educar a la sociedad, adaptándose a los métodos
modernos procedentes del humanismo (Espino Martín, 2017).
En un inicio la enseñanza jesuita estaba muy marcada por un estilo barroco y retórico que
recargaba y reglamentaba el aprendizaje de la lengua y los textos, con preceptos, ejemplos y
figuras literarias. Los jesuitas estaban conscientes de que habían caído en un proceso de
degradación educativa al exceder el método barroquizante y hacer de la enseñanza de las
humanidades un tipo de pedagogía abstrusa, compleja y oscura (Espino Martín, 2017). Por lo
tanto, el proceso evangelizador se fortaleció con la interacción de los jesuitas con su población
a través del diálogo, ya que, se preocuparon por aprender los idiomas de los nativos. Los
estudiosos de idiomas (purépecha, náhuatl, otomí) eran llamados “padres lenguas”; personajes
como Francisco Javier Clavijero, Xavier Alegre estudiaron e impartieron lecciones en el seminario
de Tepotzotlán, tal como lo menciona Chávez (2021). Fue muy importante el estudiar los diversos
tipos de lenguas en el modelo educativo de los jesuitas, debido a que te ayudaba a ser más
inteligente y aplicado en cuanto a trabajos.
Estos métodos procedentes del humanismo implicaron la preocupación por el individuo, es decir,
el hombre es concebido como construido por una esencia universal e inmutable, la centralidad
del educando, el diálogo, la relación interpersonal y la comunicación educativa entre alumnos y
profesores, permitiendo que los estudios de caso, la ejercitación y la repetición, por mencionar
algunas estrategias de aprendizaje, renovaran y sentaran las bases para nuevas formas de
enseñanza (Perrupato, 2021).
Chávez, (2021) menciona las diferentes funciones que tenían los colegios: los conocidos como
mayores eran utilizados por los alumnos que contaban con un grado, los menores eran
residencias en las que asistían los estudiantes a clases de preparación para su ingreso a la
universidad. Estos colegios permitieron que los jesuitas conocieran su entorno, al reconocer la
parte geográfica, así como los hábitos y tradiciones de los pobladores. Se creó una red de
colegios que se ocuparon de transmitir el conocimiento, produjeron textos. W. Asworth citado por
Perrupato (2021), quién afirma que la Compañía, fue la “primera red científica'' de Europa.
Los métodos usados por universidades Jesuitas incluyeron tres técnicas fundamentales de
enseñanza: La lección, la cuestión y la disputa, lo cual significaba que después de una lección
estudiada, los estudiantes se cuestionaban para al final someter ese cuestionamiento a debates
los cuales tenían propósitos de memorización (Perrupato, 2021). Al renovarse los estudios, se
implementaron los siguientes conceptos: globalidad, que se caracterizaba por su flexibilidad;
progresividad, se organizaron las clases por medio de programas adaptados a la etapa de
estudio; integralidad, en este punto nos enfocamos a la formación integral del estudiante desde
el aspecto intelectual, espiritual y social; secularidad, formar estudiantes instruidos y devotos;
unidad, considerando una enseñanza reflexiva a través de la aplicación de ideas pedagógicas; y
por último la gratuidad, dando acceso al aprendizaje a la mayoría de la sociedad en busca de
una transformación continua. En los colegios se busca la excelencia académica y humana, así
como el cuidado personal; son centros en los que se vincula la fe, la ciencia, la virtud y las letras
(Klein, 2018-2019).
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La universidad arrastró desde el medioevo un método de enseñanza basado en la lectura, la


verbalidad y la repetición, incluso hoy encontramos prácticas semejantes a las formas en las que
se enseñaba en el Antiguo Régimen; poco es lo que cambiaban estas formas de enseñanza en
las ‘cuatro partes del mundo’. Como sostiene Tunnermann, (1991) “El esquema de la universidad,
la temática, los métodos de enseñanza de la universidad colonial estaban centrados más en la
realidad peninsular que en la americana”. Esto no resulta paradójico si advertimos la dinámica
propia de los territorios coloniales y la homogeneidad (manifiesta en sus constituciones) que
persiguió la Compañía de Jesús en sus provincias e instituciones.
Otros métodos fundamentales mencionados por Espino, (2017) fueron el método humanista, el
cual se basaba en un comentario en particular (textos expurgados de la Compañía) y en la
retórica de escritores latinos, en la disciplina educativa, la cual consistía en ordenar la educación
por etapas y ciclos escolares. “La educación superior jesuita se basó́ en tres pilares
fundamentales: los ejercicios espirituales de San Ignacio, las Constituciones de la Compañía de
Jesús y la Ratio atque Institutio Studiorum” (Perrupato, 2021).
Los ejercicios espirituales permitieron al educador realizar propuestas, sin adoctrinar al alumno.
La Ratio Studiorum jesuita es uno de sus primeros planes de estudio en la enseñanza media, su
finalidad es establecer las bases para la conformación de los colegios y universidades. (Storck,
2016; Lovay, 2019) citado por Perrupato (2021). La pedagogía jesuita considera al alumno como
el centro en el proceso de enseñanza aprendizaje desarrollados en la universidad. El orden y la
disciplina son fundamentales para la buena administración del tiempo, lo que se refleja en la
distribución de los horarios. Anteriormente no se ocupaba el término de profesor a los encargados
de transmitir los conocimientos, se les conocía como lectores, ya que, su función se basaba en
lecturas. Para los jesuitas la disciplina y la constancia permitieron al alumno obtener
conocimientos a través de métodos y técnicas de estudio.

Como ha señalado Labrador (1992), la pedagogía de la Compañía de Jesús se concretaba en


un programa de vida, cuyas claves más significativas eran el conocimiento experiencial, el
diálogo, la relación interpersonal y la comunicación educativa entre profesores y estudiantes.
Estas características se sustentaban en la valoración ignaciana de la dignidad de la persona que
buscaba su realización mediante el pleno desarrollo intelectual, moral y espiritual.
Labrador, (2004) citado por Perrupato (2021) “A continuación se describe una clase en los
tiempos de los jesuitas: 1) Lectura (Repetición, explicación, ampliación y confirmación), 2)
Análisis (discusión de las propiedades y atención a las características importantes), 3)
Ejemplificación, 4) Resumen, 5) Conclusión y 6) Valoración global. En este esquema la clase
desplegaba fundamentalmente seis estrategias: la prelación, la memorización, la concertación,
las disputas, el ensayo y el estudio de caso.”

Por otro lado, en los colegios jesuitas se incorporaron actividades extracurriculares como la
presentación de obras de teatro, exámenes públicos y celebraciones escolares y religiosas, con
el propósito de incrementar el prestigio del colegio y dar muestra de lo que se realizaba día a día
dentro del mismo, estás actividades se encontraban articuladas con la propia enseñanza, por lo
cual presentaban temas como el Descubrimiento de América, la grandeza de España y de sus
reyes; el encuentro con los indígenas; la razón misionera de la empresa y la superioridad del
cristianismo en comparación con las religiones indígenas. Se buscaba transmitir la igualdad entre
los alumnos, mostrar la calidad de la enseñanza jesuita, la cordialidad entre profesores y
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discípulos, así como romper la monotonía que se tenía con respecto a una educación repetitiva
y memorística. Cuando se organizaban estas actividades se invitaba a padres de familia,
autoridades y sociedad en general, quienes presenciaban cada uno de los esfuerzos alcanzados
a lo largo de un año.

En los temas de educación es necesario destacar que para las mujeres el acceso a la educación
académica fue más complicado, ya que, a ellas se les preparaba para las labores del hogar. Sin
embargo, existieron congregaciones que se interesaron por una educación igualitaria a la de los
hombres, y en este caso las Ursulinas utilizaron las siguientes líneas educativas: aprendizaje del
alfabeto, saber contar, leer y escribir, enseñar francés y el latín como segunda lengua. Su modelo
pedagógico se encontraba mejor estructurado y por ello se elevó el nivel del contenido didáctico,
surge una modernización en el modelo educativo, se crea un estilo denominado Portroyalistas
quienes analizan textos literarios en distintas lenguas; además utilizan un método que promueve
la recompensa y no el castigo (Espino, 2017).
Los grupos de estudio se clasifican de acuerdo con la edad, se utilizaron los siguientes
cinturones: rojo, 7-11 años: lengua francesa, escritura, aritmética, gramática, catecismo e historia
de la iglesia; verde, 11-14 años: francés, música, religión, danza y dibujo; azul,17-20 años:
música, francés y ética, estos en niveles altos.
Toda la pedagogía jesuita se sustituyó por la pedagogía laica, que se establece en los planes
educativos de cada país. Referente a la evaluación debemos entender que se trata de un proceso
que involucra diversos aspectos con la intención de obtener una calificación final. Se evalúa a
partir de diversos factores que permiten el desarrollo integral del estudiante, se toma en cuenta
su comportamiento, los aspectos de integración, es decir, cómo se relaciona ante los demás y
su proceso de adaptación. Además, de la retroalimentación en el proceso didáctico y de
aprendizaje por medio de un examen que nos permite verificar los conocimientos adquiridos por
el estudiante. Moya (2011) citado por Perrupato (2021).
Una de las aportaciones relevantes de los jesuitas fue la creación y construcción de bibliotecas.
Con ellas, se conserva evidencia a través de registros y documentos, creando un acervo
informativo. Se conservan obras históricas: libros de oraciones, ejercicios espirituales, rosarios,
etc. En las bibliotecas se generaron materiales escritos por los mismos jesuitas que cumplían
con su labor educativa, además la tradición historiográfica. La función de las bibliotecas
actualmente es la de resguardar y proveer de información a los usuarios, siendo una fuente
principal de conocimiento a través de los diferentes formatos, contribuyendo en la formación de
profesionales y el desarrollo de investigaciones en los diferentes campos multidisciplinarios.
Las bibliotecas creadas por los jesuitas se vinculan con las propias instituciones educativas. De
acuerdo con el trabajo realizado por Ignacio Osorio Romero quién identificó la fundación y auge
de los repositorios del periodo barroco, mencionado por Peralta (2016). En esta orden religiosa
el valor de la biblioteca fue primordial, su función era inherente a los colegios. Las necesidades
de los usuarios sirvieron como referente para mejorar los servicios y así contribuir a su
crecimiento. Existía una biblioteca secreta que solo podía ser utilizada por los profesos y novicios,
un servicio exclusivo. La biblioteca pública era utilizada por la Ratio Studiorum.
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Conclusión
Los jesuitas son una orden religiosa católica, que tenían la misión de predicar el cristianismo en
diferentes lugares, por ende, desarrollaron un modelo educativo que ha dejado un gran impacto
en la educación actual. Por lo tanto, fundaron instituciones educativas en todo el mundo y en
todos los niveles (escuelas, colegios y universidades).
Actualmente la educación es uno de los pilares que mantiene a los gobiernos, es un compromiso
social que debe cumplirse con la intención de mejorar la calidad de vida de las personas,
brindando herramientas que permitan desarrollarse e interactuar socialmente para tener una vida
justa.
Dentro de las innovaciones presentadas por los jesuitas, podemos mencionar que se mantienen
vigentes en las planeaciones didácticas de los profesores de los diferentes niveles educativos,
por ejemplo: los estudios de caso, las representaciones, los ejercicios. En la actualidad la
educación humanista coloca al alumno en el centro del aprendizaje, enseñando bajo estrategias
que se encuentren vinculadas a su propio contexto y ante sus propias necesidades, logrando la
formación de personas críticas y reflexivas.
Otro de los elementos que aún siguen vigentes son las actividades extraescolares que se
desarrollan en las instituciones, ya que muchas de ellas permiten mejorar la interacción entre
alumnos y docentes en general, dando muestra de un trabajo que se desarrolla con esfuerzo y
participación de diferentes agentes educativos. Es importante señalar que en la educación básica
se sigue conservando la idea de los jesuitas sobre el tiempo destinado a los recreos y los días
de asueto, que permite a los alumnos desarrollarse en un ambiente alegre y placentero.
Una desventaja que destacaba en la educación jesuita era que ésta se enfocaba principalmente
a educar hombres, excluyendo de formar académicamente a mujeres quienes manifestaron su
necesidad por adquirir conocimientos que no se limitaran únicamente a las actividades del hogar,
ampliando de esta manera su aprendizaje y consiguiendo con ello, aprender nuevos idiomas.
Con lo anterior se logró que la educación monacal que tenían fuera erradicada, innovando y
mejorando sus procesos.
Otra desventaja de los principios de la educación jesuita era que su método de enseñanza se
basaba principalmente en la religión, teniendo como actividades obligatorias la asistencia a
iglesias y cumplimiento de los sacramentos establecidos. No fue hasta que cada uno de los
países a partir de sus necesidades e intereses, decidieron modificar la pedagogía utilizada y
establecer por medio de nuevos planes educativos una pedagogía laica.
Tomando en cuenta algunas estrategias y hábitos que se aplicaron en la educación jesuita se
puede señalar que en la actualidad el sistema educativo continúa trabajando a partir de
documentos guía, por ejemplo, al utilizar las planeaciones didácticas, se planifican y organizan
las estrategias de aprendizaje que facilitan al profesor la promoción y organización de sus clases.
Actualmente a través de los Estándares ISTE (Sociedad Internacional para la Tecnología y
Educación) para Educadores, se permite a los docentes y facilitadores de cursos transmitir
conocimiento a los estudiantes, aplicando diferentes actividades que cumplan con el objetivo de
formar individuos responsables que contribuyan en las relaciones sociales. Se trabaja en el aula
con una diversidad de recursos, innovando las técnicas y métodos de aprendizaje de manera
que el alumno tenga una formación integral de calidad acorde a su contexto social.
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Referencias

Chávez, J. (2021) Los colegios jesuitas y su labor difusora de conocimiento. San Ildefonso en el
tiempo. http://www.sanildefonso.org.mx/docs/CSI_LibrosColegiosJesuitas.pdf

Domingo Perrupato, S. (2021). Innovación educativa y universidad jesuita. Propuestas de


enseñanza para la Monarquía Hispánica en el siglo XVIII. Revista Brasileña de historia
de la educación, (v.21), 1-29.
https://www.scielo.br/j/rbhe/a/SXJFT7GVpmKczWNHqpvLCTq/abstract/?lang=es

Espino Martín, J. (2017). La pedagogía jesuita de las “religiosas” entre los siglos XVI y XIX: de
las Ursulinas a la Sociedad del Sacré Coeur. Sincronía(72), 308-322.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=513852524021

Gómez Díez, F. (2006). El teatro escolar, los exámenes públicos y las celebraciones:
instrumentos educativos jesuitas. Comunicación y Hombre, (2), 69-87.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=129413732005

Gómez Padilla, G. (2006). Las misiones del Noroeste. Otra visión de la educación jesuítica.
Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, XXXVI (1-2), 49-73.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2237915&msclkid=bf3a62c3b6be
11ecb4966a7097e19b39

Margenat Peralta, J. M. (2016). El sistema educativo de los primeros jesuitas. Arbor, 192 (782):
a356. doi: http://dx.doi.org/10.3989/arbor.2016.782n60001

Sociedad Internacional para la tecnología en la Educación (ISTE). (2022). Estándares ISTE


educadores. https://www.iste.org/es/standards/iste-standards-for-teachers

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