Introducción

El mundo diariamente se ve afectado por la cantidad de desechos y agentes contaminantes

que se producen de los diversos procesos que ejecutamos industrialmente para obtener los
implementos que desde varios ámbitos de nuestra vida utilizamos, este impacto de
contaminación normalmente no se ve notablemente reflejado en nuestro ambiente, sin
embargo en un análisis global, tan solo en nuestra ciudad de Bogotá la ultima semana de
septiembre se vio afectada de manera significativa la calidad de aire (IBOCA, 2022), y tan
solo hasta la primera semana de octubre se ha visto reflejado una mejora en la calidad del
aire, donde se ve que el estado de este indicador depende proporcionalmente de las
actividades ejecutadas por el sector industrial en las fechas donde la necesidad de
producción es considerablemente alta (GOV.CO, 2022).

Es así como entrando al sector automotriz, se encuentra que es uno de los sectores que más
contaminación aporta a la ciudad tanto en los procesos de producción en las ensambladoras
como en los diversos procesos de mantenimiento que se ejecutan en toda la ciudad
(Castañeda, 2010), siendo esta segunda serie de procesos la que aporta una contaminación
con afectación directa al ambiente, en la realización de procedimientos donde están
presentes los cambios de aceite, ya que aunque los grandes talleres y concesionarios ya
están acondicionados a llevar a cabo estos procesos con el mayor cuidado ambiental
posible, es en los denominados “talleres de barrio” donde se encuentran los índices altos de
contaminación, ya que estos no cuentan con las herramientas necesarias para que al realizar
estos mantenimientos, los desechos causados sean tratados de manera adecuada.

Los aceites extraídos de un vehículo, poseen diversas características dependiendo del

sistema del cual se ejecute la extracción, ya que se puede encontrar valvulina, aceite motor,
aceite hidráulico, aceite diferencial, liquido de embrague, líquido de frenos entre otros más
dependiendo del vehículo que se trate, por consiguiente para proyectar un tratamiento y una
posible reutilización de cualquier aceite es necesario contemplar su nomenclatura y su
proceso de fabricación ya que también se encuentran en el mercado aceites minerales,
semisintéticos y sintéticos, por lo tanto en algunos casos específicos este factor puede
alterar directamente cualquier proceso de tratamiento que se plantee (Cevallos, 2022).
Síntesis

Dentro del proyecto se estableció la elaboración de una trampa de aceites para un taller de
motos ubicado en la localidad 4 de San Cristóbal, para la cual antes de poder concretar esta
proyección, se llevó una identificación y diagnostico ambiental al taller, seguido de una
caracterización de los contaminantes generados seguido de la determinación del impacto
que ejerce el taller al ambiente, siendo de esta manera el aceite motor quien mayor
porcentaje de contaminación emite al medio ambiente, esto debido a que no se reutiliza
absolutamente ninguna parte del aceite extraído, y el vertimiento de este aceite no se hace
por medio de algún elemento que trate el lubricante de manera amigable con la
contaminación que este mismo genera (Pérez y Toala, 2019). Es por esta razón que se opta
a ejecutar un proceso de tratamiento de este hidrocarburo, donde no solo se busca impactar
directamente al fluido, sino que se busca que la persona encargada de ejecutar este proceso
lo haga de la manera mas adecuada posible, portando los elementos de protección
adecuados y vertiendo el aceite de la manera mas cuidadosa posible para evitar severidades
considerables en la ejecución (Ramirez y Jhonson, 2020).

De acuerdo a lo anterior es fácil de comprender que la elaboración de una de estas trampas

de aceite para el tratado de los hidrocarburos ya quemados o puestos en ejecución a una
anterior, resulta ser algo complejo y para obtener su 100% de efectividad algo costoso
también, así que es desde este punto donde se buscara no solo realizar una trampa de aceite
motor con una efectividad positiva al taller donde se piensa realizar, sino que también se
planteara un método y materiales de fabricación económicos para poder mitigar dichas
problemáticas encontradas, siendo la mejor manera en la selección de materiales el uso de
elementos de procedencia también reutilizable, es decir que lo que usaremos para la
elaboración de nuestra trampa de aceites será a base de materiales y compuestos reciclados,
con esto estaremos dando un doble aporte a la sostenibilidad del medio ambiente
(Bustamante y Romel, 2011).
Planteamiento

Se desarrollara una trampa de aceite tipo casera, donde con un balde de pintura
debidamente lavado que se reutilizara para poder usarlo como base, también se reutilizara
cualquier elemento tipo lamina en plástico para crear una división dentro del recipiente
usado como base y empezar a darle forma a dicha trampa, ya los demás materiales
requeridos son uniones rectas y en codo de PVC, las cuales se procurara reutilizar de algún
sistema de conductividad de fluidos que se encuentre obsoleto, o de lo contrario se
compraran en el mercado del material que mas aprovechable resulte para el uso que le
pretendemos dar, ya el otro material a usar será algún tipo de unipack sellante para poder
asegurar las uniones en la trampa de aceite. Es importante que desde la proyección de la
fabricación de nuestra trampa pensemos en que los materiales que escogemos deben
cumplir con los parámetros estrictos de no ser perjudiciales con el medio ambiente, es
decir, que me garanticen un tiempo de uso de lo que pienso construir por bastante tiempo y
que sobre este tiempo siga cumpliendo con su debida función, ya que siempre se deberá
recordar a cabalidad que el sector automotriz y sus desechos son los causantes de una
cantidad considerable de daño ambiental, por tanto al diseñar un elemento que busca
minimizar este daño, también se deberá tener en cuenta que este mismo sea
proporcionalmente amigable con el medio ambiente (Correa, 1994).