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‘Titulo original Publicado en qraduccién de Laia Vi ie ; Ra italiano en sus moradas y en el desting Creia que conocia perfectamente el fondo de mi corazén. Pero nuestra inteligencia, por muy grande ale sea, no puede aprehender los elementos que lo componen y que permanecen insospedhados hast, due, del estado volatil en que se mantienen durante ig mayor parte del tiempo, un fendmeno capaz de aislac. los los somete a un principio de solidificacisn. MarceL Proust I relato de una vida Tequiere muc ero es una virtud que uno aprende por si mismo, aplican- y ejercitandolo en muchas ocasiones (expectativas, plazos, ctos, la educacién de los demés); en cambio, el valor de ho esfuerzo y valor. El - Si la paciencia no eg lo que se dice una cualidad en la que iquemos, podemos convertirla en una cuestién de valor y @ a partir de aquello que hemos sido: que luego, pro- lente, resultard ser lo que ahora somos y lo que seremos Y pasado mafiana, con alguna que otra variacién acci- mpezar, hay que aprender a distanciarse de uno mismo c6mo viviamos en el pasado. De este modo, aprende- lo de una forma’mis sistematica en el presente. Ya 99 de esto y volveremos sobre ello. Sino nos con, que el recuerdo sea efimero, hay que dars« jo pensaba como un programa de «contencis," tilizar un concepto psicoanalitico— que, durante ¢| a 9 de la reconstruccién de los recuerdos, nos s el riesgo de perdernos y dispersarnos. iene evitar esa «sensacién de cansancio y tem, y abrumaba al esctitor francés cuando sentia que: «7 tiempo tan latgo no s6lo habja sido, sin una sola ind ion, vivido y pensado secretamente, no sélo era mi oa jlo era yo mismo, sino que también debia tenerlo a cada mj egado a mi, para que me sostuviera....».! ' ontener el tiempo pasado para mantenerse unido y asi evitar no le sucedia a Pessoa, lamentar luego, no ya «la pérdida» de la hemos hablado Mest OM que las personas queridas— administracién de! or; el suefio de quien encuentra un tiempo pa ti ibir 0 dictar apuntes sueltos de una aut dra, Tecomponer. uerdos para anclarse, para divertirse con un al canibalismo de los demis y de las circuns: €l objetivo supremo. Incluso Pessoa ad: alas bordadoras gracias a la amargura, media porque hay vida». Y explica: lurante lo infinito de la velada. 1 solitari ite lo infinito de se ence ‘mios. No los interpreto, co ee ysase Cartas para saber er: 5 el dest. Koss act gna eg se peer los dedos €stirad, © figuras hs “Senrolio ¢, gélo me preocupo de que gj 08 y se pak corde] -omo, nde. Después, vuelvo la Pulgar ng — an de y ‘yuelvo a empezar. mano y Ja antener 108 propios hilos y co, j ° ns tru 5 darse cuenta, una discipling ate figuras es im, {vo cosmico, como los hemos J} 8 Otganizar fap hemos sido. No es sélo un fee e Ear meaeataE desconstruir geometrias de i de nifios, Ep ae vemos la metdfora d el, pasdndoselas de mang fora de toda existencia S de mang de pocas expenencias esenciales (lo: ae aunque esté combina infinitas gamas. Pero el Si los de Pessoa), prender qué colores entretejen el ikendhitg entonces ¢] de que Ja filosofia del lenguaje nos cali a os siempre pensamos en algo —y lo i a a . 4 le pai O retrospectivo y autobiografico—, se trata a (los hilos) de las que hablamos en presente, pasado Aunque la meta del sabio sea, como en Pessoa, la nada rmidad («sabio es quien mon a la exi 2, tonces cada pequefio incidente tiene un privilegio a. El cazador de Teones no tiene aventuras més allé del .a la ausencia de sen- tanto por el deseo de obtener- por el deseo de desem- cuanto mas mejor, como ellas lo antes posible. er que manipulamos como nos place, que ee nos para poder existir y comun Pu vida es un recipiente de innumeno, todo a> teriales— el fetichista 7 Be Figa todas colecciona. Las Bes y e flores seca guardarlas y conservarlas). .Qu¢ oy ‘a ies testimonios visibles y Palpabi, ; mjardado’y, conservado, UN sign, nt como yahhemos ido viendo, de g,"* 0 Solamente podemos decidir librarnos de gurgimos de la nada. nada si nos damos cuenta, improyie. s ao 0 evocan ——asociadas con Situacig ada, ae mentos que queremos oVidA; PETO, a pesar ge to 5 ee allf en su inercia, para decirnos que tenemo, a na ‘que han entrado en nuestros espacios —Visibles o toe ‘ocultas en alguna parte, mudas o todavia locuaces— y he por si mismas, tal como lo hacen muchos otros fra, a de nuestros yos que reviven cuando intentamos Tecordar no es siempre facil) el lugar donde las CogimOs 0 lag com. bien cuando nos las regalaron. Es suficiente ue, mien, siéis leyendo estas lineas, suspendais la lectura, mics, alrededor o abrdis ese cajén 0 aquella bolsa; enseguid: is a reconstruir la historia de cémo esas cosas llegar, s, y entraréis asi en el mundo del trabajo autobiogrisi:, ntal. Procediendo de este modo, viajando por conss. ic imagenes, os daréis cuenta de que (como ocurre ants tiempo perdido, entre suspiros y nostalgias) est ulta muy agradable. Del espanto que nos sobre. nos decimos: «No he existido, he sido otro, he \i- »,* transitamos, en cuestién de fracciones de s:- progresiva saciedad; y ello, gracias al prodigio obre todo, gracias a la decision de pactarla a ‘demas les puede importar bastante por e 3 de los mimisculos 0 pretenciosos obj evitar desilusiones es una buena 0™ ientemente de nuestro altruismo a stimos por encima de todo 1 8 €n compafifa sobre todo dem est entonces, guardarse para S! ud nas. qué los significados —o4.,. ¥ os a las cosas que fretos, Scur9g pelleza y necesidad, deberia, 08, nae Onscientes — caso los significados que i Set comp, an pondientemente “os emocionan y nos hacen ree lems ae °S por los de- tros hemos inventado? Es ares Tefr com YEN a sus oo. mpletamente en la piel de ibs: Ente que eg fe aquellos que ites sentimientos generosos eae fl risen Poner- s cierto que nuestros amuletos ©™Mpatia y sim aes los .s6lo mantienen su verdad para 1, Objetos de ta ze ae s que los demas hagan lo mj Nosotros mismos pee : wae smo Y que e: s aburran con historias que acab Con lo suyo, para va smenos que —naturalmente i arian Tesultando repel o lado en el momento en que v3S personas hayan tad ibamos, brindabamos 0 amabam, ia —como ante los nifios de Pek ss - 0a—: rn os las geometrias de cordel (los relat OSS ieee esas historias. ra s escribir en cuadernos, e i “ e impresiones biogréficas setae uego, que nos rodean, un habitat de memorias y un teide que las haga hablar y que, a pesar de estar vinculadas os, les permita ser auténomas y valoradas por lo que ; as. Nos faltarian dias para relatar acerca de todas ae, desde la infancia, han girado —aunque en realidad nosotros quienes las han hecho girar— en tomo e han habitado por mucho 0 poco tiempo nuestros s a los encuentros, las fases de la vida, las penas y felicidad, cotidianos 0 extraordinarios. latamos, nos colmamos de cosas y de sentido. A al- mAs serios que nosotros— todo esto es a P masiado poco, tal vez efimero ¢ nica 0 que la historia de Ja memoria humana t culto a Jas cosas (es cl moa 9 jLa lifaday la Horacio Y + podemos inter- de las cosas), re- Ja vida. En los origenes de} a ismo de Marco Aurelio 0 en }, de Epicuro— al ty han rodeado a lo largo de mo —pero ya en el estoic’ jali stumbres ce | i . ir a we ees Ja simplicidad de las pocas coal rroche de ie quiere ser. hacen ser a uno Jo que es 0 eacis io, la identidad de La identidad Deer faa prendas de ropa (que se han cosas —los a picicleta— y de nuestros numero, a Pe eicrataciones yi a? tanto hemos ha i jas estas cosas. i a a acaso aquella pictcicts zo! éAquel CUade, el carmin o aquel pez de acuario? Y oy, {NO Dos SUced mo? Y mafiana, la vejez, ,no estar formada por cosa, eal nte ubicadas en su lugar? Es verdad que las cosas tin j Jdgrimas, porque somos nosotros quienes las hacemos j ) porque no podemos evitar hacerlo cuando las miram, yemos a encontrar después de muchos afios; PErO para deben revivirse en la memoria y deben ser observa, por el pensamiento. Id pues en busca de aquella o 0 vosoiros sabéis que es importante: encontradla y hac t, dadie una voz, interrogadla para saber de donde vino 0 entré en vuestro universo; una imagen se Seguira a of é aparejandose con muchas mas. Con vuestras q construido el tejido de los hilos de Pessoa y, sin di tiréis mejor. Habréis tenido la paciencia de buscarles les una voz sin sentiros estipidos por ello, Por fl ra identidad, acerca de la cual tanto os pregunti is ocupados y expropiados por los demés y habitaréis también otras pequefias identida 20 0 biblioteca interior. ET dig.” todas 8 Ye ib 08 0 | ‘on en determinados momentos de la aton vida en el instante en que adquitt hosotros las clegimos, las heredam por relatar? Quedan las be estados de animo a los cuales te" ‘ 10s. Puesto que no 10 tienen el privilegio de ‘ © a veces demasiado Soe Conservar fj fe col fas personas, lo que conti i como de fp simb6lico Con es05 objetos, Dan Viviend , mas que otras, tienen este Ata educative que cumplieron cuando |q i nos: SiS han grabado en la memoria 4 belleza 0 excentricidad, €s porque su on de la fascinacién de aqueltas regi os, La educacién que recibimos fe gracias @ ellas aprendimos a cam ja, dibujar, hablar de sentimientos 6 ¥ 43 Mee eccasone oe Cosas particulares pue- Bia. ESS Cosas no son sdlo el tes- de esa obra pedagégica, sino que también [a sosti a ¢ aprendimos gracias a ellas (y no sdlo de pee is ya damos por supuesto que en la edad adulta pode euir aprendiendo y creciendo), continian siendo testigos vivimos experiencias que no son iniitiles en absoluto, fectos practicos como de educacién sentimental; esas ‘as son Jas piezas clave de nuestra historia y, como ta- esar de haber olvidado a qué se refieren, contintian Ile- cabo su tarea. que quien pierde completamente la memoria de- lo en todo o en casi todo. y Jas cosas que recordamos, no sélo tiene una fun- ica prolongada, de Ja que s6lo nos damos cuenta st ‘sobre ello; sino que también, como es nuestra ing 0s, invita a cultivar una pedagogia de la memo- aii Ia sacralidad de aquellas expe en st a pesar de que el entido laico, t ‘a de por i ar por a nuestra, es Yi : ect ue s demos reconocel Y ellas circunstancias que po Y 4 pesar de sy mala suerte; Fseonstruir la propia trama 0, un placer histriénico 9 { luc se propone una y ofp, a eros (oes) condenados a recit, aprendido de memoria después de tantgs fn porque las coincidencias se vuelven a ency de pa tida y en ello hallamos consuelo. El ese, ©) Tun Da Afiog Oy tray Titor Che 4 La insoportable levedad del ser, me qj q igo de tal o cual personaje se compone de algu ira Teresa: el cuerpo, el alma, el vértigo, ig Yen 4 Nas deb o. Para Tomas: la levedad, el peso. dag composicién de palabras-clave Mla oy TIT 5 dre. Igunas repeticiones que documen, — la trama de las COSAS esenciaies, ito tales, los sentimientos, Tugares de la vida individual,

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