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REGLA DE ORO

La Regla de Oro es al menos genial. Por dos razones, su brevedad y su


claridad.

Pocas veces se ha tenido algo con tanta profundidad y tanto poder. Se ha


hecho famosa. Se le conoce así, como la Regla de Oro.

¿QUE ES LA REGLA DE ORO¡

Es un principio moral o ético, destinado a exponer la esencia misma del


trato que las personas deben darse entre sí. Claramente se refiere a lo que
debe ser, eso que se llama prescriptivo.

  Este concepto que norma conductas está profundamente relacionado


con la capacidad para  distinguir entre el bien y el mal  y contesta a la
pregunta de  ¿quién define el bien y el mal?. Establece una  ética de sentido
común  accesible a cualquiera y abre la puerta a la idea de la  intolerancia
sabia.

DOS FACETAS

1. El principio del «no»

 La primera, muy simple y primitiva, es la que establece que no


debemos hacer a otros, lo que no quisiéramos que los otros nos
hicieran a nosotros. Esta faceta se centra en lo que no debe
hacerse, eso que debe ser evitado, eso que se considera malo e
indebido. El genio de exponerlo así es que todos pueden entenderlo.

Si usted no desearía que le roben sus pertenencias, por lógica usted se


impone la obligación de no robar a otros. Cuando alguien no considera
adecuado que lo agarren a golpes, como conclusión verá que su propia
obligación es no golpear a otros.
O en caso de que otro no quisiera ser el objeto de burlas y chismes y
mentiras en Internet, entonces que tampoco se burle, ni fabrique chismes,
ni insulte, ni diga mentiras de otros. Es una faceta de la civilidad.

Simetría en las acciones


Es como una regla de simetría de conductas. Yo no quisiera que un
criminal me asesinara, entonces concluyo que yo tengo la obligación de no
matar. Requiere solo un poco de esfuerzo mental, nada que sea
extraordinario. Hasta un político puede entenderlo.

Se trata de cierta manera de entender derechos y obligaciones. Si usted


piensa que tiene derecho a vivir, a poseer el fruto de su trabajo, eso
impondrá en todos, incluyéndolo a usted, la obligación de no dañar a los
otros, ni robarles.

Es un gran principio moral. Es breve y claro, de sentido común. Nadie


puede argumentar ignorancia al respecto, ni decir que no lo entiende. Pero
la Regla de Oro no se queda allí, da un paso extra que es muy valioso.

2. El principio del «sí»


La segunda faceta de la Regla de Oro dice algo que en la superficie suena
igual que lo anterior, pero no lo es.

En la primera faceta, la Regla de Oro dice que no debemos hacer a otros lo


que no quisiéramos que los otros nos hicieran a nosotros. Muy bien, se
trata de no hacer.

 Pero esa segunda faceta dice que debemos tratar a otros como
nosotros sí quisiéramos ser tratados por ellos. Se trata ahora de lo
que sí debe hacerse. Antes eran cosas que no deben hacerse, ahora
son cosas que sí deben hacerse.

Ese es el paso extra que da la segunda faceta y es la manera correcta de


entender a la Regla de Oro.
Si usted quisiera que sus amigos le ayudaran en tiempos difíciles, quizá con
dinero o palabras de aliento, entonces usted debe hacer lo mismo si sus
amigos caen en esa situación.

Bueno, y no solo sus amigos, también cualquier otro que usted sepa está
en esa condición.

Si usted quiere ser tratado con educación y amabilidad y respeto, entonces


usted debe tratar a todos los demás de esa manera. Es lo que lleva a
ser caritativo, compasivo. Es todo eso que se resume en si usted quiere ser
tratado con amor por parte de otros, entonces usted debe tratar a los
demás amándolos.

Tampoco es algo difícil de entender. Está al alcance de todos. No se


necesita leer un tratado de filosofía moral para ver lo razonable que es la
Regla de Oro.

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