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Test Del Animal DX 2
Test Del Animal DX 2
Marco Teórico
Sin embargo no fue esto lo primero que se mide en psicología. Los primeros
esfuerzos estuvieron dirigidos a medir las diferencias individuales y se sitúan a fines del
siglo XIX. Dos corrientes de influencia fueron decisivas para el desarrollo de los
instrumentos destinados a medir estas diferencias: por un lado, los avances de la
psicología científica en el laboratorio de Wundt, donde la primera medición que se
efectúo en psicología fue la sensación; y por otro lado la escolarización universal y el
análisis de las capacidades cognitivas para estos niños.
Es Sir Francis Galton primo de Charles Darwin, entre 1822 y 1911 quien
promueve la eugenesia al concebir la población de manera estadística, entendida como
un conjunto cerrado en el cual una multiplicidad de elementos individuales se regulan
de acuerdo con una ley que no es ni biológica ni cultural, sino matemática. Las
características de la población se captan mediante la norma que permite la
determinación estadística de las poblaciones en términos de la distribución normal de
las desviaciones (Campos y cols, 1998).
Galton recoge algunas de las ideas de Fechner y elabora una teoría de las
habilidades humanas en la que defendía la existencia de una “habilidad mental
general”. Dado que toda la información que nos llega la recibimos a través de los
sentidos, Galton postuló que la habilidad mental general dependía de la precisión,
exactitud y velocidad con la que respondemos a los estímulos del entorno (Campos y
cols, 1998). Galton fue el principal responsable del inicio del movimiento psicométrico y
del interés por la medición de las diferencias individuales (Tornimbeni y cols, 2000).
Por esa misma época, Karl Pearson expuso la conexión entre las diferentes
tasas de fertilidad, la herencia de la inteligencia y eficiencia mediante análisis
estadísticos y expresaba que los programas de ayuda social caridad y filantropía eran
obstáculo que median el funcionamiento de la selección natural. Desarrolla métodos
estadísticos a mediados de los años ochenta y hasta 1936, para el estudio de las
diferencias individuales, sentando las bases para el análisis estadístico con el
coeficiente de correlación, correlación parcial, correlación múltiple y análisis factorial
que se realiza actualmente en la psicología (Tornimbeni y cols, 2000).
Entre los años 1860 y 1944, James McKeen Cattell estaba trabajando con
Wilhelm Wundt en su laboratorio de Leipzig. Cattell se sintió atraído por las ideas de
Galton y desarrolló una serie de pruebas y tareas destinadas a medir tiempos de
reacción, memoria, habilidad para discriminar pesos y tamaños, etc. Pero es Cattell
quien acuñó el término “test mental” para definir este tipo de tareas (Richaud de Minzi,
2005).
La inteligencia se suele definir como una capacidad mental muy general que
implica la aptitud para razonar, planificar, resolver problemas, pensar de modo
abstracto, comprender ideas complejas, aprender con rapidez y aprender de la
experiencia. No se puede considerar un mero conocimiento enciclopédico, una
habilidad académica particular. La inteligencia refleja una capacidad mas amplia y
profunda para comprender el ambiente, darse cuenta, dar sentido a las cosas o
imaginar que se debe hacer (Colom y Mendoza, 2001).
Este autor define la inteligencia general como la capacidad para dar sentido a
situaciones nuevas y para recordar la información pertinente, que al mismo tiempo
exige cualidades tales como el discernimiento y un acervo de información
especializada. Además, se asociaba con la facilidad para pensar en la experiencia
individual y hacer observaciones y extraer principios (Cohen y Swerdlik, 2001). Este
modelo especifica que todas las medidas de las capacidades cognitivas tienen: 1) un
solo factor común g que representa las cantidades individuales del factor común y 2) un
factor especifico único a cada medida particular que representa las cantidades
individuales del factor especifico medido en un test (Richaud de Minzi, 2005).
Esta habilidad fluida puede medirse por medio de reactivos no verbales que por
ende, se hallan menos impregnados de influencias y significados culturales. Y los
resultados que ella aporta permiten el establecimiento de comparaciones entre
miembros de diversos contextos socioculturales que por ende han sido expuestas a
situaciones educativas formales e informales de naturaleza bien disímil (Cayssials,
1998).
Hay que considerar que en los últimos 30 años, la metodología y las técnicas de
elaboración de tests han manifestado un desplazamiento cada vez más marcado de los
sistemas tradicionales de exámenes, fundamentados en la teoría clásica de los tests,
hacia los sistemas adaptativos de evaluación. Esta transición ha sido propiciada por los
desarrollos que han tenido lugar en el contexto de la teoría de los tests y, en particular,
en la teoría de respuestas por ítem, así como por el desarrollo alcanzado por la
tecnología computacional (Tornimbeni y cols, 2000).
Sin embargo, eso no siempre fue así ya que casi hasta mediados del siglo XX los
instrumentos de medición fueron aplicados poco más o menos sin ningún control; esa
situación llevó al surgimiento de innumerables críticas y en muchos casos, a un rechazo
abierto a la utilización de tests.
Las pruebas psicológicas psicométricas deben contar con propiedades como ser,
tipificación, confiabilidad, validez ya que todos esos tests presentan sus resultados en
forma de números, que son los puntajes que los sujetos reciben en su aplicación.
[…] “En caso de utilizar instrumentos con baremos o normas que no se ajustan a
lo anterior, deberán tomar en cuenta este condicionante al momento de interpretar los
resultados. “ADEIP….
Por lo tanto, para adaptar una técnica psicológicas y para construir las propias
normas habrá que disponer de una muestra representativa de la población a la que
pertenecen los sujetos que serán evaluados por medio de instrumentos estadísticos
(Tornimbeni y cols, 2000).
La APA (1992) señala que diferentes tipos de normas pueden ser apropiadas
para el uso de un test dado: normas locales o basadas en el muestreo de la población o
grupo especifico de un determinado lugar, normas estatales o regionales y normas
basadas en una amplia variedad de calificaciones ocupacionales y educativas. Al tener
en cuenta la importancia de de las normas, se construyen baremos, que son conjuntos
de normas que se emplean para evaluar un grupo de personas empleando las
puntuaciones obtenidas por otro grupo de sujetos, llamado grupo normativo. Los
baremos han sido conceptualizados según Grasso (1994) como tablas de equivalencia
entre puntuaciones originarias y transformadas que permiten la comparación de los
resultados individuales con los de un grupo de referencia (Tornimbeni y cols, 2000).
Una validación ideal incluye varios tipos de evidencia que comprenden las tres
tradiciones: validez de contenido, validez de concepto y validez de criterio; la
importancia de cada categoría de validez depende de la finalidad que tenga la
aplicación del test (Tornimbeni y cols, 2000).
El test MPR:R-G tiene una amplia validez predictiva, dado que sus reactivos han
sido diseñados para resultar atractivos, y su distribución en series impide, generalmente
que se suscite cansancio en los examinados; además, proporciona la mayor parte de la
información útil que se puede obtener con los tests de inteligencia global (Raven y
Court ,1993)
Por otro lado, al hacer uso de tests y técnicas es preciso investigar acerca de su
validez cuando se los emplea en sujetos pertenecientes a una cultura diferente de
aquella en la cual surgieron y muy en particular cuando se los administra a sujetos que
no tienen una escolarización sistemática (Contini, 2006b)
En este sentido, hay que tener en cuenta que las Matrices han sido objeto de
una enorme cantidad de trabajos de validación y de adaptación transcultural que han
mostrado buenas propiedades psicométricas, tanto en el marco de la Teoría Clásica de
los Test como en el de la Teoría de Respuesta a Ítems (Liporace, y cols, 2004).
Por lo tanto, el test MPR:R-G como todas las pruebas psicológicas debe cumplir
con los requisitos impuestos por la APA para la administración y adaptación de la
misma, es decir, que es necesario considerar la importancia tanto en su aplicación en
función de las diferencias interculturales, idioma, y culturas originarias y aquellas
poblaciones en las que se pretende administrar esta prueba, como así también sus
propiedades psicométricas como ser validez, confiabilidad y baremación (APA, 1992).
Para no sesgar de entrada el uso de estos tests, hay que asegurarse de que su
traducción/adaptación sea la adecuada, ya que los puntajes obtenidos de los test no
pueden ser independientes de la información cultural (Muñiz y Hambleton, 1996).
Flynn (1987) muestra los efectos del ambiente sobre los puntajes de las Matrices
Progresivas, exponiendo que en muchas partes del mundo, los puntajes han ido
creciendo a razón de más o menos una desviación estándar por generación. Los
incrementos de Flynn solo pueden atribuirse a causas ambientales (Raven y Court,
1993).
No obstante, hay que subrayar que Las Matrices Progresivas fueron destinadas
para medir la capacidad eductiva de un modo que, aunque esencialmente dependiente
de constructos y símbolos adquiridos, produjera puntajes contaminados lo menos
posible de variaciones interpersonales y grupales, como así también de familiaridad con
símbolos portadores de significados culturales. (Raven y Court, 1993)
Por lo tanto, los test informatizados hacen referencia a tests que, existiendo en
formato de papel y lápiz se trasladan a soporte informático, siendo presentados los
mismos ítems y con la misma secuencia de presentación a todos los individuos. Se
pretende con esto optimizar diferentes aspectos del proceso de aplicación-corrección-
interpretación de un test (Pérez Gil, 2005).
En los últimos veinte años Los test Adaptativos Informatizado han evolucionado
de ser un concepto prometedor para convertirse en una realidad aplicable a la práctica.
Ya no se trata únicamente de buscar equivalencia de ambas versiones, sino de superar
al test original produciendo una administración a medida que selecciona cada nuevo
ítem en función de los resultados de la performance previa. El sujeto responde hasta
satisfacer una regla de terminación basada, según cada test, en un número prefijado de
ítems, un nivel preestablecido de error de medición, o una combinación de ambos
indicadores (Vertery, 1999b). En este sentido, cabe resaltar la aparición de los test
Adaptativos Informatizados como un antecedente importantísimo para la evaluación
psicológica en los últimos tiempos, aunque hay que considerar que en nuestro trabajo
la informatización del Test de Raven no esta basada en la Teoría de los Test
Adaptativos sino en los test convencionales informatizados.
Incorporar a nuestro quehacer los recursos que nos proveen los desarrollos
informáticos en los últimos años es de suma importancia, considerando que se ha
desarrollado una amplia variedad de paquetes estadísticos (SPSS, SAS, entre otros)
que incluyen rutinas y menúes adecuados para resolver problemas de investigación en
este dominio (estudios correlaciónales, análisis factorial, generación de bases de datos,
etc.) Al mismo tiempo, estas herramientas forman parte de los procesos estadísticos ya
sean de validación, baremación etc. al ser utilizadas para calcular los estadísticos
pertinentes (medias, desviaciones típicas etc) de investigaciones que se realizan.
En nuestro país existen hoy en día, valores culturales heterogéneos entre las
regiones que integran el territorio argentino y es por esto que surgen investigaciones
con el fin de adaptar las técnicas y así poder cumplir con principios éticos establecidos
(Casullo, 1999).
Por otro lado Contini (2006a) propuso el baremo para el Test de Bienestar
Psicológico, en su trabajo denominado “Pensar la Adolescencia de Hoy” para La
República Argentina, en busca de nuevos baremos que beneficien a la evaluación
psicológica en el ámbito de la psicología.
En el noroeste del país, también podemos hacer referencia a los estudios
realizados en Jujuy por Langellotti y Martos Mula (2007) con la Baremación del DAT
(Test de Aptitudes Diferenciales) en el cual se hicieron aportaciones sobre un baremo
intrainstitucional siguiendo los lineamientos de las técnicas psicológicas y normas éticas
al encontrarse que la técnica estudiada se hallaba influida por las diferencias culturales.
Otra investigación de mucha importancia realizada por Martos Mula y cols (2008)
es referida al “Poder Predictivo del DAT en el ingreso a la universidad: creación de
categorías y contraste entre baremos”, donde se llego a la conclusión de que el baremo
de Jujuy es más sensible a cualquier efecto de las diferentes aptitudes sobre el
rendimiento en el ingreso a la UCSE-DASS; y las diferentes carreras vendrían
asociadas a la prevalecía de determinadas aptitudes la cual es un aporte de mucha
riqueza para la evolución psicológica en este medio.
Hay que considerar que esta técnica, fue sometida a varias investigaciones en
sus versiones tanto La Escala Coloreada, La Escala General y la Escala Avanzada.
Muchos estudios se llevaron en diversos países haciendo uso de esta técnica; entre
ellos podemos nombrar el Trabajo de Quiroz y cols (1997) donde proponen un “Baremo
para la Escala Coloreada de las Matrices Progresivas de Raven en niños de Educación
Primaria de la Ciudad de Cusco”.
Por otro lado, los estudios realizados en Argentina por Cayssials y cols (2001)
sobre “La Escala Avanzada la Construcción de un Baremo y la constatación del Efecto
Flynn”, donde se realiza una rebaremización de los datos relevados en 1993,
agregándose los baremos de la ciudad de la Plata (Argentina) propuesto por Rossi
Casé y cols (2000) y los de Aguascalientes (México) trabajo realizado por Méndez
Sánchez, (2001); así como también el baremo de Montevideo (Uruguay) (Ardoino y
cols, (2004); este ultimo solo se realizó para la Escala General del Test de Raven.
En este sentido cabe destacar el trabajo de Pérez Gil (2005) donde se realizo un
estudio de los test que se ofertan, usando como fuente dos catálogos, el Psymtéc y en
el catálogo de TEA ediciones 2004. En el análisis realizado se ha encontrado un gran
número de test que miden aptitudes ya sean específicas o generales, en concreto son
92 test los que se han hallado. Otra de las áreas más estudiadas es la de la
inteligencia, en esta se han encontrado 53 instrumentos. A esta área le sigue la de
personalidad en la que se incluyen 52 instrumentos, cuestionarios clínicos situamos 43
tests o escalas. Por último las áreas que cuentan con un menor número de tests son la
pedagógica, neuropsicológica y clima laboral, en la pedagógica situamos un total de 35,
en la neuropsicológica 31 y en clima laboral 17 instrumentos.