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Revaluación de Activos, aspecto fiscal y contable.

La revaluación.
La revaluación de activos es el procedimiento necesario para llevar a cabo la adecuación
entre los valores reales y los expresados en libros cuando la discrepancia ha llegado a un
punto en el que los valores en libros carecen de significación y objetividad
Aspecto fiscal.
La Ley 11-92 del 16 de mayo del 1992, (Código Tributario) en su artículo 268, Párrafo II. El
cual fue (Agregado por la Ley No. 253-12, de fecha 09 de noviembre del 2012) hace
mención que constituye Renta, todos los incrementos de patrimonio cuyo origen no pueda
ser justificado y todos los bienes o derechos de propiedades o adquisiciones que no se
correspondan con la renta o patrimonio declarado por el contribuyente, por lo que
constituyen rentas no declaradas. Los incrementos de patrimonio a los que se refiere el
presente párrafo no podrán ser justificados con beneficios u utilidades provenientes de
actividades ilícitas.
La Ley del Impuesto Sobre la Renta grava los ingresos provenientes del capital, del trabajo y
de la combinación de ambos, entendiéndose como ingreso toda clase de rendimiento,
renta, utilidad, intereses, provecho, producto, participación y en general, cualquier
percepción en efectivo, valores, especie o en crédito que modifique el capital del
contribuyente.

Partiendo de lo anterior podría pensarse que la revaluación de activos representaría ingreso


para la entidad, sin embargo no es así, pues el reglamento 139-98 en su artículo 95, dando
el tratamiento para la depreciación de los activos hace mención que las revaluaciones no
deben ser consideradas para la depreciación, por ende tampoco tributan como renta, de
este hecho parte que los formularios del Impuesto Sobre la Renta, (anexos D1, D2) para
calcular los ajustes por inflación a los activos, para el provecho del gasto de depreciación
están diseñados para segregar las revaluaciones de activos existentes, esto le permitirá que
la empresa concilie lo registrado de acuerdo a las NIIF con lo de acuerdo al Código tributario
(ley 11-92).
Aspecto contable.
El objetivo principal de las NIIF para Pymes en general, es que los estados financieros con
propósito de información general de una entidad proporcionen información veraz y
objetiva sobre la situación financiera, el rendimiento financiero, los flujos de efectivo de la
entidad y que sea útil para la toma de decisiones económicas de una gama amplia de
usuarios (por ejemplo, inversionistas, el Estado, bancos y otros acreedores actuales y
potenciales).
El objetivo de la Sección 22 Pasivos y Patrimonio, es establecer los principios para clasificar
los instrumentos financieros emitidos por una entidad como pasivos o como patrimonio, y
para contabilizar los instrumentos de patrimonio emitidos para las partes que actúan en
calidad de propietarios, para partir de este supuesto es muy importante conocer a que
llamamos patrimonio, ya que este es la participación residual en los activos de una entidad,
una vez deducidos todos sus pasivos.
Un pasivo es una obligación presente de la entidad, surgida a raíz de sucesos pasados a su
vencimiento, y para cancelarla, la entidad espera desprenderse de recursos que incorporan
beneficios económicos.
La Sección 22 establece una excepción para los instrumentos con opción de venta y los
instrumentos que imponen a la entidad una obligación de entregar una participación
proporcional de los activos netos solo en el momento de la liquidación.
Las Normas Internaciones de Información Financiera (NIIF) requieren que los activos se
registren al costo, pero para los activos fijos permiten dos modelos: El modelo del costo y el
modelo de revaluación.
En el primer modelo se presentan los activos fijos a su costo histórico menos la depreciación
acumulada y las pérdidas acumuladas por deterioro. En este modelo no hay ningún ajuste
por el incremento en el valor debido a las cambiantes circunstancias.
A su vez, las Normas de Información Financieras (NIF), publicadas por el CINIF indican que
todo activo deberá ser registrado a valor razonable, término que define como “El precio que
se recibiría al venderse un activo o se pagaría por transferir o liquidar un pasivo en una
transacción ordenada entre participantes del mercado, a la fecha de valuación.”
En el segundo modelo de revaluación, el activo se registra al costo, pero posteriormente su
valor en libros se ve modificado por la apreciación de valor al ser llevado a su razonabilidad.
Sencillamente el modelo de revaluación permite un ajuste tanto a la baja como al alza en el
valor de un activo fijo, mientras que el modelo de costo solo permite el ajuste a la baja a
causa del uso o deterioro de los mismos.
Bajo el modelo de revaluación, las NIIF permiten que estas se realicen de manera regular, de
manera que el valor en libros no difiera del valor razonable a la fecha del balance.
Si el resultado de la revaluación trae un incremento en el valor, se deberá acreditar el
patrimonio por Superávit por revaluación, a menos que represente la reversa de un
decremento en la revaluación del mismo activo, donde a esto se le llamaría Gasto y/o
Pérdida

Este Superávit por revaluación es solamente existente en los libros de contabilidad, puesto
que como hemos explicado, no representa un valor real para fines fiscales (Renta).
Ejemplo:
El 31 de diciembre de 2016, la compañía lleva a cabo un ejercicio de revalorización de un
edificio cuyo valor es RD$8, 500,000.00 de los cuales se les determino por medio de una
revaluación de activos un valor razonable de RD$.15, 000,000.00,
El valor en libro a la fecha es de $ 8, 500,000.00 determinando que el ajuste por revaluación
es de $ 6, 500,000.00 Se registrará por el siguiente asiento:

Cuenta Débito Crédito


Edificio 6, 500,000.00
Superávit por revaluación 6, 500,000.00

Para La depreciación en periodos posteriores a la revaluación, no se considerara como


gastos para fines fiscales, pero si para fines de registros por lo que dará como resultado
discrepancias por lo que se debe tener siempre pendiente que no sea considerada, más aun
si la empresa registra su gasto de depreciación por el método de línea recta tal y como lo
establecen la NIIF.
Conclusiones.

En términos contables:
La revaluación de activos fijos es una medida adaptada por las NIIF, que no es obligada a
realizarla y además, no surte efectos fiscales.
Realizarla depende de la entidad para tener razonabilidad de la información financiera con
la finalidad de obtener ventajas de presentación con el objetivo de mejorar las posibilidades
de crédito en consideración a la banca, y con relación a los inversionistas.

En Términos Fiscales y en conciliación con las NIIF.

1-Impuestos sobre activos.


La revaluación de activos no norman parte de los activos imponibles para tributar por el 1 %
a los activos, por lo que se le restan al total de los activos, el formulario está diseñado para
su reverso.
2-Llenado del anexo D2, para determinar el ajuste por inflación
La revaluación de activos tampoco forma parte de los activos fiscales, por lo que se le deben
de restar, el D2, está diseñado para esto.
3-Efectos de la deprecación.
La revaluación no forma parte de adiciones para calcular a depreciación para fines fiscales,
por lo que no se consideran ni en el D1, (Activos depreciables categoría 1), tampoco en el D
(activos depreciables categoría 2 y 3).
Cualquier diferencia, entre el método de la DGII y las NIIF, se concilian en el IR2, como
ajustes fiscales (exceso y/o deficiencia en depreciación).
4-Impuesto diferido.
No crea impuesto diferido, ya que es una diferencia permanente que no se revierte en el
futuro.

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