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DSM V - Comorbilidad
DSM V - Comorbilidad
En los del TDAH los trastornos comorbidos son frecuentes a sus sintomas. Entre la población
general, el trastorno negativita desafiante concurre con el TDAH en aproximadamente la mitad de
los niños con presentación combinada y en cerca de una cuarta parte de los niños y adolescentes
con presentación predominantemente inatenta.
El trastorno de conducta concurre en aproximadamente una cuarta parte de los niños y los
adolescentes con presentación combinada, dependiendo de la edad y el contexto. La mayoría de
los niños y los adolescentes con trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo tiene
sintomas que también cumplen los criterios del TDAH; un menor porcentaje de niños con TDAH
tiene sintomas que cumplen los criterios del trastorno de desregulación disruptiva del estado de
ánimo. El trastorno especifico del aprendizaje frecuentemente concurre con el TDAH. Los
trastornos de ansiedad y el trastorno de depresión mayor ocurren en una minoría de individuos
con el TDAH, aunque más frecuentemente que en la población general. El trastorno explosivo
intermitente ocurre en una minoría de adultos con TDAH, pero a niveles por encima de los que
presenta la población general.
Aunque los trastornos por consumo de sustancias son relativamente más frecuentes entre los
adultos con TDAH que entre la población general, los trastornos están presentes solamente en una
minoría de adultos con TDAH. En los adultos, el trastorno de la personalidad antisocial y otros
trastornos de la personalidad pueden concurrir con el TDAH. Otros trastornos, que pueden
concurrir con el TDAH, son el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de tics y el trastorno del
espectro autista.
El trastorno especifico del aprendizaje concurren frecuentemente con un trastorno del
neurodesarrollo (p. ej., TDAH, trastornos de la comunicación, trastorno del espectro autista) u
otros trastornos mentales (p. ej., trastornos de ansiedad, trastornos depresivo y bipolar). Esta
comorbilidad no excluye necesariamente el diagnostico de trastorno especifico del aprendizaje'
pero si puede dificultar la realización de pruebas y el diagnostico diferencial, porque cada uno de
los trastornos concurrentes interfieren independientemente en la realización de las actividades
cotidianas, incluido el aprendizaje. Por tanto, es necesaria la valoración clínica para atribútales
deterioros a las dificultades de aprendizaje. Si hay alguna indicación de que otro diagnostico
pudiera explicar las dificultades para aprender las aptitudes académicas esenciales que se describa
en el Criterio A, no se debería diagnosticar el trastorno especifico del aprendizaje.
Los trastornos del desarrollo de la coordinación que frecuentemente concurren con el son el
trastorno fonológico y del lenguaje, el trastorno especifico del aprendizaje (especialmente, lectura
y expresión escrita), los problemas de inatención, incluido el TDAH (la afección concurrente más
frecuente, con una concurrencia de aproximadamente el 50 %), el trastorno del espectro autista,
los problemas conductuales aisruptivos y emocionales, y el síndrome de hiperiaxitud articular. Se
pueden presentar diferentes grupos de concurrencia (p. ej., un grupo con trastornos graves de
lectura, problemas motores finos y problemas para escribir a mano; .otro grupo con deterioro del
control de los movimientos y de la planificación motora). La presencia de otros trastornos no
excluye el trastorno del desarrollo de la coordinación, pero puede dificultar las evaluaciones e
interferir de forma independiente en la realización de actividades de la vida cotidiana, por lo que
se requerirá la valoración del examinador para atribuir el deterioro a las habilidades motoras.