Prehistoria Del Pueblo Maya Desde La Epoca Prehispanica Hasta La Actulidad

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PREHISTORIA DEL PUEBLO MAYA DESDE LA EPOCA PREHISPANICA HASTA LA ACTULIDAD

Los mayas crearon una civilización que a través de los siglos


experimentó una serie de cambios. Formaron grupos
diferenciados por su posición económica, por su trabajo o
actividad principal, por su pertenencia a determinadas
familias dentro de la estructura religiosa y política. Edificaron
maravillosas obras arquitectónicas; elaboraron excelentes
piezas de joyería, escultura y alfarería. Por otra parte,
realizaron observaciones astronómicas de las que dejaron
constancia e inventaron y diseñaron un sistema calendárico
de gran precisión. Aunque no contaron con animales de carga
y tiro para el desarrollo de su trabajo, ni con vehículos
rodantes e instrumentos metálicos para la práctica intensiva
del comercio, combinaron múltiples posibilidades de
transporte a través de ríos, costas, senderos e incluso
construyeron anchas y largas calzadas de piedra.
Cimentaron el avance en dos aspectos fundamentales: un
profundo conocimiento del medio ambiente y una notable
calidad de las actividades humanas.
Crearon sistemas de agricultura intensiva como los campos levantados, las terrazas agrícolas y las huertas frutales. Inventaron también ingeniosos
sistemas de captación y almacenamiento de agua pluvial como los canales, las aguadas y los chultunes o depósitos subterráneos.
Las evidencias más antiguas de su cultura han sido fechadas en Cuello, Belice, y en Loltún, Yucatán, en el periodo Formativo o Preclásico (2000 a.C.
– 100 d.C.). Uno de los mejores ejemplos de ese momento inicial es la serie de construcciones, monumentos esculpidos y textos jeroglíficos de Izapa,
Chiapas, aunque los orígenes mayas también han sido detectados con claridad en otras localidades como Abaj Takalik (Guatemala) y Chalchuapa (El
Salvador).
Entre los años 100 y 250 de nuestra era (periodo Protoclásico) parece haber ocurrido una transición, de la cual se desarrolló plenamente la
civilización maya. Las aldeas crecieron en extensión, demografía y complejidad, surgiendo así las primeras grandes ciudades como Dzibilchaltún,
Calakmul y El Mirador.
Al igual que en ellas, en muchos otros lugares se construyeron enormes basamentos sobre los cuales se erigieron templos, palacios, edificios, juegos
de pelota e inmuebles para diversos propósitos.
Las construcciones comúnmente llamadas pirámides, en realidad fueron templos o santuarios dedicados a una o varias deidades. Tal es el caso del
Edificio de los Cinco Pisos, en Edzná; el Nohoch Mul en Cobá, El Adivino en Uxmal, el Templo de Las Inscripciones en Palenque, o los elevados
templos de Tikal.
Los gobernantes de las ciudades vivían en la parte central, en lo que hoy llamamos “palacios” por analogía con las sociedades europeas.
Construcciones de varias habitaciones, techadas con arco falso o bóveda maya, en ocasiones provistas de banquetas para descansar o pernoctar, y con
nichos y salientes para guardar o colgar diversos objetos. Recuérdense el Cuadrángulo de las Monjas y el de las Palomas, en Uxmal; la Estructura III
de Calakmul; la Acrópolis Central de Tikal o los palacios de Comalcalco, Sayil, Labná y Palenque.
Los juegos de pelota, el más grande hasta hoy reportado es el de Chichén Itzá (cuenta con 13), eran un acontecimiento sagrado, con marcado sentido
religioso, mitológico y simbólico, en el que aparentemente se enfrentaban fuerzas opuestas pero complementarias como el día y la noche, el bien y el
mal, deidades de oriente y del occidente.
En contraste, la población no tenía acceso a los conocimientos, y se dedicaba fundamentalmente a producir alimentos, artículos de consumo o a
prestar su fuerza de trabajo para diversas obras públicas bajo el control de funcionarios que formaban una amplia red burocrática.
La época de esplendor maya ocurrió durante los siglos III al X de nuestra era, en el periodo Clásico, subdividido en Temprano (250 – 600) y Tardío
(600 – 900/1000), el cual a pesar de que varió de una región a otra, permitió enmarcar el mismo auge o mayor desarrollo de la región, la política, la
economía, las ciencias y las artes de los mayas antiguos.
La deidad principal fue Itzamná, “Casa de iguanas”, creadora de todo lo existente y representada por un monstruo celeste en el que se funden
atributos del sol, de reptiles, de la tierra, de la muerte y de la vegetación. Es una especie de resumen y crisol de todos los principios: la vida y la
muerte, la luz y la oscuridad, la abundancia y la escasez.
Entre los conocimientos científicos más sobresalientes del pueblo maya antiguo tenemos la elaboración de un calendario sumamente exacto. La
contabilidad se realizaba mediante un sistema vigesimal representado con puntos y barras, y cuyo valor variaba según el lugar donde se colocaran.
Para el calendario, crearon dos ciclos o cuentas de días a los que llamaron haab y tzolkín. El primero medía los movimientos de nuestro planeta con
respecto al sol y el segundo tenía un fuerte sentido religioso, haciendo las veces de un almanaque sagrado. La combinación de ambos ciclos les
permitió tener una unidad de tiempo mayor: 52 años (por algunos llamado Cuenta Corta). Sin embargo, necesitaban un calendario que registrara su
pasado, su presente y su futuro. Fue así como crearon la Cuenta Larga o Serie Inicial integrado por 13 grandes periodos o katunes. Cada uno de esos
periodos tenía alrededor de 394 años.
Los astrónomos elaboraron también estudios del movimiento de la luna; cálculos acertados para gran cantidad de eclipses solares y lunares;
observaron el movimiento de otros cuerpos celestes como Venus o Marte; y dieron nombre a las constelaciones, las Pléyades fueron vistas como el
cascabel de una serpiente y Géminis era la Tortuga.
La escritura les permitió registrar los sucesos relevantes de la vida de los gobernantes y algunos asuntos esotéricos. Entre los años 900 y 1000 de
nuestra era las estructuras del poder maya sufrieron un fuerte resquebrajamiento. Es posible que a ello contribuyeran factores como la sequía, las
enfermedades y las plagas. Pero de lo que sí tenemos certeza es que tuvieron lugar incursiones y actos de expansión de otros pueblos mayas que antes
no se habían manifestado con fuerza.
En los periodos llamados Postclásico Temprano (1000 – 1200) y Postclásico Tardío (1200 – 1450) la cultura maya experimentó transformaciones que
se tradujeron en el abandono de las formas típicas de la cerámica y de la arquitectura. Surgieron también formas de gobierno menos rígidas y nuevas
unidades políticas, si bien ninguna tuvo la fuerza hegemónica o la vasta área de influencia de los siglos anteriores.
Algunas de las antiguas ciudades sufrieron giros políticos y económicos que originaron cambios demográficos importantes. Algunos ejemplos serían
Cobá, Ek-Balam, Izamal y Edzná. En otras regiones aparecieron nuevos asentamientos: Itlamkanac (o El Tigre, en Campeche), mayapán y Tulum,
entre otros.
Este nuevo escenario fue el que encontraron los europeos, su presencia introdujo cambios drásticos que alteraron profundamente la forma de vida
en el mundo maya. No obstante, el proceso de transición fue largo y con violencia frecuente por ambas partes, pero al final imperó un nuevo modo
de organizar y de hacer las cosas: el mundo maya colonial.

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