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ACUERDO

En la ciudad de La Plata, a 29 de marzo de 2017, habiéndose establecido, de conformidad con


lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores
Pettigiani, Negri, Kogan, de Lázzari, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia
en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 119.426, "D. , R. V.
contra S. , M.A. . Acción de petición de herencia".

ANTECEDENTES

La Sala II de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Azul


confirmó parcialmente la sentencia de primera instancia, modificando el capital de condena, el
cual redujo a la entrega de 367 has. del establecimiento "La Clemencia" y la fecha a partir de la
cual debían restituirse los frutos, estableciéndosela el día de notificación de la demanda (fs.
498/510).

Se interpuso, por la demandada, recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 520/530


vta.).

Oído el señor Subprocurador General, dictada la providencia de autos, habiéndose conferido


traslado a las partes en atención a la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial de la Nación
(fs. 588), el que fue contestado a fs. 592/vta., y encontrándose la causa en estado de pronunciar
sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente

CUESTIÓN

¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley?

VOTACIÓN

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo:

I. La señora R. V. D. inició la presente acción de petición de herencia, preterición (dada la


existencia de testamento) e integración de la legítima contra los herederos instituidos en los
autos caratulados "C. , J.C. . Sucesión ab intestato y testamentaria" (exp. 52.345, que tengo a la
vista): G. C. M. C. y M. A.S. .

Expresó en su escrito de inicio que en la causa "D. R. V. contra D. P.V. . Impugnación de


paternidad y reconocimiento de filiación extramatrimonial" (exp. 53.664) peticionó el
reconocimiento de su calidad de hija extramatrimonial del causante, solicitando que una vez
firme la decisión en aquellas actuaciones se corriese traslado de la demanda (fs. 53/66).

A fs. 193/195 se acreditó el dictado de la sentencia en los referidos autos, en virtud del cual
se desplazó a P. V. M. D. como padre de R. V.D. , emplazando en tal carácter a J. C.C. ,
disponiéndose, en consecuencia, el reemplazo del apellido D. por C. .

Con posterioridad, la actora adecuó y reformuló su demanda, desistiendo expresamente de


toda acción y/o derecho contra G. C. M.C. , denunciando que en la citada causa "C. , J.C. .
Sucesión ab intestato y testamentaria" el heredero G.C. , en el marco de un acuerdo, entregó la
cuota legítima que le pertenecía a la aquí accionante por todo concepto, es decir, no sólo lo que
le correspondía colacionar por los bienes de la sucesión sino también por los bienes donados
por el causante.
En virtud de tales consideraciones y dado el incumplimiento de la coheredera M. A.S. ,
expresó que proseguía la acción de petición de herencia, preterición y reducción de la partición
por ascendiente dispuesta por el causante Don J. C. C. en el testamento ológrafo, exclusivamente
contra esta última. A los fines de esclarecer la cuota parte que le correspondía procedió a
detallar los bienes relictos (fs. 208/216 vta.).

El Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial N° 4 del Departamento Judicial de Azul


resolvió hacer lugar a la demanda, condenando a M. A. S. de C. a restituir y/o entregar 385 has.
del predio "La Clemencia" y a abonar la suma de pesos equivalentes a u$s 15.260, calculados a
la cotización del dólar vendedor del Banco de la Nación Argentina del día anterior a la fecha del
efectivo pago, con más los intereses allí estipulados (fs. 423/435 vta.).

II. Apelado dicho pronunciamiento por la demandada, la Cámara de Apelación interviniente


confirmó parcialmente la sentencia de primera instancia, modificando el capital de condena, el
cual redujo a la entrega de 367 has. del establecimiento "La Clemencia" y la fecha a partir de la
cual debían restituirse los frutos, estableciéndosela el día de notificación de la demanda (fs.
498/510).

III. Frente a esta decisión, la demandada interpone recurso extraordinario de inaplicabilidad


de ley mediante el cual denuncia la violación y errónea aplicación de los arts. 3524, 3528, 3591
y siguientes del Código Civil y del art. 68 del Código Procesal Civil y Comercial (fs. 520/530 vta.).
En rigor, son materia de impugnación tres aspectos de la sentencia recurrida, a saber: a) el
erróneo encuadre jurídico efectuado por la alzada toda vez que -a su juicio- el caso de autos
debe enmarcarse en el ámbito del art. 3528 del Código Civil, en tanto dispone que será de ningún
efecto la partición testamentaria que no ha sido realizada entre todos los hijos existentes al
tiempo de la muerte del ascendiente (fs. 521/524 vta.); b) la violación del art. 3591 del Código
Civil, en virtud de un error en el cálculo de la legítima global, por cuanto se ha efectuado una
"quita anticipada" de la masa al reconocer -y detraer de la misma- una mejora al coheredero G.
C. que no ha sido tal, extendiéndola al máximo legal de la porción disponible (fs. 524 vta./529)
y c) el quebrantamiento de las pautas prescriptas en el art. 68 del Código Procesal Civil y
Comercial, al establecer la imposición de costas (fs. 529 vta./530).

IV. El recurso no prospera.

1. De manera liminar, he de reseñar las acciones de familia y sucesorias que han sido iniciadas
-vinculadas a la presente- destacando ciertos aspectos que han sido objeto de juzgamiento y
cuyo conocimiento resulta indispensable a los fines de analizar adecuadamente la cuestión cuya
resolución aquí nos convoca:

i. "D. , R. V. contra Sucesores de D. , P. V. M. y otro. Acción de impugnación y reclamación de


filiación extramatrimonial" (exp. 53.644) iniciado ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil
y Comercial N° 4 del Departamento Judicial de Azul el día 24 de noviembre de 2000.

En estos autos se dictó sentencia el 23 de abril de 2009 -hoy firme- haciendo lugar a la
demanda, desplazando a P. V. M. D. como padre de R. V. D. y emplazando en tal carácter a J. C.
C. disponiendo, consecuentemente, el reemplazo del apellido D. por C. .
El emplazamiento en el estado de familia no ha sido controvertido en autos.

ii. "C. , J.C. . Sucesión ab intestato y testamentaria" (exp. principal, 52.345) articulado ante el
Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial N° 4 del Departamento Judicial de Azul, el
20 de octubre de 2005.

De dicho juicio surge que el causante en virtud del testamento ológrafo protocolizado a fs.
57/58 ha efectuado la partición de sus bienes, manifestando a su vez que no cuenta con más
descendencia, adjudicando a M. A. S. el campo "La Clemencia" del partido de Azul y a G. C. M.
C. los campos "San José" -sito en el partido de Rauch- y "La Haydee" -ubicado en el partido de
Azul- y el departamento de la calle San Martín 475, 2do. D (v. fs. 19/vta.).

En la cláusula cuarta del testamento dispuso que "en caso de que la adjudicación a mi hijo G.
C. M. C. excediera su legítima será imputado a mi porción disponible estableciéndose la mejora
a su favor por el monto que excediera hasta quedar firma la adjudicación" (v. fs. 19 vta.).

El testamento fue declarado válido a fs. 61.

El día 28 de diciembre de 2010 se presentaron espontáneamente R. V. D. y G. C. M.C. ,


manifestando que arribaron a un acuerdo transaccional (arts. 832 y sigtes., C.C.) con el objeto
de extinguir las obligaciones emergentes del nuevo estado de familia en tanto se reconoció su
carácter de heredera en la presente sucesión, acompañando un ejemplar firmado por las partes.
Del mismo surge que G. cedió y transfirió a R. derechos y acciones hereditarios que le
correspondían al primero y se comprometió al pago de cierta suma de dinero y, como
contrapartida, R. la heredera preterida, acordó que continuaría ejerciendo la acción de petición
de herencia pero limitando su pretensión a la reducción de la partición por ascendiente,
adecuando la demanda en lo pertinente, la que dirigiría sólo contra la coheredera M. A.S. ,
desistiendo irrevocablemente con relación a G. de toda acción promovida y derecho ejercido (v.
fs. 361/368).

iii. "S. de C. , M. A. contra C. , G. C.M. . Colación y complemento de la legítima" (exp. 54.805,


que tengo a la vista), promovido ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial N°
4 del Departamento Judicial de Azul el día 22 de mayo de 2006, que tengo a la vista.

En estas actuaciones la actora persiguió el cómputo en la masa partible del valor de las
donaciones que el causante hizo en vida al demandado y la imputación a su propia porción
hereditaria con el objeto de igualar a ambos herederos forzosos (cónyuge e hijo del de cujus) en
proporción a sus cuotas, "excepto la mejora que el causante efectuó por disposición
testamentaria a favor de su hijo, limitada, obviamente a la proporción que el ordenamiento legal
lo permite" (v. demanda: fs. 100/vta.).

La sentencia de primera instancia, luego de precisar que el cónyuge supérstite no podía


demandar la reducción de donaciones hechas por el causante antes del matrimonio (art. 1832
inc. 1, C.C.), admitió la acción de colación sólo por el inmueble denominado "Los Gauchos",
rechazándola con relación a los restantes bienes involucrados. Destacó, además, al momento de
computar el valor de los bienes relictos y las porciones legítimas individuales de los coherederos,
que la porción disponible del causante (1/5) debía atribuirse a G. C. M. C. (v. fs. 388/395).

Este pronunciamiento fue confirmado -en lo principal- por la Sala II de la Cámara de Apelación
en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Azul con fecha 13 de septiembre de 2011 y
se encuentra actualmente firme, conforme surge de fs. 477/497 y fs. 531/vta.
iv. "S. , M.A. . Incidente" (exp. 56.886) entablado ante el Juzgado de Primera Instancia en lo
Civil y Comercial N° 4 del Departamento Judicial de Azul, el día 21 de noviembre de 2011.
En esta oportunidad M. A. S. promovió incidente de nulidad de la partición testamentaria
realizada por el causante J. C. C. por testamento de fecha 5 de octubre de 1998, solicitando que
se la declare de ningún valor y, en consecuencia, se prosiga el juicio sucesorio principal como ab
intestato, particionando y adjudicando oportunamente el acervo hereditario total de acuerdo a
los porcentajes y procedimientos de ley (v. escrito de inicio: fs. 6/13 vta.).

La actora adujo como fundamento de su pretensión lo prescripto en los arts. 953 y 3528 del
Código Civil, afirmando que la partición de bienes realizada por el causante para dos herederos
es de cumplimiento imposible -en condiciones de igualdad- con la inclusión de una tercera
heredera, a raíz del pronunciamiento dictado en los referidos autos "D. ,R. . Impugnación de
paternidad y reconocimiento de filiación extramatrimonial".

El Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial N° 4 del Departamento Judicial de Azul,


tras enmarcar la cuestión planteada en la órbita del art. 3715 del Código Civil y destacar que la
partición efectuada por testamento era válida y conservaba sus efectos legales en tanto la
heredera preterida -R. V. D. - había convalidado la partición efectuada por el causante, rechazó
el incidente de nulidad incoado (fs. 54/60).

La Sala II de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Azul


confirmó la decisión (fs. 128/136 vta.).

Dicho pronunciamiento fue recurrido ante esta Suprema Corte por la actora (v. causa C.
119.123), procediéndose a dictar sentencia en este mismo acto.

2. Antes de ingresar en el concreto examen de los agravios planteados, en atención a la


entrada en vigencia del Código Civil y Comercial de la Nación (ley 26.994), corresponde dejar
sentado que en el sub lite tratándose de una pretensión de petición de herencia en el marco de
un juicio sucesorio, la cuestión debe ser resuelta de acuerdo con lo normado en la legislación
vigente al momento de la muerte del causante (13-X-2005; conf. art. 7, C.C. y C.N.).

3. Ahora bien, como primera crítica al pronunciamiento en crisis alega la impugnante que la
alzada ha efectuado un erróneo encuadre legal del sub lite, pretendiendo sortear la aplicación
del art. 3528 del Código Civil y con ello evitar el efecto nulificante que el texto legal
inexorablemente impone (fs. 522).

Aduce que la solución de la referida norma es lógica y razonable pues con la aparición de un
nuevo hijo deviene imposible respetar la voluntad del causante en la distribución hereditaria
porque ésta tiene, a partir de allí, tres destinatarios y no dos como previó J. C. C. en su partición
testamentaria (fs. 521/524 vta.).

Advierto que la vía recursiva no rebate debidamente los fundamentos del fallo atacado (art.
279 y su doctrina, C.P.C.C.).

En efecto, la alzada comenzó por señalar que la actora sostenía la validez de la partición
testamentaria dispuesta por J. C.C. , de modo que la presente acción y sus posteriores
modificaciones (v. fs. 53/66; 186/187 vta. y 208/216 vta.) apuntaban a reducir el exceso de
porción legítima que pudiera haber recibido M. A. S. y su adjudicación a la actora (fs. 501 vta.).

En tal sentido puntualizó -siguiendo la línea argumental trazada al resolver los autos "S. de C.
, M. A. contra C. , G. C.M. . Colación y complemento de la legítima" (exp. 54.805)- que no había
existIdo un defectuoso ejercicio de la acción pues no cabían sólo las alternativas esgrimidas por
la accionada, a saber: a) respetar la partición tal cual estaba o b) rescindirla, anularla o dejarla
sin efecto; toda vez que no existía inconveniente en hablar en nuestro derecho de la acción de
reducción como medio de defensa judicial de la legítima, aplicable en todos los casos en que
ésta ha sido violada (fs. 501/502 vta.).

Tal posición, añadió, coincidía con lo dictaminado por el señor Fiscal General quien advirtió
que "las opciones de reducción de la actora no se limita[ba]n a las señaladas por el apelante,
teniendo la posibilidad de accionar por reducción común, solución que permit[ía] compatibilizar
la voluntad del causante, los derechos del coheredero perjudicado por el exceso en las
decisiones de aquél, así como también los derechos e intereses de terceros que pudieron
celebrar negocios jurídicos en base a los bienes que h[ubiesen] recibidos los herederos
beneficiados" (fs. 502 vta.).

En otras palabras, la Cámara concluyó que el planteo referido al defectuoso ejercicio de la


acción no podía ser acogido por cuanto un análisis del conjunto de las presentaciones de fs.
53/66, desistimiento de fs. 186/187 vta. y adecuación de la demanda de fs. 208/216 vta.,
permitía establecer con claridad que la pretensión de D. consistía en lograr la reducción del
exceso recibido por disposición testamentaria por M. A.S. , en tanto dicho exceso afectaba su
porción legítima (fs. cit.).

Pues bien, analizando los argumentos esgrimidos por la recurrente, estimo que los mismos
resultan insuficientes (fs. 521/524 vta.), puesto que no logran demostrar las infracciones legales
denunciadas, tanto en lo que se refiere a la calificación de los hechos como al pretendido
encuadre legal en el marco del art. 3528 del Código Civil aplicable al sub lite, de forma tal que
permita configurar un error en la selección de la norma jurídica aplicable a las circunstancias
fácticas del caso (art. 279, C.P.C.C.).

En efecto, la impugnante se limita a desarrollar la postura esgrimida en el proceso consistente


en la nulidad de la partición, pero omite criticar -en forma concreta, directa y eficaz- los
fundamentos esbozados por el a quo fundados en las constancias de la causa, la interpretación
armónica de las normas jurídicas en juego y el amplio espectro de acciones judiciales existentes
en materia sucesoria -a saber, acción de reducción, de complemento y de suplemento- que
tienen por finalidad la protección de la legítima (conf. C. 105.460, sent. del 23-VI-2010; C.
112.976, sent. del 12-IX-2012; etc.).

Al respecto cabe recordar que -a los fines de la suficiencia técnica- para que el escrito con
que se interpone y funda el recurso cumpla la misión que le asigna el art. 279 del Código
procesal, resulta menester demostrar la existencia de violación o error en la aplicación de la ley,
por lo que los argumentos que en él se formulen deben referirse a los conceptos o proposiciones
que estructuran la sentencia (conf. C. 90.372, sent. del 14-II-2007; C. 101.015, sent. del 11-II-
2009; C. 105.970, sent. del 9-VI-2010; C. 104.952, sent. del 2-VII-2010; entre otras), debiéndose
explicar -para satisfacer dicho cometido- en qué consiste tal transgresión, cómo ésta se ha
configurado en el caso y qué alcance tiene, carga que como anticipara no ha sido debidamente
cumplida en la especie (art. 279 cit.).

Por otra parte, no puedo dejar de destacar que la solución arribada por la Cámara coincide
con autorizada doctrina en la materia en tanto se ha señalado que los efectos de la preterición
en la ley 17.711 (art. 3715) "son muy diferentes de los que se producían con el artículo derogado.
Si antes la supervivencia del legitimario preterido determinaba la nulidad de la institución de
herederos, la fórmula actual borra esa nulidad y queda como única consecuencia la disminución
del ámbito patrimonial de los instituidos herederos -que puede llegar a cero-, en la medida
indispensable para que el preterido salve su legítima" (conf. Pérez Lasala, José Luis y Medina,
Graciela, "Acciones Judiciales en el derecho sucesorio", segunda edición ampliada y actualizada,
Ed. Rubinzal- Culzoni, Santa Fe, 2011).

4. En segundo lugar, aduce la quejosa que la alzada ha efectuado un erróneo cálculo de la


legítima al reconocer ex ante una mejora testamentaria que no es tal, habida cuenta de que
jamás fue instituida como cláusula expresa de mejora lisa y llana sino que se trató de una
previsión eventual para una hipótesis concreta a la cual se subordinó (fs. 524 vta./527).

Adelanto que -a mi entender- el presente agravio tampoco puede ser receptado.

i. Al abordar la cuestión que aquí nos ocupa el tribunal a quo precisó que, a los fines de
estimar el cálculo de la legítima compuesto por 4/5 del valor de los bienes dejados por el
causante al momento de su fallecimiento (relictum), debían añadirse las donaciones (donatum),
para obtener luego la porción individual de cada heredero. A dichos efectos distinguió las
operaciones destinadas a calcular la legítima global de las destinadas a repartir el caudal
correspondiente a cada legitimario (fs. 502 vta./503).

En base a tales consideraciones, precisó que el sucesorio que motivaba la presente acción
presentaba legítimas diferenciadas en tanto la fecha de celebración del matrimonio de la
accionada con el causante era posterior a las donaciones que aquél realizó a su hijo G. , de
acuerdo con lo establecido en la sentencia recaída en los autos "S. de C. , M. A. contra C. , G.
C.M. . Colación y complemento de legítima", en la cual se dispuso el rechazo de la colación
intentada por la cónyuge sobre donaciones realizadas antes del matrimonio. Tal particularidad,
continuó, determinaba que para el cálculo de la porción legítima individual de S. no debieran
computarse las donaciones, mientras que en la legítima de D. sí se tuvieran en cuenta el valor
de dichas liberalidades (fs. 503).

A continuación, sostuvo que el valor de los bienes que conformaban la masa de cálculo debía
computarse a la época de apertura de la sucesión, fecha en la cual se produce una verdadera
cristalización del acervo hereditario (el causante falleció el día 13-X-2005 y el sucesorio se abrió
el día 20-X-2005).

En consecuencia, cabía establecer la masa del caudal relicto en la suma de u$s 3.955.192,
valor estimado en la sentencia de grado y a los fines de calcular la legítima de M. A. S. añadir el
valor de la donación realizada con posterioridad al matrimonio sobre la cual tenía derecho -esto
es, el establecimiento "Los Gauchos", ubicado en el Partido de General Lamadrid- lo que hacía
un caudal global de u$s 4.521.292. Luego se debía deducir la porción disponible del causante
(20%) -u$s 904.258,40- alcanzando el monto de la porción legítima global indisponible para el
testador la suma de u$s 3.617.033,60 que, a su vez, debía dividirse entre los tres legitimarios,
arrojando una porción legítima individual para M. A. S. de u$s 1.205.677,80 (1/3).

Por ende, existía una diferencia con la suma establecida por este concepto en la sentencia
apelada que surgía de la inclusión en esta instancia de la donación realizada con posterioridad
al matrimonio cuyo cómputo fue omitido en aquel pronunciamiento (fs. 503 vta./504 vta.).

Luego, procedió a establecer otra masa de cálculo diferenciada para R. V. D. , dado que en la
determinación de su porción debían computarse las donaciones anteriores y posteriores al
matrimonio del causante. Así, determinó que al valor del caudal relicto de u$s 3.955.192 habría
de añadirse el monto de las donaciones de u$s 2.869.350 (conf. informes de fs. 109/115 y
117/123), alcanzando una suma total de u$s 6.824.542.
Deducida de dicha fracción la porción disponible del testador (20%) -u$s 1.364.908,40-, se
alcanzaba una porción legítima global de u$s 5.459.633,60, a la que cabía -a su vez- deducirle la
legítima de S. , lo que arrojaba una masa de cálculo de u$s 4.253.955,80, que dividida por los
dos hijos de C. daba como resultado una porción legítima individual de u$s 2.126.977,90 (fs. 504
vta.).

Establecidas las porciones legítimas individuales de las partes, la alzada estableció que debían
ser confrontadas con lo que efectivamente percibieron, a los efectos de constatar si la
distribución dispuesta por el causante afectaba, y en su caso en qué medida, la legítima de los
herederos forzosos.

En dicha tarea, concluyó que M. A. S. había recibido en exceso la suma de u$s 376.399,20, en
tanto a R. V. D. le faltaba para salvar su legítima individual un total de u$s 993.827,60.

Esto significaba que la accionada se encontraba obligada respecto de D. sólo en la medida de


la parte que excedía su porción, toda vez que el faltante para completar la legítima de D. había
sido resignado en el acuerdo transaccional celebrado con G. C. y los desistimientos realizados
contra dicho coheredero (fs. 505/vta.).
Por fin, teniendo en cuenta el valor de la hectárea del inmueble rural "La Clemencia" que en
el año 2005 ascendía a u$s 1025,63, concluyó que la parte que S. debía entregar a D. -u$s
376.399,20- resultaba equivalente a 367 has., dejando sin efecto la entrega de dinero en efectivo
(u$s 15.000) que surgía del pronunciamiento apelado (fs. 505 vta.).

Por otra parte, precisó la alzada, en lo que respecta a la mejora dispuesta en el testamento,
que la doctrina ha señalado que "el ordenamiento jurídico faculta al ascendiente que al hacer
división de sus bienes para después de su muerte, por vía testamentaria, pueda beneficiar a
alguno de ellos con la parte de su porción disponible, lo que se entiende por mejora",
puntualizando que constituye un recaudo de la mejora su inclusión en forma expresa en el
testamento como manifestación clara del ascendiente de robustecer la posición de alguno de
los herederos con su porción disponible, deseo que no cabe presumir sino que debe surgir
claramente de la manifestación de última voluntad, conforme lo establece el art. 3524 del
Código Civil.

Tales requisitos, continuó, se encontraban reunidos en el sub examine, ya que el testador


manifestó en forma expresa que su deseo era mejorar a G. C. con su porción disponible (v.
cláusula cuarta, protocolización de fs. 57/58, expediente sucesorio) y si bien dicha mejora se
había establecido para alcanzar el perfeccionamiento de la partición, se consolidó con la
adjudicación a dicho heredero de una mayor cantidad de bienes en las cláusulas testamentarias,
lo que dejaba traslucir una clara intención del testador de beneficiar a su hijo y no a su cónyuge.
Tal intención ya había sido advertida por la Sala en la causa C. 57.079, del 26-IX-2013, "S. , M.A.
. Incidente", donde analizándose un planteo similar al presente, se interpretó que C. había
ejercido un derecho propio al beneficiar a su hijo con su porción disponible (fs. 505 vta./506
vta.).

ii. Frente a tal meduloso análisis y desarrollos argumentales, la recurrente se limita a reiterar
los planteos llevados ante la alzada, abonados con similares argumentos a los vertidos en su
oportunidad (v. fs. 463/467).
En rigor, el eje de su embate gira en torno a que se ha llevado a cabo una "detracción
anticipada" de la porción legítima como si hubiera mejora expresa a favor de un heredero y por
el máximo de la ley (1/5), provocando así un achicamiento de la masa a dividir entre los
legitimarios y un concreto perjuicio para la heredera S. (fs. 524 vta./529).

Sin embargo, los agravios ensayados en tales términos no logran conmover el fundamento
esencial del pronunciamiento atacado, consistente en que la accionada no ha logrado acreditar
con éxito la existencia de un perjuicio o lesión a sus derechos hereditarios.

En efecto, la alzada observó que si el deseo del testador surgía claro del testamento, no sólo
de la cláusula expresa de mejora sino también del contexto de la partición en la cual se asignó
mayor cantidad de bienes al hijo, y la apelante no había acreditado que en el ejercicio de tal
derecho se hubiese excedido la porción disponible afectando su propia legítima, no existía
perjuicio alguno en su contra (fs. 506 vta.).

Asimismo, aseveró en lo atinente al endilgado "achicamiento de la masa de cálculo", que


derivaría de la previa deducción de la porción disponible para el cálculo de su legítima, que no
resultaba tal en tanto dicho procedimiento había sido correctamente realizado en la instancia
anterior, ya que la porción legítima de los herederos forzosos se componía de 4/5, por ende, su
cálculo exigía deducir -previamente- el 1/5 disponible del testador. Si, además -como sucedía en
autos- el causante había beneficiado a un heredero con dicha porción y no se había excedido en
el 20% correspondiente, no existía perjuicio para S. (fs. cit.).
Tales premisas del pronunciamiento se mantienen enhiestas por falta de ataque idóneo (art.
279, C.P.C.C.).

Al respecto cabe recordar que resulta insuficiente el recurso de inaplicabilidad de ley que no
logra conmover la estructura básica del fallo al desprender el impugnante conclusiones distintas
a las del juzgador, partiendo de un punto de vista diferente, desentendiéndose de las razones
proporcionadas por el sentenciante (conf. C. 117.107, sent. del 3-VII-2013; C. 119.060, sent. del
4-V-2016; entre otras), motivo por el cual esta crítica tampoco puede ser receptada.

Por fin, resta señalar que dicha cuestión ya ha sido objeto de juzgamiento en los autos "S. de
C. , M. A. contra C. , G. C.M. . Colación y complemento de la legítima" (exp. 54.805).

En dicha oportunidad -tal como fuera reseñado en el acápite IV. 1. iii.- la actora persiguió la
computación en la masa partible del valor de las donaciones que el causante hizo en vida al
demandado y la imputación a su propia porción hereditaria con el objeto de igualar a ambos
herederos forzosos (cónyuge e hijo del fallecido) en proporción a sus cuotas, haciendo expresa
alusión a "... la mejora que el causante efectuó por disposición testamentaria a favor de su hijo,
limitada, obviamente a la proporción que el ordenamiento legal lo permite" (v. demanda: fs.
100/vta.).

La sentencia de primera instancia -en lo que aquí interesa destacar- admitió la acción de
colación sólo por el inmueble denominado "Los Gauchos", rechazándola con relación a los
restantes bienes involucrados, ponderando al momento de computar el valor de los bienes
relictos y las porciones legítimas individuales de los coherederos, que la porción disponible del
causante (1/5) debía atribuirse a G. C. M. C. (v. fs. 388/395). Este pronunciamiento fue
confirmado -en lo principal- por la Sala II de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del
Departamento Judicial de Azul con fecha 13 de septiembre de 2011, habiendo adquirido firmeza,
conforme surge de fs. 477/497 y 531/vta.
De lo expuesto, emerge de modo palmario y más allá de la claridad de los términos en que
fue estipulada la mejora, que tanto su contenido como su alcance fueron reconocidos y juzgados
en las actuaciones citadas, circunstancia que impide su revisión y sella definitivamente el
resultado adverso del intento revisor.

5. Finalmente, en lo que respecta a las costas, cabe recordar que en el fallo impugnado la
Cámara mantuvo la imposición de las costas de primera instancia a la accionada, advirtiendo
que no correspondía su adecuación, toda vez que si bien el monto de condena había sido
sensiblemente reducido respecto del reclamo originario, ello obedecía más a rectificaciones e
integración de los cálculos de las legítimas realizados por el órgano jurisdiccional que al progreso
de las defensas planteadas por la demandada; por ende, la modificación introducida en la alzada
no alteraba la calidad de vencida de M. A.S. . También en la etapa recursiva impuso las costas a
la apelante (fs. 508 vta.).

La recurrente controvierte dicho tramo de la decisión alegando que aun partiendo del
razonamiento de la alzada, resultaba ilógico atribuir a la actora la calidad de vencedora, cuando
no había sido por sus argumentos que sobreviniera un resultado favorable a sus pretensiones.
A la par señala que también resultaba errónea la imposición de las costas de segunda instancia
y la conclusión arribada consistente en que la demandada no había provocado la modificación
del fallo, pues sin el recurso de apelación promovido la jurisdicción del tribunal de alzada jamás
hubiera sido abierta (fs. 529 vta./530).
De la simple lectura de la pieza impugnativa observo la falta de invocación de la doctrina
pretoriana del absurdo, única vía que habilitaría -como es sabido- el tratamiento de temas de
esta índole en sede extraordinaria.

Sobre el particular, es menester tener presente que la imposición y distribución de las costas
constituye una típica cuestión de hecho propia de las instancias de mérito y exenta, como tal,
de censura en casación, salvo absurdo, esto es, que se haya alterado burdamente el carácter de
vencido o exista iniquidad manifiesta en el criterio de distribución (conf. C. 104.063, sent. del
28-X-2009; C. 119.025, sent. del 6-V-2015; entre muchas).

En razón de lo expuesto, no habiéndose alegado dicho extremo -por demás excepcional- ni


tampoco debidamente demostrado la violación de las disposiciones normativas denunciadas ni
su doctrina legal, debe desestimarse también la procedencia del presente agravio (art. 279, cit.).

V. Por todo ello, corresponde rechazar el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley


interpuesto, con costas a la recurrente vencida (arts. 68, 279 y 289, C.P.C.C.).

Voto por la negativa.

Los señores jueces doctores Negri, Kogan y de Lázzari, por los mismos fundamentos del señor
Juez doctor Pettigiani, votaron también por la negativa.

Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente

SENTENCIA
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, de conformidad con lo dictaminado por el señor
Subprocurador General, se rechaza el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley
interpuesto; con costas (arts. 68 y 289, C.P.C.C.).

El depósito previo de $ 58.000, efectuado a fs. 567/568, queda perdido (art. 294, C.P.C.C.). El
tribunal a quo deberá dar cumplimiento a lo dispuesto por los arts. 6 y 7 de la resolución
425/2002 (texto resol. 870/2002).

Notifíquese y devuélvase. HILDA KOGAN

HECTOR NEGRI EDUARDO JULIO PETTIGIANI

EDUARDO NESTOR DE LAZZARI CARLOS E. CAMPS Secretario

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