Professional Documents
Culture Documents
Canto Rodado. La Literatura Oral de Los Chicos (Carlos Silveyra)
Canto Rodado. La Literatura Oral de Los Chicos (Carlos Silveyra)
La mayor parte de la obra de Perrault está basada en cuentos de la tradición oral, por
tomar un caso histórico, es notable la influencia del folclore infantil en la obra de Giannu
Rodari, por mencionar un caso cercano en el tiempo, también se hallan encendidas defensas
porque Gabriela Mistral sostiene que el fracaso del género no puede ser más total, ya que
sobrenadan unas obras escritas sin intenciones pedagógicas, pensadas para hombres o mejor
para pueblos.
El pueblo más desnutrido de poesía popular en Europa cuenta con un gran granero
enorme de ella, es cosa de meterse y escoger las mazorcas más sanas, aparece más que
suficiente, abrumador el stock de cantos del pueblo aplicables a todas las cosas y a
cualquier momento de la vida, hay canciones del trabajo, la amistad, filialidad, fe
esperanza, chanza, y de la naturaleza.
Estos textos literarios pasan de un individuo a otro y de una generación a otra, con
las consiguientes recreaciones, podemos considerarlos creaciones colectivas. La literatura
oral esta siempre haciéndose, cada oyente es un potencial transmisor y por lo cual se vuelve
un potencial coautor.
Las coplas, adivinanzas, trabalenguas y todas las otras formas que consideramos
más adelante, conservan en su escritura los formatos que reconocemos como pertenecientes
al folclore infantil y presentan marcas que dan cuenta de la oralidad originaria. Toda la
literatura infantil presenta marcas de oralidad, en los textos del folclore infantil se pueden
advertir en que estos textos poseen un ritmo interno, presentan expresiones redundantes y
acumulativas más que subordinadas.
El uso del término folclore infantil se ha circunscripto a los formatos menores, esto
es a los de menor aliento, eliminando de esta categoría a la narrativa folclórica: cuentos,
casos, leyendas, sucedidos, etcétera. Así pues, entendemos que el folclore infantil incluye
las siguientes especies: acertijos, adivinanzas, apodos, burlas, canciones de cuna o nanas,
colmos, ¿Cómo se llama la obra?, conjuros, coplas, cruzas, cuentos mínimos, cuentos de
nunca acabar, chistes
No es lo mismo (retruécanos), piropos, poemas para jugar con distintas partes del
cuerpo (dedos, palmas, etcétera), preguntitas, ¿Qué le dijo?, refranes, retahílas (también
llamadas rimas acumulativas o encadenadas), tantanes, trabalenguas, versos para echar
suertes, versos para ocasiones especiales (para ocupar una silla, para pedir que se devuelva
un libro prestado, etcétera), versos para juegos específicos (para saltar a la soga, para las
escondidas, para jugar al elástico, cantos del truco, etc.), villancicos, y tantas otras,
seguramente algunas aún por inventarse.
Por otro lado, es necesario señalar que muchas de las especies del folclore infantil
están íntimamente vinculadas con los juegos. Además de las fórmulas ritualizadas, como
son los versos para juegos específicos o los versos para jugar con las distintas partes del
cuerpo, en muchos casos acompañados de gestos y movimientos también ritualizados, hay
1
unas especies que constituyen el extendido campo de los juegos verbales. Tal es el caso de
los trabalenguas, los colmos, las adivinanzas, y otras.
Los cuentos, las poesías, los juegos caseros, son una manera de recobrar los valores
perdidos de la infancia. Si convenimos, entonces, que el folclore infantil es una materia
viva y dinámica, debiéramos preguntarnos por qué los maestros se resistían, y todavía en
gran medida siguen resistiéndose, a dejar entrar en las aulas el riquísimo bagaje de
manifestaciones que lo conforman.
Entre otros fenómenos que podemos mencionar, fueron los medios de comunicación
masiva -tan temidos, a los que se les otorgó un papel de exterminadores de la cultura
popular- los que recobraron, a veces, el lugar vacante de los viejos narradores sentados
alrededor del brasero.
El folclore infantil es, pues, algo así como un ramillete de flores silvestres. Esas
flores también tienen, al igual que las cultivadas, pistilos, estambres y toda la anatomía
botánica, aunque no se sepa muy bien quién las sembró. La enorme riqueza que encierra el
folclore infantil se verá luego en el análisis de cada una de las especies.