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Case Airborne
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JAN W. RIVKIN
Los directivos de Airborne Express no podÌan estar m·s contentos1. Los resultados del tercer
trimestre del aÒo 1997 habÌan sido espectaculares; los ingresos correspondientes a dicho trimestre
habÌan subido un 29 por ciento respecto a los del aÒo anterior, y los beneficios de los nueve
primeros meses del aÒo se habÌan incrementado en m·s de un 500 por ciento. El equipo directivo
de Airborne sabÌa que esos excelentes resultados eran, en parte, efÌmeros. Al ser la tercera mayor
empresa del sector de transporte de correo urgente de Estados Unidos, Airborne se habÌa
beneficiado enormemente de la reciente huelga sufrida por su rival UPS. Sin embargo, eso parecÌa
representar sÛlo una pequeÒa parte del aumento de los beneficios, quiz·s ˙nicamente el veinte
por ciento. Roy Liljebeck, el director general de Finanzas de la compaÒÌa, afirmaba lo siguiente:
A pesar de que la huelga de UPS ha sido la noticia principal del trimestre, las
actividades de la CompaÒÌa que no est·n relacionadas con la huelga se han mantenido
constantes, con una evoluciÛn mucho m·s positiva que la lograda en el segundo trimestre
de 1997. Los incrementos de productividad siguen siendo importantes y el costo operativo
general por envÌo sigue disminuyendo2.
Airborne habÌa sido la empresa de crecimiento m·s r·pido del sector durante muchos aÒos,
pero sus m·rgenes habÌan sido bastante reducidos. En ese momento, las actividades puestas en
marcha con el fin de mejorar dichos m·rgenes parecÌan estar dando su fruto finalmente. Por otro
lado, beneficiaba tambiÈn mucho a la empresa que Federal Express, la n˙mero uno del sector,
hubiera incrementado sus precios.
Las perspectivas parecÌan entonces mucho m·s brillantes que lo que habÌan sido hacÌa un aÒo.
En aquel momento, Federal Express y UPS habÌan empezado a lanzar toda una nueva gama de
servicios y a aplicar nuevos sistemas de fijaciÛn de precios. Un analista del sector seÒalaba que
esas medidas estaban pensadas para ìbarrer a las empresas situadas en los m·rgenes del
mercado... y asÌ lograr que Fedex y UPS se situasen muy por encima [de Airborne]. Han saturado
ya el mercado principal y est·n ahora buscando oportunidades de lograr ingresos marginalesî.
Airborne podÌa entonces f·cilmente ìser aprisionada... entre esos dos gigantescos y agresivos
rivalesî3.
Una de las medidas tomadas por los ìgigantescos y agresivos rivalesî exigÌa una decisiÛn
inmediata. Durante muchos aÒos, el sector habÌa fijado sus precios sin relaciÛn alguna a la
distancia. Una carta de entrega al dÌa siguiente enviada desde Boston a Nueva York tenÌa el
mismo precio que otra enviada desde Boston a Los ¡ngeles. En 1996, UPS estableciÛ un sistema
El caso de LACC número 705-S28 es la versión en español del caso de HBS número 9-798-070. Los casos de HBS se desarrollan únicamente
para su discusión en clase. No es el objetivo de los casos servir de avales, fuentes de datos primarios o ejemplos de una administración
buena o deficiente.
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transmisión en forma alguna: electrónica, mecánica, fotocopiado, grabación u otro procedimiento, sin permiso de Harvard Business School.
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de precios basado en la distancia; asÌ, los precios subieron en los envÌos a larga distancia y bajaron
en los envÌos a corta distancia. Federal Express siguiÛ el mismo ejemplo en julio de 1997. En aquel
momento, los clientes preguntaban al personal comercial de Airborne si ellos tambiÈn tenÌan
pensado modificar los precios para tener en cuenta la distancia de los envÌos.
La entrega fÌsica de los paquetes sÛlo era una parte del servicio prestado a los clientes. Las
grandes empresas de envÌos hacÌan tambiÈn posible que los clientes siguieran la pista de sus
remesas en su recorrido y reparto; adem·s, ofrecÌan informaciÛn consolidada sobre envÌos a los
clientes m·s importantes. Muchas otras prestaban servicios m·s amplios a los clientes y garantÌas
de puntualidad en las entregas. En cuanto a los envÌos internacionales, las compaÒÌas de reparto a
domicilio aceleraban notablemente los tr·mites de aduana. Algunas empresas tambiÈn ofrecÌan
servicios de almacenamiento y de consultorÌa logÌstica.
El volumen de envÌos habÌa aumentado entre un 15 y un 20 por ciento al aÒo durante la
dÈcada anterior, pero como los precios habÌan disminuido, los ingresos totales del sector habÌan
crecido sÛlo entre un 10 y un 15 por ciento cada aÒo. Los analistas del sector preveÌan que el
volumen total creciera a alrededor de un ritmo anual del 10 por ciento durante los cinco a diez
aÒos siguientes.
Clientes. Pr·cticamente todas las empresas y muchos particulares del paÌs utilizaban los
servicios de envÌo exprÈs para remitir sus documentos y paquetes m·s urgentes. Federal Express
afirmaba que ella sola contaba con dos millones de ìclientes actualesî en el aÒo 19964. Los clientes
que m·s volumen facturaban, entre los que se incluÌan algunas empresas de venta por
correspondencia, utilizaban los servicios de correo urgente para la mayor parte de sus envÌos. En
sectores como el de servicios financieros y de consultorÌa, el correo exprÈs se habÌa convertido en
el medio normal de entrega de documentos. Las empresas diferÌan enormemente en cuanto a la
magnitud de los envÌos y a los vol˙menes previstos de reparto.
Normalmente, los artÌculos enviados por correo urgente mantenÌan una elevada proporciÛn
de valor respecto al peso y, de alguna manera, eran perecederos. Algunos de los envÌos m·s
tÌpicos consistÌan en documentos comerciales, componentes electrÛnicos, muestras mÈdicas y
piezas de recambio. Sin embargo, los envÌos eran diversos; asÌ, una empresa llegÛ a informar que
habÌa remitido rinocerontes, colecciones de arte, coches de carreras y cebos de pesca5. El
porcentaje de productos que se consideraban perecederos o sensibles al paso del tiempo habÌa ido
increment·ndose poco a poco, ya que las empresas deseaban eliminar los inventarios de sus
sistemas logÌsticos y competir con sus rivales lanzando los productos directamente al mercado.
Una aceleraciÛn general en el ritmo de los negocios y unos ciclos de modas cada vez m·s cortos
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en algunos sectores tenÌan tambiÈn como consecuencia la ampliaciÛn de la base de clientes y el
incremento del volumen de correos urgentes enviados por cada cliente.
Eran muchos los factores que influÌan en la decisiÛn de enviar un artÌculo por correo r·pido en
vez de por correo normal, pero la urgencia del envÌo y el precio eran sin duda los m·s
importantes. Entre los clientes pertenecientes a la categorÌa de empresas, algunos habÌan
normalizado los procedimientos con el fin de determinar los artÌculos que habÌa que enviar por
correo exprÈs, mientras que otros dejaban dicha decisiÛn en manos de sus empleados.
Tras haber tomado la decisiÛn de realizar el envÌo de un producto por correo r·pido, el cliente
debÌa entonces elegir entre las diversas compaÒÌas de reparto a domicilio. Los factores
fundamentales que determinaban la elecciÛn de un transportista eran los siguientes: precio
relativo, fiabilidad, conocimiento de la marca, posibilidad de acceso al seguimiento del envÌo y a
otras informaciones, servicio al cliente, comodidad de la entrega y la pura y simple costumbre. La
ponderaciÛn dada a cada uno de esos factores variaba de un entorno a otro, al igual que diferÌan
las personas que tomaban las decisiones y los procesos para tomarlas. Entre los clientes de la
categorÌa de empresas con mayores vol˙menes, los directores responsables de los envÌos
generalmente negociaban precios y servicios con los representantes de ventas de una o m·s
compaÒÌas de entregas a domicilio. Era de lo m·s com˙n conseguir descuentos de hasta un 50 por
ciento en los precios oficiales. En algunas empresas, todos los envÌos se realizaban a travÈs de una
misma compaÒÌa de transportes. En otras, el personal del departamento de envÌos o la persona
concreta que enviaba el producto elegÌa entre un grupo de transportistas. Las rebajas basadas en
el volumen de productos enviados animaban a los clientes a trabajar con una sola compaÒÌa de
transportes. A pesar de los descuentos por volumen, los grandes clientes no se caracterizaban
precisamente por su fidelidad respecto a un transportista en particular. En opiniÛn de un analista
del sector, ìLos clientes se olvidan de la fidelidad a la hora de firmar un nuevo contratoî6.
Operaciones. Por regla general, las compaÒÌas de envÌos urgentes entregaban un n˙mero
exorbitante de paquetes. En conjunto, las tres empresas principales del sector (Federal Express,
UPS y Airborne Express) repartÌan m·s de cinco millones de paquetes diarios, de los cuales m·s
del 98 por ciento llegaba a la hora prevista. Los activos fÌsicos, inform·ticos y humanos que estas
empresas destinaban al logro de esa proeza variaban de una a otra, pero las infraestructuras y las
actividades b·sicas eran muy similares.
Todas las empresas mantenÌan un gran parque de camionetas y contaban con un gran n˙mero
de conductores. Todas las tardes, los conductores de una ciudad salÌan de un almacÈn central y
recogÌan los paquetes de los clientes regulares, de los clientes que habÌan llamado para solicitar
una recogida, de los establecimientos abiertos al p˙blico provistos de personal de la compaÒÌa y
de los de compaÒÌas asociadas, asÌ como de los buzones de recogida de paquetes. En el punto de
recogida, el conductor utilizaba un ordenador port·til para escanear el cÛdigo de barras del
paquete e introducir los datos correspondientes al mismo. A continuaciÛn, se trasmitÌan los datos
a un ordenador central, que determinaba el recorrido del paquete. En cada uno de los puntos de
transferencia siguientes, se escaneaba el cÛdigo de barras y se enviaba el mensaje al ordenador.
De esa manera, la empresa podÌa realizar el seguimiento completo del itinerario del paquete.
Los paquetes se llevaban en las camionetas al aeropuerto y allÌ se cargaban en contenedores. A
continuaciÛn, Èstos se introducÌan en aviones de carga, que eran gestionados por la propia
compaÒÌa. Los aviones despegaban durante toda la tarde y aterrizaban en aeropuertos centrales
de distribuciÛn hacia las once de la noche, normalmente con intervalos de aterrizaje de unos
noventa segundos entre vuelos. Las mayores compaÒÌas de transportes utilizaban muchos
aeropuertos de distribuciÛn, pero cada una de ellas poseÌa un aeropuerto principal situado en el
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centro de Estados Unidos. Una vez que los aviones aterrizaban y aparcaban, el personal de tierra
se ocupaba de descargar los contenedores. Por lo general, dicho personal, con la ayuda de
equipos especiales, era capaz de descargar un aviÛn entero en veinte minutos. Entonces, un
segundo grupo de empleados empezaba a hacer una revisiÛn al aviÛn y lo preparaba para un
nuevo vuelo de salida.
Los contenedores con la carga se transportaban en camiÛn hasta un hangar compuesto de un
laberinto de cintas transportadoras, rampas, brazos de guÌa autom·tica y esc·neres de cÛdigos de
barras. AllÌ, los paquetes se clasificaban de acuerdo con su destino final. Las compaÒÌas diferÌan
en el grado de automatizaciÛn de su proceso de clasificaciÛn, pero todas ellas empleaban una
nÛmina enorme de trabajadores bien despiertos para dirigir el proceso. Los empleados
clasificaban los paquetes a un ritmo que podÌa llegar hasta los sesenta por minuto. Una vez
clasificados, los paquetes se colocaban en nuevos contenedores y se cargaban en los aviones.
Normalmente, las salidas de los aviones empezaban entre las tres y las cuatro de la maÒana, y
despuÈs aterrizaban en los aeropuertos de destino hacia las seis de la maÒana. AllÌ, se
descargaban los paquetes, se distribuÌan entre diversas camionetas y se entregaban a sus
destinatarios finales. En lo que respecta a los paquetes de m·xima prioridad, las empresas
prometÌan que su hora de entrega serÌa entre las ocho de la maÒana y el mediodÌa.
Los paquetes menos prioritarios, especialmente aquÈllos cuya entrega estaba prevista para el
segundo dÌa, seguÌan un camino ligeramente diferente. Lo m·s probable era que dichos paquetes
viajasen en camiÛn, en lugar de en aviÛn como las entregas para el dÌa siguiente, y se clasificasen
en centros de distribuciÛn durante la jornada de dÌa.
Las instalaciones de los centros de distribuciÛn eran inmensas. El gran centro de distribuciÛn
de Federal Express situado en Memphis, por ejemplo, tenÌa una superficie de unos 730.000 metros
cuadrados de zonas de trabajo y contaba con puertas de acceso para 147 aviones. Funcionando a
plena capacidad con m·s de 8.500 empleados, era capaz de clasificar 160.000 cajas y 325.000
documentos por hora7. Un nuevo centro de distribuciÛn de Federal Express situado cerca de
Dallas, cuya apertura estaba prevista para 1997, contaba con una capacidad de clasificaciÛn de
100.000 artÌculos por hora, y la compaÒÌa habÌa informado que su costo era de unos 250 millones
de dÛlares8. Un nuevo centro de distribuciÛn de UPS, con el que se pretendÌa clasificar 300.000
paquetes por hora, contaba con un presupuesto de construcciÛn de 860 millones de dÛlares9.
Asimismo, las inversiones realizadas en flotas aÈreas y parques de vehÌculos eran impresionantes.
Un nuevo aviÛn de carga Boeing 767, por ejemplo, costaba 90 millones de dÛlares10.
Con el fin de dar soporte a la red fÌsica de distribuciÛn de cada una de las empresas, era
necesario contar con una amplia infraestructura destinada a prestar servicios al cliente y a
gestionar la informaciÛn. Los centros de atenciÛn al cliente de las compaÒÌas principales
tramitaban cientos de miles de llamadas telefÛnicas diarias. Los representantes de servicios
ayudaban a los clientes a programar una recogida, a realizar el seguimiento de los paquetes y a
conseguir informaciÛn sobre los precios. La disponibilidad de avanzados sistemas inform·ticos
permitÌa planificar las rutas Ûptimas para los envÌos, adem·s de facilitar la facturaciÛn y la
localizaciÛn de los paquetes.
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La AdministraciÛn de Correos de Estados Unidos prestaba servicio a gran parte del resto del
mercado. La comodidad y generalizaciÛn de las oficinas de la AdministraciÛn de Correos hacÌa
que este servicio fuera el m·s utilizado por los clientes particulares. Sin embargo, la ley prohibÌa
que la AdministraciÛn de Correos ofreciera descuentos por volumen a clientes de empresa.
Adem·s, era incapaz de realizar un seguimiento eficiente de los envÌos, y los retrasos a la hora de
entregar la correspondencia eran superiores a los de las empresas privadas. Los competidores se
quejaban de que la AdministraciÛn de Correos mantuviera unos precios elevados para las cartas
urgentes, campo en el que la ley le concedÌa el monopolio, y de que gracias a ello subvencionara a
otros productos como el correo exprÈs, terreno en el que sÌ tenÌa rivales.
DHL y TNT se dedicaban principalmente al mercado internacional. Aproximadamente el 80
por ciento de los envÌos de DHL atravesaban una frontera internacional, y la empresa era
responsable de m·s del 40 por ciento de todos los envÌos urgentes transfronterizos11. Gracias a
contar con aeropuertos centrales de distribuciÛn en ciudades como Nairobi y Bahrain, DHL
ofrecÌa un servicio completo a zonas del mundo de difÌcil acceso. La entrega r·pida a esas zonas
dependÌa a menudo de que los tr·mites aduaneros se realizaran de manera urgente, por lo que
DHL dedicaba importantes recursos a conocer bien los procedimientos de las aduanas y a
relacionarse directamente con los responsables oficiales de las mismas. Sin embargo, la empresa
nunca habÌa dedicado demasiados recursos al aumento de sus instalaciones en Estados Unidos.
Uno de los directivos de la compaÒÌa afirmaba lo siguiente, ìLa razÛn principal por la que DHL
participa en el sector de envÌos nacionales en Estados Unidos es la de reducir los costos y mejorar
la fiabilidad de nuestros envÌos internacionalesî12. Al igual que DHL, TNT tenÌa escaso negocio
en Estados Unidos. Sus orÌgenes estaban en Australia y, adem·s, su empresa matriz era de
nacionalidad holandesa, lo cual hacÌa que la mayor parte de las actividades de TNT se
concentrase en Europa.
BAX Global, anteriormente denominada Burlington Air Express, y Emery, previamente una
agencia de transportes de mercancÌas, se dedicaban principalmente a los envÌos de cargamentos
pesados. Ninguna de ellas tenÌa la consideraciÛn de ser competitiva en el envÌo de cartas
urgentes. En su intento de introducirse en el mercado de envÌo de cartas y paquetes de pequeÒo
volumen, Emery adquiriÛ la empresa Purolator Courier en el aÒo 1987. Algunos directivos de la
compaÒÌa calificaron la compra de ìdesastrosaî. Emery sufriÛ grandes pÈrdidas hasta que se
especializÛ en el transporte de cargamentos pesados de empresa a empresa.
RPS, filial de Caliber Systems, no ofrecÌa servicios de entrega urgente. En lugar de eso, se
dedicaba principalmente a entregas en el plazo de dos dÌas a travÈs de una red de transportes
terrestres, que ofrecÌa sus servicios a clientes de empresa que buscaban precios econÛmicos. RPS
era famosa por sus eficientes transportes terrestres y por sus avanzadas tecnologÌas de la
informaciÛn.
La competencia surgiÛ no sÛlo del propio sector, sino tambiÈn de la apariciÛn de productos
alternativos. AsÌ, mientras el envÌo r·pido de una carta podÌa llegar a costar hasta quince dÛlares,
el costo de los envÌos postales normales era tan sÛlo de treinta y dos centavos de dÛlar. El envÌo
nacional por fax de un documento de cinco p·ginas costaba unos cincuenta centavos, mientras
que el costo marginal del envÌo de documentos a travÈs del correo electrÛnico era pr·cticamente
cero. Tanto el fax como el correo electrÛnico eran evidentemente mucho m·s r·pidos que el correo
exprÈs.
Las principales compaÒÌas transportistas competÌan en m˙ltiples frentes, copi·ndose unas a
otras en cuanto a los precios, los productos y la atenciÛn al cliente. A principios de los pasados
aÒos noventa, los analistas del sector presagiaron una ìguerra de paquetesî a muerte entre
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Federal Express y UPS. Ambas empresas no sÛlo se copiaban en cuanto a los precios ofrecidos,
sino que tambiÈn imitaban las innovaciones que cada una lanzaba al mercado; asÌ, por ejemplo,
las dos compaÒÌas lanzaron el servicio de entrega a primera hora de la maÒana del dÌa siguiente,
el servicio de entrega en el mismo dÌa y la posibilidad de realizar el seguimiento de los envÌos a
travÈs de Internet. La guerra fue amainando a medida que el sector se consolidaba y que la
economÌa nacional se recuperaba poco a poco. A principios de 1997, Federal Express realizÛ una
subida de precios, principalmente de los aplicados a los clientes de empresa de envÌos de grandes
vol˙menes y de m·rgenes reducidos. VÈase en el Anexo 1 la evoluciÛn de los ingresos por envÌo.
Competidores principales
Federal Express13
La empresa Federal Express (ìFedexî), con sede social en Memphis (Tennessee), controlaba
alrededor del 45 por ciento del mercado nacional de correo exprÈs y era la sociedad lÌder (y
cuestionada) del sector. Sus sobres de color blanco y morado eran algo familiar en pr·cticamente
todas las oficinas estadounidenses, y en medios empresariales se utilizaba el verbo ìfedexarî
cuando uno querÌa hablar de ìenvÌos urgentes de un dÌa para otroî (vÈanse los resultados
financieros de la empresa en el Anexo 2).
Historia. En la pr·ctica, Federal Express fue la inventora del sector de correo exprÈs. Antes
de la constituciÛn de Federal, las entregas r·pidas de correo se transportaban fundamentalmente
como mercancÌas en las bodegas de los aviones de pasajeros. Cientos de agencias de transporte
aÈreo se dedicaban a recoger los cargamentos urgentes en las instalaciones de los clientes, los
agrupaban y los enviaban a travÈs de lÌneas aÈreas de pasajeros, tras lo cual los entregaban a sus
destinatarios finales. De manera regular, durante los pasados aÒos cincuenta, sesenta y setenta,
los analistas del sector anunciaron grandes progresos en el transporte aÈreo, pero los envÌos de
correo y de otros cargamentos por aire siguieron siendo un negocio relativamente pequeÒo y
marginalmente rentable. De hecho, a principios de los aÒos setenta, las compaÒÌas aÈreas
empezaron a reducir los servicios de aviones de carga14. Un experto del sector afirmaba entonces
lo siguiente:
Varios analistas del sector han tratado de identificar una causa ˙nica que haya
provocado la detenciÛn del progreso en el sector de transporte aÈreo de mercancÌas. Sin
embargo... este sector se caracteriza por su compleja configuraciÛn, definida tanto por las
polÌticas especÌficas de fijaciÛn de precios como por las exigencias de los consignadores, los
costos de la empresa de transporte, el diseÒo de las redes de rutas, los aviones, el desarrollo
del soporte en tierra, las restricciones de los aeropuertos, las obligaciones regulatorias y
muchas otras variables m·s15
All· por el aÒo 1965, un estudiante de la universidad de Yale habÌa previsto una configuraciÛn
completamente distinta. En un trabajo de economÌa realizado al tÈrmino de un trimestre,
Frederick Smith proponÌa la creaciÛn de una compaÒÌa aÈrea dedicada exclusivamente a la
entrega urgente de correo. En el trabajo aseguraba que las compaÒÌas aÈreas creadas para
transportar pasajeros se encontraban, por su propia naturaleza, bastante por debajo de los niveles
m·ximos de calidad exigidos para transportar correo urgente. En aquellos aÒos, las lÌneas aÈreas
se dedicaban a transportar pasajeros directamente desde un punto de origen a otro de destino. En
absoluto trasladaban pasajeros (como hacen en la actualidad) a travÈs de ciudades que actuaban
como puntos de enlace y distribuciÛn del tr·fico aÈreo. En opiniÛn de Frederick Smith, los envÌos
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de paquetes o correspondencia no se veÌan afectados por las distancias recorridas, al contrario de
lo que ocurrÌa con los pasajeros. Siempre que el envÌo llegase correctamente y a tiempo, toda ruta
era v·lida. Smith aseguraba que el encaminamiento de los envÌos a travÈs de aeropuertos que
actuaban como centros de distribuciÛn de vuelos serÌa la mejor soluciÛn para el correo exprÈs. En
su propuesta de compaÒÌa aÈrea dedicada solamente al transporte de correo urgente, los paquetes
procedentes de todo el paÌs se recogerÌan en un ˙nico aeropuerto, donde se clasificarÌan y
enviarÌan a sus destinos finales16.
Dicho trabajo de fin de trimestre recibiÛ una calificaciÛn ìCî* por parte de la universidad.
Frederick Smith no se sintiÛ desanimado por ello. Tras cumplir el servicio militar en la Marina
en Vietnam, Smith empezÛ a trabajar en Federal Express en el aÒo 1971. AllÌ pasÛ dos aÒos (y
gastÛ gran parte de la gran fortuna de su familia) dedicado a hacer realidad el deseo del mercado
de contar con un servicio urgente de entrega de correo, a delimitar mejor el mercado objetivo con
el fin de concentrarse en los envÌos pequeÒos que pr·cticamente eran ignorados por otras
compaÒÌas de transporte aÈreo, a comprar toda una flota de aviones de empresa y modificarla
para que pudiera transportar mercancÌas, a construir un centro de operaciones de distribuciÛn en
el aeropuerto de Memphis en el Estado de Tennessee, a tratar de asegurar a los primeros clientes
y a conseguir la aprobaciÛn del gobierno (una de las dificultades principales del sector de lÌneas
aÈreas, uno de los m·s regulados de Estados Unidos)17. El 17 de abril de 1973, Federal Express
puso en marcha sus servicios con el envÌo de 186 paquetes desde y hacia veinticinco ciudades18.
En un principio, las operaciones de Federal Express se financiaban con poquÌsimo dinero (se
cuentan historias como que los pilotos pagaban el combustible con sus propias tarjetas de crÈdito
y que Fred Smith se fue una vez a los casinos de Las Vegas para ver si asÌ podÌa hacer frente al
pago de la nÛmina de esa semana), pero poco a poco la compaÒÌa fue cogiendo altura a una
velocidad vertiginosa. La empresa alcanzÛ la cifra de mil millones de dÛlares de ingresos en el
aÒo 1983, con lo que se convirtiÛ en la primera de Estados Unidos en alcanzar esa cifra en el plazo
de diez aÒos desde la fecha de su constituciÛn, sin hacer para ello ning˙n tipo de adquisiciÛn de
otras empresas19.
Operaciones. En el aÒo 1997, Federal Express se habÌa convertido en una gran empresa con
unos ingresos de 11.500 millones de dÛlares anuales. Contaba con instalaciones propias en todo el
planeta, con ocho centros de distribuciÛn en aeropuertos en Estados Unidos y otros cinco m·s en
el extranjero. Todos los dÌas, ponÌa en pie a un ejÈrcito formado por 129.000 empleados, 38.000
vehÌculos de tierra y m·s de 600 aviones, dedicado a la entrega de 2,8 millones de paquetes y
correspondencia. SÛlo en EE UU, sus mensajeros recorrÌan m·s de cuatro millones de kilÛmetros
(cien veces la vuelta al mundo) diarios. Adem·s, la compaÒÌa contaba con unos 1.400
establecimientos de atenciÛn directa al p˙blico y con 32.000 buzones para depositar los envÌos
postales. Por otro lado, Fedex empezÛ a firmar alianzas con establecimientos minoristas cuyas
tiendas actuaban como ìcentros de envÌo autorizadosî.
En el Anexo 3 se incluye un c·lculo de los costos incurridos por Federal Express en la entrega
de una carta urgente promedio en Estados Unidos.
TecnologÌa. Federal Express se creÛ justo en el momento en que los ordenadores empezaban a
utilizarse de manera generalizada en las empresas, y la propia compaÒÌa se enorgullecÌa de contar
con las tecnologÌas m·s avanzadas en el campo de la inform·tica y la logÌstica. Su sistema
inform·tico central, denominado COSMOS, se encargaba de coordinar los vehÌculos, el personal,
* Nota del traductor: Las calificaciones se realizan en una escala que va de A a F en orden decreciente
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los paquetes y correspondencia, las rutas y la informaciÛn meteorolÛgica. Las personas
encargadas de gestionar los repartos utilizaban potentes equipos de rastreo, esc·neres port·tiles
de cÛdigos de barras y pequeÒos ordenadores, con el fin de introducir los datos acerca de cada
uno de los envÌos que tramitaban. HabÌa adem·s un sistema de distribuciÛn con asistencia digital
(DADS, seg˙n sus siglas en inglÈs) que conectaba el ordenador central con todo el personal de
recogida de los envÌos. El sistema DADS dirigÌa a los mensajeros a los lugares de recogida de
correspondencia y cargaba la informaciÛn procedente de los equipos de rastreo en el sistema
COSMOS. Las estaciones de trabajo de los centros de atenciÛn al cliente, tambiÈn conectadas a
COSMOS, ayudaban a los representantes de servicios a tramitar las solicitudes hechas por los
clientes. La empresa decÌa que su sistema de comando y control, que se encargaba de supervisar
todas las operaciones de vuelo, era ìel mayor proyecto UNIX del mundo de car·cter
usuario/servidor y orientado a objetosî20. Sus centros de distribuciÛn en aeropuertos eran de los
m·s automatizados del sector.
Con el fin de complementar todos esos sistemas internos, Federal intentÛ conectar tecnologÌas
equivalentes en las instalaciones de sus principales clientes. AsÌ, la compaÒÌa entregÛ a los
clientes, sin costo alguno por su parte, terminales inform·ticos de la marca Powership y
programas inform·ticos de envÌos que les permitÌan preparar la documentaciÛn correspondiente
a los envÌos, agilizar la facturaciÛn y realizar el seguimiento de sus envÌos. En el aÒo 1997,
seiscientos mil clientes contaban ya con sistemas Powership, y el n˙mero de usuarios de
estaciones Powership o de software de envÌos representaba el 60% del total de clientes de Federal
Express. La p·gina de Internet de Federal (http://www.fedex.com) era considerada por los
especialistas inform·ticos como un sitio Web ˙nico que permitÌa a los usuarios hacer cosas
pr·cticas; asÌ, por ejemplo, los clientes podÌan realizar el seguimiento de un envÌo, programar una
recogida, preparar la documentaciÛn correspondiente o imprimir la etiqueta de cÛdigo de barras
para un paquete.
En tÈrminos generales, Federal Express era considerada una empresa que dedicaba grandes
recursos a la mejora de la calidad. En el aÒo 1990, se convirtiÛ en la primera compaÒÌa de servicios
que recibÌa el Premio Nacional de Calidad Malcolm Baldrige. La evaluaciÛn de la calidad del
servicio se realizaba de manera regular y de muy diversas formas. La empresa hacÌa un
seguimiento del resultado de los envÌos a travÈs de la concesiÛn de una puntuaciÛn que iba de 0 a
10 en funciÛn de los tipos de fallos (por ejemplo, un punto para un retraso en la entrega dentro
del mismo dÌa previsto, diez puntos para un paquete perdido) y controlaba los puntos de
penalizaciÛn de manera diaria, semanal y mensual. De forma an·loga, la empresa evaluaba la
satisfacciÛn de los clientes a travÈs de llamadas telefÛnicas. Cuarenta y ocho veces todos los dÌas,
la compaÒÌa comprobaba los resultados de los centros de llamadas de atenciÛn al cliente, esto es,
el tiempo medio de respuesta, el n˙mero de llamadas en espera, el n˙mero de llamadas
transferidas, etc. Por otro lado, Federal Express realizaba tambiÈn encuestas entre los clientes
todos los trimestres. El objetivo de servicio siempre perseguido por la compaÒÌa era lograr una
satisfacciÛn del cliente del cien por ciento. Con el fin de lograr ese grado Ûptimo de satisfacciÛn,
Federal contaba con equipos de trabajo sobre la calidad formados por un n˙mero que iba de
cuatro a diez empleados, dedicados a resolver los obst·culos concretos que impidieran alcanzar
ese objetivo.
Mercadeo y ventas. La puesta en marcha de agresivas campaÒas de mercadeo habÌa sido
uno de los sellos distintivos de la empresa desde los aÒos setenta. Sus lemas publicitarios
difundidos por todo el paÌs (ìCuando es necesario que llegue, sin discusiÛn alguna, al dÌa
siguienteî y, m·s recientemente, ìEl mundo sin retrasosî) eran enormemente populares. En el
aÒo 1996, el gasto en publicidad de la compaÒÌa superÛ los 138 millones de dÛlares. Adem·s de la
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publicidad, Federal Express movilizaba a m·s de 1.100 representantes de ventas con el fin de
promocionar sus productos entre los grandes clientes de empresa. Federal respaldaba sus
actividades de mercadeo con la garantÌa de devoluciÛn del dinero en caso de no entrega puntual.
Recursos humanos y cultura empresarial. Fred Smith, todavÌa firmemente al mando de
Federal Express en el aÒo 1997, repetÌa muy a menudo el lema de la empresa: ìPersonas, Servicio,
Beneficio... Cuando se coloca a las personas en el primer lugar, ellos ofrecer·n el mejor servicio
posible, y los beneficios vendr·n inmediatamenteî21. Como respaldo de esa filosofÌa, la empresa
contaba con numerosas polÌticas especÌficas en el ·rea de recursos humanos.
La compaÒÌa destinaba millones de dÛlares a amplios programas de formaciÛn. El personal
dedicado al servicio de atenciÛn al cliente, por ejemplo, recibÌa un curso de seis semanas antes de
responder a las llamadas telefÛnicas de servicio, se le impartÌan varias horas de formaciÛn de
seguimiento todos los meses y realizaba dos pruebas inform·ticas al aÒo. La empresa sometÌa a
pruebas a travÈs del ordenador tanto a los directivos como a los trabajadores por horas, y
organizaba cursos de recuperaciÛn para aquellos empleados que no las habÌan superado. Muchos
de los programas de formaciÛn estaban dedicados Ìntegramente a la mejora de la calidad.
A los empleados se les concedÌa un amplio margen de libertad para que tomasen sus propias
decisiones. Los empleados del centro de facturaciÛn, por ejemplo, tenÌan capacidad para ofrecer
reembolsos de hasta dos mil dÛlares sin necesidad de autorizaciÛn de la empresa. La alta
direcciÛn de Federal confiaba en que sus empleados fueran capaces de asumir riesgos y
solucionar los problemas a su propia manera. Se contaban entonces muchas historias acerca de la
capacidad de asunciÛn de riesgos y de soluciÛn de problemas de los empleados. AsÌ, se decÌa que
un mensajero, despuÈs de haber perdido la llave de un buzÛn de la empresa, subiÛ el buzÛn
entero a su camioneta y lo llevÛ al centro de clasificaciÛn de la ciudad, donde pudo ser abierto22.
Federal Express daba mucha importancia a la comunicaciÛn dentro de la empresa. ExistÌa un
departamento de Comunicaciones para los Empleados en el que trabajaban cincuenta personas y
que gastaba alrededor de setenta dÛlares al aÒo por empleado en la ediciÛn de cientos de
publicaciones impresas y de programas audiovisuales. HabÌa tambiÈn un sistema interno de
televisiÛn por circuito cerrado, denominado FXTV, por el que se retransmitÌan diariamente las
noticias m·s importantes relacionadas con la compaÒÌa (volumen de envÌos, evaluaciÛn de la
eficacia de los servicios, precio de las acciones, etc.), las condiciones meteorolÛgicas en todo el
paÌs, informaciÛn acerca de las empresas competidoras y muchas otras cosas m·s. Alguna que
otra vez, la alta direcciÛn presentaba programas de entrevistas con participaciÛn del p˙blico a
travÈs del telÈfono en el sistema FXTV.
Todos los directivos, hasta llegar a Fred Smith, recibÌan gratificaciones en funciÛn del
cumplimiento de una serie de objetivos previamente fijados. La satisfacciÛn de los empleados,
medida a travÈs de una encuesta anual, desempeÒaba un papel fundamental a la hora de fijar la
retribuciÛn de los directivos. El personal que trabajaba por horas y que cumplÌa los objetivos que
se le habÌan fijado tenÌa tambiÈn derecho a recibir gratificaciones; la puntuaciÛn conseguida en las
pruebas antes mencionadas tambiÈn influÌa en dichos incentivos. Los programas de
remuneraciÛn de los empleados solÌan hacer hincapiÈ en objetivos cuantificables asociados a la
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705-S28 Airborne Express (A)
satisfacciÛn de los clientes. A todos los empleados que trabajaban m·s de mil horas al aÒo y que
no estaban afiliados a un sindicato se les aplicaba autom·ticamente un programa de participaciÛn
en los beneficios de la empresa. En Federal Express, sÛlo el personal de vuelo estaba afiliado
sindicalmente.
Los programas de gratificaciones eran un complemento del sistema oficial de remuneraciones.
Los directivos locales gozaban de libertad para conceder el premio denominado Bravo Zulu (que
en el lenguaje de la Marina significa ìbien hechoî) a cualquier empleado que hubiera superado
con creces los objetivos marcados. Los premios otorgados eran pequeÒos, pero eran r·pidos y se
daban a conocer a todo el mundo. Al finalizar la huelga de UPS del aÒo 1997, Federal Express
distribuyÛ gratificaciones ˙nicas por un importe total de veinte millones de dÛlares con el fin de
agradecer a los empleados el esfuerzo extraordinario que habÌan hecho durante la huelga.
Operaciones internacionales. En el aÒo 1985, Federal Express empezÛ a hacer realidad la
idea de Fred Smith de reparto de correo urgente por todo el mundo. Sin embargo, la necesidad de
crear una red mundial integrada demostrÛ ser algo prohibitivo a causa de su costo. DespuÈs de
que las pÈrdidas operativas en el extranjero alcanzasen la cifra de 600 millones de dÛlares en 1992
(vÈase el Anexo 4), la compaÒÌa redujo sus ambiciones en ese campo de manera m·s que notable.
AsÌ, empezÛ a concentrarse principalmente en realizar entregas desde Estados Unidos a otros
paÌses, y a la inversa, y a colaborar con empresas asociadas para la distribuciÛn de los envÌos en
muchos lugares. En el aÒo 1997, no obstante, la compaÒÌa parecÌa dispuesta a relanzar su
expansiÛn internacional. Se creÛ entonces una nueva filial dedicada a los envÌos dentro del
continente asi·tico, y el director general de Finanzas Alan Graf afirmaba que los beneficios
internacionales superarÌan a los nacionales en el plazo de cinco aÒos23. Federal Express aseguraba
entonces que su red internacional, incluidas las compaÒÌas asociadas a ella, abarcaba a doscientos
once paÌses que representaban el 99 por ciento del PIB mundial.
Historia. Si Federal Express era la compaÒÌa de color morado y naranja de los aÒos setenta,
United Parcel Service fue la empresa de color marrÛn tipo vagÛn de ferrocarril pullman de una
AmÈrica m·s antigua y humilde. Constituida en Seattle en el aÒo 1907 como un servicio de
mensajerÌa, UPS pronto logrÛ situarse como la principal agencia repartidora de los grandes
almacenes del paÌs.
En 1922, en el sur de California, UPS puso en marcha un servicio experimental de ìcompaÒÌa
general de transportesî con el fin de dedicarse al reparto de paquetes en general, no sÛlo de
pedidos de grandes almacenes, a travÈs de camiones. A medida que la propiedad privada de
automÛviles se convertÌa en la regla general del paÌs y que los grandes almacenes se desplazaban
a las afueras de las grandes ciudades durante los pasados aÒos cincuenta, UPS se vio obligada a
reorganizar completamente sus actividades en torno a aquel primer servicio experimental. Con el
10
Airborne Express (A) 705-S28
propÛsito de consolidarse como compaÒÌa general de transporte de paquetes, tuvo que hacer
frente a m˙ltiples batallas legales y regulatorias para poder conseguir el derecho a realizar
repartos dentro de los Estados del paÌs y entre Èstos. No fue hasta el aÒo 1980 en que UPS
consiguiÛ alcanzar su objetivo de tener una cobertura de servicios completamente nacional.
Desde la compra en 1913 de su primer vehÌculo, el modelo Ford T, UPS realizÛ el reparto de la
mayor parte de sus paquetes por vÌa terrestre. Cabe seÒalar como anÈcdota que los vehÌculos iban
pintados de color marrÛn con el fin de ocultar la suciedad de las carreteras, a menudo sin asfaltar.
En 1929, un grupo de bancos de inversiÛn decidiÛ crear una compaÒÌa aÈrea para envÌos urgentes
y pidiÛ a UPS que suministrase los correspondientes servicios terrestres como complemento del
servicio general. UPS permitiÛ entonces que los bancos participaran y adquirieran el control de la
compaÒÌa. La Gran DepresiÛn estadounidense acabÛ con el sueÒo de la joven empresa de
servicios aÈreos, pero dejÛ a UPS en manos de los bancos. Los fundadores y directivos de la
empresa se defendieron como pudieron de los bancos, y finalmente consiguieron, cuatro aÒos
despuÈs, adquirir nuevamente a la compaÒÌa. Seg˙n las propias palabras de uno de los
fundadores de UPS:
Cuatro aÒos terribles despuÈs de nuestro primer enredo con aquellas participaciones
financieras externas y en el punto m·s bajo de la gran depresiÛn estadounidense...
conseguimos recuperar por nosotros mismos la propiedad total de todas las acciones de
nuestra empresa... asÌ, en aquellos cuatro aÒos, aprendimos bien una lecciÛn que jam·s
olvidaremos25.
A partir de 1953, UPS empezÛ a ofrecer servicios de entrega en el plazo de dos dÌas por
transporte aÈreo entre las principales ciudades de Estados Unidos. Dicho servicio aÈreo
complementaba la red terrestre de UPS gracias a los servicios de transporte de carga de las
grandes lÌneas aÈreas del paÌs. Pero no fue hasta el aÒo 1981 en que UPS se decidiÛ a comprar su
primer aviÛn; y, en 1987, la compaÒÌa tomÛ control directo de todas las operaciones aÈreas.
Durante la mayor parte de su historia, UPS considerÛ a la AdministraciÛn de Correos
estadounidense su rival principal. Al estar los precios de sus servicios sujetos a un riguroso
control por parte del gobierno, UPS buscÛ sin cesar la manera de reducir los costos. Los
fundadores de la empresa se sentÌan admirados de los principios cientÌficos de gestiÛn de
Frederick Taylor, por lo que contrataron a los discÌpulos de Taylor con el fin de que aplicasen
dichas ideas a UPS26. Los estudios de productividad consiguieron determinar las pr·cticas m·s
eficientes a seguir por los conductores de vehÌculos. AsÌ, por ejemplo, se ordenÛ a los
conductores/repartidores que anduviesen de manera r·pida y enÈrgica, que llamasen a la puerta y
que tambiÈn tocasen el timbre siempre que fueran a hacer una entrega, asÌ como que tuviesen las
llaves listas cuando volvieran caminando hacia el camiÛn. El resultado de esos procesos fue la
consecuciÛn de un costo extraordinariamente reducido por unidad entregada.
Al igual que la AdministraciÛn de Correos, UPS siempre habÌa cobrado un precio ˙nico a
todos sus clientes. Tal como afirmaba un antiguo director general de la empresa, ìNos hemos
sentido siempre muy orgullosos de poder decir que nuestras abuelas pagaron los mismos precios
que General Motorsî27. Con el fin de reducir a˙n m·s los costos, UPS recogÌa los paquetes a su
propia conveniencia, no en funciÛn de las necesidades o los gustos de los clientes. Como no vio
ninguna razÛn para dedicar dinero a la recogida de informaciÛn, no podÌa realizar un
seguimiento f·cil de los envÌos.
El Èxito de Federal Express en el servicio aÈreo de correo urgente y, sobre todo, el Èxito de RPS
en el servicio terrestre, hicieron despertar de su letargo a UPS a finales de los pasados aÒos
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705-S28 Airborne Express (A)
ochenta y principios de los noventa. Con el fin de igualar a sus competidores, UPS se reorganizÛ y
centrÛ sus actividades en torno a los servicios de atenciÛn al cliente e invirtiÛ miles de millones de
dÛlares en la compra de aviones, en infraestructuras de clasificaciÛn de repartos y en nuevas
tecnologÌas. Por lo que dice todo el mundo, el cambio fue traum·tico para una empresa que se
sentÌa muy orgullosa de su tradiciÛn y legado. AsÌ, incluso la propuesta de pintar globos en sus
camiones encontrÛ una fuerte oposiciÛn entre los directivos m·s tradicionales28. A pesar de todo,
durante los aÒos noventa, UPS fue aclamada por la prensa econÛmica como empresa ˙nica en su
clase, esto es, una gran empresa que habÌa conseguido modificar totalmente su rumbo y con
Èxito29.
Operaciones. En el aÒo 1996, UPS contaba con una nÛmina de 336.000 empleados, con un
parque de 160.000 camiones y con unos 500 aviones que le permitÌan entregar doce millones de
paquetes diarios y que generaban ingresos anuales superiores a los 22.000 millones de dÛlares. A
diario, la empresa repartÌa alrededor de 1,6 millones de paquetes de entrega urgente.
Sus operaciones aÈreas se concentraban en un aeropuerto central de distribuciÛn situado en
Louisville (Kentucky), que se complementaba con otros cinco aeropuertos de distribuciÛn
repartidos por todo el paÌs. Al no cotizar en Bolsa y ser una sociedad poco comunicativa (vÈase
m·s adelante), UPS hacÌa p˙blicos muy pocos detalles de sus operaciones. Si se tiene en cuenta
sÛlo la enorme inversiÛn realizada en nuevas instalaciones durante finales de los aÒos ochenta y
los noventa, la mayorÌa de los analistas del sector podÌa imaginar que los centros de clasificaciÛn
y distribuciÛn de UPS estaban muy automatizados y hacÌan uso de las ˙ltimas tecnologÌas.
Las actividades aÈreas compartÌan algunas de las instalaciones que UPS utilizaba en la red de
transporte terrestre tradicional. Adem·s, y lo que es m·s importante, un ˙nico parque de
camiones se encargaba de realizar las recogidas y entregas de todos los envÌos de UPS. Como
consecuencia de ello, los conductores de UPS llegaban a recoger por parada un n˙mero de
paquetes hasta tres veces superior al de los de Federal Express.
TecnologÌa. UPS se esforzÛ al m·ximo para igualar la capacidad de tecnologÌas de la
informaciÛn de Federal Express, invirtiendo 3.000 millones de dÛlares en tecnologÌas de ˙ltima
generaciÛn entre 1990 y 199530. La nÛmina dedicada a actividades tÈcnicas, inform·ticas y de
investigaciÛn y desarrollo se habÌa incrementado de 95 empleados en el aÒo 1984 a m·s de 4.00031.
En 1997, la empresa habÌa superado ya la mayor parte de la brecha tecnolÛgica sufrida. AsÌ, por
ejemplo, ya era capaz de realizar un seguimiento eficiente de los paquetes, dar un justificante de
entrega de manera electrÛnica y, con seguridad, otorgar una garantÌa de devoluciÛn del dinero en
caso de no realizar la entrega a tiempo. Su p·gina Internet (http://www.ups.com) ofrecÌa servicios
muy similares a los prestados por Federal Express, de manera que sus clientes podÌan utilizar
dicho sitio Web para realizar el seguimiento de un envÌo, programar una recogida, preparar la
documentaciÛn de las entregas, comprobar los precios y hacer muchas cosas m·s. En un centro de
m·s de catorce hect·reas, situado en Nueva Jersey, la compaÒÌa realizaba las operaciones de su
ordenador central, y adem·s contaba con otro emplazamiento en Georgia donde se realizaban las
copias de seguridad en caso de que se produjeran desastres o averÌas en las instalaciones de
Nueva Jersey.
Mercadeo y ventas. Antes de los aÒos ochenta, UPS no contaba con un departamento de
mercadeo y hacÌa muy poca o casi ninguna publicidad. Sin embargo, en el aÒo 1996, la prensa
hablaba de campaÒas de publicidad por valor de 80 a 100 millones de dÛlares32. Una agencia
dedicada a realizar el seguimiento de los principales anunciantes nacionales descubriÛ que UPS
gastÛ casi un ochenta por ciento m·s en publicidad en los medios de comunicaciÛn que Federal
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Airborne Express (A) 705-S28
Express durante el aÒo 199633. La empresa contaba con unos 2.700 directivos responsables de las
cuentas de los clientes m·s importantes.
Recursos humanos y cultura empresarial. UPS se enorgullecÌa de ìser propiedad de sus
directivos y estar gestionada por sus propietariosî. Las acciones de la sociedad no se cotizaban en
las bolsas de valores, sino que se emitÌan y transmitÌan a los directivos de la empresa, quienes
podÌan mantenerlas, venderlas a la compaÒÌa o a otros directivos, o bien transmitirlas a sus
herederos. La empresa tenÌa su propio mercado de compra y venta de las acciones, fijando el
precio al que estaba dispuesta a comprar un n˙mero determinado de acciones.
A la hora de establecer el precio de las acciones, el Consejo de AdministraciÛn tenÌa en cuenta
las perspectivas a largo plazo de la sociedad. AsÌ, ignoraba por completo todo aquello que
consideraba oscilaciones a corto plazo en las valoraciones de compaÒÌas equivalentes34. Con
anterioridad a la huelga vivida en el aÒo 1997, el precio de las acciones de UPS no habÌa caÌdo
nunca. Su valor subiÛ de manera especialmente r·pida desde el mes de enero de 1995 (momento
en que su precio era de 23,5 dÛlares) hasta agosto de 1997, cuando alcanzÛ un m·ximo de 30,5
dÛlares.
Todos los aÒos, UPS dedicaba hasta el quince por ciento de sus beneficios antes de impuestos
a la compra de acciones de la compaÒÌa. A continuaciÛn, se distribuÌan dichas acciones entre los
directivos, desde la categorÌa de supervisores de entrada hasta la de director general. Como
consecuencia de ello, y seg˙n afirmaba un antiguo director general, ìContamos con [miles de]
directivos propietarios que tienen pr·cticamente cada centavo que poseen invertido en las
acciones de esta compaÒÌaî. En el aÒo 1995 se creÛ un programa destinado a que los empleados
no pertenecientes a la direcciÛn de la empresa pudieran tambiÈn comprar acciones. A finales de
1996, 27.000 directivos activos poseÌan aproximadamente el 32 por ciento de todas las acciones y
60.000 empleados de las categorÌas inferiores poseÌan el 2,7 por ciento de las mismas. Los
directivos jubilados, sus herederos, asÌ como diversos fondos de inversiÛn eran los propietarios
del resto del capital social.
UPS confiaba en que sus directivos considerasen sus puestos de trabajo como compromisos
para toda la vida. Pr·cticamente todos los miembros del Ûrgano supremo de direcciÛn, el ComitÈ
Ejecutivo, empezaron sus carreras profesionales en UPS como empleados por horas o
supervisores directos. La mayorÌa de ellos empezÛ a trabajar en UPS como conductor35. El
Reglamento Interno de UPS se comprometÌa explÌcitamente a nombrar a los directivos a partir de
personal de la propia empresa, siempre que ello fuera posible.
El Reglamento Interno era una especie de Biblia para UPS. Un antiguo director general (que se
incorporÛ a UPS como empleado administrativo en el aÒo 1925) seÒalaba que ìexcepto por los
cambios editoriales hechos para adaptar el lenguaje a nuestros dÌas, en la actualidad, nuestro
Reglamento Interno sigue siendo b·sicamente el mismo que tuvimos en el origen, que en el aÒo
1929 se distribuyÛ a sÛlo catorce directivos de la compaÒÌaî36.
El Reglamento Interno tambiÈn hacÌa especial hincapiÈ en la direcciÛn de la empresa por
consenso. ìA pesar de que estamos organizados como una sociedad mercantil, ... tomamos las
decisiones de direcciÛn como si fuÈramos sociosî. Por otra parte, el reglamento daba gran
importancia a una Ètica basada en la humildad. Un visitante a la sede social de la empresa decÌa
de ello lo siguiente:
Los edificios eran sobrios, actuales y sencillos... Las mesas y las sillas de las oficinas eran
funcionales. Las paredes, si no habÌan sido eliminadas, mostraban im·genes sencillas
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705-S28 Airborne Express (A)
similares a las creadas por el dibujante Norman Rockwell, con vehÌculos de transporte de
UPS dando servicio a pequeÒos pueblos del paÌs. Las alfombras, allÌ donde existÌan, eran
delgadas y se habÌan puesto para dar una mayor sensaciÛn de limpieza, nunca de
comodidad. Los despachos eran todos de tamaÒos similares. Los puestos para estacionar
los vehÌculos de los empleaos estaban disponibles por orden de llegada. El propio
estacionamiento estaba lleno de automÛviles de tamaÒo medio, nada extravagantes. Las
personas que conducÌan automÛviles deportivos llamativos sufrÌan las crÌticas de sus
compaÒeros37.
Tradicionalmente, los directores administrativos limpiaban sus mesas de despacho al tÈrmino
de cada jornada laboral, y estaba prohibido comer y beber en los terminales inform·ticos.
Ese estilo de trabajo enormemente disciplinado se extendÌa tambiÈn al personal tÈcnico de la
empresa. Los ingenieros industriales se dedicaban a perfeccionar continuamente los mÈtodos de
trabajo de los conductores y los responsables de la clasificaciÛn y, de vez en cuando, los directivos
se trasladaban junto a los conductores para anotar sus movimientos y comprobar su eficiencia38.
Desde siempre, los altos sueldos pagados a los empleados habÌan hecho que las relaciones
entre los trabajadores y la direcciÛn fueran buenas. En el aÒo 1997, los conductores a tiempo
completo de UPS se encontraban entre los mejores pagados del paÌs, ganando unos veinte dÛlares
por hora m·s las gratificaciones39. El sindicato denominado ìHermandad Internacional de
Camionerosî, que representaba a 190.000 empleados de UPS, habÌa desempeÒado un papel
decisivo a la hora de fijar esos sueldos tan altos. Por el contrario, los conductores no sindicados de
Federal Express ganaban sÛlo de 10 a 17 dÛlares por hora.
Durante los ˙ltimos aÒos de la dÈcada de los ochenta y los primeros de los noventa, dicha
hermandad centrÛ sus demandas en el aumento de los sueldos de los empleados de UPS con
dedicaciÛn exclusiva, que solÌan ser los m·s comprometidos con el sindicato. La diferencia
existente entre los sueldos pagados al personal a tiempo completo y al que trabajaba a tiempo
parcial era cada vez mayor, por lo que la empresa preferÌa contratar cada vez m·s mano de obra a
tiempo parcial. Como el correo urgente se clasificaba en turnos r·pidos y de mucho trabajo, los
empleados a tiempo parcial eran especialmente importantes para los servicios exprÈs. De los 5.200
trabajadores del aeropuerto central de distribuciÛn de Louisville en 1997, 4.900 lo eran a tiempo
parcial. De Èstos, los que se dedicaban a las tareas de clasificaciÛn empezaban ganando ocho
dÛlares por hora. Tan sÛlo de diez a veinte trabajadores a tiempo parcial de ese aeropuerto
conseguÌan pasar a ser empleados a tiempo completo cada aÒo.
Las tensiones entre la direcciÛn de UPS y los sindicatos llegaron a su punto m·s ·lgido en el
mes de agosto de 1997, cuando UPS sufriÛ la primera huelga nacional de su historia. El paro de
diecisÈis dÌas hizo paralizarse a la compaÒÌa y provocÛ un trastorno importante a toda la
economÌa del paÌs. Los clientes lucharon por conseguir enviar doce millones de paquetes diarios a
travÈs de otros medios, por lo cual las compaÒÌas competidoras de UPS tuvieron que trabajar al
lÌmite de sus posibilidades.
El convenio sindical logrado como resultado de la huelga fue considerado como una victoria
para los sindicatos. UPS acordÛ crear diez mil nuevos puestos de trabajo a tiempo completo
durante los cinco aÒos de duraciÛn del convenio. A los sueldos de los empleados a tiempo parcial
con m·s antig¸edad en la empresa se les fijÛ un incremento del 35 por ciento distribuido en cinco
aÒos, y a los sueldos de los empleados a tiempo completo se les acordÛ una subida del 15 por
ciento. Asimismo, UPS habÌa querido suprimir un plan de pensiones m˙ltiple de varias empresas
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Airborne Express (A) 705-S28
La huelga costÛ directamente a UPS 700 millones de dÛlares en ingresos perdidos, y empaÒÛ la
fama de la empresa de ofrecer un servicio de entregas absolutamente fiable. DespuÈs de la huelga,
el volumen de envÌos bajÛ un cinco por ciento respecto a lo que se consideraba normal41. El 20 de
agosto de 1997, el Consejo de AdministraciÛn redujo el precio de las acciones que Èl mismo fijaba,
por primera vez en la historia de la empresa, en cincuenta centavos hasta llegar a cotizar a 30
dÛlares.
Operaciones internacionales. Al igual que Federal Express, UPS habÌa invertido mucho
dinero en crear una red de distribuciÛn mundial. Los activos en el extranjero de la empresa
estaban valorados en casi 2.000 millones de dÛlares y daban servicio a m·s de doscientos paÌses.
Las pÈrdidas operativas correspondientes seguÌan siendo de cientos de millones de dÛlares, pero
la empresa parecÌa continuar estando dispuesta a invertir m·s dinero en esas actividades.
Airborne Express
Airborne Express tenÌa su sede social en Seattle (Washington) y muy a menudo era la
compaÒÌa ìolvidadaî del negocio de correo urgente42. Mientras que Federal Express estaba
siempre en los titulares de la prensa y lo mismo ocurrÌa, a su pesar, con UPS, Airborne rara vez
atraÌa las noticias del sector. Sin embargo, durante los ˙ltimos cinco aÒos, habÌa crecido mucho
m·s deprisa que cualquiera de sus dos rivales, mucho m·s grandes y conocidos (vÈanse los datos
correspondientes en el Anexo 6). En el aÒo 1997, Airborne contaba con alrededor del 16 por ciento
de la cuota de mercado nacional de correo urgente.
Historia. La empresa provenÌa de dos compaÒÌas especializadas en transporte aÈreo de
mercancÌas. En el aÒo 1946 se constituyÛ la AsociaciÛn de Transporte AÈreo de Flores de
California con el objeto de transportar flores frescas procedentes de Hawai al continente
estadounidense. La otra sociedad era Pacific Air Freight, fundada en 1949 y dedicada al reparto
de productos perecederos con origen y destino en Alaska. Ambas compaÒÌas se diversificaron con
el fin de convertirse en agencias de transporte aÈreo general de mercancÌas y finalmente se
fusionaron en el aÒo 1968 para crear la nueva sociedad Airborne Freight Corporation. De los
cientos de agencias de transporte que existÌan antes de la constituciÛn de Federal Express y del
puÒado que entrÛ en el mercado de correo urgente tras el Èxito de Federal, Airborne fue sin duda
la que m·s Èxito consiguiÛ de todas.
Con anterioridad, el objetivo de Airborne habÌa sido captar aquellos clientes de empresa que,
de manera regular, enviaban grandes vol˙menes de artÌculos urgentes, especialmente a otros
emplazamientos comerciales. Uno de sus clientes m·s caracterÌsticos era Xerox, que debÌa enviar
componentes de sus productos de manera diaria desde sus almacenes centrales a los tÈcnicos de
reparaciones que se encontraban dispersos por todo Estados Unidos. Deliberadamente, Airborne
dejaba pasar por alto las entregas a particulares y a consignadores poco regulares. En el aÒo 1995,
por ejemplo, la compaÒÌa decidiÛ dejar de dar servicio a las empresas de venta por
correspondencia con necesidades estacionales de entrega demasiado extremas43. Ray Berry,
vicepresidente del ·rea de AdministraciÛn de Servicios de Campo, destacaba asÌ la importancia
de concentrarse en clientes de empresa especÌficos:
Es muy ventajoso que seamos selectivos a la hora de elegir a los clientes a los que
damos servicio y respecto a los servicios que ofrecemos. Las necesidades de los clientes que
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705-S28 Airborne Express (A)
nos dedicamos a satisfacer son aquÈllas en las que nos mostramos m·s eficaces. Si, por
ejemplo, tenemos grandes clientes que atienden a sus pedidos por correo y que sÛlo sirven
a particulares, entonces no somos capaces de darles un servicio tan bueno como el que
prestamos a IMB o a Xerox. Ya que no podemos dar todo tipo de servicios a todo tipo de
clientes, preferimos elegir la categorÌa de clientes a los que mejor podamos atender44.
Operaciones. Airborne Express contaba con una nÛmina de 12.700 empleados a tiempo
completo y 8.000 a tiempo parcial, con un parque de 13.300 camionetas y una flota de 175 aviones,
con los cuales repartÌa alrededor de 900.000 paquetes y documentos diariamente.
Al contrario de Federal Express y UPS, Airborne era propietaria del aeropuerto que utilizaba
como su principal centro de distribuciÛn y reparto. La compaÒÌa habÌa comprado esa instalaciÛn
(una base aÈrea abandonada del EjÈrcito situada en Wilmington, en el Estado de Ohio) por el
precio de 875.000 dÛlares en el aÒo 1980. Como consecuencia de ello, no se veÌa obligada a pagar
derechos de aterrizaje, ni tenÌa que enfrentarse a obst·culos por la adaptaciÛn de las instalaciones
a sus necesidades. Por otro lado, se veÌa obligada a realizar las labores de mantenimiento del
aeropuerto por sÌ misma y no podÌa compartir los gastos de las instalaciones con otras compaÒÌas
aÈreas.
Airborne habÌa construido un centro de almacenamiento en su centro de Wilmington, que
alquilaba a clientes de empresa. AsÌ, por ejemplo, varios vendedores minoristas de ordenadores
por correspondencia almacenaban sus productos en los almacenes de Airborne llamados
familiarmente la ìBolsa de Comercioî. Esas compaÒÌas minoristas admitÌan pedidos por parte de
sus clientes hasta las dos de la maÒana y podÌan entregar sus productos durante el mismo dÌa
gracias a Airborne. Federal Express y UPS ofrecÌan servicios de almacenamiento similares, pero
no situados en el mismo lugar que el aeropuerto. Asimismo, Airborne daba servicio en
Wilmington a la ˙nica zona de comercio exterior de propiedad privada del paÌs. El rÈgimen
jurÌdico del aeropuerto, seg˙n lo dispuesto en la Ley de Reinversiones Comunitarias para zonas
especÌficas, le permitÌa disfrutar de importantes rebajas en los impuestos sobre la propiedad
inmobiliaria.
En sus operaciones de clasificaciÛn, Airborne utilizaba menos equipos automatizados que
recursos humanos, al contrario de Federal Express o UPS. Los sueldos iniciales de empleados a
tiempo parcial en las zonas rurales de Ohio eran de unos siete dÛlares por hora. El personal del
aeropuerto central de Wilmington no estaba afiliado a sindicatos. En conjunto, los sindicatos
representaban aproximadamente a la mitad de la nÛmina de Airborne, incluidos todos los pilotos.
La flota aÈrea de Airborne estaba formada principalmente por aviones de segunda mano,
fabricados en los aÒos sesenta y setenta, utilizados durante aÒos por otras compaÒÌas, comprados
por Airborne y modificados por Èsta en funciÛn de sus necesidades (vÈase el Anexo 7). Los
directivos de Airborne pensaban que un aviÛn usado v·lido para sus servicios podÌa comprarse
por unos cinco millones de dÛlares y acondicionarse seg˙n sus exigencias por otros cinco o diez
millones de dÛlares m·s. La compaÒÌa habÌa acordado recientemente comprar y transformar doce
Boeing 767 por el precio de veinticuatro millones de dÛlares cada uno. Los contenedores de carga,
patentados por la propia Airborne, entraban perfectamente por la puerta de acceso de pasajeros
de sus aviones, por lo cual no precisaban una puerta especial. Airborne conseguÌa que sus aviones
volasen con volumen real de carga de pr·cticamente el ochenta por ciento de su capacidad total.
Por lo general, sus competidores alcanzaban unos porcentajes de utilizaciÛn de la capacidad
comprendidos entre el 65 y el 70 por ciento del total. Por otra parte, los analistas del sector
calculaban que el ochenta por ciento de los costos de un vuelo no variaba en funciÛn del volumen
de cargamento transportado.
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Airborne Express (A) 705-S28
Los consignadores y los destinatarios de los paquetes de Airborne estaban situados
principalmente en las grandes ·reas metropolitanas; asÌ, los analistas del sector pensaban que de
un ochenta a un ochenta y cinco por ciento del volumen total transportado se efectuaba entre las
cincuenta ·reas metropolitanas principales del paÌs. En el caso de Federal Express, dicho
porcentaje se reducÌa a menos del sesenta por ciento, y en el de UPS era todavÌa inferior. Por otro
lado, un porcentaje superior del volumen total transportado por Airborne estaba compuesto de
entregas por la tarde y para el segundo dÌa. Como consecuencia de ello, Airborne podÌa utilizar
camiones de manera mucho m·s frecuente que sus competidores principales para una parte de
sus entregas a larga distancia. Alrededor de un treinta por ciento del volumen transportado por
Airborne no precisaba los servicios de un aviÛn (frente a un quince por ciento en el caso de
Federal Express)45. Los analistas del sector consideraban que los costos de un camiÛn
representaban tan sÛlo un tercio de los costos derivados de la propiedad y del funcionamiento de
una capacidad an·loga en aviones.
Por regla general, un mensajero de Airborne recogÌa y repartÌa m·s paquetes por parada que
un conductor de Federal Express. Seg˙n otro de los c·lculos hechos, de esa manera la empresa
conseguÌa reducir los costos laborales por unidad en un veinte por ciento en los casos de recogida
y de un diez por ciento en los de entrega. Al revÈs de UPS y Federal Express, que generalmente
prometÌan un servicio al dÌa siguiente antes de las diez y media de la maÒana, Airborne se
comprometÌa casi siempre a entregar sus repartos antes del mediodÌa. Un analista del sector
calculaba que del 96 al 97 por ciento de todas las entregas de Airborne se hacÌan a la hora
prevista. El porcentaje correspondiente a Federal Express y UPS era de un 99 por ciento o incluso
superior.
Cuando hablamos de nuevas tecnologÌas, en Airborne no nos referimos para nada a
cosas superficiales. Utilizamos a nuestros competidores como conejillos de Indias. Les
dejamos que prueben todas las novedades que salen al mercado y comprobamos lo que
funciona y lo que no. Nosotros no compramos nuevas tecnologÌas hasta el momento en que
verificamos que nuestros clientes van a verse directamente beneficiados por ellas46.
El principal sistema inform·tico de Airborne, el denominado sistema de control y
actualizaciÛn en lÌnea del transporte (FOCUS, seg˙n sus siglas en inglÈs), ofrecÌa muchas
aplicaciones similares a las aportadas por el sistema COSMOS de Federal Express. Airborne
ofrecÌa a sus consignatarios principales diversos productos y dispositivos inform·ticos que les
permitÌan conectarse directamente a FOCUS. Dichas conexiones hacÌan que los clientes pudieran
seguir por sÌ mismos la evoluciÛn de sus envÌos, sin tener que recurrir a los servicios de
17
705-S28 Airborne Express (A)
empleados de Airborne. Asimismo, permitÌan que los clientes pudieran presentar la informaciÛn
sobre los envÌos de manera electrÛnica, lo cual evitaba la introducciÛn manual de los datos.
La compaÒÌa contaba con un nuevo proyecto de automatizaciÛn del centro de atenciÛn de
llamadas, destinado a asegurar que muchos clientes pudieran hablar siempre con el mismo
agente de servicios que se ocupaba de sus operaciones. La p·gina de Internet de Airborne
(http://www.airborne.com) no ofrecÌa tantas posibilidades a los clientes como la de sus rivales. Un
cliente podÌa utilizar dicho sitio Web para realizar el seguimiento de sus envÌos, pero era incapaz
de programar una recogida o rellenar la documentaciÛn correspondiente a un envÌo.
Mercadeo y ventas. Airborne no se anunciaba en los medios de comunicaciÛn de masas,
sino que se promocionaba sobre todo con los responsables de logÌstica de los principales
consignatarios del paÌs, fundamentalmente a travÈs de su personal de ventas, compuesta de unos
quinientos empleados. Los altos directivos tambiÈn participaban activamente en la b˙squeda de
grandes clientes y en el trato con ellos.
Con anterioridad al aÒo 1996, el personal comercial de la compaÒÌa trabajaba de forma
relativamente autÛnoma. Por un lado, contaba con mucha libertad para fijar los precios y, por
otro, sus retribuciones se determinaban principalmente en funciÛn del volumen de ventas
logrado. En 1996 se modificÛ el programa de incentivos con el fin de fomentar las ventas de
productos con mayores m·rgenes. Adem·s, los departamentos centrales de la empresa
empezaron a tomar decisiones respecto a los descuentos por volumen y a la fijaciÛn de los precios
aplicados a los grandes clientes.
Airborne era famosa por sus bajos precios. En el Anexo 8 hacemos una comparaciÛn entre sus
precios oficiales y los de sus competidores para varios servicios y pesos por envÌo.
A mediados de los pasados aÒos noventa, Airborne habÌa empezado a anunciarse a sÌ misma
como ìla compaÒÌa de transporte de correo urgente flexible y orientada a ofrecer soluciones
concretasî, gracias a su capacidad de adaptaciÛn de los servicios prestados a las necesidades de
grandes clientes especÌficos de empresa47. La compaÒÌa ofrecÌa servicios altamente personalizados
a empresas como Nike, Compaq, Technicolor y Xerox. Esta ˙ltima, por ejemplo, necesitaba que
sus piezas de recambio fueran entregadas a los tÈcnicos muy temprano, ya que Èstos no podÌan
empezar la jornada laboral sin esos componentes. Con el propÛsito de dar soluciÛn a esas
entregas tan tempranas, Airborne creÛ cÛdigos especiales de clasificaciÛn, programÛ cada uno de
los esc·neres de cÛdigos de barras de todos sus mensajeros para que emitieran un pitido especial
cuando escaneasen un paquete de Xerox y dio orden a los mensajeros de que entregasen los
productos de Xerox siempre en primer lugar. Como resultado de lo anterior, Airborne podÌa
realizar las entregas de Xerox no m·s tarde de las ocho de la maÒana. Este proceso de
personalizaciÛn de repartos ayudÛ a Airborne a consolidar la cuenta de Xerox en el aÒo 1988. Sin
embargo, a mediados de los noventa, Federal Express y UPS empezaron a ofrecer un servicio de
entrega antes de las ocho de la maÒana a todos los clientes a cambio del pago de un recargo.
Adem·s, ambos rivales aseguraban tambiÈn que eran capaces de personalizar los servicios a las
necesidades de los clientes.
Recursos humanos y cultura empresarial. Los empleados de Airborne describÌan a la
compaÒÌa como ìpuritanaî, ìmoderadaî y ìmuy conservadoraî48. En la sede social de la
empresa, diseÒada para que fuera muy funcional, los altos directivos contestaban ellos mismos el
telÈfono, eran contrarios a los incentivos y tenÌan miedo a las entrevistas. Tanto las instalaciones
como las declaraciones de la compaÒÌa eran fiel reflejo de su humildad. El presidente y director
18
Airborne Express (A) 705-S28
general de Operaciones Robert Brazier hablaba asÌ de los excelentes resultados financieros del aÒo
hasta ese momento:
No es que hayamos sido especialmente astutos, ni que supiÈramos que las cosas iban a
suceder de esa manera, sino que se ha debido a que todo ha salido bien esta vez. Me
gustarÌa ahora decirle que lo habÌamos planificado todo con detalle, pero serÌa una
autÈntica mentira... Cualquiera que haya trabajado durante mucho tiempo en este negocio
sabe de sobra que las circunstancias cambian de un dÌa para otro. Lo que uno debe hacer es
aprovechar lo que se tiene en cada momento y planificar el futuro en la medida en que uno
piense que es realista. Lo que hay que evitar sobre todo es ponerse uno demasiado
nervioso. Y, por el amor de Dios, evitar ser arrogantes o confiados, ya que Èsa no es manera
de comportarseî49.
La combinaciÛn de RPS en operaciones terrestres y Airborne en las aÈreas contaba con
muchÌsimas posibilidades. Un responsable de tr·fico de una gran empresa consignataria afirmaba
de ello lo siguiente:
RPS es con mucho la compaÒÌa lÌder en informaciÛn sobre reparto de paquetes. Sin
embargo, ha tenido que buscar la manera de ofrecer un servicio completo integrado.
Airborne, por su parte, no es tan famosa como UPS y Federal Express, pero es una de las
mejores empresas del sector. Por lo tanto, su alianza puede suponer un enorme ataque a las
dos grandes52.
La relaciÛn entre las dos empresas siguiÛ constituyendo una alianza neutral, materializada en
ofertas conjuntas a clientes realizadas caso por caso. Los sistemas de distribuciÛn fÌsica de ambas
compaÒÌas continuaron siendo completamente independientes. La mayor parte de la cooperaciÛn
se dio en el campo de las actividades de mercadeo y en el intercambio de informaciÛn sobre
envÌos. No obstante, los directivos de ambas empresas daban a entender que buscaban una
19
705-S28 Airborne Express (A)
alianza m·s estrecha, quiz·s mediante el establecimiento de un sistema integrado de recogida y
reparto.
El futuro de Airborne
DespuÈs de la huelga de UPS (y de aquellos resultados financieros impresionantes), la alta
direcciÛn de Airborne decidiÛ tomarse un tiempo para reflexionar sobre la nueva situaciÛn. Las
cuestiones que se planteaba entonces eran las siguientes: øla posiciÛn de la compaÒÌa en el sector
era tan segura como la direcciÛn deseaba?, øhasta quÈ punto eran peligrosos y estaban nerviosos
sus dos agresivos rivales?, øera v·lido su enfoque actual respecto a los mercados internacionales?
y øhasta quÈ punto era importante la colaboraciÛn con RPS para su futuro?
Desde un punto de vista m·s t·ctico, la cuestiÛn principal a la que debÌa hacer frente Airborne
era si debÌa seguir la medida aplicada por UPS y Federal Express y pasar a fijar los precios en
funciÛn de la distancia. A no ser que lo hiciera asÌ, sus rebajas frente a la competencia deberÌan ser
mucho m·s grandes en el tr·fico de costa a costa del paÌs que en los envÌos interregionales.
Asimismo, algunas caracterÌsticas del panorama competitivo parecÌan estar cambiando. La
AdministraciÛn de Correos habÌa actuado de manera extraordinaria durante la huelga de UPS, y
su Èxito parecÌa haber vuelto a despertar sus ambiciones, especialmente aquÈllas de su m·ximo
responsable, Marvin Runyon, antiguo directivo de Ford Motor Company. Correos pretendÌa
poner en marcha una gran campaÒa publicitaria con el fin de promover la utilizaciÛn de sus
servicios exprÈs. Adem·s, habÌa solicitado al Congreso estadounidense la concesiÛn del derecho a
realizar descuentos por volumen de negocio53. Por otra parte, los analistas del sector confiaban en
que UPS tomarÌa acciones para intentar recuperar el negocio perdido. Los clientes, en especial
aquÈllos que dependÌan mucho de una sola compaÒÌa para el envÌo de sus productos, estaban
muy preocupados por los efectos de la huelga. AsÌ, Ivan Hofmann, presidente de RPS, decÌa lo
siguiente: ìEl abastecimiento de un solo proveedor, que tan de moda estuvo, habÌa perdido ya
todo su encanto, lo cual es especialmente bueno para nosotros y para todo el sectorî54
20
Airborne Express (A) 705-S28
Fuente: Memorias anuales de la compaÒÌa.
21
705-S28 Airborne Express (A)
Resumen
Año Ingresos Ingresos Ingreso neto Margen Retorno sobre el
(mill. $) operativos (mill. $) operativo capital (%)
(mill. $) (%)
1986 2.573 344 132 13,4 13,8
1987 3.178 365 (66) 11,5 (6,0)
1988 3.883 379 188 9,8 15,6
1989 5.167 415 166* 8,0 11,8*
1990 7.015 387 116 5,5 7,4
1991 7.688 252** 6** 3,3** 0,4**
1992 7.550 23** (114)** 0,3** (7,0)**
1993 7.808 377 110*** 4,8 6,8***
1994 8.479 531 204 6,3 11,4
1995 9.392 591 298 6,3 14,3
1996 10.274 624 308 6,1 12,8
1997 11.520 699 361 6,1 13,0
* No incluye 18 millones de dÛlares por cambios contables.
** Incluye gastos de reestructuraciÛn relativos a la reducciÛn de servicios europeos.
*** No incluye 56 millones de dÛlares por cambios contables.
Gastos Operativos:
Sueldos y beneficios a los empleados 5.095 4.620 4.425
Alquileres y derechos de aterrizaje 1.071 959 819
Depreciación y Amortización 777 720 652
Combustible 690 579 502
Mantenimiento y reparaciones 724 618 544
Otros gastos 2.462 2.155 1.858
Fuente: Memorias anuales de la compaÒÌa.
22
Airborne Express (A) 705-S28
aplicados a los clientes con mayor volumen de negocios con la compaÒÌa.
Fuente: C·lculos hechos por el autor de este caso pr·ctico, basado en documentos de la compaÒÌa,
informes de analistas burs·tiles y entrevistas a expertos del sector.
23
705-S28 Airborne Express (A)
Fuente: Memorias anuales de la compaÒÌa.
24
Airborne Express (A) 705-S28
Resumen
Año Ingresos Ingresos Ingreso neto Margen Retorno sobre el
(mill. $) operativos (mill. $) operativo capital
(mill. $) (%) (%)
1986 8.620 1.203 669 14,0 29,8
1987 9.682 971 625* 10,0 22,7*
1988 11.032 1.075 759 9,7 24,4
1989 12.358 1.215 693 9,8 20,5
1990 13.606 1.052 597 7,7 16,6
1991 15.020 1.251 700 8,3 18,7
1992 16.519 1.278 765** 7,7 20,1**
1993 17.782 1.458 810 8,2 21,1
1994 19.576 1.556 943 7,9 22,0
1995 21.045 1.794 1.043 8,5 21,3
1996 22.368 2.029 1.146 9,1 20,7
* No incluye 159 millones de dÛlares de cambios contables.
** No incluye (249) millones de dÛlares de cambios contables.
Gastos operativos:
Sueldos y beneficios a los empleados 13.305 12.401 11.727
Mantenimiento y reparaciones 823 809 812
Depreciación y amortización 936 866 786
Transporte adquirido 1.306 1.144 1.206
Combustible 685 621 564
Otros gastos de ocupación 388 359 361
Otros gastos 2.896 2.679 2.564
Gastos de reestructuración -- 372 --
Fuente: Memorias anuales de la compaÒÌa.
25
705-S28 Airborne Express (A)
Resumen
Año Ingresos Ingresos Ingreso neto* Margen Retorno sobre el
(mill. $) operativos (mill. $) operativo capital (%)
(mill. $) (%)
1986 542 26 13 4,9 15,2
1987 632 19 6 3,0 5,5
1988 768 22 7 2,8 5,6
1989 950 46 19 4,8 12,9
1990 1.182 64 31 5,4 14,4
1991 1.367 59 27 4,3 9,9
1992 1.484 28 2 1,9 0,8
1993 1.720 83 33** 4,8 10,8**
1994 1.971 89 38 4,5 10,7
1995 2.239 69 24 3,1 5,9
1996 2.484 79 27 3,2 6,5
3 primeros 2.157 171 89 7,9 13,9***
trimestres
de 1997
* Ingreso neto a distribuir entre los titulares de acciones ordinarias.
** No incluye 4 millones de dÛlares por cambios contables.
*** Tasa anualizada.
Gastos operativos:
Transporte adquirido 828 788 670
Operaciones en las estaciones y en tierra 782 693 596
Operaciones y mantenimiento de vuelos 387 328 279
Gastos generales y administrativos 181 157 146
Ventas y mercadeo 60 60 53
Depreciación y amortización 164 144 138
Pérdidas correspondientes a accidente aéreo 4 -- --
Ingreso operativo 79 69 89
Ingreso neto 27 24 38
Fuente: Memorias anuales de la compaÒÌa y documento 10-Q.
26
Airborne Express (A) 705-S28
Fuente: Precios oficiales de las compaÒÌas.
27
705-S28 Airborne Express (A)
Notas
1 Aunque la denominaciÛn social oficial era ìAirborne Freight Corporationî, la empresa utilizaba el
nombre comercial de ìAirborne Expressî para sus relaciones p˙blicas.
p·gina Internet de Airborne Express.
3 Cita hecha por Brian Clancy de la sociedad MergeGlobal Inc. en el artÌculo de J. Ott, New Products,
Services Put Twists in Air Express Competition, publicado en Aviation Week and Space Technology, 26 de agosto
de 1996, p·ginas 47 a 49.
4 Federal Express Corporation, formulario 10-K, 1996, p·g. 5.
5 Federal Express Corporation, Information Packet, 1997, p·g. 51-52.
6
Analista del sector de seguridad citado en el artÌculo de D. Greising titulado Watch Out for Flying
Packages, publicado en Business Week, 14 de noviembre de 1994, p·g. 40.
7 Federal Express Corporation, Information Packet, 1997, p·g. 6.
9 ArtÌculo de D. A. Blackmon titulado UPS to Expand Its Primary Hub As Battle With FedEx Heats Up,
10 InformaciÛn suministrada al autor del estudio del caso pr·ctico durante su visita a las instalaciones de
UPS en Louisville.
11 G. Conley y J. A. Quelch, DHL Worldwide Express, Harvard Business School, estudio de caso pr·ctico
n˙m. 593-011.
12
G. Conley y J. A. Quelch, DHL Worldwide Express, Harvard Business School, estudio de caso pr·ctico
n˙m. 593-011.
Este capÌtulo se basa principalmente en documentos p˙blicos de Federal Express, asÌ como en los libros
13
15 N. K. Taneja, The U.S. Airfreight Industry, Lexington, Ed. Lexington Books, aÒo 1979, p·g. xviii, Letra
cursiva aÒadida.
16 V. H. Trimble, Overnight Success, Nueva York, Ed. Crown Publishers, aÒo 1993, p·g. 80-81.
18 Federal Express Corporation, Information Packet, 1997, p·g. 9.
19 IbÌdem, p·g. 10.
20 Federal Express Corporation, Information Packet, 1997.
AMA Management Briefing, Blueprints for Service Quality: The Federal Express Approach, Nueva York,
21
Ed. AMA, aÒo 1991, p·g. 12.
28
Airborne Express (A) 705-S28
AMA Management Briefing, Blueprints for Service Quality: The Federal Express Approach, Nueva York,
22
Ed. AMA, aÒo 1991, p·g. 30.
24 Este capÌtulo se basa principalmente en documentos presentados por la compaÒÌa a la ComisiÛn del
Mercado de Valores estadounidense, en publicaciones internas relativas a la historia de la empresa
(especialmente la titulada Our Partnership Legacy) y en el artÌculo de J. Sonnenfeld y M. Lazo titulado
United Parcel Service (A), publicado por la Harvard Business School con el n˙mero de estudio de caso
pr·ctico 488-016.
Service, aÒo 1991.
26
C. W. L. Hart y B. Chew, Productivity and Performance Systems: A Comparative Analysis of Northern
Telecom and United Parcel Service, Harvard Business School, estudio de caso pr·ctico n˙m. 689-022.
mayo de 1993, p·g. 92-93.
D. A. Blackmon, Out of the Box; UPS Tries to Change How Itís Perceived by the Public, publicado en St.
28
Louis Post-Dispatch, p·g. 5C.
29 VÈase, por ejemplo, el artÌculo titulado Grow to be Great de Gertz y Baptista, p·g. 171-175.
30 D. A. Blackmon, Out of the Box; UPS Tries to Change How Itís Perceived by the Public, publicado en St.
Louis Post-Dispatch, p·g. 5C.
32 D. A. Blackmon, Out of the Box; UPS Tries to Change How Itís Perceived by the Public, publicado en St.
Louis Post-Dispatch, p·g. 5C.
37
J. Sonnenfeld y M. Lazo, United Parcel Service (A), publicado por la Harvard Business School con el
n˙mero de estudio de caso pr·ctico 488-016, p·g. 12.
38
A. Bernstein, In the Line of Fire at the Teamsters, artÌculo publicado en Business Week, 30 de agosto de
1993, p·g. 39.
39
La informaciÛn de este p·rrafo y del siguiente procede del artÌculo de A. Bernstein titulada At UPS,
Part-Time Work Is a Full-time Issue, publicado en Business Week, 16 de junio de 1997, p·g. 88 y siguientes.
agosto de 1997.
42 Este capÌtulo se basa especialmente en la informaciÛn suministrada por los formularios presentados a
la ComisiÛn del Mercado de Valores estadounidense y por los comunicados de prensa de Airborne Express.
29
705-S28 Airborne Express (A)
La informaciÛn sobre la eficiencia relativa de Airborne procede principalmente de informes de analistas del
sector y de numerosas entrevistas realizadas a analistas burs·tiles especializados en el sector de correo
urgente.
Cita aparecida en el artÌculo de M. Treacy y F. Wiersema titulado The Discipline of Market Leaders,
44
Reading, MA, Ed. Addison-Wesley, aÒo 1995, p·g. 144.
46 Entrevista telefÛnica hecha a Tom Branighan, director del departamento de Relaciones P˙blicas de
Airborne Express.
47 Airborne Freight Corporation, Memoria Anual 1996.
48 Entrevista telefÛnica hecha a Tom Branighan, director del departamento de Relaciones P˙blicas de
Airborne Express.
50 Airborne Freight Corporation, formulario 10-K, 31 de diciembre de 1996, p·g. 5.
52
Cita aparecida en el artÌculo de P. Page titulado RPS, Airborne Forge Contract Cooperation in Blended Bid
for Large Shipper Deals, publicado en Traffic World, 22 de abril de 1996, p·g. 40-41.
J. D. Schulz, Up or Down? RPSí President See Future Small Package Rates Increasing But Airborne Express
54
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