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TRACTO UVEAL, RETINA, NERVIO OPTICO (Embriologia, Malformaciones Congenitas, y Avances Tecnologicos)
TRACTO UVEAL, RETINA, NERVIO OPTICO (Embriologia, Malformaciones Congenitas, y Avances Tecnologicos)
EMBRIOLOGÍA Y
MALFORMACIONES
CONGÉNITAS
Elaborado por:
Morela G. Silva P.C.I 20.728.714
Amacilis Suárez. C.I. 17.247.284
Coroides
Al final de la quinta semana, el primordio del ojo está rodeado completamente por
mesenquimático laxo. Este tejido pronto se diferencia en una capa interna parecida a la
piamadre del cerebro y una capa externa comparable con la duramadre. En tanto que la
capa interna forma después una capa pigmentada muy vascularizada, llamada coroides, la
capa externa se convierte en esclerótica, y se continúa la duramadre que rodea al nervio
óptico.
Nervio óptico
La cúpula óptica está unida al cerebro por el pedículo óptico, que tiene en su
superficie ventral un surco, la fisura coroidea. Por este surco transcurren los vasos
hialoideos. Las fibras nerviosas de la retina que vuelven al cerebro se encuentran entre las
células de la pared interna del pedículo. Durante la séptima semana de desarrollo la fisura
coroidea se cierra y se forma un túnel estrecho dentro del pedículo óptico. Como
consecuencia del número constantemente en aumento de fibras nerviosas, la pared interna
del pedículo crece hasta fusionarse con la pared externa. Las células de la capa interna
proporcionan una red de células de neuroglia que sirven de sostén a las fibras del nervio
óptico.
A las 6 semanas los axones de las células ganglionares pasan a través de espacios de
la pared interna del tallo óptico. Inicialmente las células gliales que forman parte del N.O
primitivo provienen del ectodermo neural. Posteriormente se desarrolla la lámina cribosa
proveniente de cél. mesenquimáticas (cresta neural)
El pedículo óptico se convierte de tal modo en el nervio óptico. En el centro
contiene una porción de la arteria hialoidea, que luego se denominara arteria central de la
retina. Sobre su superficie externa, el nervio óptico está rodeado por una prolongación de la
coroides y al esclerótica, que se denominan piaracnoides y duramadre del nervio,
respectivamente.
La mielinización del nervio comienza en el quiasma óptico al 7° mes y progresa
hacia el ojo. Normalmente se detiene en la lámina cribosa al 1 mes de nacimiento. Para el
momento del nacimiento la capa de mielina es delgada
ALTERACIONES DE LA EMBRIOGÉNESIS
Anomalías congénitas del tracto uveal
El tracto uveal es una capa vascular pigmentada situada entre la córnea y el
cristalino, la retina y la esclerótica, y formada por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides, en
una disposición continua.
Heterocromía
Designa una particularidad física que consiste en tener los dos ojos de colores
diferentes o en dos coloraciones distintas en el mismo iris. La Heterocromía puede ir ligada
a una anomalía que se transmite genéticamente, a una herida o a un tumor. Es debida a una
modificación del aporte de melanina, el pigmento que da su color a los ojos, a nivel del iris.
La Heterocromía no tiene consecuencias sobre la agudeza visual obligatoriamente,
generalmente no provoca consecuencia ninguna. La mayoría de los casos de Heterocromía
son hereditarios, causados por una enfermedad o síndrome o debido a una lesión. Algunas
veces un ojo puede cambiar de color después de ciertas enfermedades o lesiones.
Corectopia
Se refiere al desplazamiento de la pupila. Normalmente, la pupila se encuentra a
unos 0,5 mm inferonasal desde el centro del iris. Las pequeñas desviaciones de hasta 1,0
mm suelen ser cosméticamente insignificante y probablemente no deben ser considerados
anormales. Sector hipoplasia del iris u otras lesiones colobomatoso pueden conducir a
corectopia, y aislado corectopia autosómica dominante noncolobomatous también ha sido
reportado. Más comúnmente, sin embargo, corectopia se asocia con subluxación del
cristalino, y esta combinación es llamada ectopia lentis et pupila. La condición es casi
siempre bilateral, con los alumnos y lentes de desplazados en direcciones opuestas.
Las pupilas pueden ser ovales o en forma de ranura, y que a menudo se dilatan mal.
Iris transiluminación puede ocurrir, y microesferofaquia ha sido reportado.
Son varias perforaciones en el iris por hipoplasias locales del estroma y epitelio
pigmentario, pero la verdadera policoria es más de una pupila con esfínter completo y cada
cual funciona independientemente. El paciente refiere diplopía si las pupilas son de tamaño
suficiente, pero por lo común no hay molestia.
Tratamiento: lente de contacto opaco con abertura central. Abordaje quirúrgico para
hacer confluir las pupilas con la principal. Iridectomía total para dejar una sola área de
visión pupilar
La atrofia comienza antes del nacimiento, pero no suele finalizar hasta transcurridos
unos 15 días postparto. No está claro cuál es el posible mecanismo mediante el cual no se
produce la regresión de la membrana pupilar. Entre las posibles causas de esta anomalía se
han incluido factores genéticos, medioambientales o infecciosos.
Las manifestaciones clínicas difieren de un paciente a otro. Puede ser uni o bilateral.
El diagnóstico correcto de la persistencia de la membrana pupilar tiene importancia no sólo
por el posible carácter hereditario, sino también por establecer un diagnóstico diferencial
con sinequias de origen inflamatorio. La exploración ocular ha de realizarse tanto en
miosis como en midriasis y con la ayuda de un medio de aumento, a ser posible un
bíomicroscopio con lámpara de hendidura. En ocasiones el hallazgo clínico consiste,
simplemente, en la prominencia del círculo vascular del iris, en cuyo caso tanto el collarete
como el círculo están engrosados. Utilizando el biomicroscopio con el haz de luz oblícuo,
pueden observarse espacios entre los vasos del iris y la superficie del mismo.
La manifestación más frecuente de la membrana pupilar persistente es la presencia
de bandas que, partiendo del círculo vascular menor del iris, alcanzan diversas estructuras.
Otra posible manifestación es la presencia de bridas que parten desde el círculo vascular
iridiano y quedan flotando libremente en la cámara anterior, sin adherirse a ninguna otra
estructura ocular y sin originar opacidad alguna.
En general no se recomienda ningún tipo de tratamiento, ya sea médico o quirúrgico
Melanosis Oculodérmica
Lesión epiescleral pigmentada y congénita. Es unilateral, de color azul grisáceo, que
suele acompañarse de iris y coroides ipsilateral más oscuro. No se moviliza con la
conjuntiva. Son lesiones predisponentes a melanoma del tracto uveal, órbita y cerebro. Su
asociación con pigmentación de la piel que sigue la distribución del trigémino ipsilateral se
conoce como Nevus de Ota
La asociación con hiperpigmentación de piel de párpados y áreas periorbitarias con
melanocitosis ocular se denomina melanosis oculodérmica. Ambas usualmente no son
heredadas y unilaterales y se ha estimado que afecta a 0.04% de los sujetos de raza blanca
aunque se presenta comúnmente en asiáticos y negros del género femenino con una
relación de 80:1. El compromiso dérmico único ocurre en 34.5% de los pacientes y la
pigmentación ocular (22 a 77% de los casos) es casi siempre ipsilateral. Los tejidos oculares
que están involucrados en personas con melanosis oculodérmica son la epiesclera y la
coroides, presentándose en iris (82%), conjuntiva (36%) y en el ángulo de la cámara
anterior en todos los casos (100%) siendo la asociación de la melanosis oculodérmica con
melanoma de coroides excepcional.
Los factores de riesgo, tratamiento y pronóstico del melanoma ocular se encuentran
menos definidos que los de los melanomas cutáneos, relacionando en numerosos estudios la
posibilidad de compromiso ambiental o hereditario hasta en 12% en el caso de los
melanomas cutáneos. Para estos se han sugerido alteraciones genéticas en el cromosoma 1
así como pérdida del brazo corto del cromosoma 9, pero en el caso de los melanomas
oculares no existe tal certeza.
Aniridia
Es una ausencia total o parcial del iris, aparece como una enfermedad familiar
autosómica dominante, o de forma esporádica. El trastorno autosómico dominante se asocia
a glaucoma, nistagmos, opacidades cornéales y fotofobia, mientras que los casos
esporádicos generalmente tienen una elevada incidencia de nefroblastoma (tumor de
Wilm). Prevalencia en 1/96 000 recién nacidos.
Causas: interrupción del desarrollo en el borde de la copa óptica (8ª. Semana).
Mutación del gen pax-6. Puede asociarse a glaucoma, degeneración corneal, nistagmos y
catarata congénita
Colobomas
Se forman por defectos del cierre de la cúpula óptica, que tiene lugar a las 7-8
semanas de la vida fetal. Pueden aparecer como una deficiencia sectorial de insignificante a
manifiesta. Se suele encontrar en la zona inferonasal y pueden afectar al iris, la coroides y
la retina, o a la papila óptica.
Los investigadores han encontrado genes asociados con el coloboma en unos pocos
casos. Hasta la fecha, sin embargo, todavía no se sabe qué genes explican la mayoría de los
casos de coloboma. Para obtener más información acerca de qué genes están y qué es una
condición genética, por favor visite la Biblioteca Nacional.
Puede o no puede haber ningún síntoma relacionado con coloboma; todo depende
de la cantidad y localización del tejido que falta. Gente con un coloboma que afecta a la
mácula y el nervio óptico es probable tener visión reducida. En general, es difícil predecir
exactamente qué nivel de la visión de un bebé tendrá sólo mirando a la retina.
Los pacientes con coloboma uveal deben tener seguimiento anual. El tratamiento
consiste en ayudar a los pacientes a ajustar problemas de visión y hacer que la mayor parte
de la visión que tienen por:
La corrección de cualquier error de refracción con anteojos o lentes de contacto.
Maximizar la visión del ojo más afectado en asimétrica
Asegurar que la ambliopía (ojo vago) no se desarrolla en la infancia en caso de
asimetría.
Albinismo
La mayor parte de los tumores del iris son neoplasias melanocíticas, más frecuentes
en los ojos de color claro. Estos tumores deben distinguirse de los tumores más raros, como
el leiomioma, o de lesiones no neoplásicas, como la atrofia del iris o la Heterocromía del
iris.
Hemangioma coroideo
Estos hemangiomas pueden aparecer como lesiones aisladas o como parte del
síndrome de Sturge-Weber, en el que se asocia a angiomas faciales y meníngeos, epilepsia,
retraso mental y glaucoma. En estos pacientes, el hemangioma suele ser plano y difuso,
afectando a todo el fondo de ojo y dándole un aspecto rojo intenso de "tomate kétchup". Es
frecuente el desprendimiento seroso de retina superpuesto, que suele ser el responsable de
los síntomas de presentación.
Macrovasos Congénitos.
Son lesiones descritas por Mauthner por primera vez en 1869 y definidas en 1982
por Brown como vasos grandes aberrantes que cruzan el rafe medio horizontal asintomático
o asociado a cambios mínimos en la visión o en la percepción de los colores.
Desprendimiento de retina seroso, disminución de la agudeza visual han sido asociados con
los macrovasos retinianos después de cambio en las fuerzas gravitacionales (salto de
bungee, montañas rusas). Se cree que corresponden a una anomalía del desarrollo vascular
de la retina por defecto local en la maduración de las células mesenquimales primitivas que
originadas a partir del sistema vascular hialoideo se diferencian en cordones de células
endoteliales.
En conclusión los MCR o vasos aberrantes son datos llamativos, incidentales que
requieren diagnóstico diferencial con otras entidades retinianas y que salvo raras
excepciones, no ocasionan ninguna alteración para la visión del paciente. No existe ningún
tratamiento indicado en estos casos a excepción de la observación periódica.
Las asas vasculares prepapilares son una anomalía congénita asintomática descrita
por primera vez en 1871 por Leibrich. Estos vasos sanguíneos se extienden desde el nervio
óptico hacia la cavidad vítrea y regresan al nervio óptico o a la retina. Las asas vasculares
prepapilares conectan dos ramas arteriales; las asas venosas conectan dos ramas venosas.
Estas lesiones son más de origen arterial. Se cree que se originan del estadio de 100 –mm
del desarrollo embrionario cuando las células mesenquimales surgen del nervio óptico para
vascularizar la retina. Su incidencia oscila entre 1 en 2 100 a 1 en 9 000 y hasta 17% de los
casos de las asas arteriales son bilaterales.
El examen del fondo de ojo revela los vasos afectados los cuales tienen una
apariencia de horquilla, ocho o sacacorchos. Las asas varían en altura entre 0.5 a 5 mm y
pudieran estar rodeados de una vaina similar a mielina. Pulsaciones vasculares espontáneas
algunas veces pueden ser notadas.
A pesar de que las asas prepapilares son asintomáticas, pudieran complicarse con
oclusiones de rama de arteria, amaurosis fugax, hemorragia vítrea o hipema. No existe una
enfermedad sistémica asociada con estas lesiones.
Vasos cilioretinianos.
Una sola arteria ciliorretiniana o más, o aun más raro múltiples arterias
ciliorretinianas pueden originarse de las arterias ciliares posteriores cortas o directamente
de la circulación coroidea. Emergen en el margen temporal del disco óptico. La arteria
ciliorretiniana puede demostrarse durante la fase del moteado coroideo de la angiografía
con fluoresceína, cuando la fluoresceína aparece en la arteria ciliorretiniana antes que en las
ramas de la arteria central de la retina.
Es una lesión benigna rara del fondo de ojo, generalmente asintomática y detectada
en un examen de rutina. La CHRPE resulta de una proliferación de células del epitelio
pigmentario y es una lesión bien definida, plana o ligeramente saliente, redonda, solitaria,
de color oscura y con bordes irregulares. En los pacientes ancianos pude tener focos sin
pigmento. No es necesario tratamiento pero si la lesión aumenta en diámetro o se tiene un
aspecto de un nódulo saliente, puede ser un adenoma o adenocarcinoma.
Anomalia de MorningGlory
Es una afección de presentación habitualmente esporádica y unilateral, más
frecuente en mujeres y rara en la raza negra. Existe controversia sobre si su origen
embriológico reside en un defecto atípico del cierre de la hendidura embrionaria, en un
trastorno primariamente mesenquimatoso, en una alteración ectodérmica, o bien en una
disgenesia del pedículo óptico a nivel distal.
Desde el punto de vista clínico se caracteriza por una papila grande rosada o
anaranjada, con una excavación central rellena de tejido glial, en cuyos bordes desaparecen
los vasos. Existe además un anillo peripapilar ancho de alteración pigmentaria azulada
oscura y puede aparecer pigmento xantófilo en el borde papilar (captura macular), así como
pliegues retinianos radiales (28). Nosotros hemos documentado un caso con la apariencia
inicial de disco óptico colobomatoso, que evolucionó con los años hacia la de una anomalía
de morningglory. La agudeza visual suele ser inferior a 0,1, aunque puede haber pacientes
con mejor agudeza, y con frecuencia se asocia un astigmatismo miópico.
En ocasiones se han visualizado movimientos contráctiles en el fondo ocular,
neovascularización subretiniana en la zona anular de alteración pigmentaria y
desprendimiento seroso de la retina que rodea al disco, de mayor severidad y precocidad
que el asociado a foseta papilar. Esta última complicación ha sido tratada en algún caso con
éxito mediante la fenestración de la vaina del nervio óptico seguida de la inyección
intravítrea de gas, y también existen casos descritos de resolución espontánea. Más
raramente puede presentarse un desprendimiento exudativo a nivel de la retina periférica.
En ojos afectos de un síndrome de morningglory se han descrito las siguientes
anomalías oculares: microftalmía, aniridia, síndromes de clivaje de la cámara anterior,
persistencia de membrana pupilar o de vasos hialoideos, vítreo primario hiperplásico
persistente, coloboma coriorretiniano, comunicaciones arteriovenosas retinianas o
hemangioma capilar. A su vez, se han observado en los ojos contralaterales de pacientes
con el mencionado síndrome: microcórnea, síndromes de clivaje de la cámara anterior,
restos de membrana pupilar o microftalmos. La malformación neurológica con mayor
frecuencia acompañante es el encefalocele basal en su variante transesfenoidal. Suele
aparecer en el contexto de un complejo malformativo de anomalías mediofaciales, como
hipertelorismo, puente nasal deprimido o paladar hendido y la herniación de las estructuras
hipotalámicas puede dar lugar a panhipopituitarismo. Además, la sintomatología de estos
pacientes comprende rinorrea, obstrucción nasal, respiración bucal y/o masa nasal posterior
pulsátil, y la lesión ofrece al examen rinoscópico un aspecto similar a un pólipo nasal, con
el consiguiente riesgo que comportaría su manipulación quirúrgica. Por todo ello, es
obligatoria la práctica de estudios de neuroima-gen a todos los pacientes afectos de una
anomalía de morningglory, con el fin de descartar defectos del SNC asociados. Para
terminar, esta anomalía se puede observar también en casos de trisomía 4 q o de NF-2.
Estafiloma Peripapilar
Se trata de una anomalía escleral primaria, por lo común unilateral, consecutiva a
una diferenciación incompleta de la esclerótica durante el 5.º mes de la gestación y cuyo
mecanismo reside en una disminución del soporte escleralperipapilar. La papila es normal o
presenta una discreta palidez temporal y se halla ubicada en el fondo de una profunda
excavación. El estafiloma puede tener capacidad contráctil por la presencia de fibras
musculares, al igual que sucede con los colobomas papilares y el síndrome de
morningglory, por lo que es importante saber diferenciar estas tres entidades. La agudeza
visual está habitualmente muy reducida, con presencia de un escotoma centrocecal, aunque
se han descrito casos con agudeza normal. Esta anomalía no se suele acompañar de
malformaciones a otros niveles.
Foseta Óptica
Es una alteración unilateral en el 85% de los casos, casi siempre esporádica, aunque
en ocasiones de herencia autosómica dominante, consistente en una depresión oval o
redonda de color gris, blanco o amarillento localizada en la papila. Por lo general asienta en
el sector temporal de la misma, y en este caso se acompaña frecuentemente de alteraciones
del epitelio pìgmentarioperipapilar adyacente, aunque puede hacerlo en cualquier otro
sector. Presenta arterias ciliorretinianas asociadas en un 64% de los casos, casi siempre en
número de dos e independientes entre sí. Cuando la foseta es unilateral, la papila afecta es
de tamaño mayor que la del ojo contralateral. Por otra parte, esta anomalía debe ser
diferenciada de las depresiones adquiridas del disco óptico, que se han documentado en
casos de glaucoma de baja tensión.
La agudeza visual está conservada, excepto cuando se produce un desprendimiento
seroso macular, cosa que sucede en el 45% de los casos y se suele manifestar clínicamente
en la 3.ª o 4.ª décadas de la vida. Esta complicación se refleja en la campimetría como un
escotoma paracentral conectado a una mancha ciega aumentada de tamaño, y la AGF
permite diferenciarla de la coroidopatía serosa central. Algunos autores han atribuido a la
tracción vítrea sobre el borde de la foseta el inicio tardío del desprendimiento macular,
cuyo riesgo aumenta con el mayor tamaño y con la localización temporal de la foseta. En
un 25% de los casos se produce una resolución espontánea del mismo, pero cuando éste
persiste el pronóstico visual es desfavorable, por lo que se hace entonces necesario realizar
un tratamiento inmediato. A este respecto, la vitrectomía utilizando un gas como taponador
asociada a fotocoagulación conlleva buenos resultados a largo plazo, mientras que la
fotocoagulación aislada carece de eficacia. El origen del líquido subretiniano es
controvertido y, según los diferentes autores, podría proceder de la cavidad vítrea, de los
vasos sanguíneos de la base de la foseta o incluso del espacio subaracnoideoperióptico. Las
fosetas ópticas están consideradas dentro del espectro de las malformaciones papilares por
defecto de cierre de la hendidura embrionaria. No obstante, se cree que son entidades
diferentes de los colobomas, en razón de las características diferenciales.
OTRAS ANOMALÍAS.
Seudopapiledema
El término seudopapiledema se utiliza para designar a la elevación del disco óptico,
con o sin borramiento de los márgenes, cuya naturaleza es constitucional, es decir, no
secundaria a un edema pasivo del mismo. Su principal causa es la presencia de drusas en el
espesor de la papila, aunque existen otras posibles causas. Éstas comprenden las fibras de
mielina, la elevación papilar nasal en la miopía o el disco pequeño y repleto en la
hipermetropía, y las membranas glialesepipapilares debidas a restos de la papila de
Bergmeister o de la arteria hialoidea. Es muy importante reconocer todas estas entidades, a
fin de no confundirlas con el papiledema, un diagnóstico diferencial que reviste especial
dificultad en el caso del seudopapiledema secundario a drusas enterradas. No obstante,
existen algunos signos clínicos que permiten establecer una distinción entre ambas
situaciones.
Drusas papilares
También llamadas cuerpos hialinos papilares constituyen una anomalía bilateral en
2/3 de los casos, tienen una incidencia del 0,34-3,7% en la población y se heredan de forma
autosómica dominante irregular. Consisten en acumulaciones laminadas acelulares ricas en
mucopolisacáridos y con frecuencia parcialmente calcificadas, localizadas por delante de la
lámina cribosa y más concentrada en la porción nasal de la papila. Fueron descritas
histológicamente por Müller en 1858 y clínicamente por Liebrich en 1868. Su evolución
constituye un proceso dinámico a lo largo de la vida, de modo que inicialmente están
enterradas, para emerger de forma insidiosa al comienzo de la 2.ª década y hacerse
aparentes. De hecho, no se han descrito drusas en la superficie papilar de niños menores de
10 años. El disco óptico presenta un aspecto elevado y borrado blanco-gris cuando contiene
drusas enterradas y, a medida que éstas crecen hacia la superficie, se hacen
progresivamente visibles como imágenes nodulares amarillas, a la vez que el disco se
vuelve menos elevado y más pálido. Estas papilas que contienen drusas son pequeñas, sin
excavación fisiológica central, y los vasos se bifurcan precozmente en numerosas ramas de
trayecto sinuoso. Se han encontrado arterias ciliorretinianas en un 24-43% de los casos y se
pueden observar asimismo asociadas hemorragias en astilla sobre la superficie del disco, o
más frecuentemente, hemorragias profundas peripapilares dispuestas de forma concéntrica.
Cuando son superficiales, las drusas son fáciles de evidenciar mediante el examen del
fondo del ojo con el oftalmoscopio. Pero cuando se hallan enterradas, su identificación
resulta más difícil y puede requerir la ayuda de las pruebas complementarias.
Entre éstas, la ecografía ocular es la técnica más sensible para el diagnóstico de las
drusas, en comparación con la TC de las órbitas y con la fotografía previa a la inyección del
contraste para valorar la autofluorescencia. Los cuerpos hialinos papilares no son una
entidad inocua, ya que pueden provocar síntomas visuales consistentes en: Oscurecimientos
visuales recidivantes de algunos segundos de duración. Episodios únicos de pérdida visual,
de varias horas de duración, Pérdidas permanentes de la visión en forma de defectos
campimétricosarciformes, y agrandamiento de la mancha ciega o contracción periférica.
La causa de estas últimas alteraciones suele residir en una alteración del flujo
axoplásmico, en una compresión de las fibras nerviosas por las drusas o en una isquemia de
la cabeza del nervio óptico. No obstante, se pueden deber también a otras complicaciones,
como las hemorragias vítreas y las membranas neovascularessubretinianasyuxtapapilares.
Es infrecuente la pérdida de la visión central debida a drusas intrapapilares y se puede
deber a una NOIA, a una oclusión de la ACR o a una pérdida axonal progresiva. Existen
tres teorías para explicar la patogenia de las drusas del disco óptico. Así, Seitz postuló que
su formación es debida a una desintegración de los axones, de causa degenerativa. Por su
parte, Sacks implicó a la trasudación de material a partir de vasos con anomalías
congénitas. A su vez, Spencer las atribuyó al acúmulo de los axones con la consiguiente
alteración del transporte axoplásmico.
Estas teorías no son contrapuestas y, en cualquier caso, pueden tener como sustrato
la existencia de un canal escleral pequeño. La consecuencia final sería una calcificación de
las mitocondrias intracelulares, una rotura axonal y una extrusión de las mitocondrias al
espacio extracelular, que se traducirían por la aparición de drusas en el disco óptico y la
pérdida de fibras nerviosas. Las drusas papilares se asocian con cierta frecuencia a algunas
enfermedades genéticamente heredadas, tales como: Retinosis pigmentaria: el 10% de los
pacientes afectos presentan drusas, de localización papilar o, con mayor frecuencia,
yuxtapapilar sin causar elevación del disco óptico. Seudoxantoma elástico: las drusas son
20-50 veces más frecuentes que en la población general y pueden constituir la primera
manifestación de la afección y Síndrome de Alagille: asocia colestasis hepática, dismorfia
facial, cardiopatía congénita y anomalías vertebrales renales y oculares, entre ellas las
drusas papilares.
Megalopapila.
Con este nombre se denomina a las papilas cuando son más grandes de lo normal, a
partir de 2.1 mm de diámetro. Tienen la excavación aumentada de tamaño y se pueden
confundir con glaucoma de tensión normal. Su presentación con frecuencia es bilateral.
Una buena práctica a la exploración es comparar el tamaño del disco óptico con el
de la fóvea clínica, pues de esta manera en el caso de megalopapila será evidente el
aumento de diámetro. Se puede presentar en combinación con defectos cerebrales o de la
línea media facial, como labio leporino, puente nasal plano o hipertelorismo. A partir de
1950 iniciando con Franeschetti y Bock se usa el término megalopapila para casos en que
hay aumento de tamaño sin otras alteraciones, para diferenciarlo sobre todo del síndrome de
morningglory.
La agudeza visual por lo común es normal y el campo visual sólo muestra aumento
de la mancha ciega lo cual es lógico si se toma en cuenta el mayor diámetro papilar. Es una
anomalía muy rara y se debe hacer diagnóstico diferencial con colobomas de nervio óptico,
mielinizaciónde fibras, glaucoma, síndrome de morninggloryy alta miopía.
Métodos:
Una revisión retrospectiva se llevó a cabo de todos los pacientes de 0 - 15 años
que se presentaron en la L. V. Instituto Prasad Eye, el campus Kallam Anji Reddy,
Hyderabad, India, entre enero 2003-diciembre 2009 con un diagnóstico de coloboma
coriorretiniana. Los datos demográficos y clínicos incluyeron la edad de presentación, el
género, la consanguinidad de los padres, y la duración del seguimiento. La agudeza visual
se midió con una tabla de Snellen o gráfico Teller siempre que sea posible. Si está
disponible, se registró la refracción. La presencia de anomalías oculares asociadas y la
historia de la fotocoagulación con láser profiláctica se registraron. La fotocoagulación con
láser se realizó utilizando una intensidad de luz de grabar en los márgenes del área
colobomatoso, con el objetivo de lograr una adhesión coriorretiniana en los márgenes del
defecto. No hubo diferencias en las características clínicas de los que recibieron la
fotocoagulación con láser profiláctico y en el grupo sin tratamiento previo. Se observaron la
presencia y duración de la RRD, junto con vitreorretinopatía proliferativa. En ojos con una
historia de RRD, la naturaleza y el tipo de cirugía, junto con los resultados se tomaron en
cuenta. La clasificación de coloboma se realizó de acuerdo a la clasificación Ida Mann.
Los datos de los pacientes se introdujeron en SPSS versión 16 (SPSS Inc. , Chicago , IL ,
EE.UU. ) y software de análisis. Para la comparación estadística, un valor de p < 0,05 fue
considerado significativo.
Resultados:
La duración media del seguimiento fue de 1,59 ± 0,21 años (0-7 años) y 0,79 ±
0,16 años (0-8 años) en el grupo que tenía láser y en los que estaban sin tratamiento previo,
respectivamente.
Conclusiones:
Presentación de caso
Paciente masculino de dos años evaluado por el pediatra debido a que presentaba
desviación hacia adentro del ojo derecho desde la edad de 6 meses. El aspecto del fondo de
ojo era sugestivo de atrofia óptica y se realizó tomografía axial computarizada (TAC) que
reportó nervio óptico derecho engrosado en las porciones intraocular e intraorbitaria distal.
En el servicio de Neuroftalmología se constató un globo ocular derecho pequeño, con
microcórnea y desviado en esotropia aproximadamente 15 grados. La oftalmoscopia a
distancia reveló un reflejo de fondo más pálido en ese lado, con una respuesta pupilar muy
lenta de los reflejos fotomotores directo en ojo derecho y consensual en ojo izquierdo. El
fondo de ojo mostró una variedad de anomalía excavada del nervio óptico derecho con
aspecto de coloboma central del disco.
Discusión
Las anomalías congénitas del nervio óptico se asocian a una amplia variedad de
afecciones sistémicas, particularmente del sistema nervioso central. Todas ellas
comprenden un conjunto de alteraciones con características morfológicas muy diversas que,
en sentido general, pueden agruparse en 3 categorías mayores (Anomalías de tamaño,
Presencia de depósitos y tejidos anómalos, y Anomalías de configuración)
Hasta hace algunas décadas, el diagnóstico de las anomalías congénitas del nervio
óptico se ha basado exclusivamente en las características distintivas del fondo de ojo.
La introducción de las técnicas de neuroimágenes (TAC, RM, entre otras) ha beneficiado el
diagnóstico de estas entidades.
theassociatedchoroidalneovascularmembranes
RESUMEN.
El hamartoma combinado de la retina y del epitelio pigmentario retiniano (CHPRRE) es
una malformación congénita infrecuente, unilateral y presuntamente benigna. Puede
asociarse a foseta, drusas o coloboma de papila. Histológicamente muestra membranas en
el epitelio pigmentario retiniano, retina neurosensorial, vasos sanguíneos retinianos y
vítreo-retina en grados variables. Su diagnóstico frecuentemente es casual: no suele
presentar afectación visual, no obstante, en un 10% de los casos la visión se deteriora
gravemente, con complicaciones derivadas de tracciones epirretinianas, formación de
exudados duros y ocasionalmente neovascularización coroidea en los bordes de la lesión.
Este estudio se trata de una mujer de 58 años que fue hace 14 años diagnosticada de
CHPRRE en el ojo izquierdo en una exploración rutinaria. La agudeza visual en ambos ojos
era la unidad, presentando exclusivamente un pequeño escotoma altitudinal en el campo
visual del ojo izquierdo. Tras seguimiento periódico, acude hace 5 meses por
metamorfopsias en el ojo izquierdo y una agudeza visual de tan solo 0,08. En la
oftalmoscopia del ojo izquierdo se observa una imagen compatible con un hamartoma
yuxtapapilar acompañado de una membrana neovascular coroidea (MNVC) en el borde de
la lesión (parapapilar), asociada a hemorragias y desprendimiento seroso, que fue
confirmada con una angiografía y una OCT posterior de dicho ojo; las exploraciones del
ojo derecho eran normales.
Dada la ubicación de la lesión en el área papilomacular, se indicaron inyecciones
intravítreas de anti-VEGF (ranibizumab, 10 mg/ml), siendo aplicadas tres dosis con un
espacio de un mes cada una, encontrando a la tercera dosis una cicatrización de la lesión, la
desaparición de las hemorragias y del desprendimiento seroso. No obstante, quedó una
importante fibrosis subrretiniana residual.
Debido a los cambios atrófico-degenerativos residuales, la agudeza visual solo recuperó
hasta 0,1, pero se consiguió una mejora anatómica y de las metamorfopsias así como una
detención de la progresión de la lesión.
Vemos así como el CHPRRE a pesar de ser considerado un tumor benigno y sin
tratamiento, algunas de sus complicaciones pueden ser devastadoras, produciendo una
importante pérdida visual. Las MNVC en áreas papilomaculares y subfoveolares asociadas
al CHPRRE yuxtapapilar, tratadas en otros tiempos con fotocoagulación o con terapia
fotodinámica, producían enormes escotomas centrales iatrogénicos; sin embargo,
actualmente pueden ser abordadas con las terapias anti-VEGF, debido a que no producen
cicatrices sobre la retina.
Dsiponible: : http://apps.elsevier.es/watermark/ctl_servlet?
_f=10&pident_articulo=90410958&pident_usuario=0&pcontactid=&pident_revista=496&t
y=9&accion=L&origen=zonadelectura&web=www.elsevier.es&lan=en&fichero=496v90n
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Macrovaso congénito retiniano: presentación atípica con baja visión y engrosamiento
macular
A la exploración se observa una exotropia del OI. La refracción sin cicloplejia (OD: +0,5
−0,5 a 25° / OI: +0,25 −0,5 a 52°) y bajo cicloplejia (OD: +1,5 −0,5 a 32° / OI: +1,25 −0,25
a 51°) permiten descartar una anisometropía no conocida.
El polo anterior es normal en ambos ojos. Al realizar la funduscopia, el OD no presenta
alteraciones, pero a nivel del polo posterior del OI se aprecia un aumento del calibre de la
vena temporal superior con engrosamiento de sus paredes, la cual se bifurca cruzando el
rafe medio, atravesando una de sus ramas la fóvea.
En las raras ocasiones en las que se produce afectación visual importante, esta se debe a
hemorragias maculares, quistes foveales, desprendimiento seroso macular o al propio
transcurso del vaso por la ZAF(zona AvascularFoveal)
El estudio de dicho paciente vino incentivado principalmente por la presentación del cuadro
de baja visión unilateral en un hombre adulto sin antecedentes oftalmológicos, lo que hacía
que se cuestionaran el origen congénito de la anomalía.
RESUMEN.
La aniridia congénita es un trastorno ocular
bilateral poco frecuente que se caracteriza por
la ausencia total o parcial del iris. Aunque hay
algunos casos reportados sin mutaciones, el
gen paired box 6 (PAX6) situado en 11p13 es
un importante gen asociado con aniridia. La
prevalencia de la aniridia congénita en la
población general es de entre 1: 64 000 y 1:
100 000. Dos tercios de todos los casos son
familiares y una tercera parte es esporádica.
La Aniridia se asocia con una amplia gama de otras anomalías oculares incluyendo aniridia
asociada a queratopatia (AAK), ectopia del cristalino, catarata, glaucoma, nistagmo,
hipoplasia foveal y del nervio óptico. Se puede presentar como trastorno aislado o estar
asociado con una serie de síndromes como WAGR (tumor de Wilms, aniridia esporádica
bilateral, anomalías genitourinarias y retraso mental) y el síndrome de Gillespie (aniridia,
retraso mental y ataxia).
El Propósito de este estudio fue presentar un caso de aniridiacongénita familiar asociada a
catarata con subluxación infantil, la cual fue tratada con éxito mediante facoemulsificación
e implante artificial de Iris. Este informe muestra diferentes oportunidades en la gestión de
la aniridia con retos terapéuticos para tales casos complicados.
Se presenta el caso de un niño de 5 años de edad, cuya madre acude al centro clínico de
Tuzla porque refiere que éste mantiene las pupilas dilatadas y camina con la cabeza hacia
abajo, percatándose que en los últimos meses ha habido un deterioro en la visión y su ojo
derecho se desvía hacía la nariz. Presenta un antecedente familiar (abuela) con aniridia,
glaucoma, queratopatía con pérdida de la visión hace 6 años. La madre también presenta
aniridia quién se mantiene en control.
En la exploración oftalmológica del niño, reveló que la mejor agudeza visual corregida era
de 0,08 sin corrección en el ojo derecho y 0,7 con -5.0 dioptrías de esfera (dSph) y -1.0
dioptrías de cilindro (Cil) y eje 109 ° en el ojo izquierdo. El examen del segmento anterior
reveló la degeneración incipiente de la córnea periférica, y aniridia bilateral. En ojo derecho
tenía una subluxación parcial de catarata con debilidad de la zonula en meridianos 6:00-
10:00 y un desplazamiento capsular incipiente, mientras el ojo izquierdo tenía una catarata
incipiente. El ojo derecho también mostró una endotropia de Δ6º. La (PIO) medida con
tonometría por aplanación de Goldmann en 14 y 15 mm Hg en el ojo derecho e izquierdo,
respectivamente. Detalles del fondo de ojo no estaban claras en el ojo derecho y el ojo
izquierdo mostró hallazgos de fondo de ojo normal. La OCT no reveló cambios
patológicos. La ecografía mostró opacificación de la cápsula posterior del cristalino.
El paciente fue sometido a facoemulsificación con anestesia general y posterior a la
implantación del LIO viscoelástico fue inculcado en la cámara anterior el implante artificial
del iris.
Después de la operación, se observaron signos moderados de inflamación ocular, por lo que
fue tratado con corticoides tópicos por cuatro semanas y lubricantes, la PIO se mantiene en
sus límites normales y 3 meses después de la operación la AV mejoró a 0,9 con + 1,25
diop. De esf . El paciente no se encontraba dispuesto a operarse el ojo izquierdo por lo que
se le aplica un lente de contacto. 6 meses después de la operación, la agudeza visual mejor
corregida sigue siendo la misma en ambos ojos con una completa mejoría de la endotropía,
y con signos de recuperación de la visión binocular.
Finalmente este estudio demuestra como con una extracción de cataratas y una
implantación artificial de iris en un solo procedimiento puede ser utilizado para corregir la
aniridia congénita y la catarata con una mejoría significativa de la función visual. Los
resultados estéticos son satisfactorios y la fotofobia se reduce al mínimo. La ambliopía se
puede prevenir con una adecuada extracción de la catarata y el cálculo del LIO correcto.
Jusufovic, V., Cabric, E., Popovic-Beganovic, A., Musanovic, Z., &Zvornicanin, J.
(2014). Treatment of Congenital Aniridia Associated with Subluxated Infantile
Cataract. Medical Archives, 68(3), 212–214.
http://doi.org/10.5455/medarh.2014.68.212-214
Disponible en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4240328/
CONCLUSIÓN
La visión es un fenómeno complicado que se produce en la corteza cerebral,
específicamente donde se reconocen e interpretan las imágenes que llegan desde el ojo, o
receptor de la información. Es decir, los estímulos luminosos recogidos por el ojo van al
cerebro donde se transforman en sensaciones visuales. El ojo ve y el cerebro interpreta lo
visto.
Para esta ocasión tratamos el desarrollo embrionario de tracto uveal (ectodermo neural,
tejido mesenquimático), retina (ectodermo neural), y nervio óptico (ectodermo neural y
cresta neural). En cada una de ellas pueden ocurrir malformaciones que pueden ser
causadas por:
Enfermedad familiar autósomica dominante
Modificación en el aporte de sustancias
Síndromes o enfermedades
Lesiones o atrofias en tejidos
Interrupción en el desarrollo embrionario
Ausencia de fibras, células y vasos
Defecto del cierre de la hendidura embrionaria.
Policoria
Aniridia
Coloboma
Albinismo ocular
Coloboma incompleto del nervio óptico; Coloboma completo del nervio óptico
Estafiloma circumpapilar Disco óptico inclinado