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Cinco principios para relacionarnos Juan Elias Campos Garcta* Los hombres nacen suaves y flexibles: muertos, estén rigidos y duros, Las plantas nacen tiernas y eldsticas: muertas, estén quebradizas y secas. Ast, aquel que es duro e inflexible es un discipulo de la muerte. Aquel que es dulce y complaciente es un disctpulo de la vida. Tao Te CHInc HACE TIEMPO un amigo me comenté que cuando se piensa en un dia para celebrar algo, tenemos que pensar que aquello que se celebra esta ausente en la vida cotidiana. Si él tiene razén, en afios préximos se establecera un dia para recordar que podemos convivir unos con otros. En esta época, compartir un espacio, un sentimiento, una palabra, una mirada se ha convertido en algo complicado; la desconfianza y/o la desesperanza por coin- cidir con una persona que nos dé una sonrisa es una constante, nadie esta dispuesto a dar un lugar en la vida. Hablamos de dar sin esperar nada, este acto se ignora sin lograr comprenderse, uno puede dejar que la vida pase sin tener la experiencia de abrirse y entregarse. . ae Las relaciones interpersonales se han convertido en coinci- dencia, habitamos un lugar por casualidad, no nos interesa re- conocer a la persona que tenemos en frente, es.un desconocido Para nosotros, lo tinico que nos interesa es recibir de él lo que deseamos, de otra manera nos alejamos. Por nuestra cabeza no pasa la pregunta de comprender qué sentido tiene estar Con alguien, para qué lo he encontrado, sdlo los vemos y que- Leoraréneilen cs ; corazénsilencioso@gmail.com 27 remos que nos satisfaga todas nuestras demandas cho, uno que otro vacio en el interior. Por eso lag Telaciones son de dos ni de tres, son un monélogo, s6lo decimos y Pane no mos lo que deseamos, por eso la btisqueda de un interloour alguien que esté ahf, aunque no lo podamos mirar a log Ojos, s S6lo podemos dar lo que tenemos en el interior. La cucstig, no es con qué tipo de personas hemos coincidido en la vida, sing qué estoy haciendo para toparmelos, es decir, seguro existen, personas que son indeseables de encontrarse, por ningtin mo. tivo uno quisiera coincidir con los necios, los quejosos y los ne. gligentes. Antes de mirar hacia ellos, tenemos que mirar hacia nosotros, de seguro no hemos resuelto un Ifo en nuestra vida, mientras no lo hagamos seguiremos coincidiendo con tales per- sonas. La cuestién para relacionarse con los otros radica en confiar, entregar, encontrar, valorar y dejar algo. No podemos estar con los otros si no hacemos esto. » Mejor gi Confiar: dejar latir el corazon Tengamos en mente a un nifio que, al mirar a su padre o madre, corre hacia él o ella y se avienta para abrazarlo. Habria que hacer una pregunta sencilla pero profunda: épor qué este nifio esta seguro de que su padre o madre no se movera y lo tomar entre sus brazos? Confia en ellos. Esta seguro de que suceda lo que suceda, ellos estan ahi, compartiendo ese momento. Con- fiar en el otro es valioso para poder compartir la vida, lo que uno viva, haga, o sienta carece de sentido si no se comparte con los otros. Confiar implica que uno hace lo que le corresponde, esperando que algdn dia alguien hara lo suyo, justo como el nifi, él corre y se deja caer en los brazos de su padre o madre, confiando en que ellos extenderan las manos y lo abrazarén. La pérdida de la confianza es un serio problema en nues- tra sociedad, incluso dentro de nuestra familia; un dia el nino descubre que no puede creer en sus seres queridos, la duda se instala en su interior y piensa que, si ellos lo defraudaron, qué “Speraré de los demas. Somos unos turistas y viajeros en la vida 28/ JUAN Exfas Campos Garcia de los otros, sin confianza no ha pecesitamos senales para compan no hemos escuchado decir que estren que son di demuestre! ae Son dignos de confianza? N ro cione: ae 22? Nos relaci jartit de condiciones que esconden una a rela ionamos a *manda: recibir, 1 cibir. La vorta e la per: a senti mayorta de las personas sentimos que las acci manen un motive escondido, que nada yi Aetiones de los otros can un beneficio propio. Hay un enredo ee earentes, que bus- y nos hace pensar que los demas quieren Fi meas brota pasa por nuestra cabeza que una persona a te nosotros, no accién sin mas intencién que reconocernos que |; 0s —— una Eso hace que nosotros nos cerre; o valemos. 5 mos, las relaciones i personales se convierten en una tran: nes inter- sacci6n, lo que recibo es I . se ays. . ? a) que doy; damos exigiendo recibir, si no se recibe decimos que el otro nos decepcioné o nos defraud6. Siempre poniendo los ojos afuera, quiz4 lo adecuado sea vernos y preguntarnos por qué esperamos tanto del otro; si hacemos esto nos descubriremos: el vacio de buscar en el otro lo que no tenemos. Las personas es- t4n ahi sdlo para compartir un momento de su vida, no hay mas deseo que ese, y este momento lo comparten con lo que tienen, si podemos confiar en ellos, podemos confiar en nosotros, nos re-conocemos, entonces no hay engaiio o desilusi6n. Aprender a convivir comienza con confiar, en nuestra co- tidianidad esto resulta algo dificil, la desconfianza es moneda corriente, pero podemos devaluarla; la confianza se alimenta en el interior, sin necesidad de que el otro compruebe que podemos confiar en él. Sélo tenemos que alimentar la voluntad, vencer el miedo de que las personas, al tenderles las manos, terminen agarréndonos los pies. Al final, si se aprovecha de nosotros, ese acto es suyo, lo que nosotros tenfamos que hacer Io hicimos, a ¢s0 consiste darle la eleccién al otro, no podemos os Laren al confiar en ellos les mostramos que pueden ser uP umes complicaciones. dan- Hagamos un ejercicio. Parese delante de Une Pree sient dole la espalda, cierre sus ojos y déjese caer ne 56 qué sucede, comienza con miedo, despue de inseguridad que lega hasta la cabeza ¥ la confianza Fe cudntas veces 70 8€ gana, que , nos elabora una creencia: no lo haré, pues se quitaré yme caere,p una situacién similar se encuentra el nino que corre hacia me padres, sélo que hay una diferencia importante: el nif contig La confianza no sélo es porque ambos comparten la misma san, gre; en un momento de nuestra vida nos damos cuenta de ue simplemente no podemos vivir solos, yno tiene que ver con te carencia afectiva, sino descubrir que la vida es una interdepen, dencia, siempre estaremos en presencia del otro, gracias ad nos y re-conocemos como personas. Entregar: abrir el corazén Entregarse es abrirse plenamente para el otro. Una flor se muestra sin importar que se le mire o se le ignore, sin escon- derse, se abre y muestra su interior, Lo demas se lo deja a quien la mira, si decidimos hacerla nuestra o sélo nos detenemos para ver su belleza, esa es una eleccién de cada uno; la flor hizo lo que tenfa que hacer. Podemos aprender de una flor, dejarnos ser, sin pretender satisfacer los deseos del otro o sus carencias; dejamos de entregarnos Porque sentimos que si nos mostramos, nadie nos aceptaré o se aprovechard de nosotros; la vida se nos va tratando de complacer, hacemos cualquier cosa para agradar, incluso nos olvidamos de quiénes somos, al final del dia no po- demos reconocernos. Visto y now b UBque, Ss haya » Nos diga que somos importantes; Seguim, os 30/ JUAN ELtas CAMPOS Gancta jdiéndole al otro, queremog que cibin Y cuando lo tenemos saquean, nos 8cerque, espera de que el otro esta igual que oes al otro gi ramos re- nersonas que exigen recibir? No ae ra artiran dela misma manera en que h: ‘48 Manos lle; Ni siquiera nos hacemos respons, fi venido, sin nada, nos, ni siquiera tenemos el valor de — les de @: ojos estan lenos de insatisfaccign ‘arnos, m esto es una posibilidad, en las coj que necesita, jamas nos detene otra persona. Nos hemos deja * 6QU6 pue Iran con |, nas, estamos viviendo. Recordemos cudntas pel nos han mirado a los ojos, seran pocas; mento, y cuando notamos algo més alla que sus ojos, dejan de yernos. Si nos miramos mutuamente nos sentimos descubier- tos, expuestos ante la mirada del otro, tal vez sentimos que no tenemos nada que mostrar. La dificultad para relacionarnos co- mienza con que hemos dejado de reconocernos, en un punto de nuestra existencia dejamos de ser lo que somos, negandonos la oportunidad de ser nosotros mismos. Por eso cuando miramos los ojos, hay un velo que nos cubre, nos damos cuenta de que nuestro interlocutor miraré lo que en realidad somos. En otras palabras, nos cerramos, impedimos que entren en nuestra vida, nos ocultamos detrés de una palabra o una car- cajada, desde ahi coincidimos con los otros, desde una cerrazon decimos que estamos juntos, en esta condicién sélo dejamos esca- par un tenue calor de nuestro coraz6n. A veces uno Ca que olvidar esto. Sabemos que hay personas que sacan aa © a la menor oportunidad o que Ilegaran personas @ ae a ea fs nuestra vida, aun siendo conscientes de eso, eo al No valioso entregarse en cada momento de nuestra exist coe re ven a Seer ana de servir. Conoce- nn ‘4 vez me dijo: lo que se guarda se pu eee deciden reservar- 8 casos, personas que tienen tanto por i para los otros. ®, al tiempo, se quedan sin nada, ni para ellos ™ P rsonas que conocemos nos miraran por un mo- CIPIOS PARA RELACIONARNOS / 31 ee Podemos hacernos la siguiente pregunta: écudndo ha sig, altima ver que nos hemos entregado? Para contestarla, ten. In altima von rede un ejercicio, Puede probar con lo siguient, ai vee con sentir su respiraciGn, sienta el aire entrando py, su nariz y Henando sus pulmones, sienta el aire saliendo de sus pulmones y por su nariz; sienta el eae entrar y salir, salir y entrar. Hagalo por cinco minutos. Se dara cuenta de que entrar y salir es un mismo movimiento, que no hay diferencia entre uno y otro, ambos son importantes para respirar. Si avan. za en la sensacién, notaré que en ese momento sélo estaban sy respiracién y usted, dedicado a respirar sin otra intencién que solo hacerlo; atin més, s6lo respiraba, se dejé ir, la respiracién era usted y usted la respiracién. Puede parecer algo simple, pero no lo es. Respirar es una accién que permite que el aire entre, oxigene nuestra sangre y salga el diéxido de carbono para mantener nuestras actividades vitales. Si lo aplicamos en la vida cotidiana, las personas que nos rodean pueden entrar, relacionarnos con otros alimenta nuestra vida porque nos descubrimos en ellos, cada encuentro con una persona nos muestra una manera en que podemos ser, nos descubrimos con nuestra capacidad de construir un pensa- miento, un sentimiento y una accién para el otro. Cuando esa persona se vaya, ella se llevaré algo que podra compartir con alguien més, lo que aprendié con. nosotros le ser- Mes at au vida. Mientras, nos daremos cuenta de que la presen- es - ea nos oto encontrarnos, sabernos con la cualidad ‘88, esa persona nos regalé una ensehanza. En me Kap PL 0s en esta existencia, eae “ fel, iB Mificil es quitarse la exigencia que le erage! 1 dojamos de exigir, aprenderemos a dai importante: aprenderemos a recibir Re ae » Recibir Entregg depositam y lo que 32 JUAN ELias Campos Gancta ‘neontrarnos, Encontrarse en esta vida ‘donde uno pue nemos tiempo para nosotros ni hay ee posibilidad de des- ‘acerlo, Las otras personas nos dan esi vr 650 €5 incorrecto rirnos, sentirnos en nuestro interior ane o nos sentimos iC Que tal 0 cual persona nos hicieron oeueve en el higado “eres a su lado; el enojo y la alegria s¢ — os . RELACIONARNOS 133 1 76n, esa e nocién es nuestra, s6lo que hemos deci, y el coraz6n, ¢ ien mas. c -tirla con alguien ™ ' : compartirla u s neli ion Somos lo que hemos abierto en el interior, c . amos a los otros, no podemos ser otra cosa distinta, sige tregamos e trabajar en el cuerpo, podemos entrar, vamos serlo, hay qu seam lidad se acomoda de otra manera, lag = e la real una fase donde PAC que eran importantes se resignifican, aparece su valor en nites tras vidas. En esa condicién nos miramos, podemos encontrar sensaciones y sentimientos que dejamos atras, nos damos cuen, ta de que habfa pasado mucho tiempo; sentir el interior eg un principio para poder reencontrarnos. La pregunta es sencilla. éCuando fue la ultima vez que sentimos nuestro interior? Cuando estamos para el otro, la manera de mirarlo, de ha. blarle, de escucharlo es el fruto de lo que hacemos con la vida que se mueve en nosotros. Podemos probar lo siguiente: un fin de semana réntese con sus seres queridos, es decir, desde que se levanta hasta que se duerma, pregintele a sus seres queri- dos en qué les puede ayudar, y eso que le pidan lo hace, cuando termine regresa y les dice, ya lo hice, ahora qué hago, y lo que le digan lo hace, y asf sucesivamente; al final del dia les da las gracias y se va a dormir, Hay dos cosas que posiblemente sienta. Al principio, en el caso que no se muestra renuente, las tareas que nos pidan se yr osa, Hay un sentimiento que nad wld ay wad, y esol Santas Ieper ee sentimiento lo contig ente sentient hace ln vid botidiana enn eon persone, vee dara cuenta de que usted aporta una pa Pee J parte del malestar que os une. ara cuando se acerque la noche, nos sentiremos cansad darn gracias por ver el final del dia, y lo pensardn de ns tes de volver a rentarse un dia completo con sus pares r su cabeza pasaran miles de cosas, de nuevo tiene lad de encontrar que seguimos pensando en noso- tros, Slo nos interesa lo que sentimos, aun haciendo lo que nos iden, siempre velamos por nuestra satisfaccién, literalmente en nuestra vida no tiene lugar el otro. Al final seguiremos sien- Sp los mismos todos los dias, desde que nos despertamos hasta que nos dormimos; lo que sentimos, pensamos y actuamos no es ava reaceién al trato que nos dan los demés, sino la manera en que yivimos en nuestro interior, el otro slo es un pretexto para que salga a jugar Jo que somos. Si rentarse con sus seres queridos no le causa incomodi- dad, puede pasar al siguiente ejercicio. Despierte, acomode sus cosas y baje a preparar el desayuno, si sus seres queridos lo acompafian, puede compartir actividades, sino, sdlo dedicarse a preparar los alimentos pensando en los otros, hagalo deseando que lo que va a comer sea util para que el dia sea el primero en el que cada quien trabaje en la vida personal. Al terminar de desayunar, levante los trastes, lavelos, déjelos secar 0 los seca y después los acomoda; deje los lugares ordenados, que todo esté en su lugar. Continte con aquello que haga falta, lo que sea necesario para cuidar el lugar donde estan viviendo, si otra persona ensucia y no recoge ni limpia, hagalo usted. Elija a un ser querido y pase tiempo con él, incliyase en sus actividades, siéntalo, regdlele una palabra, una sonrisa ¥ una mirada; sienta que aque! ta haciendo esta i lo que é1 0 ella est e bien, despfdase y vaya con otro, siga asi con cada ser querido; en el caso de que alguno de el Tos no lo deje estar con él, S00 agradézeale y desp{dase. Después; dediquese un tiempo, elija un lugar donde usted pueda sentir incluso veces an queridos. Poi Ja oportunid: se, escucharse, Fecrearse, $i Cinco PRINCIPIOS PARA RELACIONARNOS / 35 ima, déjelo entrar, comparta, dg lo .ordemos que el Gnico moment ae ea ft % or querido se aprox solo disfrute; ree , . estras vidas es justo este momento. Al final del dfa, re cuerde las cosas que hizo, descubring " usted se muestra en cada acci6n See lo que usteq hig, . Jo que tiene en su interior, sin necesidad de esperar que aj, ie, le diga qué hacer, usted se descubre como una persona que no cuesta estar para el otro, piensa en trabajar para que log of, tengan una posibilidad en su vida cotidiana. Sélo as{ uno de encontrarse, verse en las acciones con otros; nuestra actitug brota, podemos mirar que en ocasiones puede venir la angustia la melancolia, el enojo, el miedo, la alegria, y las podemos ejay pasar, que se muevan libremente por el cuerpo. No se apega a nada, les da un lugar en su vida y sigue siempre para adelante, abriéndose; con esta actitud uno comparte con el otro, cada dig encontrandonos uno al otro, y uno gracias al otro. En este pun. to, podemos hablar sobre lo valioso de estar con otro. yvalioso en nu Valorar: atesorar el coraz6n Las relaciones humanas se han complicado porque hemos ol- vidado que cada ser humano es valioso por el simple hecho de tener la vida en el interior. Descubrirse con la vida en el inte- rior nos hace sentir y pensar que existe algo mas valioso que nosotros mismos, resulta que uno comprende que la vida noes nuestra, sino que tenemos la vida en el interior, y eso cambia la dimensién en que vivimos, en este simple acto nos damos cuen ta de lo valioso que es cada ser vivo. Encontrarse con otro es una oportunidad de comprender lo valioso de estar aqui y ahora, lo vivido en esta existencia carec™ ria de valor, de nada serviria nuestros actos, lo que sentimos¥ lo ae Pensamos gi no se los entregamos al otro. En este sentido, cee joes Porque nos regala una Cneet ates algo tan 8encillo me lir a flemeemnnrens BOT es los otros estan igual, en ste eee cee Bae 7 , © momento recordamos: équé, @ 36 / JUAN ELias Campos Garcia no merecemos comenzar un dfa sin queja? O recordamos lo tenemos que hacer en ese momento, podemos toparnos aon ar de ancianos que siguen su camino, écuanto tiempo ha . cado desde el ultimo momento en que abrazamos y besamos a nuestro padre y madre, agradeciendo por darnos la vida? Siem, pre hay una palabra o una accién que resuena, justo como una piedra al chocar con el agua, las ondas se expanden en toda la superficie, la vida del otro resuena en el interior, sélo hay que dejar que su movimiento nos toque. Estar para el otro es un acto de humildad. Podemos sentir en el otro, gracias a él, nues- tro pleno derecho por vivir con dignidad; el otro se merece tanto como yo, despertar en su corazén y cultivarlo, nos esta dando esa posibilidad de sentirnos humanos. Estamos seguros de que la condicién humana es algo mas que resentimiento, nostal- gia, voracidad, ingratitud, y posesién. Un dia descubrimos que podemos sentir un sentimiento que se mueve en el corazén, es cdlido, se abre, se expande, ilumina cada lugar de nuestro cuerpo, recorre nuestros miedos, nuestros enojos, nuestras an- gustias, nuestras tristezas y, al final, comprendemos que cada experiencia es valiosa porque permitié despertar en nuestro coraz6n, Podemos comprender que todo esta bien, cada cosa en la vida esta en su lugar, es perfecto, no hubiese sido posible en otro momento; es la vida brotando en nuestro interior, dando- nos la eleccién y el compromiso de hacerla crecer y desarrollar para dar un fruto que otros comerdn. Sentimos que en nuestro coraz6n anida la compasi6n: dejar que el otro sea. Podemos hacer un ejercicio: al salir de su casa, listo para comenzar con su rutina diaria, ponga atencién en las personas con quienes se encuentra, el lugar donde estén, las expresiones del Tostro, aquello que platican y, sobre todo, lo que siente y esté haciendo al estar con ellos. Usted se dara cuenta de que cada encuentro se relaciona con algo en su vida, quizds vaya — respuesta sobre algo que le esta sucediendo, a Vivien hard una palabra que le dard claridad en lo que es a una ca Sa eae sentira que estar con las personas es geremos Aa lad que no podemos desaprovechar, siempre rec! rutos de cada encuentro. CINCO PRINCIPIOS PARA RELACIONARNOS 137 sion que la vida puede lograr en na expre’ as personas sont — humano, con su manera de actuary Pensa y seni un cur? an una diversidad de mancras de existir de la cual emo a r que hay otras opciones de vivir y di der, recono render, rec ; una de ellas es valiosa por el simple hecho de tener | q 2 jaro, en este punto nos daremos cuenta de que tenemos vida ced de elegir, es decir, al tener presente la diversidad ae puede lograr la vida en su expresion humana, caemos en la cuenta de que podemos seguir en el camino que deseamos tran- sitar, 0 en caso contrario, corregir los pasos, cambiar de rumbo y redefinir el camino. “Nos damos cuenta de que somos seres humanos, rebasamos la condicién de seres queridos 0 conocidos, no es tan importante porque nos nutre un mismo principio, habitamos en esta her- mosa Tierra, que tiene un coraz6n que arde, abraza, sostiene, da de comer, acaricia, y nos da siempre otra oportunidad; noso- tros nacimos de ella, agradecerle es un acto de humanidad, sin ella no estariamos aqui. Vincularse con este principio es posible si antes nos hemos vinculado con los otros, estar con ellos es una experiencia que nos prepara para descubrirnos en el inte- rior de nuestros cuerpos; en este sentido, construimos un sen- timiento por los seres humanos, aceptamos nuestra condicién y nos comprometemos por cultivarla. . — que se echara a perder, pero eso un fa sali 7 G1 gesto se fruncid 0 eee ora eee Ie rg co, 188 palabras que ustimon son fri, las acces eron st inportaneia, todo por no abrevernos a compartir ese cimiento que pudo ser algo mas en nuestra vida. : ovale para una experiencia, Un dia la existencia se experiencia nos hizo recordar que la vida es un cuidar y respetar, sentir la respiraci6n jr del corazon, nos permite comprender que tenemos la diéndose en. nosotros, que podemos cultivarla y dejar ue abra su paso en esta existencia que va adquiriendo una for- ma mas sutil; es decir, nos descubrimos que podemos sentir y ar de otra manera, que podemos entender que los otros son buscando Ilenar un va- anos que desean algo, que van 2 en el estomago, una sensacién de hambre que no se ymida, y que después sube, atorandose en la gargan- mas que trague saliva, no siente que se deshaga. Entonces recordamos que hay algo mas profundo en esta co- tidianidad que habiamos olvidado, nos dejamos de mirar como humanos, y con ello perdimos nuestro derecho a tener algo mas noble y digno en nuestras vidas. Parémonos un momento en nuestro camino Y pre! guntemos: dla vida que hemos vivido se reduce solo a esto que tenemos? Obviamente no. ‘También po- demos preguntarnos: éesto es todo lo que puedo darle a otra persona? Claro que no. Nuestra vida tiene un sentido, tenemos que comprometernos, dejemos de sobrevivir y pasemos a vivir. Por eso encontrarnos con los otros es la posibilidad de regresar aese principio que alimenta nuestro interior, desde éste brota una consigna: tenemos que dejarle algo a los demas. pens seres hum: Jena con CO! ta,y que por Dejar algo: dar el corazon Co vida no tiene que ser instil, tener la vida en el interior es as compromiso para con los demas, si ‘compartimos el mismo lempo el mismo espacio, tenemos una ‘responsabilidad para que las cosas sean cada vez mas sencillas, que vivir no sea tan nos / 39 CINCO PRINCIPIOS PARA RELACIONA' personal esperando que un dia nas tengan un brillo en los ojos y regalen una pala. nemos que trabajar para dejar algo, justo s raices por el suelo, se nutre de la tierra, engruesa su tronco, despliega sus ramas de las que cuelgan hojas, y después, cuando esta listo, da un fruto que otro ser vivo aprovechara. Todo el trabajo que realiza un Arbol, des- pués de todo, no ser para él, seré para otro, en eso radica lo va- lioso de esta vida, por eso debemos cuidarnos, para hacer cosas que puedan ser una posibilidad para que otros se encuentren y puedan vivir con un poco més de dignidad. Entender este acto de trabajar para dejar un fruto a los otros, nos da claridad sobre nuestra existencia, uno puede vol- tear y valorar, después de todo, era necesario vivir ciertas cosas para poder estar en frente de alguien y dar sin esperar nada. Esto tendrd sentido si hace lo siguiente. Quédese de ver con un ser querido o con un conocido, siéntese a su lado, y dediquese a escucharlo, pongale atencién, no se distraiga, manténgase con esa actitud de estar para él, hasta que su ser querido o conoci- do diga “vamonos”. Usted se despide y da las gracias. Imagine todo el esfuerzo que usted hizo para estar con él, al final valié la pena, usted lo escuché cuando él lo necesitaba. Usted pudo dejar algo en su ser querido o conocido, en ese momento y en ese lugar alguien le dio un lugar en la vida. Le dejé ese acto de estar ahi cuando se tiene que estar. Dejar algo en el otro es una actitud que implica dejar de pen- sar en s{ mismo, no como un acto de sacrificio, sino como una ensefianza; esta ensefanza es vivida, no le podemos ensefar al otro que su vida es valiosa si nos abandonamos; por ejemplo, una madre puede hacer un acto de caridad al darle su alimento asu hijo, pero écudnto tiempo sobrevivira el hijo si su madre deja de comer?, al final su sacrificio seré en vano; no estamos pensando en esto. Dejar de ser egoista tiene otra implicaci6n, en el caso mencionado ambos comen aunque sea poca la porcion, con esto la madre tendré energias para buscar una opcién. Esta es una ensefanza que podemos dejar: estar pleno para dar algo con calidad. Vivir la vida con plenitud asegura dejar algo valioso; 40 / JUAN ELias Campos Gancta cry complicado; trabajar en la vida las pers pra plena. Para eso te! como un arbol que extiende su de otra manera, lo que se deje careceré de calidad, ser4 mer acto y no un movimiento que se cultive en la vida interior. ° Es justo como los padres, ellos crian a los hijos, los form: Jos aman para que después éstos se vayan y encuentren una i rejaa quien formarén y amar4n. Si lo vemos asf, todo el trabajo de los padres no seré para ellos, otros recogerdn el fruto. os padres logran esto si sus vidas personales y la vida de pareja es plena, los hijos llevaran esa consigna en los latidos de su co- razon. Si rebasamos esta frontera y nos sentimos un poco més profundo en el interior, descubriremos que no necesitamos de- jar algo s6lo con nuestros seres queridos o conocidos; nosotros podemos alimentar la actitud de trabajar para personas que no conocemos, incluso por los no nacidos. Dejar algo no es para una persona, es para todos los seres humanos que estan aqui o estaran, y que jamas conoceremos, conocerlos no importa. Entregar la vida por los otros, nutriendo la vida que esta en nosotros, este fruto es lo que podemos dejar a los otros, confian- do en que ellos a su vez dar4n sus frutos, entonces podremos entender lo que Miyamoto Musashi mencioné: que no hagamos nada que sea inutil, que cada momento de nuestra vida tiene que servir, que aprender a relacionarnos con otros, es un regalo que vale la pena atesorar en nuestro interior. Dejar algo en los otros es un sentimiento que nos aproxima a nuestra condicién humana, esto es una cosa que cualquiera de nosotros tiene que vivir, sentir que tiene un cuerpo que le permite lograr una ex- presion humana de la vida. Trabajar en la propia vida para que esta posibilidad despierte en los otros habla de una condicién de existencia que ha sentido el corazén de la vida palpitar en su interior, y con este sentir no habré lugar para la queja, la necedad ni la negligencia. Nutrir los cinco principios para relacionarse: €s una eleccién ‘onados, no habré Si pode Fi peed i Podemos practicar los cinco principios menc! o relacionarse luge t aa gar para relaciones interpersonales complicadas, at oré lo mas facil y divertido de lo que imaginamos, no wwidia o queja: tenemos una oportunidad parg Ho. eomcon otros es una alegria que se cultiva en g| fa de nosotros nos hemos sentido solos, nog -eyuntado por qué si tenemos todo, casa, trabajo, pare. aes ere, vacaciones, y hasta un perro, hay una sensacién de ja, amine, Vfospierta cuando nadie esta alrededor. me i esta condicién podemos sentirnos, hemos elegido no pensamos que nuestra vida depende de la presencia del otro, y jamas notamos que fue un encuentro entre personas solas. Se trata de una elecci n. Tenemos dos opciones; q) renunciar a compartir nuestras vidas, que. justamente eS0 es Jo que hacemos cuando deseamos que el otro esté con nosotros; 8) darnos sin condicién, construir un sentimiento para y con el otro, vivirlo como experiencia plena, y al final, cuando nos separemos, cada quien, al voltear hacia su interior, sentira que en su corazén se cultiva otra condicién de lo humano. Permitame preguntarle lo siguiente: écudnto tiempo més soportara vivir asf, alejado de los otros, ahogando un sentimien- to que desde hace tiempo tiene en su coraz6n?, écudndo tendra la determinacién de pararse frente a esa persona y simplemen- te darle el sentimiento que cultiva en su interior?; dacaso usted no se considera como una persona valiosa que merece, por su propio valor, vivir algo més que lo que ha vivido?, su vida pue- de solo lograr ese nivel de existencia? Un dia puede despertar y cobrar conciencia de que es un ser humano y que, como tal, Nee ae ser'o y compartirlo con una persona. después elja si desea vivirloy hacerlo ection ey vohee au’ sea sélo una exporieneie a acerlo cotidiano o si prefiere que elige esto, al menos eae e contaré en tal o cual reunién, si Por dltimo, les een naa Igo que contar. , Jala segunda opeién cont oun deseo mundano. Deseo que eli- el comienzo are nea unt ruir un sentimiento para con otro es der que lag relacione pi ‘nos otras cosas, es decir, compre?” Permiten estar on of ca crpersonales son momentos que nos Gos. Darteun lugar oe nmin® ae se ha abierto ante nuestros vida a los otros abre la posibilidad de con otros Ss habra orgu aprender que est corazon. La mayor estar con los otros, 42 JUAN ELtas Campos Garcia —- jnoluirnos en la vida. Estamos seguros de que la vida se vive cola, nadie puede vivir por cada uno de nosotros, por esto mis- mo la vida nos regala la posibilidad de con-vivir con otros seres yivos: los otros son valiosos para descubrir que la vida esta en nuestro interior. Esta vida es unica, por eso es tan valiosa; esta vida es anica, por eso hay que protegerla y cultivarla. Los otros nos abren esta posibilidad.

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