You are on page 1of 4

Pensando en la iglesia…

Si usted asiste a una clase para aprender a hacer surf, se le enseñara todo lo que necesita saber acerca de este
deporte: Cómo elegir al equipo adecuado, cómo utilizarlo adecuadamente, cómo reconocer una ola “surfeable”,
cómo capturar una ola y montarla durante la mayor cantidad de tiempo posible, y lo que es más importante
cómo salir de la ola sin caerse, todo esto lo puede aprender si a usted le gusta todo lo referente al surf, al mar
etc. Pero nunca podrá encontrar una clase que le enseñe a “Como crear una ola”

Muchos libros y conferencias acerca del crecimiento de la iglesia caen en la categoría de “cómo crear una ola”
tratan de fabricar olas con trucos, programas de mercadeo etc. Pero el hombre no puede producir el
crecimiento porque sólo Dios puede hacer que la iglesia crezca, sólo Dios puede soplar en el valle de los huesos
secos de (Ezq. 37:11) solo Dios puede hacer que haya crecimiento y receptividad, como Pablo señaló acerca de
la iglesia en Corinto:” Yo planté, Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios” (ICOR. 3:6). Tomemos en
cuenta el compañerismo; Pablo y Apolos hicieron su parte, pero Dios provocó el crecimiento. La soberanía de
Dios no debe pasarse por alto en este importante tema del crecimiento de la iglesia porque él es quien lo da.

Nuestra tarea como predicadores es reconocer el trabajo que él puede hacer y nuestra responsabilidad es
aceptar de qué manera Dios está obrando en el crecimiento de la congregación y unirnos a Él. Hacer crecer a
una congregación en bastante difícil, porque requiere habilidad y equilibrio y más que deseo requiere
dedicación, visión, paciencia, fe, ciertas habilidades y sobre todas las cosas equilibrio. Dirigir a una congregación
que está creciendo no es asunto fácil, porque requiere el dominio de ciertas habilidades.
Hoy en día Dios está preparando personas receptivas al evangelio debido a una gran cantidad de problemas en
torno a la sociedad, lamentablemente a los predicadores no les han enseñado las habilidades necesarias para
traer salud y crecimiento a cada congregación. Debemos tratar de reconocer las oportunidades que Dios nos
envía, y debemos aprender a usar el equipo adecuado y mantener el equilibrio para su sano crecimiento,
también debemos reconocer cuando las cosas no son las favorables para el crecimiento y saber cuándo
abandonar ciertas actividades.

Dios envía el crecimiento a las congregaciones cuando éstas están preparadas para desarrollar su crecimiento,
sabemos que Dios hace cosas poderosas, pero debemos orar para que Dios nos dé el privilegio de involucrarnos
en lo que Él está haciendo, el problema con las congregaciones y los predicadores es que muchas veces se hacen
las preguntas incorrectas, se preguntan ¿Qué hará crecer a nuestra congregación? Esto demuestra que no han
comprendido el punto principal “nosotros no podemos hacer crecer a la iglesia” pero si debemos colaborar con
lo que Dios si puede hacer así que la pregunta debería ser: ¿Qué impide el crecimiento de nuestra
congregación? ¿Cuáles son las barreras que impiden el crecimiento de nuestra congregación y ¿Cuáles son los
obstáculos que impiden el crecimiento de la congregación?

Todas las cosas que tienen vida crecen, y usted no tiene que hacerlas crecer, así sucede con un organismo
viviente si se encuentra sano. La falta de crecimiento generalmente indica una falta de salud, posiblemente una
enfermedad. De la misma manera, como la iglesia es un organismo vivo, es natural que la iglesia crezca si se
encuentra sana. La iglesia es un cuerpo no un negocio, es un organismo no una organización. Si se encuentra
viva una congregación, está creciendo; pero si no está creciendo entonces se está muriendo.

Cuando un cuerpo humano se encuentra desequilibrado, decimos que tienen una enfermedad, lo cual indica una
falta de bienestar en el cuerpo. De la misma manera cuando el cuerpo de Cristo se desequilibra, la enfermedad
tiene lugar. Muchas de estas enfermedades están ilustradas e identificadas en las siete iglesias de Apocalipsis. La
salud solo tendrá lugar cuando todo vuelva a su equilibrio.

La tarea del liderazgo de la iglesia es descubrir y quitar las enfermedades y barreras que obstaculizan o
restringen el crecimiento, para que el crecimiento normal y natural pueda tener lugar. Al crecimiento de la
iglesia mencionado en el libro de los Hechos se le puede llamar “la expansión espontánea de la iglesia” debemos
preguntarnos, está creciendo nuestra congregación?, ¿Por qué no? El punto clave para el crecimiento de la
congregación es su salud, si sólo nos concentramos en el crecimiento, perdemos el punto clave para su
crecimiento, cuando las congregaciones son sanas, crecen en la forma que Dios espera. Las congregaciones
sanas no necesitan de otros medios o “trucos” para su crecimiento, crecen naturalmente.

Pablo explicó de la siguiente manera: “… asiéndose de la cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo,
nutriéndose, y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios” (Colosenses
2:19). Fíjese que Dios desea que su iglesia crezca. Si la iglesia es genuinamente saludable, usted no tendrá que
preocuparse por su crecimiento.

El Nuevo Testamento es el libro más grande que jamás se haya escrito acerca del crecimiento de la iglesia. En
aquellas cosas que realmente importan como la doctrina la cual no se debe cambiar, pero el Nuevo Testamento
es el manual de dueño de la iglesia. Ser predicador de una congregación es un gran privilegio y una solemne
responsabilidad, pero ser predicador es algo muy complejo aún en las mejores circunstancias, es increíblemente
difícil, pero también existen muchos recursos que pueden ayudarnos si nos valemos de ellos tales como:
talleres, seminarios etc. La clave es nunca dejar de aprender. La iglesia ha sido el instrumento elegido por Dios
para bendecir durante dos mil años. Ha sobrevivido al abuso persistente, a horrendas persecuciones y al
descuido generalizado muchas veces de los mismos cristianos, y de las organizaciones religiosas. Hay grupos
religiosos que vienen y van, pero la iglesia que Cristo compro con su sangre permanecerá hasta que El regrese
por ella; así que vale la pena dar nuestras vidas por ella, teniendo en mente que merece lo mejor de nosotros.
Debemos mirar a la congregación desde una perspectiva interna es decir, mirarla desde adentro como dirigente,
predicador etc. Porque muchas veces las personas de una congregación no ven, si está o no está creciendo y no
lo pueden explicar porque no saben la realidad que vive la congregación. Por eso la frase “es sabio aprender de
la experiencia” pero es aún más sabio aprender de la experiencia de otros. ¡Y también es menos doloroso! La
vida es demasiado corta como para aprender de todo a través de la experiencia personal. Podemos ahorrar
tiempo y energía recogiendo información de las congregaciones que tenemos en el nuevo testamento. Es
probable que hayamos experimentado algunas pocas “caídas” en el ministerio, quizá nos ha pasado, es probable
que hayamos perdido algunas oportunidades de crecimiento, pero eso no significa que debamos darnos por
vencidos, por el contrario Dios cada día nos da oportunidades de mejorar nuestra vida y nuestro ministerio.

Dios nos bendiga.

You might also like