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La zona del Altiplano central en el Epiclasico Yoko Sugiura Yamamoto* Introduccién ladesarticulacion de aquel gran sistema politico-econdmico y cultural instru- mentado por el Estado teotihuacano, sin precedente en la historia mesoamerica- a, asi como la destrucci6n fisica de la imponente urbe de Teotihuacan, mar- caron el fin de una etapa hist6rica relativamente estable que perdur6 varios Gentos de afios. Las consecuencias de estos acontecimientos fueron profun- cas, quedando hondas huellas en todas las dimensiones de la historia mesoa- mericana. En el Epiclasico que caracteriz6 los siglos subsiguientes reind un sstado de inestabilidad, sin aparente orden y con tendencia creciente a la hos- tildad entre la poblacion. En esta coyuntura se fue gestando un nuevo omen historco en sustitucion del que prevalecia anteriormente. A este nuevo orden se atbuye una importancia particular, pero también un cardcter dificilmente de ‘ible, propio de cualquier etapa de transici6n. Quizis, esto ie aay sta hace relativamente poco tiempo, hubiera poco interés entre Tos and PMC Pot abordar el tema del EPHCHSiCO. sae, un tine Cabe, sin embargo, mencionar que ya en las cine canff? Diehl,’ Fournier 1 cotsiderable de arquedlogos, tales como Acosta, oy Hirth,” Manzanilla “ desintegraci6n del mundo teotihuacano. Los datos arqueolégicos indican fiel- mente cambios profundos que resultan del | fin del mundo clasico, tanto en el aspecto demografico, como en el pati ron de asentamiento, en la nueva confi- guracion geopolitica, en los novedosos mecanismos de integracion y relacin interregionales y, sobre todo, en la cultui ra material. En este contexto posteo- tihuacano, confuso y polarizado, el Altiplano central 1 de México se distingue por haber recibido la repercusi6n mas directa y severa de la desintegracion de Teotihuacan, dado que formaba el nticleo de las regiones simbioticas que esta gran metrépoli organizaba para controlar el acceso y obtencidn de pro- ductos, suntuarios y basicos, asi como para mantener su preeminencia ideo- lgica, politico-econémica y cultural sobre otras sociedades coetaneas. ‘A raiz del fin de Teotihuacan, surgen grandes movimientos demograficos que propiciaron el reordenamiento de poblacién no sdlo en el interior dela Cueni a de México, sino también en las regiones circunvecinas. Prevalece el fendémeno de fragmentacién politica, por el cual se dividié el Altiplano cen- *Manzanilla, Lopez y Freter, ‘Dating Results from Exca : : sm Excavations in Quarry Tunnels ...”; Manzanillt y Lope? capac Coat en Teac dela ioato macys Nnnes ~“ Manansy ?Mastache y cope” he Coyeslateleo Culture and the Origins of the Toltee State”, pp. 19-08. !Nalda, “El Epilisicoen el centro de Mexico: El reajuste mesoamericano 4p. tA Archaeologlcal and Syste Stay of Coyotateleo one par de idlana durante el periodo Coyotateco". pp, 213-233, eel agee 'sParsons et al., Prebispanic Settlement Patterns in rent spanic Settlement Patterns in the Southern Valley of Mexico The Chaleo-Noch” "Sanders, The Teottbuacan Valle i Sanders ican Valley Project Final Report, v. 4, The be Val Sera etal Xcel are age oer ‘Sugiura, HT Epiclasica yel Ve a ‘Suara, A mi cl si ye Ve ale de Toluca tun estudio de patron de asentamiento, “EL ocaso le li Goyotlatelco vison desde el Vale de Toluca por ages | PP: M215: “EL Epicksico v el problem * "Jiménez Moreno, “Sintesis de He la historia pretolteca de Mesoamerica”, pp. 1109-1196. jos Yararot * 12 2002 dl Alpano cental ene Fpiclsg 349 allen varias unidades politicas aparentemente autonom: C te 0s regionales. Entre ellas destacan el propio Teot hu, encabezadas por prinuido CO iderablemente, en la Cuenca de Mexico; vale ch an, pero ya dis- pidalguenses Xochicalco, en el Valle de Morelos: Cacaxtla Koch ae yalle tlaxcalteca, y Teotenango en la region del Alto Lerma asi dhe atl, en el jon occidental de Morelos de la antigua esfera politica an ce = cen el conflicto y la hostilidad en la atmésfera politica y econémica "io que se refleja en la fundacidn de los asentamientos importantes. aaa ms sles virtualmente fortificados, en zonas defensivas y de dificil acceso, ast come a el uso significativo de iconografia bélica y militarista, cuyos mejores ejemplos se encuentran en Xochicalco y Cacaxtla. Se difunde el complejo ceramico denominado “Coyotlatelco”, principalmente en el territorio que tuvo estre- chas relaciones con Teotihuacan, mientras que otras regiones, como la de Coatlan, Morelos, desarrollan una tradicion ceramica propia. Es importante mencionar que no todo se desvanecié con la caida de Teoti- huacan. Ciertamente, las relaciones entre este y los centros regionales suje- tos a su Orbita se alteraron, mientras que el mecanismo de integracion a nivel intrarregional, que en gran medida fue creado y controlado por aquel pode- roso Estado, permanecié en funciones aun después de su ocaso. Esto fue, pre- cisamente, uno de los factores que sirvieron a la rapida difusién de la ceramica Coyotlatelco. Quizas, en el nivel ideoldgico, algunos aspectos forjados por Teotihuacan no desaparecieron bruscamente, tal y como lo atestigua a simi- litud en algunos atributos que conformaron las figurillas coyotlatelcas. : En resumen, el Epiclasico se define como un estadio historico en el cual se encuentran en juego procesos antagOnicos: por un lado, las consecueniss inevitables de la caida del sistema teotihuacane ¥» por el otto, la gestacie nd nuevas pautas que se consolidarian en el Posclasico. Fl Epiclasico y su definicién camino “Epiclisico” en 0S jen acunid el t ae Me merical” ¥ posteriormente, a retom jesoar wm re ‘ursO similar al anterior En aa ee f =, wos de ht ‘a tilizaclo por los arqueooRe ‘ Doe 7 oe fad de aistar una etd anted la necesiCs planted Hm ecit el aps? comprendido es decit, ee Weber Jiménez Moreno qu! enw 2 historia pre-tolteca de Q co eee de 1966 con un disc de los io", término ampliamente U transi cincuenta, Jiménez Moreno ee icional entre el Clasico y €! Posclts! im “te pp. 382 etore the F a fesse Jiménez Moreno, “Sintesis de la histor M El horizonte Clasico entre 600/700 y. 900/100 dC y, asi, dotarka de una importancia propia, Pos- teriormente, Webb” traté de dar al Epiclasico una mayor com encia con- ceptual, aunque sin diferir en esencia de lo propuesto Por Jimenez Moreno. Este tiltimo destaca el caracter transicional del Epiclasico, en el cual se producen, por un lado, la desaparicin del mundo Clasico y, por el otro, el advenimien- to de las sociedades posclasicas con una fuerte tendencia militarista” En sus. palabras, la gran crisis mesoamericana provocada por la caida de la “teocra- ia’?! de Teotihuacan es el detonante del inicio del Epiclasico y éste se di- suelve con el establecimiento de la sociedad posclasica. El mismo autor descri- be el Epictisico de la siguiente forma: “Hay un cambio profundo, de orientacin cultural, en el que naufragan las viejas culturas milenarias y dominan las gen- tes que proceden de Areas periféricas o rezagadas. Como la situacion impe- rante tuvo que ser inestable...el panorama se vuelve borroso y confuso a los ojos del historiador...”.» En este contexto cadtico, la poblacion periférica y culturalmente més atra- sada viene a dominar el vacio de poder que ha dejado el gran Estado teoti- huacano. El autor conjetura la posibilidad de que algunos de los otomies nomiadicos y aguerridos fueran los responsables de la destruccién fisica de la gran urbe de Teotihuacan, aunque éstos se “trasculturaron desde un foco epi- gonal de la cultura teotihuacana en San Miguel Amantla, Azcapotzalco”.** No todo el legado teotihuacano dejé de existir, pues la infraestructura y las normas implantadas en todo el Altiplano central no se destruyeron con la caida de Teotihuacan, sino que, por el contrario, prevalecieron a lo largo de siglos. El ocaso de Teotihuacan Dadas la magnitud y la profundidad de las implicaciones de Teotihuac el curso historico mesoamericano, seria errneo hablar del Epickisico sin men clonar el Proceso desintegratorio de este gran Estado que mantuv o durante eee eee ee @ region mesoamericana dentro su Grbita, de : El ocaso de un Estado con magnitud equips ria necesariamente un proceso altamente nen arable al teotihuacano implica- complejo cuyo esc jarecimiento cabal Jiménez Moreno, “Sintesis de ka historia pretolt Meson ane tchistory”, pp. 155-178, PP. 1064 Pp. 1067, slimenez Moreno.“ intesiy dela historia. ko sug Yamamoto + La zona del Atplano central ene fpclisico a seria una tarea casi imposible de completar. Asimismo, seria ilusorio pensar que este proceso podria explicarse por un factor tnico, Aunado a lo anterior, es importante resaltar que la desarticulacion del sistema teotihuacano y la des- truccidn fisica de la gran metrépoli de Teotihuacan son acontecimientos hist6- ricos intimamente vinculados, aunque no sindnimos. No obstante la complejidad del proceso, pueden destacarse algunos aspec- tos considerados como fundamentales para un esquema explicativo, y que corresponden basicamente a tres rubros: los factores externos, los factores internos y los derivados de condiciones ambientales. Entre dichos factores, des- iguientes: tacan los s ad) El deterioro en el dominio y control del sistema teotihuacano aparente- mente comenzo antes del ocaso virtual de la urbe.?' Una de las causas principales fue el desarrollo de otros estados, sobre todo en las regio- nes circunvecinas, los cuales desestabilizaron el predominio del Estado teotihuacano en el control de la red de suministro de algunos produc- tos, tanto basicos como suntuarios, indispensables para el sostenimiento de su statu quo, como el algod6n de Morelos** y la cermica Anaranjada Delgada de Puebla.” b) El mal funcionamiento de la red de control de la producci6n y distri- buci6n de algunos objetos, cuya manufactura especializada era efectua- da por artesanos teotihuacanos y supuestamente monopolizada por el aparato estatal ©) Fl conflicto interno en el seno de la sociedad, que propicié cada vez mas la inestabilicad social, politica y econ6mica, lo que provocs revuel- las sociales. 4) BI desequililsrio ambiental provocado por causas naturales y di antrépico, que afect6 la productividad agricola y propici6 la destruc- le origen cién ecolégica. © Algunos grupos foraneos invadieron el destruyendo los templos y edificios publi duda otros aspectos que intervinieron en Teotihuacan, el cual finaliz6 con la virtua cipal de la urbe. | centro urbano, incendiando y cos. Amén de éstos, hubo sin el proceso desintegratorio de | destruccion del sector prin- Oo Naacis ble significado", pp. 53-76. yall, “Teotihuacan, internal Milita Auth y Angulo, “Early State Expansion i 7 glues externas de Xochicalco: una evaluacion en Mt Pe Miray, “The ‘Tepexi Thin Orange Project v1 Fl horizonte Clasico | que juega el conflicto interno en la des- Millon hace hincapié en el papel 1 principalmente por los propios truccién de templos y esculturas, realiz habitantes de la gran urbe teotihuacana,”” aunque naturalmente deben haber tido algunos grupos foraneos, como los otomies, quienes oc upaban ya las Jisico.* En todo caso, es cla- exis inmediaciones de la ciudad antes de los fines del C ro que la destrucci6n de la urbe teotihuacana fue selectiva y sistematic , pues los principales sectores daiados por el fuego estaban focalizados a lo largo de la Calle de los Muertos,” mientras que algunos sectores residenciales so brevivieron a la destrucci6n. En efecto, una considerable cantidad de la pobla- ci6n urbana siguié habitando en dichos conjuntos residenciales que funcionaban ya en los tiempos de apogeo, Demogratia, patron de distribucién de los asentamientos y conformacién de nuevas unidades geopoliticas en el Altiplano central La Cuenca de México y el impacto de la caida del Estado teotihuacano La evidencia mas palpable de la devastaci6n de la gran urbe es la disminu- ci6n drastica del ntimero de habitantes teotihuacanos. A pesar de los proble- mas no resueltos, el cdlculo demografico es una de las variables importantes que permiten dilucidar los procesos hist6ricos. De acuerdo con lo propuesto por Sanders, Parsons y Santley,® y Parsons" la poblacion epiclasica de Teoti- huacan slo representa un 24 por ciento de la calculada para la ciudad de la fase Metepec; en otras palabras, de 125, 000 disminuye a 30, 000 personas durante el Epiclasico. No obstante, y a pesar de la destrucci6n intencional de la ciudad, la concomitante pérdida poblacional y el decaimiento notable, Teo- tihuacan no deja de ejercer sus funciones de un modo stibito y sigue mante- niendo su posici6n como la ciudad mas grande de la Cuenca de México durante el Epiclasico. Cabe mencionar, sin embargo, que algunos arquedlogos opinan 2Millon, “The Last Years of Teotihuacan Dominance”, pp. 149-15 ‘Jiménez Moreno, Sines de la historia pe noes ee Millon, “Teotihuacan, City, nd Civilization”, pp, 285-239. wSanders et al, The Hasin of Mexico: Ecolaical Process in the Beolution ofa Civiltzations Parsons “Arqueologia regional en la Cuenca de México: u ia para la Investigacion fata 57-200. “Parsons: “Arqueologit reional su nwestigacion fikura’, pp. 157-28 1 Yamamoto # La zona de! Altiplano central en o yoko Sugiura I Epiclisicn 353 Jo contrario,” argumentando, que el gran centro suprarregional de antano pierde gran numero de su poblacion original y se convierte en aldeas disere tus. dispersamente habitadas, por lo que el Teotihuacan del Epiclasice est Jejos de poder ser considerado como un centro importante. De la misma manera que el surgimiento de la gran urbe de Teothuacan impacta la distribuci6n demografica de la Cuenca de México, su ocaso de ya huellas profundas en el reordenamiento de los asentamientos y, por ende, en la historia poblacional de dicha region. A diferencia del movimiento centri peto -hacia la gran ciudad— observado en los tiempos iniciales y del apogeo de Teotihuacan, tras la destrucci6n de este centro suprarregional, se presenta el proceso demografico contrario; es decir, el desplazamiento centrifuge, que por su escala y magnitud se califica como un éxodo de emigrantes, 0 diaspo- ra, como lo define Jiménez Moreno." Asi, la otrora gran urbe de Teotihuacan se transforma en una zona deprimida. Naturalmente, los movimientos demo- grdficos suscitados en aquellos tiempos de turbulencia debieron haber sido complejos: algunos conformados por familias completas, otros por unidades: sociales mayores y otros mas, por grupos econdmicos. Sectores de la poblacion que abandon6 Ia ciudad fueron a asentarse en las zonas menos habitadas de la Cuenca de México," cuyo patron de asen lamiento se caracterizaba basicamente por los sitios de baja jerarquia (vease: figura 1). El flujo de emigrantes teotihuacanos provocé el crecimiento pobla cional sGbito en la porcién meridional de la regién, sobre todo a zona de Texcoco y, en menor grado, la de Chalco-Xochimilco® ¢ Ixtapalapa. En esta tiima siguieron creciendo los sitios principales como Cerro Portezuclo,” Cerro de la Estrella y Xico, los cuales funcionaban ya desde el Clasico. Salta a la Vista el abandono de los sitios pequenos de la jerarquia mas baja, correspon dientes a caserios y ocupados durante el Clisico. Otro aspecto importante es clhecho de que la zona focal se localiza en la franja riberena al este del Lago de Chalco, en la zona deltaica del Rio Amecameca y en las laderas localizsichs en la ribera sur del Lago de Xochimileo, ; Si bien es cierto que la porcion centre suadalupe y la zona aledana comprendida por occidental, que abarca La serranut ce azcapotzalco, Tacuba y Tena Rattray, “A Repional..°, p 217 Jméner Morene, “Sintesis de ka historias Danders etal, The Basin pp 129: _Papons et al, Prebispani Settlement Bhinton, Prebispantc Settlement Patter’ ¢ ols» Saco, tae Te ' fe apt Lasts t 354 | Figura 1, Distibucion de los sition epickasicus ae The Basin of Mextcy fa Cuenca de El horizonte Clasico Mexico, Basado en Sanders ef a amamoto * La zona del Altipl yoko susie Y Lino central en el tye isicn jet, perio tina considerable Cantidad de pot acion, « sear de ello, est Zona Siguid m, : tambien cierto que i iMtemiendo su inny : love sigui portancia dentro de ‘yenca. Ast, cn est Zona Se encuentta ki mayor denect ud dh nde ate nivel ierirquico, correspondientes a centros regionale : te eee i " ae ales Como Tenayuca ™ Pue ho Perdido” y Azcapotzalco.”" Quizas, esta importancia puede ann cercania tanto geografica como historica con la region del Alto f En contraste, el norte dela Cuenca, conformado por el Lago de 7, y sus alrededores, parece manifestar un cambio en la configuracion Se abandonaron mucho: - go sicos de menor jerarquia, aunque als sitios. Sitios ¢| nos continuaron ocupados durante el Epiclasico. Aparece un centro regior nuevo, La Ahumada, localizado en la cima del certo del mismo nombre. Pr, pablemente, la extraccién de la caliza fue una de las razones principales asentamiento en esta zona ecologicamente marginal.’ Visto regionalmente, el patrén de asentamiento manifiesta primeramer un caracter un tanto rural con predominio de sitios de menor jerarquia princi palmente aldeas localizadas preferiblemente en las zonas directamente rela cionadas con la producci6n agricola. También se construyeron numerosos islotes artificiales en el Lago de Zumpango," y muy probablemente en los de Chalco-Xochimilco, cuyos habitantes se dedicaron primordialmente a la explo tacion de los recursos lacustres. Cabe mencionar que, a pesar de la ausenca de datos de peso, es posible conjeturar que el inicio de la agncultura china: pera se remonta a esta Epo Por su parte, la distribucion de los sitios senala claramente la fragment. cidn politica, tendencia que parece implicar condiciones contlicuvas y cera hostilidad entre los grupos sociales. Esta circunstancia politica se caracten za por una serie de unidades politicamente independientes alrededor de wn cen to regional que, a su vez, controla otros sitios aledanos; tales son las unica des de Teotihuacan, Cuauhtithin-Azcapotzalco, Cerro Portezuelo-Cerro de la Estrella-Xico y Cerro de La Ahumada, Cada una de estas se encucntis ) si conformaran senorios LuOne L sepa a ymos nada de otra por una zona vacia, comc Noguera, “La ceramica de Tenayucat ¥ his exenvaciones ERIS | Katray, “An Archaeological and Sty titi , ove at Narita ruiz “a “Cami, “Arqueclogia dhe Azcapotatlo Tazeer, Fx aedin Diehl, °A Shadow of its Former Sell. PO assic Naltocan. pp “'Brumfiel, Interaction in the Basan of Mexico the Case ot FO “Parsons, “Arqueologia regional, p14 pws Sons, “ArqUeOtOpK Fete El horizonte Clasico 356 icacion hist6rica de la desintegracién ie reothuacan vista desde el Valle de Toluca Entre las regiones simbisticas del Altiplano central de México, quiza la que recibe el impacto més profundo de la caida de Teotihuacan es el Valle de To- luca, region que ha mantenido una estrecha relacion tanto cultural como social con la vecina Cuenca de México a lo largo de toda la historia precolombina, Este vinculo era ya manifiesto cuando en el Valle de Toluca aparecen los pri- meros asentamientos sedentarios en el Preclasico temprano y, después de unos cientos de afios, en los correspondientes al Preclasico tardio y terminal, cuan- do la region parece haber sufrido un decaimiento cultural y una drastica reduc- cion demografica. Esta se recupera en forma consistente a partir de la fase Atizapn (correspondiente a la fase Tlamimilolpa de Teotihuacan).*° Sin duda alguna, las razones principales por las cuales Teotihuacan incorporé la region del alto Lerma a su sistema politico-econdmico fueron la relativa cercania geo- grafica, las 6ptimas condiciones ambientales de sus recursos lacustres, terrestres y forestales, asi como la ubicaci6n estratégica, que permite a los teotihuaca- nos el acceso a ciertos bienes de intercambio, de las regiones de Michoacén, de la tierra caliente guerrerense y del sur del actual Estado de México. Las evidencias arqueolégicas, como la ceramica, las figurillas, la litica y los elementos arquitect6nicos, asi como la ubicacién geografica de algunos sitios, permiten conjeturar que Teotihuacan habia establecido colonias o puntos de control en zonas estratégicas del valle como son los casos de la ex-Hacienda de la Mora y Dorantes-Ocoyoacac. Estos centros funcionaban probablemente para abastecer los productos basicos que Teotihuacan necesitaba cada vez més para mantener a su enorme poblacién urbana.*° Hacia finales del dominio teotihuacano, el Valle de Toluca manifiesta un crecimiento demografico acelerado, fenémeno que se refleja en el incremen- to de los sitios de la fase Tilapa (correspondiente a la fase Metepec de Teoti- huacan) y que debe explicarse tanto por factores endégenos, es decir el crecimiento interno de la regién, como por aquellos ex6genos, 0 aportes de poblaci6n de otras zon: Dicha tendencia demografica toma una Proporcién inusitada siguiente periodo, el Epiclisico. Tanto el ntimero de | al iniciar el los sitios como el area “Sugiura et al. Informe Técnico del Proyecto de Sa Gonzilen H Valle de Toluca basta la cata de ct desarrollo locacional, pp. 163-173, ‘Sugiura, “EL ocaso de las ciudades...", p. 207 “ tt Cruz Atizapiin, Edo, le México, pp. 106-111 Teotbuacan 1200 46-750 dc. Analisis ae dos process de Yoko Sugiura Yamamoto * La zona del Altiplano central en el Epiclésco 357 ocupada por éstos S€ Incrementan a mas del doble con respecto al Clasico terminal.” Esta dindmica poblacional, sin paralelo en tiempos z 5 . pos anteriores, no puede interpretarse simplemente como resultado del crecimiento interno de la region del Alto Lerma. Debe, por el contrario, explicarse dentro del turbu- lento contexto politico del Epiclasico, que sacude a la vecina Cuenca de Méxi- co, en concreto, a la regi6n nor-central, comprendida por Teotihuacan al este y la serrania de Guadalupe al oeste. Dado que este sector de la cuenca pierde un considerable nimero de pobladores durante el Epiclasico y que dicha regién ha mantenido historica- mente una relaciOn estrecha con el Valle de Toluca, es posible conjeturar que un importante flujo de poblacion originaria de la regin nor-central se dirigi hacia la fértil region del Alto Lerma, rehuyendo las cadticas circunstancias que reinaban entonces en la Cuenca de México, y en busca de mejores con- diciones para su sobrevivencia. Aquellos emigrantes tomaron diversas rutas y corredores, establecidos ya desde tiempos anteriores, para internarse en el Valle de Toluca. En la primera etapa del desarrollo epiclisico, dicha oleada de poblacin no provoca una discontinuidad en el patron de asentamiento en la regin del Alto Lerma, sino que al contrario, éste parece manifestar una cierta continui- dad con la fase anterior. Un considerable ntimero de los recién llegados se asienta en sitios ya habitados desde la época anterior 0, por lo menos, cerca de ellos, quiz4 para aminorar el riesgo y la incertidumbre que necesariamente acompafan a cualquier movimiento migratorio. . Otra tendencia poblacional, que ya se habia observado desde la fase Azca- potzaltongo (correspondiente a la fase Xolalpan de Teotihuacan), fue la con- quista de las zonas pantanosas en las antiguas lagunas del Alto Lerma, como se ha observado también en la Cuenca de México. Los habitantes del Valle dle Toluca construyeron numerosos islotes tanto para fines habitacionales, como civico-administrativos. Durante el Epiclasico, las actividades constructivas en la zona lacustre alcanzan su apogeo: Cientos de islotes fueron lev antados, se Parados unos de otros, pero virtualmente conectados a si, algunos por caminos de empalizadas. Estas ae cesaron, sin embargo, en forma baste al inicio del Posclasico. ; Sos lacustres, pero también realizaba intercambios a Ce zona ant a tro de la region como de otras regions: Naturalmente, en la vida cle estos "Sugiura, £1 Epicldsico y el Valle: os El horizonte Clisicg islefios, el agua jugaba un papel preponderante, el cual se reflejaba en fa fuer. te presencia de la iconografia de temas acuaticos, la practica ritual relacionadg con el agua, asi como por la abundancia de las pesas utilizadas en la pesca Conforme pasé el tiempo y como consecuencia del crecimiento demogrifico interno de la regidn, asi como del continuo aporte de inmigrantes, los asen- tamientos epiclasicos se fueron multiplicando. Esto propicié que las zonas con condiciones ambientales favorables comenzaran ya a manifestar un pro- ceso de saturaci6n. Tal fue el caso de la porcién meridional del valle, donde la mayor densidad demografica se debio a una franja de tierra fértil con plani- cie aluvial y laderas suaves Para entonces surgié una nueva tendencia demografica: comenzaron a ocu- parse las areas inhéspitas poco habitadas como el noroeste del Valle 0 a co- lonizarse zonas deshabitadas como las cimas de las lomas, lugares rodeados de barreras naturales y zonas de topografia accidentada y de dificil acceso. Aparecen nuevos centros regionales como Teotenango, Techuchulco, La Igle- sia Vieja y otros, cuya construccion pareciera requerir de condiciones defensi- vas. La fundacion de estos nuevos asentamientos, asi como la configuracién espacial de los sitios apuntaba, al igual que en la vecina Cuenca de México, al creciente ambiente de inestabilidad y hostilidad politica. Visto regionalmente, el Epiclasico de la regién del Alto Lerma presenta fun- damentalmente el mismo fenémeno de atomizacién observado en la Cuen- ca de México, el cual se define por una serie de agrupamientos, conformados por un considerable ntimero de sitios de bajo nivel jerarquico, controlados, a su vez, por centros regionales pequeiios (véase figura 2), Cabe destacar que ninguno de los centros regionales epiclasicos, salvo el caso de Teotenango," alcanz6 una magnitud equiparable a otros centros del Altiplano central tales como Portezuelo, Tula Chico y Xochicalco. Cierta- mente, las relaciones entre las unidades politicas todavia eran bastante equi- libradas y atin no habian madurado las condiciones necesarias para provocat el desequilibrio que permitiria a unas convertirse en grupos dominantes y @ otras, en dominados. No obstante, todo Parece indicar que el grupo del su- roeste del valle, en cuyo centro se encontraba Teotenango, ya habia comen- zado a mostrar su preeminencia dentro de la region.® hispanicos’ Pina Chan (ed,), Teotenango: el antigua lugar de la muralta, “Sugiura, El Epicldsico y el Vaile... p. 386; "Desarrollo historico en el Valle de Toluca antes ce la conus {a espaol: proceso de conformacisn pluriétnica”. pp. 114-115 “EL hombre y la on lacustre en el Valle de Toluca: proces de adlaptacion en los tiempos Pre yoko Sugiut™ Yamamoto # La zona del Altiplano central en ¢ tpi . MEE piclasica oo DISTIEBDCION DE SENOS CON HOKE PRAMICOC OVO AEE | ] 2,160,000 2.180,000) | | 2,130,000 2,120,000 | 2110,000 450,000 400,000 oT. scolom Jerarquia de Sitios wt a2 Figura 2. Distribucion de los sitios epickisicos del Valle de Toluca Durante el Epiclasico, Teotenango avin no habia aleanzado su maximo es plendor, sino que apenas comenzaba el desarrollo del que seria uno de los. Centros civico-religiosos mas importantes del Valle de Toluca. En aquel entonees, Teotenango s6lo ocupaba una pequena porcion del cerro Tetepetl, Lt cons: ttuccion del sitio en una zona de acceso dificil y de topogralar tcc identada Tequirid de una gran organizacion del trabajo y de un alto nivel de conocimien- tos de ingenieria, Todo esto quedo plasmado en kt capac idad no solo para ni- velar y modifica de malpais que caricteriza al Tetepetl, sino pa levantar una estructu 1 manera de muro de contension~ en el flanco none del cerro y para proyect™ rel paisaje monumental run numero considerable de monu- El horizonte Cla 360 lasico mentos arquitectonicos con dimensiones variadas. Las construcciones corres- pondientes al Epiclasico se encuentran en el extremo norte de los conjuntos. del Sistema del Norte. En algunas de éstas, como la Subestructura 1-A, con cuerpos construidos en talud y cornisa vertical, se manifiesta atin el legado de las normas teotihuacanas, pero ya modificadas. Otras, como la Subestruc- tura 1-C, las habitaciones debajo de la Estructura Habitacional 1-E, los cuar- tos anexos al Temazcal y los cuartos anexos a la Estructura 2-C, son restos de habitaciones con muros de mamposteria y adobes, sobre los cuales a veces se aplicé un revestimiento de lodo; en algunos de ellos se encontraron fogo- nes para calentarse. Ademas, se pueden mencionar la Estructura 2-C, los Altares 2-C y 3-C y El Temazcal entre las edificaciones correspondientes al Epiclasico (véase figura 3).*! Quiz, el cerro Tetépet!, donde se levantd Teotenango, presentaba condi- ciones similares a las de Xochicalco, como un lugar id6éneo para defenderse de cualquier ataque o conflicto que pudiera surgir en la region. Funcionaba, ademas, como un punto de gravedad que controlaba la importante red de co- municaci6n e intercambio entre el Valle de Toluca y las zonas de tierra tem- plada y caliente de Guerrero (véase figura 4). Se ha mencionado la importancia de la relacién que Teotenango mantenia con Xochicalco, probablemente a través del Valle de Malinalco. Dicha relacién se manifiesta, sobre todo, en los elementos arquitect6nicos y el estilo artistico de las estelas. Existen, asimismo, diferencias, como el hecho de que en Teote- nango la iconografia bélica o militarista no es tan importante como en Xochical- co. Los dos centros pertenecen a esferas ceramicas distintas, pues Teotenango se encuentra dentro de la esfera Coyotlatelco, mientras que Xochicalco pare- ce no formar parte de ella, aunque ambos integran la esfera del Anaranjado Grueso” y de la cerémica micdcea. La relacién entre estos dos centros podria explicarse de la siguiente manera: al desvincularse de la orbita politico- econémica y cultural de la Cuenca de México, Xochicalco se orient6 hacia el Sh ae hacia Teotenango, para asegurar el acce- Bee ena ni ea le Zinapécuaro, Michoacan. Finalmente, 2 Teotenango one ae la influencia de Xochicalco haya aleanzado el apogeo del sitio morelense. “Reyes, V,“Arquitectura y poblamiento", pp. 130-131 “Sugiura y Nieto, “La ceramic con engedre ar co" pp. 495-466, ft grueso: un indicador de intereambio en el Epictis Yoko Sugiura Yamamoto * La zona del Altiplano central ene Epiclisico 361 Figura 3. Plano de Teotenango, Estado de México. Sistema del Norte, Basado en Pifta Chan (ed.), Teotenango. A pesar de la tendencia ponderada entre las unidades, es importante des- tacar que las diferencias regionales entre el sur y el norte del Valle de Toluca se manifiestan en forma cada vez mas definida, tendencia que continuara en tiempos posteriores. A diferencia del sur, donde las condiciones ambientales ptimas permitieron la conformaci6n de un agrupamiento grande de sitios, el norte con excepcidn del noreste, se caracteriza por sitios pequenos disper- samente ubicados. ca del patron de asentamiento epiclasico del Valle de To- ios de baja jerarquia, sin estructuras luca es el predominio absoluto de los siti : jento del ntimero total de sitios.” , los cuales alcanzan un 90 por ¢ EI Valle de Tula y los grupos procedentes del norte de México El nombre del sitio arqueolégico de Tula ap arqueol6gica como uno de los posibles centros en vias de expanse Wt Perturbaron el funcionamiento eficaz del sistema teotihuacano. Dicha hipote- arece a menudo en la literature S des. cp. 21E “Desarrollo histonieo, “Sugiura, £1 kpiclasico y ef Valle... EL ocaso de fas ciudad r El horizonte Clase, Figura 4. Vista acrea de Teotenango, Estado de México. sis ha sido descartada en estudios recientes,*' que demuestran que el auge de este sitio se ubica cronologicamente en tiempos mas tardios. En su lugar, se ha mencionado que Tula Chico, sitio localizado al norte de Tula Grande, es considerado como el mas importante del Clasico terminal y quiza la zona urbana de Tula.* De esta manera, Tula Grande today transformado en un rival que pudiera haber intervenido en desintegracion El dominio de Teotihuacan dejé huellas. profundas en todo el Altiplano cen: ual de México, el cual conform6 sus regiones simbioticas. L: no fue una excepci6n. Fue directamente antecedio a ano se habia aquel proceso de a region de Tula incorporada al sistema teotihuacane a través de algunos centros regionales Politico-administrativos como Villagrin (80 ha) y Chingd (2.5 kmv),% que, a su vez, funcionaban como intermedittios entre la me6poli y la region de Tula.” Por su parte, Teotihuacan constuy? Cobean, “The Coyottatelea Caltune y Cobean, “Tula, pp. 275-407 “Diaz, Chingti- 1 sitiy Clasice del area de Vala, Mudeleur Mastache ¥ Crespo, “Lt ecupacion prehispinicaen el wea eke Tul fobean, La cenamica de Tula, Hidalye la, Hidalgo", pp. 71-103 jiu Yamamoto * La zona del yoko Su "Altiplano cental en of Fy lisico 363, ma de riego en la planicie aluvial Para explotar g “os ¥ creo otra infraestructura para explotar bancos de 08 ) s de {de los sitios en el sureste del valle con esta actividad. La presencia de Teotihuacan se Igunos recursos bis: caliza. 1 | Ll mayor den Parecia estar relacionada, . Precisamente, ncia acen- si todos los ste centro suprarregional es Ja cir- lerado debilitamiento del dominio entos de afios Teotihuacan influy6 e la region de Tula, las evidencias ie la devastaci6n del centro urbano le poblacién teotihuacana hacia esta cunstancia que expresa fielmente el ace} teotihuacano.™ A pesar de que durante ci directamente en el acontecer histérico d region. Como sucedi6 en otras regiones del Altiplano central, el patron de asen- tamiento epiclasico denota cambios profundos en el Valle de Tula (véase figura 5). En las tendencias poblacionales destaca una discontinuidad, carac- teristica que contrasta con lo observado en el Valle de Toluca y, en menor grado, en la Cuenca de México. Las evidencias arqueolgicas indican la exis- tencia de dos diferentes modalidades en los patrones de asentamiento: la primera, ubicada cronoldgicamente al principio del Epiclasico, se caracteriza por sitios localizados en la cima de cerros con pendientes abruptas y relativa- mente alejados del terreno de riego, como los sitios de La Mesa y Magoni (véa se figura 6), y la segunda, que comprende los asentamientos fundados en la cima de lomas bajas con pendientes suaves y cercanos tanto a fuentes de agua como a terrenos aluviales.” El primer grupo, aparentemente de corta duracién, puede considerarse coeténeo con los asentamientos relacionados con la fase Xolalpan de Teoti- huacan, que ocupan la zona aluvial mas apta para una agricultura de ee Jando como Gnica opcidn a este grupo el asentarse en la zona cae an ‘leshabitada. Con base en los materiales arqueol6gicos como la ceric a a “Y algunos elementos arquitect6nicos, se plantea la hipotesis de quee “ Po- blacion, asentada en zonas menos adecuadas, provino de regiones perveness q abia establecido vinculos es lel norte mesoamericano 0 que, por lo menos, habia est trechos con Ja poblacion de aquellas regiones. + Coyotlatelco Culture..." p52. Tila’; Mastache y mics of Tula, Hidalgo, Mexic Mustache y Cobean. El horizonte Clasico 364 A Sitios con recintoy sdministrativos y religiosos localizados en las tomas Sitios semidispersos egion de Tula, Hidalgo, Basado e0 ‘0s principales de la re latelco Culture... 1, “The Coyotk Figura 5. Distribucién de los sitios epicki Mastache y Col Yamamoto * La zona del A| yoko Sugiuta ! Altiplano central en e tral en el Epiclasic ico 6: 365 Figura 6. Plano de La Mesa, Hidalgo. Basado en Mastache y Cobean, “The Goyotlateleo Culture." Por su parte, el patron de asentamiento, la ubicaci6n de sitios en lugares protegidos, la ausencia de productos de intercambio de larga distancia, la ho- Mogeneidad en el tamafo de asentamientos Y las trazas de recintos ceremo- niales fueron indicadores de que durante Ia primera etapa del Epiclisico Prevalecia una tendencia a la fragmentacion politica: las unidades aut6nomas funcionaban en forma simulténea, tal y como se observa en otras partes del Altiplano central.” » Culture..." P- 56 “'Mastache y Cobean, “The Coyotl 7 El horizonte Clasico El otro tipo de asentamiento, correspondiente la segunda fase del clasico, pudo comenzar durante la fase Metepec, cuando el aparato estatal de Teotihuacan, ya muy debilitado, se retir6 de la region de Tula y los sitios rela- cionados con aquella metrépoli se habfan abandonado. Dicho Proceso po- litico, que afecté profundamente la fisonomia politica, econdmica, social y cultural del Centro de México, propicié el desplazamiento de la poblacion asentada en la cima de lomas hacia la parte mas baja del Valle De los centros fundados durante el Epiclasico, quiza el mas importante sea Tula Chico, cuya plaza central comprende una extension mayor y una con- figuracion interna més compleja que las de otros sitios de la misma época en la region hidalguense. Ademés, hay otros elementos que sefalan la impor- tancia de este centro, como son las dos canchas de juego de pelota, los basa- mentos piramidales y las residencias de la elite. Aunado a lo anterior, el gran tamafo de la poblacién, la traza uniforme de los edificios ptiblicos, los obje- tos suntuarios obtenidos por intercambio a larga distancia y la estructura social heterogénea y altamente jerarquizada, sugieren que Tula Chico es el Uinico sitio de la region equiparable con un asentamiento urbano. Se propone que la poblaci6n de Tula Chico era multiétnica, compuesta por los rema- nentes teotihuacanos y los grupos desplazados de las inhdspitas zonas ele- vadas (véase figura 7)..! EI valle poblano-tlaxcalteca y el abandono de Cholula Cholula es el otro centro cuyo nombre se menciona entre aquellos estados en vias de expansi6n que intervinieron activamente en el proceso desinte- gratorio del sistema teotihuacano. Algunos autores como Sanders,” Parsons,"* Porter-Weaver® y Armillas® sugieren que posteriormente, aprovechandose de la caotica situacién producto del ocaso de Teotihuacan, Cholula se transforma en unos de los estados mas poderosos y en la capital hegemonica del Altipla- no central. En cambio, otros autores como Garcia Cook,” Dumond y Miiller” pobla stache y Cobean, “The Coyotlatelco Culture...", p. 61; Mastache y Cobean, ion”, pp. 164-189, ° 1. “Sociedad urbana y tlement and Population History of the Basin of Mexico”, pp. 60-100. \Poner-Weaver, The Aztecs, Maya, and Their Predecessors: Archavoloxy of Mesoamerica, p- 172 SArmillas, “Northern Mesoamerica”, pp. 291-329. “Garcia Cook, "El desarrollo cultural prehispanico en el norte del drea, intento de unt se tural”, pp. 67-71; "Una secuencia cultural para Tlaxcala’, pp. 5-22. Dumond y Miller, “Classic to Posclassic in Highland Central Mexico”, pp. 1208-1215. yoko Sugiv'@ Yamamoto * La zona del Altiplano central en el Epiclasico 367 Figura 7. Plano de Tula Chico, Hidalgo. Basado en Mastache y Cobean, “The Coyotlatelco Culture...” tro punto de vista acerca del destino de Desafortunadamente, atin hoy dia no se Cholula, La falta de comprensi6n cabal e seriamente en y Mountjoy y Peterson,® plantean o' este gran centro tan poco estudiado. cuenta con datos precisos en torno @ de la historia de un centro tan importante como éste repercut el esclarecimiento de los procesos historicos que se dieron durante el Epi- clasico no sdlo en el valle poblano, sino también en otras regiones del Alti- Plano central, No obstante, todo parece indicar que hacia finales del Cla ¥ principios del Epiclasico, Ia zona de la grin pirimide de Cholula es abs donada, salvo los sectores sur y este del sitio que, al parecer, siguieron fun- Cionando. A diferencia de la devasta al que sultio cién intenciona i a ente, evidet de una destruc 'N Cholula no se encuentran, aparentemente, evident Masiva.® lel Chisico en Chol nie Chette, Moantioy, “BU ta ghMountioy y Peterson, Man al Lane prebiste > desce el Cerro Zapotecas”, pp: 247-248 del Chisico..." Pe > “Mountioy, “La El horizonte Clé: oe rizonte Clasico ado cholulteco, el foco de gravedad de esta re- gion se desplaza hacia el cerro Zapotecas, localizado al oes e del sitio arqueo- ldgico de Cholula, donde se encuentran varias estructuras publ sy terrazas en una extensi6n superficial de unas 73 hectareas. El material ceramico que presenta cierta semejanza con la alfareria de la fase Oxtoticpac ° Metepec tardio” indica que este sitio crece considerablemente durante el periodo transi- cional entre el Clasico terminal y el Epiclasico. Sea cual fuere la causa que condujo al aparente abandono, dada la impor- tancia y magnitud de este centro, la misma caida de Cholula debe considerarse como uno de los factores principales que afectan profundamente la dinamica hist6rica de los finales del Clasico del Altiplano central, independientemente de si Cholula se encontraba muy lejos de contribuir a la desarticulaci6n del sistema teotihuacano, Ademés, cabe mencionar que las evidencias arqueol6- gicas apuntan a que el resurgimiento de Cholula como centro suprarregional del Centro de México se inici6 hasta el Posclasico tardio, después de un perio- do relativamente prolongado de crisis y de debilitamiento. Ademias de Cholula, en la zona fronteriza oriental del Altiplano central, atin dentro de la regién poblana, se puede mencionar el caso de Cantona. Sa- bemos gracias a las recientes excavaciones en este sitio que una de sus fases de ocupaci6n corresponde al Epiclasico.”! Al norte de Cholula, la region tlaxcalteca sufrid, al igual que otras partes del Centro de México, cambios profundos en su configuracién demogriafica Independientemente de que esta region haya recibido influencias de la Cuen- ca de México a raiz de la desintegracién de Teotihuacan, o de que haya sido afectada por el debilitamiento y el posterior abandono de Cholula, hay una suerte de renacimiento cultural en la regi6n tlaxcalteca durante la fase Cacax- tla (600-850 dC), correspondiente al Epiclasico de la Cuenca de México (véa- se figura 8). El patron de asentamiento consiste Principalmente en sitios de diversos niveles jerarquicos, ubicados sobre laderas altas y cimas de cerros y lomas. Algunos centros como Cacaxtla” y Xochitécatl’3 aleanzan su maximo esplen- dor y controlan otros sitios aledaiios de menor jerarquia.”! Con el decaimiento del del Clisico. , “Cantona, “Lombardo de Ruiz et al,, Cacaxtla. [i 7sSerra et al, Xochitécatl Garcia Cook, “Arqueologia de la region Puebla-Tlaxcala", citado en Se é tla en el periodo Epickisico (650-950 d.C.)”, pp. 85-102 “SEM en Seay Lazcano, Nochitcat- Caan 247. dugar donde muere ta Muvia en ta tierra, Yoko Sugiura Yamamoto * La zona del Altiplano central en el Epiclésico . 7 369 — a om km 2 km © Sitio monumental N 4 Sitio secundario © Unidad habits fa region de Nochitécatl-Cacantla Figura 8, Distribucién de los sitios epiclisicos de wm Elhorizonte Clasico Cacaxtla se distingue como una ciudad palaciega por sus cdificios port. cados y pequeios patios cerrados, por sus jambas y muros pintados, por los relieves aplicados en pilastras y muros, por los remates de muros formados de una serie de tableros sobrepuestos y, finalmente, por las fosas y diques que fo rodean en tiempos tardios. Para la construccion de esta ciudad fue nece- sario modificar el relieve topografico del cerro con contrafuertes y plataformas; las residencias de la elite fueron edificadas sobre la cima y las laderas Pre- viamente modificadas. Naturalmente, a lo largo de su historia, Cacaxtla tuvo varias etapas de superposiciones y modificaciones.”* Aparentemente, estaba conectada con Xochitécatl, sitio construido en la cima de la loma inmediata hacia su lado occidental. La monumentalidad y el estilo arquitectnicos, la orientacion de las estructuras puiblicas, asi como el uso y la distribucion del espacio al interior del sitio parecen indicar que Cacaxtla fue destinada a la residencia de la elite y los gobernantes, mientras que Xochitécatl estaba mas ligada con los aspectos civico-religiosos de la poblacién (véase figura 9). Durante el Epiclisico, Xochitécatl, que habia permanecido abandonado después del Preclasico tardio, tuvo una segunda etapa de ocupacién. Esta se inicio con la construccién del Basamento de los Volcanes, edificado sobre una subestructura del Preckisico, en el corazon de la plaza central. Otras estructu- ras principales, como la Piramide de las Flores, sufrieron modificaciones sus- tanciales, como el adosamiento de una gran escalinata de bloques de tepetate sobre la fachada central (véase figura 10), De esta manera, Xochitécatl-Cacaxtla alcanz6 durante el Epiclasico su maxi- mo desarrollo, convirtiéndose en el centro mas importante, Su grupo gober- nante incorpor6 bajo su dominio gran Parte de los valles localizados hacia el sur y al norte, asi como el 4rea comprendida por los rios Zahuapan y Atoyac. La turbulencia provocada por la devastacién de la gran metrdpoli teoti- huacana debilit6 las relaciones antano muy estrechas entre la region tlaxcal- teca y su vecina la Cuenca de México, Esto, a su vez, fortalecié los vinculos de la region tlaxcalteca con la costa del Golfo. Visto regionalmente, se observa atribuirse tanto al flu 1 un crecimiento demog jo de grupos inmigrantes México, como a la llegada de la Poblacion que te, el patron de asentamiento manifiest expresa el proceso de rur ico,” que podria Provenientes de la Cuenca de abandon Cholula. Por su par- a dos tendencias antag6nicas; ur 'parece acompanado del predominio alizacion, que SFoneerrada de Molina, Cacaevta: a icon : Nil Let iconorafia de los olmeca-stcalanees, pp, ‘serra y Latzcano, “Xochitecall- Create Seratcadanea, pp, 910, “Abuse ef al “La arqueologia del sur-veste de axe al a, partey Yoko Sugiura Yarnamoto # La zona del Altiplano central enol Epic jlisico 371 Figura 9. Detalle del mural del Edificio B, Cacaxtla, Tkaxcaka de asentamientos medianos y pequenos de caricter rural; ka otra se detine por certa tendencia a la centralizacion, en la que destacan sitios fortificados, cuyo. ¢iemplo mas representativo fue Cacaxtla, ubicado en la loma de pendiente mediana y protegido por fosas profundas. Hube Pondian al nivel de centros regionales. Algunos se encontraron en las lideras altas, mientras que otros se desarrolla efensivos o de acceso dificil, eLuso de ele > otros sitios mxis que corres- ron en las cimas de cerros y lomas. Lat ubicacién de los sitios en lugares d Mentos arquitectoricos como 1a fortificacion y kt manifiesta iconograha mili- larista’s ex -stables, con problemas rista expresan claramente estables, con problemas Politicos, econdmicos y militarismo, fenomen is eajonales como teouhuacin y Cholukt, circunstancias poco 16 este que tellejaba kt crisis pos- ley als Tior a fa cick de dos centros SUPEUT stealer pp SEI Naga, “Pubic Proclamation n the Mf oF CaCI wa El horizonte Clasico Figura 10, Pirimide de las Flores. Nochitecatl, Thaycaha FI Valle de Morelos y Xochicalco: desvanecimiento de los vinculos con la Cuenca de México FI panorama cultural de kt regién morelens * es complejo, ya que la porcion oriental y la occidental parecen comportarse de forma un tanto diferente. El este, sobre todo en su porcion nororiental, estreché vinculos mis firmes con Teotihuacan como lo atestiguan los sitios de Oaxtepec y Pantitlin -entre - y fa region de Cuautla.” Contra esta propuesta, se ha desarrollado otra que, con base en la escasa presencia de sitios con materiales teotihuacanos genuinos, infiere que esta regi6n mantuvo cierta independencia politica y economica. En otras palabras, enf otros fatiza una débil integracién a la esfera tribu- (aria impuesta por Teotihuacan.®’ Posteriormente, | de Mexico siguid, aunque no parece hi Ja relaci6n con la Cuenca aber sido conspicua.™! Mirth y Angulo, “Early stare Aqquimbau, F sitio Hacienda de Calderin: poblacion, patron de erniqornal r ‘alderdn: poblacion, patron de asentamiento y canalisis ter Mulda. “tI noreste de Morelos v La desestabilizacion teotihuacana”, pp. 108-119 “Minh, The Toltee-Atizapan influence in Eastern Morelos, MEXICO", pp eb Yoko Sugiura Yamamoto * La zona del Altiplano central en el Epiclisico 373 En el oeste, especificamente en la regi6n de Coatliin, la influencia de Teo- tihuacan en la ceramica y la arquitectura no parece haber sido muy definida La débil presencia teotihuacana (salvo en el centro regional clisico de Miahua- tkin) y el fragil desarrollo en el patrén de asentamiento (disperso con predominio de sitios pequenos)," implica que esta region todavia no habia adquirido importancia propia Como una zona estratégicamente ubicada para la comu- nicaci6n con las regiones al sur de la Cuenca de México y por donde circu- laban productos valiosos no s6lo de la tierra templada y la tierra caliente, sino también de la costa del Pacifico. Durante el Epiclasico, la importancia de la region de Morelos creci6, al transformarse en una de las zonas independientes de la esfera politica y eco- némica de la Cuenca de México. No sdlo la desarticulacion del sistema teoti- huacano, sino también el creciente militarismo, inferido tanto por la fundacion de sitios fortificados como por los temas bélicos en la iconografia y la inte- gracion de la poblaci6n rural bajo el poder de Xochicalco, repercutieron en el patrn de asentamiento.* Se manifiestan, por ejemplo, la tendencia a con- formar asentamientos de mayor tamaiio y con poblacién nucleada, asi como el desplazamiento de los sitios grandes con arquitectura publica, localizados en la parte baja del valle, hacia las zonas protegidas en la cima del cerro.*' El desarrollo de la region morelense en tiempos posteotihuacanos no pue- de explicarse sin mencionar el crecimiento stibito y el ascenso al poder de Xochicalco, el gran centro fortificado del Epiclasico. Es otro de los nombres, junto con Cholula y Tula, que suele aparecer como uno de los focos deses tabilizadores del sistema teotihuacano. No obstante, la historia de Xochicaleo difiere sustancialmente de la de Cholula, ya que a diferencia de ésta, el sitio morelense tuvo un crecimiento acelerado durante el Epiclasico, convirtiéndo- se en uno de los centros civico-administrativos mas importantes en el Centro de México (véase figura 11). La importancia de Xochicalco se manifiesta en los numerosos basamentos Piramidales, algunos bellamente decorados (como el de las Serpientes Emplu- madas), en los templos, en las canchas de juego de pelota y en las: residencias Palaciegas de la elite, todos ellos distribuidos en la cima de cerro, Se infiere que Xochicalco fue un centro urbano a partir de la traza interna, la densidad cas de gran volumen y clara funcién civico-teligio- nantes, los espacios puiblicos, las fortificaciones de estructuras arquitectoni sa, las residencias de los gobe! “21irth y Angulo, °Early State Expansion in Central Mexico: Teotilite vin Sores pp. 1354150 ae sip. 7 Hlinh y Cyphers, Tempo yasentanrenta en Nechicateo “tinh, El horizonte Clasico 374 XOCHICALCO, MORELOS |///~ Figura 11. “El cerro Xochicalco y sus vias de Acceso” y elementos iconograficos que ostentan un caracter militarista y las das de acceso. La presencia de materiales ex6genos obtenidos por intercambio a larga distancia y elementos que insintian una ociedad jerarquizada y hete- rogénea son otras evidencias que expresan la misma idea. Acerca del caracter de este estado, se ha Propuesto la hipotesis de que Xochicalco debio haber establecido un sistema tributario, el cual dependio basicamente de su drea de sostenimiento Para abastecerse de una parte con- siderable de los recursos agricolas. En este contexto, se ha planteado la cre- Ciente importancia del militarismo aunada a los indicios de conflicto en la region. No obstante, la ubicacién geografica, la arquitectura defensiva y los temas iconograficos que aparecen especificamente en Xochicalco,*” parecen indicar que el militarismo en esta region no implicé conflictos endémicos entre Jas comunidades de la region, sino que fue utili ido como instrumento efectivo y prerrogativa del poder de la elite de Xochie: Asi, en su apogeo, la elite de Xochicalco extendio sud alco (véase figura 12) lominio no solo a la re Gonzilez y Garza, “Xochica Hirth, °Militarism and ©", pp. 89-145. 0, “Public Proclamation, Gonziller y Garza, “Nochicaleo...°, pp. 131-13 El horizonte Clasico 376 gion morelense, sino también a la serrania del Ajusco, a la zona fronteriza con La Cuene co al norte, a la Mixteca Baja al sur y a la regi6n del rio Balsas al oeste.*” El estado de Xochicalco, que alcanz6 su apogeo durante el ico, parece haber terminado en forma violenta. Las evidencias de incendios y saqueos de las residencias, el abandono stibito de su poblac ion que dejé todo tipo de utensilios, parecen fortalecer dicha hipotesis, En cuanto a sus relaciones a nivel interregional, los materiales arque- ol6gicos indican algunos cambios importantes en la red de intercambio prevaleciente durante el Clasico. Por ejemplo, disminuye considerablemente el uso de objetos de obsidiana provenientes de Otumba y Pachuca, region controlada por el estado teotihuacano. En cambio, durante el Epiclasico, Xochicalco obtiene la obsidiana de una zona mas alejada, principalmente de Ucareo-Zinapécuaro, Michoacan. El debilitamiento de los vinculos con la Cuenca de México se manifiesta también en los materiales ceramicos. Ya desde finales del Clasico disminuye sustancialmente la presencia de la ceramica teotihuacana y, en su lugar, incrementan los productos de Guerrero y la Mixteca. De esta manera, tanto el predominio de la obsidiana de Zinapécuaro, como el intercambio de las ceramicas metamérficas y micdceas plantean la posibilidad de que la region occidental de Morelos establecié una red de intercambio propio e indepen- diente, desvinculandose de la antigua 6rbita teotihuacana de la Cuenca de México. En sintesis, la configuracion demografica del complejos mosaicos sociopoliticos, resultado de I: teotihuacano y de la destruccion de la ciudad di Sos provocaron cambios concatenados en el acelera la fragmentacion politica, por la que el Altiplano central se d varias entidades politico-econémicas independientes, : A raiz de la disolucién del sistema teotihuac: mecanismos de integracion en | co, aunque también se local, basad: entro de México refleja fa desarticulacion del sistema le Teotihuacan. Dichos suce- | proceso historico posterior. Se le en ano, dejaron de funcionar los ia ‘4S regiones simbicticas del Centro de Méxi- podria imaginar que las redes de articulacion a nivel as en relaciones de parentes: en Gem ‘SCO, siguieron seca My funcionando a Hirth, “Militarismy and “Gonzilez y Garza Xochicaleo”, pp. 80-143, Yoko Sugiura Yamamoto ¢ La zona del Altiplano Central en el Epiclésico ‘ 377 El Epiclasico y el Coyotlatelco El Coyotlatelco en el Altiplano central: Sus Caracteristicas, su esfera de distribucién la cerdmica tiene algunas cualidades tinicas dentro de los principales materia- les arqueolégicos como su abundancia, su sensibilidad a los cambios histori- cos y su perdurabilidad en contextos arqueolégicos. En el caso de Mesoamé- rica, drea que carece en gran medida de registros hist6ricos escritos, la ceramica adquiere una importancia particular, como lo demuestra el hecho de que en la practica arqueoldgica, la variacién ceramica se considera como uno de los indicadores basicos para asignar una cronologia determinada a los sitios o para definir las secuencias culturales. Los sitios epiclasicos de gran parte del Altiplano central no son la excep- cién: se han identificado por la presencia de un complejo ceramico especifico denominado Coyotlatelco. Por su amplia distribucion geografica, sus caracte- risticas morfoldgicas definidas y su circunscripcién temporal, tiene una impor- tancia singular como uno de los indicadores mas firmes para definir los sitios del Epiclasico. Cabe, sin embargo, resaltar que el Epick sico y el Coyotlatelco no son sindnimos, ya que el Ultimo es un complejo ceramico desarrollado en algunas regiones del Centro de México durante el periodo transicional, deno- minado Epiclasico. En otras palabras, existen simulténeamente otros comple- ' cuales son diagndsticos del desarrollo jos cermicos durante el Epictisico, los ; propio de la region fuera de la esfera coyotlatelca. Geograficamente, la esfera de distribucién coincide con las re} ones ie lemostrado Vv! nulos estrechos ¢ eotihuaca indose desde la a inc strechos con Teotihuacan, delimi han demostrado vinculos estrec aneenre egid os 4, al este, hasta Valle de Bri fegion poblana-tlaxcalteca, al est) Fite meridional, hast ht exon la zona al sur del Valle de Toluca, como € nia Valle de Tul Lt del Bajio al septentrién, pasando por San Juan ce, To ye cha . , | e, sierta medida, a ht es! i ifusio -eramica se atribuye, en cierta r ; Pronta difusion de esta ceramica se eee io ves simbidticas del integracién de las comunidades locales dentro de i rae peel Ne: . > del le est i Altiplano central, que sobrevivieron It ¢ trofe del fin d a Jo el tipo CoyotTateleo th ceric Rojo 5 1" 2 me Desde que Tozzer® denomin® CY ino se ha utilizado Sobre Bayo de santiago Ahuizolla, Azcapolal Ico, dicho ter "Tozzer, Excavations of @ Site El horizonte Clasico 378 de diversas maneras. Hoy en dia, el consenso en la eomiee de los arquedlo- gos define el Coyotlatelco como un complejo cerami 20, . are "El Coyotlatelco, que viene a sustituir la tradicion alfarera toa huacana, incluye una serie de elementos considerados como legados directos e indi- rectos de aquella tradici6n. Entre ellos se encuentra la técnica del acabado superficial (consistente en el pulimento con ayuda de palillos) y las formas representadas por cajetes semiesféricos con anillo basal, por cajetes con fondo plano y paredes divergentes con o sin soportes tripodes y por cajetes con fondo ligeramente redondeado. También aparecen nuevos elementos, entre los que destacan los colores mas claros de superficie, la decoracién pintada pre- dominantemente de color rojo sobre el color natural del barro, aunque tam- bién existen, con menor frecuencia, la incision y el negativo, asi como nuevas formas: comales con borde levantado; ollas con cuello alto y borde evertido, acompaiiadas de asas verticales dobles y sencillas; cazuelas con borde ever- tido 0 biselado y asas horizontales dobles o sencillas; braseros decorados con aplicaciones moldeadas; figurillas y sahumadores calados con mango, Quizas, una de las caracteristicas mas sobresalientes del complejo Coyotla- telco es la variacién de los motivos decorativos, aunque podria decirse que los principales consisten en la combinacion de los elementos en forma de “S”, de “X”, lineas paralelas, tablero de ajedrez, motivos geométricos comple- jos, rayos, ganchos y grecas, entre otros. Algunos otros motivos se consideran como herencia de la tradici6n teotihuacana como las flo} y el glifo Ojo de Reptil. Aunque a simple vista, la ceramica Coyotlatelco parece compartir caracte- risticas homogéneas y facilmente identificables, es importante seni existen variaciones regionales, en algunos casos considerable: col Coyotlatelco de la region de Tula. También es im nas regiones, como Chalco-Xochimilco y el valle Uatelco parece coexistir con otros elementos ce: Cabe mencionar que en regiones donde no presencia teotihuacana, tampoco se evidencié, Uatelco. El caso mas evidente es la regi6n occidental de Morelos, donde se desarrollé una tradicion cerémica, basicamente consistente en piezas mon6- cromas de colores anaranjado 0 cafe S6lo en cas res de cuatro pétalos alar que mo en el portante sefalar que en algu- poblano-tlaxcalteco, el Coyo- ramicos. existieron huellas firmes de la un pleno desarrollo del Coyo- limitaclos se utiliz6 la deco- “Cobean, La cerdmica...; Parsons et al., “Prebi ; mice. ‘rebispanic Setttemen Soylistic.."; Sugiura, £1 Epicldsien yof Valle... “Et plc ene, y ol prbeina Rattray, “An Archaeological and Yoko Sugiura Yamamoto * La zona del Altiplano central en el Epiclasic lisico 379 Figura 13. Vasija Coyotlateleo, Museo de Teotenango, Estado de México, tacion bicroma (véase figura 13). Ademas, es importante mencionar que c: ningtin ejemplar perteneciente al Coyotlatelco Rojo sobre Bayo se ha identi ficado.! Una tendencia similar, aunque no tan contundente, caracterizé el E clasico de los valles de Ixtlahuaca y Temazcalcingo del noroccidente del actual Estado de México. Asimismo, el Valle de Malinalco y la regién de Zumpahua- can-Tonatico, es decir, toda la region al sur del Valle de Toluca, manifestaron también una presencia débil del Coyotlatelco. EI Coyotlatelco, sus origenes y desarrollo En torno al Coyotlatelco, aunque sdlo tuvo una vida de a lo sumo tre aos, todavia existen muchas preguntas sin resolver. Una de éstas se rel. ciona con su proceso de desarrollo. Algunos arquedlogos consideran kt evo~ lucin del Coyotlatelco como un bloque sin divisiones,”* mientras que otros ientos, “bint y Cyphers, Tiempo. “Rattray, “An Archaeological and Stylistic..." p 218 380 El horizonte Clasico plantean que su desarrollo puede dividirse en dos etapas.”* La mas temprana, Hamada también Proto-Coyotlatelco, se ha identificado en varios sitios de la Cuenca de México,” de la region de Tula, pero sobre todo en el sur del Valle de Toluca.* En la primera etapa de desarrollo, algunas formas, decoraciones incisas y pintadas de rojo, asi como técnicas del acabado superficial que posterior- mente formarin parte de los elementos diagndsticos del complejo ceramico Coyotlatelco, se encuentran asociadas con elementos ceramicos de finales del Clasico, en los que predominan los colores cafés y los tonos oscuros, las for- mas como floreros, cajetes de paredes cortas y rectas, cajetes con fondo plano y paredes divergentes, cajetes con Angulo basal, el Anaranjado Delgado y Ia ceramica mate. Las técnicas decorativas que pertenecen a este grupo estan conformados por el pulimento en patr6n o zonal, la incision y la pintura roja. La segunda etapa representa el pleno desarrallo del Coyotlatelco y, para en- tonces, desaparecen los elementos de filiacién teotihuacana. La pregunta anterior tiene una implicaci6n directa en otra pregunta igual- mente importante: jcudles son sus origenes? En torno a este tema, se han plan- teado basicamente dos corrientes de opini6n: la primera se inclina a considerar que el origen del Coyotlatelco debe buscarse en la tradicién ceramica de la region periférica de Mesoamérica, especificamente el noroccidente de México y la region del Bajio.” Con respecto al Coyotlatelco de la regién de Tula, se menciona que éste se distingue del Coyotlatelco de la Cuenca de México por ser mas sencillo, tanto en los motivos decorativos como en las formas, ademas de tener una calidad inferior. En conjunto, el Coyotlatelco de Tula Chico se asemeja al de la regin del Bajio y del norte de México.” Lo anterior, aunado a las caracteristicas demograficas de la region, se ha utilizado para plantear la hipotesis de que los portadores de esta ceramica son los nuevos: grupos que arriban a la regién de Tula, procedentes del norte de México. . “Un complejo. Epiclasico y el Valle...; Vargas, 40; Cobean: La cerdmica. Parsons et al, “Developmental Implications ef Earlier Da 217-230; Hicks y Nicholson, "The Transition from Cl huacan. "Vargas, Transicion del Clasico...: Sugiura, “EL hombre y la regién ..."; Sugi Proyecto de Santa Cruz Atizapan, Edo. de México. ™ Braniff, “Secuencias arqueol6gicas..."; Cobean: La cendmica...; Mastache y Coben, “The Coyotlateleo Culture "?Cobean, La cendmica,..; Mastache y Cobean, “The Coyotlateleo Culture Klers, The Teotibuacan. ..; Hicks y Nicholson, “The Transition, .”; Sug ransicion del Gldsico ail Posclasico a través de Ojo de Agua y Teotenan- for Early Aztec in the Basin of México”, pp. *; Pina Chan, “Un complejo..."; Sanders, “Teoti etal, Informe Tecnico del Yoko Sugiura Yamamoto « La zona del Altiplano central en el Epicisico 381 : La otra,” sin descartar algunas aportaciones de la ceramica de aquellas re- giones, propone que la conformaci6n de este complejo ceramico se llevé a cabo en la Cuenca de México, muy probablemente en la misma Teotihuacan” 0 en algunos lugares del eje nor-central de esta region. Esta segunda corrien- te enfatiza, sobre todo, la importancia de la tradicion teotihuacana que consti- tuye la base de la posterior conformacién del Coyotlatelco. Se propone, enton- ces, que €ste se desarrolla como resultado de una hibridacién de la ceramica teotihuacana con otros elementos provenientes de la zona periférica de Mesoa- mérica. En este contexto, vale la pena mencionar la opinion de Jiménez Mo- reno acerca de esta ceramica. Citando a Noguera, sefiala que en el Coyotlatelco “ocasionalmente parece como si se copiasen formas de vasijas teotihuacanas”,"! Obviamente, las preguntas acerca de sus origenes estan intimamente rela- cionadas con la referente a la identidad de sus creadores. La opinion de los arquedlogos se inclina a considerar a los otomies como los fabricantes origi- nales del Coyotlatelco.'"” Si efectivamente los portadores del Coyotlatelco fue- sen los otomies 0 algunos grupos provenientes de la periferia mesoamericana, entonces es dificil de explicar la casi nula, o cuando més, tenue presencia de esta cerémica en los valles de Ixtlahuaca y Temazcaltzingo, regiones que debe- rian manifestar una presencia mas contundente del Coyotlatelco por en- contrarse, tanto geografica como étnicamente, mds cerca de la region del su- puesto origen: el Bajio. Otros piensan que los productores del Coyotlatelco fueron los habitantes sobrevivientes del eje norcentral de la Cuenca de Més ico, ya sea de Teotihuacan, Azcapotzalco u otros centros.'" Los aspectos antes mencionados tienen relacién con otro tema que ha propiciado discusiones y opiniones encontradas: el inicio del Coyotlatelco representa una clara ruptura o discontinuidad con relacién a la tradicién teoti- huacana, o debe concebirse como un proceso de cambios mas discretos? La idea de ruptura o discontinuidad esta intimamente relacionada con otras antes mencionadas en el sentido de que la etapa temprana, el Proto-Coyotlateleo no existe o por lo menos no puede aislarse satisfactoriamente; ademas, el Co- yotlatelco no se desarrollé originalmente en la Cuenca de México, sino que provino de la region septentrional de México. Algunos arquedlogos a favor ‘nP: regional..."; Parsons e a, Prebispanic Setlement..: Pita Chan, “Un complejo "Sugiura, El Epicldsico y el Vaile...; “El Epiclisico y et problema...": Vargas, arsons, “Arqueolog Sanders, “The Epiclassi Transicion del Clasico m Goel ra el historic p. 1067. Capea reise ah ori be 1067; Rattray, “An Archavological and Stylistic,..", p, 230. Jiménez Moreno, “Sintesis ds “Parsons et ail, Prehispanie Settlement. Epickisico yel Valle Sanders, “The Epickassie as”: Suir 382 El horizonte Clasico de esta hipotesis basan sus argumentos en evidencias tales como cambios de los materiales ceramicos y liticos detectados en la ciudad de Teotihuacan, ademas de aspectos demogrificos, genéticos y del patron de asentamiento."" Rattray opina que la posicién cronolégica del Coyotlatelco en Teotihuacan es intrusiva y que, por lo tanto, no se considera como producto de los teotihua- -anos."* En otros sitios como Pueblo Perdido, ubicado al oeste de Azcapot- zalco, no se ha encontrado evidencia de que el Coyotlatelco se sobreponga a la ceramica teotihuacana, ni que el Coyotlatelco derive de éste, sino que, por el contrario, provienen de dos areas distintas.' También se argumenta que los cambios y las diferencias entre la ceramica teotihuacana y el Coyotla- telco son muy marcados, pues en éste no aparecen las formas mas represen- tativas de Teotihuacan como el florero, el candelero, la vasija “copa”, la jarra Tlaloc y los vasos con tapa para mencionar algunos ejemplos. Por lo anterior, no es posible considerar que aquélla fuera la base del Coyotlatelco."” La aparicion del Coyotlatelco, ademas, coincide con el cambio en la red de circu- lacion de productos de obsidiana, pues al entrar el Epiclasico, la fuente de Zinapécuaro, Michoacan, predomina en el intercambio. La segunda corriente enfatiza, por el contrario, cambios menos bruscos en la evoluci6n del Coyotlatelco.'* Ademias, esta relacionada con la propues- ta de que existe una supuesta fase Proto-Coyotlatelco, donde se encuentran asociados los elementos derivados de la tradicién teotihuacana con los del Coyotlatelco propiamente dicho. De acuerdo con la opinion de Rattray y Acosta, las formas ceramicas repre- sentativas de Teotihuacan que desaparecieron en el Coyotlatelco consisten principalmente en las de funciones no-utilitarias, es decir, formas que por lo menos tienen implicaciones sociales, rituales 0 politicas. Naturalmente, éstas son altamente sensibles a cualquier cambio politico e ideolégico y, por lo tan- to, son las primeras en desaparecer con la caida de Teotihuacan. En cambio, las vasijas utilitarias del Coyotlatelco parecen haber sufrido menos cambios se siguen fabricando las formas basicamente derivadas de la ceramic: del Clasico como ollas, cajetes semiesféricos con soporte anular, cajetes cur voconvergentes, y cajetes con fondo plano y paredes curvodivergentes que 1 epilogo...": Branifl,“Secuencias arqueogicas, + Dates for Early Aztec inthe Basin of Mexico”, p- 227: M ‘A Regional Perspective..." p. 290 “ip. 219 Ww Acosta, “Fl epilogo...”: Rattray, “A Regional Perspective...", p. 230, WsHieks y Nicholson, “The Transition from..."; Pit Chan, “Un complejo Sugiura, “El Epickisico y el problema.,."; Sugiura, “El hombre y ka regions ursons ef al, “Developmental Implications anillt y Lopez, *Ocupacion Coyotlateleo, ndeers, “The Epiclassie ts Yoko Sugivra Yamamoto # La zona del Aliplana cential en el Epichisiea z 383 pueden tener diferentes formas de soportes, la may. oria de los cuales parecen derivarse de lo: ' ‘oportes de la tradicion teotihuacana. Entre las tecnicas deco rativas destacan pr incipalmente el pintado con engobe rojo, la incision, el esgrafiado y el sellado, técnicas tod 1 utilizadas en Ta factura de la cerami Ativos, también se encuentran algu nos que exhiben una clara reminiscencia de los motivos clasicos. Aunado a dichos elementos, es importante mencionar que las figurillas moldeadas del Coyotlatelco comparten rasgos estilisticos huacanas. Ciertamente, la variedad formal en el Coyotlatelco es menor, en compara- cién con la de Teotihuacan, pero esto debe entenderse como una tendencia ampliamente observada a lo largo de la historia del hombre, segtin la que dis minuyen las variaciones en las formas, pero se incrementa la escala de pro- duccion ceramica. De esta manera, la desaparicién de algunas formas teoti- huacanas no debe interpretarse simplemente como resultado de la llegada de nuevos grupos. En resumen, esta segunda corriente propone que el cambio entre la alfare- ria teotihuacana y el Coyotlatelco no es tan stibito ni drastico, sino mas pau latino y mas complejo. ca teotihuacana. Entre los motivos decc similares a los de las figurillas teoti- Presencia de la obsidiana gris de Ucareo, Zinapécuaro, Michoacan: nuevo mecanismo de circulacion en el Altiplano central Se ha mencionado que el control directo de las fuentes de obsidiana de Otum ba y Pachuca, junto con otros productos artesanales, constituyeron parte impor lante de la economia de Teotihuacan: Fl mecanismo de circulacion de kt obsi diana en el Altiplano central sufri6, aparentemente, cambios despues de Lit estado teotihuacano, La obsidian verde de ka Sierra de caida del poderoso ( | las Navajas, Pachuca, ya no se explotiba en el Epickisico."” Salvo tlgunas evidencias localizadas en el Valle de Teotihuacan, la presencia de estcobsi diana no se ba identificado en otras regiones del Altipkino central: Parece que el centro de gravedad en ka esfera de eirculacion ¢ hacia la zona de Ucareo, Zinapeécuaro, Mic hoacan. Gran parte del Centro ce México camo el Valle de Tula, ka region dle CoxuLin, Morelos'™ y el Valle de To Je obsidliana se desphize ind enihzauon in the Hasin of Meio” pp 01 seChariton y Spence, “Obsiatian Exp! HoHinth, °Mulitarism and El horizonte Clasico 384 luca,'"' preferia la obsidiana gris de esa zona, a pesar de ser una fuente ae lejana. Este cambio, a su vez, podria atribuirse al surgimiento de nuevos fo- cos de poder politico. Conclusién Durante el Horizonte Clasico, el Centro de México formaba parte central de la ectimene teotihuacana. El poder y la magnitud, sin paralelo en la historia mesoamericana, que Teotihuacan habja construido y mantenido a lo largo de varios cientos de afios, dejaron huellas profundas en esta parte de México, que funcionaba como una regién simbiotica, directa e indirectamente contro- lada por Teotihuacan. El dominio de este poderoso Estado fue tan completo, que toda clase de materiales arqueolégicos lo evidencian. Precisamente por esta singular caracteristica, la descomposicién del sis- tema teotihuacano y la virtual destruccion de gran parte de la urbe a media- dos del siglo vi, provocaron cambios inusitados en todas las dimensiones de la historia durante los siglos subsiguientes. Por su cercania a Teotihuacan, los cambios fueron ms contundentes en el Centro de México. Comienza asi el Epiclasico, periodo transicional de profunda turbulencia donde se encuentran en juego procesos historicos antagonicos, Este periodo perduraria hasta el surgimiento de las sociedades militaristas del tiltimo hori- nquista espafiola, el Posclasico. El caos que rei- sino también se atribuye a la gestacion de ot rants lizarfa durante el Posclasico. ntrol le numero de asentan quia. Su alcance politico-econémico no ey gozar Teotihuacan, nientos aledanos de menor jerar- Ta comparable con el que llega "'Sugiura, £7 Epiclasico y el Valle Yoko Sugiura Yamamoto ¢ La zona del Altiplano central en ef Epiclisico a@’gunas regiones del Altipla bn aries joe s plano central, como la region occidental morelense, una vez liberadas del yugo de Teotihuacan, crea- ron su sistema politico-econémico Propio e independiente, bajo un centro re- gional capaz de establecer y mantener auténoma su geopolttica " Esta atomizacion politica por su Parte se refleja no sdlo en el uso cre- ciente de simbolos y motivos que definitivamente destacan la importanc bélica y militarista, sino también en las escenas murales de guerra y conflic- tos entre los grupos epiclasicos. Las fundaciones de los centros en lugares defensivos y de acceso dificil fueron un fiel testigo de la situacion politica de inestabilidad y de conflicto,.2 El fin del mundo clas ico también afect6 seriamente los mecanismos de interacci6n econémica. Algunos productos, cuyo control de produccién y dis- tribucion era fundamental para la economia estatal de Teotihuacan, dejaron de circular 0, por lo menos, ya no constituian elementos de gran demanda, como lo atestiguan la ceramica Anaranjada Delgada y las obsidianas de Pa- chuca y de Otumba. En su lugar, otros mecanismos de circulaci6n, como el de la obsidiana gris de Zinapécuaro, Michoacan, adquirieron preponderan- cia. Por su parte, se difundié rapidamente otro complejo ceramico, el Coyo- tlatelco, aunque cabe destacar que su esfera de distribucién no comprendié la totalidad del Altiplano central, como sucedié con la alfareria teotihuacana Con el transcurrir del tiempo, el escenario epiclésico, poco definido y con grandes turbulencias, se fue aclarando al vislumbrarse la conformacién de los estados conquistadores del Posclasico. Bibliografia io Davila, Paul S ana Zaragoza de Davila, “La arqueo- AbascaL, Roberto, Patricio Davila, Paul Schmidt y Diana Zaragoza de 1 Topia del aug-oeste de Tlaxenla (1a. Parte)", en Suplemento de Comunicaciones del Proyecto Puebla-Tlaxcala, t. 1, México, Fundacién Alemana para la Investigaci6n Cientifica, 1976. ‘ Acosta, Jorge, "El epilogo de Teotihuacan”, en Teotibuc fe Sociedad Mexicana de Antropologia, México, Sociedad Mexicana 1972, pp. 149-156. 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